jueves, mayo 14, 2020

REFLEXIÓN 236. PLEGARIA DEL AFLIGIDO POR LA RESTAURACIÓN DE SION (Salmo 102).


El Salmo 102, es una plegaria del enfermo y afligido que está lejos de Sion, está desterrado. Y antes de morir, quiere verla restaurada; porque confía en las promesas de Dios.

Oración del que sufre, cuando está angustiado,
y delante de Jehová derrama su lamento.
1 Jehová, escucha mi oración,
Y llegue a ti mi clamor.
2 No escondas de mí tu rostro en el día de mi angustia;
Inclina a mí tu oído; Apresúrate a responderme el día que te invocare.

3 Porque mis días se han consumido como humo.
Y mis huesos cual tizón están quemados.
4 Mi corazón está herido, y seco como la hierba,
 Por lo cual me olvido de comer mi pan.
5 Por la voz de mi gemido
Mis huesos se han pegado a mi carne.
6 Soy semejante al pelícano del desierto;
Soy como el buho de las soledades;
7 Velo, y soy Como el pájaro solitario sobre el tejado.
8 Cada día me afrentan mis enemigos;
Los que contra mí se enfurecen,
se han conjurado contra mí.
9 Por lo cual yo como ceniza a manera de pan,
Y mi bebida mezclo con lágrimas,
10 A causa de tu enojo y de tu ira;
Pues me alzaste, y me has arrojado.
11 Mis días son como sombra que se va,
Y me he secado como la hierba.

12 Mas tú, Jehová, permanecerás para siempre,
Y tu memoria de generación en generación.
13 Te levantarás y tendrás misericordia de Sion,
Porque es tiempo de tener misericordia de ella,
porque el plazo ha llegado.
14 Porque tus siervos aman sus piedras,
Y del polvo de ella tienen compasión.
15 Entonces las naciones temerán el nombre de Jehová,
Y todos los reyes de la tierra tu gloria;
16 Por cuanto Jehová habrá edificado a Sion,
Y en su gloria será visto;
17 Habrá considerado la oración de los desvalidos,
Y no habrá desechado el ruego de ellos.
18 Se escribirá esto para la generación venidera;
Y el pueblo que está por nacer alabará a JAH,
19 Porque miró desde lo alto de su santuario;
Jehová miró desde los cielos a la tierra,
20 Para oír el gemido de los presos,
Para soltar a los sentenciados a muerte;
21 Para que publique en Sion el nombre de Jehová,
 Y su alabanza en Jerusalén,
22 Cuando los pueblos y los reinos se congreguen
En uno para servir a Jehová.

23 El debilitó mi fuerza en el camino;
Acortó mis días.
24 Dije: Dios mío, no me cortes en la mitad de mis días;
Por generación de generaciones son tus años.
25 Desde el principio tú fundaste la tierra,
Y los cielos son obra de tus manos.
26 Ellos perecerán, mas tú permanecerás;
Y todos ellos como una vestidura se envejecerán;
Como un vestido los mudarás, y serán mudados;
27 Pero tú eres el mismo,
Y tus años no se acabarán.
28 Los hijos de tus siervos habitarán seguros,
Y su descendencia será establecida delante de ti.

EL Sal. 102 es uno de los más tristes de los siete salmos penitenciales.  Parecería que fuera la plegaria de un exiliado compuesta en el país de su destierro.  En tono elegíaco narra el dolor y la tristeza de la persecución y del desánimo.  Pero va más lejos: reconoce que tiene la esperanza de regresar de su destierro y de que se reanimará. El poema alterna entre estas dos ideas, pero concluye con una sublime nota de confianza en la eterna constancia de Dios en su trato con la humanidad. El salmo se divide en cuatro partes: introducción (vers. 1, 2), lamento (vers. 3-11), consuelo (vers. 12-22), conclusión (vers. 23-28).  Los cristianos de los últimos tiempos podrán encontrar en este salmo un paralelo con sus pruebas y la seguridad del consuelo celestial en tiempos de intensa angustia. 3CBA


*La oración del salmista está centrado 
en la respuesta divina a su pedido.
Y su pedido no es por su salud, aunque lo necesita, no es liberación de sus enemigos, aunque lo precisa. Es por la restauración de Sion. Su tierra, su nación a quien tanto añora, y dice: “Te levantarás y tendrás misericordia de Sion, Porque es tiempo de tener misericordia de ella, porque el plazo ha llegado. Porque tus siervos aman sus piedras, Y del polvo de ella tienen compasión”.

¿De qué plazo está hablando el salmista?
No hay otro, que los 70 años, que Dios le dio de exilio a los judíos en babilonia. profetizado por Jeremías. 
25:11,12; 29: 10.
Y haciendo eco a esa promesa, el salmista dice: 
porque el plazo ha llegado”.
Así como los pueblos vecinos se asombraron de la caída y destrucción de Jerusalén. (Lam. 4:12). Se asombrarían y temerían cuando vieran a Jerusalén restaurada.

Según el plan de Dios, el pueblo de la Sión restaurada cumpliría el destino que Dios había asignado a Israel cuando lo escogió como pueblo suyo. Mediante su actividad misionera convertirían a muchos de los paganos, y la prosperidad del nuevo estado atraería a muchas naciones. Por desgracia, Israel fracasó. Si hubiera sido fiel, toda la tierra habría estado preparada para la primera venida de Cristo” (PR 519, 520).
*El Mesías habría venido a un estado restaurado. 
Se escribirá el registro de las providencias de Dios.
*El salmista no puede soportar el pensamiento de morir antes de que se cumplan sus esperanzas. Frente a la existencia eterna de Dios, percibe cuán fugaces son sus propios días.
 (vers. 11, 12; Sal. 90: 2; Hab. 1: 12).
Termina éste salmo con la seguridad, de que las promesas de Dios, se realizarán, y Jerusalén seria habitada otra vez. 
Y en efecto eso se concretó tiempos más adelante. Definitivamente En el tiempo de Esdras y Nehemías. 
Entre el 457-408 AC. (3CBA). 
Ministerio Hno. Pio

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