domingo, abril 19, 2020

REFLEXIÓN 211. BUSCANDO RESPUESTAS EN DIOS ANTE LAS VICISITUDES LA VIDA (Salmo 77).


El Salmo 77, trata del drama del salmista ante los conflictos que la vida le presenta y como encuentra salir airoso meditando en las maravillas de Dios en el pasado.

Al músico principal; para Jedutún. 
Salmo de Asaf.
1 CON Mi Voz Clamé A Dios,
A Dios Clamé, Y Él Me Escuchará.
2 Al Señor busqué en el día de mi angustia;
Alzaba a él mis manos de noche, sin descanso;
Mi alma rehusaba consuelo.
3 Me acordaba de Dios, y me conmovía;
                           Me quejaba, y desmayaba mi espíritu.             
4 No me dejabas pegar los ojos;
Estaba yo quebrantado, y no hablaba.
5 Consideraba los días desde el principio,
Los años de los siglos.
6 Me acordaba de mis cánticos de noche;
Meditaba en mi corazón,
Y mi espíritu inquiría:
7 ¿Desechará el Señor para siempre,
Y no volverá más a sernos propicio?
8 ¿Ha cesado para siempre su misericordia?
¿Se ha acabado perpetuamente su promesa?
9 ¿Ha olvidado Dios el tener misericordia 
             ¿Ha encerrado con ira sus piedades?                           
10 Dije: Enfermedad Mía Es Esta;
Traeré, Pues, A La Memoria Los Años 
De La Diestra Del Altísimo.
11 ME ACORDARÉ de las obras de JAH;
Sí, Haré Yo Memoria de tus maravillas antiguas.
12 Meditaré en todas tus obras,
Y hablaré de tus hechos.
13 Oh Dios, santo es tu camino;
¿Qué Dios Es Grande Como Nuestro Dios?
14 Tú Eres El Dios Que Hace Maravillas;
Hiciste notorio en los pueblos tu poder.
15 Con tu brazo redimiste a tu pueblo,
los hijos de Jacob y de José.
16 Te vieron las aguas, oh Dios;
Las aguas te vieron, y temieron;
Los abismos también se estremecieron.
17 Las nubes echaron inundaciones de aguas;
Tronaron los cielos,
Y discurrieron tus rayos.
18 La voz de tu trueno estaba en el torbellino;
Tus relámpagos alumbraron el mundo;
Se estremeció y tembló la tierra.
19 En el mar fue tu camino,
Y tus sendas en las muchas aguas;
Y tus pisadas no fueron conocidas.
20 Condujiste a tu pueblo como ovejas
Por mano de Moisés y de Aarón.

*EL Sal. 77 es la expresión poética de los anhelos de un alma que procura saber por qué, aparentemente, Dios la ha abandonado, y que intenta hallar un camino para salir de las tinieblas.  Finalmente supera su tristeza recordando las anteriores misericordias de Dios para con Israel.  El salmo se divide naturalmente en dos partes.  El vers. 11 señala la transición del pesar y las reconvenciones a la esperanza y la confianza.  El salmista no sólo habla por sí mismo, sino por Israel como nación. 


I). CONGOJA Y RECRIMINACIÓN. (1-10).
-Los Vers. 1-6, muestran la intensidad de las emociones del salmista.  Se alterna la declaración de los hechos con las expresiones de deseos y emociones.
-El Salmo empieza con una intensidad en sus plegarias.  Todo lo que el salmista hacía, aun cuando meditaba en Dios, parecía intensificar su angustia.
-La experiencia del salmista debería brindar consuelo a los que no encuentran respuesta inmediata a las sinceras preguntas del alma.
-Cuanto más meditaba el salmista en el incomprensible proceder del gobierno divino, tanto más triste se sentía y más se inclinaba a la rebelión.
-Dios impide que el salmista concilie el sueño para que así éste pueda meditar durante la noche.
-El salmista repasa la historia de Israel en un esfuerzo para responder sus propias preguntas (vers. 14-20; Deut. 32: 7; Isa. 63: 11).
-El salmista manifiesta preferencia por la meditación y la oración en la quietud de la noche (ver Sal. 16: 7; 17: 3).

-Esas meditaciones se expresan bajo la forma de preguntas (vers. 7-9).
¿Desechará el Señor para siempre?
 ¿Ha cesado para siempre su misericordia?...
-Para el salmista, las preguntas más importantes eran: "¿Me abandonará Dios por completo?" "¿Abandonará a Israel?"
El amor de Dios y sus promesas eran los baluartes de la fe del salmista.  También pueden ser el sostén de nuestra fe.
Su promesa. Sin duda la promesa hecha a los patriarcas (ver Gén. 17: 7-13; 26: 24; etc.).
¿Ha olvidado? El salmista aparentemente piensa que Dios ha olvidado uno de los principales atributos de su carácter: la misericordia (ver Exo. 34: 6).
Piedades. Ver Sal. 25: 6.

10. Enfermedad mía. El salmista reconoce su incapacidad para comprender los caminos de Dios y su propia debilidad de espíritu.
Los años. Del sustantivo shanah, "año", o del verbo shanah, "cambiar".  La frase: "Traeré, pues, a la memoria", no aparece en el hebreo.  Si se entiende que el hebreo habla de años se interpreta que el recuerdo de los años cuando Dios ha ayudado aumenta su dolor.  La LXX y varias versiones interpretan que el hebreo dice "cambios":  "Este es mi tormento: que se ha cambiado la diestra del Altísimo" (BJ).  Esta interpretación no exige añadir frases explicatorias y se entiende como que el salmista estaba perplejo porque veía que Dios no trataba con él como lo había hecho en lo pasado.


II). ESPERANZA Y CONFIANZA.
11. Me acordaré. Cf.  Sal. 143: 5. El vers. 11 señala la transición de la congoja y la recriminación de la primera sección del poema, a la esperanza y la confianza de la segunda parte.

12. El Salmista, Decide meditar y recordar los hechos buenos de Dios por su pueblo en el pasado. Pensar así lo eleva de su ensimismamiento a mirar hacia Dios y entender el drama que vive.
 Pensar y hablar de Dios en nuestro diario vivir, puede hacer la diferencia ante los conflictos que la vida nos depara.  “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” dijo Jesús en Juan 16:33.

13. Santo es tu camino. Aunque los hombres no los comprendan, los caminos de Dios siempre son santos, justos y rectos (ver Gén. 18: 25).

14. Hiciste notorio. Como en el cruce del mar Rojo que se describe en los vers. 16-20.
-Las naciones paganas se enteraron de la destrucción del faraón y de su ejército (ver Exo. 15: 14- 16).

15. Tu brazo. El brazo era símbolo de fuerza (Exo. 6: 6; 15: 16; Sal. 10: 15; 98: 1).
Redimiste. Se presenta el milagro de la liberación de los israelitas de Egipto como el supremo ejemplo del poder de Dios para salvar.  Es, pues, una señal de su poder permanente para rescatar a su pueblo.
(Sal. 78: 12, 13; 106: 21, 22; 1 14: 1-5; etc.).
De Jacob y de José. Sin duda se menciona a Jacob porque fue el padre de las doce tribus; y tal vez José aparezca por haber desempeñado un papel muy importante en los asuntos estatales de Egipto.

16. Te vieron las aguas. Los vers. 16-20 contienen una descripción muy breve pero dramática del milagro de la liberación en el mar Rojo.  Este versículo proporciona valiosos detalles adicionales al relato del Éxodo (ver PP 291).  Compárese, con la narración de Exo. 14: 27-29.
Te vieron. Es sublime la personificación de las aguas: se representan como si hubieran reconocido la presencia de Dios y huido atemorizadas. Las aguas huyeron para dar paso al pueblo de Dios.
Temieron. Heb.  "se retorcieron de dolor", como con dolores de parto.

Los vers. 17, 18, describen la tormenta, el huracán, los truenos y los rayos que acompañaron a la separación de las aguas (ver com.  Sal. 18: 6-14; PP 291).

19. En el mar fue tu camino. Aunque invisible, Dios estaba con su pueblo cuando cruzó por el lecho seco del mar.
(Exo. 15: 13; Sal. 78: 52, 53).  
Dios siempre acompaña a sus hijos 
cuando éstos le obedecen.

20. Como ovejas. En agudo contraste con la majestad y el poder de Dios descritos en los versículos anteriores, el salmista presenta la ternura del buen Pastor (ver Sal. 78: 52; Isa. 63: 11; DTG 446).
De Moisés y de Aarón. Dios era el verdadero caudillo.  Moisés y Aarón eran sus instrumentos (Núm. 33: 1).  El mismo Dios que libró a Israel en el mar Rojo, librará también a su pueblo actual en tiempos de peligro.  La percepción de esta realidad debería ayudarnos a depositar siempre nuestra confianza en él.  El salmo concluye con la seguridad del poder redentor de Dios. 3CBA


*Ante los dramas, que la vida nos presenta, tenemos dos opciones: sufrir solos o acompañados por Dios.
Tenemos que pasar de las interrogantes a meditar en las bondades de Dios y consecuentemente a mirar a Dios.
Muchos se quedan en los porqués, en las preguntas y no levantan su vista al cielo para encontrar respuestas. Simplemente Porque no leen su palabra, la biblia. 
(Ahí encontramos muchas promesas del amor de Dios por su pueblo, por sus hijos).
Y en los momentos difíciles, no podrán recordar las promesas de Dios, porque no tienen nada almacenado en su banco de memoria al respecto. Por eso gasta tiempo deleitándote en la palabra de Dios, y en el día malo; Dios te lo hará recordar por medio de su Espíritu Santo y te librará.

Finalmente. El salmista nos enseña esa lección:
1°. Se angustia y Se pregunta. (1-9).
2°. Medita en las maravillas de Dios.
¿Y dónde encuentra esas maravillas? 
Lo encuentra en la biblia. En ese tiempo el pentateuco y algunos otros libros que habían en existencia. (10-20).
3°. Y finalmente Encuentra respuestas a su drama
 y vuelve la felicidad. Amen.
Ministerio Hno. Pio

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