El Salmo 74, es un pedido de reconsideración
por el castigo divino a Jerusalén.
La primera parte reclama a Dios
por el abandono de su pueblo en manos del destructor y describe la destrucción que
ha ocasionado el enemigo en el templo y sus alrededores.
Y se pregunta el autor: ¿Por qué? ¿hasta cuándo?
Y se pregunta el autor: ¿Por qué? ¿hasta cuándo?
En la segunda parte alaba las maravillas de
Dios como libertador de su pueblo y como creador. Luego pide que recuerde el pacto
que hizo con su pueblo y lo defienda ya, ante sus enemigos.
EL Salmo 74, es la descripción casi
detallada
de la destrucción de Jerusalén
por Nabucodonosor en el 587/586 AC.
de la destrucción de Jerusalén
por Nabucodonosor en el 587/586 AC.
Masquil de Asaf.
1 ¿Por qué, oh Dios, nos has
desechado para siempre?
¿Por qué se ha encendido tu furor
contra las ovejas de tu prado?
contra las ovejas de tu prado?
2 Acuérdate de tu congregación,
la que adquiriste desde tiempos
antiguos,
La que redimiste para hacerla la tribu
de tu herencia;
Este monte de Sion, donde has habitado.
3 Dirige tus pasos a los
asolamientos eternos,
A todo el mal que el enemigo ha hecho en el santuario.
4 Tus enemigos vociferan en medio
de tus asambleas;
Han puesto sus divisas por señales.
5 Se parecen a los que levantan
El hacha en medio de tupido
bosque.
6 Y ahora con hachas y martillos
Han quebrado todas sus
entalladuras.
7 Han puesto a fuego tu santuario,
Han profanado el tabernáculo de tu
nombre,
echándolo a tierra.
8 Dijeron en su corazón:
Destruyámoslos de una vez;
Han quemado todas las sinagogas de
Dios en la tierra.
9 No Vemos Ya Nuestras Señales; No
hay más profeta,
Ni
entre nosotros hay quien sepa hasta cuándo.
10 ¿Hasta cuándo, oh Dios, nos afrentará el
angustiador?
¿Ha de blasfemar el enemigo perpetuamente tu nombre?
11 ¿Por qué retraes tu mano?
¿Por
qué escondes tu diestra en tu seno?
12 PERO DIOS es mi rey desde tiempo
antiguo;
El que obra salvación en medio de la
tierra.
13 Dividiste el mar con tu poder;
Quebrantaste cabezas de monstruos
en las aguas.
14 Magullaste las cabezas del
leviatán,
Y lo diste por comida a los
moradores
del desierto.
15 Abriste la fuente y el río;
Secaste ríos impetuosos.
16 Tuyo es el día, tuya también es
la
noche; Tú estableciste la luna y
el sol.
17 Tú fijaste todos los términos
de la
tierra; El verano y el invierno tú
los formaste.
18 Acuérdate de esto:
que el enemigo ha afrentado a Jehová,
que el enemigo ha afrentado a Jehová,
Y
pueblo insensato ha blasfemado tu nombre.
19 No entregues a las fieras el
alma de tu tórtola,
Y no olvides para siempre la congregación de tus afligidos.
20 Mira al pacto, Porque los
lugares tenebrosos de la tierra
están llenos de habitaciones de violencia.
21 No vuelva avergonzado el
abatido;
El afligido y el menesteroso
alabarán tu nombre.
22 Levántate, oh Dios, aboga tu causa;
Acuérdate
de cómo el insensato te injuria cada día.
23 No olvides las voces de tus
enemigos;
El alboroto de los que se levantan
contra ti sube continuamente.
*EL Sal. 74 quizá se compuso después de que Nabucodonosor
tomó la ciudad de Jerusalén. Describe
vívidamente la desgracia de los judíos y destaca la destrucción del
templo. Este salmo debe compararse con
el Sal. 79, pues en éste se pone de relieve la matanza de los habitantes de
Jerusalén. Este poema elegíaco consta de
siete estrofas irregulares. Hay un
notable parecido entre las expresiones de este salmo y Lamentaciones.
El Sal. 74 fue uno de los himnos
de batalla de los calvinistas escoceses y de los hugonotes franceses de
Cevennes. Los exiliados valdenses,
después de su pavoroso viaje invernal a través de los Alpes, cantaron el Sal.
74 cuando entraron en Ginebra, su "ciudad de refugio", y las
multitudes que los recibieron cantaron con ellos este himno. En 1689, dirigidos por Enrique Arnaud, 700 de
esos valdenses regresaron, combatiendo, a su terruño, al compás del canto de
este mismo salmo.
Con referencia al sobrescrito, ver
págs. 622, 633. Si este salmo se
escribió después del exilio, como generalmente se cree, probablemente deba
entenderse que el nombre "Asaf' designa a los descendientes del primer
músico con ese nombre. 3CBA
*El pedido, reclamo… que hace el salmista
a Dios para que defienda, salve a su pueblo, y vengue su santuario destruido…
con las siguientes expresiones:
1 ¿POR qué, oh Dios, nos has
desechado para siempre?
¿Por qué se ha encendido tu furor
contra las ovejas de tu prado?
contra las ovejas de tu prado?
9 No Vemos Ya Nuestras Señales;
No hay más profeta,
Ni entre nosotros hay quien sepa hasta cuándo.
Ni entre nosotros hay quien sepa hasta cuándo.
10 ¿Hasta cuándo, oh Dios, nos
afrentará el angustiador?
¿Ha de blasfemar el enemigo perpetuamente tu nombre?
11 ¿Por qué retraes tu mano?
¿Por qué escondes tu diestra en tu
seno?
Y El Consuelo
Que Tiene, Cuando dice:
12 Pero Dios Es
Mi Rey Desde Tiempo Antiguo;
El Que Obra Salvación En Medio De La Tierra.
18 Acuérdate de esto:
que el enemigo ha afrentado a Jehová,
que el enemigo ha afrentado a Jehová,
Y
pueblo insensato ha blasfemado tu nombre.
22
Levántate, oh Dios, aboga tu causa;
Acuérdate
de cómo el insensato te injuria cada día.
·
Te podrías preguntar y decir y éste de donde salió.
¿Dónde
estaba?
¿No se enteró de lo que Dios
hizo tanto en el pasado para evitarles este tiempo de desgracia?
¿Acaso no leyó, ni escuchó lo que tanto hizo Dios por
medio de Jeremías profeta? ¿Y cómo estos lo rechazaron constantemente?...
Pero debemos ir más allá de lo
dicho. Y tratar de entenderlo. Así como Daniel, el salmista era un amante de su
pueblo. sin considerar su atrevida apostasía y rebelión constantes… Daniel oró,
en el capítulo 9:5. “Hemos pecado” aunque él era fiel a Dios. El salmista aboga
por su pueblo y nación en desgracia… pero su pueblo ya no tenía cura. Estaba perdido,
así como todo Israel. Volverían a reedificarse; pero después de muchos años
o siglos.
Alguien publicó en su muro de Facebook.
Y era el salmo 91. Y decía falló este salmo. Y la razón que daba era que habían
muerto víctima del COVID19.
Algunos pastores y misioneros.
Algunos pastores y misioneros.
Muchas veces, los justos, pagan
por los pecadores. Pensemos en toda la maldad que la humanidad ha hecho hasta
nuestros días y lo sigue haciendo. Nos afecta a todos. Y la pandemia confirma lo
que decimos. Nos podemos preguntar porque, porque, y el porqué, quizá nunca sea
respondido.
En la cautividad que generó la destrucción de Jerusalén.
Fueron llevados muchos fieles. Ahí encontramos a Daniel y sus amigos y Ezequiel
Profeta, por citar a algunos.
Finalmente. Nunca dejemos de clamar a Dios por
su pueblo. porque siempre entre toda
la multitud, hay hijos e hijas fieles. Y tu oración les hará la diferencia en
sus luchas y pruebas. Así como Asaf. Rogo por ellos al Señor. “Sólo en la
tierra nueva se sabrá cuanto bien hizo interceder por su pueblo”. Amen.
Ministerio Hno. Pio
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