lunes, mayo 25, 2020

REFLEXIÓN 247. ¡ALABANZA A LA MAJESTAD DIVINA! (Salmo 113).


El Salmo 113, alaba la majestad de Dios, 
y en cómo se interesa en todo lo que nos sucede 
en esta vida.

Aleluya.
1 Alabad, siervos de Jehová,
Alabad el nombre de Jehová.
2 Sea el nombre de Jehová bendito
Desde ahora y para siempre.
3 Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone,
Sea alabado en nombre de Jehová.
4 Excelso sobre todas las naciones es Jehová,
Sobre los cielos su gloria.
5 ¿Quién como Jehová nuestro Dios,
Que se sienta en las alturas,
6 Que se humilla a mirar En el cielo 
y en la tierra?

7 El levanta del polvo al pobre,
Y al menesteroso alza del muladar,
8 Para hacerlos sentar con los príncipes,
Con los príncipes de su pueblo.
9 El hace habitar en familia a la estéril,
Que se goza en ser madre de hijos.
Aleluya. (Salmo 113).

Versículos 1-6.
Alabad. En hebreo el salmo comienza con "Aleluya"
 (ver com.  Sal. 111: 1; ver también los Sal. 148 y 150).
Hasta donde se pone el sol. Desde temprano por la mañana hasta la noche, del campamento de Israel se oían ascender cánticos de alabanza. Así deberían ser también hoy las reuniones del pueblo de Dios.
Muchas veces la falta de gratitud por las bendiciones del cielo señala el comienzo de la apostasía (Rom. 1: 20-22).
Todas las naciones. Se representa a Dios entronizado en los cielos con todas las naciones bajo su dominio.
 (ver Dan. 2: 21).
Que se humilla. A pesar de toda la gloriosa majestad de Dios, no hay nada que sea tan pequeño que pueda pasar inadvertido para él. ¡Qué consuelo, para la frágil y endeble humanidad, saber que el Señor del universo se interesa en todos los asuntos de nuestra vida!  Esta gran verdad tiene un significado tan profundo, que ninguna filosofía humana lo puede sondear.

7. Del muladar. Un cuadro de liberación de la pobreza extrema y del aislamiento social.
8. Con los príncipes. Figura que sugiere encumbramiento a la más alta jerarquía y a la mayor dignidad posible (ver Job 36: 7; ver com. 2 Sam. 9: 7).  El Señor levanta desde el hoyo más profundo a los que son verdaderamente humildes, y hace que vivan en el lugar más encumbrado.
9. Madre de hijos. Compárese con el caso de Ana.
 (1 Sam. 1). 3CBA


“El que tiene contados los cabellos de vuestra cabeza, no es indiferente a las necesidades de sus hijos. "Porque el Señor es muy misericordioso y compasivo' (Santiago 5: 11). Su amoroso corazón se conmueve por nuestras tristezas y aún por nuestra presentación de ellas. Llevadle todo lo que confunda vuestra mente. Ninguna cosa es demasiado grande para que él no la pueda soportar; él sostiene los mundos y gobierna todos los asuntos del universo. Ninguna cosa que de alguna manera afecte nuestra paz es tan pequeña que él no la note. No hay en nuestra experiencia ningún pasaje tan oscuro que él no pueda leer, ni perplejidad tan grande que él no pueda desenredar. Ninguna calamidad puede acaecer al más pequeño de sus hijos, ninguna ansiedad puede asaltar el alma, ningún gozo alegrar, ninguna oración sincera escaparse de los labios, sin que el Padre celestial esté al tanto de ello, sin que tome en ello un interés inmediato. El "sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas" (Salmo 147: 3). Las relaciones entre Dios y cada una de las almas 101son tan claras y plenas como si no hubiese otra alma por la cual hubiera dado a su Hijo amado”. CC/EGW.

Así es nuestro Dios. Tan alto y majestuoso, pero tan dedicado y preocupado por el bienestar de sus hijos en éste mundo.
Siempre sea bendito nuestro Dios. Amen.
Ministerio Hno. Pio

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