viernes, febrero 19, 2021

REFLEXIÓN 576. EL LIBRO DEL PROFETA DANIEL (II. SECCIÓN PROFÉTICA) EL CUARTO MENSAJE PROFÉTICO DE DANIEL (DANIEL 11:2-45; 12:1-3).

Daniel 11:2-45; 12:1-3. Es la Visión concerniente a sucesos históricos futuros. Que acaecerían al pueblo de Dios. en manos de estos poderes, desde Persia, Grecia con sus ramificaciones, Roma Imperial y Roma Papal.

Cuando estos poderes fusionados a través del tiempo (Apoc. 13:2-9), persigan a su pueblo por su fe, para aniquilarlos. Será un tiempo de prueba suprema que probará al máximo su fe. Miguel (Cristo) intervendrá para salvar y liberar a su pueblo. Hay una bendición para los que enseñan la verdad de Dios, en ese tiempo final.

*Daniel 11:2-12:3. Abarca desde los días de Daniel, en pleno apogeo del imperio Persa, hasta la segunda venida de Jesús. Donde resucitaran los muertos en Cristo. Amen. (1Tes. 4:13-18).

Veamos y Leamos el capítulo para hoy: Versículos (1-4) La toma del reino de Persia por el reino de Grecia. (5-29) Alianzas y conflictos entre los reyes del sur y los del norte. (30-45) La invasión y tiranía de los romanos Imperial y Papal.

(12:1-3) Miguel librará a Israel de sus tribulaciones.

1 Y YO mismo en el año primero de Darío el medo, estuve para animarlo y fortalecerlo. 2 Y ahora yo te mostraré la verdad. He aquí que aún habrá tres reyes en Persia y el cuarto se hará de grandes riquezas, levantará a todos contra el reino de Grecia. 3 Se levantará luego un rey valiente, el cual dominará con gran poder y hará su voluntad. 4 Pero cuando se haya levantado, su reino será quebrantado y repartido hacia los cuatro vientos del cielo; no a sus descendientes, ni según el dominio con que él dominó; porque su reino será arrancado, y será para otros fuera de ellos.

5 Y se hará fuerte el rey del sur; más uno de sus príncipes será más fuerte que él, y se hará poderoso; su dominio será grande. 6 Al cabo de años harán alianza, y la hija del rey del sur vendrá al rey del norte para hacer la paz.  Pero ella no podrá retener la fuerza de su brazo, ni permanecerá él, ni su brazo; porque será entregada ella y los que la habían traído, asimismo su hijo, y los que estaban de parte de ella en aquel tiempo. 7 Pero un renuevo de sus raíces se levantará sobre su trono, y vendrá con ejército contra el rey del norte, y entrará en la fortaleza, y hará en ellos a su arbitrio, y predominará. 8 Y aun a los dioses de ellos, sus imágenes fundidas y sus objetos preciosos de plata y de oro, llevará cautivos a Egipto; y por años se mantendrá él contra el rey del norte. 9 Así entrará en el reino el rey del sur, y volverá a su tierra. 10 Mas los hijos de aquél se airarán, y reunirán multitud de grandes ejércitos; y vendrá apresuradamente e inundará, y pasará adelante; luego volverá y llevará la guerra hasta su fortaleza.

11 Por lo cual se enfurecerá el rey del sur, y saldrá y peleará contra el rey del norte; y pondrá en campaña multitud grande, y toda aquella multitud será entregada en su mano. 12 Y al llevarse él la multitud, se elevará su corazón, y derribará a muchos millares; mas no prevalecerá13 Y el rey del norte volverá a poner en campaña una multitud mayor que la primera, y al cabo de algunos años vendrá apresuradamente con gran ejército y con muchas riquezas. 14 En aquellos tiempos se levantarán muchos contra el rey del sur; y hombres turbulentos de tu pueblo se levantarán para cumplir la visión, pero ellos caerán. 15 Vendrá, pues, el rey del norte, y levantará baluartes, y tomará la ciudad fuerte; y las fuerzas del sur no podrán sostenerse, ni sus tropas escogidas, porque no habrá fuerzas para resistir.

16 Y el que vendrá contra él hará su voluntad, y no habrá quien se le pueda enfrentar; y estará en la tierra gloriosa, la cual será consumida en su poder. 17 Afirmará luego su rostro para venir con el poder de todo su reino; y hará con aquél convenios, y le dará una hija de mujeres para destruirle; pero no permanecerá, ni tendrá éxito. 18 Volverá después su rostro a las costas, y tomará muchas; mas un príncipe hará cesar su afrenta, y aun hará volver sobre él su oprobio. 19 Luego volverá su rostro á las fortalezas de su tierra; mas tropezará y caerá, y no será hallado. 20 Y se levantará en su lugar uno que hará pasar un cobrador de tributos por la gloria del reino; pero en pocos días será quebrantado, aunque no en ira, ni en batalla.

21 Y le sucederá en su lugar un hombre despreciable, al cual no darán la honra del reino; pero vendrá sin aviso y tomará el reino con halagos. 22 Las fuerzas enemigas serán barridas delante de él como con inundación de aguas; serán del todo destruidos, junto con el príncipe del pacto. 23 Y después del pacto con él, engañará y subirá, y saldrá vencedor con poca gente. 24 Estando la provincia en paz y en abundancia, entrará y hará lo que no hicieron sus padres, ni los padres de sus padres; botín, despojos y riquezas repartirá a sus soldados, y contra las fortalezas formará sus designios; y esto por un tiempo. 25 Y despertará sus fuerzas y su ardor contra el rey del sur con gran ejército; y el rey del sur se empeñará en la guerra con grande y muy fuerte ejército; mas no prevalecerá, porque le harán traición.

26 Aun los que coman de sus manjares le quebrantarán; y su ejército será destruido, y caerán muchos muertos. 27 El corazón de estos dos reyes será para hacer mal, y en una misma mesa hablarán mentira; mas no servirá de nada, porque el plazo aún no habrá llegado. 28 Y volverá a su tierra con gran riqueza, y su corazón será contra el pacto santo; hará su voluntad, y volverá a su tierra. 29 Al tiempo señalado volverá al sur; mas no será la postrera venida como la primera.

30 Porque vendrán contra él naves de Quitim, y él se contrastará, y volverá, y se enojará contra el pacto santo, y hará según su voluntad; volverá, pues, y se entenderá con los que abandonen el santo pacto. 31 Y se levantarán de su parte tropas que profanarán el santuario y la fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio, y pondrán la abominación desoladora. 32 Con lisonjas seducirá a los violadores del pacto; mas el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará. 33 Y los sabios del pueblo instruirán a muchos; y por algunos días caerán a espada y a fuego, en cautividad y despojo. 34 Y en su caída serán ayudados de pequeño socorro; y muchos se juntarán a ellos con lisonjas. 35 También algunos de los sabios caerán para ser depurados y limpiados y emblanquecidos, hasta el tiempo determinado; porque aun para esto hay plazo.

36 Y el rey hará su voluntad, y se ensoberbecerá, y se engrandecerá sobre todo dios; y contra el Dios de los dioses hablará maravillas, y prosperará, hasta que sea consumada la ira; porque lo determinado se cumplirá. 37 Del Dios de sus padres no hará caso, ni del amor de las mujeres; ni respetará a dios alguno, porque sobre todo se engrandecerá. 38 Mas honrará en su lugar al dios de las fortalezas, dios que sus padres no conocieron; lo honrará con oro y plata, con piedras preciosas y con cosas de gran precio. 39 Con un dios ajeno se hará de las fortalezas más inexpugnables, y colmará de honores a los que le reconozcan, y por precio repartirá la tierra.

40 Pero al cabo del tiempo el rey del sur contenderá con él; y el rey del norte se levantará contra él como una tempestad, con carros y gente de a caballo, y muchas naves; y entrará por las tierras, e inundará, y pasará. 41 Entrará a la tierra gloriosa, y muchas provincias caerán; mas éstas escaparán de su mano: Edom y Moab, y la mayoría de los hijos de Amón. 42 Extenderá su mano contra las tierras, y no escapará el país de Egipto. 43 Y se apoderará de los tesoros de oro y plata, y de todas las cosas preciosas de Egipto; y los de Libia y de Etiopía le seguirán. 44 Pero noticias del oriente y del norte lo atemorizarán, y saldrá con gran ira para destruir y matar a muchos. 45 Y plantará las tiendas de su palacio entre los mares y el monte glorioso y santo; mas llegará a su fin, y no tendrá quien le ayude. (Daniel 11).

1 EN AQUEL tiempo se levantará Miguel el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro. 2 Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua. 3 Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad. (Daniel 12).

11:2. La verdad. El contenido de la cuarta gran revelación de Daniel comienza con este versículo.  Todo lo que precede, del cap. 10: 1 al 11: 1 es telón de fondo e introducción.

Tres reyes en Persia. Puesto que la visión fue dada a Daniel en el tercer año de Ciro (cap. 10: 1), indudablemente se hace referencia a los tres reyes que siguieron a Ciro en el trono de Persia.  Estos fueron: Cambises (530- 522 a. C.), el falso Esmerdis (Gaumata, cuyo nombre babilónico era Bardiya; ver t. III, pp. 350-351), un usurpador (522 a. C.) y Darío I (522-486 a. C).

El cuarto. Los comentadores generalmente están de acuerdo en que el contexto señala a Jerjes como "el cuarto" rey, pero no están de acuerdo en la enumeración de los diversos reyes a los cuales se hace referencia en este versículo.  Algunos sostienen que el así llamado "cuarto" rey era en realidad el último de los tres que habrían de surgir.  Computan a Ciro como el primero de los cuatro y omiten al falso Esmerdis porque no era de un linaje legítimo y ocupó el trono sólo unos pocos meses.  Otros omiten a Ciro como el primero de los cuatro e incluyen al falso Esmerdis como uno de los tres que habrían de seguirlo.  

De cualquier modo, Jerjes es "el cuarto".  Sin embargo, la segunda de las dos opiniones parecería representar mejor el sentido natural del texto.

Más que todos.  Se identifica al Asuero del libro de Ester con Jerjes (ver t. III, p. 459; com.  Est. 1: 1).  De él se dice que estaba especialmente orgulloso de "las riquezas de la gloria de su reino" (Est. 1: 4, 6-7).  Herodoto, que escribió extensamente sobre Jerjes, deja un relato vívido y detallado de su poderío militar (vii. 20- 21, 40-41, 61-80).

Levantará a todos.  Este pasaje puede traducirse de dos formas diferentes.  Generalmente se ha interpretado, como en la RVR, que Jerjes agitaría a todas las naciones en contra de Grecia.  Es un hecho histórico bien conocido que esto en efecto ocurrió.  En el tiempo de Jerjes, la península griega era la única zona importante del Mediterráneo oriental que no estaba bajo la dominación persa.  En 490 a. C. Darío el grande, predecesor de Jerjes, había sido vencido en Maratón mientras intentaba subyugar a los griegos.  Cuando Jerjes subió al trono, se hicieron nuevos y grandiosos planes para la conquista de Grecia.  Herodoto (vii. 61-80) enumera a más de 40 naciones que proporcionaron tropas para el ejército de Jerjes.  En ese vasto ejército estaban incluidos soldados de países tan distantes como la India, Etiopía, Arabia y Armenia.  Parece que hasta los cartagineses fueron inducidos a unirse a la contienda atacando la colonia griega de Siracusa en Sicilia.

Por el año 480 a. C., el vasto Imperio Persa estaba en pie de guerra contra los griegos.  Las ciudades- estados de los griegos, que tan a menudo estaban en guerra entre sí, se unieron para salvar su libertad.  Al principio los griegos fueron vencidos: cayeron derrotados en las Termópilas, y Atenas fue tomada y parcialmente quemada por los persas.  Entonces cambió la marca.  La marina griega, comandada por Temístocies, se encontró bloqueada por una escuadra persa superior en la bahía de Salamina, en la costa de Ática cerca de Atenas. Poco después de haber comenzado la batalla se vio que las naves persas estaban en una formación demasiado estrecha como para maniobrar eficientemente. Bajo los constantes ataques griegos, muchas fueron hundidas y sólo escapó una fracción de la marina. Con esa victoria griega las fuerzas marítimas persas quedaron eliminadas de la lucha contra Grecia. Al año siguiente, 479 a. C., los griegos derrotaron decisivamente a las tropas de Persia en Platea y las expulsaron para siempre de Grecia.

La traducción de este texto tal como aparece en la RVR responde notablemente al hecho de que Jerjes levantó "a todos contra el reino de Grecia". Pero es posible traducir de otra manera el hebreo de este pasaje, que es un tanto difícil de entender. El problema es si el Heb. 'eth ha de entenderse como una preposición que significa "contra", como ocurre con otros verbos que indican lucha (Gén. 14: 2), o si se trata de la señal del complemento directo del verbo. El verbo que aquí se traduce "levantará" aparece otras 12 veces en el AT seguido por 'eth, y en cada uno de esos pasajes el contexto muestra claramente que 'eth debe entenderse como señal de que lo que sigue es complemento directo. Si en este pasaje entendemos que 'eth tiene ese sentido, leeríamos: "Levantará a todo el reino de Grecia".

Si hemos de preferir esta última traducción del pasaje, la siguiente interpretación es razonable: Considerando este desde la vasta perspectiva de la historia universal, la guerra entre Persia y los griegos constituye una de las grandes épocas históricas. La historia posterior de Europa y del mundo podría haber sido muy diferente si el resultado de Salamina y Platea hubiese sido otro. La civilización occidental, entonces limitada casi exclusivamente a Grecia, se salvó de ser absorbida por el despotismo del Imperio Persa. Los Estados griegos llegaron a tener un sentido de unidad que no habían conocido previamente. La victoria de Salamina le demostró a Atenas la importancia del poder naval, y pronto la ciudad se convirtió en la cabeza de un imperio marítimo. Desde este punto de vista, la última cláusula de Dan. 11: 2 da un marco apropiado al pasaje del cap. 11: 3.

Grecia. Heb. Yawan, que se translitera 'javán" en Gén. 10: 2 (ver allí los comentarios). Los griegos, o jonios, eran descendientes de Javán. Ver com. Dan. 2: 39.

3. Un rey valiente. Heb. mélek gibbor, "un rey valiente [guerrero]". Esto se refiere claramente a Alejandro Magno (336-323 a. C.).

Gran poder. El dominio de Alejandro se extendió desde Macedonia y Grecia hasta el noroeste de la India, desde Egipto hasta el río llamado hoy Sir-Daria (antiguamente, Iaxartes), al este del Mar de Aral. Era el mayor imperio que el mundo hubiese visto hasta ese tiempo (ver com. cap. 2: 39; 7: 6).

4. Cuando se haya levantado. Apenas había alcanzado Alejandro el pináculo de su poder, cuando fue quebrantado. En 323 a. C. este rey que gobernaba desde el Adriático hasta el Indo cayó repentinamente enfermo, y falleció 11 días después (ver com. cap. 7: 6).

Será quebrantado. Alejandro no dejó ningún sucesor de su familia inmediata del cual se pudiese esperar que mantuviera unidos los territorios que él había ganado. Algunos de los principales generales durante algunos años trataron de mantener intacto el imperio en nombre del medio hermano de Alejandro y de su hijo póstumo (ambos bajo la tutela de regentes), pero menos de 25 años después de la muerte de Alejandro, una coalición de cuatro generales había derrotado a Antígono, el último aspirante al dominio de todo el imperio, y el territorio de Alejandro fue dividido en cuatro reinos (número que luego se redujo a tres). En cuanto a esta división, ver com. cap. 7: 7; 8: 22; también los mapas de las pp. 850-851.

Los cuatro vientos. Representan los cuatro puntos cardinales. La misma división está simbolizada por las cuatro cabezas del leopardo (ver com. cap. 7: 6) y mediante los cuatro cuernos del macho cabrío (ver com. cap 8: 8, 22).

No a sus descendientes. El hijo póstumo de Alejandro fue llamado rey, pero fue muerto cuando aún era niño, en la lucha entre los generales que se disputaban el gobierno del imperio. No hubo pues un descendiente de Alejandro que gobernase.

5. Rey del sur. Desde este lugar en adelante y a través de gran parte del capítulo, la profecía se enfoca en dos reinos que surgieron del imperio de Alejandro, los que más se relacionaron con los judíos, el pueblo de Dios. Esos reinos fueron Siria, gobernada por los seléucidas y Egipto, gobernado por los ptolomeos. Desde el punto de vista geográfico, el primero quedaba al norte de Palestina y el segundo al sur de la misma.  En realidad, la traducción de la LXX usa el término "rey de Egipto" en vez de "rey del sur"; el vers. 8 también indica que Egipto es el rey del sur.  Se puede llegar a una designación similar mediante los documentos históricos.  Una de las inscripciones mejor conocidas del sur de Arabia (Glaser N.° 1155) se refiere a una guerra entre Persia y Egipto, y llama a los respectivos reyes Señor del Norte y Señor del Sur.

En el momento histórico al cual se refiere este versículo, el rey de Egipto era Ptolomeo I Soter (también llamado Ptolomeo Lago, 305-283 a. C.), uno de los mejores generales de Alejandro, que estableció la monarquía helenística que más perduró.

Uno de sus príncipes. Evidentemente esto se aplica a Seleuco I Nicátor (305-281 a. C.), otro de los generales de Alejandro que se apropió del gobierno de la mayor parte de la porción asiática del imperio.  El que aquí se haga referencia a él como a "uno de sus príncipes [de Ptolomeo]" (Heb. Ñarim, "generales"; ver com. cap. 10: 13), probablemente debe entenderse dentro del marco de sus relaciones con Ptolomeo.  En 316 a. C. Seleuco -quien había ocupado Babilonia desde 321 a. C.- fue expulsado de dicha ciudad por su rival Antígono (ver com. cap. 7: 6).  Entonces Seleuco se puso a las órdenes de Ptolomeo, a quien ayudó para que derrotara a Demetrio, hijo de Antígono, en Gaza en 312 a. C. Poco después de esto, Seleuco logró recuperar sus territorios en Mesopotamia.

Será más fuerte. Es decir que Seleuco, que en un tiempo podría haberse considerado como uno de los "príncipes" de Ptolomeo, se hizo más fuerte que el rey egipcio: cuando Seleuco murió en el 281 a. C., su reino se extendía desde el Helesponto hasta el norte de la India.  Flavio Arriano, historiador del siglo II d. C. quien se especializó en la historia de este período, declara que Seleuco era "el mayor rey de los que siguieron a Alejandro, y tenía mayor mentalidad de rey, y gobernaba sobre la mayor extensión de territorio, después de Alejandro" (Anábasis de Alejandro vii. 22).

6. Al cabo de años.  La visión profético ahora enfoca una crisis que ocurrió unos 35 años después de la muerte de Seleuco I.

Harán alianza. Para consolidar la paz entre los dos reinos después de una guerra larga y costosa, Antíoco II el Divino (261-246 a. C.), nieto de Seleuco I, se casó con Berenice, hija del rey egipcio, Ptolomeo II Filadelfo.  Antíoco también depuso a su esposa anterior y hermana, Laodicea, de su posición de prioridad y excluyó a sus hijos de la sucesión al trono.

Rey del norte. Este término se usa aquí por primera vez en esta profecía.  En este contexto se refiere a los seléucidas cuyos territorios estaban al norte de Palestina.  El entonces "rey del norte" era Seleuco II Calínico (246-226 a. C.), hijo de Antíoco II y de Laodicea.  Ver com. vers. 5 y com.  Isa. 41: 25 respecto a las expresiones "rey del norte" y "rey del sur".

No podrá retener la fuerza. Después de que el nuevo matrimonio tuvo un hijo, hubo una reconciliación entre Antíoco y Laodicea. Ni permanecerá él. Antíoco murió repentinamente, según se comentaba entonces, envenenado por Laodicea.

Su brazo. Esta es también la traducción de la LXX.  Por un simple cambio de las vocales hebreas, varias versiones antiguas (Teodoción, Símaco, la Vulgata) traducen "su simiente". ("Su descendencia", BJ.) Esto se referiría al hijo de Antíoco y Berenice, al cual mató Laodicea. Será entregada ella.  Es decir Berenice, que fue muerta juntamente con su hijito por los secuaces de Laodicea. Los que la habían traído. Muchas de las damas de compañía egipcia de Berenice murieron junto con ella.

Asimismo su hijo. Heb. yoledah, correctamente, según la tradición masorética, "engendrador de ella".  Esto se referiría lógicamente al padre de Berenice, Ptolomeo II que había muerto poco antes en Egipto.  Sin embargo, no queda clara la razón por la cual se menciona su muerte aquí, puesto que no tenía ninguna relación con la venganza tomada por Laodicea.  Varias traducciones antiguas rezan yaldah, "sirvienta", sin duda teniendo en cuenta al séquito de Berenice.  Un sencillo cambio en los puntos de las vocales nos permite leer "su hijo" (RVR).  Esto por supuesto, se referiría al que fue muerto por orden de Laodicea. Y los que estaban con ella. Probablemente Antíoco, esposo de Berenice

7. Renuevo de sus raíces. Ptolomeo III Evergetes, hijo de Ptolomeo II y hermano de Berenice, sucedió a su padre en el año 246 a. C., e invadió a Siria como venganza por la muerte de su hermana.

Predominará. Parece que Ptolomeo III salió completamente victorioso de su campaña contra Seleuco II. Avanzó triunfalmente tierra adentro por lo menos hasta Mesopotamia -aunque se jactó de haber penetrado hasta la Bactriana- y estableció el poderío marítimo de Egipto en el Mediterráneo.

8. Sus imágenes. El decreto de Canopes (o Canopo, 239/238 a. C.) dice en alabanza de Ptolomeo III: "'Y las imágenes sagradas sacadas del país por los persas, habiendo hecho el rey una campaña al extranjero, las recobró y trajo a Egipto y fueron restauradas en los templos de los cuales cada una de ellas había sido sacada"' (traducción en J. P. Mahaffy, A History of Egypt Under the Ptolemaic Dynasty [Nueva York: Charles Scribner's Sons, 1899], p. 113). Jerónimo (Comentario sobre Daniel, XI) afirma que Ptolomeo, al término de su campaña contra Seleuco II, trajo de vuelta a Egipto un inmenso botín.

Egipto. Esta única mención (hasta el vers. 42) del nombre del país del "rey del sur" muestra sin lugar a dudas la identidad de ese país. Se mantendrá él contra. "Se mantendrá a distancia del rey del norte" (BJ). O, se "abstendrá de atacar", lo que resulta más lógico, siendo que en sus últimos años Ptolomeo no se ocupó de ninguna guerra de importancia.

9. Rey del sur. En este pasaje el hebreo puede entenderse como en la RVR, donde "rey del sur" es el sujeto de la oración (así como en la Vulgata y en siríaco). En cambio en la LXX y Teodoción, el "rey del sur" aparece unido a "reino". Estas versiones apoyan la traducción: "Este entrará en el reino del rey del Mediodía" (BJ). Esta versión pareciera preferible porque sigue más naturalmente el orden de las palabras hebreas. Si se acepta esta traducción, este versículo debe interpretarse como una referencia al hecho de que después de que Ptolomeo III volvió a Egipto, Seleuco restableció su autoridad y marchó contra ese país, esperando recobrar sus riquezas y su prestigio. "BJ indica en nota de pie de página que el pronombre personal "Este" con que comienza el vers. 9 se refiere al "rey del Norte". DHH dice en forma directa e inequívoca: "El rey del norte tratará de invadir el sur". Volverá a su tierra. Seleuco fue derrotado y obligado a volver a Siria con las manos vacías (por el 240 a. C.).

10. Los hijos de aquél. Es decir los dos hijos de Seleuco II, Seleuco III Cerauno Soter (226/225-223/222 a. C.), quien fue asesinado después de un breve reinado, y Antíoco III, el Grande (223/222-188/187 a. C.).

Inundará y pasará. En 219 a. C., Antíoco III inició su campaña contra el sur de Siria y Palestina retornando a Selcucia, puerto de Antioquía. Después inició una campaña sistemática para arrebatar a Palestina de su rival Ptolomeo IV Filopator (222-204 a. C.). Durante esa campaña penetró en Transjordania.

11. Se enfurecerá. Ver com. cap. 8: 7 en cuanto al significado de esta expresión. En 217 a. C., Ptolomeo IV se encontró con Antíoco en Rafia, cerca de la frontera entre Palestina y Egipto.

Pondrá en campaña. Se aclara este pasaje cuando se toma en cuenta que está en la forma de un paralelismo hebreo invertido. En este caso, el primer elemento y el cuarto, y el segundo y el tercero son paralelos. Por lo tanto, en este versículo las referencias son de la siguiente manera: Rey del sur, rey del norte, el que se pone en campaña (rey del norte), "aquella multitud" (cae en manos del rey del sur). La traducción de la BJ resulta más clara: "Entonces, el rey del Mediodía, montando en cólera, saldrá a combatir contra el rey del Norte, que movilizará una gran multitud; pero esta multitud caerá en sus manos". ¿En las manos de quién? Es obvio que de Ptolomeo IV, rey del Mediodía, el vencedor. Ver t. III, pp. 28-29.

Multitud grande. Polibio, el principal historiador antiguo de este período, dice que el ejército de Antíoco se componía de 62.000 infantes, 6.000 jinetes y 102 elefantes (Historias v. 79). Parece que las tropas de Ptolomeo eran más o menos equivalentes en número. Compárese con la referencia que se hace a "muchos millares" en el vers. 12. Entregada en su mano. La batalla de Rafia (217 a. C.) entre Antíoco III y Ptolomeo IV, resultó en una derrota aplastante para el primero, de quien se dice que perdió 10.000 infantes y 300 jinetes, además de 4.000 prisioneros.

12. Al llevarse él la multitud. Es decir, Ptolomeo IV. No prevalecerá. Por su indolencia y libertinaje Ptolomeo no supo aprovechar su victoria de Rafia. Mientras tanto, durante los años 212-204 a. C., Antíoco III empleó sus energías en la recuperación de sus territorios orientales, y emprendió exitosas campañas hasta la frontera de la India. La muerte de Ptolomeo IV (205? a. C.) fue ocultada durante algún tiempo; luego un hijo, de cuatro a cinco años, lo sucedió como Ptolomeo V Epífanes (204-180 a. C.).

13. Volverá. El ascenso al trono del niño Ptolomeo V dio a Antíoco III la oportunidad de vengarse de los egipcios. En 201 a. C. invadió nuevamente Palestina.

Al cabo de algunos años. Literalmente, "al fin de tiempos, años". Es probable que aquí se haga referencia al período de unos 16 años (217-201 a. C.) entre la batalla de Rafia (ver com. vers. 11) y la segunda campaña de Antíoco contra el sur.

14. En aquellos tiempos. Desde este versículo en adelante, varían mucho las interpretaciones del resto del capítulo. Un grupo de comentadores considera que los vers. 14-45 continúan con la narración de la historia posterior de los reyes seléucidas y tolemaicos. Otros sostienen que a partir del vers. 14 entra en escena Roma, el siguientes gran imperio mundial, y que los vers. 14-35 esbozan el curso de ese imperio y de la iglesia cristiana.

Aquí o en algún punto posterior del capítulo, muchos comentadores ven una referencia a Antíoco IV (Epífanes), que gobernó desde 176 hasta 164/163 a. C., y a la crisis nacional que su política de helenización acarreó a los judíos. Por supuesto, es un hecho histórico innegable que el intento de Antíoco de obligar a los judíos a abandonar su religión y cultura nacional y adoptar en su lugar la religión, la cultura y el idioma de los griegos, es el acontecimiento más notable de la, historia judía de todo el período intertestamentario.

La amenaza que planteaba Antíoco Epífanes puso a los judíos frente a una crisis comparable con las que originaron Faraón, Senaquerib, Nabucodonosor, Amán y Tito. Durante su breve reinado de 12 años, Antíoco casi exterminó la religión y cultura de los judíos. Despojó al santuario de todos sus tesoros, saqueó la ciudad de Jerusalén y la dejó en ruinas, mató a miles de judíos y llevó a otros como esclavos al exilio. Un edicto real les ordenaba que abandonaran todos los ritos de su religión y que vivieran como paganos. Se los obligó a erigir altares paganos en cada aldea de Judea, a ofrecer en ellos carne de puerco y a entregar todas las copias de la Escritura para que fueran destrozadas y quemadas. Antíoco ofreció carne de cerdo ante un ídolo pagano en el templo judío. La suspensión que decretó de los sacrificios judíos (del 168-165 a. C. o del 167-164 a. C., de acuerdo con dos métodos de computar el tiempo en la era seléucida), hizo peligrar la supervivencia de la religión judía y la identidad de los judíos como pueblo.

Finalmente los judíos se rebelaron y expulsaron las fuerzas de Antíoco de Judea. Hasta lograron rechazar un ejército enviado por Antíoco con el firme propósito de exterminar toda la nación. Una vez más libres de su mano opresora, restauraron el templo, levantaron un nuevo altar y nuevamente ofrecieron sacrificios (1 Mac. 4: 36-54). Después de aliarse con Roma pocos años más tarde (161 a. C.), los judíos disfrutaron de casi un siglo de relativa independencia y prosperidad bajo la protección romana, hasta que Judea se convirtió en una provincia romana en 63 a. C. Los que sostienen que se menciona a Antíoco Epífanes en los vers. 14 y 15 dicen que los "hombres turbulentos" ("violentos", BJ) son los judíos que traicionaron a sus compatriotas y ayudaron a Antíoco a ejecutar sus decretos y planes llenos de crueldad y blasfemia. Ver un relato detallado de las amargas vicisitudes de los judíos durante este tiempo adverso en 1 Mac. 1 y 2; Josefo, Antigüedades xii. 6. 7; Guerras i. 1.

Es posible que en el cap. 11 se haga referencia a la crisis ocasionada por el proceder de Antíoco Epífanes, aunque hay una considerable diferencia de opinión en cuanto a cuál parte de la profecía se ocupa de él. El hecho de que se reconozca que en el cap. 11 se hace referencia a lo que hizo Antíoco Epífanes, no significa que se lo considere como el tema de la profecía de los cap. 7 y 8, así como la mención de otros reyes seléucidas no exige que se los considere como tema de la profecía en esos capítulos.

Hombres turbulentos de tu pueblo. Literalmente, "los hijos de los quebrantadores de tu pueblo". Si se entiende que los "hombres turbulentos" son "de tu pueblo", quizá se aplica a los judíos que vieron en la lucha internacional de su tiempo una oportunidad para fomentar sus intereses nacionales, y estuvieron dispuestos a ir más allá de lo legal para lograr su propósito. Por otra parte, si se entiende que se habla de quienes "quebrantan a tu pueblo", se referiría a "los que actúan violentamente contra tu pueblo". En este sentido se lo ha interpretado como una referencia a los romanos, que finalmente (63 a. C.) despojaron a los judíos de su independencia, y más tarde (en 70 y 135 d. C.) destruyeron el templo y la ciudad de Jerusalén. En realidad, fue durante el reinado de Antíoco III (ver com. vers. 10-13) cuando los romanos, interviniendo para proteger los intereses de sus aliados, Pérgamo, Rodas, Atenas y Egipto, se hicieron sentir por primera vez en los asuntos de Siria y Egipto.

15. Rey del norte. Después de los comentarios entre paréntesis del vers. 14, este versículo continúa con la narración comenzada en el vers. 13 respecto a la segunda campaña de Antíoco contra Palestina. Baluartes. Heb. solelah, "montón", es decir, algún terraplén o amontonamiento de tierra para ayudar al asedio.

La ciudad fuerte. Heb. 'ir mibtsaroth, literalmente, "ciudad de fortificaciones". Es posible que aquí se haga referencia a Gaza, que cayó en manos de Antíoco III en 201 a. C., después de un largo asedio. Algunos comentadores piensan que este pasaje se refiere a Sidón, donde Antíoco rodeó a un ejército egipcio durante esta misma guerra, y después de un asedio forzó la rendición de los egipcios. Fuerzas. "Brazos" (BJ), símbolo de fuerza (vers. 22, 31).

16. Tierra gloriosa. Es decir Palestina (ver com. cap. 8: 9). Según la opinión de que los romanos aparecen en el vers. 14, la conquista de Palestina que se describe aquí correspondería con la de Pompeyo, que en 63 a. C. intervino en una disputa entre dos hermanos, Hircano y Aristóbulo, rivales en la lucha por el trono de Judea. Los defensores se encerraron detrás de los muros del templo y durante tres meses resistieron a los romanos. Fue en esta ocasión cuando, según Josefo (Antigüedades xiv. 4. 4), Pompeyo levantó el velo y contempló con asombro el lugar santísimo, que estaba vacío puesto que el arca había estado escondida desde el exilio (ver com. Jer. 37:10).

17. Convenios. Heb. yósher. Es oscuro el significado del hebreo de este pasaje. "frase dice literalmente, "y yesharim con él y él hará". Yósher puede traducirse como "justicia", "integridad", "equidad" o "pacto". Por otra parte, es posible que en vez de yesharim deba leerse mesharim, que en el vers. 6 se emplea para referirse a un acuerdo equitativo entre el rey del norte y el rey del sur. En todo caso, es probable que haya aquí una referencia al hecho de que cuando Ptolomeo XI Auletes murió en 51 a. C., puso a sus dos hijos, Cleopatra y Ptolomeo XII bajo la tutela de Roma.

Una hija de mujeres. Una expresión desusada, posiblemente para dar énfasis a la femineidad de la mujer a quien se hace referencia. Algunos han aplicado esta expresión a Cleopatra, hija de Ptolomeo XI. Fue puesta bajo la tutela de Roma en 51 a. C., y tres años más tarde llegó a ser la amante de Julio César, que había invadido Egipto. Después del asesinato de Julio César, Cleopatra entregó su afecto a Marco Antonio, rival de Octavio, heredero de César. Octavio (más tarde Augusto) derrotó a las fuerzas combinadas de Cleopatra y de Antonio en Accio (31 a. C.). Al año siguiente, el suicidio de Antonio (según la opinión de algunos, obra de Cleopatra) abrió paso al nuevo vencedor. Entonces Cleopatra se suicidó al darse cuenta que no podía seducir a Octavio.

La dinastía tolemaica de Egipto terminó con Cleopatra, y desde el 30 a. C. Egipto fue una provincia del Imperio Romano. La tortuosa conducta de Cleopatra condice bien con las especificaciones de la última frase de este versículo, pues Cleopatra no estaba de parte de César, sino que fomentaba sus propios intereses políticos.

18. Las costas. Heb. 'iyyim, "tierras del mar", o "costas del mar". Algunas guerras en otras partes del imperio hicieron que julio César saliera de Egipto. El partido de Pompeyo fue pronto derrotado en las tierras costeras del África. En Siria y Asia Menor, César tuvo éxito contra Farnaces, rey del Ponto.

Un príncipe. Heb. qatsin, generalmente un hombre de autoridad, como en Isa. 1: 10, o más específicamente un comandante militar, como en Jos. 10: 24.

Aun. El hebreo de la última oración de este versículo no es claro. La siguiente traducción probablemente refleja el sentido de este pasaje: "Ciertamente él volverá su propia insolencia sobre sí mismo" (RSV). La segunda mitad del vers. 18 reza así en la BJ: "Un magistrado pondrá fin a su ultraje, sin que él pueda pagarle ultraje por ultraje".

19. Tropezará y caerá. Julio César fue asesinado en Roma, el año 44 a. C.

20. Uno que hará pasar un cobrador de tributos. Heb. ma'abir noges, "uno que hace pasar a un opresor".  El participio noges, de nagas, "oprimir", "exigir", se usa con referencia a los capataces de los israelitas en Egipto (Exo. 3: 7) y a los opresores extranjeros (Isa. 9: 4).  Así el pasaje se refiere a un rey que habría de enviar opresores o exactores por todo su reino. La mayoría de los comentadores entienden que aquí se hace referencia a un cobrador de impuestos, que en tiempos antiguos era para el hombre común la personificación misma de la opresión real.  En Luc. 2: 1 se registra que "aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado o 'censado' (ver com.  Luc. 2: 1)".  Se considera a Augusto, sucesor de julio César, como el que estableció el Imperio Romano.  Falleció pacíficamente en su lecho después de un reinado de más de 40 años, el 14 d. C.

21. Un hombre despreciable. Tiberio (14-37 d. C.) fue el sucesor de Augusto.  Ciertos historiadores sostienen que hubo un intento premeditado de Suetonio, Séneca y Tácito para ensombrecer la descripción del carácter de Tiberio.  Sin duda se exageró el cuadro.  Sin embargo, hay suficientes evidencias como para mostrar que Tiberio era una persona excéntrica, mal comprendida y desagradable.

No darán. Heb., "no dieron". Se traduce mejor el hebreo en el tiempo pretérito. Quizá se haga referencia al hecho de que originalmente Tiberio no estaba en el linaje real para la sucesión al trono, pero llegó a ser hijo de Augusto por adopción, y fue designado heredero del imperio sólo cuando ya había llegado a la mitad de la vida.

Sin aviso. Cuando murió Augusto, Tiberio ocupó el trono pacíficamente. Sólo era hijo adoptivo de su predecesor, y su ascensión a la dignidad imperial se debió en gran medida a las maniobras de su madre, Livia.

22. Las fuerzas enemigas serán barridas... como con inundación. El cuadro evidentemente es el de ejércitos de soldados que asemejan una inundación (ver com. cap. 9: 26).  Tiberio tuvo gran éxito al dirigir varias campañas militares, tanto en Germania como en el Oriente, en las fronteras de Armenia y Partia.

El príncipe del pacto. Idéntico al Príncipe que confirma el pacto en el cap. 9: 25-27 (ver cap.  8: 11).  Por la profecía del cap. 9 queda claro que éste era el Mesías, Jesucristo.  Fue durante el reinado de Tiberio (14 a. C.- 37 d. C.) y por orden de su procurador en Judea, Poncio Pilato, que Jesús fue crucificado en el año 31 d. C.

23. Después del pacto. Algunos comentadores han sugerido que aquí Daniel retrocede en el tiempo y se refiere al pacto de ayuda y amistad entre los judíos y los romanos de 161 a. C. (ver Josefo, Antigüedades xii. 10. 6).  Esta opinión da por sentado que la expresión hebrea que en el vers. 24 se traduce "tiempo" designa un "tiempo" profético de 360 años (ver com. cap. 7: 25; 11: 24).  Otros, que se atienen a la continuidad cronológica de la narración profético del cap. 11, encuentran aquí una referencia a la política romana de convenir lo que hoy llamaríamos pactos de ayuda mutua, como por ejemplo el tratado de ayuda y amistad con los judíos.  En esos tratados los romanos reconocían a los participantes como "aliados", y teóricamente esos pactos tenían el objeto de proteger y promover intereses mutuos.  Así Roma aparecía desempeñando el papel de amiga y protectora, sólo para obrar con "engaño" haciendo valer esos acuerdos para su propio beneficio.  A menudo imponía las cargas de la conquista sobre sus "aliados", pero generalmente se reservaba para sí misma los frutos de las conquistas.  Al fin esos "aliados" eran absorbidos en el Imperio Romano.

24. Por un tiempo. Heb. 'ad-'eth, "hasta tiempo".  Esta expresión señala un determinado tiempo cuando las artimañas del poder del cual se habla aquí llegarían a su fin.  La palabra 'eth, "tiempo", quizá no debiera entenderse aquí como un período específico, ni como un período profético. La palabra que en los cap. 4: 16 y 7: 25 se traduce "tiempos", es la palabra aramea 'iddan, y en el cap. 12: 7 es el Heb. moed.  'Ad-eth parecería señalar un tiempo indeterminado.  El poder impío habría de obrar hasta que se alcanzara ese límite fijado por Dios (ver com. cap. 11: 27; cf. cap. 12: 1).

Los que creen que aquí se indica un tiempo profético, ven en los acontecimientos narrados una referencia al lapso durante el cual la ciudad de Roma continuaría como sede del imperio.  Se considera que 31 a. C. es la fecha del comienzo, el año de la batalla de  Accio, cuando Augusto triunfo sobre Marco Antonio y Cleopatra. Desde el 31 a. C., 360 años llegan hasta 330 d. C., año en que la sede del imperio fue trasladada de Roma a Constantinopla.

Algunos estiman que la declaración de este versículo es una predicción de la política romana para con las regiones conquistadas del imperio. La historia registra que el botín de la conquista se distribuía generosamente entre los nobles y los comandantes del ejército y que por lo general aun los soldados rasos recibían tierras en regiones conquistadas. "Por un tiempo" (un tiempo considerable) ninguna "fortaleza" pudo resistir la presión decidida de las invencibles legiones de Roma.

25. Despertará sus fuerzas. Según la explicación a que se hizo referencia anteriormente (ver com. vers. 24), este versículo se refiere a la lucha entre Augusto y Antonio, que culminó con la batalla de Accio y la derrota de Antonio.

26. Los que coman de sus manjares. Algunos consideran que ésta es una referencia a los favoritos reales. Desde los días de los primeros Césares, las intrigas palaciegas marcan el levantamiento y la caída de los emperadores de Roma. Especialmente en años posteriores, cuando un oficial del ejército tras otro ocupó el trono de los Césares, a menudo al precio de la cabeza de su predecesor, se cumplió con singular exactitud la predicción de que los favoritos reales se levantarían y quebrantarían a los que se habían hecho amigos de ellos y que así "muchos" caerían "muertos". En el antiguo Cercano Oriente los que comían el alimento que les daba otra persona debían mantenerse leales a ella.

Destruido. "Hundido" (BJ). En siríaco y en la Vulgata se lee, "ser lavado", o "ser arrastrado". De acuerdo con la explicación a la que acabamos de hacer referencia (vers. 24), este versículo describe la suerte de Antonio. Cuando Cleopatra, asustada por el fragor de la batalla, se retiró de Accio junto con las 60 naves de la marina egipcia, Antonio la siguió y así entregó la victoria a Augusto. Los que apoyaban a Antonio se plegaron a Augusto. Finalmente Antonio se suicidó. Para los que dan énfasis a la continuidad cronológica de este capítulo (ver com. vers. 23), se predice aquí la inestable situación política que fue como una plaga para el imperio entre los reinados de Nerón y Diocleciano.

27. Para hacer mal. Algunos piensan que esta frase es una referencia a las intrigas de Octavio (más tarde Augusto) y Antonio, ambos aspirantes al dominio universal.

Otros creen que es una referencia a la lucha por el poder durante los últimos años de Diocleciano (284-305) y durante los años entre la muerte de Diocleciano y el tiempo en que Constantino el Grande (306-337) logró volver a unir el imperio (323 ó 324).

El plazo. Los impíos y sus maquinaciones sólo pueden durar el tiempo que Dios les conceda. La verdadera filosofía de la historia se demuestra a través del libro de Daniel. Dios "hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano" (cap. 4: 35).

28. Y volverá. Algunos expositores consideran que ésta es una predicción del sitio y de la destrucción de Jerusalén que efectuó Tito en 70 d. C. Otros, que se atienen a la continuidad cronológica de la narración profética (ver com. vers. 23), ven una descripción más amplia de la obra de Constantino el Grande.

Contra el pacto santo.  Se habla de Cristo como "príncipe del pacto" (vers. 22), y es él quien "por otra semana confirmará el pacto con muchos" (cap. 9: 27). Ese pacto es el plan de salvación, trazado en la eternidad y con firmado por el hecho histórico de la muerte de Cristo. Parecería pues razonable que se entendiera que el poder al cual se hace referencia aquí sería uno que tenazmente se opondría a ese plan de redención y a su efecto en las almas y las vidas de los hombres. Algunos piensan que aquí se hace referencia específica a la invasión de Judea por los romanos y a la captura y la destrucción de Jerusalén en 70 d. C. Otros sugieren que Constantino es el tema de la predicción. Observan que aunque Constantino profesó haberse convertido a la fe cristiana, en verdad estaba "contra el pacto santo" pues su propósito era usar el cristianismo como un instrumento para unificar el imperio y consolidar su dominio sobre él. Otorgó grandes favores a la iglesia, pero esperaba que en cambio la iglesia apoyara su política.

29. Mas no será. Según los que entienden que aquí se bosqueja la carrera de Constantino, se sugiere esta explicación: A pesar de todos los intentos de Constantino para restaurar la primera gloria y el poder del Imperio Romano, a lo sumo sus esfuerzos lograron un éxito parcial.

La primera. "Esta vez no resultará como la primera" (BJ). Algunos creen que aquí se hace referencia al traslado de la sede del imperio a Constantinopla. Este traslado ha sido indicado como la señal de la caída del imperio.

30. Quitim. El nombre Quitim aparece ocho veces en el AT, y además en escritos judíos posteriores. Se lo usa en una interesante variedad de formas. En Gén. 10: 4 (ver comentarios allí; cf. 1 Crón. 1: 7), se nombra a Quitim como hijo de Javán y nieto de Jafet. La zona ocupada por los descendientes de Quitim probablemente fue Chipre. La principal ciudad fenicia de Chipre, en la costa sudeste, se conocía en fenicio con el nombre de Kt, en griego Kítion, y en latín como Citium. En su profecía (Núm. 24: 24) Balaam declara que "vendrán naves de la costa de Quitim, y afligirán a Asiria". Algunos han aplicado esta predicción a la derrota de Persia en Mesopotamia cuando fue vencida por Alejandro Magno, quien vino de las costas del Mediterráneo (ver com. Núm. 24: 24). Las "costas de Quitim" de Jer. 2: 10 y Eze. 27: 6 evidentemente se refieren también a las costas del Mediterráneo.

En la literatura judía, la palabra aparece en 1 Mac. 1: 1 al describir a Macedonia. Además, en dos de los rollos de los Manuscritos del Mar Muerto está ese nombre. Las formas ktyy 'shwr, "Quitim de Asur" (Asiria) y hktyym bmtsrym, "los quitim de Egipto", aparecen en La guerra entre los hijos de la luz y los hijos de las tinieblas. Es posible que estas designaciones se apliquen a los seléucidas y a los ptolomeos, los reyes del norte y del sur. La relación geográfica de la palabra Quitim con las costas del Mediterráneo pareciera perderse completamente, y Quitim pasa a ser un término genérico para referirse a los enemigos de los judíos 

El Comentario de Habacuc entre los rollos del Mar Muerto también menciona a los Quitim. El autor de esta obra creía que las profecías de Habacuc se referían a las dificultades de los judíos en su propio tiempo (quizá alrededor de mediados del siglo I a. C). Interpretó a Hab. 1: 6-11, donde el profeta describe a los caldeos, como una referencia a los de Quitim que estaban expoliando a los judíos de su tiempo. Dentro del contexto histórico de esa obra, el término tal vez se aplique a los romanos. Ver t. I, pp. 35-38.

Respecto a esto, es interesante notar que en la LXX, traducida quizás en el siglo II a. C., Dan. 11: 30 reza "romanos" en vez de "Quitim". Parecería pues claro que aunque la palabra Quitim se refería originalmente a Chipre y a sus habitantes, posteriormente su significado fue ampliado hasta incluir las costas del Mediterráneo al oeste de Palestina, y más tarde se lo aplicó en general a los opresores extranjeros, no importaba que viniesen del sur (Egipto), del norte (Siria), o del oeste (Macedonia y Roma).

Respecto al tiempo cuando fue escrito, el libro de Daniel está mucho más cerca de las referencias a Quitim de Jeremías y Ezequiel que de las de origen postbíblico, que quizá surgieron como un eco de la forma en que se usa Quitim en la Biblia. Sin embargo, la redacción de este versículo nos hace pensar en Núm. 24: 24, donde se hace referencia a conquistadores del occidente (ver los comentarios allí). Aunque los estudiantes de la Biblia no están todos de acuerdo respecto a la referencia histórica precisa de "Quitim" en este versículo, parece claro que al interpretarse este pasaje debieran tenerse en cuenta dos pensamientos: primero, que geográficamente en el tiempo de Daniel la palabra se refería a las tierras y a los pueblos de occidente; y segundo, que el énfasis puede haber estado ya en proceso de cambiarse del significado geográfico de la palabra a la idea de Quitim como invasores y destructores procedentes de cualquier parte.

Algunos ven en las "naves de Quitim" una referencia a las hordas bárbaras que invadieron y destruyeron el Imperio Romano de Occidente.

Pacto. Ver com. vers. 28. Algunos ven en la indignación que aquí se describe una referencia a los esfuerzos de Roma por destruir el pacto santo mediante la supresión de las Sagradas Escrituras y la opresión de los que creían en ellas.

31. De su parte. "De su parte surgirán fuerzas armadas" (BJ). Heb. mimménnu, "de él". Esta palabra modifica el sujeto y no el verbo de la cláusula: "Se levantarán fuerzas de él". Es decir, se levantarían fuerzas pertenecientes a este poder (ver más adelante el comentario de "el santuario y la fortaleza") para llevar a cabo la obra de profanación que aquí se describe.

Profanarán. Heb. jalal, "profanar". La palabra hebrea indica que algo sagrado ha sido convertido en común. Se usa esta palabra para indicar la profanación de un altar de piedra por el uso de una herramienta sobre él (Exo. 20: 25), y la profanación del sábado (Exo. 31: 14). También describe los hechos de los que profanaron el nombre de Dios sacrificando niños a un dios pagano (Lev. 20: 3). Ver com. Lev. 18: 21 respecto a esta práctica repulsiva.

El santuario y la fortaleza. Literalmente, "el lugar santo, el refugio". Se usan las dos palabras en aposición. Algunos piensan que se aplican a la ciudad de Roma, la sede del poder en el mundo antiguo, y de ahí "el santuario y la fortaleza". Según esto se predecirían los ataques destructores de las naciones bárbaras.

Otros creen que el tema es el santuario celestial. El Heb. ma'oz, traducido "fortaleza", viene del verbo 'azaz, "ser fuerte", y se usa repetidas veces en este capítulo (vers. 7, 10, 19, 38-39), aunque no se traduce todas las veces de la misma manera.

El santuario terrenal de Jerusalén estaba rodeado de fortificaciones. El santuario celestial, donde Cristo presenta su sangre por los pecadores, es el supremo lugar de refugio. Según esto, este pasaje se ha entendido como una descripción de la acción del gran poder apóstata en la historia cristiana que sustituyó al verdadero sacrificio de Cristo y su ministración como sumo sacerdote en el santuario celestial por un falso sacrificio y una falsa ministración.

Continuo. Ver com. cap. 8: 11.

Abominación Desoladora. Se Delinea Aquí La Obra Del Papado. Esta es la primera vez en que aparece esta expresión en el libro de Daniel, aunque hay palabras similares en la frase "con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador" (cap. 9: 27). En la LXX esta frase se traduce "sobre el templo abominación de desolaciones". Las palabras de Cristo respecto a la "abominación desoladora" (Mat. 24: 15) pueden considerarse como una aplicación particular de esta referencia anterior de Dan. 9: 27 más bien que la de Dan. 11: 31. Hablando de la inminente destrucción de Jerusalén que ocurrió en 70 d. C., Jesús identificó a los ejércitos romanos que rodearían la ciudad como "la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel" (Mat. 24: 15; cf. Luc. 21: 20).

En Vista de que Dan. 9: 27 es parte de la explicación del ángel en cuanto a Dan. 8: 11-13, la conclusión natural es que Dan. 8: 11-13 es una profecía doble (similar a la de Mat. 24; cf. DTG 582) que se aplica tanto a la destrucción del templo y de Jerusalén hecha por los romanos como a la obra del papado en los siglos de la era cristiana.

Debiera notarse además que la referencia específica de Jesús a la obra de la "abominación desoladora", aún futura en su tiempo, confirma que Antíoco Epífanes no cumplió las especificaciones de esta profecía. Ver com. Dan. 8: 25.

32. Lisonjas. Heb. jalaqqoth, "cosas lisas, resbaladizas" (ver cap. 8: 25). Siempre ha sido el método de Satanás hacer aparecer su camino como más difícil que el de Dios. A través de la historia cristiana, el pueblo de Dios se ha aferrado al camino descrito por Cristo cuando dijo: "angosto el camino que lleva a la vida" (Mat. 7: 14).

Seducirá. El papado. Pacto. Ver com. vers. 28. Actuará. Heb. `aÑah "hacer", "fabricar". Este pasaje se refiere, sin duda, a los que estando en tierras bajo la jurisdicción de Roma y fuera de ella, resistieron las usurpaciones papales y mantuvieron una fe viva, como por ejemplo los valdenses, los albigenses y otros.

La verdadera iglesia no sólo se distingue porque el pueblo de Dios reacciona contra el pecado resistiendo la tentación, sino, lo que es más, porque lleva adelante un programa positivo de acción en favor del Altísimo. El cristianismo no puede ser pasivo. Cada hijo de Dios tiene una misión que cumplir.

33. Instruirán a muchos. La comisión de Cristo: "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones" (Mat. 28: 19) es tan imperativa en tiempos de persecución como en períodos de paz, y a menudo resulta más efectiva en tiempos adversos.

Por algunos días. "Algún tiempo" (BJ). El texto hebreo, la LXX y la versión de Teodoción rezan sencillamente "días". Sin embargo, hay algunos manuscritos hebreos en que figura la palabra rabbim, "muchos". El período al cual se hace referencia indudablemente es el mismo que los 1.260 días de Dan. 7: 25; 12: 7 y Apoc. 11: 2-3; 12: 6, 14; 13: 5; tiempo durante el cual el poder de la apostasía blasfemó a Dios en la forma más desafiante, ejerció su autoridad usurpada, y persiguió a los que no aceptaban su autoridad (ver com. Dan. 7: 25).

Caerán. Durante los siglos cuando el verdadero pueblo de Dios sufrió las más terribles persecuciones, los que eran suficientemente intrépidos para levantarse y dar testimonio de sus convicciones fueron objeto de un odio destructor especial.

34. Pequeño socorro. Aunque en su sabiduría Dios no ha visto siempre conveniente librar a sus santos de la muerte, cada mártir suyo ha tenido la oportunidad de saber que su vida está "escondida con Cristo en Dios" (Col. 3: 3).

Durante los amargos días de apostasía y persecución descritos en Dan. 11: 33, repetidas veces Dios envió a su pueblo duramente oprimido un "pequeño socorro" por medio de personajes que hablaban en medio de las tinieblas clamando por un retorno a los principios de las Escrituras. Entre ellos estuvieron los predicadores valdenses del siglo XII en adelante, John Wyclif de Inglaterra del siglo XIV, y Juan Huss y Jerónimo de Praga en el siglo XV. En el siglo XVI el tremendo sacudimiento que se produjo en la vida política, económica, social y religiosa de Europa, que en su fase espiritual hizo posible la Reforma Protestante, abrió el camino para que muchas voces más se añadieran a las voces fieles que se habían oído durante generaciones anteriores.

35. Emblanquecidos. A veces Dios permite que sus hijos sufran hasta la muerte para que sus caracteres sean purificados y preparados para el cielo. Aun Cristo "por lo que padeció aprendió la obediencia" (Heb. 5: 8). Compárese con Apoc. 6: 11.

El tiempo determinado. Mejor, "tiempo del fin". Heb. 'eth qets. Esta expresión aparece también en los cap. 8: 17; 11: 40; 12: 4, 9. En el contexto del cap. 11: 35 'eth qets pareciera relacionarse claramente con los 1.260 años, marcando el fin de ese período. Cuando estos pasajes de las Escrituras se comparan con DTG 201; 5T 9-10; CS 404-406, queda claro que el año 1798 d. C. marca el comienzo del "tiempo del fin".

Plazo. Heb. mo'ed, del verbo ya'ad, "señalar". Mo'ed, una palabra hebrea común, se aplicaba a las reuniones señaladas de Dios con Israel (Exo. 23: 15; ver com. Lev. 23: 2). La palabra se usaba tanto para la fecha de la reunión (Ose. 12: 9) como para el lugar de la reunión (Sal. 74: 8). En Dan. 11: 35 se quiere dar la idea de tiempo. Aún más importante es el hecho de que es un tiempo señalado. "El tiempo del Fin" (BJ) es un tiempo señalado en el programa divino de acontecimientos.

36. El rey. Entre los expositores adventistas ha habido generalmente dos puntos de vista sobre los vers. 36- 39. Una interpretación identifica al poder descrito aquí con la Francia revolucionaria del año 1789 y siguientes. La otra interpretación mantiene que el poder que aquí se bosqueja es el mismo poder apóstata y perseguidor que se describe en los versículos anteriores.

Los que entienden que "el rey" se refiere al poder de Francia durante la Revolución, recalcan que debe ser un poder nuevo el que se presenta aquí puesto que aparece inmediatamente después de la mención del "tiempo del Fin" (BJ) y porque, probablemente, debe llenar ciertas especificaciones que no han sido indicadas respecto al poder que se ha descrito en los versículos anteriores, especialmente que su voluntad se manifestará para favorecer el ateísmo. Por supuesto, es un hecho histórico conocido que la filosofía guiadora de la Revolución Francesa no sólo era anticlerical sino también atea y que esta filosofía se difundió muchísimo en los siglos XIX-XXI. Además esa revolución y sus consecuencias marcan el final del período profético de 1260 años.

Aquellos que creen que "el rey" de este versículo es el poder descrito en el vers. 32, hacen notar que en hebreo el artículo definido precede a la palabra "rey". Esto parecería implicar que anteriormente se ha hecho referencia al gobernante del cual se trata aquí. Alegan que la referencia que se hace al "tiempo del Fin" (BJ) en el vers. 35 puede señalar al futuro, y no indica necesariamente que los vers. 36-39 deben ubicarse exclusivamente después del comienzo de ese tiempo en 1798 (ver com. vers. 35), especialmente en vista de que es sólo en el vers. 40 donde se dice específicamente que ocurriría un acontecimiento "al cabo del tiempo" ("al tiempo del Fin", BJ). Entienden que la descripción del poder de los vers. 36-39 no indica al ateísmo sino a un intento de suplantar todo otro poder religioso. Los que apoyan esta idea también llaman la atención al paralelismo de los cap. 2; 7; 8-9. Llegan a la conclusión de que puede esperarse encontrar el mismo paralelismo en el cap. 11 y que este capítulo tiene que ver con la culminación del mismo poder apóstata que se describe en las otras profecías del libro de Daniel.

Se ensoberbecerá. Si aquí se describe a Francia, estas palabras se entienden como una descripción de los excesos del ateísmo, cometidos por algunos de los caudillos más radicales de la Revolución. Como ejemplo de esto, el 26 de noviembre de 1793 la Comuna, o cuerpo gobernante de la ciudad de París, abolió por decreto toda religión en la capital de Francia. Aunque ese decreto fue anulado por la Asamblea Nacional unos pocos días más tarde, sin embargo ilustra la influencia que alcanzó el ateísmo durante ese período.

Los que entienden que estos versículos se aplican al gran poder apóstata de la historia cristiana, consideran que este pasaje es paralelo con Dan. 8: 11, 25; 2 Tes. 2: 4; Apoc. 13: 2, 6; 18: 7. Ven que la predicción de este versículo se cumple en la pretensión papal de que el papa es vicario de Cristo en la tierra; en el poder que pretende tener el clero, y en "el poder de las llaves": la supuesta autoridad para abrir y cerrar el cielo a los hombres.

Hablará maravillas. Si Francia es el tema que se está considerando, esta frase se refiere a las jactanciosas palabras de los revolucionarios que abolieron toda religión e instituyeron el culto de la diosa Razón. Posteriormente, cuando se introdujo el culto del Ser Supremo, los reaccionarios hicieron claro que no debía identificárselo con el Dios de la religión cristiana.

En cuanto al cumplimiento de este pasaje según la interpretación de que el papado es el tema que aquí se trata, ver com. cap. 7: 11, 25; cf. 2 Tes. 2: 4; Apoc. 13: 5-6.

37. Amor de las mujeres. Los que creen que el poder que aquí se describe es Francia, ven un cumplimiento de este pasaje en la declaración de los revolucionarios de que el matrimonio era meramente un contrato civil y que sin más trámites podía ser disuelto a voluntad de los contrayentes.

Los que creen que aquí se describe al papado ven una posible referencia a la importancia que ese poder da al celibato y a la virginidad.

Ni respetará a dios alguno. Según una interpretación, las palabras se aplican al poder ateo de la Francia revolucionaria que intentó abolir toda religión en ese país (ver com. vers. 36). Según la otra posición, estas palabras deben entenderse en sentido comparativo; es decir que el poder que aquí se describe no es ateo, sino que se considera a sí mismo como portavoz de Dios y no le da a Dios la consideración que se le debe. En forma blasfema busca ponerse en lugar de Dios (ver 2 Tes. 2: 4).

38. En su lugar. Heb. 'al-kanno, "en su lugar", es decir en lugar del verdadero Dios.

Dios de las fortalezas. Heb. 'eloah ma'uzzim. Los comentadores han interpretado esta expresión en formas muy diversas. Algunos la consideran como un nombre propio, "al dios Mauzim" (RVA). Sin embargo, no se conoce en ninguna parte un dios de tal nombre. Puesto que ma'uzzim parece ser el plural del heb. ma'oz "refugio", "fortaleza", que aparece varias veces en este capítulo (vers. 7, 10, 19, 31), pareciera mejor entender estas palabras como "dios de fortalezas", o "dios de refugios".

Algunos interpretan este versículo como una referencia al culto a la Razón instituido en París en 1793. Dándose cuenta de que la religión era necesaria para que Francia se mantuviera fuerte a fin de cumplir su meta de extender la Revolución por toda Europa, algunos de los dirigentes en París trataron de establecer una nueva religión, con la razón personificada en forma de diosa. Esto fue seguido después por el culto al "Ser Supremo" -la naturaleza deificada- que podría considerarse apropiadamente como un "dios de fortalezas o fuerzas".

Otros entienden que aquí se hace referencia a las oraciones dirigidas a los santos y a la Virgen María; otros consideran que es la alianza de Roma con los poderes civiles y sus esfuerzos premeditados para conseguir que las naciones cumpliesen la voluntad de Roma.

Cosas de gran precio. "Joyas" (BJ). Heb. jamudoth, "cosas deseables, preciosas". Una palabra similar, de la misma raíz se emplea en Isa. 44: 9 para describir los costosos ornamentos con que los paganos adornaban sus imágenes. Algunos ven el cumplimiento de este pasaje en los regalos valiosísimos que se le han hecho a las imágenes de la Virgen y de los santos (ver Apoc. 17: 4; 18: 16).

39. Se hará de las fortalezas. Este pasaje no es de fácil comprensión. La primera parte de este vers. 39 ha sido vertida al castellano de diversas formas. La VM lo hace en forma semejante a la RVR: "Se hará dueño de las más inexpugnables fortalezas en unión con un dios extraño". En cambio la BJ difiere mucho: "Pondrá como defensores de las fortalezas al pueblo de un dios extranjero". En hebreo, el verbo que aquí se traduce "hará", `aÑah, que significa "hacer", "obrar", no tiene complemento directo pero es seguido por dos preposiciones le "a", o "para", e 'im, "con". En Gén. 30: 30; 1 Sam. 14: 6; y Eze. 29: 20

`aÑah, sin complemento y seguido por le, como aquí, tiene el sentido de "trabajar para [alguien]".

`AÑah seguido por `im aparece en 1 Sam. 14: 45, con el sentido de "trabajar con". En vista de estos usos, parecería razonable traducir este pasaje: "Y trabajará para los refugios más fuertes (ma'uzzim) con un dios extraño". Puesto que la expresión 'eloah ma'uzzim (vers. 38) aparece como equivalente de "un dios que sus padres no conocieron", es de esperar que aquí se identifique con el "dios ajeno".

Algunos consideran que este pasaje es una referencia al lugar preponderante que las ideas del ateísmo y del racionalismo ocuparon entre los dirigentes de Francia durante la Revolución. Otros ven aquí una descripción del apoyo que la iglesia romana ha dado al culto de los "patronos" -los santos- y a las festividades llevadas a cabo en varias ciudades del mundo en honor del sacrificio de la misa y de la Virgen María.

Repartirá la tierra. Algunos entienden que estas palabras describen la división de las grandes propiedades de la nobleza de Francia y la venta de esas propiedades hecha por el gobierno a pequeños propietarios. Se ha estimado que las dos terceras partes de las propiedades rurales fueron confiscadas por el gobierno durante la Revolución.

Otros creen que estas palabras se cumplieron con el predominio papal sobre los gobernantes temporales y la recepción frecuente de rentas de parte de ellos. Se ha sugerido que la división del Nuevo Mundo entre España y Portugal, hecha por el papa Alejandro VI en 1493, puede considerarse como un ejemplo del cumplimiento de este pasaje.

Véase una síntesis histórica de la interpretación adventista de Dan. 11: 36-39 y una evaluación de las posiciones actuales, en la revista Ministry, marzo de 1954, pp. 22-27.

40. Al cabo del tiempo. "Al tiempo del Fin" (BJ). Aquí se mencionan a los reyes del norte y del sur por primera vez desde los vers. 14 y 15. Los expositores adventistas que entienden que el tema de los vers. 36-39 es el proceder de Francia durante la Revolución, sostienen que Turquía es el rey del norte de los vers. 40-45. Los que aplican los vers. 36-39 al papado encuentran aquí un cuadro profético del pináculo de su carrera. Algunos del segundo grupo identifican al papado como rey del norte, mientras otros hacen una distinción entre los dos. Unos pocos consideran que los vers. 40-45 se cumplieron al caer el imperio Otomano en 1922. Ver com. vers. 45.

45. Llegará a su fin. Comparar con predicciones similares en las profecías paralelas del cap. 2 (vers. 34-35, 44-45), cap. 7 (vers. 11, 26), cap. 8 y 9 (8:19, 25; 9:27), y en otros pasajes de las Escrituras (Isa. 14:6; 47:11- 15; Jer. 50:32; 1 Tes. 5:3; Apoc. 18:6-8, 19, 21).

En general los adventistas del séptimo día han sostenido que el cumplimiento del vers. 45 está aún en el futuro. Las prudentes palabras pronunciadas por el pionero adventista Jaime White en 1877 con referencia al cuidado que se debe tener al interpretar la profecía aún no cumplida todavía constituyen un buen consejo en la actualidad:

"Al interpretar profecías no cumplidas, donde la historia no está escrita, el estudiante debiera presentar su exposición sin demasiado dogmatismo para que no se encuentre extraviado en el terreno de la fantasía”.

"Hay quienes piensan más sobre la verdad futura que sobre la verdad presente. Ven poca luz en el sendero en que caminan, pero creen que ven gran luz delante de ellos”.

"Las opiniones respecto a la cuestión del Oriente se basan en profecías que no se han cumplido aún. En estos casos debiéramos andar con cautela y nuestras definiciones debieran ser cuidadosas para que no se nos encuentre quitando los hitos que se han establecido firmemente en el movimiento adventista. Puede decirse que hay consenso general sobre este tema, y que todos los ojos se vuelven hacia la guerra actual entre Turquía y Rusia [1877-78] como el cumplimiento de esa porción de la profecía que confirmará mucho la fe en el próximo fuerte clamor y el fin de nuestro mensaje. 

Pero es inquietante preguntarse cuál será el resultado de este dogmatismo en cuanto a profecías no cumplidas si las cosas no salen como se espera tan confiadamente"        (James White, RH 29-11-1877). 

12:1. En aquel tiempo. Heb. ba'eth hahi', "a ese tiempo", o "en ese tiempo".  Algunos sostienen que estas palabras aluden a la frase be'eth qets "Al [o en el] tiempo del fin" (cap. 11: 40); es decir que los acontecimientos que se han de narrar ocurren dentro de ese período general.  Sin embargo, el contexto justifica la conclusión de que "aquel tiempo" se refiere al tiempo de la desaparición del poder descrito al final del cap. 11. Debiera notarse que las palabras "en aquel tiempo" no especifican si los acontecimientos que aquí se predicen han de ocurrir simultáneamente con los del cap. 11: 45, o si los preceden inmediatamente o los siguen.  Lo importante es que los acontecimientos del último versículo del cap. 11 y los del primero del cap. 12 están estrechamente relacionados en cuanto a tiempo.

Se levantará. Heb. 'amad. Se usa la misma palabra posteriormente en el versículo para describir a Miguel que "está de parte de los hijos de tu pueblo". Según el sentido pareciera ser muy claro que Cristo se levanta para librar a su pueblo (CS 671, 691, 698-700, 715).

Miguel. Ver com. cap. 10: 13.  Aquí el Paladín divino en el gran conflicto actúa para librar a su pueblo. Príncipe. Heb. Ñar (ver com. cap. 10: 13). Está de parte. Heb. ha'omed 'al, "que se levanta sobre", es decir, para proteger.

Tiempo de angustia. Cuando cese la mediación de Cristo y el Espíritu de Dios se retire de entre los hombres, entonces todos los poderes de las tinieblas que han sido retenidos descenderán sobre el mundo con furia indescriptible.  Habrá una escena de lucha tal que ninguna pluma podrá describirla (ver CS 671- 672).

Libertado. ¡Qué consuelo saber que el resultado de este gran conflicto no está en duda!  Compárese con cap. 7: 18, 22, 27; 10: 14. 904

El libro. Es decir el libro de la vida (ver com.  Dan. 7: 10; cf.  Fil. 4: 3; Apoc. 13: 8; 20: 15; 21: 27; 22: 19).

2. Serán despertados. Una resurrección especial precede al segundo advenimiento de Cristo.  "Todos los que hayan muerto en la fe del mensaje del tercer ángel" se levantarán en esa ocasión.  Además, los que contemplaron burlonamente la crucifixión de Cristo y los que se opusieron más violentamente al pueblo de Dios serán sacados de sus tumbas para ver el cumplimiento de la promesa divina y el triunfo de la verdad (CS 695; Apoc. 1: 7).

Vergüenza. Heb. der'on, palabra que sólo aparece en la Biblia en Isa. 66: 24 y aquí.  Se relaciona con el árabe dara', "repeler", y tiene el sentido de "aborrecimiento".  Después de haber sido testigos de lo terrible que es el pecado durante los milenios del gran conflicto, los habitantes del universo sentirán una intensa repulsión por el pecado.  Cuando el conflicto haya terminado y se haya vindicado plenamente el nombre de Dios, inundará el universo un profundo aborrecimiento por el pecado y por todo lo que éste haya contaminado.  Es este aborrecimiento lo que garantiza que el pecado nunca más trastornará la armonía del universo.

3. Los entendidos. Heb. hammaÑkilim, del verbo; Ñakal "ser prudente". Esta forma puede entenderse en un sentido simple, como "los que son prudentes", o "los que tienen discernimiento"; o en un sentido causativo: "los que hacen que haya discernimiento", es decir, "los que enseñan". El que verdaderamente tiene discernimiento de las cosas de Dios se da cuenta de que, en virtud de ese mismo hecho, esas cosas deben compartirse con otros.  La sabiduría divina lo guía para que sea maestro de esa sabiduría para otros.

MaÑkilim aparece en el cap. 11: 33, donde se traduce "sabios".  En este pasaje se los presenta como perseguidos debido a sus fieles esfuerzos; aquí son recompensados con la gloria eterna. Compárese con el vers. 10. 4CBA/Ministerio Hno. Pio


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