sábado, octubre 05, 2019

REFLEXIÓN 119. JESÚS NUESTRO ABOGADO VERSUS EL ACUSADOR DE LOS HERMANOS HOY.


“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.” 1 Juan 2:1.

Alguien. Me pregunto si satanás aún tenía acceso al cielo, para acusarnos ante el padre hoy; esta pregunta surgía porque dije que aun el enemigo tenía ese acceso.  

Pero para ser más equitativos. Podemos precisar que hay dos que se presentan ante Dios, como representantes de la humanidad, uno ya lo mencionamos, y el otro es Jesucristo, que por su muerte vicaria ganó el derecho de representarnos a todos los que lo aceptamos y creemos en él.  Es el segundo Adán. Y lo hace en su segundo papel que le toca representar en el plan de salvación como Sumo sacerdote. Mientras que el enemigo solo va para acusar…

Como los judíos en ocasión del primer advenimiento de Cristo, no estaban preparados para dar la bienvenida a Jesús. 
Satán y sus ángeles se regocijaron y vituperaron a Cristo y a sus santos ángeles porque su profeso pueblo lo amaba tan poco que no deseaba que regresara. HR 378. 

En el caso de esta historia; Satanás se presenta como representante de la tierra, se la ganó; cuando Adán y Eva entregaron las llaves de este mundo a su cargo. 
Por eso Dios le pregunta de dónde vienes, y el responde de rodear la tierra y andar por ella. Como dueño estaba inspeccionando sus dominios para informar al verdadero dueño; Dios. Job. 1:6,7.

EL SIGUIENTE EJEMPLO Muestra Como Actúan Estos Dos Representantes De La Humanidad: Uno Acusando Y El Otro Perdonando Y Purificando.
Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel de Jehová, y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle. Y dijo Jehová a Satanás: Jehová te reprenda, oh Satanás; 
Jehová que ha escogido a Jerusalén te reprenda. 
¿No es éste un tizón arrebatado del incendio? 
 Y Josué estaba vestido de vestiduras viles, y estaba delante del ángel.  Y habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él le dijo: Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala. Después dijo: Pongan mitra limpia sobre su cabeza. Y pusieron una mitra limpia sobre su cabeza, y le vistieron las ropas. Y el ángel de Jehová estaba en pie.  Y el ángel de Jehová amonestó a Josué, diciendo: Así dice Jehová de los ejércitos: Si anduvieres por mis caminos, y si guardares mi ordenanza, también tú gobernarás mi casa, también guardarás mis atrios, y entre éstos que aquí están te daré lugar. (Zacarías 3:1-7 R60).

El diablo tenia libre acceso al cielo antes de la muerte de Jesús, ya que no había sido completamente desenmascarado, luego se quitó la máscara al asesinar al hijo de Dios en la cruz; y se mostró en su real estado. Había sido echado del cielo físicamente, ahora con la cruz; era echado espiritualmente; nunca más los ángeles y los mundos no caídos le darían cabida en sus vidas. 

Entonces, con amor  y poder indecibles, el Padre respondió desde su trono: "Adórenle todos los ángeles de Dios." (Hebreos 1: 6). 
No había ni una mancha en Jesús.  Acabada su humillación, cumplido su sacrificio, le fue dado un nombre que está por encima de todo otro nombre. (CS. Capítulo 30).

Pero se sigue presentando al trono de Dios, solo con el único afán de acusar  a los cristianos; les induce a pecar; luego los acusa. 
Solo antes al comienzo del milenio de apocalipsis 20. Será atado solo a esta tierra. Y donde tendrá tiempo de sobra para pensar en sus hechos y delitos y esperar su juicio y su sentencia final, en la que se le cargara todo los pecados desde  adán  hasta el último hombre  que viva en este mundo.

 Y se cumplirá la sentencia: 
Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama. (Malaquias 4:1 R60).

Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre,  (Apocalipsis 20:10 R60)

Pero la solución para el ser humano, la dio Jesucristo: “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. Amen.
(1Juan  2:1-2 R60)

Por eso el Señor nos dice: 
“Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón, Y tendré qué responder al que me agravie”. (Prov. 27:11 R60).

Nuestro deber es vivir buscando la ayuda de Jesús día a día y en todo momento. Amen. Ministerio Hno. Pio 

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