El
Salmo 88, es un ruego a Dios, por ser salvado
de la muerte.
de la muerte.
Cántico. Salmo para los hijos de Coré.
Al
músico principal, para cantar sobre Mahalat.
Masquil
de Hemán ezraíta.
1 OH JEHOVÁ,
Dios de mi salvación,
Día y noche clamo delante de ti.
2 Llegue mi
oración a tu presencia;
Inclina
tu oído a mi clamor.
3
Porque mi alma está hastiada de males,
Y mi
vida cercana al Seol.
4 Soy
contado entre los que descienden al sepulcro;
Soy
como hombre sin fuerza,
5
Abandonado entre los muertos,
Como
los pasados a espada que yacen en el sepulcro,
De
quienes no te acuerdas ya,
Y que
fueron arrebatados de tu mano.
6 Me
has puesto en el hoyo profundo,
En
tinieblas, en lugares profundos.
7
Sobre mí reposa tu ira
Y me
has afligido con todas tus ondas.
8 Has
alejado de mí mis conocidos;
Me
has puesto por abominación a ellos;
Encerrado
estoy, y no puedo salir.
9 Mis
ojos enfermaron a causa de mi aflicción;
Te he
llamado, oh Jehová, cada día;
He
extendido a ti mis manos.
10 ¿Manifestarás
tus maravillas a los muertos?
¿Se levantarán los muertos para alabarte?
11 ¿Será contada
en el sepulcro tu misericordia,
o tu verdad en el Abadón?
12 ¿Serán
reconocidas en las tinieblas tus maravillas,
Y tu justicia en la tierra del olvido?
13 Mas
yo a ti he clamado, oh
Jehová,
Y de
mañana mi oración se presentará delante de ti.
14 ¿Por qué, oh
Jehová, desechas mi alma?
¿Por qué
escondes de mí tu rostro?
15 Yo
estoy afligido y menesteroso;
Desde la juventud he llevado tus terrores,
he
estado medroso.
16
Sobre mí han pasado tus iras,
Y me
oprimen tus terrores.
17 Me
han rodeado como aguas continuamente;
A una
me han cercado.
18
Has alejado de mí al amigo y al compañero,
Y a
mis conocidos has puesto en tinieblas.
*Entre
todos los salmos, el Sal. 88 es el que expresa más tristeza y desaliento. Su paternidad literaria se atribuye a David
(PR 252), y quizá fue compuesto en un momento de intenso sufrimiento físico y
mental. No hay en él ni un solo rayo de
esperanza, excepto la confianza expresada en el vers. 1: "Oh Jehová, Dios
de mi salvación". Es un largo
lamento de pura tristeza. Termina con la
palabra "tinieblas". David
sufre, teme la muerte, ora en busca de alivio; pero no muestra ninguna
esperanza de recibir la respuesta a su plegaria. Sin embargo, se mantiene serenamente aferrado
de Dios y sigue rogándole para que lo oiga (vers. 1, 2, 9, 13).
1. OH JEHOVÁ, Dios de mi salvación. Este es el único rayo de luz en todo el
salmo. A pesar de la agobiadora
lobreguez, David confía en Dios como su salvador. Un hijo de Dios nunca debe llegar hasta el
punto de perder la esperanza.
Día y noche clamo delante de ti. Hay momentos
en que el tiempo se detiene para el enfermo y sufriente que desea recobrar la
salud.
2. Llegue mi oración a tu presencia... La
esperanza que tiene es que su ruego por sanidad llegue ante la presencia de
Dios.
3. Porque mi alma está hastiada de males. Ver Job 10: 15; Sal. 123: 4. La modalidad de este
salmo se asemeja a las quejas de Job en los primeros capítulos del libro que
lleva su nombre.
Y mi vida cercana al Seol. Heb. she'ol. El salmista afirma que su extrema necesidad
es un motivo para que Dios lo oiga.
Enfermo de muerte, Ezequías pudo suplicar como suplicó David (PR 252,
253).
4. Soy contado entre los que descienden al sepulcro.
Heb.
bor, "pozo", "cisterna" (ver Gén. 37: 20; Exo. 21: 34);
también símbolo del sepulcro. Los que mueren descienden al sepulcro (Sal. 30:
3; 88: 4; 143: 7; Prov. 1: 12; Isa. 38: 18; Eze. 26: 20; etc.).
5. Entre los muertos. Es decir, como si Dios ya lo considerara muerto.
No te acuerdas ya. El salmista, en medio de su melancolía, siente que
Dios olvida a los que mueren.
De tu mano. O sea, "de tu poder". La mano es símbolo de poder.
7. Sobre mí reposa tu ira. David considera que su sufrimiento es el resultado
de la ira de Dios.
EL
SALMISTA CREE QUE EL SUFRIMIENTO es un castigo por su pecado. Todo
sufrimiento es consecuencia de la entrada del pecado en el mundo, y muchas
veces el sufrimiento de una persona es una consecuencia directa del obrar mal.
"Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará" (Gál. 6: 7). El
Señor no obra milagros para impedir que la gente sufra las consecuencias de la
violación de las leyes naturales (ver CRA 33). Si Dios protegiera a los
pecadores de los desastrosos resultados de su mal proceder, ellos se
envalentonarían en su iniquidad.
Sin embargo, no todo sufrimiento es
resultado directo del pecado cometido por el que sufre. Entre los antiguos, muchos consideraban que
toda aflicción era castigo de alguna mala acción ya fuera del que sufría o de
sus padres (ver Juan 9: 2). Juzgaban el grado de culpabilidad por la intensidad
del sufrimiento. "Satanás, el autor del pecado y de todos sus resultados,
había inducido a los hombres a considerar la enfermedad y la muerte como
procedentes de Dios, como un castigo arbitrario infligido por causa del
pecado" (DTG 436). A causa de este concepto erróneo consideraban que el
Padre celestial era un severo y exigente ejecutor de justicia.
Muchos cristianos comparten esta idea
equivocada. A pesar de las lecciones contenidas en el libro de Job y en las
enseñanzas de Jesús (ver Luc. 13: 16; Hech. 10: 38; cf. 1Cor. 5: 5; 2 Cor. 12:
7), consideran que Dios es el originador de la enfermedad.
En el siguiente pasaje se encuentra la
verdadera filosofía del sufrimiento: "El sufrimiento es infligido por
Satanás, pero . . . Dios predomina sobre él con fines de misericordia"
(DTG 436). La razón por la cual Dios no siempre libra a sus hijos de la
enfermedad y el sufrimiento es que, si lo hiciera, Satanás lo acusaría -como lo
hizo en el caso de Job- de ser injusto por tender un cerco protector alrededor
de los suyos (Job 1: 10). Dios permite que Satanás aflija a los justos para que
al fin pueda demostrarse que no tienen fundamento todas las acusaciones de
injusticia que se lanzan contra Dios.
LA PERSONA QUE SUFRE puede consolarse pensando que, aunque un "mensajero de Satanás" la abofetee. *2Corintios 12:7, Dios está por encima de todo para cumplir los propósitos de su misericordia,
y que hará que la aflicción resulte para el bien del afligido (ver Rom. 8:
28).
Todas tus ondas. Quizá sea una continuación de la imagen tomada de
las cascadas y los torrentes del alto Jordán en tiempo de inundación. Las ondas
y olas que rompen sobre él y lo anegan representan su agobiante tristeza, como
alguien que está a punto de ahogarse, David se hunde en el desánimo y en el
desaliento.
8. Has alejado de mí mis conocidos.
Vers.
18; cf. Sal. 31: 11; 38: 11; 69: 8; Job 19:
13-17.
Abominación. Algo detestable, aborrecible y que, por lo tanto,
debe evitarse como inmundo.
Encerrado estoy, y no puedo salir. Quizá como inmundo o sospechoso de estar inmundo
(ver Lev. 13).
9. Mis ojos enfermaron a causa de mi aflicción; Te
he llamado, oh Jehová, cada día; He extendido a ti mis manos.
La aflicción
de súplica es muy intensa del salmista.
10. ¿Manifestarás tus maravillas a los Muertos?
¿Se levantarán los muertos para alabarte?
¿Se levantarán los muertos para alabarte?
Muertos. Heb. refa'im (ver com. Job 26: 5).En el ugarítico
(ver pág. 624), rfwm también significa "muerto". El salmista parecería preguntar a Dios por
qué lo condena a la muerte cuando el poder y la bondad divinos no pueden
demostrarse en el sepulcro (ver Job 10: 21, 22).
11. ¿Será contada en el sepulcro tu Misericordia,
o tu verdad en el Abadón?
o tu verdad en el Abadón?
Misericordia.
Los muertos no pueden apreciar los atributos de Dios. Sólo los vivos son capaces de alabarlo (Sal.
89: 1).
Abadón.
Heb. 'abaddon (ver com. Job 26: 6).
12. Tierra del olvido. Una tierra donde los muertos no recuerdan ni son
recordados.
13. He clamado. Aquí el salmista parecería darse cuenta de que en
realidad no está aún en el sepulcro, sino al borde de él; con todo seguirá
orando para que Dios lo socorra.
De mañana. El salmista eleva regularmente la voz en oración
todas las mañanas, pero especialmente lo hace en este momento, cuando lo acosan
sus enemigos.
(ver Sal. 55: 17; 59: 16; 88: 13).
(ver Sal. 55: 17; 59: 16; 88: 13).
No hay mejor hábito que el de orar por la mañana, cuando a solas con
Dios el alma se prepara para realizar los deberes del día y hacer frente a las
dificultades que puedan surgir.
"Un momento en la mañana para un breve meditar es mejor que al
fin del día una hora dedicar".
Es
bueno cultivar el hábito de ofrecer las primicias de nuestro despertar, como
ofrenda matutina a Dios.
14. ¿Por qué, oh Jehová, desechas mi alma?
¿Por qué escondes de mí tu rostro?
Desechas mi
alma. "Me
desechas" (ver com. Sal. 16:
10). Como no se siente culpable de
ningún pecado grave, no puede entender la razón de tan terrible sufrimiento.
¿Por qué
escondes? Ver com. Sal. 13: 1. A David le parece que Dios
intencionalmente se ha alejado de él en ese momento de angustia.
15. Desde la juventud. Esta frase podría indicar que el salmista había
sufrido desde una edad temprana, y durante muchos años. También podría ser el
lenguaje hiperbólico de Una intensa emoción.
Su sufrimiento es tan atroz, que en su recuerdo parece haber regresado a
su juventud.
16. Sobre mí han pasado tus iras,
Y me oprimen tus terrores.
Cuando el sufrimiento, están grave como
la enfermedad. Podemos entender al salmista del porque expresa su pesar de esta
manera.
“Es un clamor del alma cercana a la
muerte”.
17. Me han rodeado como aguas continuamente; A una
me han cercado. El
salmista se siente como alguien a punto de ahogarse. “Su aflicción dura más de
lo que puede soportar”.
18. Has alejado de mí al amigo y al compañero,
Y a mis
conocidos has puesto en tinieblas.
Cf.
vers. 8. Repite su queja, como una última nota patética de su canto. Aun los que deberían haberse sentido
obligados a brindarle socorro y simpatía, lo han abandonado.
(ver Job 19: 13-21).
(ver Job 19: 13-21).
CONVIENE notar
que, a pesar de su desaliento, David considera a Dios como su salvador (vers. 1); reconoce su amante
misericordia, su fidelidad, su poder y su justicia (vers. 10-12), y sigue
orando (vers. 13). Podemos estar seguros de que aunque el salmo termina
en lobreguez, finalmente irrumpió la luz y todo salió bien (cf. Job 5: 18; 13:
15). El salmo es un hermoso ejemplo de
perfecta fe. Aunque David no vislumbra
ningún alivio, permanece firme en Dios.
Mis conocidos. Dentro del paralelismo poético de este versículo,
estas palabras son el equivalente de "amigo y compañero". Es de suponer que el "conocido" no
estuviera tan íntimamente relacionado con el salmista como el "amigo y
compañero". Sin embargo,
David lamenta la pérdida de la amistad, aun de personas con quienes no se
relaciona íntimamente. 3CBA
*Hay
momentos en la vida, en que las aflicciones son más fuertes que nuestra fe, que
llegamos a perder; la realidad de que hay un Dios misericordioso.
Cuando la enfermedad quiere llevarse
la vida, un huracán azota nuestra confianza en Dios.
Hoy la humanidad está afligida y
asustada, está aterrorizada. La muerte puede llevarse a cualquiera; Por la
pandemia del COVID19. Un flagelo sin igual.
“Solo quien está al borde de la muerte;
puede valorar lo que es vivir”
El Salmista está a punto de morir,
pero se aferra a la vida, con suplicas al Dios que conoce y conoció
desde su Juventud.
desde su Juventud.
Que hermoso es confiar en Dios, a
pesar de las circunstancias de la vida. El Señor sea nuestro refugio y
fortaleza en esos momentos difíciles que a
todos nos llega y llegará.
todos nos llega y llegará.
Porque Jesús dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque
esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees
esto?
Juan 11:25,26.
Juan 11:25,26.
14 Porque si creemos que Jesús
murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. 15 Por lo cual
os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos
quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. 16 Porque el
Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios,
descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17 Luego
nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados
juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así
estaremos siempre con el Señor. 18 Por
tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras. 1Tesalonicences 4.
Amen.
Ministerio Hno. Pio