jueves, mayo 07, 2020

REFLEXIÓN 229. UNA INVITACIÓN A LA ALABANZA Y LA ADORACIÓN A NUESTRO DIOS (Salmo 95).


El Salmo 95, Es Un Canto Que Invita:
1°. A Alabar Y Adorar Al Dios Salvador,
Y Creador Y Sustentador, Y Pastor De Su Pueblo.
2°. Es un reproche a no imitar la incredulidad de sus ancestros.

1 VENID, aclamemos alegremente a Jehová;
Cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación.
2 Lleguemos ante su presencia con alabanza;
Aclamémosle con cánticos.
3 Porque Jehová es Dios grande,
Y Rey grande sobre todos los dioses.
4 Porque en su mano están las profundidades de la tierra,
Y las alturas de los montes son suyas.
5 Suyo también el mar, pues él lo hizo;
Y sus manos formaron la tierra seca.
6 Venid, adoremos y postrémonos;
Arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor.
7 Porque él es nuestro Dios;
Nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano.
Si oyerais hoy su voz,
8 No endurezcáis vuestro corazón, como en Meriba,
Como en el día de Masah en el desierto,
9 Donde me tentaron vuestros padres,
Me probaron, y vieron mis obras.
10 Cuarenta años estuve disgustado con la nación,
Y dije: Pueblo es que divaga de corazón,
Y no han conocido mis caminos.
11 Por tanto, juré en mi furor
Que no entrarían en mi reposo.

Los Salmos 95 a 100, forman un conjunto de cánticos o antífonas de fiesta dedicados al culto público. Como tales, se nota una estructura que oscila entre la alabanza a Jehová y las razones para dicha alabanza.  El primero de este conjunto es el Sal. 95, llamado a veces "Salmo invitatorio" porque la iglesia cristiana lo ha usado tradicionalmente como una ferviente invitación a la alabanza.  Consta de dos partes: una invitación al culto (vers. 1-7) y una advertencia contra la incredulidad y la. desobediencia (vers. 8-1 l).
Con referencia al autor de este salmo ver Heb. 4: 7.


1. Aclamemos. Heb. ranan, "gritar con júbilo".
Cantemos con júbilo. Cf.  Sal. 98: 4; 100: 1.
Roca. Ver Deut. 32: 15; Sal. 89: 26; 94: 22.
2. Con alabanza. O, acciones de gracias.  Ya sea en el culto público o en el privado, nuestro primer deber y privilegio es expresar gratitud y alabanza.
3. Jehová. (heb. YHWH, "Yahweh", "el que existe en sí mismo", "yo soy"). Transliteración conjetural del sagrado nombre de Dios por el cual Israel debía llamarlo, según instrucción divina, para distinguirlo de todos los falsos dioses (Ex. 3:13-15).  En hebreo consonántico el nombre se escribía YHWH, el que, de acuerdo con LVTL, aparece 6.823 veces en el AT.  Estas 4 letras reciben el nombre de Tetragrámaton.  Aunque no hay evidencias documentales contundentes para confirmar la vocalización Yahweh (generalmente españolizado Jehová), por lo general los eruditos están de acuerdo en que esa era la pronunciación original. DBA

En los vers. 3-7, 
se dan tres motivos para rendir culto a Dios
 con corazón alegre y agradecido:
Dios es el rey supremo,
Dios es el creador,
Dios es el pastor de su pueblo.

Dios grande. Ver Sal. 77: 13; 145: 3.
Sobre Todos Los Dioses. Es decir, sobre todos los llamados dioses (Exo. 12: 12; Deut. 10:17; cf.  Sal. 82: 1, 6; 96: 5; 
97: 7; Mal. 1: 14).
4. Las profundidades.
Desde lo más profundo de la tierra hasta las más elevadas cimas, todo pertenece a Dios y se encuentra bajo su dominio.
5. El mar. Ver Gén. 1: 9, 10; Sal. 104: 24, 25; DTG 12.  
La contemplación de lo creado debiera inducirnos a la adoración del Creador (MC 32 l).
6. Adoremos. Ver CS 489,490; 3JT 18.
Postrémonos. El cambio visible y externo de la posición en el culto muchas veces refleja la naturaleza espiritual e íntima de lo que ocurre. Así como mostramos respeto a otras personas poniéndonos de pie ante ellas, también deberíamos expresar reverencia a Dios practicando la posición debida en el culto, ya sea de rodillas o en inclinación reverente.
 (2 Crón. 6: 13; 7: 3; Isa. 45: 23; Luc. 22: 41; Hech. 7: 60; 
Fil. 2: 10; Ed 238; PR 33).
Nuestro Hacedor. Dios nos creó, nos redimió e hizo un pacto con nosotros (Deut. 32: 6, 15; Sal. 100: 3; 149: 2).
7. Nuestro Dios. No sólo se trata de un "Dios grande" (vers. 3), sino de "nuestro Dios", que se ha acercado a su pueblo mediante la relación del pacto.
Pueblo de su prado. Ver Sal. 23: 1-3; 74: 1; 79: 13.
Si oyereis. Es mejor traducirlo como la expresión de un anhelo: "¡Ojalá oyerais hoy su voz!" (RVR 1977). En realidad, esta invitación está más ligada a lo que sigue que a lo que precede (cf.  Heb. 3: 7- 1 l).  Además de dar gracias, este salmo es una exhortación e instrucción para el pueblo.
Hoy. Esta frase sugiere que ha llegado el momento de tomar una decisión importante: las órdenes y las invitaciones de Dios deben obedecerse y aceptarse inmediatamente.  
El cristiano, cuantas veces lea este salmo, debe comprender más hondamente la fuerza y énfasis del vocablo "hoy". 
Cada vez que sea infiel a Dios, debe escuchar de nuevo la bondadosa invitación de acudir "hoy" en busca de perdón 
y renovación.
8. En Meriba. Heb. meribah, "rencilla" (Exo. 17: 1-7).
Masab. Heb. massah, "prueba" (Exo. 17: I7; Deut. 6: 16).
9. Mis obras. Los actos providenciales de Dios (Sal. 90: 16; 92: 5).  A pesar de la milagrosa manifestación de poder divino en Egipto y en el mar Rojo, Israel aún no había aprendido a confiar en su Libertador.
10. Cuarenta años. Ver Núm. 14: 33; Deut. 2: 7; 8: 2; 29: 5.
Estuve disgustado. Heb. qut, "sentir disgusto o asco".  Compárese con otros distintos usos de qut: en Job 10: 1 se traduce "hastiado"; en Eze. 6: 9, "se avergonzarán";
 en Eze. 20: 43, "os aborreceréis"; y en Eze. 36: 3 1, 
"os avergonzaréis".
La nación. Mejor, "generación".  Por cuarenta años Dios estuvo disgustado o asqueado por la conducta de la generación que salió de Egipto.
11. Juré. Ver Núm. 14: 21-23; cf.  Deut. 1: 34, 35.
Mi reposo. Es decir, el reposo en Canaán (Deut. 12: 9; cf.  CS 51 l; ver com.  Heb. 4: 51).  3CBA


Éste salmo después de invitar a alabar y adorar a Dios, por ser Dios en supremacía a los demás dioses de invención humana. Como Nuestro Salvador. Como Nuestro Creador Y Sustentador. Y guía espiritual de su pueblo como Pastor. 
Se centra en la última parte, a recordar al pueblo; 
las lecciones del pasado.
Lecciones de incredulidad y falta de fe,
de rebeliones en el desierto y como por su reiterada obstinación de no valorar sus bendiciones en libertad, querían volver a la vida antigua. Y por sus quejas continuas a pesar de ver las obras milagrosas de Dios. 
Fueron castigados con no entrar a la tierra prometida.

¡Qué lecciones para nosotros!
Ver las maravillas de Dios en un instante en la vida, no es suficiente para mantener la fe y cambiar de vida. Solo una constante decisión de permanecer en Dios, hará la diferencia.
Porque en la batalla de fe, tenemos que vencer diariamente con la gracia de Dios. Amen.
Ministerio Hno. Pio

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