Daniel 2. Es el sueño del rey de
Babilonia, Nabucodonosor, quien pide a sus sabios, astrólogos. magos… que le
muestren que soñó y su interpretación. Bajo amenazas de muerte, sino logran
decirle su sueño… y honores y gloria si le dicen e interpretan.
El capítulo se divide así: Vers. (1-9)
Nabucodonosor, afligido por que no puede recordar su sueño, se lo pide a los
caldeos, con amenazas y promesas. (10-13) Estos reconocen su inhabilidad y son
sentenciados a muerte. (14-16) Daniel logra obtener una tregua y pide tiempo (17-23)
Daniel recibe sabiduría y se le revela el sueño y expresa gratitud. Bendice a
Dios. (24-30) Haciendo detener el decreto, es traído ante el rey. Y le anticipa
al rey, que el único que puede mostrarle e interpretar su sueño es Dios y que él,
solo es un medio (31-35) Daniel Narra El sueño que vio el Rey (36-45) e
interpreta el sueño (46-49) Nabucodonosor reconoce la grandeza de Dios. El Encumbramiento
de Daniel y sus compañeros.
1 EN EL segundo año del reinado de Nabucodonosor, tuvo Nabucodonosor sueños, y se perturbó su espíritu, y se le fue el sueño 2 Hizo llamar el rey a magos, astrólogos, encantadores y caldeos, para que le explicasen sus sueños. Vinieron, pues, y se presentaron delante del rey 3 Y el rey les dijo: He tenido un sueño, y mi espíritu se ha turbado por saber el sueño 4 Entonces hablaron los caldeos al rey en lengua aramea: Rey, para siempre vive; di el sueño a tus siervos, y te mostraremos la interpretación
5 Respondió el rey y dijo a los caldeos: El asunto lo olvidé; si no me mostráis el sueño y su interpretación, seréis hechos pedazos, y vuestras casas serán convertidas en muladares 6 Y si me mostrarais el sueño y su interpretación, recibiréis de mí dones y favores y gran honra. Decidme, pues, el sueño y su interpretación 7 Respondieron por segunda vez, y dijeron: Diga el rey el sueño a sus siervos, y le mostraremos la interpretación 8 El rey respondió y dijo: Yo conozco ciertamente que vosotros ponéis dilaciones, porque veis que el asunto se me ha ido 9 Si no me mostráis el sueño, una sola sentencia hay para vosotros. Ciertamente preparáis respuesta mentirosa y perversa que decir delante de mí, entre tanto que pasa el tiempo. Decidme, pues, el sueño, para que yo sepa que me podéis dar su interpretación
10 Los caldeos respondieron delante del rey, y dijeron: No hay hombre sobre la tierra que pueda declarar el asunto del rey; además de esto, ningún rey, príncipe ni señor preguntó cosa semejante a ningún mago ni astrólogo ni caldeo 11 Porque el asunto que el rey demanda es difícil, y no hay quien lo pueda declarar al rey, salvo los dioses cuya morada no es con la carne. 12 Por esto el rey con ira y con gran enojo mandó que matasen a todos los sabios de Babilonia.
13 Y se publicó el edicto de que los sabios fueran llevados a la muerte; y buscaron a Daniel y a sus compañeros para matarlos. 14 Entonces Daniel habló sabia y prudentemente a Arioc, capitán de la guardia del rey, que había salido para matar a los sabios de Babilonia. 15 Habló y dijo a Arioc capitán del rey: ¿Cuál es la causa de que este edicto se publique de parte del rey tan apresuradamente? Entonces Arioc hizo saber a Daniel lo que había. 16 Y Daniel entró y pidió al rey que le diese tiempo, y que él mostraría la interpretación al rey.
17 Luego se fue Daniel a su casa e hizo saber lo que había a Ananías, Misael y Azarías, sus compañeros 18 para que pidiesen misericordias del Dios del cielo sobre este misterio, a fin de que Daniel y sus compañeros no pereciesen con los otros sabios de Babilonia. 19 Entonces el secreto fue revelado a Daniel en visión de noche, por lo cual bendijo Daniel al Dios del cielo 20 Y Daniel habló y dijo: Sea bendito el nombre de Dios de siglos en siglos, porque suyos son el poder y la sabiduría. 21 Él muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos. 22 Él revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y con él mora la luz. 23 A ti, oh Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado sabiduría y fuerza, y ahora me has revelado lo que te pedimos; pues nos has dado a conocer el asunto del rey.
24 Después de esto fue Daniel a Arioc, al cual el rey había puesto para matar a los sabios de Babilonia, y le dijo así: No mates a los sabios de Babilonia; llévame a la presencia del rey, y yo le mostraré la interpretación. 25 Entonces Arioc llevó prontamente a Daniel ante el rey, y le dijo así: He hallado un varón de los deportados de Judá, el cual dará al rey la interpretación. 26 Respondió el rey y dijo a Daniel, al cual llamaban Beltsasar: ¿Podrás tú hacerme conocer el sueño que vi, y su interpretación? 27 Daniel respondió delante del rey, diciendo: El misterio que el rey demanda, ni sabios, ni astrólogos, ni magos ni adivinos lo pueden revelar al rey.
28 Pero hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros días. He aquí tu sueño, y las visiones que has tenido en tu cama: 29 Estando tú, oh rey, en tu cama, te vinieron pensamientos por saber lo que había de ser en lo por venir; y el que revela los misterios te mostró lo que ha de ser. 30 Y a mí me ha sido revelado este misterio, no porque en mí haya más sabiduría que en todos los vivientes, sino para que se dé a conocer al rey la interpretación, y para que entiendas los pensamientos de tu corazón.
31 Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible. 32 La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce; 33 sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido. 34 Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. 35 Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra.
36 Este es el sueño; también la interpretación de él diremos en presencia del rey. 37 Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad. 38 Y dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro. 39 Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra. 40 Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará todo.
41 Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido. 42 Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil. 43 Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro.
44 Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, 45 de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación.
46 Entonces el rey Nabucodonosor se postró sobre su rostro y se humilló ante Daniel, y mandó que le ofreciesen presentes e incienso. 47 El rey habló a Daniel, y dijo: Ciertamente el Dios vuestro es Dios de dioses y Señor de los reyes, y el que revela los misterios, pues pudiste revelar este misterio. 48 Entonces el rey engrandeció a Daniel, y le dio muchos honores y grandes dones, y le hizo gobernador de toda la provincia de Babilonia, y jefe supremo de todos los sabios de Babilonia. 49 Y Daniel solicitó del rey, y obtuvo que pusiera sobre los negocios de la provincia de Babilonia a Sadrac, Mesac y Abed-nego; y Daniel estaba en la corte del rey. (Daniel 2).
1. Segundo año. En cuanto a la
identificación del 2.º año del reinado de Nabucodonosor y la explicación de
cómo los tres años del aprendizaje de Daniel (cap. 1: 5, 18) habían concluido
antes del fin del 2.º año del rey, ver com. cap. 1: 18.
Tuvo. . . sueños. Quizá se usa el
plural para indicar la pluralidad de sucesos vistos en el sueño. El singular aparece
en los vers. 3-6, etc. Los registros de la antigua Mesopotamia cuentan de
muchos sueños de reyes. En uno de ellos, Gudea -sacerdote y rey de la ciudad
mesopotámica de Lagash en el tercer milenio a, C.- vio a un hombre que llevaba
en la cabeza una corona real cuya estatura alcanzaba desde la tierra hasta el
cielo. Los antiguos consideraban los
sueños con temor; pensaban que eran revelaciones de sus deidades y procuraban
descubrir su verdadera interpretación.
El
Señor en su providencia dio a Nabucodonosor este sueño. Dios tenía un mensaje
para el rey de Babilonia. Había representantes de Dios en los palacios de
Nabucodonosor mediante los cuales él podía comunicar un conocimiento de sí
mismo. Dios no hace acepción de personas ni de naciones. Su propósito es salvar
a tantos como lo deseen, de cualquier tribu o nación. Ansiaba tanto salvar a la
antigua Babilonia como anhelaba salvar a Israel.
El
sueño tenía el propósito de revelar Nabucodonosor que el decurso de la historia
estaba ordenado por el Altísimo y sujeto a su voluntad. Al rey se le mostró la
responsabilidad que le cabía en el gran plan del cielo, fin de que tuviese la
oportunidad de cooperar voluntaria y eficazmente con el programa divino.
Las
lecciones de historia dadas a Nabucodonosor habrían de instruir a las naciones
y los hombres hasta el fin del tiempo. Otros cetros, además del de Babilonia,
han regido los pueblos a lo largo de los siglos. A cada nación de la antigüedad
Dios le asignó un lugar especial en su gran plan. Cuando los gobernantes y el
pueblo no aprovecharon su oportunidad, su gloria fue abatida hasta el polvo.
Las naciones de hoy debieran hacer caso de las lecciones de la historia pasada.
Por encima de las fluctuantes escenas de la diplomacia internacional, el gran
Dios del cielo está en su trono "silenciosa y pacientemente"
cumpliendo "los designios y la voluntad de él" (PR 366). Al fin la
estabilidad y la inmutabilidad vendrán cuando Dios mismo, al terminar el
tiempo, establezca su reino que nunca será destruido (vers. 44; ver com. cap.
4-17).
Dios
se allegó al rey Nabucodonosor por medio de un sueño porque, evidentemente, ése
era el medio más efectivo para impresionarlo con la importancia del mensaje así
impartido, para ganar su confianza y asegurar su cooperación. Como todos los
antiguos, Nabucodonosor creía en los sueños como uno de los medios por los
cuales los dioses revelaban su voluntad a los hombres. La sabiduría divina
siempre busca a las personas donde están. Al comunicar hoy el conocimiento de
su voluntad a los hombres, Dios puede usar medios menos espectaculares, pero
que igualmente sirven para cumplir sus bondadosos propósitos. Siempre adapta sus métodos para influir sobre
los hombres de acuerdo con la capacidad de cada individuo y el ambiente de la
época en la cual vive cada uno (ver com. cap. 4: 10).
Se perturbó. 0, "estaba perturbado". El verbo
hebreo que se traduce así se usa también en Gén. 41: 8 y Sal. 77: 4. La
vivencia de este sueño había impresionado muchísimo a Nabucodonosor
2. Magos. Heb. jartom, palabra tomada del egipcio (ver
com. cap. 1: 20).
Astrólogos. Heb. 'ashshaf, palabra tomada del acadio
(ver com. cap. 1:20).
Encantadores. Heb. mekashshefim, de una raíz que significa
"usar encantamientos". Los babilonios los denominaban con la palabra
análoga kashshapu. El mekashshef pretendía poder producir hechizos (ver
com. Exo. 7: 11). La ley mosaica
castigaba con la pena de muerte a los que practicaban esta magia negra (Lev.
20: 27; cf. 1 Sam. 28: 9).
Caldeos. Heb. kaÑdim (ver com. cap. 1: 4).
3. Por saber el sueño. Aunque el rey había
sido hondamente impresionado por el sueño, cuando despertó no pudo recordar los
detalles (ver PR 361). Algunos han sugerido que Nabucodonosor no había olvidado
su sueño y que estaba probando la supuesta habilidad de sus así llamados
sabios. Pero parecería que el rey estaba demasiado afligido por el deseo de
conocer el sueño y su interpretación como para usar esta ocasión a fin de
probar a los que pretendían ser sus intérpretes.
4. Lengua aramea. Heb. 'aramith,
"arameo". La familia real y la clase gobernante del imperio eran
caldeos de la Mesopotamia meridional que hablaban arameo. Por lo tanto, no es
extraño que los cortesanos del rey le hablaran en arameo y no en babilonio, la
lengua de la población oriunda de Babilonia. Los arameos eran una rama
importante de los pueblos semíticos, y su idioma comprendía muchos dialectos.
Desde
este versículo hasta el fin del cap. 7 el relato está en arameo y no en hebreo
como el resto del libro. En cuanto a las posibles razones para esto, ver p.
777.
Rey, para siempre vive. La fórmula
babilónica encontrada en inscripciones contemporáneas reza aproximadamente así:
"Que Nabu y Marduk den largos días y años eternos al rey mi señor".
Compárese con 1 Sam. 10: 24; 1 Rey. 1: 31; Neh. 2: 3; Dan. 3: 9; 5: 10; 6: 21.
5. El asunto lo olvidé. Hoy los eruditos
traducen esta expresión como "el asunto ha sido ordenado por mí", o
como lo hace la BJ: "Tened bien presente mi decisión". La traducción
de la RVR está apoyada por la LXX y por Rashi,* quien traduce 'azda' por
"ha ido". Cualquiera sea la
traducción que se adopte, no hay duda de que Nabucodonosor no podía recordar
los detalles del sueño (ver com. vers. 3).
El sueño le fue quitado al rey a propósito, para que los sabios no le
diesen una falsa interpretación (ver FE 412).
Hechos pedazos. Literalmente,
"desmembrados". Se les cortaría miembro por miembro (ver 2 Mac. 1:16; Josefa, Antigüedades xv. 8. 4). Una crueldad semejante era común en la
antigüedad. Los babilonios y asirios eran notorios por la severidad y la
barbarie de su castigo a los culpables.
Asurbanipal cuenta que cortó en pedazos a gobernantes rebeldes.
Muladares. Arameo newali, que por su semejanza con
una raíz acadia algunos interpretan como "ruinas". Otros retienen el
significado "muladar" o "montón de basura", e interpretan
el significado de la cláusula como que las casas serían transformadas en
"letrinas" (ver 2 Rey. 10: 27, VM). La LXX no apoya ninguna de las
dos interpretaciones, sino que dice: "vuestras casas serán
destruidas".
8. Vosotros ponéis dilaciones. Literalmente,
"compráis el tiempo". Los
sabios estaban ganando tiempo y sus repetidos pedidos despertaron la sospecha
del rey de que estaban tratando de sacar algún provecho con la demora. No
sabemos si ya en este momento el rey dudaba seriamente de la habilidad de los
sabios para darle la información requerida. Toda la trama de su fe dependía de
la creencia de que los dioses se comunicaban con los hombres a través de los
varios medios representados por esos hombres. Su vacilación en cumplir
inmediatamente con su pedido puede haber despertado primero las sospechas del
rey de que se habían confabulado para aprovecharse de él. Si el sueño contenía
una comunicación concerniente a una acción que debía tomarse en cierto momento
favorable, la demora resultaría en una pérdida trágica. Algunas comunicaciones
por medio de adivinaciones requerían que la acción fuese tomada en un momento
preciso, por ejemplo, cuando se producía una conjunción específica de algunos
planetas. Las expresiones "ponéis dilaciones" y "entre tanto que
pasa el tiempo" (vers. 9), pueden referirse a tal momento que se suponía
oportuno.
9. Una sola sentencia hay para vosotros. Arameo, "un decreto
el vuestro". La palabra que se traduce "sentencia", puede ser
también traducida "ley", o "castigo".
Que pasa el tiempo. Hasta que el rey se
olvidara de todo el asunto o hasta que pudiesen inventar alguna forma de
respuesta. "Tiempo" aquí puede también referirse al momento favorable
para llevar a cabo la supuesta comunicación con un dios (ver com. vers. 8).
10. No hay hombre. Los caldeos se
vieron obligados a reconocer su incapacidad para revelar el sueño. Dijeron al
rey que pedía algo que excedía al poder humano, y que ningún rey jamás había
hecho pedido tan poco razonable a sus súbditos.
Rey, príncipe ni señor. Literalmente,
"rey, grande y poderoso". "Gran rey" (2 Rey. 18: 28) es un
viejo título babilónico. Tales expresiones como "Gran rey, Poderoso rey,
Rey de Asiria, [o de Babilonia]" son comunes en las inscripciones.
11. Difícil. Mejor que en la RVA que decía:
"singular".
Dioses. Algunos encuentran aquí una insinuación de
dos clases de dioses. Sugieren que esos sabios pretendían estar en comunicación
con ciertos dioses, tales como deidades subordinadas que se suponía mantenían
relación con los hombres, pero que los dioses superiores eran inaccesibles. En
todo caso, los caldeos revelaron las limitaciones de su capacidad.
Otros
sugieren que el plural 'elahin, "dioses", como el plural hebreo
'elohim (ver t. I, PP. 179-180), podría usarse en relación con una sola deidad,
y que al igual que los otros politeístas, los caldeos reconocían a alguna
deidad suprema. En cualquier caso, los caldeos admitieron francamente que
reconocían una inteligencia superior, una mente o mentes maestras que tenían
una sabiduría mucho más elevada que la de los seres humanos. Esta confesión de fracaso proporcionó a
Daniel una excelente oportunidad para revelar algo del poder del Dios a quien
él servía y adoraba.
12. Mandó que matasen. La severidad del
castigo no estaba fuera de tono con las costumbres de esos tiempos. Sin
embargo, era un paso temerario del rey porque los hombres cuya muerte había
ordenado constituían la clase más culta de la sociedad.
Babilonia. Quizá sólo la ciudad y no todo el reino de
Babilonia.
13. Buscaron a Daniel. No se hubiera
buscado a Daniel y a sus amigos si no hubiesen pertenecido ya a la profesión de
los "sabios". Por eso, la opinión de que estaban todavía en el
período de instrucción parecería no tener fundamento (ver com. cap. 1: 18). El
hecho de que sólo hacía poco que habían concluido sus estudios es suficiente
para explicar por qué no fueron llamados para interpretar el sueño. El monarca
sólo habría llamado a los dignatarios de más alta categoría, exponentes de todo
el conocimiento de su arte. Ni el rey ni los principales sabios pensaron en
llamar a Daniel y sus tres amigos, así como los médicos especialistas de
Babilonia, frente a una desconcertante enfermedad del rey, tampoco habrían
consultado a inexpertos médicos recién graduados. Tampoco es necesario suponer
que la educación de Daniel incluyó cursos de encantamiento y adivinación como
algunos críticos modernos lo sugieren (ver com. cap. 1: 20).
14. Prudentemente. Arameo te'em, que
también puede traducirse "entendimiento", o "discreción'. Daniel
mostró gran tacto al presentarse ante su superior.
15. Apresuradamente. La LXX usa pikrós,
que significa "amargo" o "áspero". Algunos eruditos también
dan este mismo significado a la palabra aramea, mientras que otros insisten en
que el original da la idea básica de urgencia.
16. Le diese tiempo. Una de las cosas que
habían enfurecido al rey era que los sabios procuraban postergar su respuesta
(ver com. vers. 8). Evidentemente el rey estaba aún perturbado por el sueño, y
pudo haber estado contento ante la nueva perspectiva de encontrar una solución
al misterio que le acosaba el alma. Ya que no se había consultado previamente a
Daniel, el rey pudo haber pensado que era justo darle una oportunidad. En su
relación con este joven cautivo judío, es evidente que Nabucodonosor había sido
favorablemente impresionado por la sinceridad y habilidad de Daniel. La
fidelidad previa de Daniel en las cosas pequeñas, ahora le abría las puertas a
cosas mayores.
Interpretación. El pedido de Daniel
era diferente del de los caldeos. Los sabios exigían que el rey les relatase el
sueño. Daniel simplemente pidió tiempo y aseguró al rey que le daría la
interpretación.
18. Pidiesen misericordias. Daniel y sus
compañeros podían acercarse a Dios con fe vigorosa y confianza implícita
porque, hasta donde ellos sabían y podían, estaban viviendo de acuerdo con su
voluntad revelada (ver 1 Juan 3: 22). Sabían que estaban en el lugar donde Dios
quería que estuvieran y que estaban
haciendo
la obra que el cielo les había dado. Si
anteriormente hubieran claudicado en sus principios y hubiesen cedido a las
tentaciones que continuamente les rodeaban en la corte real, no podrían haber
esperado una intervención divina tan manifiesta en esta crisis. En contraste
con esto véase lo ocurrido al profeta de Judá que perdió la protección divina
por su temeraria desobediencia (1 Rey. 13: 11-32; ver com. 1 Rey. 13: 24).
19. Visión de noche. Arameo jezu, parecido
al hebreo jazon (ver com. 1 Sam. 3: 1).
Bendijo Daniel. Al recibir la
revelación divina, el primer pensamiento de Daniel fue dar la alabanza al
Revelador de secretos; un digno ejemplo de lo que debieran hacer todos los que
reciben grandes bendiciones del Señor.
Sobre
el significado de la expresión "Sea bendito... Dios", ver com. Sal.
63: 4.
20. Nombre de Dios. La expresión se usa
frecuentemente para indicar el ser, el poder y la actividad esencial de Dios. La
palabra "nombre" se usa en la Biblia como sinónimo de
"carácter".
Sabiduría. Los que tienen falta de sabiduría pueden
recibirla de su verdadera fuente como respuesta a la oración de fe (Sant. 1:
5). Las jactanciosas pretensiones de los babilonios de que sus deidades poseían
sabiduría y discernimiento resultaron falsas. Las deidades paganas
continuamente chasquean a sus fieles.
21. El. El pronombre es enfático en arameo. El
efecto puede ser mostrado en nuestras versiones si se traduce: "Es él
quien muda", etc. (cf. BJ, VM).
Tiempos y las edades. Las dos palabras son
casi sinónimos. La segunda puede referirse a un punto de tiempo más específico;
la primera da más la idea de un período.
Quita reyes. Aquí está revelada la verdadera filosofía de
la historia humana. En último término, los reyes y gobernantes están bajo la
dirección y el control de un Potentado todopoderoso (ver Ed 169; com. vers. 1 y
com. cap. 4: 17).
A los sabios. El Señor se deleita en conceder sabiduría a
los que la usarán correctamente. Hizo esto en favor de Daniel y lo hará en beneficio
de todo aquel que confíe plenamente en él.
22. El revela. Dios se revela en la
naturaleza (Sal. 19), en las vivencias personales, por medio del don profético
y otros dones del Espíritu (1 Cor. 12), y en su Palabra escrita.
Lo profundo. Las cosas que están más allá de la
comprensión humana hasta su revelación.
Tinieblas. Lo que el hombre no puede ver no está
escondido para la vista de Dios (Sal. 139: 12; 1 Juan 1: 5).
23. Te alabo. El pronombre es enfático en el arameo. En el
original se lee como sigue: "A ti, oh Dios de mis padres, doy
gracias".
Lo que te pedimos. Aunque el sueño
había sido revelado a Daniel, él no se atribuye todo el mérito, sino que
incluye a sus compañeros, que oraron con él.
24. No mates a los sabios. La primera
preocupación de Daniel fue la de rogar por los sabios de Babilonia para que la
sentencia que pesaba sobre ellos fuese anulada.
No habían hecho nada para ganar el indulto, pero se salvaron por la
presencia de un hombre justo entre ellos. A menudo ha ocurrido esto. Los rectos
son la "sal de la tierra". Tienen la cualidad de preservar. Debido a
la presencia de Pablo en el barco, los marineros y todos los que estaban a bordo
se salvaron (Hech. 27:24). Los impíos
no saben cuánto deben a los justos. Sin embargo, cuán a menudo los malos
ridiculizan y persiguen precisamente a aquellos a quienes debieran agradecer
por la preservación de su vida.
25. Prontamente. Posiblemente por la
gran alegría de que el secreto hubiese sido revelado. Ahora podría verse libre
de la sangrienta tarea de ejecutar a todos los sabios, misión para la cual sin
duda no tenía ánimo.
He hallado. Arioc parece atribuirse un mérito que no
merecía, porque su declaración parece implicar que tras grandes esfuerzos de su
parte había descubierto a alguien que podría interpretar el sueño. Sin embargo,
Arioc puede no haber sabido de la entrevista de Daniel con el rey (vers. 16). En
este caso su declaración sería la forma natural de anunciar el descubrimiento.
26. Beltsasar. En cuanto al
significado de este nombre y la razón por la cual le fue dado a Daniel, ver
com. cap. 1: 7. En presencia de Nabucodonosor, Daniel naturalmente asumió su
nombre babilónico.
27. Ni sabios... pueden. Daniel no tenía
ningún deseo de exaltarse sobre los sabios. Al contrario, deseaba hacer ver al
rey la futilidad de confiar en sus sabios cuando necesitaba consejo y ayuda. Esperaba
que el rey volviera los ojos hacia el gran Dios celestial, el Dios a quien
Daniel adoraba, el Dios de los hebreos, cuyo pueblo había sido vencido por el
rey.
Astrólogos, ni magos. Ver com. cap. 1: 20.
Adivinos. Arameo, gazerin, de una raíz que significa
"cortar", "determinar". De ahí que el significado que se
acepte generalmente sea: "los que deciden", o "los que
determinan [el destino]". Por la posición de las estrellas, por varios
artificios de cómputo y adivinación, esos adivinos pensaban que podían
determinar el futuro (ver com. cap. 1: 20).
28. En los postreros días. Ver com. Isa. 2: 2. El mensaje del sueño era para la
instrucción de Nabucodonosor así como la de los gobernantes y pueblos hasta el
fin del tiempo (ver com. vers. 1). El bosquejo de la profecía nos lleva desde
el tiempo de Nabucodonosor (ver com. vers. 29) hasta el fin del mundo y la
segunda venida de Cristo (vers. 44-45). Nabucodonosor anhelaba conocer el
futuro que presentía tenebroso (ver SL 34). Dios le reveló el futuro, no para
satisfacer su curiosidad sino para despertar en su mente un sentido de
responsabilidad personal para con el plan celestial.
29. En lo por venir. En este sueño se
representan acontecimientos futuros que comienzan en el tiempo de Daniel y
Nabucodonosor y que se extienden hasta el fin del mundo.
30. Para que se dé a conocer al rey. Esta cláusula dice
literalmente, "sino para que la interpretación al rey hagan saber". La
tercera persona del plural parece tener un uso impersonal. La LXX probablemente
da el significado más simple del pasaje: "Empero, este misterio no me ha
sido revelado por razón de la sabiduría que esté en mí más que en todos los
vivientes, sino para que la interpretación sea hecha al rey, para que tú puedas
saber los pensamientos de tu corazón". La traducción de la RVR, en
esencia, dice lo mismo.
31. Imagen. Arameo tsélem, "una estatua",
palabra que corresponde al Heb. tsélem, que también puede traducirse
"estatua". En cada caso menos uno (Sal. 39: 6, donde se lo traduce
"sombra") la RVR traduce tsélem como "imagen", aunque
estatua sería una traducción correcta en varios casos, tales como 2 Rey. 11:
18; 2 Crón. 23: 17; Amós 5: 26.
Cuya gloria era muy sublime. O, como en la LXX,
"cuya apariencia era extraordinaria".
Terrible. O, "espantoso". La palabra ocurre
nuevamente en Dan. 7: 7, 19.
32. Oro fino. Es decir, "oro puro".
Bronce. O, "cobre" (ver com. 2 Sam. 8: 8;
1 Rey. 7: 47).
33. Piernas. La palabra que se traduce así parece aquí
referirse a la parte inferior de las piernas. La palabra traducida
"muslos" (vers. 32) se refiere a la parte superior de las
caderas. Estas palabras no indican con
claridad en qué punto de la pierna ocurre el cambio de bronce a hierro.
Barro cocido. Arameo jasaf. Examinando idiomas afines,
podría deducirse que jasaf designa un vaso de barro o un pedazo del mismo y no
la arcilla de la cual están formados estos objetos. La palabra que significa
"arcilla", en arameo tin, está en los vers. 41, 43, en relación con
jasaf, y allí se traduce "barro cocido". Por lo tanto, parece mejor traducir jasaf en
el vers. 33 por "barro moldeado" o "de alfarería", y no
simplemente "barro".
34. Fue cortada. O, sacada de una
cantera, o "extraída".
No con mano. Es decir, sin la ayuda de instrumentos
humanos.
35. Tamo. Para tener una descripción de cómo se
llevaba a cabo la trilla en las antiguas tierras orientales, ver com. Rut 3: 2;
Mat. 3: 12. Ya que la Inspiración no da un significado especial al
"tamo" y al "viento" que se lo lleva (ver com. Mat. 13: 3)
es mejor considerarlos como simples detalles que se agregan para completar el
cuadro. En cuanto a la descripción de la era como ilustración común, ver com.
Sal. 1: 4 (cf. Mat. 13: 3; ver t. III, p. 11-29).
36. Diremos. El plural puede indicar que Daniel incluía a
sus compañeros con él. Ellos se le habían unido en ferviente oración para que
la interpretación fuese revelada, y Daniel puede haber querido reconocer la
participación que les cupo en el asunto (vers. 17-18).
37. Rey de reyes. El mismo título se
encuentra en la inscripción del rey persa, Ariaramnes, contemporáneo de
Nabucodonosor.
El Dios del cielo te ha dado. En sus inscripciones
Nabucodonosor atribuye su éxito como rey a su dios Marduk, pero Daniel en forma
cortés corrige esta idea equivocada. Afirma que es el Dios del cielo quien le
ha dado tal poder.
Reino. El territorio que Nabucodonosor gobernaba
había tenido una larga y variada historia y había estado bajo el gobierno de
diferentes pueblos y reinos. De acuerdo con el Génesis, la ciudad de Babilonia
fue parte del reino fundado por Nimrod, bisnieto de Noé (Gén. 10: 8-10). Varias
ciudades-estados existieron en los valles del Tigris y del Eufrates en una
época muy antigua. Más tarde algunos Estados se agruparon en varios reinos
sumerios. Después del primer período de dominación de Sumer, vino el reino de
Akkad, con sus grandes reyes semitas, Sargón I y su hijo Naram-Sin. Sin
embargo, estos semitas fueron a su vez reemplazados por varias naciones, como
los guti, los elamitas y los sumerios. Ellos a su vez dieron lugar a los
semitas que fundaron el antiguo Imperio Babilónico, que floreció en época de
los últimos patriarcas. El imperio amorreo del cual Hammurabi fue el rey más
importante, llegó a incluir toda Mesopotamia y se expandió hasta Siria, como el
imperio acadio de Sargón I. Más tarde Mesopotamia fue tomada por los horeos y
casitas, y Babilonia llegó a ser menos importante que los poderosos imperios de
los hititas y de los egipcios. Entonces, en el norte de Mesopotamia, se levantó
otro poder mundial, el imperio asirio, que nuevamente unió Mesopotamia y el
Asia occidental con el Mediterráneo. Después de un período de dominación
asiria, Babilonia logró otra vez su independencia bajo el gobierno de los
caldeos, y tomó nuevamente la dirección del mundo. Nabopolasar (626-605 a. C.)
fue el fundador de lo que se llama el Imperio Caldeo o Neobabilónico, el cual
tuvo su edad de oro en los días del rey Nabucodonosor (605-562 a. C.) y duró
hasta que Babilonia cayó en manos de los medos y los persas en el año 539 (ver
t. II, PP. 94-96; t. III, PP. 47-52).
38. Bestias del campo. Ver Jer. 27: 6; 28:
14; cf. Gén. 1: 26. Una representación apropiada del dominio de Babilonia en
tiempos de Nabucodonosor. La manera en que los antiguos reyes incluían el mundo
animal en la esfera de su dominio se ilustra con una declaración de Salmanasar
III: "Ninurta y Palil, que aman mi sacerdocio, me han dado todas las
bestias del campo".
El
siguiente pasaje de la así llamada inscripción de East India House (Casa de la
India Oriental) es típica de la evidencia arqueológica que atestigua la
descripción hecha por Daniel de las conquistas de Nabucodonosor:
"En
su [de Marduk] excelso servicio he atravesado países lejanos, montañas remotas desde
el Mar Superior [Mediterráneo] hasta el Mar Inferior [golfo Pérsico], sendas
escarpadas, caminos obstruidos, donde el paso se ve impedido, [donde] no hay
lugar para poner el pie, [también] rutas no trazadas, [y] caminos desiertos. A
los desobedientes subyugué; capturé a los enemigos, establecí justicia en la
tierra; exalté al pueblo; a los malos y malvados alejé de la gente".
Tú eres aquella cabeza. Nabucodonosor era la
personificación del Imperio Neobabilónico. Las conquistas militares y el
esplendor arquitectónico de Babilonia se debían, en gran medida, a sus proezas.
Oro. Para embellecer la ciudad de Babilonia se
había usado oro en abundancia. Herodoto describe con profusión de términos el
resplandor del oro en los templos sagrados de la ciudad. La imagen del dios, el
trono sobre el cual estaba sentado, la mesa y el altar estaban hechos de oro
(Herodoto i. 181, 183; iii. 1-7). El profeta Jeremías compara a Babilonia con
una copa de oro (Jer. 51: 7). Plinio describe las vestimentas de los sacerdotes como
entretejidas con oro. Nabucodonosor
sobresalía entre los reyes de la antigüedad. Dejó a sus sucesores un reino
grande y próspero, como podemos entresacar de la siguiente inscripción: "[Desde] el Mar Superior [hasta]
el Mar Inferior (una línea destruida)... que Marduk, mi señor, me ha confiado a
mí, yo he hecho... la ciudad de Babilonia a la delantera de entre todos los
países y toda habitación humana; su nombre yo he [hecho o elevado] el
[sumamente digno de] alabanza entre las ciudades sagradas... Los santuarios de
mis señores Nebo y Marduk (como) sabio (gobernante)... siempre...
"En
ese tiempo, el Líbano (la-ab-na-a-nu), la montaña [de cedro], el frondoso monte
de Marduk, el olor del cual es dulce, los al[tos] cedros de los cuales, [su]
pro[ducto], otro dios [no ha deseado, que] ningún otro rey ha cor[tado(... mi
nabu Marduk [había deseado] como adorno apropiado para el palacio del
gobernante del cielo y la tierra, (este Líbano) sobre el cual un enemigo
extranjero estaba dominando y robando (le) sus riquezas; su pueblo estaba
esparcido, había huido lejos (a la región lejana). (Confiando) en el poder de
mis señores Nebo y Marduk, organicé [mi ejército] [para una expedición] al
Líbano. Yo hice feliz a ese país erradicando a su enemigo por doquiera (lit.
abajo y arriba). Todos sus habitantes esparcidos llevé de vuelta a sus
poblaciones (lit. junté y reinstalé). Lo que ningún rey anterior había hecho
(yo conseguí): corté a través de las empinadas montañas, partí rocas, abrí
pasajes y (así) construí un camino derecho para (el transporte de los) cedros.
Yo hice que el Arahtu flo[tase] (hacia abajo) y llevase a Marduk, mi rey,
imponentes cedros; altos y fuertes, de preciosa hermosura y de excelente
calidad oscura, el rendimiento abundante del Líbano, como (si fuera) tallos de
cañas (llevados por) el río. Dentro de Babilonia [almacené] madera de morera.
Hice que los habitantes del Líbano vivieran juntos con seguridad y no permití
que nadie los molestara. Para que nadie les hiciera daño [a ellos] yo eri[gí
allí] una estela (que) me (muestra) (como) rey eterno" (Ancient Near
Eastern Texts, p. 307).
39. Otro reino inferior. Como la plata es
inferior al oro, el Imperio Medo-Persa fue inferior al Neobabilónico.
Algunos
comentadores han explicado que el término "inferior" significa
"más abajo en la imagen", o "debajo". La expresión
significa correctamente, "hacia abajo", "hacia la tierra",
pero en este versículo Daniel no habla de la posición relativa de los metales,
sino de las naciones. Al contrastar los dos reinos, encontramos que, aunque el
segundo fue más extenso, ciertamente fue inferior en lujo y magnificencia. Los
conquistadores medos y persas adoptaron la cultura de la compleja civilización
babilónica, porque la suya estaba mucho menos desarrollada.
Este
segundo reino de la profecía de Daniel es llamado a veces Imperio Medo-Persa,
porque empezó como una combinación de Media y Persia. Incluía el más antiguo
Imperio Medo y las adquisiciones más recientes del conquistador persa Ciro. El
segundo reino no puede ser el Imperio Medo solamente, como algunos sostienen,
lo que convertiría a Persia en el tercer reino. El Imperio Medo fue
contemporáneo del Imperio Neobabilónico, no su sucesor. Media cayó ante Ciro el
persa antes de que cayera Babilonia. El hecho de que después de la muerte de
Belsasar, Darío de Media "vino a ser rey sobre el reino de los
caldeos" (cap. 9: 1) no significa que hubiese un imperio medo
independiente después del babilónico y antes de que los persas tomaran el mando
(ver t. III, PP. 48-58, 97-99). Darío de Media reinó en Babilonia por permiso
del verdadero conquistador, Ciro (ver Nota Adicional del cap. 6), cosa que
Daniel seguramente sabía. El libro de Daniel se refiere varias veces a la
nación que conquistó a Babilonia, a la cual Darío representaba, como la de
"los medos y los persas" (ver com. cap. 5: 28; 6: 8, 28), y en otras
partes representa a ese imperio dual como una sola bestia (ver com. cap. 8:
3-4).
No
es claro el origen de los medos y los persas, pero se cree que alrededor del
año 2000 a. C. varias tribus arias, encabezadas por los madai (medos),
empezaron a emigrar de lo que ahora es el sur de Rusia y se establecieron en lo
que más tarde fue el norte de Persia, donde aparecen por primera vez en la
historia en el siglo IX (ver com. Gén. 10: 2; t. III, PP. 52-53). Entre esos
arios estaban también los persas que se establecieron en los montes Zagros en
la frontera con Elam, hacia fines del siglo IX a. C. Probablemente ya en 675 a.
C. su gobernante se estableció como rey de la ciudad de Ansán. Allí él y sus
descendientes reinaron en relativa oscuridad. Al comenzar el siglo VI a. C.
eran vasallos del rey medo y gobernaban un Estado fronterizo relativamente
insignificante en el gran Imperio Medo, que se extendía desde la parte oriental
de Asia Menor, por el norte y este del Imperio Babilónico (ver mapa frente a p.
417; t. III, pp. 52- 53).
Ciro,
que había llegado a ser rey de Persia siendo vasallo de Media, derrotó a
Astiages de Media en el año 553 ó 550 a. C.Así los persas que anteriormente estaban
subordinados a los medos, llegaron a tener el poder dominante en lo que había
sido el Imperio Medo. Puesto que los persas gobernaron desde el tiempo de Ciro
en adelante, se los menciona corrientemente como Imperio Persa. Pero el
prestigio más antiguo de Media se reflejaba en la frase "Medos y
Persas" que se aplicaba a los conquistadores de Babilonia en el tiempo de
Daniel y aún más tarde (Est. 1: 19 etc). La posición honrosa de Darío de Media
después de la conquista de Babilonia demuestra el respeto de Ciro para con los
Medos, aun cuando el mismo tenía realmente el poder (ver t. III, pp. 52-55,
97-99).
Años
antes, bajo la inspiración profética, el profeta Isaías había descrito la obra
de Ciro (Isa. 45: 1). Este conquistador
de Media pronto derrotó a las tribus vecinas y gobernó desde el Ararat al norte
hasta el sureste de Babilonia y el golfo Pérsico al sur. Para completar su imperio, derrotó al rico
Creso de Lidia en el año 547 a. C. y tomó Babilonia mediante una estratagema en
el año 539 a. C. (ver t. III, pp. 53-58).
Ciro reconoció que el Señor le había dado todos esos reinos (2 Crón. 36:
23; Esd. 1: 2). En cuanto a las profecías paralelas referentes a este imperio,
ver com. cap. 7: 5; 8: 3-7; 11: 2.
Tercer reino. El sucesor del Imperio Medo-Persa fue el
Imperio "Griego" (más propiamente Macedónico o Helenístico) de
Alejandro y sus sucesores (ver cap. 8: 20-21).
La
palabra hebrea que significa Grecia es Yawan (Javán), nombre de uno de los
hijos de Jafet. Se menciona a Javán en la genealogía inmediatamente después de
Madai, progenitor de los medos (ver com. Gén. 10: 2). Alrededor del tiempo
cuando los israelitas estaban estableciéndose en Canaán, esas tribus
indoeuropeas más tarde llamadas griegos estaban emigrando en olas sucesivas a
la región egea (la Grecia continental, las islas y costas occidentales del Asia
Menor), conquistando o expulsando a los habitantes mediterráneos anteriores.
Estos desplazamientos estuvieron relacionados con la migración de los Pueblos
del Mar (que incluían a los filisteos) a las costas orientales del Mediterráneo
(ver t. II, pp. 29, 35-36). Los griegos jónicos se encontraban en Egipto en la
época de Psamético I (663-610 a. C.) y en Babilonia durante el reinado de
Nabucodonosor (605-562 a. C.) como lo afirman registros escritos.
Grecia
estaba dividida en pequeñas ciudades-estados que tenían un idioma común pero
poca acción unificada. Al pensar en la Grecia antigua, pensamos principalmente
en la edad de oro de la civilización griega bajo el liderazgo de Atenas, en el
siglo V a. C. Este florecimiento de la cultura griega siguió al período de
mayor esfuerzo unido de las ciudades-estados autónomas, la exitosa defensa de
Grecia contra Persia, alrededor del tiempo de la reina Ester. En cuanto a las
guerras médicas, ver com. cap. 11: 2; también t. III, pp. 61-64.
La
"Grecia" del cap. 8: 21 no se refiere a las ciudades-estados
autónomas del período de la Grecia clásica, sino al posterior reino macedónico
que venció a Persia. Macedonia, una nación consanguínea situada al norte de
Grecia propiamente dicha, conquistó las ciudades griegas y las incorporó por
primera vez a un Estado fuerte y unificado. Alejandro Magno, después de haber
heredado de su padre el recién agrandado reino grecomacedónico se puso en
marcha para extender la dominación macedónica y la cultura griega hacia el oriente
y venció al Imperio Persa. La profecía representa al reino de Grecia como un
reino que vendría después de Persia, porque Grecia nunca se unió para formar un
reino hasta la formación del Imperio Macedónico que reemplazó a Persia como
principal poder del mundo de ese tiempo (en cuanto a las profecías paralelas
ver com. cap. 7: 6; 8: 5-8, 21-22; 11: 2-4).
El
último rey del Imperio Persa fue Darío III (Codomano), que fue derrotado por
Alejandro en las batallas de Gránico (334 a. C.), Iso (333 a. C.), y Arbela o
Gaugamela (331 a. C.). Hay explicaciones sobre el período de Alejandro y las
monarquías helenísticas en com. cap. 7: 6; ver también el artículo histórico
sobre el período intertestamentario en el t. V.
Bronce. (Ver com. 2 Sam. 8: 8). Los soldados griegos
se distinguían por su armadura de bronce.
Sus cascos, escudos y hachas de batalla eran de bronce. Herodoto nos
dice que Psamético I de Egipto vio en los piratas griegos que invadían sus
costas el cumplimiento de un oráculo que predecía a "hombres de bronce que
salen del mar" (Herodoto i. 152, 154).
Dominará sobre toda la tierra. La historia registra
que el dominio de Alejandro se extendió sobre Macedonia, Grecia y el Imperio
Persa. Incluyó a Egipto y se expandió por el oriente hasta la India. Fue el
imperio más extenso del mundo antiguo hasta ese tiempo. Su dominio fue
"sobre toda la tierra" en el sentido de que ningún poder de la tierra
era igual a él, y no porque cubriese todo el mundo, ni aun toda la tierra
conocida en ese tiempo. Un "poder mundial" puede definirse como aquel
que está por encima de todos los demás, invencible; no necesariamente porque
gobierne a todo el mundo. Las afirmaciones superlativas eran comúnmente usadas
por los reyes de la antigüedad. Ciro se denomina a sí mismo "rey del
mundo... y de los cuatro bordes [regiones de la tierra]". Jerjes se
autodenominó: "el gran rey, el rey de reyes... el rey de este grande y
vasto mundo".
40. Cuarto reino. Esta no es la etapa
posterior cuando se dividió el imperio de Alejandro, sino el siguiente imperio
que conquistó al mundo macedónico. En otra referencia Daniel representa a las
monarquías helenísticas, las divisiones del imperio de Alejandro, con los
cuatro cuernos del macho cabrío que simboliza a Grecia (cap. 8: 22), no con una
bestia separada (compárese con las cuatro cabezas del leopardo; ver com. cap.
7: 6).
Es
evidente que el reino que sucedió a los restos divididos del Imperio Macedónico
de Alejandro fue lo que Gibbon ha llamado muy adecuadamente la "monarquía
de hierro" de Roma, aunque no era monarquía en el tiempo en que llegó a
ser el principal poder del mundo. Mucho antes de la tradicional fecha de 753 a.
C., Roma había sido establecida por tribus latinas que habían venido a Italia
en oleadas sucesivas alrededor del tiempo en que otras tribus indoeuropeas se
habían establecido en Grecia. Desde aproximadamente el siglo VIII a. C. hasta
el V a. C. la ciudad-estado latina fue gobernada por reyes etruscos vecinos. La
civilización romana fue muy influida por los etruscos, que vinieron a Italia en
el siglo X a. C., y especialmente por los griegos que llegaron dos siglos más
tarde.
Por el año 500 a. C. el Estado romano se convirtió en república, y siguió siéndolo por casi 500 años. En 265 a. C. toda Italia estaba bajo el domino romano. En 200 a. C. Roma salió victoriosa de la lucha a muerte que había sostenido con su poderosa rival del norte de África, Cartago (originalmente una colonia fenicia). Desde entonces Roma se hizo dueña del Mediterráneo occidental y era más poderosa que cualquiera de los Estados del oriente, aunque aún no se había enfrentado con ellos.
Desde
entonces Roma primero dominó y luego absorbió, uno tras otro, a los tres reinos
que quedaron de los sucesores de Alejandro (ver com. cap. 7: 6), y así llegó a
ser el siguiente gran poder mundial después del de Alejandro. Este cuarto
imperio fue el que más duró y el más extenso de los cuatro, pues en el siglo II
d. C. se extendía desde Inglaterra hasta el Eufrates. En cuanto a una profecía paralela, ver com.
cap. 7: 7.
Desmenuza. Todo lo que se ha podido reconstruir de la
historia romana confirma esta descripción. Roma ganó su territorio por la
fuerza o por el temor que infundía su poderío armado. Al principio intervino en conflictos
internacionales en una lucha por sobrevivir contra su rival, Cartago, y se vio
así envuelta en una guerra tras otra. Después, aplastando a un adversario tras
otro, llegó a ser finalmente la agresiva e irresistible conquistadora del mundo
mediterráneo y de Europa Occidental. Al principio de la era cristiana, y un
poco más tarde, el poder de hierro de las legiones romanas respaldaba a la Pax
Romana (la paz de Roma). Roma era el imperio más grande y más fuerte que el
mundo había conocido hasta entonces.
41. Dedos. Aunque menciona a los dedos, Daniel no llama
específicamente la atención a su número. Declara que el reino sería dividido
(ver 1T 361). Muchos comentadores han sostenido que los dedos, que se da por
sentado que eran diez, corresponden con los 10 cuernos de la cuarta bestia del
cap. 7 (ver com. cap. 7: 7).
Barro cocido. Ver com. vers. 33. Roma había perdido su
tenacidad y fuerza férreas, y sus sucesores eran manifiestamente débiles, como
la mezcla de barro con hierro.
42. En parte fuerte. Esos reinos bárbaros
diferían grandemente en valor militar, como lo dice Gibbon al referirse a
"las poderosas monarquías de los francos y los visigodos, y los
reinos subordinados de los suevos y burgundios".
Frágil. Literalmente, "quebradizo":
43. Por medio de alianzas humanas. "Por simiente
humana" (BJ). Muchos comentadores aplican esto a los matrimonios entre
miembros de la realeza, aunque la intención de la declaración puede ser más
amplia. La palabra traducida "humanas" es 'enash,
"humanidad". "Simiente" significa descendientes. Por esto
puede tratarse también de una indicación general de migraciones de la
población, pero que mantenían fuertes vínculos de nacionalismo. En el
manuscrito quisiano de la LXX aparecen distintas variantes respecto al texto masorético.
Los vers. 42-43 dicen: "Y los dedos de los pies, una cierta parte de
hierro y otra cierta parte de alfarería, una cierta parte del reino será fuerte
y una cierta parte será quebrada. Y como viste el hierro mezclado con obra de
alfarería, habrá mezclas entre generaciones de hombres, pero ellos no pensarán
lo mismo, ni se amistarán unos con otros como es imposible mezclar hierro con
arcilla". La traducción de Daniel hecha por Teodoción, que prácticamente
desplazó a la traducción griega, conocida como la LXX, tiene más parecido con
el texto masorético, pero muestra también variantes: "Y los dedos de los
pies, una cierta parte de hierro y una cierta parte de barro, una cierta parte
del reino será fuerte y de él [una parte] será quebrada. Porque viste el hierro
mezclado con la alfarería, habrá mezcla en la simiente de hombres y no se
pegarán éste con aquél así como el hierro no se mezcla con la alfarería".
Es
difícil evaluar en forma definida la autoridad de la LXX. Por eso es imposible
que sepamos hasta qué punto las traducciones arriba citadas han conservado las
palabras originales de Daniel. Sin embargo, los papiros de Chester Beatty, en
la sección de Daniel que está fechada a principios del siglo III d. C.,
contienen la versión de los Setenta (MS quisiano) y no la traducción de
Teodoción.
No se unirán. La profecía de Daniel ha soportado y
soportará la prueba del tiempo. Algunas potencias mundiales han sido
débiles, otras fuertes. El nacionalismo ha continuado con vigor. Las tentativas
de convertir en un imperio único y grande las diversas naciones que surgieron
del cuarto imperio han terminado en el fracaso. Ciertas secciones se han unido
transitoriamente, pero la unión no resultó ni pacífica ni permanente.
Ha
habido también muchas alianzas políticas entre las naciones. Estadistas de
amplia visión por diversos medios han tratado de realizar una federación de
naciones que se desempeñara eficazmente, pero todas esas tentativas se han
frustrado.
La
profecía no declara específicamente que no podría haber una unión transitoria
de varios elementos, por medio de la fuerza de las armas o de una dominación
política. Sin embargo, afirma que si se intentase o se lograse formar tal
unión, las naciones que la integrasen no se fusionarían orgánicamente, y
continuarían sus recelos mutuos y hostiles. Una federación formada sobre tal
fundamento está condenada a la ruina. El éxito pasajero de algún dictador o de
alguna nación no debe señalarse como el fracaso de la profecía de Daniel. Al
fin Satanás podrá formar una unión transitoria de todas las naciones (Apoc. 17:
12-18; cf. Apoc. 16: 14; CS 682), pero la confederación será efímera, y en poco
tiempo los elementos que formen esa unión se volverán uno contra el otro (CS
714; PE 290).
44. Levantará un reino. Muchos comentadores
han tratado de hacer de este detalle de la profecía una predicción del primer
advenimiento de Cristo y de la posterior conquista del mundo por el Evangelio.
Pero este "reino" no debía coexistir con ninguno de aquellos cuatro
reinos; debía suceder a la fase del hierro y barro mezclados, que aún no había
llegado cuando Cristo estuvo en la tierra. El reino de Dios estaba aún en el
futuro en ese tiempo, como el Señor dijo claramente a sus discípulos en la
última cena (Mat. 26: 29). Ha de ser establecido cuando Cristo venga en el día
final para juzgar a los vivos y a los muertos (2 Tim. 4: 1; cf. Mat. 25:
31-34).
45. Piedra. Arameo 'ében, palabra idéntica al Heb.
'ében, "piedra", término usado para referirse a losas, piedras para
tirar con honda, piedras talladas, vasijas de piedra, piedras preciosas. La
palabra "roca", que se usa frecuentemente con referencia a Dios
(Deut. 32: 4, 18; 1 Sam. 2: 2; etc.), proviene del Heb. tsur y no de 'eben. No puede afirmarse que haya una
relación necesaria entre el símbolo que usó Daniel para el reino de Dios y la
figura de una roca o piedra en otras referencias. "interpretación dada por
Daniel es suficiente por sí misma para identificar el símbolo.
No con mano. Este reino tiene origen sobrehumano. Ha de
ser fundado, no por las hábiles manos de los hombres, sino por la poderosa mano
de Dios.
46. Se postró sobre su rostro. Señal de respeto y
reverencia. Tales expresiones de respeto se encuentran en el AT (Gén. 17: 3; 2
Sam. 9: 6; 14: 4).
Se humilló. Arameo seqid, "rendir homenaje",
"postrarse". Según el pensamiento antiguo, la verdadera forma de
adorar o rendir homenaje era postrándose (ver t. II, frente a la p. 33, donde
hay una ilustración de un suplicante postrado delante de un rey). En todo el
cap. 3 se usa seqid para describir la adoración de la imagen de oro, ordenada
por el rey pero rechazada por los hebreos. Las palabras que se traducen
"presentes" e "incienso" combinadas con la palabra que
significa "ofrecer", también inequívocamente implican adoración. No
se nos dice si Daniel permitió esos actos sin protestar. El registro sólo dice
que Nabucodonosor mandó que se ofreciesen presentes e incienso a Daniel, pero
no dice si eso se llevó a cabo. Daniel puede haber llamado la atención, con
todo tacto, a lo que ya había afirmado positivamente, que la revelación
provenía del Dios del cielo y que él no la había recibido debido a que su
inteligencia fuera superior (ver com. vers. 30).
Considerando
la protesta de Pedro ante la adoración de Cornelio (Hech. 10: 25-26), la forma
en que Pablo y Bernabé impidieron que los adoraran los habitantes de Listra
(Hech. 14: 11-18) y el reproche que le hizo el ángel a Juan cuando éste cayó a
sus pies para adorarle (Apoc. 19: 10), muchos creen que no es probable que
Daniel hubiera permitido que el rey lo adorase. Otros razonan que, en vista de
que Dios acepta la sinceridad del motivo cuando los hombres obedecen los
dictados de su conciencia, Daniel puede haber sido inducido a no impedir eso en
esa ocasión. Muchos comentadores siguen la sugestión de Jerónimo de que
Nabucodonosor no estaba adorando a Daniel, sino que a través de Daniel estaba
adorando al Dios de Daniel. También llaman la atención a la narración de Josefo
quien relata cómo Alejandro se inclinó ante el sumo sacerdote judío, y cuando Parmenión
(o Parmenio), el general del rey, preguntó acerca del significado de este acto,
Alejandro contestó: "No lo adoré a él, sino a ese Dios que lo ha honrado
con su sumo sacerdocio" (Antigüedades, xi. 8. 5). Sin embargo, una
interpretación estricta del segundo mandamiento del Decálogo, desaprueba muy
seriamente todos los actos tales.
Hasta
ese momento Nabucodonosor conocía poco del Dios verdadero, y aún menos de la
manera como se lo debía adorar. Hasta allí su conocimiento de Dios estaba
limitado a lo que había visto del carácter divino reflejado en la vida de
Daniel y lo que Daniel le había dicho de Dios. Es muy posible que
Nabucodonosor, al ver en Daniel el representante vivo de "los dioses cuya
morada no es con la carne" (vers. 11), tuviera la intención de que los
actos de adoración que dispuso para Daniel fueran para honrar al Dios de
Daniel. Sin duda, por su limitado conocimiento del verdadero Dios,
Nabucodonosor estaba haciendo lo mejor que sabía en esa ocasión para expresar
su gratitud y honrar a Aquel cuya sabiduría y cuyo poder habían sido
demostrados en forma tan impresionante.
Presentes. La palabra hebrea que corresponde con la
aramea que se usa acá, generalmente indica una ofrenda incruenta (ver com. cap.
9: 21).
47. El Dios vuestro es Dios de dioses. La expresión está en
grado superlativo. Nabucodonosor, que llamaba a su dios patrono Marduk
"señor de dioses", aquí reconoce que el Dios de Daniel es
infinitamente superior a cualquiera de los así llamados dioses de los
babilonios.
Señor de los reyes. Es evidente que
Nabucodonosor sabía que ése era un título que se le aplicaba a Marduk en el
relato babilónico de la creación. El mismo, en cada fiesta de Año Nuevo,
recibía de Marduk otra vez su reinado. Además se le puso su nombre debido a
Nabu, hijo de Marduk, el escriba que escribió las Tablillas del Destino.
Nabucodonosor
era hombre de inteligencia y sabiduría superiores, como lo revelan los planes
que dispuso para la enseñanza profesional de los funcionarios de la corte (cap.
1: 3-4) y su habilidad para justipreciar su "sabiduría e
inteligencia" (vers. 18-20). Aunque fuera imperfecto el concepto que
Nabucodonosor poseía del verdadero Dios, ahora tenía una prueba irrefutable de
que el Dios de Daniel era infinitamente más sabio que los sabios o que los
dioses de Babilonia. Algunos hechos posteriores habrían de convencer al rey
Nabucodonosor respecto a otros atributos del Dios del cielo (ver com. cap. 3:
28-29; 4: 34, 37; ver también p. 779).
48. Jefe supremo de todos los sabios de
Babilonia. Mejor,
"principal prefecto". Daniel no interpretó el sueño para obtener
alguna recompensa del rey. Su único propósito era ensalzar a Dios ante el rey y
ante todo el pueblo de Babilonia.
49. Daniel solicitó. Daniel no quedó embriagado por los grandes honores que le habían sido otorgados. Recordó a sus compañeros. Habían compartido la oración (vers. 18); también compartieron la recompensa. Corte del rey. Literalmente, "puerta del rey". La traducción de la RVR es apropiada, pues era el lugar donde los reyes juzgaban y se reunían con sus consejeros (ver com. Gén. 19:1). 4CBA/Ministerio Hno. Pio
No hay comentarios:
Publicar un comentario