sábado, septiembre 11, 2021

REFLEXIÓN 836. CONDENACIÓN DE IRREGULARIDADES: Facciones En La Iglesia (1 CORINTIOS 3).

1 Corintios 3. LA INCONSECUENCIA DEL ESPÍRITU PARTIDISTA. Vers. (1-2) La leche es buena para los niños. (3-6) Las contiendas y las divisiones son fruto de la mente carnal. (7-8) El que planta y el que siega nada son. (9-10) Los ministros son colaboradores de Dios. (11-15) Cristo es el único fundamento. (16) El hombre es templo de Dios, (17-18) el cual debe mantenerse santo. (19-23) La sabiduría del mundo es insensatez delante de Dios.

1 De Manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. 2 Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía,

3 porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? 4 Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales? 5 ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos?  Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. 6 Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.

7 Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. 8 Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor.

9 Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios. 10 Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. 11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.

12 Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, 13 la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. 14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. 15 Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.

16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? 17 Si alguno destruyera el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es. 18 Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio.

19 Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: El prende a los sabios en la astucia de ellos. 20 Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos. 21 Así que, ninguno se gloríe en los hombres; porque todo es vuestro: 22 sea Pablo, sea Apolos, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea lo por venir, todo es vuestro, 23 y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios. (1 Corintios 3).

1. No pude hablaros. Ver "como a niños".

Carnales. Gn sarkikós, "perteneciente a la carne", "con la naturaleza y las características de la carne". La evidencia textual establece (cf. p. 10) la variante sárkinos, "de carne", "compuesto de carne", "humano". Tal vez no se debiera poner demasiado énfasis en la diferencia entre las dos palabras, que probablemente se usan aquí y en el vers. 3 con idéntico significado.

Como a niños. Pablo había adaptado sus métodos de trabajo a las circunstancias locales durante su ministerio en Corinto. Estaba obligado a presentar el Evangelio con sencillez debido a la incapacidad de los corintios para comprender las características más profundas del cristianismo. Debía tratar a la gente de Corinto como a niños espirituales adaptando su enseñanza a los aspectos más elementales de la religión. No podía tratarlos como a adultos espirituales, capacitados para captar las verdades más plenas y profundas del Evangelio, ni podía considerar que estaban libres de los sentimientos y las ambiciones que dominan y motivan a los hombres del mundo. Entre ellos había divisiones y pleitos, dolorosas evidencias de que aún estaban dominados por impulsos del corazón natural.

2. Os di a beber. Cf. Heb. 5:12-14; 1 Ped. 2:2.

Leche. El alimento natural de los niños. La "leche" representa los principios elementales del Evangelio.

Vianda. Gr. brÇma, alimento en general, aquí alimento sólido en contraste con "leche". "Vianda" equivale a las verdades más completas y profundas del Evangelio (ver Heb. 6:1-2). Ni sois capaces todavía. No sólo eran incapaces de comprender los misterios más profundos del Evangelio cuando Pablo visitó a Corinto la primera vez, sino que en el momento cuando escribía esta epístola aún no habían avanzado lo suficiente en el conocimiento cristiano para poder comprenderlos.

3. Carnales. Gr. sarkikós (ver com. vers. 1). Pablo, al usar este término, no necesariamente implicaba que los corintios se habían entregado completamente a la carne -como en el caso de los impíos-, sino que parcialmente estaban bajo la influencia de la carne.

Celos, contiendas. Gr. z'los kaí éris, palabras traducidas "celos" y "pleitos" entre las obras de la carne (Gál. 5:20). Los primeros dan lugar a los segundos. El espíritu de celos y de malas suposiciones impedía que el Espíritu Santo llegara plenamente a los corazones de los corintios (ver HAp 219; 2JT 82). Los deseos y sentimientos que dominan el corazón natural deben ser subyugados por el poder de Jesús antes de que el ser humano pueda entender y apreciar el plan de salvación.

Disensiones. Gr. dijostasía (ver com. Rom. 16:17). La evidencia textual (cf. p. 10) se inclina por la omisión de esta palabra. Dijostasía también se menciona en Gál. 5:20 entre las obras de la carne.

4. Soy de Pablo. Ver com. cap. 1:12.

Carnales. Gr. sarkikós, "carnal". La evidencia textual establece (cf. p. 10) el texto "¿no sois hombres?", es decir, meros seres humanos. "¿No procedéis al modo humano?" (BJ). "¿No procedéis a lo humano?" (NC).

5. ¿Qué, pues, es Pablo? Es decir, ¿cuál es su posición especial? Pablo está procurando presentar delante de la gente la verdadera posición del ministro de Cristo. El ministro no está llamado a ser el caudillo de un partido cismático; es sencillamente un servidor (diákonos, ver com. Mar. 9:35) que procura guiar a sus prójimos a la salvación.

Según lo. . . concedió el Señor. Quizá deba entenderse a la luz de Rom. 12:3: "conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno" (ver comentario respectivo). Por lo tanto, se referiría a los corintios que habían creído debido al ministerio de Pablo y de Apolos. O bien Pablo pudo haber estado pensando especialmente en sí mismo, en Apolos y en otros ministros de Cristo, los cuales, al cumplir su comisión, sencillamente estaban haciendo lo que se esperaba de ellos (cf. com. Luc. 17:10).

6. Yo planté. Cada uno de los siervos de Dios tiene su tarea asignada para hacer. Unos ministros hacen la obra de pioneros, sembrando la semilla de la Palabra; otros recogen la cosecha. Pueden emplearse varios instrumentos diferentes para conducir a un pecador a Cristo, así como en la obra que hace un carpintero se pueden emplear muchas herramientas diferentes para construir un objeto.

Crecimiento. Los hombres son sólo los medios empleados por Dios en su obra de ganar almas, y todo el mérito por la conversión de los pecadores debe dársele a él (ver 7T 298). Los que creen mediante el ministerio de los siervos de Dios deben concentrar su afecto en Jesús y no en aquellos por cuyo medio les fue impartido el Evangelio.

Ha dado. Literalmente "daba". Se realza la continuidad de la bendición de Dios.

7. Es algo. Esta es la respuesta a las preguntas que surgieron en el vers. 5: "Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos?" (ver comentario respectivo).

Sino Dios. Él es todo. A sus bendiciones se debe todo el éxito. Los hombres no deben atribuirse a sí mismos la gloria de su éxito.

8. Una misma cosa. El que planta y el que riega no deben estar en pugna mientras trabajan, sino unidos en sus metas y propósitos. Es insensatez hacerlos caudillos rivales.

Su recompensa. Cada uno recibirá la recompensa que sea adecuada por el servicio que ha realizado en la causa de Dios. Todos los redimidos reciben la recompensa básica de la vida eterna, pero más allá de eso, la bendición conferida a los redimidos en el reino de la gloria está en relación con la naturaleza de sus servicios en esta vida. Según se deduce razonablemente de la parábola de las minas, en el reino de gloria habrá diferentes grados de recompensa por los servicios que se hayan prestado (Luc. 19:16-26; cf. 1JT 246-248; PVGM 264-266, 297-298; DTG 281). Se espera que los hijos de Dios, como mayordomos de los bienes de su Señor, usen fielmente sus capacidades en el servicio divino. El dinero invertido en la obra de Dios y los talentos usados para testificar por él, darán por resultado la salvación eterna de hombres y mujeres (ver 9T 58-59).

9. Colaboradores de Dios. El texto griego pone el énfasis en "Dios". La obra es de Dios; los hombres son solamente las manos de los seres celestiales. Los hombres deben, como quienes trabajan asociados con el gran Obrero Principal, estar dispuestos a trabajar según el método divino, aunque sea diametralmente opuesto a sus ideas naturales (Col. 3:23). Tendrán la voluntad de esforzarse para cooperar plenamente con el Señor llevando a cabo sus instrucciones. El hijo de Dios sabe que su Padre nunca le exigirá que haga alguna cosa que no sea lo mejor para él. Esta relación de gozosa cooperación se basa sencillamente en confiar en el gran amor del Padre omnisapiente.

La confianza en la sabiduría y en el amor de Dios produce una voluntaria sumisión a la conducción divina. Los que se someten a Dios serán usados por él como sus colaboradores (ver 8T 172). Una elevada consideración del privilegio de ser colaboradores, no con los grandes hombres de este mundo sino con el Creador de este mundo, con Aquel mediante cuyo poder se mantiene el universo, hace que parezcan insignificantes los honores máximos y las mayores recompensas que el mundo pueda ofrecer. Si todos captaran esta visión de su supremo privilegio y procedieran al unísono para la realización de los planes de Dios, conmoverían al mundo (ver 3JT 343; cf. 2T443).

Labranza. Gr. geÇrgion, "tierra cultivada", "campo cultivado". Esta palabra no aparece más en el NT. Pablo continúa con la figura que comenzó en el vers. 7. Se presenta a la iglesia de Corinto como un campo que Dios cultiva a fin de que produzca frutos para su reino. Dios es el Agricultor Supremo.

Edificio. Gr. oikodom', que deriva de oíkos, "casa", y démÇ, "edificar". Pablo comienza una nueva metáfora. Dios es el Arquitecto Maestro del edificio espiritual de la iglesia. Cf. el uso de esta figura en Rom. 15:20; Efe. 2:20-22.

10. Gracia de Dios. Pablo reconocía que todo lo que había logrado en la fundación de la iglesia de Corinto había sido por el favor de Dios. Dios le confió el apostolado a los gentiles (Hech. 9:15-16; 26:16-18; 2 Cor. 1:1; Gál. 1:1). Una característica especial de su obra era la fundación de nuevas iglesias (ver Rom. 15:20).

Perito. Gr. sofós; significa "sabio", "hábil", "experto".

Arquitecto. Gr. arjitéktÇn, de donde deriva la palabra "arquitecto".  ArjitéktÇn deriva de arjí, "principal" (comparar con el término arjággelos, "arcángel"), y téktÇn, "artesano", que deriva de tíktÇ, "dar a luz", "producir". ArjitéktÇn no aparece más en el NT, pero la frase sofós arjitéktÇn está en Isa. 3:3 (LXX), "artífice excelente" (RVR). En la obra de establecer la iglesia, Pablo se había ocupado de colocar un fundamento firme, como lo hace un hábil arquitecto en la construcción de un edificio. Otros obreros evangélicos podían continuar la obra de edificar sobre ese fundamento sabiendo que los creyentes estaban firmemente establecidos en los principios fundamentales de la verdad.

Cómo sobreedifica. Los sucesores de Pablo debían tener cuidado en cuanto a la forma en que edificaran sobre el fundamento que él había establecido. También hay una advertencia implícita acerca de los falsos maestros. La obra de Pablo a menudo era estorbada por aquellos cuyas enseñanzas no estaban basadas en las sencillas verdades del Evangelio (ver Hech. 15:1-2, 24; 2 Cor. 11:26; Gál. 1:8-9; 2:4-5). No sólo es esencial que los nuevos conversos sean fielmente instruidos en las doctrinas básicas de la iglesia, sino también que se les enseñe a discernir entre la verdad y las falsas enseñanzas del fanatismo.

11. Otro. Gr. állos, "otro [de la misma clase]", "uno más" (ver com.  Gál. 1:6). Hay sólo un Salvador. Otros salvadores proclamados por los hombres no son "otro" igual. No tienen nada de salvadores (ver Juan 14:6; Hech. 4:12).

Está puesto. O "está como base".

12. Si. . . alguno edificare. Pablo se refiere en primer lugar a los dirigentes de la iglesia de Corinto, de los cuales no todos estaban cumpliendo con su obra en forma loable (ver com. vers. 10).

Oro, plata. Los diferentes materiales de edificación descritos en este versículo pueden representar: (1) la instrucción espiritual de los dirigentes, o (2) las personas que componen el edificio de la casa espiritual de Dios. Estas dos ideas están íntimamente relacionadas y quizá ambas acudieron a la mente de Pablo cuando usó esta metáfora. La debida instrucción espiritual conduce a la formación de sanos caracteres cristianos; la mala instrucción, a caracteres defectuosos. En cuanto al cuadro de los miembros de iglesia representados por "piedras vivas" de una "casa espiritual", ver 1 Ped. 2:5.

Piedras preciosas. Materiales de edificación durables, como el granito y el mármol, o quizá simplemente piedras de adorno. Si Pablo quiso decir lo primero, estaba destacando la durabilidad; si lo segundo, la belleza. Estos materiales de edificación pueden representar una sana instrucción o bien miembros de iglesia de saludable vida espiritual (ver "oro, plata").

Madera, heno, hojarasca. Representan una instrucción defectuosa o miembros de iglesia de vida cristiana en decadencia (ver "oro, plata"). Hay muchas falsas creencias y doctrinas que no pueden soportar la prueba escudriñadora de la Palabra de Dios, y, por lo tanto, no contribuyen a la formación de caracteres que resistirán el juicio. En la religión hay mucho fanatismo, intolerancia, falsa humildad, exagerada atención a las formas y ceremonias externas, frívolo entusiasmo y agitación, que serán desenmascarados en el gran día de Dios.

13. Se hará manifiesta. La verdadera naturaleza de la obra de un hombre no siempre se ve en esta vida, pero será revelada en su verdadera luz "en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres" (Rom. 2:16). El carácter de la enseñanza espiritual impartida se revelará entonces plenamente en los resultados que ha producido en las vidas de los que la han recibido. Algunos serán pesados, y hallados faltos; otros recibirán la corona de la inmortalidad.

El día. Es decir, el día del juicio final, el día del Señor, al cual se hace referencia como "aquel día" en 1 Tes. 5:4. Por el fuego será revelada. Cuando un edificio se quema sólo quedan los materiales a prueba de fuego. El fuego representa los tiempos de crisis, incluso "la hora de la prueba" que sobrevendrá a todo el mundo "para probar a los que moran sobre la tierra" (Apoc. 3:10). Indudablemente, no se hace referencia a los fuegos literales del día final, porque este fuego simboliza una prueba de la cual es posible salvarse (ver 1 Cor. 3:14-15).

La verdadera naturaleza de la fe de los que se llaman hijos de Dios se manifiesta en tiempos difíciles. Si están verdaderamente convertidos y han sido debidamente adoctrinados con el puro Evangelio de Jesucristo, los fuegos de la persecución y de la prueba sólo harán que se fortalezca su fe y que su amor por el Señor brille aún más. Por otro lado, si han recibido una instrucción defectuosa, compuesta de una mezcla de filosofía humana y componendas con el mundo, su fe no resistirá la prueba de las dificultades y se apartarán de Cristo y de su iglesia. Sólo los que hayan edificado fielmente sobre el verdadero fundamento, Jesucristo, y hayan usado materiales resistentes, verán que su obra perdura hasta el fin.

14. Si permaneciera la obra. Ver com. vers. 13.

Recibirá recompensa. Ver com. vers. 8.

15. Se quemare. El que no edifica sabiamente, siguiendo fielmente las instrucciones del Arquitecto Supremo, verá que su obra es destruida (ver Mat. 7:26-27). Se podrá arrepentir de su falta de destreza y será aceptado por Dios, pero no cambiarán los resultados de su obra defectuosa; permanecerán como una pérdida eterna del edificador descuidado. Un hombre puede desfigurar las enseñanzas de Jesús mediante sus palabras y obras, y sembrar semillas de duda, malas conjeturas y amor al mundo; con su influencia puede hacer que muchas almas se aparten del puro Evangelio y acepten el error, y más tarde reconocer el mal que ha hecho, y arrepentirse sinceramente, Dios lo perdonará y lo salvará; pero debido a su edificación defectuosa algunas almas quedarán fuera del reino. De modo que aunque él sea salvo, otros se perderán eternamente (ver Gál. 6: 7; 2JT 139).

El mismo será salvo. Una lectura superficial de los vers. 12-15 ha inducido a algunos a la conclusión errónea de que Pablo aquí enseña la predestinación individual, prescindiendo de la elección personal. Una cuidadosa lectura del contexto demuestra que no es así (vers. 3-15). El apóstol se ocupa aquí de sus tareas como apóstol y las de otros "servidores" (vers. 5) que habían trabajado en la iglesia de Corinto. La "recompensa" de la que aquí se habla (vers. 8) es por el servicio prestado en el ministerio evangélico, y no por la vida personal de uno como cristiano. En cuanto a la predestinación bíblica, ver com. Juan 3:17-20; Rom. 8:29; Efe. 1:4-6.

Por fuego. Literalmente "a través de fuego"; "como quien pasa por el fuego" (NC). Es evidentemente una figura que significa salvarse con dificultad. El hombre que edifica sobre el fundamento de madera, heno, hojarasca, en el último momento de gracia puede arrepentirse y ser salvo, ¡pero cuán trágicamente habrá malgastado su vida! El arrepentimiento en la hora undécima del que se ha portado mal toda la vida, podrá ser aceptado, ¡pero qué pobre y estropeada ofrenda tiene para presentar! (ver 3TS 136).

16. Templo. Gr. naós, palabra que usaban los antiguos griegos para describir el lugar más íntimo o sagrario de un templo, donde se colocaba la imagen del Dios pagano. En el NT naós establece diferencia entre el edificio del templo y el predio completo del templo -el templo y sus construcciones anexas- o hierón (cf. com. Mat. 4:5).

Pablo dirige su atención a los que constituyen el edificio espiritual. Colectivamente forman el templo espiritual de Dios en el cual reside el Espíritu de Dios. Pablo se refiere principalmente a la iglesia, y amonesta a sus sucesores de Corinto para que no perjudiquen a la iglesia en ninguna forma (1 Cor. 3:17). Por supuesto, el cristiano individual también es morada del Espíritu Santo; a este pensamiento se le da el principal énfasis en 1 Cor. 6:19-20 (ver comentario respectivo).

17. Destruyere. La amonestación de Pablo se dirige principalmente a los que por su proceder cismático estaban destruyendo la iglesia de Corinto; y en segundo lugar, puede entenderse que su amonestación se aplica al creyente individual, el cual es morada del Espíritu Santo, aunque esto se trata más directamente en el cap. 6:19 (ver comentario respectivo). Es algo terrible causar prejuicios a la iglesia de Dios. Los que por su palabra o ejemplo derriban lo que Dios ha edificado, son catalogados como dignos del más severo castigo.

El cual sois vosotros, santo es. En el griego el pronombre está en el plural, indicando que los seres humanos que componen el templo son santos. La idea es que, así como el edificio en el cual se manifestaba la presencia de Dios era santo, así también lo son los creyentes en los cuales mora el Espíritu Santo. El vocablo griego hágios, del cual se traduce "santo" o "sagrado" (BJ), significa "dedicado a un propósito especial". Ver com. Rom. 1:7.

18. Nadie se engañe a sí mismo. O "ninguno siga engañándose", lo cual sugiere que algunas personas, como las que aquí se describen, ya estaban engañadas y exhibían su sabiduría en la iglesia de Corinto. Pablo exhorta a esos miembros autoengañados, que a sí mismos se llamaban "sabios", a que practiquen la humildad y dejen de depender de su supuesta sabiduría (cf. Prov. 3:5-6). El hecho de que dependieran de su propio conocimiento e instrucción había originado la confusión que existía en la iglesia. Aquellos que tienen la reputación de ser sabios, corren particularmente el peligro de ensalzarse a sí mismos, y necesitan humillarse ante Dios reconociendo con gratitud que toda verdadera sabiduría proviene de él.

Hágase ignorante. Ante sus propios ojos y también ante los del mundo. Comprenda que la opinión de sabio que tiene de sí mismo es un engaño, y que esa pretendida sabiduría no tiene valor para la salvación. Sométase humildemente para ser guiado por el Espíritu Santo, aunque sea considerado como ignorante por el mundo. Si lo hace, obtendrá la verdadera sabiduría que sólo proviene de Dios.

19. Sabiduría de este mundo. Están condenados al fracaso todos los esfuerzos de los hombres para encontrar paz y felicidad sin tener en cuenta a Dios. El estudio de la filosofía humana no conduce a Dios, sino tiende al ensalzamiento de la criatura. Las vanas y autosuficientes opiniones de los griegos acerca de religión son aquí consideradas por Dios como necedad (cap. 1:19-21). Dios distingue la imperfección de toda sabiduría humana porque ve todo como es. Cualquier cosa que los hombres procuren añadir al sencillo Evangelio de Jesús está manchada por su comprensión imperfecta del pensamiento de Dios. Los falsos maestros que habían turbado a la iglesia de Corinto sin duda mezclaban sus propias especulaciones con las Escrituras.

Escrito está. Cita de Job 5:13 (ver comentario respectivo).

La astucia de ellos. No importa cuán sutiles, inteligentes o hábiles puedan considerarse a sí mismos los hombres, no pueden mejorar la Palabra de Dios, ni engañar a Dios, ni producir un plan mejor que el divino. Dios puede desbaratar los propósitos de ellos y reducir a nada sus planes. Y lo hace para permitirles que demuestren su necedad y queden entrampados por ella (cf. Job 5:12; Isa. 8:10). Los muchos y diferentes sistemas teológicos y filosofías religiosas que existen en el mundo de hoy día, ilustran la fuerza de esta afirmación.

20. Otra vez. Cita de Sal. 94:11.

Son vanos. Pero como contraste, tiene verdadera sabiduría el que reconoce de buen grado su insuficiencia y se somete a la dirección del Espíritu Santo (Ver Sal. 94:12; Prov. 3:5-8).

21. Así que. Pablo procede ahora a declarar la conclusión derivada de los argumentos precedentes. Puesto que la verdadera sabiduría no proviene del hombre, no importa quién fuere, sino de Dios, no hay razón para que ningún creyente ensalce al instrumento humano que usa Dios para impartir la verdad.

22. Todo es vuestro. El proceso de este argumento se basa en la verdad de que el creyente, en virtud de su creación y de su salvación mediante Cristo, pertenece a Dios (ver Sal. 100:2-4; Hech. 20:28; Rom. 14:8; Efe. 1:14; 1 Ped. 2:9).

Dios es dueño de todas las cosas animadas o inanimadas, y todo lo que él ha hecho tiene el propósito de ser para la bendición de sus redimidos (ver DMJ 94). Los apóstoles, profetas, ministros, o cualquier otra clase de mensajero que él use, sirven a toda la iglesia y no sólo a una parte de ella.  Por lo tanto, es incorrecto manifestar adhesión a determinado dirigente o ser humano en particular, como Pablo o Apolos. Ellos eran sólo los instrumentos a quienes Dios usaba para cumplir sus propósitos en la tierra. La atención de los creyentes debe concentrarse en Dios y en Jesús, de quien -en su calidad de Dios- procede toda sabiduría (Col. 2:23). Dios colocó al hombre en una tierra perfecta cuando creó el mundo, donde todo estaba preparado para su bienestar, felicidad y gozo; pero entró el pecado trayendo consigo muerte y sufrimiento. Dios predominó por sobre los esfuerzos de Satanás para destruir a la raza humana. Todo ha sido desfigurado por el pecado, pero las cosas de la tierra son dadas por el Padre para el beneficio de sus hijos (cf.  Rom. 8:28)

23. Vosotros de Cristo. Este es el glorioso clímax hacia el cual Pablo ha estado dirigiendo su argumentación. Si todos los creyentes pertenecen a Cristo, debe haber sólo un gran partido en la iglesia, y no muchos grupos. La manifestación de esa grandiosa unidad es lo que nuestro Salvador desea ver en su iglesia. Es la unidad que finalmente existirá en ella (ver Juan 17:9-11, 21,23; Efe. 4:13).

Cristo de Dios. Cf. cap. 11:3; 15:28. Ver com. Juan 1:1; Nota Adicional de Juan 1. (6CBA).

COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE

1-23. TM 491. En las próximas palabras el apóstol trae a consideración la verdadera fuente de la sabiduría para el creyente: "Empero Dios nos lo reveló a nosotros por el Espíritu: porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿Quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él?  Así tampoco nadie conoció las 491 cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. . . .  Lo cual también hablamos, no con doctas palabras de humana sabiduría, mas con doctrina del Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual".

Estas palabras significan mucho para el alma que está tratando de correr la carrera que se le ha propuesto en el Evangelio. "El hombre animal no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le son locura: y no las puede entender, porque se han de examinar espiritualmente. Empero el espiritual juzga todas las cosas; mas él no es juzgado de nadie. Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿quién le instruyó? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo".

Leed también el tercer capítulo de este libro, y estudiad y orad sobre estas palabras. Como pueblo, nuestra fe y práctica necesitan ser Fortalecidas por el Espíritu Santo. No debiera ejercerse ningún poder gobernante que obligue al hombre a obedecer los dictados de la mente finita. "Dejaos del hombre, cuyo hálito está en su nariz", ordena el Señor. Al inducir a las mentes de los hombres a apoyarse en la sabiduría humana, colocamos un velo entre Dios y el hombre, de manera que no hay una visión de Aquel que es invisible.

En nuestra experiencia individual hemos de ser enseñados por Dios. Cuando lo busquemos con corazón sincero, le confesaremos nuestros defectos de carácter; y él ha prometido recibir a todos los que vienen a él con un espíritu de humilde dependencia. El que se rinde a las exigencias de Dios tendrá la presencia permanente de Cristo, y esta compañía será para él una cosa preciosa. Aferrándose a la sabiduría divina escapará a la corrupción que está en el mundo por la concupiscencia. Día tras día aprenderá más plenamente cómo llevar sus debilidades a Aquel que ha prometido ser una ayuda inmediata en todo tiempo de necesidad. 492

1-2. HAp 219. EL ÉXITO QUE TUVO APOLOS en la predicación del Evangelio indujo a algunos creyentes a exaltar sus labores por encima de las de Pablo. Esta comparación de un hombre con otro produjo en la iglesia un espíritu partidista que amenazaba impedir grandemente el progreso del Evangelio.

DURANTE EL AÑO Y MEDIO QUE PABLO HABÍA PASADO EN CORINTO, había presentado intencionalmente el Evangelio en su sencillez. No "con altivez de palabra, o de sabiduría," había ido a los corintios, sino con temor y temblor, y "con demostración del Espíritu y de poder," había declarado "el testimonio de Cristo," para que su fe no estuviese "fundada en sabiduría de hombres, más en poder de Dios." (1 Cor. 2:1,4,5).

PABLO HABÍA ADAPTADO necesariamente su método de enseñanza a la condición de la iglesia. "Yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales ­les explicó más tarde,- sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os dí a beber leche, y no vianda: porque aún no podíais, ni aun podéis ahora." (1 Cor. 3:1,2). Muchos de los creyentes corintios habían sido lentos para aprender las lecciones que él se había esforzado por enseñarles. Su progreso en el conocimiento espiritual no había estado en proporción con sus privilegios y oportunidades. 
Cuando hubieran tenido que estar muy adelantados en la vida cristiana, y hubieran debido ser capaces de comprender y practicar las verdades más profundas de la Palabra, estaban donde se hallaban los discípulos cuando Cristo les dijo: "Aun tengo muchas cosas que deciros, mas ahora no las podéis llevar." (Juan 16:12.)

LOS CELOS, las malas sospechas y la acusación habían cerrado el corazón de muchos de los creyentes corintios a la obra plena del Espíritu Santo, el cual "todo lo escudriña, 220 aun lo profundo de Dios." (1 Cor. 2:10.) Por sabios que pudieran ser en el conocimiento mundano, no eran sino niños en el conocimiento de Cristo.

3-9. 5TS 271. Debiera entenderse que la unión perfecta entre los obreros es indispensable para que se realice con éxito la obra de Dios.  Para mantener la paz, cada uno debe pedir sabiduría al gran Instructor. Guárdense todos de presentar proposiciones ambiciosas que tengan por resultado el crear disensiones. Debemos someternos unos a otros. Nadie en sí mismo es completo. Debemos aprender constantemente del gran Instructor, sometiendo nuestra mente y nuestra voluntad al Espíritu Santo.

Estudiad el segundo capítulo de los Hechos. En el seno de la iglesia primitiva, el Espíritu de Dios obró poderosamente por conducto de aquellos que estaban perfectamente unidos. En el día de Pentecostés, todos estaban de un mismo sentimiento, reunidos en un mismo lugar.

Debemos demostrar al mundo que los creyentes de todas nacionalidades son uno en Cristo Jesús. Derribemos, pues, todas las barreras, y alcancemos la unidad en el servicio del Maestro.

Al levantar las banderas nacionales, presentáis al mundo un plan según un concepto humano que Dios no puede aprobar. A los que quisieran obrar así, el apóstol Pablo dice: "Porque todavía sois carnales: pues habiendo entre vosotros celos, y contiendas, y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? 271 "Porque diciendo el uno: Yo cierto soy de Pablo; y el otro: Yo de Apolos; ¿no sois carnales? ¿Qué pues es Pablo? ¿y qué es Apolos? Ministros por los cuales habéis creído; y eso según que a cada uno ha concedido el Señor. Yo planté, Apolos regó: más Dios ha dado el Crecimiento. Así que, ni el que planta es algo, ni el que riega; sino Dios, que da el crecimiento Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. Porque nosotros, coadjutores somos de Dios; y vosotros labranza de Dios sois, edificio de Dios sois. " (1 Cor. 3:3-9.)

10-13. HAp 476. LOS APÓSTOLES edificaron la iglesia de Dios sobre el fundamento que Cristo mismo había puesto. Frecuentemente se usa en las Escrituras la figura de la construcción de un templo para ilustrar la edificación de la iglesia. Zacarías señaló a 476 Cristo como el Pimpollo que debía edificar el templo del Señor. Habla de los gentiles como colaboradores en la obra: "Y los que están lejos vendrán y edificarán en el templo de Jehová;" e Isaías declara: "Los hijos de los extranjeros edificarán tus muros." (Zac. 6:12,15; Isa. 60:10.)

Escribiendo acerca de la edificación de dicho templo, Pedro dice: "Al cual allegándoos, piedra viva, reprobada cierto de los hombres, empero elegida de Dios, preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados una casa espiritual, y un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por Jesucristo." (1 Ped. 2:4,5.)

LOS APÓSTOLES TRABAJARON EN LA CANTERA DEL MUNDO JUDÍO Y GENTIL, extrayendo piedras que habían de colocar sobre el fundamento. En su carta a los creyentes de Éfeso, Pablo les dice: "Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino juntamente ciudadanos con los santos, y domésticos de Dios; edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo; en el cual, compaginado todo el edificio, va creciendo para ser un templo santo en el Señor: en el cual vosotros también sois juntamente edificados, para morada de Dios en Espíritu." (Efe. 2:19-22.)

Y escribió a los corintios: "Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima: empero cada uno vea cómo sobreedifica. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si alguno edificare sobre este fundamento oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca; la obra de cada uno será manifestada; porque el día la declarará; porque por el fuego será manifestada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego hará la prueba." (1 Cor. 3:10-13.)

LOS APÓSTOLES edificaron sobre un fundamento seguro, la Roca de los siglos. Sobre ese fundamento colocaron las piedras que extrajeron del mundo.  

LOS EDIFICADORES no hicieron su obra sin afrontar obstáculos. Se hizo sumamente difícil a 477 causa de la oposición de los enemigos de Cristo. Tuvieron que luchar contra el fanatismo, el prejuicio y el odio de los que edificaban sobre un fundamento falso. 

Muchos de los que trabajaban como calificadores de la iglesia podían compararse con los que construían las murallas en los días de Nehemías, de quienes se escribió: "Los que edificaban en el muro, y los que llevaban cargas y los que cargaban, con la una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada." (Neh. 4:17.)

11-15. HAp 478. EL ENEMIGO de la justicia no escatimaba ningún esfuerzo para detener la obra encomendada a los edificadores del Señor. 478 PERO DIOS "no se dejó a sí mismo sin testimonio." (Hech. 14:17.) Se levantaron obreros capaces de defender la fe dada una vez a los santos. La historia registra la fortaleza y heroísmo de esos hombres. A la semejanza de los apóstoles, muchos de ellos cayeron en sus puestos, pero la construcción del templo siguió avanzando constantemente. Los obreros fueron muertos, pero la obra prosiguió. Los valdenses, Juan Wiclef, Huss y Jerónimo, Martín Lutero y Zwinglio, Cranmer, Latimer y Knox, los hugonotes, Juan y Carlos Wesley, y una hueste de otros, colocaron sobre el fundamento materiales que durarán por toda la eternidad.

Y EN LOS ÚLTIMOS AÑOS, los que se esforzaron tan noblemente por promover la circulación de la Palabra de Dios, y los que por su servicio en países paganos  prepararon el camino para la proclamación del último gran mensaje, ellos también ayudaron a levantar la estructura.

DURANTE LOS AÑOS TRANSCURRIDOS DESDE LOS DÍAS DE LOS APÓSTOLES, la edificación del templo de Dios nunca cesó. Podemos mirar hacia atrás a través de los siglos, y ver las piedras vivas de las cuales está compuesto, fulgurando como luces en medio de las tinieblas del error y la superstición. Durante toda la eternidad esas preciosas joyas brillarán con creciente resplandor, testificando del poder de la verdad de Dios. La centelleante luz de esas piedras pulidas revela el fuerte contraste entre la luz y las tinieblas, entre el oro de la verdad y la escoria del error.

PABLO Y LOS OTROS APÓSTOLES, y todos los justos que han vivido desde entonces, contribuyeron con su parte en la construcción del templo. Pero su estructura todavía no está competa. Los que vivimos en este tiempo tenemos una obra que hacer, una parte que realizar. Sobre el fundamento tenemos que colocar material que resista la prueba del fuego, -oro, plata, piedras Preciosas, "labradas a manera de las de un palacio." (Sal. 144:12.)

A LOS QUE ASÍ EDIFICAN PARA DIOS, Pablo les habla palabras de ánimo y amonestación: "Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de 479 alguno fuere quemada, será perdida: él empero será salvo, más así como por fuego." (1 Cor. 3:14,15.) Los cristianos que presentan fielmente la palabra de vida, guiando a hombres y mujeres al camino de la santidad y la paz, colocan sobre el fundamento material que será probado, y en el reino de Dios serán honrados como sabios constructores.

16-17. CN 421. LA MENTE PUEDE SER FORTALECIDA CONTRA LA TENTACIÓN. Las facultades morales son excesivamente débiles cuando entran en conflicto con hábitos ya establecidos. Los pensamientos impuros tienen el dominio de la imaginación y la tentación es casi irresistible. Si la mente estuviera acostumbrada a contemplar temas elevados, si la imaginación estuviera preparada para contemplar cosas puras y santas, estaría fortalecida contra la tentación. Se ocuparía de lo celestial, lo puro, lo sagrado y no podría ser atraída por lo bajo, lo corrupto y vil (Christian Temperance and Bible Hygiene, pág. 135).

VOLVEOS INTELIGENTES EN ESTAS COSAS. La satisfacción de las pasiones más bajas inducirá a muchos a cerrar los ojos a la luz, porque temen ver pecados que no están dispuestos a abandonar. Todos pueden ver si lo desean. Si prefieren las tinieblas a la luz, su criminalidad no disminuirá por ello. ¿Por qué no leen los hombres y mujeres y se instruyen en estas cosas que tan decididamente afectan su fuerza física, intelectual y moral, Dios os ha dado un tabernáculo que cuidar y conservar en la mejor condición para su servicio y gloria. Vuestros cuerpos no os pertenecen. "¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque comprados sois por precio; glorificad pues a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios". "¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno violare el templo de Dios, Dios destruirá al tal; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es" (1JT, págs. 259, 260). 422

DTG 133.  "¿NO SABÉIS que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno violare el templo de Dios, Dios destruirá al tal: porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es." (1 Corintios 3:16,17).

NINGÚN HOMBRE PUEDE DE POR SÍ ECHAR LAS MALAS HUESTES QUE SE HAN POSESIONADO DEL CORAZÓNSólo Cristo puede purificar el templo del alma. Pero no forzará la entrada. No viene a los corazones como antaño a su templo, sino que dice: "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré a él." (Apoc. 3:20). El vendrá, no solamente por un día; porque dice: "Habitaré y andaré en ellos;... y ellos serán mi pueblo." "El sujetará nuestras iniquidades, y echará en los profundos de la mar todos nuestros pecados." (2 Corintios 6:16; Miqueas 7:19)

Su presencia limpiará y santificará el alma, de manera que pueda ser un templo santo para el Señor, y una "morada de Dios, en virtud del Espíritu." (Efesios 2:21,22 VM.).

19. PVGM 202. EN LAS BENDICIONES Conferidas Al Hombre Rico, Se Había Hecho 202 Amplia Provisión Para Las Necesidades De MuchosPero él cerró su corazón al clamor del necesitado, y dijo a sus siervos: "Esto haré; derribaré mis alfolíes, y los edificaré mayores, y allí juntaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes almacenados para muchos años; repósate, come, bebe, huélgate". 

LOS IDEALES de este hombre no eran más elevados que los de las bestias que perecen. Vivía como si no hubiese Dios, ni cielo, ni vida futura; como si todo lo que poseía fuese suyo propio, y no debiese nada a Dios ni al hombre. 

El salmista describió a este hombre rico cuando declaró: "Dijo el necio en su corazón: No hay Dios". Salmos 14:1.*

ESTE HOMBRE HABÍA VIVIDO Y HECHO PLANES PARA SÍ MISMO. El ve que posee provisión abundante para el futuro; ya no le queda nada que hacer, fuera de atesorar y gozar los frutos de sus labores. Se considera a sí mismo como más favorecido que los demás hombres, y se gloría de su sabia administración. Es honrado por sus conciudadanos como un hombre de buen juicio y un ciudadano próspero. Porque "serás loado cuando bien te tratares". Salmos 49:18.* Pero "la sabiduría de este mundo es necedad para con Dios". 1Cor. 3:19.*

MIENTRAS EL HOMBRE RICO ESPERA DISFRUTAR DE AÑOS DE PLACER EN LO FUTURO, el Señor hace planes muy diferentes. A este mayordomo infiel le llega el mensaje: "Necio, esta noche vuelven a pedir tu alma". Esta era una demanda que el dinero no podía suplir. La riqueza que él había atesorado no podía comprar la suspensión de la sentencia.

En un momento, aquello por lo cual se había afanado durante toda su vida, perdió su valor para él. Entonces, "lo que has prevenido, ¿de quién será?" Sus extensos campos y bien repletos graneros dejaron de estar bajo su dominio. "Allega riquezas, y no sabe quién las recogerá". Salmos 39:6.VM.*

21-23. HAp 227. EN LA IGLESIA CRISTIANA PRIMITIVA HABÍA ALGUNOS QUE REHUSABAN RECONOCER A PABLO Y A APOLOS, y sostenían que Pedro era su jefe. Afirmaban que Pedro había sostenido la más estrecha relación con Cristo cuando el Señor estuvo en la tierra, mientras que Pablo había perseguido a los creyentes. Las opiniones y los sentimientos de los tales estaban dominados por el prejuicio. No manifestaban la liberalidad, la generosidad, la ternura, que revelan que Cristo habita en el corazón.

HABÍA PELIGRO de que este ESPÍRITU PARTIDISTA produjera un gran mal en la iglesia cristiana; y el Señor le indicó a Pablo que pronunciara palabras de ferviente amonestación y solemne 227 protesta. A aquellos que decían: "Yo cierto soy de Pablo, pues yo de Apolos; y yo de Cefas, y yo de Cristo," el apóstol preguntó: "¿Está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿o habéis sido bautizados en el nombre de Pablo?" "Así que, ninguno se gloríe en los hombres ­suplicó;­ porque todo es vuestro; sea Pablo, sea Apolos, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea lo por venir; todo es vuestro; y vosotros de Cristo; y Cristo de Dios." (1Cor. 1:12,13; 3:21-23).

PABLO Y APOLOS ESTABAN EN PERFECTO ACUERDO. El último estaba chasqueado y apenado por la disensión existente en la iglesia de Corinto; no se aprovechó de la preferencia que se le mostraba, ni la estimuló, sino que abandonó rápidamente el campo de lucha. Cuando Pablo, más tarde, le instó a visitar a Corinto, rehusó hacerlo, y no trabajó de nuevo allí hasta mucho tiempo después, cuando la iglesia había alcanzado una condición espiritual mejor. 228

Ministerio Hno. Pio


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