Malaquías
2. FRACASO de
los sacerdotes en la conducción espiritual. El Profeta reprocha agudamente a
los sacerdotes por descuidar su pacto (1-13).
FRACASO en la aplicación de los principios de la religión a la vida diaria: Vers. (11-13) por la idolatría del pueblo, (14-16) por su adulterio, (17) y por su infidelidad.
1 Ahora, pues, oh sacerdotes, para vosotros es este mandamiento. 2 Si no oyereis, y si no decidís de corazón dar gloria a mi nombre, ha dicho Jehová de los ejércitos, enviaré maldición sobre vosotros, y maldeciré vuestras bendiciones; y aun las he maldecido, porque no os habéis decidido de corazón. 3 He aquí, yo os dañaré la sementera, y os echaré al rostro el estiércol, el estiércol de vuestros animales sacrificados, y seréis arrojados juntamemte con él. 4 Y sabréis que yo os envié este mandamiento, para que fuese mi pacto con Leví, ha dicho Jehová de los ejércitos.
5 Mi pacto con él fue de vida y de paz, las cuales cosas yo le di para que me temiera; y tuvo temor de mí, y delante de mi nombre estuvo humillado. 6 La ley de verdad estuvo en su boca, e iniquidad no fue hallada en sus labios; en paz y en justicia anduvo conmigo, y a muchos hizo apartar de la iniquidad. 7 Porque los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría, y de su boca el pueblo buscará la ley; porque mensajero es de Jehová de los ejércitos. 8 Mas vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dice Jehová de los ejércitos.
9 Por tanto, yo también os he hecho viles y bajos ante todo el pueblo, así como vosotros no habéis guardado mis caminos, y en la ley hacéis acepción de personas. 10 ¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué, pues, nos portamos deslealmente el uno contra el otro, profanando el pacto de nuestros padres?
11 Prevaricó Judá, y en Israel y en Jerusalén se ha cometido abominación; porque Judá ha profanado el santuario de Jehová que él amó, y se casó con hija de Dios extraño. 12 Jehová cortará de las tiendas de Jacob al hombre que hiciere esto, al que vela y al que responde, y al que ofrece ofrenda a Jehová de los ejércitos. 13 Y esta otra vez haréis cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de llanto, y de clamor; así que no miraré más a la ofrenda, para aceptarla con gusto de vuestra mano.
14 Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto. 15 ¿No hizo él uno, habiendo en él abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud. 16 Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales.
17 Habéis hecho cansar a Jehová con vuestras palabras. Y decís: ¿En qué le hemos cansado? En que decís: Cualquiera que hace mal agrada a Jehová, y en los tales se complace; o si no, ¿Dónde está el Dios de Justicia? (Malaquías 2).
1. Sacerdotes. Los que deberían haber sido dirigentes y maestros
espirituales (ver com. 2 Crón. 15: 3) son aquí censurados por el profeta (Mal.
2: 1-3).
2. Maldeciré vuestras bendiciones. Quizá sea una alusión a las bendiciones que los
sacerdotes solían pronunciar sobre el pueblo (Lev. 9: 22-23; Núm. 6: 23-26),
pero lo más probable es que se refiera a las bendiciones que Dios mismo les
había prodigado (ver pp. 29-30), tales como las que les prometió mediante el
profeta Hageo un siglo antes (Hag. 2:15-19).
Aun las he maldecido. "Las he maldecido ya" (BJ). La
"maldición" ya debería haber sido evidente para esos sacerdotes y
también para el pueblo.
3. Dañaré. Heb. ga'ar, "reprender".
Os echaré... estiércol. Máxima demostración de desprecio.
De vuestros animales sacrificados. "De vuestras fiestas" (BJ). Dios no
consideraba suyas las fiestas celebradas en su honor, pues en la observancia de
ellas los sacerdotes sólo manifestaban su propia voluntad y su propio gusto.
4. Sabréis. El pueblo comprobaría por su propia experiencia y en
forma inequívoca que esas amenazas divinas no eran en vano.
Mi pacto. El pacto "del sacerdocio perpetuo" (Núm.
25: 13) fue hecho con Finees, nieto de Aarón, por su participación en eliminar
el culto de Baal-peor del campamento de Israel (Núm. 25: 3-13).
Con Leví. La tribu de Leví fue elegida por Dios para el servicio divino debido a la fidelidad de sus miembros durante una grave crisis (ver com. Exo. 32: 29).
Jehová de los ejércitos. Ver com. Jer. 7: 3.
5. Mi pacto. Ver com. vers. 4. De vida y de paz. El "pacto de paz" concertado con Finees (Núm. 25: 12) es explicado como "el pacto del sacerdocio perpetuo" (Núm. 25: 13). "Vida y paz" eran la parte de Dios en ese convenio. Esas bendiciones serían prodigadas sobre todos los sacerdotes fieles después de Finees.
Para que me temiera. Dios dio su bendición a Finees porque "tuvo
temor" del Eterno. De modo que la parte de los sacerdotes en el pacto era
reverenciar y obedecer a Dios. Mediante su profeta, ahora el Señor se esforzaba
por renovar su pacto glorioso con los sacerdotes de los días de Malaquías, los
que - debido a su impiedad- se habían convertido en "viles y bajos ante
todo el pueblo" (vers. 9).
6. Ley. Heb. torah, todo el conjunto de la enseñanza o
instrucción divina (ver com. Deut. 31: 9; Prov. 3: 1). Este versículo muestra
que Dios tenía el propósito de que los sacerdotes fueran dirigentes
espirituales tanto por precepto como por ejemplo.
7. Guardar la sabiduría. Es decir, debían preservar o custodiar el
conocimiento. Eran los caudillos religiosos de la nación, y sin embargo su
ejemplo era para el pueblo un modelo de desobediencia.
Buscará la ley. El pueblo tenía el derecho de esperar que los
sacerdotes le dieran la debida instrucción en asuntos espirituales (ver com. 2
Crón. 15: 3).
Mensajero. El sacerdote que cumplía correctamente con su obra
señalada era tan ciertamente un "mensajero" de Dios como lo era el
profeta (ver com. Hag. 1: 13). Algunos le han atribuido significado al hecho de
que "Malaquías" quiere decir "mensajero de Yahweh" (ver p.
1143).
8. Habéis hecho tropezar. Tanto por precepto como por ejemplo (ver com. vers. 6) esos sacerdotes habían descarriado a muchos, De ese modo habían "corrompido" el pacto de Leví. Pacto de Leví. Ver com. vers. 4.
9. Viles. Debido a la conducta de los sacerdotes, que
deshonraba y causaba oprobio al culto divino (ver 1 Sam. 2: 30), era tan sólo
natural que el pueblo los despreciara. La hipocresía es uno de los pecados más
viles.
10. Un mismo padre. Habla Malaquías mismo. En vista del contexto, quizá
se refiera a Dios mismo como Padre de ellos (ver com. cap. 1: 6), y no a
Abrahán o a algún otro ser humano.
Nos ha creado un mismo Dios. Entre todos los pueblos de la antigüedad, sólo los
Judíos honraban a Dios como al Creador en forma clara y preeminente, lo que se
destaca en la observancia del día de reposo, el séptimo día, según lo prescribe
el cuarto mandamiento del Decálogo (Exo. 20: 8-11). Por eso, por encima de
todos los demás, debían tratar a sus prójimos como a sus hermanos. Tenemos el
derecho de esperar hoy día que los que honran a Dios como al Creador consideren
a todos los hombres como hermanos.
11. Judá. Toda la nación era culpable de haberse apartado de Dios.
Santuario. Casi seguramente es una referencia al templo. Siendo el lugar donde se manifiesta la presencia de Dios (Exo. 25: 8), fue "profanado" por la conducta pecaminosa del pueblo. Se casó con hija. La LXX traduce así la última cláusula: "Y se fue tras otros dioses".
12. Tiendas. O "moradas". Que vela. O "el que se levanta".
Que responde. El "que vela" quizá se refiera al vigilante o centinela, y el "que responde", al pueblo o soldados despertados a la acción por el vigilante. En otras palabras, aunque los transgresores de Judá se dieran cuenta del peligro venidero, su falta de arrepentimiento determinaría que al fin fueran "cortados". Ofrenda. Heb. minjah (ver com. cap. 1: 10).
13. Otra vez haréis. Se agravaba el pecado de los sacerdotes por la
hipocresía de su dolor al ver que Dios rechazaba sus ofrendas.
No miraré más a la ofrenda. Dios no podía aceptar los sacrificios que le
presentaban, mientras persistieran en su mal proceder. Si lo hubiera hecho, los
habría confirmado en sus malos caminos.
14. ¿Por qué? Esta pregunta es una evidencia de que el pueblo
rehusaba admitir su culpabilidad (ver com. cap. 1: 2), debido a su escepticismo
saturado de justificación propia. Ver p. 1144.
Mujer de tu juventud. Quizá esto indique que muchos de esos sacerdotes impíos habían abandonado a sus esposas y habían tomado otras esposas, tal vez mujeres paganas (cf. Esd. 9: 1-2; Neh. 13: 23-28). También es posible que aquí se haga alusión al adulterio espiritual, como en el vers. 11. Has sido desleal. La LXX reza "abandonaste".
15. ¿No hizo él uno? En el hebreo la primera cláusula de este versículo
es algo oscura. La BJ reza: "¿No ha hecho él un solo ser, que tiene carne
y aliento de vida?" Es clara la admonición de la última parte del
versículo. A su vez esto puede dar la clave para comprender el significado de
la primera parte. El profeta pide una reforma en el proceder desleal
de los sacerdotes con las esposas de su juventud (ver com. vers. 14). Por lo
tanto, la pregunta "¿No hizo él uno?" podría referirse al plan de
Dios de que el hombre y la mujer fueran "una sola carne" (ver
com. Gén. 2: 24). El Señor condena
enérgicamente a los hombres de los días de Malaquías quienes, al divorciarse de
sus legítimas esposas, estaban violando el principio fundamental de la unidad
en la relación matrimonial.
16. Aborrece. Dios expresa su actitud personal hacia el divorcio. Por
lo tanto, el que se divorcie de su legítima esposa, "encubre con su
vestido la violencia" (BJ). Es decir, se cubre de iniquidad y de las
consecuencias de ella, de las cuales no puede escapar. Por la declaración de
nuestro Señor es evidente que el adulterio es la única razón válida para el
divorcio (ver com. Mat. 5:32).
17. Cansar. La paciencia divina ha llegado a su fin. Dios ha soportado mucho las quejas y el descontento de su pueblo. No llegó la prosperidad ni la gloria que ellos esperaban que pronto poseerían (ver p. 29), y por eso pusieron en duda la justicia y la santidad de Dios y aún la certeza de un juicio futuro. ¿En qué? Ver com. cap. 1: 2.
Cualquiera que hace mal agrada a Jehová. "Todo el que hace el mal es bueno" (BJ). A
veces los impíos tratan de aparentar que son en realidad buenos, y que debido a
su bondad son prosperados y bendecidos por Dios.
¿Dónde? Ver com. cap. 1: 2; ver p. 1144.
El Dios de justicia. El pueblo no negaba la existencia de Dios, sino
dudaba de que se preocupara de la conducta humana. En la realidad se habían
vuelto deístas. Los paganos tenían un concepto similar de sus dioses. (4CBA)
COMENTARIOS
DE EGW
5-6. "Las
riquezas y la honra están conmigo -declara la Sabiduría-; riquezas duraderas, y justicia”. *Prov.
8:18. La Biblia también nos muestra el resultado de apartarnos de los
principios rectos en nuestro trato con Dios y con nuestros semejantes. El Señor dice lo siguiente a los que ha
confiado sus dones, pero que son indiferentes a sus requerimientos:
ALGUNAS CAUSAS DE FRACASO. "Meditad bien sobre vuestros
caminos. Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no
quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal
recibe su jornal en saco roto. . . Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis
en casa, y yo lo disiparé en un soplo".
Hag. 1:5-9. "Antes que sucediesen estas cosas, venían al montón de
veinte efas, y había diez; venían al lagar para sacar cincuenta cántaros, y había
veinte". Hag. 2:16; "¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me
habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas". Mal. 3:8.
"Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos”. Hag. 1:10. "Por tanto, puesto que vejáis al pobre. . . edificasteis casas de piedra labrada, mas no las habitaréis; plantasteis, hermosas viñas, más no beberéis el vino de ellas". Amos 5:11. "Y Jehová enviará contra ti la maldición, quebranto y asombro en todo cuanto pusieres mano e hicieres". "Tus hijos y tus hijas serán entregados a otro pueblo, y tus ojos lo verán, y desfallecerán por ellos todo el día; y no habrá fuerza en tu mano”. Deut. 28:20,32. "El que injustamente amontona riquezas en la mitad de sus días las dejará, y en su postrimería será insensato”. Jer. 17:11 144
Las cuentas de cada negocio, los detalles de cada transacción, son sometidos al escrutinio de inspectores invisibles, agentes de Aquel que nunca transige, con la injusticia, nunca tolera el mal, nunca disculpa el agravio. "Si opresión de pobres y perversión de derecho y de justicia vieres. . . no te maravilles de ello; porque sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre ellos". "No hay tinieblas ni sombra de muerte donde se escondan los que hacen maldad”. Ecl. 5:8; Job 34:22. Ed 143, 144
5,9. El pacto "de vida y de
paz" que Dios había hecho con los hijos de Leví, el pacto que habría
traído indecibles bendiciones si se lo hubiese cumplido, el Señor ofreció
renovarlo con los que habían sido una vez caudillos espirituales, pero que por
la transgresión se habían tornado "viles y bajos a todo el
pueblo."(Mal. 2: 5, 9). PR 521
10. Por la creación, todos los
hombres pertenecen a una sola familia; y todos constituyen una por la
redención. Cristo vino para derribar el muro de separación, para abrir todos
los departamentos de los atrios del templo, a fin de que toda alma tuviese
libre acceso a Dios. Su amor es tan amplio, tan profundo y completo, que lo
compenetra todo. Arrebata de la influencia satánica a aquellos que fueron
engañados por sus seducciones, y los coloca al alcance del trono de Dios, al
que rodea el arco iris de la promesa. En Cristo no hay judío ni griego, ni
esclavo ni hombre libre. PR 274
17. La Biblia declara que los muertos
no saben nada, que sus pensamientos han perecido; no tienen parte en nada de lo
que se hace bajo el sol; no saben nada de las dichas ni de las penas de los que
les eran más caros en la tierra. Además, Dios ha prohibido expresamente toda
supuesta comunicación con los espíritus de los muertos. En tiempo de los
hebreos había una clase de personas que pretendía, como los espiritistas de
nuestros días, sostener comunicaciones con los muertos. Pero la Biblia declara
que los "espíritus," como se solía llamar a los visitantes de otros
mundos, son "espíritus de demonios." (Compárese Números 25: 1-3;
Salmo 106: 28; 1 Corintios 10: 20; Apocalipsis 16: 14.) La costumbre de tratar
con 613 espíritus o adivinos fue declarada abominación para el Señor y era
solemnemente prohibida so pena de muerte. (Levítico 19: 31; 20: 27.) Aun el
nombre de la hechicería es objeto de desprecio en la actualidad. El aserto de
que los hombres pueden tener comunicación con malos espíritus es considerado
como una fábula de la Edad Media. Pero el espiritismo, que cuenta con
centenares de miles y hasta con millones de adherentes, que se ha abierto
camino entre las sociedades científicas, que ha invadido iglesias y que ha sido
acogido con favor entre los cuerpos legislativos y hasta en las cortes de los
reyes -este engaño colosal no es más que la reaparición, bajo un nuevo disfraz,
de la hechicería condenada y prohibida en la antigüedad.
Si no existiera otra evidencia tocante a la naturaleza real del espiritismo, debería bastar a todo cristiano el hecho de que los espíritus no hacen ninguna diferencia entre lo que es justo y lo que es pecado, entre el más noble y puro de los apóstoles de Cristo y los más degradados servidores de Satanás.
Al representar al hombre más vil como si
estuviera altamente exaltado en el cielo, es como si Satanás declarara al
mundo: "No importa cuán malos seáis; no importa que creáis o no en Dios y
en la Biblia. Vivid como gustéis, que el cielo es vuestro hogar." Los
maestros espiritistas declaran virtualmente: "Todo aquel que obra mal es
bueno a los ojos de Jehová, y él se complace en los tales; o si no, ¿dónde está
el Dios de juicio?" (Malaquías 2: 17, V.M.) La Palabra de Dios dice:
"¡Ay de los que llaman a lo malo bueno, y a lo bueno malo; que ponen
tinieblas por luz, y luz por tinieblas!" (Isaías 5: 20, V.M.)
Esos espíritus mentirosos
representan a los apóstoles como contradiciendo lo que escribieron bajo la
inspiración del Espíritu Santo durante su permanencia en la tierra. Niegan el
origen divino de la Biblia, anulan así el fundamento de la esperanza cristiana
y apagan la luz que revela el camino hacia el cielo. Satanás hace creer al
mundo que la Biblia no es más que una ficción, o cuando mucho un libro
apropiado para la 614 infancia de la raza, del que se debe hacer poco caso
ahora, o ponerlo a un lado por anticuado. Y para reemplazar la Palabra de Dios
ese mismo Satanás ofrece sus manifestaciones espiritistas. Estas están enteramente
bajo su dirección y mediante ellas puede hacer creer al mundo lo que quiere.
Pone en la obscuridad, precisamente donde le conviene que esté, el Libro que le
debe juzgar a él y a sus siervos y hace aparecer al Salvador del mundo como un
simple hombre. Así como la guardia romana que vigilaba la tumba de Jesús
difundió la mentira que los sacerdotes y los ancianos insinuaron para negar su
resurrección, así también los que creen en las manifestaciones espiritistas
tratan de hacer creer que no hay nada milagroso en las circunstancias que
rodearon la vida de Jesús. Después de procurar así que la gente no vea a Jesús,
le llaman la atención hacia sus propios milagros y los declaran muy superiores
a las obras de Cristo. CS 612-614
En los días de Malaquías, los
impenitentes preguntaban en son de burla: "¿Dónde está el Dios de
juicio?" Y recibieron la solemne respuesta: "Luego vendrá a su templo
el Señor, . . . el ángel del pacto... ¿Y quién podrá sufrir el tiempo de su
venida? o ¿quién podrá estar cuando él se mostrará? Porque él es como fuego
purificador, y como jabón de lavadores. Y sentarse ha para afinar y limpiar la
plata: porque limpiará los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a
plata; y ofrecerán a Jehová ofrenda con justicia. Y será suave a Jehová la
ofrenda de Judá y de Jerusalem, como en los días pasados, y como en los años
antiguos."(Mal. 2: 17; 3:1-4.)
Cuando estaba por aparecer el
Mesías prometido, éste fue el mensaje del precursor de Cristo: Arrepentíos,
publicanos y pecadores; arrepentíos, fariseos y saduceos, "que el reino de
los cielos se ha acercado." (Mat. 3: 2.)
Hoy, en el espíritu y poder de
Elías y de Juan el Bautista, los mensajeros enviados por Dios recuerdan a un
mundo destinado al juicio los acontecimientos solemnes que pronto han de
suceder en relación con las horas finales del tiempo de gracia y la aparición
de Cristo Jesús como Rey de reyes y Señor de señores. Pronto será juzgado cada
uno por lo que haya hecho por medio del cuerpo. La hora del juicio ha llegado,
y a los miembros de su iglesia en la tierra incumbe la solemne responsabilidad
de dar aviso a los que están, por así decirlo, en la misma margen de la ruina
eterna. A todo ser humano que quiera escuchar en este vasto mundo, deben
presentarse claramente los principios que están en juego en la gran
controversia que se desarrolla, pues de ellos dependen los destinos de toda la
humanidad. PR 528
LOS MINISTROS HAN ARRIADO LA
BANDERA. El Señor tiene una controversia con los habitantes de la tierra que
viven en este tiempo de peligro y corrupción.
Los ministros del Evangelio se han apartado del Señor y los que profesan
el nombre de Cristo son culpables de no mantener en alto la bandera de la
verdad. Los ministros temen manifestarse
como prohibicionistas declarados, y se quedan tranquilos en lo que atañe a la
maldición de la bebida, no sea que 206 les rebajen el sueldo o la congregación
se ofenda. Si presentaran la verdad de
la Biblia con poder y claridad, mostrando la línea de separación entre lo
sagrado y lo común, temerían la pérdida de su popularidad personal, porque un
gran número de los que figuran como miembros de iglesia perciben ingresos,
directos o indirectos, del tráfico de bebidas.
Esa gente no ignora el pecado que
está cometiendo. Nadie necesita que se le
informe que el tráfico de bebidas ocasiona a sus víctimas miseria, vergüenza,
degradación y muerte, con la ruina eterna de sus almas. Los que perciben ingresos directos o
indirectos de ese comercio, guardan dinero que proviene de la pérdida de almas
humanas.
Las iglesias que mantienen como miembros a los que están relacionados con la venta de bebidas, se hacen responsables de las operaciones que se efectúan en el tráfico de bebidas. . . .
DINERO MANCHADO CON LA SANGRE DE LAS ALMAS. Dinero manchado con la sangre de las almas. El mundo y la iglesia pueden unirse en rendir alabanzas al hombre que instigó al apetito, y obedeció al deseo vehemente del apetito que él ayudó a crear; pueden contemplar con una sonrisa a quien contribuyó a envilecer al hombre que fue formado a la imagen de Dios, hasta que esa imagen queda prácticamente borrada; pero Dios lo mira con desaprobación y escribe su condenación en el libro mayor de la muerte. . . .
Ese mismo hombre tal vez haga cuantiosas donaciones a la iglesia, pero, ¿aceptará Dios el dinero arrancado a la familia del ebrio? Está manchado con sangre de almas y tiene encima la maldición de Dios. El Señor dice: "Porque yo Jehová soy amante del derecho, aborrecedor del latrocinio para holocausto". Isaías 61:8. La iglesia puede elogiar la generosidad de quien da tales ofrendas, pero si los ojos de los miembros de la iglesia fuesen ungidos con el colirio celestial, no llamarían bien al mal ni justicia a la iniquidad. Dice el Señor: "¿Para qué me sirve. . . la multitud de vuestros sacrificios? . . . ¿Quién demanda esto de vuestras manos, cuando venís a presentaras delante de mí para hollar mis atrios? No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación". Isa. 1:11-13. "Habéis hecho cansar a Jehová con vuestras palabras. Y decís: ¿En qué le hemos cansado? En que decís: Cualquiera que hace mal agrada a Jehová, 207 y en los tales se complace; o si no, ¿dónde está el Dios de justicia?" Mal. 2:17 (Review and Herald, 15-5- 1894).
CONDICIONES QUE EXIGEN LOS JUICIOS DE DIOS. Condiciones que exigen los juicios de Dios. Debido a la gran maldad resultante del uso de bebidas alcohólicas, los juicios de Dios están cayendo ahora sobre la tierra. ¿No tenemos la solemne responsabilidad de realizar decididos esfuerzos en contra de este gran mal? (Counsels on Health, pág. 432).
LA DEBIDA REFORMA. Es necesario que haya una gran reforma en el asunto de la temperancia. El mundo está lleno de toda clase de complacencia propia. A causa de la influencia entorpecedora de los estimulantes y narcóticos la mente de muchos es incapaz de discernir entre lo sagrado y lo común (Counsels on Health, pág. 432). Te 205-207
Ministerio Hno. Pio
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