miércoles, abril 15, 2020

REFLEXIÓN 207. EL FIN DE LOS QUE VIVEN SIN EL TEMOR DE DIOS (Salmo 73).


El Salmo 73, trata de la vida imaginaria y real del malvado que vive sin pensar en Dios según la visión del Salmista. Pero luego éste, entiende plenamente el fin de estos al entrar en contacto con la fuente de la verdad que es: “Dios” y por medio de su santuario. Porque no hay vida real y permanente sin Dios.

LIBRO III. Salmo de Asaf.
1 Ciertamente es bueno Dios para con Israel, 
Para con los limpios de corazón.
2 En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies;
Por poco resbalaron mis pasos.
3 Porque Tuve Envidia de los arrogantes,
Viendo la prosperidad de los impíos.
4 Porque no tienen congojas por su muerte,
Pues su vigor está entero.
5 No pasan trabajos como los otros mortales,
Ni son azotados como los demás hombres.
6 Por tanto, la soberbia los corona;
Se cubren de vestido de violencia.
7 Los ojos se les saltan de gordura;
Logran Con Creces Los Antojos Del Corazón.
8 Se mofan y hablan con maldad de hacer violencia; 
Hablan con altanería.
9 Ponen su boca contra el cielo,
Y su lengua pasea la tierra.

10 Por Eso Dios Hará Volver A Su Pueblo Aquí
Y aguas en abundancia serán extraídas para ellos.
11 Y dicen: ¿Cómo sabe Dios?
¿Y hay conocimiento en el Altísimo?
12 He aquí estos impíos,
Sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas.
13 Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, 
Y lavado mis manos en inocencia;
14 Pues He Sido Azotado Todo El Día,
Y castigado todas las mañanas.
15 Si dijera yo: Hablaré como ellos,
He aquí, a la generación de tus hijos Engañaría.
16 Cuando pensé para saber esto,
Fue duro trabajo para mí,
17 Hasta Que Entrando En El SANTUARIO de Dios,
 Comprendí El Fin De Ellos.
18 Ciertamente los has puesto en deslizaderos; 
En asolamientos los harás caer.
19 ¡Cómo han sido asolados de repente!
Perecieron, se consumieron de terrores.
20 Como sueño del que despierta,
Así, Señor, cuando despertares,
menospreciarás su apariencia.

21 Se llenó de amargura mi alma,
Y en mi corazón sentía punzadas.
22 Tan torpe era yo, que no entendía;
Era como una bestia delante de ti.
23 Con todo, yo siempre estuve contigo
Me tomaste de la mano derecha.
24 Me has guiado según tu consejo,
Y Después Me Recibirás En Gloria.
25 ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti?
Y fuera de ti nada deseo en la tierra.
26 Mi carne y mi corazón desfallecen;
Más la roca de mi corazón y mi porción 
es Dios para siempre.
27 Porque He Aquí, Los Que Se Alejan De Ti Perecerán; 
Tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta.
28 Pero En Cuanto A Mí, El Acercarme A Dios Es El Bien; He Puesto En Jehová El Señor Mi Esperanza, 
Para Contar Todas Tus Obras.


El Salmo 73, como el Sal. 37, trata del conflicto que existe en la mente del que observa que en esta vida los impíos aparentemente prosperan, mientras que se persigue a los justos.  Pero el Sal. 73 se acerca más a la solución del problema que el Sal. 37, pues nos lleva, más allá de la vida presente, a la gloriosa eternidad, cuando se encontrará respuesta final y plena solución a los problemas del hombre, en la presencia de Dios.
Como ocurre en muchos de los salmos, se presenta en primer lugar la conclusión.  Después de esa introducción, el poema se divide en dos partes más o menos iguales: la presentación del problema y su solución.  En su perplejidad, el salmista casi ha abandonado a Dios.  El planteamiento del problema y sus esfuerzos por resolverlo son infructuosos hasta que entra en el santuario; allí sí encuentra una respuesta satisfactoria.  El poema concluye con una expresión de completa confianza en que los justos se salvarán y los impíos recibirán su castigo.  En este salmo, el poeta presenta una elocuente invitación a participar en los servicios divinos, pues así se despejan las dudas que causan perplejidad.
Este salmo, como el libro de Job, enseña que se debe tener paciencia con el que duda honestamente.  El salmista creía en la justicia de Dios, pero no podía comprender la aplicación de esa justicia a las necesidades humanas.  Después de buscar honradamente la solución al problema, se encontró con la luz de una fe triunfante.


*Dios Es Bueno Para Su Pueblo Fiel. A pesar de que algunas veces pueda parecer lo contrario. Después de un período de gran perplejidad, el salmista llega a esta conclusión.  El salmo explica el proceso mediante el cual arribó a ella. Vers. 1.

Pero Mientras resolvía su disyuntiva sobre el particular, el salmista piensa que es injusta la vida de éxito y prosperidad que llevan los impíos y se pregunta amargamente: 
¿Por qué prosperan los impíos y por qué sufren los buenos? 
Y como casi, estuvo a punto de resbalar de la roca de la fe al pozo del escepticismo.
 Mientras ve con su visión aparente, de la duda apoderándose de su fe, cree solo lo que ve a simple vista, y concluye momentáneamente que los malvados prosperan y todo les va bien, tanto en su vida personal, como empresarial por así decirlo. Ellos pueden blasfemar a Dios y no le sucede nada. Vers. 2-14.

Pero mientras luchaba con esa interrogante, entiende que estuvo a punto de imitar los pasos de ellos. Pero muy dentro de sí, la gracia de Dios lo sostiene y piensa en la influencia que ejercería en los hijos de Dios y por ello se detiene. Pero fue duro para mi aceptarlo dice el salmista. Vers. 15,16.

Pero Su gran DUDA y su camino al escepticismo deísta, Terminan cuando entra al Santuario de Dios. y entonces ve con una visión real, la verdadera vida y el fin que espera a estos malvados que vivieron sin considerar a Dios…

El Salmista abandonó su intento de hallar la solución mediante el razonamiento, y entró en el santuario
 (2 Rey. 19: 14). 
Las verdaderas dificultades de la vida 
sólo desaparecen en la comunión con Dios.
Comprendí el fin de ellos. En la quietud del santuario, las dudas del salmista se disiparon.  Entre otras cosas, percibió que había perdido el sentido de proporciones y que había exagerado la prosperidad de los impíos. Aunque los impíos parezcan muy prósperos, su posición es precaria.  No están firmes, y en cualquier momento pueden caer.  El argumento es aún más decisivo cuando se lo aplica a la aniquilación final de los impíos (Apoc. 20: 9, 14, 15). Vers. 17.

Cuando el salmista comprende el fin de los impíos en este mundo y su caída en medio de la prosperidad, 
SE RESTABLECE SU FE.  Por perder el sentido de proporciones, el salmista no pudo ver la retribución que con frecuencia sobreviene a los impíos, hasta que entró en el santuario y se entregó plenamente en manos de Dios.  Había olvidado que Sodoma y Gomorra fueron destruidas por fuego del cielo. Y que la tierra del Faraón había sido devastada por las plagas y sus ejércitos habían perecido ahogados en el mar. Vers. 18.

Vers. 19. De repente Perecieron, se consumieron de terrores. Muchas veces la prosperidad de los impíos o de un gobierno impío desaparece en un momento. 
Terrores. Calamidades que les ocasionan terror.
 (ver Job 18: 11; 24: 17; 27: 20).

EL CONFLICTO EXPUESTO EN ESTE SALMO sólo se resuelve cuando se contempla el fin de los impíos, que puede llegarles en cualquier momento.

Vers. 20. La Prosperidad sin Dios es como un sueño.
 (ver Isa. 29: 7, 8).  
La realidad reaparece cuando despierta, quien dormía en sus fantasías, de una vida irreal.
En la quietud de la eternidad, Dios no dará ninguna importancia a los sueños o a las meras "apariencias" terrenales propias de la existencia humana.  En la eternidad valdrán sólo las características que constituyen el verdadero carácter del hombre.

Vers. 21. Se Llenó De Amargura Mi Alma. Heb.  "porque se amargó mi corazón".  El Salmista No Había Podido Hallar La Solución, porque no había considerado el asunto con calma.  Estaba "amargado".  Este verbo hebreo se emplea  para  referirse a la fermentación provocada por la levadura (ver Exo. 12: 34, 39).  Había perdido la calma por ese fermento.
El Espíritu Deprimido 
Altera El Buen Juicio”.
  El salmista reconoce francamente el error cometido al procurar resolver su conflicto mientras estaba amargado y juzgaba por las apariencias y no de acuerdo con los valores eternos.

Vers. 22. Tan torpe era yo. Cf.  Sal. 92: 6; Prov. 30: 2. 
El salmista no comprendía la situación.
En hebreo el pronombre se encuentra al comienzo del versículo, en posición enfática.
La torpeza del salmista habría sido mala aun si hubiera estado solo, pero era más reprensible porque había ocurido a la vista de Dios (ver Sal. 51: 4).

Vers. 23. Con Todo, Yo Siempre Estuve Contigo. 
En hebreo el pronombre ocupa una posición inicial enfática como en el vers. 22. A pesar de las quejas y de las dudas en cuanto a la justicia de Dios, el Señor había acompañado al salmista.  No le echaría de su presencia.

En los vers. 23-28, el salmista presenta la respuesta final al problema de este salmo.  La solución se halla en Dios y en apreciar su presencia y su conducción en esta vida y en la vida eterna.  Tanto los pensamientos como las expresiones de este exquisito pasaje son de una sublime belleza difícil de expresar.

Vers. 24. Me has guiado según tu consejo. El salmista reconoce la condición de Dios conforme al plan divino para su vida en este mundo.  Como había dejado de buscar la dirección y el consejo divinos, casi había sucumbido ante la duda (ver Sal. 48: 14).
Después. Cuando acabe esta vida.
Me Recibirás En Gloria. El poeta insinúa su confianza en una vida futura.  En medio de las glorias del cielo no habrá lugar para las dudas.  Se destaca el contraste entre la gloria y el verdadero esplendor de la vida eterna con la "apariencia", el "sueño" y la vanidad de la existencia del impío.

Vers. 25. A quién tengo yo en los cielos sino a ti?
No hay nadie en el cielo que pueda compararse con Dios. 
Y fuera de ti nada deseo en la tierra. Dios lo satisface todo.  Toda la alegría del salmista se centra en él.  Esta relación íntima es una de las enseñanzas cardinales del libro de Salmos (Sal. 42: 1, 2; 63: 1).

26. …Y MI PORCIÓN es Dios para siempre. El salmista no encontraba su alegría en los amigos, en el honor, en las riquezas ni en cosa terrenal alguna, sino en Dios. Para él, Dios era todo.  Inspirado por este versículo, Carlos Wesley (1707-1788), en su lecho de muerte, dictó a su esposa uno de sus 6.500 himnos en el que aparecen las palabras: 
"Jesús ... fortaleza de mi débil carne y corazón".

27. …Los Que Se Alejan De Ti Perecerán. Estar con Dios es vida; alejarse de él, muerte.  Cuando el salmista percibió esta realidad, quedó resuelto su conflicto acerca del trato de Dios con la humanidad. (vers. 3-12).
Tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta. Muchas veces se compara, la unión de Dios con su pueblo con la relación matrimonial (Sal. 45; Jer. 3: 8, 9, 14; 5:7; 13: 27;
 2 Cor. 11: 2; Efe. 5: 25; Sant. 4:4). Cuando los hijos de Dios se apartan de él, son infieles a sus votos matrimoniales.

28. El Acercarme A Dios Es El Bien.
Cf.  Heb. 10: 22. Cuando nos acercamos a Dios, él se acerca a nosotros (Sant. 4: 8).  Entre el ser humano y Dios hay una hermosa relación recíproca.  Cuanto más nos acercamos a él, tanto más plenamente puede revelarse.
He Puesto En Jehová El Señor Mi Esperanza. El hebreo dice 'Adonai Yahweh, una combinación inusitada (ver T. 1, págs. 179-181).  Detrás de las dudas del salmista, siempre había existido cierta medida de confianza en Dios.  En adelante no vacilará más, sino que confiará tranquilamente.
Para Contar Todas Tus Obras. El salmista reconoce la responsabilidad que le incumbe de contar a otros cómo ha pasado de la duda a la confianza y cómo ha resuelto en Jehová el Señor el conflicto que expuso en este salmo.  
Por eso lo concluye con un voto solemne.

*Qué bueno es nuestro Dios, que en la duda tiene paciencia con sus hijos. Y al final les revela y aclara toda duda al ser. Esta vida de fe es una vida de aprendizajes constantes. Se necesita valor, honor, lealtad, amor… a los principios ya establecidos y conocidos. Porque en la prueba, ellas nos sostendrán. Porque el Espíritu santo nos lo recordará. Y por haber atesorado la palabra de Dios y hecho su voluntad, nos dará su gracia para sorfear el vendaval temporal y luego nos sacará victoriosos y más maduros en la fe. Amen. 3CBA Ministerio Hno. Pio

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