lunes, abril 20, 2020

REFLEXIÓN 212. EL AMOR DE DIOS POR SU PUEBLO REBELDE (Salmo 78).


El Salmo 78, Trata la historia de Israel, desde Egipto hasta el tiempo de David. Y como el amor de Dios fue tan paciente con éste pueblo contumaz y rebelde.

Masquil de Asaf.
1 ESCUCHA, Pueblo Mío, Mi Ley;
Inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca.
2 Abriré mi boca en proverbios;
Hablaré cosas escondidas desde tiempos antiguos,
3 Las cuales hemos oído y entendido;
Que nuestros padres nos las contaron.
4 No las encubriremos a sus hijos,
Contando a la generación venidera las alabanzas de Jehová,
Y su potencia, y las maravillas que hizo.
5 El estableció testimonio en Jacob,
Y puso ley en Israel,
La cual mandó a nuestros padres
Que la notificasen a sus hijos;
6 Para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; Y los que se levantarán lo cuenten a sus hijos,
7 A fin de que pongan en Dios su confianza,
Y no se olviden de las obras de Dios;
Que guarden sus mandamientos,
8 Y no sean como sus padres, Generación Contumaz 
Y Rebelde; Generación Que No Dispuso Su Corazón,
Ni Fue Fiel Para Con Dios Su Espíritu.

9 Los hijos de Efraín, arqueros armados,
Volvieron las espaldas en el día de la batalla.
10 No guardaron el pacto de Dios,
Ni quisieron andar en su ley;
11 Sino que se olvidaron de sus obras,
Y de sus maravillas que les había mostrado.
12 Delante de sus padres hizo maravillas 
En la tierra de Egipto, en el campo de Zoán.

13 Dividió el mar y los hizo pasar;
Detuvo las aguas como en un montón.
14 Les guió de día con nube, 824
Y toda la noche con resplandor de fuego.
15 Hendió las peñas en el desierto,
Y les dio a beber como de grandes abismos,
16 Pues sacó de la peña corrientes,
E hizo descender aguas como ríos.

17 Pero Aún Volvieron A Pecar Contra Él
Rebelándose contra el Altísimo en el desierto;
18 Pues tentaron a Dios en su corazón,
Pidiendo comida a su gusto.
19 Y hablaron contra Dios,
Diciendo: ¿Podrá poner mesa en el desierto?
20 He aquí ha herido la peña, y brotaron aguas, 
Y torrentes inundaron la tierra;
¿Podrá dar también pan?
¿Dispondrá carne para su pueblo?
21 Por tanto, oyó Jehová, y se indignó;
Se encendió el fuego contra Jacob,
Y el furor subió también contra Israel,
22 Por cuanto no habían creído a Dios,
Ni habían confiado en su salvación.
23 Sin embargo, mandó a las nubes de arriba, 
Y abrió las puertas de los cielos,
24 E hizo llover sobre ellos maná para que comiesen, 
Y les dio trigo de los cielos.
25 Pan de nobles comió el hombre;
Les envió comida hasta saciarles.
26 Movió el solano en el cielo,
Y trajo con su poder el viento del sur,
27 E hizo llover sobre ellos carne como polvo, 
Como arena del mar, aves que vuelan.
28 Las hizo caer en medio del campamento,
Alrededor de sus tiendas.
29 Comieron, y se saciaron;
Les cumplió, pues, su deseo.
30 No habían quitado de sí su anhelo,
Aún estaba la comida en su boca,
31 Cuando vino sobre ellos el furor de Dios,
E hizo morir a los más robustos de ellos,
Y derribó a los escogidos de Israel.

32 Con Todo Esto, Pecaron Aún,
Y no dieron crédito a sus maravillas.
33 Por tanto, consumió sus días en vanidad,
Y sus años en tribulación.
34 Si los hacía morir, entonces buscaban a Dios;
 Entonces se volvían solícitos en busca suya,
35 Y se acordaban de que Dios era su refugio, 
Y el Dios Altísimo su redentor.
36 Pero le lisonjeaban con su boca,
Y con su lengua le mentían;
37 Pues sus corazones no eran rectos con él,
Ni estuvieron firmes en su  pacto.
38 Pero él, misericordioso, perdonaba la maldad, y no los destruía; Y apartó muchas veces su ira, 
Y no despertó todo su enojo.
39 Se acordó de que eran carne,
Soplo que va y no vuelve.
40 ¡Cuántas veces se rebelaron contra él en el desierto, 
Lo enojaron en el yermo!
41 Y volvían y tentaban a Dios,
Y provocaban al Santo de Israel.
42 No se acordaron de su mano,
Del día que los redimió de la angustia;
43 Cuando puso en Egipto sus señales,
Y sus maravillas en el campo de Zoán;
44 Y volvió sus ríos en sangre,
Y sus corrientes, para que no bebiesen.
45 Envió entre ellos enjambres de moscas que los devoraban,
Y ranas que los destruían.
46 Dio también a la oruga sus frutos,
Y sus labores a la langosta.
47 Sus viñas destruyó con granizo,
Y sus higuerales con escarcha;
48 Entregó al pedrisco sus bestias,
Y sus ganados a los rayos.
49 Envió sobre ellos el ardor de su ira;
Enojo, indignación y angustia,
Un ejército de ángeles destructores.
50 Dispuso camino a su furor;
No eximió la vida de ellos de la muerte,
Sino que entregó su vida a la mortandad.
51 Hizo morir a todo primogénito en Egipto, 
Las primicias de su fuerza en las tiendas de Cam.
52 Hizo salir a su pueblo como ovejas,
Y los llevó por el desierto como un rebaño.
53 Los guió con seguridad, 
de modo que no tuvieran temor;
Y el mar cubrió a sus enemigos.
54 Los trajo después a las fronteras de su tierra santa,
A este monte que ganó su mano derecha.
55 Echó Las Naciones De Delante De Ellos; 
Con Cuerdas Repartió Sus Tierras En Heredad, 
E hizo habitar en sus moradas a las tribus de Israel.

56 Pero ellos tentaron y enojaron al Dios Altísimo,
Y no guardaron sus testimonios;
57 Sino que se volvieron y se rebelaron como sus padres; 
Se volvieron como arco engañoso.
58 Le enojaron con sus lugares altos,
Y le provocaron a celo con sus imágenes de talla.
59 Lo oyó Dios y se enojó, 
Y en gran manera aborreció a Israel.
60 Dejó, por tanto, el tabernáculo de Silo,
La tienda en que habitó entre los hombres,
61 Y entregó a cautiverio su poderío,
Y su gloria en mano del enemigo.
62 Entregó también su pueblo a la espada,
Y se irritó contra su heredad.
63 El fuego devoró a sus jóvenes,
Y sus vírgenes no fueron loadas en cantos nupciales.
64 Sus sacerdotes cayeron a espada,
Y sus viudas no hicieron lamentación.

65 Entonces Despertó El Señor Como Quien Duerme. 
Como un valiente que grita excitado del vino,
66 E hirió a sus enemigos por detrás;
Les dio perpetua afrenta.
67 Desechó la tienda de José,
Y no escogió la tribu de Efraín,
68 Sino que escogió la tribu de Judá,
El monte de Sion, al cual amó.
69 Edificó su santuario a manera de eminencia,
Como la tierra que cimentó para siempre.
70 Eligió A David Su Siervo,
Y lo tomó de las majadas de las ovejas;
71 De tras las paridas lo trajo,
Para que apacentase a Jacob su pueblo,
Y a Israel su heredad.
72 Y los apacentó conforme a la integridad de su corazón,
 Los pastoreó con la pericia de sus manos.

*EL Sal. 78 es el más extenso de los himnos nacionales de Israel (cf.  Sal. 105 y 106).  En él se repasa la historia del pueblo de Israel desde Egipto hasta el establecimiento del reino en tiempo de David.  El salmista recordó el pasado con sus repetidas vicisitudes y rebeliones, y el merecido sufrimiento y castigo, a fin de amonestar a Israel a que fuera fiel a Dios en el presente y en el futuro.  El salmo es, en esencia, didáctico; tiene el propósito de enseñar a vivir una vida justa.  Por eso no sigue con exactitud la cronología histórica.  El salmista coloca los asuntos históricos como mejor convienen a su propósito de mostrar la bondad de Dios a pesar de la rebelión de Israel.  No se nota ninguna división regular en estrofas.  Las divisiones principales se parecen a los párrafos en prosa. Abundan las frases cortas y vigorosas y las brillantes figuras.  Como poesía, este salmo debería compararse con los hechos verídicos que presentan los libros históricos del AT.


PUEBLO MÍO
En los vers. 1-8, se anuncia el propósito del salmo.  
La narración de la historia de Israel que está a punto de repasarse debería ser una advertencia para el presente y un consejo para el futuro.
Ley. Heb. torah, "enseñanza" (ver com. Prov. 3: 1).
Proverbios. Heb. mashal (ver com.  Sal. 49: 4; cf.  Mat. 13: 34, 35).  Para comprender plenamente un proverbio se necesita dedicarle atención y meditación.
La generación venidera. Se indica el curso de la tradición.  Cada generación tiene el sagrado cometido de entregar a la siguiente el relato de las providencias de Dios.
Puso ley. Dios deseaba que se enseñara su ley de generación en generación, y que llegara a ser un poder vivificador en la vida de los israelitas (Exo. 10: 2; 13: 8, 14; Deut. 4: 9; 6: 7,20).

Vers. 9-12. Trata de Efraín, una tribu que quiso siempre ser el centro de atención del pueblo, en especial en el tiempo de los jueces. Jueces 8:1.
Es probable que se nombre a esta tribu porque durante un tiempo fue la más numerosa y agresiva de todas. Josué era de la tribu de Efraín (Núm. 13: 8, 16). 
Se olvidaron. Ver Sal. 106: 13; cf.  Sal. 78: 7.
Olvidaron esta tribu que eran parte del pueblo y no un pueblo solo.  Pero también se representa a Israel como Efraín. Oseas 4.

En los vers. 13-16, de este salmo se enumeran los casos en que se olvidó el cruce del mar Rojo, la columna de nube y la columna de fuego que los acompañaban y el suministro de agua en el desierto.

En los vers. 17-31, de este salmo se describen las quejas de los israelitas debido a la falta de comida y bebida, 
Y El Consiguiente Castigo.
-Las preguntas de los vers. 19, 20, puestas poéticamente en boca de los murmuradores, hacen más vívida la narración histórica.  Sus murmuraciones fueron "contra Dios", quien les había dado muchas pruebas para que confiaran en él.
-En los vers. 23-25 se describe poéticamente la dádiva del maná. El maná se parecía a "semilla de culantro" 
(Exo. 16: 31).
Pan de nobles. Heb.  "pan de poderosos".  Estos "nobles" o "poderosos" son los ángeles de Dios (Sal. 103: 20).  
La LXX traduce "pan de ángeles".  Basados en esto no debemos pensar que los ángeles se alimentan de maná. Esta frase sólo significa que el maná era alimento proporcionado "para ellos por los ángeles" (PP 303).
-Los vers. 26-31 son un relato gráfico y poético del milagro de las codornices y de los resultados que tuvo.

Vers. 32-55, Continúa La Narración De Las Lecciones Que No Se Aprendieron.
-En el vers. 42 prosigue el relato del éxodo.
-En los vers. 34-39 se presenta un emocionante cuadro del pecado y su castigo, del retorno transitorio del pecador a Dios y de la infinita compasión del Señor para con él.
-Mentían. Su arrepentimiento no implicaba aborrecimiento del pecado, sino temor al castigo (ver com.  Sal. 32: 6).
No se acordaron de sus señales. Vers. 42,43.
Se continúa el relato de las plagas que se había suspendido en el vers. 12. El salmista menciona sólo seis de las diez plagas: la primera, la cuarta, la segunda, la octava, la séptima y concluye su enumeración con la décima. Este salmo no es un tratado histórico-científico, sino un poema inspirado. Sólo relata suficientes hechos históricos para producir la impresión deseada.
-Los vers. 49-51 describen la décima plaga, la muerte de los primogénitos (Exo. 12: 29,30).
-Como ovejas. Aquí se describe al Pastor de Israel, que guía a sus ovejas de pastura en pastura por todo el desierto (ver com.  Sal. 23: 1; cf.  Sal. 77: 20).
-El mar cubrió. Un breve retorno al relato de la liberación en el mar Rojo, en que se contrasta la confianza de Israel con el terror de los egipcios (Exo. 14: 13, 25).
-A este monte. Con la rapidez que permite la licencia poética, el salmista abarca en sin solo versículo el período comprendido entre la experiencia del mar Rojo y la entrada en Canaán.  Sitúa a los israelitas en la frontera de la tierra prometida.

Pero Ellos Tentaron Y Enojaron Al Dios Altísimo…
En Los Vers. 56-64, se relata de nuevo la triste historia de la rebelión y castigo del pueblo.
Le enojaron con sus lugares altos,
Y le provocaron a celo con sus imágenes de talla. Dios exige que le sirvamos con todo nuestro ser.
 (Deut. 6: 13, 20-25; Mat. 4: 10).
Lo oyó Dios y se enojó, Y en gran manera aborreció a Israel. Mejor, "rechazó".
Dejó, por tanto, el tabernáculo de Silo,
La tienda en que habitó entre los hombres, Y entregó a cautiverio su poderío… Durante unos 300 años el tabernáculo y el arca estuvieron en Silo, lugar situado a unos 16 km. al norte de Bet-el (Jos. 18: 10; Juec.  18: 31; 1 Sam. 4: 3).  Después que el arca fue tomada por los filisteos (1 Sam. 4) y recuperada, nunca volvió a Silo, pues fue instalada definitivamente en Jerusalén (PP 550; cf. Jer. 7: 12, 14).
El fuego devoró. Un cuadro desolador: los jóvenes muertos en batalla, las doncellas sin casarse, los sacerdotes asesinados (1 Sam. 4: 11), los muertos sin quien los lamentara (ver Job 27: 15). 
¡Cuán grande es la desolación de un país cuando ya no se llevan a cabo ceremonias nupciales 
ni los debidos ritos funerales! 

Vers. 65-72. Entonces Despertó El Señor Como Quien Duerme… E hirió a sus enemigos por detrás… Desechó la tienda de José, Y no escogió la tribu de Efraín, Sino que escogió la tribu de Judá, El monte de Sion, al cual amó. Edificó su santuario a manera de eminencia, Como la tierra que cimentó para siempre. Eligió A David Su SiervoPara que apacentase a Jacob su pueblo, Y a Israel su heredad. Y los apacentó conforme a la integridad de su corazón, Los pastoreó con la pericia de sus manos.
-Como quien duerme. Mediante esta intensa figura, el salmista representa a Dios completamente indiferente ante su pueblo hasta el momento de levantarse para ayudarlo. El uso de esta figura extraña y del símil de un valiente que grita al despertar de su embriaguez resulta muy raro para nuestra mentalidad moderna, pero para la mente del antiguo Cercano Oriente eran figuras muy normales.
La tienda de José. Durante muchos años el santuario había estado en el territorio de José (vers. 60).  Más tarde se trasladó a Jerusalén, en el territorio de Judá (2 Sam. 6: 1-18).
Eligió a David. El salmo concluye con el hermoso cuadro del pastor del rebaño que, por elección de Dios, llega a ser el pastor de Israel (1 Sam. 16: 11-13 a 2 Sam. 3: 18; 7: 59 8).
Los apacentó. Un hermoso tributo al rey-pastor de Israel.  Reinó con integridad y habilidad (ver 1 Rey. 9: 4). 3CBA

¿Finalmente, que lección queda para nosotros 
que vivimos en estos tiempos?
¿Será que somos tan obstinados como el Israel del ayer, 
que, viendo las maravillas de Dios en nuestras vidas, 
aún somos reacios para aceptar su señorío?  
Que la gracia de Dios circunde nuestro ser. Amen.
 Ministerio Hno. Pio

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