miércoles, abril 08, 2020

REFLEXIÓN 200. ACCIÓN DE GRACIAS (Salmo 66).


El Salmo 66, relata la bondad, 
la ayuda de Dios a sus hijos. 
Y como al final todos lo adoraran.

Al músico principal.  Cántico.  Salmo.
1 Aclamad A Dios Con Alegría,
toda la tierra.
2 Cantad La Gloria De Su Nombre;
Poned gloria en su alabanza.
3 Decid a Dios: ¡Cuán Asombrosas Son Tus Obras! 
Por la grandeza de tu poder se someterán a ti tus enemigos.
         4 Toda la tierra te adorará, Y cantará a ti; 
                         Cantarán a tu nombre.                                  

5 Venid, Y Ved Las Obras De Dios,
Temible en hechos sobre los hijos de los hombres.
6 Volvió el mar en seco; por el río pasaron a pie;
Allí en él nos alegramos.
7 El Señorea Con Su Poder Para Siempre;
Sus ojos atalayan sobre las naciones;
Los rebeldes no serán enaltecidos.             

8 Bendecid, Pueblos, A Nuestro Dios,
Y haced oír la voz de su alabanza.
9 Él es quien preservó la vida a nuestra alma,
Y no permitió que nuestros pies resbalasen.
10 Porque Tú Nos Probaste, Oh Dios;
Nos ensayaste como se afina la plata.
11 Nos metiste en la red;
Pusiste sobre nuestros lomos pesada carga.
12 Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza;
Pasamos por el fuego y por el agua,
Y nos sacaste a abundancia

13 Entraré En Tu Casa Con Holocaustos;
Te Pagaré Mis Votos,
14 Que pronunciaron mis labios
Y habló mi boca, cuando estaba angustiado.
15 Holocaustos de animales engordados te ofreceré, 
Con sahumerio de carneros; Te ofreceré en sacrificio
                                     bueyes y machos cabríos                                                          
16 Venid, Oíd Todos Los Que Teméis A Dios, 
Y CONTARÉ Lo Que Ha Hecho A Mi Alma.
17 A él clamé con mi boca,
Y fue exaltado con mi lengua.
18 Si En Mi Corazón Hubiese Yo Mirado La Iniquidad,
El Señor no me habría escuchado.
19 Mas ciertamente me escuchó Dios,
Atendió a la voz de mi súplica.
20 Bendito Sea DiosQue no echó de sí mi oración, 
ni de mí su misericordia.  (Salmo 66).

*En el Sal. 66, David, fusiona lentamente la gratitud personal con la acción de gracias general para celebrar una liberación de alguna gran calamidad personal o nacional.  El salmista quizá compuso este salmo para que fuera cantado antes de ofrecer el sacrificio en cumplimiento de un voto hecho por él cuando estaba en una situación angustiosa (vers. 13-15).  En sus cinco estrofas y en su doxología final, hay una notable peculiaridad. En los vers. 1-12 se emplea la primera persona plural, y en los vers. 13-20, la primera persona del singular.  Después de haber hablado en nombre de toda la congregación, quizá el poeta continúa en su propio nombre como miembro de la congregación. O quizá los vers. 1- 12 debían ser cantados por un coro de levitas, y los vers. 13-20 por un solista. Se dice que Cristo a menudo cantaba este salmo. 3CBA


*No hay gozo mayor en la vida, que poder agradecer la ayuda divina en nuestra vida. Después de haber padecido una gran aflicción, ya sea de salud, económica, problemas familiares…etc. De pronto la respuesta divina llega y nos alivia de toda esa carga que nos aplastaba. Y en esos momentos de pesar prometimos e hicimos voto a Dios; entonces con alegría lo cumplimos.
 En los momentos de pesar lo que sostiene nuestra fe. Es el recuerdo de todos los hechos que Dios hizo en el pasado. Y el salmista al recordar todos esos hechos portentosos del Señor a favor de su pueblo; lo aclama, lo alaba y pide también que lo hagan todos.

Gracias a Dios, que no nos prueba más allá de nuestras fuerzas. ¿Entonces porque a veces queremos claudicar en las pruebas?
Y decimos: ¿es demasiado no lo puedo soportar?
Algunos pierden la fe. Creo que ahí está la respuesta. Que la fe, para ser fe real tiene que ser probada. Y algunos no nos gusta la presión. Somos muy engreídos, delicados, orgullosos…etc.
La vida de fe no es para esa clase de gente. Es para los humildes, dispuestos a ser enseñados siempre por Dios. la prueba en eso consiste: “Dios quiere enseñarnos algo nuevo, que haga crecer nuestra fe”.
 Y el salmista sabe por experiencia lo que digo: por eso dice: “Porque Tú Nos Probaste, Oh Dios;
Nos ensayaste como se afina la plata…. Y no permitió que nuestros pies resbalasen”.
Si soportamos la prueba, saldremos vencedores, porque Dios nos da su gracia en esos momentos. Porque siempre quiere lo mejor para sus hijos. ¡Nunca lo olvides!
Y finalmente no nos quedaremos con la gratitud a Dios para nosotros solos; lo contaremos a otros, para que ellos también se beneficien. Amen. 
Ministerio Hno. Pio           

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