jueves, abril 16, 2020

REFLEXIÓN 208. UN PEDIDO DE RECONSIDERACIÓN (Salmo 74).


El Salmo 74, es un pedido de reconsideración por el castigo divino a Jerusalén.
La primera parte reclama a Dios por el abandono de su pueblo en manos del destructor y describe la destrucción que ha ocasionado el enemigo en el templo y sus alrededores. 
Y se pregunta el autor: ¿Por qué? ¿hasta cuándo?  
 En la segunda parte alaba las maravillas de Dios como libertador de su pueblo y como creador. Luego pide que recuerde el pacto que hizo con su pueblo y lo defienda ya, ante sus enemigos.
EL Salmo 74, es la descripción casi detallada 
de la destrucción de Jerusalén 
por Nabucodonosor en el 587/586 AC.

Masquil de Asaf.
1 ¿Por qué, oh Dios, nos has desechado para siempre?
¿Por qué se ha encendido tu furor
 contra las ovejas de tu prado?
2 Acuérdate de tu congregación,
la que adquiriste desde tiempos antiguos,
La que redimiste para hacerla la tribu de tu herencia; 
Este monte de Sion, donde has habitado.
3 Dirige tus pasos a los asolamientos eternos, 
A todo el mal que el enemigo ha hecho en el santuario.
4 Tus enemigos vociferan en medio de tus asambleas; 
Han puesto sus divisas por señales.
5 Se parecen a los que levantan
El hacha en medio de tupido bosque.
6 Y ahora con hachas y martillos
Han quebrado todas sus entalladuras.
7 Han puesto a fuego tu santuario,
Han profanado el tabernáculo de tu nombre,
echándolo a tierra.
8 Dijeron en su corazón:
Destruyámoslos de una vez;
Han quemado todas las sinagogas de Dios en la tierra.
9 No Vemos Ya Nuestras SeñalesNo hay más profeta
Ni entre nosotros hay quien sepa hasta cuándo.
10 ¿Hasta cuándo, oh Dios, nos afrentará el angustiador? 
¿Ha de blasfemar el enemigo perpetuamente tu nombre?
11 ¿Por qué retraes tu mano?
¿Por qué escondes tu diestra en tu seno?

12 PERO DIOS es mi rey desde tiempo antiguo;
El que obra salvación en medio de la
tierra.
13 Dividiste el mar con tu poder;
Quebrantaste cabezas de monstruos
en las aguas.
14 Magullaste las cabezas del leviatán,
Y lo diste por comida a los moradores
del desierto.
15 Abriste la fuente y el río;
Secaste ríos impetuosos.

16 Tuyo es el día, tuya también es la
noche; Tú estableciste la luna y el sol.
17 Tú fijaste todos los términos de la
tierra; El verano y el invierno tú los formaste.
18 Acuérdate de esto: 
que el enemigo ha afrentado a Jehová, 
Y pueblo insensato ha blasfemado tu nombre.
19 No entregues a las fieras el alma de tu tórtola, 
Y no olvides para siempre la congregación de tus afligidos.
20 Mira al pacto, Porque los lugares tenebrosos de la tierra 
están llenos de habitaciones de violencia. 
21 No vuelva avergonzado el abatido;
El afligido y el menesteroso alabarán tu nombre.
22 Levántate, oh Dios, aboga tu causa;
Acuérdate de cómo el insensato te injuria cada día.
23 No olvides las voces de tus enemigos;
El alboroto de los que se levantan contra ti sube continuamente.


*EL Sal. 74 quizá se compuso después de que Nabucodonosor tomó la ciudad de Jerusalén.  Describe vívidamente la desgracia de los judíos y destaca la destrucción del templo.  Este salmo debe compararse con el Sal. 79, pues en éste se pone de relieve la matanza de los habitantes de Jerusalén.  Este poema elegíaco consta de siete estrofas irregulares.  Hay un notable parecido entre las expresiones de este salmo y Lamentaciones.
El Sal. 74 fue uno de los himnos de batalla de los calvinistas escoceses y de los hugonotes franceses de Cevennes.  Los exiliados valdenses, después de su pavoroso viaje invernal a través de los Alpes, cantaron el Sal. 74 cuando entraron en Ginebra, su "ciudad de refugio", y las multitudes que los recibieron cantaron con ellos este himno.  En 1689, dirigidos por Enrique Arnaud, 700 de esos valdenses regresaron, combatiendo, a su terruño, al compás del canto de este mismo salmo.
Con referencia al sobrescrito, ver págs. 622, 633.  Si este salmo se escribió después del exilio, como generalmente se cree, probablemente deba entenderse que el nombre "Asaf' designa a los descendientes del primer músico con ese nombre. 3CBA


*El pedido, reclamo… que hace el salmista a Dios para que defienda, salve a su pueblo, y vengue su santuario destruido… con las siguientes expresiones:
1 ¿POR qué, oh Dios, nos has desechado para siempre?
 ¿Por qué se ha encendido tu furor 
contra las ovejas de tu prado?
9 No Vemos Ya Nuestras Señales;
No hay más profeta, 
Ni entre nosotros hay quien sepa hasta cuándo.
10 ¿Hasta cuándo, oh Dios, nos afrentará el angustiador? 
¿Ha de blasfemar el enemigo perpetuamente tu nombre?
11 ¿Por qué retraes tu mano?
¿Por qué escondes tu diestra en tu seno?
 Y El Consuelo Que Tiene, Cuando dice: 
12 Pero Dios Es Mi Rey Desde Tiempo Antiguo;
 El Que Obra Salvación En Medio De La Tierra.
18 Acuérdate de esto: 
que el enemigo ha afrentado a Jehová, 
Y pueblo insensato ha blasfemado tu nombre.
22 Levántate, oh Dios, aboga tu causa;
Acuérdate de cómo el insensato te injuria cada día.

·       Te podrías preguntar y decir y éste de donde salió. 
¿Dónde estaba?
¿No se enteró de lo que Dios hizo tanto en el pasado para evitarles este tiempo de desgracia?
¿Acaso no leyó, ni escuchó lo que tanto hizo Dios por medio de Jeremías profeta? ¿Y cómo estos lo rechazaron constantemente?...

Pero debemos ir más allá de lo dicho. Y tratar de entenderlo. Así como Daniel, el salmista era un amante de su pueblo. sin considerar su atrevida apostasía y rebelión constantes… Daniel oró, en el capítulo 9:5. “Hemos pecado” aunque él era fiel a Dios. El salmista aboga por su pueblo y nación en desgracia… pero su pueblo ya no tenía cura. Estaba perdido, así como todo Israel. Volverían a reedificarse; pero después de muchos años o siglos.
Alguien publicó en su muro de Facebook. Y era el salmo 91. Y decía falló este salmo. Y la razón que daba era que habían muerto víctima del COVID19. 
Algunos pastores y misioneros.


Muchas veces, los justos, pagan por los pecadores. Pensemos en toda la maldad que la humanidad ha hecho hasta nuestros días y lo sigue haciendo. Nos afecta a todos. Y la pandemia confirma lo que decimos. Nos podemos preguntar porque, porque, y el porqué, quizá nunca sea respondido.
En la cautividad que generó la destrucción de Jerusalén. Fueron llevados muchos fieles. Ahí encontramos a Daniel y sus amigos y Ezequiel Profeta, por citar a algunos. 
Finalmente. Nunca dejemos de clamar a Dios por su pueblo. porque siempre entre toda la multitud, hay hijos e hijas fieles. Y tu oración les hará la diferencia en sus luchas y pruebas. Así como Asaf. Rogo por ellos al Señor. “Sólo en la tierra nueva se sabrá cuanto bien hizo interceder por su pueblo”. Amen. Ministerio Hno. Pio

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