Isaías 41. Aquí y en los capítulos siguientes Isaías
presenta al Señor como Amigo de Israel y su Libertador del poder de Babilonia
(cap. 43: 14; 44: 26-28; 45: 1-6; 46: 1-2; 47; 48:14, 20). Para que eso se
realice, usa a su siervo Ciro. De quien se profetizó, antes que naciera.
Los ídolos
son nada; Dios es el único Dios verdadero, porque conoce y predice el futuro, y
es nuestro creador. Su pueblo puede confiar sin reservas, plenamente en él.
Vers.
(1-9) Dios arguye con su pueblo, recordándole su misericordia, (10-20) y sus
promesas, (21-29) y la vanidad de confiar en los ídolos.
1 ESCUCHADME, costas, y esfuércense los pueblos; acérquense, y entonces hablen; estemos juntamente a juicio. 2 ¿Quién despertó del oriente al justo, lo llamó para que le siguiese, entregó delante de él naciones, y le hizo enseñorear de reyes; los entregó a su espada como polvo, como hojarasca que su arco arrebata? 3 Los siguió, pasó en paz por camino por donde sus pies nunca habían entrado. 4 ¿Quién hizo y realizó esto? ¿Quién llama las generaciones desde el principio? Yo Jehová, el primero, y yo mismo con los postreros. 5 Las costas vieron, y tuvieron temor; los confines de la tierra se espantaron; se congregaron, y vinieron. 6 Cada cual ayudó a su vecino, y a su hermano dijo: Esfuérzate. 7 El carpintero animó al platero y el que alisaba con martillo al que batía en el yunque, diciendo: Buena está la soldadura; y lo afirmó con clavos, para que no se moviese. 8 Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abraham mi amigo. 9 Porque te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé, y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí, y no te deseché.
10 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. 11 He aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos; serán como nada y perecerán los que contienden contigo. 12 Buscarás a los que tienen contienda contigo, y no los hallarás; serán como nada, y como cosa que no es, aquellos que te hacen la guerra. 13 Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo. 14 No temas, gusano de Jacob, oh vosotros los pocos de Israel; yo soy tu socorro, dice Jehová; el Santo de Israel es tu Redentor 15 He aquí que yo te he puesto por trillo, trillo nuevo, lleno de dientes; trillarás montes y los molerás, y collados reducirás a tamo. 16 Los aventarás, y los llevará el viento, y los esparcirá el torbellino; pero tú te regocijarás en Jehová, te gloriarás en el Santo de Israel. 17 Los afligidos y menesterosos buscan las aguas, y no las hay; seca está de sed su lengua; yo Jehová los oiré, yo el Dios de Israel no los desampararé. 18 En las alturas abriré ríos, y fuentes en medio de los valles; abriré en el desierto estanques de aguas, y manantiales de aguas en la tierra seca. 19 Daré en el desierto cedros, acacias, arrayanes y olivos; pondré en la soledad cipreses, pinos y hojas juntamente, 20 para que vean y conozcan, y adviertan y entiendan todos, que la mano de Jehová hace esto, y que el Santo de Israel lo creó.
21 Alegad por vuestra causa, dice Jehová; presentad vuestras pruebas, dice el Rey de Jacob. 22 Traigan, anúnciennos lo que ha de venir; dígannos lo que ha pasado desde el principio, y pondremos nuestro corazón en ello; sepamos también su postrimería, y hacednos entender lo que ha de venir. 23 Dadnos nuevas de lo que ha de ser después, para que sepamos que vosotros sois dioses; o a lo menos haced bien, o mal, para que tengamos qué contar, y juntamente nos maravillemos. 24 He aquí que vosotros sois nada, y vuestras obras vanidad; abominación es el que os escogió. 25 Del norte levanté a uno, y vendrá; del nacimiento del sol invocará mi nombre; y pisoteará príncipes como lodo, y como pisa el barro el alfarero. 26 ¿Quién lo anunció desde el principio, para que sepamos; o de tiempo atrás, y diremos: Es justo? Cierto, no hay quien anuncie; sí, no hay quien enseñe; ciertamente no hay quien oiga vuestras palabras. 27 Yo soy el primero que he enseñado estas cosas a Sión, y a Jerusalén daré un mensajero de alegres nuevas. 28 Miré, y no había ninguno; y pregunté de estas cosas, y ningún consejero hubo; les pregunté, y no respondieron palabra. 29 He aquí, todos son vanidad, y las obras de ellos nada; viento y vanidad son sus imágenes fundidas. (Isaías 41).
1. Escuchadme. Dios ordena a los pobladores de las tierras
distantes que escuchen en silencio mientras les había. En cuanto al escenario de este pasaje, ver
com. cap. 40: 1.
Esfuércense. "Renueven sus fuerzas las naciones"
(BJ). Ver com. cap. 40: 31. Aquí y en los
capítulos siguientes Isaías presenta al Señor como Amigo de Israel y su
Libertador del poder de Babilonia (cap. 43: 14; 44: 26-28; 45: 1-6; 46: 1-2;
47; 48:14, 20). Babilonia, que tanta confianza depositó en sus
ídolos y tanto se jactó en contra de Dios y de su pueblo, está condenada; pero
los santos han de ser el objeto de una gloriosa liberación. La liberación de
Israel del cautiverio babilónico y su retorno a Jerusalén es un símbolo de la
liberación del pueblo de Dios del poder del enemigo en los últimos días, justamente
antes de que los redimidos entren en la Jerusalén celestial (Apoc. 18: 1-4; 22:
14).
2. Justo. Es decir, Ciro (ver com. cap. 44: 28; 45: 1), rey de
Persia, quien destruyó el Imperio Babilónico y libertó a los judíos (2 Crón.
36: 22-23; Esd. 1: 1-4; 5: 13-15; 6: 3-5). Dios suscitó a Ciro "en
justicia" para reconstruir la ciudad de Jerusalén y libertar a sus
cautivos (Isa. 45: 13). Ciro fue un símbolo de Cristo, quien también fue
llamado "en justicia" (cap. 42: 6) y cuya tarea era "publicar
libertad a los cautivos" (cap. 61: 1-2). Así
como Ciro derrotó a la antigua Babilonia, así también Cristo hará juicio contra
la moderna Babilonia espiritual (Apoc. 16: 19; 17: 1, 5; 18: 1, 21). Ciro fue
muy honrado en la antigüedad como varón íntegro y valiente, único entre los
antiguos conquistadores del Cercano Oriente por su noble carácter y la justicia
y la sabiduría de sus decretos. Fue Dios quien suscitó a su siervo Ciro y
subyugó a las naciones de la tierra delante de él (Isa. 44: 28; 45: 1-5; ver
com. cap. 41: 4, 8).
La
primera parte de este versículo (41: 2) dice literalmente: "Quien hizo
levantar [a uno] del este, justicia [o victoria, o vindicación] lo encontrará a
su pie". Así describe Isaías el avance victorioso de Ciro, cuando sus enemigos
uno tras otro, se inclinarían ante él en señal de sumisión.
3. Por Camino. Ciro escribió un nuevo capítulo en la historia del
Cercano Oriente. Sus conquistas se extendieron desde las orillas del mar Egeo
por el oeste, hasta Partia, las regiones del río laxartes y las extensas estepas
al este del mar Caspio. La rapidez y gran extensión de sus conquistas le dieron
la reputación de ser el más grande monarca hasta su tiempo. Tan grande fue su
fama, que hasta hoy hay muchos que recuerdan su nombre en el Cercano Oriente. A
diferencia de los conquistadores que le habían precedido, era generoso y
relativamente humano con los enemigos vencidos. Ningún general antes de él le
igualó como estratega y caudillo.
4. ¿Quién Hizo? ¿Fue Ciro quien se levantó por sí mismo para ser el gran
conquistador de la antigüedad, o era la mano de Dios la que dirigió lo que
entonces acontecía en el cercano Oriente? Dios es
quien ordena y dispone en todo lo que tiene que ver con la tierra y con el
cielo. Él es quien define las tareas que los hombres deben realizar para él, e
instruye a sus siervos en cuanto al momento preciso de poner por obra sus
decretos. Los propósitos de Dios han sido ordenados desde el mismo comienzo, y
siglo tras siglo Dios llama a los hombres a cumplir su voluntad.
5. Los Confines De La Tierra. Hasta las regiones más remotas de la tierra quedaron
atónitas y aterrorizadas por las rápidas conquistas de Ciro (ver com. Dan.
8:4). Parecía estar acompañado de
poderes sobrenaturales, los cuales le dirigían para alcanzar todas sus metas.
6. Cada Cual Ayudó. Las naciones se consultaron una a otra para tratar
de detener las conquistas de Ciro. Lidia, Babilonia y Egipto se aliaron contra
Ciro.
7. El Carpintero. Los artífices que se ocupaban en la fabricación de
imágenes se aliaron para animarse y ayudarse mutuamente en la multiplicación de
dioses, los cuales aquéllos esperaban que los librarían de manos de Ciro. Se
describe a las naciones de la tierra buscando auxilio en sus falsos dioses para
frenar un movimiento inspirado y dirigido por el Señor de los cielos.
8. Pero Tú, Israel. Ciro
vino como conquistador para las naciones de la tierra, pero para Israel fue un
libertador. Cuando
llamó a Ciro a su servicio, Dios no había rechazado a Israel y reafirma la
invitación hecha a los 290 antepasados de éste (Exo. 19:5-6). Con referencia a
la relación entre los nombres Israel y Jacob, ver com. Gén. 32:28. Los dos se
emplean indistintamente para representar tanto a Jacob como a sus
descendientes.
Siervo Mío. El vocablo "siervo", Heb.'ébed, es
característico de toda esta parte de Isaías (cap. 40-66) y, junto con la idea
de la liberación por medio del gran Libertador, constituye su tema (ver
com. Rut 2: 20). En el término 'ébed se
combinan las ideas de adoración y de servicio. El 'ébed no sólo servía a su
señor, sino que también lo honraba. Por
eso el término significaba mucho más que un servicio a cambio de salario. Con
ello se daba a entender que dicho servicio era la manifestación externa de una
actitud interior. Tal servicio no era forzado, sino voluntario (cf. Exo. 21: 5-6). El servicio manual, físico,
acompañaba al del corazón. La mano ayudadora daba evidencia de un corazón
amante. Del mismo modo, un "siervo" de Dios es el que le ama y le
sirve, el que le rinde un servicio amante.
En hebreo, el término 'adon significa tanto "señor" como "amo", y es el complemento de 'ébed, "siervo". En esta sección de Isaías, 'ébed se refiere algunas veces a Israel como "siervo" de Jehová, como aquí y en los cap. 41: 9; 42: 19; 43: 10; 44: 1-2, 21; 45: 4; 48: 20; 49: 3, 5; 54: 17; 63: 17; 65: 8-9, 13, 15; 66: 14.
Cuando
se aplica a Israel, 'ébed indicaba la relación del pacto, por el cual Israel se
había convertido en "siervo" de Jehová (Exo. 19: 3-9; 24: 3-8). De
acuerdo con ese pacto, Israel debía adorar o servir al Señor, obedeciendo todos
sus mandatos, y como representante de él, debía inducir a todas las otras
naciones a que sirvieran a Dios y le obedecieron (ver pp. 28-32). Dentro del
marco de la relación del pacto, con el sentido que Isaías le da a la palabra
'ébed al referirse a Israel, el término abunda en matices que por lo general
escapan a quien no conoce el idioma original.
El
término'ébed se emplea con menos frecuencia para designar al Mesías como
"siervo" de Jehová para la salvación de la humanidad (cap. 42: 1; 49:
6; 50: 10; 52: 13; 53: 11). En el cap.
53 el Mesías aparece como el "siervo" sufriente de Jehová (cap. 52:
13; 53: 2, 11). Antes de la venida de Jesús los comentadores judíos
generalmente reconocían que el cap. 53 se aplicaba al Mesías, pero desde
entonces casi siempre han negado su sentido mesiánico, y explican que aquí,
como ocurre en otros pasajes, el "siervo" designa a algún personaje
de la época o a Israel como pueblo.
En
Isa. 56: 6 'ébed designa a los prosélitos judíos, es decir los gentiles que se
convertían a la fe judía. En el cap. 65: 15, puede entenderse que 'ébed se
refiere específicamente a los cristianos, pues los "siervos" de
Jehová que aquí se mencionan han de ser llamados por "otro nombre" (1
Ped. 2: 9-10). En un caso, en Isa. 44:
26, 'ébed parece aplicarse al mismo profeta Isaías.
9. Los Confines De La Tierra. Dios llamó a Abrahán de Ur para que fuera su
representante y fundador de la nación de Israel. Cuatrocientos treinta años
después de que Abrahán entrara en la tierra prometida (Exo. 12: 40-41; Gál. 3:
17), Israel fue llamado a salir de Egipto para entrar de nuevo en la tierra
prometida; pero esta vez como un "reino de sacerdotes, y gente santa"
(Exo. 19: 5-6). Sin embargo, es probable que en este pasaje Isaías se refiera
específicamente a la reunión de los exiliados procedentes de las tierras donde
habían sido esparcidos (Isa. 11: 16; 56: 8; etc.).
Te Escogí. Israel pertenecía a Dios por el derecho de elección
divina, para que fuera su representante escogido en la tierra (ver cap. 28-29).
No los había desechado a pesar de sus pecados, a pesar de que Asiria había
esparcido a las tribus del norte y de que Judá pronto sería llevado al exilio
por Nabucodonosor. Isaías hace resaltar esta idea vez tras vez (cap. 42: 1; 43:
1, 10; 44: 8, 21; 45: 4; 55: 3-4; 65: 8-9, 22). El desánimo de Israel,
insinuado en el cap. 40:1-2, se debía al temor de que Dios los hubiera
abandonado (ver com. 2 Rey. 19: 30; Isa. 37: 31; 40: 1-5, 9-11; cf. Isa. 5: 1-7).
10. No Temas. En tiempos de Isaías había muchos motivos visibles
que causaban temor. El reino del norte, Israel, había sido eliminado por el
poderío militar asirio, y parecía que Judá no podría subsistir mucho tiempo
más. El pueblo necesitaba con urgencia
un mensaje de consuelo y esperanza. Isaías procuró infundirles ánimo y alegría
(cap. 40: 1-2; 41: 13-14; 43: 5; 44: 2).
Yo Estoy Contigo. En la época de Isaías el pueblo necesitaba muchísimo
la promesa implícita en el nombre Emanuel (ver com. cap. 7: 14), de que Dios
estaría con su pueblo.
11. Avergonzados Y Confundidos. Esta promesa se cumplió de una manera impresionante
291en la destrucción del ejército de Senaquerib. El
que lucha contra el pueblo de Dios lucha contra Dios mismo. Con la
ayuda de Jehová, su hijo más débil supera a todas las potestades de las
tinieblas. Todo aquel que lucha contra Dios o contra su pueblo finalmente
perecerá, mientras que los mansos y leales heredarán la tierra (Sal. 37: 9-11,
20, 29, 37-38; Mat. 5: 5). En vez de
"perecerán", el rollo 1QIsb de los Manuscritos del Mar Muerto dice
"se secarán".
12. Como Nada. La aniquilación completa es el fin que aguarda a los
enemigos de Dios (Sal. 37: 9-10, 20; Prov. 10: 25; Abd. 16; Mal. 4: 1). El
rollo 1QIsª de los Manuscritos del Mar Muerto omite las palabras "buscarás
y no hallarás".
13. Te Sostiene De Tu Mano Derecha. Como señal de acuerdo y amistad (ver com. Amós 3:
3). En este caso es una prenda de la relación del pacto. Israel pertenecía a
Dios, y podía gozar de su dirección, fortaleza y protección.
14. Gusano De Jacob. Dios le recuerda al pueblo de Israel que en sí mismo
no tiene ni valor ni fuerza. Sin Dios
son una nación débil, desvalida e insignificante, sólo para ser despreciada y
pisoteada (ver Job 25: 6; Sal. 22: 6).
Tu Redentor. El Santo de Israel era el Redentor de su pueblo. Ellos se encontraban perdidos y, al parecer, sin esperanza, pero él se comprometía a hacer en favor de ellos lo que haría un pariente cercano (Lev. 25: 47-49; ver com. Rut 2: 20). Isaías presenta con frecuencia a Dios como Redentor de su pueblo (cap. 35: 9 -10; 43: 1, 14; 44: 6, 22-24; 47: 4; 48: 17, 20; 49: 26; 52: 9; 54: 5). También Job Dios como su Redentor Job reconoció a Dios como su Redentor. (Job 19: 25). El Santo. Ver com. cap. 40: 25.
15. Trillarás. En el antiguo Cercano Oriente se trillaba el trigo
con pesadas rastras o trillos provistos de dientes, los cuales se arrastraban
sobre el grano (cf. Amós 1: 3). Asiria había trillado cruelmente a Israel, y
Babilonia haría lo mismo con Judá. Pero
finalmente el trillador sería trillado (Jer. 51: 2, 33; cf. Dan. 7: 21-22, 25, 27; Miq. 4: 13). Los "montes" representan a los
poderes impíos de la tierra (Jer. 51:25; Dan. 2: 35).
16. Los Aventarás. Después de ser trillado, el grano era aventado a fin
de separar el tamo. En el día del juicio
divino, cuando Dios se levante para trillar la tierra, los impíos serán como el
tamo sin valor (Sal. 1: 4; Dan. 2: 35; Mal. 4: 1; ver com. Mat. 3: 12; 13: 41,42).
17. Buscan Las Aguas. Cuando los castigos de Dios caigan sobre los impíos,
éstos se encontrarán sin alimento ni agua, pero el pueblo de Dios podrá
satisfacer sus necesidades (ver com. cap. 33: 16). También es cierto que serán
satisfechas las gentes espiritualmente hambrientas y sedientas (Isa. 55: 1; Mat.
5: 6).
18. Fuentes. Varias veces Isaías representa las partes de la
tierra a las cuales no han llegado las bendiciones del Evangelio, como si
fueran regiones áridas y secas, necesitadas de la refrescante agua de la gracia
divina (cap. 12: 3; 35: 6-7; 43: 19-20; 44: 3). En este pasaje predice cuál
será la suerte de Israel si la nación se vuelve a Jehová, y la maravillosa
transformación que llevará a cabo la proclamación del Evangelio (ver com. Eze.
47: 1-12). Cristo es el agua de vida para un mundo sediento (Juan 4: 14-15; 7:
37; cf. Apoc. 22: 1-3; Zac. 13: 1). También
es cierto que este mundo, una vez hermoso, en muchos lugares se ha convertido
en un desierto.
19. Cedros. En este versículo se continúa la idea del vers. 18. Aquellas regiones que una vez estuvieron desprovistas de la gracia de Dios, florecerán como la rosa. Florecerán hermosos jardines de justicia en lugares donde antes no se conocieron las verdades de la Palabra de Dios. Toda la tierra será enteramente transformada cuando escuche y reciba el mensaje del sacrificio y del amor de Cristo. Ver com. cap. 35:1; cf. cap. 35:12-13. Cipreses. Posiblemente el enebro fenicio; o quizás el ciprés o el pino de Alepo. Pinos. Árboles no identificados con precisión. Bojes. Quizá el ciprés del Líbano.
20. La Mano De Jehová. Los esfuerzos del hombre son insuficientes para transformar este mundo pecaminoso. Si este mundo impío ha de ser cambiado, lo será sólo mediante la influencia del Santo Espíritu de Dios, y el hombre debe comprender que necesita cooperar con Dios si quiere ver un mundo mejor. Dios creó al hombre justo, y sólo Dios puede establecer de nuevo en él la justicia que una vez tuvo (ver 2 Cor. 5: 17). Es el Señor quien implanta en el corazón del hombre el anhelo de lograr la santidad (Fil. 2: 13). Todo lo que en el mundo vemos de paz, hermosura, justicia y pureza es el resultado de la obra del Espíritu de Dios.
21. Alegad Por Vuestra Causa. Dios desafía a los adoradores de dioses
falsos a que presenten evidencias convincentes del poder de esos dioses. Aquí (vers. 21-26)
se muestra la capacidad para predecir el futuro como una prueba del poder
divino. En esta parte de su libro, Isaías señala repetidas
veces que las predicciones proféticas son una prueba de que el verdadero Dios
es todo lo que pretende ser (cap. 41: 4; 42: 9; 43: 9; 44: 7; 45: 11, 21; 46:
9-10; 48: 3-7, 16). La otra gran prueba del verdadero Dios es
su poder creador (ver com. Isa. 40: 12,
26; cf. Sal. 96: 5).
22. Lo Que Ha Pasado. Que los ídolos aleguen a favor de su propia causa;
que demuestren lo que han hecho en favor del mundo. ¿Acaso han hecho algo para
que sea un lugar mejor donde vivir? ¿Han traído justicia, misericordia,
rectitud o verdad? ¿Qué pueden revelar de los secretos del remoto pasado?
¿Pueden, acaso, explicar cómo el mundo llegó a ser, o cómo llegó a existir el
hombre?
Lo Que Ha De Venir. Que los ídolos predigan, si pueden hacerlo, acerca de
las cosas que han de venir. Que intenten abrir el futuro como si fuera un
libro. Dios puede hacerlo, pero ellos no. El conoce el futuro tan bien como el
pasado. Satanás sabe algo de lo que ha
de venir, pero lo que sabe lo ha aprendido de lo que Dios ha revelado. Además,
puede en parte predecir el curso de acción que adoptarán los que están bajo su
control. Pero sólo Dios puede en verdad predecir el futuro.
Después
de presentar este reto a los adoradores de falsos dioses, el Señor presenta una
serie de predicciones notables en cuanto al futuro. Hay profecías referentes a
Ciro (cap. 44: 28; 45: 1), a la venida del Mesías para dar su vida por el
hombre (cap. 53), a su misión divina (cap. 61: 1-3), a la proclamación del
Evangelio al mundo (cap. 54: 1-3; 60: 1-5), a la humillación de Babilonia y de
sus ídolos (cap. 46: 1-2; 47: 1-5; 48: 14), a la liberación de los Judíos del
cautiverio babilónico (cap. 51: 11), a la restauración de la tierra a su
hermosura edénica (cap. 65: 19-25; 66: 22-23), y al castigo de los impíos (cap.
66: 14-16, 24). El cumplimiento de estas predicciones es una evidencia decisiva
de que Jehová es el verdadero Dios.
23. Haced Bien, O Mal. Los paganos creían tanto en espíritus buenos como en
espíritus malos. Adoraban a ambos. Se adoraba a los espíritus buenos a fin de
recibir bienes de parte de ellos; y se adoraba a los espíritus malos a fin de
ganar su buena voluntad y evitar su ira. Este desafío parecería indicar que
estos dioses no hacían nada, ni bueno ni malo.
24. Vosotros Sois Nada. Este es el veredicto de Isaías respecto a los ídolos (ver 1 Cor. 8:4). Quienes fabrican esos dioses y los adoran son abominación para el mundo. Ocasionan a sus prójimos el mal y no el bien, y se degradan a sí mismos y a sus semejantes. (Deut. 7:25-26).
25. Del Norte. Ver com. vers. 2. Se representa a Ciro avanzando desde el norte y el este. Babilonia estaba al oriente de Judá, pero a Judea se llegaba desde Mesopotamia por el norte, pasando por Carquemis, en el codo del Eufrates. Por esta razón muchas veces se relaciona a Babilonia y Asiria con el norte (ver com. Jer. 1: 14; 3: 18; 4: 6; etc.). Invocará Mi Nombre. Por lo que se lee en 2 Crón. 36: 23 y Esd. 1: 2, es claro que, al menos hasta cierto punto, Ciro reconoció al Dios del cielo.
Pisoteará Príncipes Como Lodo. Se preparaba el lodo o barro pisándolo con los pies
(Nah. 3: 14). Con la ayuda de Dios, Ciro pisotearía del mismo modo a sus
enemigos (Isa. 41: 2; 45: 1) y conquistaría el Cercano Oriente.
26. ¿Quién Lo Anunció? Ver com. vers. 21-23. Isaías predijo las conquistas
de Ciro, quien fue uno de los conquistadores más hábiles y de mayor renombre en
la historia. Pero ¿cuál de los dioses de
Babilonia había predicho su actuación? Qué gran oportunidad habría sido ésta
para que algún famoso dios del Cercano Oriente predijera la venida de Ciro y
así sus adoradores pudieran decir que la corrección de su predicción probaba su
divinidad.
27. El Primero Que He Enseñado. Heb. "primero a Sión, aquí están, aquí están". El contexto (vers. 26) y la segunda parte del paralelismo del vers. 26 indican que Dios se dirige a Sión.
Los
dioses paganos no habían podido revelar el advenimiento de Ciro (vers. 26),
pero Dios lo había hecho, y mucho antes de que naciera. Todos podrían
comprender esto, si tan sólo así lo desearan.
28. Ningún Consejero Hubo. Entre todos los sabios y adivinos del Cercano Oriente no hubo ninguno capaz de predecir el futuro. Ninguno pudo responder al desafío de Jehová.
29. Vanidad. Heb. tóhu (ver com. Gén. 1:2). Desordenada y vacía. Más exactamente "desolada y vacía", tóhu wabóhu. Esto implica un estado de desolación y vacuidad, pero sin implicar que la tierra una vez fue perfecta y después quedó arruinada o desolada. Cuando aparecen juntas las palabras tóhu wabóhu en otros pasajes, tales como Isa. 34: 11; Jer. 4: 23, parecen ser prestadas de este texto, pero la palabra tóhu se emplea con frecuencia sola como sinónimo de inexistencia o la nada (Isa. 40: 17, 23; 49: 4). 4CBA/Ministerio Hno. Pio
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