El
Salmo 119, es el salmo de la ley de Dios, expresados indistintamente, como Ley,
Mandamientos, Testimonios…etc. Expresan a veces todo el pentateuco o simplemente
la ley de los diez mandamientos. (La ley es el Evangelio sintetizado, y el Evangelio
es la ley desarrollada. La ley es la raíz, el Evangelio su fragante flor y
fruto”. “De estos dos…depende toda la ley y profetas” Mt. 22:40. EGWPVGM 99).
Con emociones
entremezclados. Desde alegría triunfal, hasta tristeza por las pruebas, pero satisfacción
por ser fiel y el compromiso de permanecer así por siempre. E nuestro deber
conocer y obedecer. Solo hay gozo real y permanente en vivir obedeciendo la
voluntad de Dios. Amen.
ALEF
1
BIENAVENTURADOS los perfectos de camino, Los que andan en la ley de Jehová.
2
Bienaventurados los que guardan sus testimonios, Y con todo el corazón le
buscan;
3
Pues no hacen iniquidad los que andan en sus caminos.
4 Tú
encargaste Que sean muy guardados tus mandamientos.
5
¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos para guardar tus estatutos!
6
Entonces no sería yo avergonzado, Cuando atendiese a todos tus mandamientos.
7 Te
alabaré con rectitud de corazón Cuando atendiese a todos tus mandamientos.
8 Tus
estatutos guardaré; No me dejes enteramente.
BET
9
¿Con qué limpiará el joven su camino?
Con
guardar tu palabra.
10
Con todo mi corazón te he buscado; No me dejes desviarme de tus mandamientos.
11 En
mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.
12
Bendito tú, oh Jehová; Enséñame tus estatutos.
13
Con mis labios he contado Todos los juicios de tu boca.
14 Me
he gozado en el camino de tus testimonios Más que de toda riqueza.
15 En
tus mandamientos meditaré; Consideraré tus caminos.
16 Me
regocijaré en tus estatutos; No me olvidaré de tus palabras.
GUIMEL
17
Haz bien a tu siervo; que viva, Y guarde tu palabra.
18
Abre mis ojos, y miraré Las maravillas de tu ley.
19
Forastero soy yo en la tierra; No encubras de mí tus mandamientos.
20
Quebrantada está mi alma de desear Tus juicios en todo tiempo.
21
Reprendiste a los soberbios, los malditos, Que se desvían de tus mandamientos.
22
Aparta de mí el oprobio y el menosprecio, Porque tus testimonios he guardado.
23
Príncipes también se sentaron y hablaron contra mí; Mas tu siervo meditaba en
tus estatutos,
24
Pues tus testimonios son mis delicias Y mis consejeros.
DALET
25
Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra.
26 Te
he manifestado mis caminos, y me has respondido; Enséñame tus estatutos.
27
Hazme entender el camino de tus mandamientos, Para que medite en tus
maravillas.
28 Se
deshace mi alma de ansiedad; Susténtame según tu palabra.
29
Aparta de mí el camino de la mentira, Y en tu misericordia concédeme tu ley.
30
Escogí el camino de la verdad; He puesto tus juicios delante de mí.
31 Me
he apegado a tus testimonios; Oh Jehová, no me avergüences.
32
Por el camino de tus mandamientos correré, Cuando ensanches mi corazón.
HE
33
Enséñame, oh Jehová, el camino de tus estatutos, Y lo guardaré hasta el fin.
34
Dame entendimiento, y guardaré tu ley, Y la cumpliré de todo corazón.
35
Guíame por la senda de tus mandamientos, Porque en ella tengo mi voluntad.
36
Inclina mi corazón a tus testimonios, Y no a la avaricia.
37
Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.
38
Confirma tu palabra a tu siervo, Que te teme.
39
Quita de mí el oprobio que he temido, Porque buenos son tus juicios.
40 He
aquí yo he anhelado tus mandamientos; Vivifícame en tu justicia.
VAU
41
Venga a mí tu misericordia, oh Jehová; Tu salvación, conforme a tu dicho.
42 Y
daré por respuesta a mi avergonzador, Que en tu Palabra he confiado.
43 No
quites de mi boca en ningún tiempo la palabra de verdad, Porque en tus juicios
espero.
44
Guardaré tu ley siempre, Para siempre y eternamente.
45 Y
andaré en libertad, Porque busqué tus mandamientos.
46
Hablaré de tus testimonios delante de los reyes, Y no me avergonzaré;
47 Y
me regocijaré en tus mandamientos, Los cuales he amado.
48
Alzaré asimismo mis manos a tus mandamientos que amé, Y meditaré en tus
estatutos.
ZAIN
49
Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, En la cual me has hecho esperar.
50
Ella es mi consuelo en mi aflicción, Porque tu dicho me ha vivificado.
51
Los soberbios se burlaron mucho de mí, Mas no me he apartado de tu ley.
52 Me
acordé, oh Jehová, de tus juicios antiguos, Y me consolé.
53
Horror se apoderó de mí a causa de los inicuos Que dejan tu ley.
54
Cánticos fueron para mí tus estatutos En la casa en donde fui extranjero.
55 Me
acordé en la noche de tu nombre, oh Jehová, Y guardé tu ley.
56
Estas bendiciones tuve Porque guardé tus mandamientos. 905
CHET
57 Mi
porción es Jehová; He dicho que guardaré tus palabras.
58 Tu
presencia supliqué de todo corazón; Ten misericordia de mí según tu palabra.
59
Consideré mis caminos, Y volví mis pies a tus testimonios.
60 Me
apresuré y no me retardé En guardar tus mandamientos.
61
Compañías de impíos me han rodeado, Mas no me he olvidado de tu ley.
62 A
medianoche me levanto para alabarte Por tus justos juicios.
63
Compañero soy yo de todos los que te temen Y guardan tus mandamientos.
64 De
tu misericordia, oh Jehová, está llena la tierra; Enséñame tus estatutos.
TET
65
Bien has hecho con tu siervo, Oh Jehová, conforme a tu palabra.
66
Enséñame buen sentido y sabiduría, Porque tus mandamientos he creído.
67Antes
que fuera yo humillado, descarriado andaba; Mas ahora guardo tu palabra.
68 Bueno eres tú, y bienhechor; Enséñame tus estatutos.
68 Bueno eres tú, y bienhechor; Enséñame tus estatutos.
69
Contra mí forjaron mentira los soberbios, Mas yo guardaré de todo corazón tus
mandamientos.
70 Se
engrosó el corazón de ellos como sebo, Mas yo en tu ley me he regocijado.
71
Bueno me es haber sido humillado, Para que aprenda tus estatutos.
72
Mejor me es la ley de tu boca Que millares de oro y plata.
YOD
73
Tus manos me hicieron y me formaron; Hazme entender, y aprenderé tus
mandamientos.
74
Los que te temen me verán, y se alegrarán, Porque en tu palabra he esperado.
75
Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que conforme a tu fidelidad
me afligiste.
76
Sea ahora tu misericordia para consolarme, Conforme a lo que has dicho a tu
siervo.
77
Vengan a mí tus misericordias, para que viva, Porque tu ley es mi delicia.
78
Sean avergonzados los soberbios, porque sin causa me han calumniado;
Pero yo meditaré en tus mandamientos.
Pero yo meditaré en tus mandamientos.
79
Vuélvanse a mí los que te temen Y conocen tus testimonios.
80
Sea mi corazón íntegro en tus estatutos, Para que no sea yo avergonzado.
CAF
81
Desfallece mi alma por tu salvación, Mas espero en tu palabra.
82
Desfallecieron mis ojos por tu palabra, Diciendo: ¿Cuándo me consolarás?
83
Porque estoy como el odre al humo; Pero no he olvidado tus estatutos.
84
¿Cuántos son los días de tu siervo? ¿Cuándo harás juicio contra los que me
persiguen?
85 Los
soberbios me han cavado hoyos; Mas no proceden según tu ley.
86
Todos tus mandamientos son verdad; Sin causa me persiguen; ayúdame.
87
Casi me han echado por tierra, Pero no he dejado tus mandamientos.
88
Vivifícame conforme a tu misericordia, Y guardaré los testimonios de tu boca.
LAMED
89
Para siempre, oh Jehová, Permanece tu palabra en los cielos.
90 De
generación en generación es tu fidelidad; Tú afirmaste la tierra, y subsiste.
91
Por tu ordenación subsisten todas las cosas hasta hoy, Pues todas ellas te
sirven.
92 Si
tu ley no hubiese sido mi delicia, Ya en mi aflicción hubiera perecido.
93
Nunca jamás me olvidaré de tus mandamientos, Porque con ellos me has
vivificado.
94 Tuyo
soy yo, sálvame, Porque he buscado tus mandamientos.
95
Los impíos me han aguardado para destruirme; Mas yo consideraré tus
testimonios.
96 A
toda perfección he visto fin; Amplio sobremanera es tu mandamiento.
MEM
97
¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación.
98 Me
has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos, Porque siempre están
conmigo.
99
Más que todos mis enseñadores he entendido, Porque tus testimonios son mi
meditación.
100
Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus mandamientos;
101
De todo mal camino contuve mis pies, Para guardar tu palabra.
102
No me aparté de tus juicios, Porque tú me enseñaste.
103
¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.
104
De tus mandamientos he adquirido inteligencia; Por tanto, he aborrecido todo
camino de mentira.
NUN
105
Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.
106
Juré y ratifiqué Que guardaré tus justos juicios.
107
Afligido estoy en gran manera; Vivifícame, oh Jehová, conforme a tu palabra.
108
Te ruego, oh Jehová, que te sean agradables los sacrificios voluntarios de mi
boca,
Y me enseñes tus juicios.
Y me enseñes tus juicios.
109
Mi vida está de continuo en peligro, Mas no me he olvidado de tu ley.
110
Me pusieron lazo los impíos, Pero yo no me desvié de tus mandamientos.
111
Por heredad he tomado tus testimonios para siempre, Porque son el gozo de mi
corazón.
112
Mi corazón incliné a cumplir tus estatutos De continuo, hasta el fin.
SAMEC
113
Aborrezco a los hombres hipócritas; Mas amo tu ley.
114
Mi escondedero y mi escudo eres tú; En tu palabra he esperado.
115 Apartaos de
mí, malignos, Pues yo
guardaré los mandamientos de mi Dios.
116
Susténtame conforme a tu palabra, y viviré; Y no quede yo avergonzado de mi
esperanza.
117 Sosténme, y seré salvo, Y me regocijaré siempre en tus
estatutos.
118
Hollaste a todos los que se desvían de tus estatutos, Porque su astucia es
falsedad.
119 Como escorias hiciste
consumir a todos los impíos de la tierra;
Por tanto, yo he amado tus testimonios.
Por tanto, yo he amado tus testimonios.
120
Mi carne se ha estremecido por temor de ti, Y de tus juicios tengo miedo.
AYIN
121
Juicio y justicia he hecho; No me abandones a mis opresores.
122
Afianza a tu siervo para bien; No permitas que los soberbios me opriman.
123
Mis ojos desfallecieron por tu salvación, Y por la palabra de tu justicia.
124
Haz con tu siervo según tu misericordia, Y enséñame tus estatutos.
125
Tu siervo soy yo, dame entendimiento Para conocer tus testimonios.
126 Tiempo es de
actuar, oh Jehová, Porque
han invalidado tu ley.
127
Por eso he amado tus mandamientos Más que el oro, y más que oro muy puro.
128 Por
eso estimé rectos todos tus mandamientos sobre todas las cosas,
Y aborrecí todo camino de mentira.
Y aborrecí todo camino de mentira.
PE
129
Maravillosos son tus testimonios; Por tanto, los ha guardado mi alma.
130
La exposición de tus palabras alumbra; Hace entender a los simples.
131
Mi boca abrí y suspiré, Porque deseaba tus mandamientos.
132 Mírame, y ten misericordia de mí, Como
acostumbras con los que aman tu nombre.
133
Ordena mis pasos con tu palabra, Y ninguna iniquidad se enseñoree de mí.
134
Líbrame de la violencia de los hombres, Y guardaré tus mandamientos.
135
Haz que tu rostro resplandezca sobre tu siervo, Y enséñame tus estatutos.
136
Ríos de agua descendieron de mis ojos, Porque no guardaban tu ley.
TSADE
137
Justo eres tú, oh Jehová, Y rectos tus juicios.
138
Tus testimonios, que has recomendado. Son rectos y muy fieles.
139
Mi celo me ha consumido, Porque mis enemigos se olvidaron de tus palabras.
140
Sumamente pura es tu palabra, la ama tu siervo.
141
Pequeño soy yo, y desechado, Mas no me he olvidado de tus mandamientos.
142 Tu justicia es justicia eterna, Y tu ley la
verdad.
143
Aflicción y angustia se han apoderado de mí, Mas tus mandamientos fueron mi
delicia.
144
Justicia eterna son tus testimonios; Dame entendimiento, y viviré.
COF
145
Clamé con todo mi corazón; respóndeme, Jehová, Y guardaré tus estatutos.
146 A
ti clamé; sálvame, Y guardaré tus testimonios.
147
Me anticipé al alba, y clamé; Esperé en tu palabra.
148
Se anticiparon mis ojos a las vigilia de la noche, Para meditar en tus
mandatos.
149
Oye mi voz conforme a tu misericordia;
Oh
Jehová, vivifícame conforme a tu juicio.
150 Se acercaron a la maldad los que me
persiguen; Se alejaron de tu ley.
151
Cercano estás tú, oh Jehová, Y todos tus mandamientos son verdad.
152 Hace ya mucho que he entendido tus
testimonios, Que para siempre los has establecido.
RESH
153
Mira mi aflicción, y líbrame, Porque de tu ley no me he olvidado
154
Defiende mi causa, y redímeme; Vivifícame con tu palabra.
155 Lejos está de los impíos la salvación, Porque
no buscan tus estatutos.
156
Muchas son tus misericordias, oh Jehová; Vivifícame conforme a tus juicios.
157
Muchos son mis perseguidores y mis enemigos, Mas de tus testimonios no me he
apartado.
158
Veía a los prevaricadores, y me disgustaba, Porque no guardaban tus palabras.
159
Mira, oh Jehová, que amo tus mandamientos; Vivifícame conforme a tu
misericordia.
160
La suma de tu palabra es verdad, Y eterno es todo juicio de tu justicia.
SIN
161
Príncipes me han perseguido sin causa, Pero mi corazón tuvo temor de tus
palabras.
162
Me regocijo en tu palabra Como el que halla muchos despojos.
163
La mentira aborrezco y abomino; Tu ley amo.
164
Siete veces al día te alabo A causa de tus justos juicios.
165 Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no
hay para ellos tropiezo.
166
Tu salvación he esperado, oh Jehová, Y tus mandamientos he puesto por obra.
167
Mi alma ha guardado tus testimonios, Y los he amado en gran manera.
168
He guardado tus mandamientos y tus testimonios, Porque todos mis caminos están
delante de ti.
TAU
169
Llegue mi clamor delante de ti, oh Jehová; Dame entendimiento conforme a tu
palabra.
170
Llegue mi oración delante de ti; Líbrame conforme a tu dicho.
171
Mis labios rebosarán alabanza Cuando me enseñes tus estatutos.
172
Hablará mi lengua tus dichos, Porque todos tus mandamientos son justicia.
173
Esté tu mano pronta para socorrerme, Porque tus mandamientos he escogido.
174
He deseado tu salvación, oh Jehová, Y tu ley es mi delicia.
175
Viva mi alma y te alabe, Y tus juicios me ayuden.
176
Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, Porque no me he
olvidado de tus mandamientos. (Salmo
119).
*EL
Sal. 119 expone la alegría y el gozo que experimenta el que sigue la ley de
Dios como su guía.
Este
es un salmo acróstico compuesto de 22 partes, cada una de las cuales consta de
8 versículos. Las 22 partes corresponden a las 22 letras del alfabeto hebreo
(ver pág. 15). En hebreo todos los versículos de la primera sección comienzan
con 'álef , primera letra del alfabeto hebreo. Todos los versículos de la
segunda sección con bet, segunda letra de ese alfabeto, etc.
En cuanto
a que David sea el autor del Sal. 119. ver DTG 364; OE 270; 3TS 386; 4T 534. El
primer versículo presenta el tema en torno del cual gira todo el salmo. Salvo el vers. 122, todos los demás contienen
alguna referencia inequívoca a la revelación de Dios a la humanidad.
En la
primera sección del salmo, aparecen las siguientes palabras: "ley",
"testimonios", "caminos", "mandamientos",
"estatutos" y "juicios", las cuales indican los diferentes
aspectos de la revelación divina (ver com.
Sal. 19: 7). El uso de estos diferentes vocablos embellece el salmo y
evita la monótona repetición de una misma palabra.
1. Bienaventurados. Heb. 'ashre (ver com. Sal. 1: 1). El salmo comienza con una bendición para los
que obedecen la ley del Señor.
Perfectos. Heb. temimim, plural de tamim, "completo",
"sin culpa", "intachable"; se traduce también como
"perfecto" (Gén. 6: 9).
Que andan. Una vida santa equivale a vivir de acuerdo a la ley.
Ley. Heb. torah,
"enseñanza" o "instrucción" (ver com. Deut. 31: 9; Sal. 19: 7; Prov. 3: 1).
2. Testimonios. Ver
com. Sal. 19: 7.
Todo el corazón. No se puede servir al Señor con el corazón dividido
(Deut. 6: 5; Mat. 6:24; 12: 30; Luc. 16: 13).
3. No hacen iniquidad. O sea que su único propósito es estar en armonía con
la voluntad de Dios.
4. Mandamientos. Heb. piqqudim, "órdenes",
"preceptos", es decir, mandatos específicos que expresan nuestro
deber para con Dios (ver com. Sal. 19:
8). Los mandamientos de Dios requieren
cuidadosa obediencia y las personas o naciones no pueden quebrantarlos sin que
sufran resultados desastrosos.909
5. Estatutos. Heb. joq, "lo prescrito", del verbo jaqaq,
"grabar" o "inscribir".
6. Mandamientos. Heb. mitswah, "orden", "mandato"
(ver com. Sal.19: 8).
7. Aprendiere. El salmista se presenta a sí mismo como alumno de la
escuela de la ley.
Juicios. Heb. mishpat, "decisión" o 'juicio"
(ver com. Sal. 19: 9). Mishpa.t también
puede referirse a los "actos judiciales de Dios".
8. No me dejes. Cuando las personas o las naciones persisten en
abandonar la ley de Dios, éste permite que sigan sus inclinaciones (cf. Ose. 4: 17); pero nunca abandona a los que
guardan su ley.
9. Tu palabra. Los que emplean eficazmente la "espada del
Espíritu, que es la palabra de Dios" (Efe. 6: 17), vencerán las
tentaciones. El Maestro hizo frente a
las tentaciones más sutiles de Satanás con un "escrito está" (Mat. 4:
4, 7, 10). Hoy debemos utilizar las
mismas armas espirituales. La mente siempre debe nutrirse con la Palabra; de Io
contrario se debilitarán las defensas del alma y Satanás saldrá victorioso. El descuido del estudio de la Palabra y de la
meditación en ella, aun por un día,
resulta en una grave pérdida.
resulta en una grave pérdida.
10. No me dejes desviarme.
Aunque
debemos ejercitar todas las facultades del alma en el conflicto contra el
pecado, continuamos necesitando la ayuda del Señor. Sólo se puede resistir y vencer el pecado
mediante la poderosa ayuda de la tercera persona de la Divinidad (DTG 625);
pero Dios no hace nada a favor de nosotros sin nuestro consentimiento y
cooperación (DTG 621). Somos muy propensos
a desviarnos. Cuán a menudo nos
descarriamos como ovejas en las laderas de un monte (ver Isa. 53: 6).
11. He guardado. Este versículo encierra el secreto de la verdadera
vida cristiana. El solo conocimiento de
la Palabra no nos preservará del pecado; pero cuando se atesora la Palabra de
Dios en el corazón, se tienen las armas para hacer frente y derrotar al astuto
enemigo.
(ver Job 23: 12; Prov. 2: 1, 9; Jer. 31: 33).
(ver Job 23: 12; Prov. 2: 1, 9; Jer. 31: 33).
12. Bendito tú. Te bendeciré. Heb. barak. Tiene varias acepciones. Cuando Dios bendice a tina persona, se
entiende que le concede dones, o declara que tal persona ha recibido esos
dones. Cuando alguien bendice a Dios,
significa que lo reconoce como quien otorga los dones. En el AT se habla con frecuencia de personas
que bendicen a Dios (Sal. 63: 4; 103: 1, 2, 20-22; 145: 2; etc.). Cuando una
persona bendice a otra, expresa el deseo de que reciba dones para su bien. Por lo general, la LXX traduce barak como
eulogéÇ, "hablar bien de alguien".
En algunos pocos casos se emplea barak en sentido opuesto: "maldecir"
(ver com. Job 1: 5).
Enséñame. Todos necesitamos ser alumnos de la escuela de
Dios. Gran privilegio es poder solicitar
que se nos envíe el divino Instructor, y luego recibirlo (ver Juan 14: 26; 16:
13).
13. He contado. Todo discípulo fiel contará a otros el gran gozo que
siente en la Palabra de Dios y los invitará a compartir con él esa bendita
experiencia (ver Deut. 6: 7; cf. Mat.
12: 35).
14. Más que de toda riqueza. El que cree en la Palabra, aunque sea rey como
David, halla mayor satisfacción en sus tesoros que en las riquezas
terrenales. Los tesoros de la Palabra de
Dios son de mucho más valor que el oro o las piedras preciosas. Las riquezas desaparecen, pero los tesoros
celestiales perduran eternamente (ver Mat. 6: 19-21).
15. Meditaré. Cuando el alma medita en las verdades de la Palabra
de Dios, ellas llegan a ser parte de la vida.
La lectura rápida, sin reflexión, aprovecha poco. La meditación tranquila permite que el
Espíritu Santo aplique debidamente los principios generales a la experiencia
individual. "Una razón por la cual
no hay más piedad sincera y fervor religioso, es porque la mente está ocupada
con cosas sin importancia y no hay tiempo para meditar, escudriñar las
Escrituras u orar" (CW 125).
La
meditación es una ayuda contra la tentación.
La mente que está llena de los preceptos de Dios no tiene lugar para
pensamientos frívolos o degradantes. La
persona cuya mente está saturada de esos preceptos, andará por un camino puro.
16. Me regocijaré. Es natural que el regocijo siga a la meditación,
pues es el fruto de ella. La ley deja de
ser una carga y se transforma en la fuente del mayor gozo y deleite. Los que viven en armonía con Dios hallan gran
placer en leer su Palabra. La verdadera
religión no inhibe nuestras facultades, sino que las desarrolla mucho más.
17. Haz bien. Cf. Sal.
13:3, 6. La vida y la obediencia tienen una estrecha relación (Luc. 10: 28).
18. Abre. Heb. galah, "descubrir",
"revelar". El salmista ruega
que se quite todo lo que pueda cubrirle los ojos. No podemos penetrar en lo profundo de la
Divinidad, pues "el hombre natural no percibe las cosas que son del
Espíritu de Dios" (1 Cor. 2: 14).
Necesitamos que el Señor nos cure la ceguera del alma y nos conceda el
Espíritu Santo, pues sólo éste puede revelarnos las cosas de Dios (1 Cor. 2:
10).
19. Forastero. Heb. ger, "transeúnte". forastero que no
tiene derechos cívicos completos.
Nuestra permanencia en la tierra sólo es 910 temporal. Nuestro hogar está en el cielo (Heb. 11: 13, 14).
Nuestra permanencia en la tierra sólo es 910 temporal. Nuestro hogar está en el cielo (Heb. 11: 13, 14).
No
encubras. Como el salmista está en un país extraño, necesita un mapa para
guiarse; y lo encuentra en los mandamientos de Dios.
20. Quebrantada
está mi alma. David
estaba poseído de un intenso anhelo de comprender mejor los juicios de Dios. El
Señor se deleita en satisfacer ese deseo (Mat. 5: 6).
21. Reprendiste a los soberbios. Los
orgullosos son autosuficientes y se niegan a andar en el camino de los
mandamientos de Dios. Los humildes saben
que "el hombre no es señor de su camino"
(Jer. 10:23), y reconocen su necesidad del auxilio divino para no descarriarse.
(Jer. 10:23), y reconocen su necesidad del auxilio divino para no descarriarse.
22 Aparta de mí el oprobio y el menosprecio, Porque
tus testimonios he guardado.
Guardar
los mandamientos de Dios, tiene muchos beneficios. Beneficios en la salud, en
la vida familiar, en la vida religiosa…etc. Bendiciones temporales y en la
eternidad. Isa. 48:18; 66:22,23; Apoc. 22:14.
23. Príncipes. dignatarios reales.
24. Consejeros. En vez de seguir los consejos de los
"príncipes" (vers. 23) que hablaban contra él, el salmista prefirió
dejarse guiar por las normas de la voluntad revelada de Dios.
25. Abatida hasta el polvo. Figura que representa una angustia profunda (ver
Sal. 22: 29; 44: 25).
Vivifícame. "Hazme vivir" (BJ) o, hazme revivir.
26. Te he manifestado. El salmista había presentado ante Dios los secretos
de su vida.
27. Entender. David anhelaba comprender más profundamente los preceptos
de Dios para no obedecerlos a ciegas.
Quería captar inteligentemente el amplio alcance de sus requisitos.
28. Se deshace. Heb. dalaf, verbo que aparece sólo tres veces en el
AT. En Ecl. 10: 18 se traduce
"llueve"; en Job 16: 20, "derramaré mis lágrimas". La LXX y la Vulgata traducen
"adormecer". "Adormecióse
mi alma de hastío" (Scio de San Miguel, París, 1847).
Es mejor deshacerse de pena que endurecerse por la terquedad. El Señor se
deleita en sanar las heridas del alma quebrantada. La oración es una bendición maravillosa en
momentos de tristeza.
29. Camino de la mentira. El que verdaderamente ha nacido de Dios se aparta
de toda mentira y "habla verdad en su corazón" (Sal. 15: 2).
30. Escogí. El salmista escogió el camino de la fidelidad y de la
verdad en vez del "camino de la mentira" (vers. 29). Hay sólo dos caminos: el de la vida y el de
la muerte. Cada Individuo debe hacer su
propia elección, y de esta depende su destino eterno.
31. Me he apegado. Heb. dabaq, "adherirse",
"juntarse". David no era
inconstante en su elección; tenía la firme determinación de permanecer fiel.
32. Cuando ensanches mi corazón. Quizá en el sentido de quitar las restricciones
impuestas por la preocupación y los temores depresivos. Los que son víctimas de la duda y ansiedad no
pueden gozar plenamente de las bendiciones del cielo.
33. Enséñame. Heb. yarah, "instruir",
"enseñar". El sustantivo torah
(ley) deriva de este verbo (ver com. vers. 1).
No hay otro maestro como Dios (ver Job 36: 22).
Lo
guardaré. Un voto de constancia en la experiencia religiosa (cf. Mat. 24: 13; Fil. 1: 6).
34. Dame entendimiento. La Ciencia Y El Entendimiento constituyen la base
de la sabiduría. Practicar la sabiduría
es una función de la inteligencia. La
verdadera ciencia o el verdadero conocimiento no garantiza un proceder
correcto; pero éste va acompañado de un conocimiento de lo que es correcto, y
depende de ese conocimiento. La relación
entre los dos conceptos se presenta con claridad en la siguiente declaración:
"Las verdades de la Palabra de Dios son enunciadas por el Altísimo. El que incorpora en su vida esas verdades se convierte, en todo sentido, en una nueva criatura. No se le dan nuevas facultades mentales, pero desaparece la oscuridad con que la ignorancia y el pecado habían nublado su entendimiento. Las palabras 'os daré un corazón nuevo', significan 'os daré una nueva mente'. Un cambio de corazón siempre va acompañado por una clara convicción del deber cristiano, una comprensión de la verdad. El que estudia las Escrituras con ahínco y oración, obtendrá una clara comprensión y un sano juicio, como si al volverse a Dios hubiera alcanzado un plano más elevado de inteligencia" (EGW, RH 18-12-1913).
"Las verdades de la Palabra de Dios son enunciadas por el Altísimo. El que incorpora en su vida esas verdades se convierte, en todo sentido, en una nueva criatura. No se le dan nuevas facultades mentales, pero desaparece la oscuridad con que la ignorancia y el pecado habían nublado su entendimiento. Las palabras 'os daré un corazón nuevo', significan 'os daré una nueva mente'. Un cambio de corazón siempre va acompañado por una clara convicción del deber cristiano, una comprensión de la verdad. El que estudia las Escrituras con ahínco y oración, obtendrá una clara comprensión y un sano juicio, como si al volverse a Dios hubiera alcanzado un plano más elevado de inteligencia" (EGW, RH 18-12-1913).
De todo corazón. Ver com. vers. 2.
35. Tengo mi voluntad. "Mi complacencia tengo en ella"
(BJ). Ver com. Sal. 40: 8.
36. Avaricia. Heb. betsa', "ganancia" Juec. (5:19);
"provecho" (Job 22: 3); "codicia" (Prov. 1: 19; etc.). La
obediencia a los mandamientos de Dios impide que el creyente caiga presa del
deseo exagerado de obtener ganancias (ver Col. 3: 5).
37. Que no vean la vanidad. Difícilmente puede uno codiciar lo que no ve.
38. Confirma tu palabra. Esto es, haz tu Palabra segura para mí y que yo
confíe en ella. Cuanto más se estudia la Palabra de Dios, tanto más se está
seguro de su veracidad y permanencia.
(Sal. 19:9; Prov. 1: 7).
(Sal. 19:9; Prov. 1: 7).
Te teme. Cuando la Palabra de Dios se arraiga en el
corazón, se manifiesta en la vida reverencia hacia Dios. Los que tienen el
temor de Dios se libran de otros temores.
39. El oprobio. Posiblemente ésta sea una referencia al ridículo al
cual el salmista, según creía, sería sometido si no vivía a la altura de su
profesión. También podría referirse al
desagrado de Dios por su descarrío. Sin
embargo, el verbo "temer" (Heb. yagar) de este versículo es muy
diferente del temor piadoso (Heb. yir'ah, "santa reverencia") a que
se refiere el salmista en el vers. 38.
Buenos. Los juicios o decretos de Dios son buenos, y no
debieran desacreditarse por causa de los extravíos de quienes pretenden regirse
por dichos juicios. 911
40. Vivifícame. El salmista necesitaba un renovado poder para hacer
frente a nuevas emergencias, por lo que pedía una fuerza vivificadora (vers.
37).
En tu justicia. Los que están revestidos con la justicia de Cristo
están aliados con el cielo.
Constantemente se les conferirá poder físico y mental (DTG 767).
41. Misericordia. Heb. jésed, "amor divino" La suprema
evidencia de que Dios nos ama se encuentra en la entrega de su Hijo para la
salvación de la raza humana (1 Juan 4: 9, 10).
Si no fuera por el misericordioso amor de Dios, nadie podría salvarse.
Conforme a tu dicho. En la Palabra de Dios se presenta tan claramente el
camino de la salvación, que no hay razón para confundirse. "Dios ha hablado en un lenguaje sencillísimo en cuanto a todos los temas que
atañen a la salvación del alma" (EGW RH, 5-2-1901). Desde el Génesis hasta el Apocalipsis, las
Escrituras constituyen un comentario de la forma en que actúan el amor y la
misericordia de Dios para conducir a los pecadores a la salvación.
42. Daré por respuesta. Cf. 1 Ped. 3: 15.
Un cristiano victorioso es el mejor argumento en favor de la verdadera
piedad (ver OE 128).
43. No quites. Este versículo parece relacionarse con el vers.
42. Si se entiende así, el salmista
ruega que al hablar en defensa de su fe pueda hacerlo con libertad y de una
manera que concuerde con su elevada profesión.
44. Guardaré tu ley siempre, Para siempre y
eternamente.
Una
expresión muy emotiva del salmista. Pero si vamos al fondo, vemos que la ley de
Dios, será observado también en la tierra nueva, por la eternidad. Isa.
66:22,23.
45. En libertad. Literalmente, "en un lugar amplio". En la obediencia de la ley de Dios no hay
restricción ni estrechez. Con razón se
ha dicho que la obediencia a la ley es libertad. No hay esclavitud en la verdadera santidad
(ver com. Prov. 3: 1); pero para el
inconverso, la presencia de Dios aparece como un constante freno, y el carácter
de Dios como una expresión restrictiva del Decálogo.
46. Delante de los reyes. El que vive en compañía del Rey de reyes no
necesita temer la presencia de un rey terrenal.
Compárese con las vicisitudes de Daniel (Dan. 5: 17), Nehemías (Neh. 2:
1-7)
y Pablo (Hech. 26: 27).
y Pablo (Hech. 26: 27).
47. Me regocijaré. Ver com.
Sal. 40: 8. Muchas veces la gente piensa que las órdenes son enemigas de
la dicha; pero no ocurre así con los mandamientos de Dios, quien, por medio de
ellos, nos hace saber qué conviene para nuestro bien supremo.
48. Alzaré. PosibIemente una referencia a la acción de levantar
las manos en oración (ver Sal. 28: 2).
49. Me has hecho esperar. Las palabras de Dios son un cimiento firme sobre el
cual uno puede sobreedificar su esperanza (ver Mat. 7: 24-27). El Señor no sólo nos ha dado su bendita
Palabra; también ha infundido fe en ella.
50. Porque tu dicho me ha vivificado. La Palabra de Dios es motivo de consuelo en todo
momento de prueba. En ella hallarán
recursos inagotables los que necesitan consolación; y aunque el consuelo divino
no quite la aflicción, el alma se remontará por encima de su angustia.
51. Los soberbios. Heb. zed, "presuntuosos", "arrogantes". Esos incrédulos ridiculizaban la fe del
salmista, pero éste rehusó desviarse de su obediencia a la ley de Dios. Los impíos se deleitan en burlarse de los
justos; pero la burla, lejos de desanimar a éstos, debería fortalecer su
resolución de obedecer los mandamientos de Dios.
52. Antiguos. Heb.
"desde lo antiguo". 'Olam, voz que indica un tiempo largo pero
no necesariamente perpetuidad (ver com.
Exo. 12: 14; 21: 6).
Me consolé. El recuerdo del trato de Dios con sus santos en
tiempos pasados es fuente de inagotable solaz y de constante consuelo. Es apropiado que de vez en cuando repasemos
la forma providencial en que el Señor nos ha guiado. Esto nos infundirá ánimo para el presente y
esperanza para el futuro.
53. Horror. Heb. zal'afah, "indignación",
"furor". El salmista se indignaba al pensar en los impíos que no
observaban la ley de Dios. Se
maravillaba de que otros pudieran ser tan descuidados e indiferentes. No parecía causarle tanta preocupación o
alarma el hecho de que los impíos se burlaran de él, como que abandonaran la
ley de Dios, pues esto último acabaría por destruirlos.
54. Fui extranjero. Los cantos del peregrino animan al solitario
viajero (ver Ed 162, 163). El salmista
había compuesto muchos de esos himnos y se deleitaba en cantarlos. Somos peregrinos en este mundo. Nuestro verdadero hogar está en el cielo, y
desde ahora podemos cantar los cánticos de ese hermoso reino. El tema de nuestros cánticos debiera 912 ser
el del salmista: el maravilloso carácter de Dios, tal como se revela en su ley.
55. En la noche. Las horas de insomnio pueden ser de provecho si se
las dedica a la meditación de Dios y en su ley.
En cuanto a la importancia de la meditación, ver com. vers. 15.
56. Estas bendiciones tuve. Heb.
"esto fue para mí", o sea, "esto me vino",
"esto me aconteció".
El salmista había recibido consuelo, ánimo, poder para cantar y esperanza porque obedecía los preceptos divinos. Todas estas bendiciones son fruto de la obediencia.
El salmista había recibido consuelo, ánimo, poder para cantar y esperanza porque obedecía los preceptos divinos. Todas estas bendiciones son fruto de la obediencia.
57. Mi porción. Cf. Sal. 16:
5; 73: 26. Dios es la mejor posesión del
cristiano.
58. Tu presencia supliqué. Cf. Sal. 45:
12.
59. Consideré mis caminos. El autoexamen es esencial para el crecimiento
cristiano. La formación de un carácter
cristiano noble no es fácil. Debemos
criticarnos detenidamente, sin permitir que un solo rasgo desfavorable quede
sin corregir (ver PVGM 266). La razón
por la cual muchos caen tan fácilmente en la tentación es porque no se
preocupan ni se lamentan por sus pecados.
60. Me apresuré. En vista de su pasado, el salmista (vers. 59) se
apresuró a dejar su propio camino errado para andar por el camino de justicia.
Cuando la convicción se apodera de nosotros, hacemos bien en obedecer
prontamente. La demora es peligrosa. La postergación nos roba no sólo el tiempo
sino también la eternidad.
61. Me han rodeado. Los impíos estaban confabulados contra el salmista,
y lo habían rodeado, de modo que no parecía haber escape posible. Sin embargo, no podían separarlo de Dios ni
apartar a éste de él. Su seguridad de
que había sido fiel a la ley le inspiraba ánimo a pesar de sus enemigos.
62. A medianoche. Mientras otros dormían y todo estaba en quietud,
dedicaba las horas de la noche a la alabanza y la devoción (ver com. vers. 55).
63. Compañero. Los que aman a Dios encuentran sus amigos más
queridos en el pueblo de Dios.
Lo que es similar se atrae, y se conoce a la gente por sus amistades.
Lo que es similar se atrae, y se conoce a la gente por sus amistades.
64. Está llena la tierra. No hay lugar alguno donde no se encuentre la
misericordia de Dios. Podemos estar
desterrados, pero ningún poder es capaz de alejarnos del amante cuidado de
Dios.
65. Bien has hecho. Mientras repasa su vida, el salmista reconoce que
Dios ha sido bueno con él. Aunque ha
pasado por algunas vicisitudes, el Señor siempre ha estado a su lado.
66. Buen sentido. David deseaba poseer discernimiento moral agudo y
buen gusto en todas las cosas. Estas
cualidades son dones del Espíritu que se conceden a los que procuran vivir en
armonía con la voluntad revelada de Dios.
67. Humillado. Muchas de nuestras mejores lecciones espirituales y
más preciosas experiencias se encuentran en el valle de la aflicción.
Descarriado andaba. El sufrimiento del salmista lo había llevado de
nuevo al camino recto.
68. Bueno. Aun en la aflicción se puede discernir la bondad de
Dios. Las quejas impacientes son pecaminosas e irrazonables (ver 5T 313, 314).
69. Forjaron. Heb. "ensuciar", "difamar",
"pintar".
70. Se engrosó el corazón. Quizá sirva esta descripción para afirmar que los
impíos son insensibles ante los elevados aspectos de la vida espiritual. Mientras que otros se complacían en placeres
sensuales, el salmista hallaba su deleite en meditar en la ley.
71. Bueno me es haber sido humillado. Muchas veces la aflicción se origina en los impíos,
pero Dios la encauza para bien (ver com.
Sal. 38: 3). Aunque parezca
difícil sobrellevar la tristeza y el sufrimiento, las lecciones que tales
experiencias nos enseñan son invalorables para el desarrollo del carácter
cristiano.
72. Oro y plata. El valor del dinero no puede compararse con el de
la verdad. Las posesiones terrenales
muchas veces desaparecen, pero nadie puede privarnos de las bendiciones que
proporciona la obediencia a la ley de Dios.
73. Me formaron. "Me establecieron" (cf. Deut. 32: 6).
Así como Dios le había dado el cuerpo, David pedía que también le
perfeccionara el entendimiento espiritual.
74. Se alegrarán. Los justos se regocijarían cuando vieran la
maravillosa transformación que Dios había realizado en el salmista. Los que irradian esperanza son fuente de gozo
para otros.
75. Justos. Todas las leyes de Dios 913 concuerdan perfectamente
con la norma de justicia.
Fidelidad. Dios es fiel. El canaliza la aflicción para sus
propósitos de misericordia (ver Lam. 3: 33). Nunca nos pide que soportemos más
de lo que podemos llevar (ver 1 Cor. 10: 13).
76. Consolarme. Ver com. vers. 50.
77. Viva. Ver Hech. 17: 28.
78. Soberbios. Heb. zed (ver com. vers. 5 1).
79. Vuélvanse a mí los que te temen Y conocen tus
testimonios.
Siempre es
buen momento para unirse con los hermanos para alabar a Dios; si nos alejamos,
es tiempo de volver y obedecer. Nadie ama a quien no conoce; solo se ama a
quien se conoce. ¿Y cómo conocemos a Dios?
los conocemos por su carácter.
Por medio de su ley; una ley de amor. (Éxodo 34:4-7; Juan 14:15; 1Juan
2:5,6).
80. Integro. Heb. tamim, "completo", "sin
tacha" (ver com. vers. 1). Un
corazón intachable es más importante que la alta estima de los amigos. Una experiencia "completa" sólo se
consigue mediante la unión con Cristo, quien proporciona el poder que nos
capacita para la obediencia (Rom. 8: 1-4).
Sólo las personas cuyo corazón haya sido purificado podrán estar en pie
en las pruebas de los últimos días (ver CS 677). La apariencia externa de fe de nada valdrá
sin la presencia del Espíritu de Cristo.
81. Desfallece. Heb. kalah, "acabarse". Cuando se emplea este verbo con el vocablo
"alma",
la expresión significa "consumirse de deseo".
la expresión significa "consumirse de deseo".
82. Desfallecieron. Heb. kalah (ver com. vers. 81). Los ojos también se consumen de deseo,
pues la tan anhelada esperanza no se cumple.
pues la tan anhelada esperanza no se cumple.
83. Odre. David se compara con una vasija de cuero, reseca
por el calor y ahumada.
84. ¿Cuántos? Cf. Sal. 90:
10, 12.
85. Hoyos. Una figura. Se refiere a los hoyos que cavaban los
cazadores para atrapar su presa.
El enemigo trataba por todos los medios posibles de aprisionar a David (ver Jer. 18: 20, 22).
El enemigo trataba por todos los medios posibles de aprisionar a David (ver Jer. 18: 20, 22).
86. Verdad. El hebreo emplea el mismo vocablo que se traduce
"fidelidad" en el vers. 75.
Los mandamientos de Dios son un reflejo de su carácter (ver com. vers. 75).
Los mandamientos de Dios son un reflejo de su carácter (ver com. vers. 75).
87. Casi me han echado por tierra. El salmista decidió que nada que los demás pudieran
hacerle lo apartaría de su propósito de obedecer los santos preceptos de
Dios. El Altísimo honra a quien está
dispuesto a morir antes que a desviarse del buen camino.
88. Vivifícame conforme a tu misericordia, Y
guardaré los testimonios de tu boca.
Solo es
posible guardar los mandamientos de Dios, si el Espíritu está en nuestra vida. Hebreos
10:15-17.
89. Permanece. La Palabra de Dios es permanente, inmutable. Está
muy por encima de los accidentes de la casualidad y permanece tanto en el cielo
como en la tierra. Lo que el hombre enseña respecto a la Palabra podrá cambiar,
pero la Palabra misma permanece inconmovible.
90. Subsiste. La constancia de la naturaleza puede ser
considerada como una garantía de la fidelidad de Dios en su trato con sus
hijos. Dios es fiel a sus promesas en
todo tiempo y en todo lugar.
91. Ordenación. Heb. mishpat "juicio",
"decisión" (ver com. vers. 7).
El cielo y la tierra obedecen los decretos de su Creador. Desde el animal más poderoso hasta el más
diminuto insecto, desde la estrella más gigantesca hasta el pequeñísimo átomo,
todos obedecen al Dios omnipotente (3JT 259, 260).
92. Hubiera perecido. Cuando Dios se reveló a David éste recibió nueva
esperanza y renovado ánimo que vivificaron su espíritu desfalleciente. La misma palabra que preserva los cielos y la
tierra también conservará y sustentará al pueblo de Dios en el tiempo de su
mayor prueba y más profunda angustia.
93. Nunca jamás me olvidaré. Una vez que experimentamos el poder vivificador de
la Palabra de Dios, nunca debiéramos retroceder en nuestra experiencia. El olvido de las providencias divinas nos
desanima, y desagrada a Dios. "No
tenemos nada que temer del futuro, a menos que olvidemos la manera en que el
Señor nos ha conducido, y lo que nos ha enseñado en nuestra historia
pasada"
(NB 216).
(NB 216).
94. Tuyo soy. Cf. 1 Juan 3: 1.
95. Consideraré. El poder de la Palabra capacitaba al salmista para
salir victorioso de todas las trampas de sus enemigos. Si Satanás no puede distraernos ni hacer que
dejemos de pensar y meditar en las Sagradas Escrituras, no tendrá éxito en su
guerra contra nosotros.
96. Perfección. Heb. tiklah.
Voz que sólo aparece aquí, y por lo tanto su sentido exacto es difícil
de captar. Deriva del verbo kalah,
"acabar", "completar", "terminar", por lo cual
podría significar "límite".
La LXX dice péras, que significa exactamente esto. Sin duda el salmista veía que todo lo humano tiene límites, y por contraste, la revelación de Dios aparecía como insondable.
La LXX dice péras, que significa exactamente esto. Sin duda el salmista veía que todo lo humano tiene límites, y por contraste, la revelación de Dios aparecía como insondable.
Amplio sobremanera. Los tesoros que pueden encontrarse en la
contemplación de las grandes verdades contenidas en la ley de Dios son
inagotables. Son como una fuente
perenne.
El mandamiento es una perfecta representación de la santidad divina, y nos 914 lleva a admitir nuestra imperfección cuando nos juzgamos conforme a sus excelsas normas.
El mandamiento es una perfecta representación de la santidad divina, y nos 914 lleva a admitir nuestra imperfección cuando nos juzgamos conforme a sus excelsas normas.
97. ¡Cuánto amo! Podemos leer la ley de Dios, oírla, hablar de ella y
hasta predicarla; pero si no amamos sus preceptos, de nada nos aprovechará. La
ley y el amor están íntimamente relacionados.
"El cumplimiento de la ley es amor" (Rom. 13: 10). La ley de Dios sólo puede ser verdaderamente
reverenciada y obedecida por un corazón donde mora el amor.
98. Más sabio. Es verdaderamente sabio el que dirige su vida de
acuerdo con los preceptos divinos.
El que aprende de Dios tiene una sabiduría práctica con la cual no podrá competir ningún enemigo de la verdad (ver Ed 120; CW 175).
El que aprende de Dios tiene una sabiduría práctica con la cual no podrá competir ningún enemigo de la verdad (ver Ed 120; CW 175).
99. Más que todos mis enseñadores he entendido,
Porque tus testimonios son mi meditación.
Cuando
comprendemos por nosotros mismos, el valor de la ley de Dios o en este caso
todo el pentateuco o La Torá. será una delicia meditar. Sacaremos cosas nuevas
cada día e instante. Amen.
“Ningún
hombre puede presentar correctamente la ley de Dios sin el Evangelio, ni el
Evangelio sin la ley. La ley es el Evangelio sintetizado, y el Evangelio es la
ley desarrollada. La ley es la raíz, el Evangelio su fragante flor y fruto”.
“De estos dos…depende toda la ley y profetas” Mt. 22:40. EGW/PVGM 99.
100. Los viejos. Los que se dedican con diligencia al estudio de la
Palabra de Dios tienen más verdadero conocimiento que el anciano filósofo que
no se ha inclinado para beber de la fuente de la verdadera sabiduría (ver com.
vers. 98).
101. Contuve mis pies. David procuraba evitar todo lo que estorbara su
progreso espiritual. Las sendas del
pecado pueden ser suaves y floridas, pero los que se engañan con su atracción
abandonan la Palabra de Dios.
102. No me aparté de tus juicios, Porque tú me enseñaste.
El temor
es el ancla para no desviarnos del camino de Dios. El temor saludable conlleva
a la obediencia.
Hoy la
sociedad se forma sin temor o escrúpulos. Y por ende la maldad abunda.
Mi Madre
me decía: porque me gustaba subirme a al árbol de lima dulces del vecino. Si nos
demandan ¿cómo pagaremos? ¡Entonces me materia alejado de las ricas limas dulces!
El temor tiene bendiciones cuando se lo usa correctamente. El salmista no se
olvidó, lo que le enseñó el Señor; porque temía al Señor. Amen.
103. Dulces. El salmista no sólo había escuchado las palabras de
Dios; también se había alimentado de ellas.
Le eran más dulces que la miel (ver Sal. 19: 10).
104. Inteligencia. La persona que es de veras inteligente, detesta el
pecado y la falsedad, y ama la justicia y la verdad.
105. Lámpara. La Palabra de Dios ilumina el camino para que los
creyentes puedan caminar seguros en las tinieblas espirituales de este
mundo. El que tiene esta luz para que lo
guíe, no tiene razón para tropezar, aunque esté acosado por el mal (ver 2 Pedro
1: 19)
106. Guardaré. El salmista prometió obedecer la ley y manifestó
cuidadoso esmero en el cumplimiento de esta promesa. Del mismo modo, deberíamos hacer todo lo
posible para cooperar con Dios y cumplir toda buena resolución que hagamos.
107. Afligido. El servir a Dios no garantiza ausencia de
dificultades o sufrimiento (Fil. 1: 29).
Las pruebas ayudan a desarrollar caracteres nobles.
Las pruebas ayudan a desarrollar caracteres nobles.
108. De mi boca. Sin duda se refiere a ofrendas de gratitud y a la
oración. El autor pide al Señor que
acepte estas ofrendas que voluntariamente le ofrece. El Señor se deleita en las ofrendas
voluntarias.
109. En peligro. El hebreo dice "Mi vida está continuamente en
mis manos", figura que representa peligro (ver 1 Sam. 19: 5). El salmista expresa su resolución de no
desviarse para buscar seguridad en el pecado y así olvidar la ley. Arriesgaría su vida si fuera necesario, por
causa de la ley.
110. Me pusieron lazo los impíos, Pero yo no me
desvié de tus mandamientos.
Siempre es
importante rodearse de amistades que nos acerquen y no que nos alejen de Dios y
sus principios.
111. Por heredad he tomado tus testimonios para
siempre, Porque son el gozo de mi corazón.
El mayor
legado que podemos tener para nuestro bienestar personal y familiar;
es vivir conformes a la regla de Dios.
es vivir conformes a la regla de Dios.
112. Mi escondedero. Cuando nos acosa la tentación podemos hallar
nuestro refugio en Dios. Cada vez que el
enemigo nos lance sus dardos, podremos detenerlos con el "escudo de la
fe" (Efe. 6: 16). Cuando nos
aflijan la tristeza y el desánimo, siempre podremos encontrar esperanza en la
Palabra de Dios.
113 Aborrezco a los hombres hipócritas; Mas amo tu
ley.
La
duplicidad mental o tibieza es muy dañino para la fe. En apocalipsis, el
testigo fiel. Da el ultimátum para definirse; Antes de ser desechados. 3:14-22.
114 Mi escondedero y mi escudo eres tú; En tu
palabra he esperado.
Nuestro
escudo, protector es Dios. Que haríamos sin Dios. el enemigo acabaría con todos
sus hijos fieles.
Pero gracias Señor, por ser nuestro protector.
Pero gracias Señor, por ser nuestro protector.
115. Apartaos de mí. Ver 1 Cor. 5: 9; 2 Tes. 3:14. David anhelaba
apartarse de los impíos, porque la compañía de ellos impediría su crecimiento
espiritual. Es bueno cultivar la amistad
de personas cuya influencia nos eleva a un más alto nivel espiritual.
116. Viviré. El salmista sentía que dependía de tal modo del
poder sustentador de Dios, que no podría vivir sin él.
No quede yo avergonzado. Nunca debemos avergonzarnos de nuestra esperanza,
porque descansa sobre el firme cimiento de la Palabra de Dios (Rom. 5: 5; Fil.
1: 20; 1 Juan 2: 28).
117. Siempre. La capacidad de perseverar hasta el fin procede del
poder divino (Judas 24).
118. Hollaste. O, "rechazaste", "tiraste a un
lado". Los impíos se autodestruyen
por su elección (ver 5T 120; cf. Ose.
13: 9). No tienen ningún deseo de
caminar con Dios, y éste no tiene más alternativa que destruirlos.
119. Como escorias. La escoria está ahora junto con el metal precioso,
pero pronto vendrá el día de la separación, cuando el Refinador realizará su
obra de purificación (Mal. 3: 3; cf.
Mat. 13: 30).
120. Tengo miedo. Temor. Heb. yir'ah, "temor",
"temieron" (Jon. 1: 10), o "reverencia", "santo
temor" (Sal. 2: 11; 5: 7). El uso técnico de yir'ah casi equivale a
"servicio", "adoración". Hay quienes abandonan "el temor
del Omnipotente" (Job 6: 14). "El temor de Jehová" puede
enseñarse (Sal. 34: 11). Es "enseñanza de sabiduría" (Prov. 15:
33). Los que temen a Dios también
respetarán y observarán sus preceptos.
121. Juicio y justicia. David tenía la conciencia limpia respecto a las
supuestas faltas de que se lo acusaba.
Se había esforzado por ser justo en su trato con sus prójimos; había
hecho lo mejor posible, y esperaba confiado que el Señor contestaría su
oración. Recurría al gran juez para que
lo liberara de la injusticia 915 de sus opresores.
122. Afianza. Cf. Gén. 43:
9.
123. La palabra de tu justicia. El salmista anhelaba escuchar el justo juicio de
Dios acerca de su caso. Sus enemigos lo
habían calumniado y difamado, pero sabía que Dios daría un justo fallo en
cuanto a él.
124. Haz con tu siervo según tu misericordia, Y
enséñame tus estatutos.
Cada día
necesitamos aprender. Por eso vamos en busca de Dios, cada día. Al orar, al
estudiar su palabra, y meditar en su grande amor por sus hijos, aun en las
pruebas; nos enseña su voluntad. Aprendemos a cada paso. Amen.
125. Tu siervo. El salmista se deleitaba en llamarse
"siervo" de Dios (Sal. 19: 11, 13; 27: 9; 69: 17; etc.).
126. De actuar. Los impíos se han sumido de tal modo en
la desobediencia, que David piensa que el Señor debe intervenir sin demora para
castigarlos. Sin embargo, Dios es
paciente y lento para destruir. Anhela
que todos se arrepientan y se aparten de sus malos caminos (Eze. 33: 11; 2 Ped.
3: 9).
*Pero
llegará un día, el día de ajuste de cuentas. Ecles. 12:13,14. No callará por
siempre. Isa. 42:14.
127. Más que el oro. Las más preciadas posesiones terrenales no pueden
compararse con los tesoros de la Palabra de Dios.
128. Todo camino de mentira. El amor a la verdad va acompañado del odio a la
mentira. La verdad y la mentira se excluyen mutuamente. El mismo hecho de que amemos la verdad nos
obliga a odiar el error. "Cuando
estamos revestidos con la justicia de Cristo no sentimos ninguna inclinación al
pecado" (EGW RH 18- 3-1890).
129. Maravillosos. Heb. pela'oth. Se emplea con frecuencia para
describir la revelación del poder divino en obras milagrosas (Exo. 15: 11; Sal.
77: 11, 14). Las palabras de Dios están
estrechamente ligadas con sus actos.
130. Los simples. Ver com.
Sal. 19: 7. Los que necesitan instrucción y perciben su carencia de
ella, reciben discernimiento mediante el estudio de la Palabra (ver com. Prov. 1: 4).
131. Mi boca abrí y
suspiré, Porque deseaba tus mandamientos.
¿Quién
podría llegar a éste estado? Solo el
que tiene a Dios, en su corazón plenamente. Por ello, desea seguir aprendiendo.
Es fiel en todo sentido de la palabra.
132. Como acostumbras. Heb.
"de acuerdo al [buen] juicio", posiblemente para significar:
"de acuerdo con el derecho de [los que aman tu nombre]". Los que aman el nombre de Dios tienen derecho
de hacerle pedidos. El Señor se complace
cuando le presentamos nuestras peticiones y nos aferramos a sus promesas.
133. Ordena mis pasos con tu palabra, Y ninguna
iniquidad se enseñoree de mí.
La ley es
como un espejo, que nos hace ver, como estamos en nuestra vida.
Un
cristiano fiel, es alguien ordenado, en todas las áreas de su vida.
Iniquidad,
es transgredir la ley de Dios o vivir de espaldas a sus requerimientos. Gen.
49:5; Ex. 34:7; Job 31:11.
En el
nuevo testamento no es diferente la palabra iniquidad o Inicuo. Gr. ho ánomos,
literalmente "el sin ley", por lo tanto, "el violador de la
ley", "el desobediente"; o el "impío" (BJ, BC).
134. Violencia. David sabía por experiencia propia lo que eran la
violencia y la opresión. Durante su
juventud había experimentado muchas pruebas y dificultades. Pedía ser liberado de todo lo que le
impidiera observar los preceptos de Dios.
135. Que tu rostro resplandezca. Ver com. Núm. 6: 25. El que posea la bendición de vislumbrar la
gloria del rostro de Dios, será elevado por encima de la oscuridad y tristeza
terrenales (ver 2 Cor. 3: 18).
136. Ríos de agua. Una hipérbole para indicar abundante llanto. La indignación de David (vers. 118, 119) a
causa de los pecados de los impíos se trocó en lástima y conmiseración por
ellos a causa de la ceguera que les impedía ver su condición.
137. Justo eres tú, oh Jehová, Y rectos tus juicios.
Dios es la
fuente de la verdad y justicia, y de los valores reales.
138. Has recomendado. Una autoridad divina ha redactado los testimonios,
y éstos llevan el sello de su Autor. El
ser humano no tiene derecho a poner en duda estos mandamientos regios. Son rectos y fieles como el Señor los
proclamó.
139. Mi celo me ha consumido. Ver com. Sal. 69:9.
140. Sumamente pura. Literalmente, "refinada en gran manera". No
hay mezcla alguna de error en la Palabra de Dios.
141. Pequeño. David estaba dispuesto a subestimarse. Los grandes hombres nunca son grandes ante
sus propios ojos.
142. Verdad. La ley de Dios no sólo es verdadera: es la verdad
misma; no sólo contiene la verdad, sino que en esencia, es la verdad. Los que obedecen esta ley andan en la verdad,
pero los que la desobedecen viven en el error y la falsedad.
143. Mi delicia. El gozo del salmista no dependía de las
circunstancias externas, sino de la paz interior que deriva del estudio de la
Palabra de Dios.
144. Eterna. Los legisladores humanos mudan sus leyes para
adaptarse a las exigencias de turno; pero la ley de Dios es inmutable.
Dame entendimiento. Sólo cuando una persona vive en armonía con la ley
divina podrá comprender verdaderamente el propósito de su propia existencia
(ver Juan 7: 17).
145. Todo mi corazón. La ferviente plegaria de David emanaba de un anhelo
que consumía todo su ser (ver 4T 534).
Las oraciones que provienen del corazón llegan al cielo, mientras que el
servicio de labios de nada vale.
146. A ti clamé; sálvame, Y guardaré tus
testimonios.
Si me amáis,
guardad mis mandamientos. (Juan 14:15).
El amor es la base para guardar la ley de Dios. Rom. 13:10.
El amor es la base para guardar la ley de Dios. Rom. 13:10.
Solo los
salvados, pueden guardar sus mandamientos. Juan 15:10; Apoc. 14:12.
147. Me anticipé al alba. Antes del amanecer el salmista dirigía a Dios su
ruego en procura de socorro (cf. Mar. 1:
35).
148. Las vigilias. La noche se dividía en tres vigilias (Lam. 2: 19;
ver com. Juec. 7: 19; 1 Sam. 11: 11). El
salmista se comparaba con 916 un centinela que cumplía las vigilias. Al despertar, antes de la hora de iniciar su
labor, meditaba en la Palabra de Dios.
149. Conforme a. Deberíamos pedir que Dios responda nuestras
oraciones conforme a su omnisapiente providencia y no según nuestros deseos.
150. Se acercaron a la maldad los que me persiguen;
Se alejaron de tu ley.
El amor no
hace mal al prójimo. Rom. 13:9,10.
151. Cercano. Una antítesis: los impíos se acercaron sus
tentaciones (vers. 150).
Dios también se acerca, pero para socorrer.
Dios también se acerca, pero para socorrer.
152. Hace ya mucho que he entendido tus testimonios,
Que para siempre los has estableció.
La ley de
Dios es eterna y lo que se puso en el arca del testimonio, era una copia.
Éxodo 25:40,16; 40:20; Heb. 9:4; Apoc. 11:19.
Éxodo 25:40,16; 40:20; Heb. 9:4; Apoc. 11:19.
Los que la
guardan vivirán eternamente con su autor. Amen.
153. Mira mi aflicción. David estaba pasando por pruebas difíciles y pedía
socorro a Dios. Ningún afligido que
clame al Señor es defraudado.
Posiblemente Dios no conceda la liberación según se pide, porque tal vez
no es lo más conveniente; pero proporcionará ánimo
y fe para soportar la prueba (ver 2 Cor. 12: 7-9).
y fe para soportar la prueba (ver 2 Cor. 12: 7-9).
154. Defiende mi causa. El salmista y sus enemigos, como litigantes, se
representan frente a un tribunal. David
pide a Dios que sea su abogado y lo defienda.
155. Lejos está de los impíos. Cada paso que el pecador da por el camino del mal
lo aleja más de la gracia salvadora de Dios.
Si no cambia su curso, finalmente llega al punto en donde ya no lo
alcanza la misericordia (ver 5T 119,120).
156. Misericordias. O, "compasiones".
157. Muchos son mis perseguidores y mis enemigos,
Mas de tus testimonios no me he apartado.
El
apóstol Pablo inspirado, dice en 2 Timoteo 3:12.
Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución.
Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución.
En el gran
conflicto de los siglos, es, éste; la causa. Vivir de acuerdo a la ley de Dios
versus la ley del archí-engañador y sus seguidores. Es una pugna permanente. La
lucha entre lo espiritual y lo carnal. Gal. 5:16-25. ¡Pero venceremos! Porque
más, es los que están con nosotros que con ellos. (2 Reyes 6:16). Porque somos
hijos de Dios. Rom. 8. Y porque Jesús, venció, y nos da su poder. Amen.
158. Me disgustaba. Heb. qut, "sentir repugnancia". Al observar la conducta de los impíos, el
salmista sentía repulsión por el proceder de ellos.
159. Mira, oh Jehová, que amo tus mandamientos;
Vivifícame conforme a tu misericordia.
Por
qué lo amamos guardamos su ley. Y Jesús nos da su Espíritu Santo. Nada tenemos
que sea nuestro. Todo viene de Dios. el amor es de Dios. Juan 14:15-21; 1 Juan
4:7,8; Rom. 13:10.
160. La suma. Heb. ro'sh, literalmente significa
"cabeza", pero también tiene la acepción de "suma",
"conjunto" (ver Sal. 139: 17).
161. Príncipes. Cf. vers. 23.
Las personas que deberían haber simpatizado con David se encontraban
entre sus más acérrimos opositores. Se
nombraba a esos dignatarios reales para vindicar a los oprimidos y proteger a
los desvalidos; pero, en vez de cumplir su misión, se dedicaban a vejar a los
justos.
162. Muchos despojos. Cf. Isa. 9: 3.
163. La mentira aborrezco y abomino; Tu ley amo.
No
hay armonía entre la verdad y la mentira. Son irreconciliables.
Dios es verdad y el maligno es mentira. 2 Cor. 6:14-18.
Dios es verdad y el maligno es mentira. 2 Cor. 6:14-18.
164. Siete veces. El número siete es símbolo de perfección,
plenitud. La alabanza ofrecida a Dios por el salmista no dependía de sus
sentimientos ni de las circunstancias.
Tanto en la prueba y la tristeza como en el gozo, su voz se elevaba en
himnos de alabanza.
165. Mucha paz. Aunque en derredor haya lucha y tumulto, el que ama
la ley de Dios tiene paz en el corazón. No hay para ellos tropiezo. Los que aman la ley no tienen ocasión de
tropezar. Caminan con paso firme y constante por el sendero recto de la ley de
Dios, y no se desvían por las sendas del pecado.
166. He esperado. David depositaba su esperanza en Dios. Sólo en él buscaba salvación.
Hacía esfuerzos intensos para obedecer los mandamientos.
Hacía esfuerzos intensos para obedecer los mandamientos.
167. Mi alma ha guardado tus testimonios, Y los he
amado en gran manera.
Solo
hay una obediencia real, cuando el temor de Dios, está en nuestro ser. Ya que
el Espíritu ilumina; lo que grabó en nuestra conciencia. Amen. Rom. 2:14-16;
Heb. 10:15,16.
Como
José, ante la tentación, puso a Dios, como barrera contra el mal;
y dijo: … ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?… Gen. 39:9.
y dijo: … ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?… Gen. 39:9.
168. Delante de ti. No hay nada oculto a la vista de Dios (Heb. 4: 13;
Ecle. 12: 14). Es gran fuente de
consuelo tener la certeza de que, aunque no nos comprendan nuestros semejantes,
Dios conoce nuestros caminos.
169. Llegue mi clamor delante de ti, oh Jehová; Dame
entendimiento conforme a tu palabra.
Sin Dios
nada podemos hacer; menos obedecerle. Solo por su gracia podemos entender lo
que nos dice por medio de su palabra. Y luego poner por obra, lo que guardamos
en nuestra mente. Deut. 5:1.
La clave del aprendizaje es: Oír, aprender, guardar y obrar.
La clave del aprendizaje es: Oír, aprender, guardar y obrar.
Jesús dijo
en la parábola del sembrador, con respecto a la buena tierra:
éste el que oye, entiende y da fruto. Mat. 13:23.
éste el que oye, entiende y da fruto. Mat. 13:23.
170. Oración. Heb. tejinnah, "pedido de un favor".
171. Rebosarán. Heb. naba', "bullir",
"borbotear", "rebosar".
El salmista desea que de su vida y de sus labios siempre emanen cánticos
de grata alabanza.
172. Justicia. Los mandamientos no sólo son justos, sino que son
la esencia misma de la justicia.
La ley "es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno" (Rom. 7: 12). Esta ley es una transcripción del carácter santo y justo de Dios. Debiéramos amoldar nuestra vida de acuerdo con sus instrucciones.
La ley "es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno" (Rom. 7: 12). Esta ley es una transcripción del carácter santo y justo de Dios. Debiéramos amoldar nuestra vida de acuerdo con sus instrucciones.
173. He escogido. La humanidad ha recibido de Dios libre albedrío
(ver Deut. 30: 19). Felices los que,
como David, adoptan voluntariamente los preceptos de Dios como su guía.
174. He deseado tu salvación, oh Jehová, Y tu ley es
mi delicia.
La
salvación y la ley, son simbióticos. Si dices que eres salvo, debes guardar sus
mandamientos.
Juan 14:15; Apoc. 22:14; 14:12; Rom. 2:11-16.
Juan 14:15; Apoc. 22:14; 14:12; Rom. 2:11-16.
175. Te alabe. David ruega a Dios que le dé una larga vida, no para
satisfacer deseos egoístas, sino para dar testimonio del amor de Dios.
176. Oveja extraviada. Cf. Isa. 53:
6. Cuando una oveja se extravía del redil, rara vez puede regresar sin
ayuda. Como todos nosotros, el salmista
había vagado por caminos prohibidos;
pero el Señor lo buscó y lo trajo de regreso.
pero el Señor lo buscó y lo trajo de regreso.
Busca a tu siervo. El
buen pastor no regresa de su búsqueda con las manos vacías. El camino puede ser largo y difícil, el
sendero áspero y espinoso; pero el pastor persevera hasta encontrar su oveja
perdida (Mat. 18: 12-14; Luc. 15: 4-7). 3CBA
LA SIMBIOSIS DE LO
VIEJO Y NUEVO.
En cada época hay un nuevo desarrollo
de la verdad, un mensaje de Dios al pueblo de esa generación. Las viejas
verdades son todas esenciales; la nueva verdad no es independiente de la vieja,
sino un desarrollo de ella. Es únicamente comprendiendo las viejas verdades
como podemos entender las nuevas. Cuando Cristo deseó revelar a sus discípulos
la verdad de su resurrección, comenzó “desde Moisés, y de todos los profetas”,
y “declarábales en todas las Escrituras lo que de él decían”. Pero es la luz
que brilla en el nuevo desarrollo de la verdad la que glorifica lo viejo. Aquel
que rechaza o descuida lo nuevo no posee realmente lo viejo. Para él la verdad
pierde su poder vital y llega a ser solamente una forma muerta.
Existen personas que profesan creer y
enseñar las verdades del Antiguo Testamento mientras rechazan el Nuevo. Pero al
rehusar recibir las enseñanzas de Cristo, demuestran no creer lo que dijeron
los patriarcas y profetas. “Si vosotros creyeseis a Moisés—dijo Cristo—,
creeríais a mí; porque de mí escribió él”. Por ende, no hay verdadero poder en
sus enseñanzas, ni aun del Antiguo Testamento.
La Ley Y El
Evangelio.
Muchos de los que pretenden
creer y enseñar el Evangelio caen
en un error similar. Ponen a un lado las escrituras del Antiguo
Testamento, de las cuales Cristo declaró: “Ellas son las que dan
testimonio de mí”. Juan 5:39.
Al rechazar el Antiguo Testamento,
prácticamente rechazan el Nuevo; pues ambos son
partes de un todo inseparable.
Ningún hombre puede presentar correctamente la ley de Dios sin el Evangelio, ni el Evangelio sin la ley. La ley es el Evangelio sintetizado,
y el Evangelio es la ley desarrollada. La ley es la raíz,
el Evangelio su fragante flor y fruto.
el Evangelio su fragante flor y fruto.
El Antiguo Testamento arroja luz
sobre el Nuevo, y el Nuevo sobre el Viejo. Cada
uno de ellos es una
revelación de la gloria de Dios en Cristo. Ambos
presentan verdades que revelarán continuamente nuevas profundidades de significado
para el estudiante fervoroso.
La verdad en Cristo y
por medio de Cristo es inconmensurable.
El que estudia las Escrituras, mira, por así decirlo, dentro de una fuente que se profundiza y se amplía a medida que más se contemplan sus profundidades. PVGM 98-99.
El que estudia las Escrituras, mira, por así decirlo, dentro de una fuente que se profundiza y se amplía a medida que más se contemplan sus profundidades. PVGM 98-99.
Ministerio Hno. Pio