OSEAS 2:14-23. El amor de Óseas por Gomer, y el amor de Dios para con Israel. “Su promesa de reconciliarse con ellos”.
“Jezreel. En el cap. 1: 4 Oseas utiliza
esta palabra con el sentido desagradable de "esparcir",
"aventar" (ver com. respectivo); pero aquí (Vers. 22) la usa con el
sentido agradable de "esparcir", "diseminar" la semilla. "Dios
siembra" (RVR, nota).
Jezreel se convierte en un nombre que une el recuerdo del castigo pasado de parte de Dios con la seguridad de su misericordia futura”.
14 Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón. 15 Y le daré sus viñas desde allí, y el valle de Acor por puerta de esperanza; y allí cantará como en los tiempos de su juventud, y como en el día de su subida de la tierra de Egipto. 16 En aquel tiempo, dice Jehová, me llamarás Ishi, y nunca más me llamarás Baali. 17 Porque quitaré de su boca los nombres de los baales, y nunca más se mencionarán sus nombres.
18 En aquel tiempo haré para ti pacto con las bestias del campo, con las aves del cielo y con las serpientes de la tierra; y quitaré de la tierra arco y espada y guerra, y te haré dormir segura. 19 Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia. 20 Y te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jehová.
21 En aquel tiempo responderé, dice Jehová, yo responderé a los cielos, y ellos responderán a la tierra; 22 Y la tierra responderá al trigo, al vino y al aceite, y ellos responderán a Jezreel.
23 Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de Lo-ruhama; y diré a Lo- ammi: Tú eres pueblo mío, y él dirá: Dios mío. (Oseas 2).
14. Yo la atraeré. Esta súbita transición realza el cuadro del
permanente e inagotable amor de Dios para con su pueblo, a pesar de los
extravíos de éste. Nótese el llamativo contraste entre Israel "se olvida
de mí", del versículo anterior, y el "yo la atraeré", de Dios,
en este versículo. Podemos olvidar a Dios; 918 pero él no puede olvidarnos
(Isa. 49: 14-16).
Al desierto. Egipto era la casa de esclavitud de Israel, y por
eso el éxodo al desierto representaba liberación y libertad redentora. El
desierto también fue la escuela preparatoria en la que Dios educó a Israel para
Canaán y para el desarrollo nacional, el lugar donde Dios estableció un pacto
con su pueblo mientras éste estaba en camino a la tierra prometida. Lo que Dios
había tratado de alcanzar para Israel durante la experiencia del desierto,
procuraba llevarlo a cabo para su pueblo en los días de Óseas.
15. Viñas. El desierto se transformaría en un lugar de viñas
(ver com. Ose. 2: 12; Isa. 35: 1).
Valle de Acor. Literalmente, "valle de la perturbación".
Sin duda se refiere a los acontecimientos que siguieron al pecado de Acán (ver
com. Jos. 6: 18; 7: 24). Cuando fue descubierto el robo de Acán y su maldición
fue eliminada del campamento, la derrota de Hai se transformó en una notable
victoria. En el desconsolado campamento de Israel, la desesperación dio paso a
la segura esperanza de que pronto sería poseída la tierra prometida. Así
también ahora, para consuelo de Israel, Óseas le asegura al pueblo que la
aflicción de Israel le abrirá en el futuro la "Puerta de esperanza",
la puerta de la restauración para liberarlo del cautiverio. Las dificultades de
la vida nos sobrevienen, pero si son aceptadas y sobrellevadas pacientemente
con el debido espíritu de humildad y de permanente fe en Dios, no son sino las
"puertas de esperanza" que también nos dan acceso a caudales mayores
de poder para el alma (1 Cor. 4: 17; 7: 9-11).
Cantará. "Responderá" (BJ). Heb. 'anah. Esta
palabra tiene cuatro significados básicos diferentes: (1)
"Contestar", "responder"; (2)"estar humillado",
"estar afligido"; (3) "estar ocupado"; (4) "cantar",
"aullar [los animales]". Cuando el antiguo Israel "en los
tiempos de su juventud" cruzó el mar Rojo, cantó el himno de victoria de
Moisés (Exo. 15); así también Israel cantaría por su liberación.
"Responderá" encierra el pensamiento de que Israel reconocía con
agradecimiento las pruebas del amor de Dios, y procuraba ahora cumplir con la
voluntad divina.
16. Me llamarás Ishi. La palabra hebrea 'ishi significa "mi
marido", lo que indica el propósito de Dios de renovar su pacto con todo
Israel después del cautiverio. Figuradamente, de volverse a casar con su
pueblo.
Nunca más me llamarás Baali. La palabra hebrea ba'ali también puede significar
"mi marido". Sin embargo, este vocablo describe al marido en su
condición de amo o dueño. Algunos comentadores sugieren que ba'ali es un
término de autoridad severa y de dominio en contraste con mi marido, título de
tierno afecto; y que como Dios es un Dios de amor, desea que le sirvamos por
amor y no por temor (cf. 1 Juan 4: 18-19). Otros sugieren que el sustantivo
ba'ali se dejaría de usar debido a sus implicaciones idólatras.
17. Baales. La popularidad del nombre Baal en diversos períodos
de la historia de Israel se puede demostrar por la siguiente lista: Baal-berit
(Juec. 8:33); Baal-gad (Jos. 11:17); Baal-hamón (Cant. 8:11); Baal-hazor (2
Sam. 13:23); Baal-hermón (Juec. 3: 3); Baal-meón (Núm. 32:38); Baal-peor
(Núm. 25:3); Baal-perazim (2 Sam. 5:20); Baai-salisa (2 Rey. 4:42);
Baal-tamar (Juec. 20: 33); Baal- zebub (2 Rey. 1:2); Baal-zefón (Exo. 14:2).
18. Quitaré de la tierra arco. En la restauración venidera, la nación dependería de
Dios para su protección (ver com. cap. 1: 7).
19. Para siempre. El matrimonio anterior había terminado en un
desastre. Israel "se prostituyó" (vers. 5) y Dios lo había repudiado
(vers. 2). Pero estaba dispuesto a tomar de nuevo a su esposa infiel y a
restituirle su estado anterior. Se esperaba que la experiencia no satisfactoria
de su extravío anterior serviría para asegurar la permanencia del nuevo
contrato matrimonial. Dios estaba dispuesto a hacer su parte. En lo que a él
concernía, la nueva unión había de continuar "para siempre". Dependía
de Israel que el plan tuviera éxito o no (ver p. 36).
20. Conocerás a Jehová. Los israelitas conocían el orden del culto de Jehová: los sacrificios, los días de fiesta y otras ceremonias relacionadas con ese culto; pero no conocían a Dios. En realidad, el mismo culto religioso y el servicio ritual dedicado a Dios se habían convertido para ellos en un engañoso sustituto de Dios mismo.
Otro tanto puede sucedernos a nosotros: el culto y el
servicio litúrgico dedicados a Dios son vanos, a menos que conozcamos al Dios a
quien rendimos culto y a quien dedicamos la liturgia (Mat. 7: 22-23; Juan 17:
3).
21. Responderé. El origen de la prosperidad de Israel se describe en
los vers. 21-22 mediante una gráfica gradación descendente: Dios responde a los cielos, los
cielos responden a la tierra, y la tierra responde a las cosechas. De esta manera, la prosperidad material de
Israel es rastreada por el profeta hasta su verdadero origen: el Dador de todas
las cosas (ver com. vers. 5, 8).
22. Jezreel. En el cap. 1:
4 Oseas utiliza esta palabra con el sentido desagradable de
"esparcir", "aventar" (ver com. respectivo); pero
aquí la usa con el sentido agradable de "esparcir", "diseminar"
la semilla. "Dios siembra"
(RVR, nota).
Jezreel se
convierte en un nombre que une el recuerdo del castigo pasado de parte de Dios
con la seguridad de su misericordia futura.
23. La sembraré para mí. Una promesa de que, después del cautiverio, Israel
sería nuevamente plantado en la tierra prometida.
Tendré misericordia. Ver com. vers. 1: 10. El significado metafórico de los tres hijos de Gomer es invertido en el vers. 23, y se los usa pintorescamente para representar la relación matrimonial restaurada. Anteriormente (ver com. cap. 1: 4).
Jezreel significó
"Dios esparcirá", pero aquí Dios dice: "Sembraré". En vez de
Lo-ruhama, "no compadecida" (1:6), ahora Dios promete
"tendré misericordia". En vez
de Lo-ami, "no pueblo mío" (1:9), ahora Dios dice: "Tú
eres pueblo mío". (4CBA) Ministerio Hno. Pio
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