SECCIÓN XVI. PRESERVACIÓN
DE LA INTEGRIDAD MORAL.
CAPÍTULO 68. PREDOMINIO
DE VICIOS CORRUPTORES.
UNA ERA DE ABUNDANTE
INIQUIDAD. Se me ha mostrado
que vivimos en medio de los peligros de los últimos días. Por cuanto abunda la
iniquidad, el amor de muchos se enfría. La palabra "muchos" se
refiere a los que profesan seguir a Cristo. Afectados, sin que ello sea
necesario, por la iniquidad prevaleciente, se apartan de Dios. La causa de esta
apostasía estriba en que no se mantienen apartados de la iniquidad. El hecho de
que su amor hacia Dios se esté enfriando por causa de que abunda la iniquidad,
demuestra que, en cierto sentido, participan de esta iniquidad, pues de otra
manera ella no afectaría su amor a Dios, ni su celo y fervor en su causa (Joyas
de los Testimonios, tomo 1, pág. 253).
LA INFLUENCIA ENVILECEDORA DE LIBROS Y LÁMINAS. Muchos de los jóvenes buscan ansiosamente libros. Leen todo lo que pueden obtener. Los relatos de amor provocativos y las láminas impuras tienen una influencia corruptora. Muchos leen ávidamente novelas, y, como resultado, se envilece su imaginación. Con frecuencia circulan para la venta. . . fotografías de mujeres desnudas. Estas fotografías repugnantes también se encuentran en negocios de fotografías y penden de las paredes de los que trabajan con grabados. Estamos en una era cuando la corrupción abunda por doquiera.
La
concupiscencia de los ojos y las pasiones corruptas se despiertan 412 por lo
que se contempla y por lo que se lee. El corazón se corrompe por la
imaginación. La mente se complace en contemplar escenas que despiertan las más
bajas y viles pasiones. Esas imágenes ruines, contempladas a través de una
imaginación pervertida, corrompen la moral y preparan a los seres engañados e
infatuados para que den rienda suelta a las pasiones concupiscentes. Luego
siguen los pecados y crímenes que arrastran a los seres creados a la imagen de
Dios haciéndolos descender a un nivel con las bestias y hundiéndolos finalmente
en la perdición (2Testimonies, pág. 410).
EL LIBERTINAJE ES UN
PECADO CARACTERÍSTICO. Se me
ha presentado un horrible cuadro de la condición del mundo. La inmoralidad
cunde por doquiera. La disolución es el pecado característico de esta era. Nunca
alzó el vicio su deforme cabeza con tanta osadía como ahora. La gente parece
aturdida y los amantes de la virtud y de la verdadera bondad casi se
desalientan por esta osadía, fuerza y predominio del vicio (1JT. pág. 253).
Se me indicó Romanos
1:18-32 como un cuadro que describe al mundo antes de la segunda venida de
Cristo (Appeal to Mothers, pág. 27).
Es el pecado, no las
pruebas y sufrimientos, lo que separa a Dios de su pueblo e incapacita al alma para
disfrutar de Dios y glorificarlo. Es el pecado el que destruye a las almas. El
pecado y el vicio existen en las familias observadoras del sábado (2T, págs. 390, 391).
SATANÁS ATACA A LA
JUVENTUD. La obra especial de
Satanás en estos últimos días es posesionarse de la mente de la juventud,
corromper los pensamientos e inflamar las pasiones; porque sabe que al hacer
esto, puede guiarlos a acciones impuras y así se denigrarán todas las nobles
facultades de la mente 413 y puede dominarlos de acuerdo con sus propios
propósitos (Christian Temperance and Bible Hygiene, pág. 136).
UN INDICIO DE LA
SOCIEDAD FUTURA. La juventud
de hoy día es un indicio seguro de la sociedad futura, y al verla, ¿qué podemos
esperar para el futuro? La mayoría son aficionados a las diversiones y les
repugna el trabajo. . . Tienen poco dominio propio y se excitan y enojan por el
más pequeño motivo. Muchísimos, de todas las edades y circunstancias de la
vida, no tienen principios ni conciencia, y con sus hábitos de haraganería y
despilfarro se hunden en el vicio y están corrompiendo a la sociedad, hasta que
nuestro mundo se convierta en una segunda Sodoma. Si los apetitos y las
pasiones estuvieran bajo el dominio de la razón y de la religión, la sociedad
presentaría un aspecto muy diferente. Dios nunca quiso que existieran las
presentes condiciones lastimosas; se han provocado por las tremendas
violaciones de las leyes de la naturaleza (Id., pág. 45).
LOS PROBLEMAS DE LA
MASTURBACIÓN. Algunos que
ostensiblemente profesan el cristianismo no comprenden el pecado del abuso
propio [masturbación] y sus resultados inevitables. Un hábito inveterado ha
cegado su entendimiento. No se dan cuenta del carácter excesivamente pecaminoso
de este pecado degradante (1JT, pág. 254).
Jóvenes y niños de
ambos sexos participan de la contaminación moral y practican el asqueroso vicio
solitario destructor de cuerpo y alma.
Muchos de los que
profesan ser cristianos están tan atontados por la misma práctica que sus sensibilidades
morales no pueden ser despertadas para comprender que es pecado, y que si
persisten en ello, terminarán de seguro por destruir completamente el cuerpo y
la 414 mente. ¡El hombre, el ser más noble de la tierra, formado a la imagen de
Dios, se transforma en una bestia, se embrutece y corrompe! Cada cristiano
tendrá que aprender a refrenar sus pasiones y a guiarse por los buenos
principios. A menos que lo haga, es indigno del nombre de cristiano (Id., págs.
253, 254).
La corrupción moral
ha hecho más que cualquier otro mal para causar la degeneración de la raza
humana. Su práctica se ha extendido alarmantemente y provoca enfermedades de
casi cualquier descripción. Aun niñitos muy pequeños, infantes, nacidos con una
irritabilidad natural de sus órganos sexuales, encuentran alivio momentáneo al
manosearlos, lo que tan sólo aumenta la irritación y los lleva a repetir el
acto hasta que se establece un hábito que aumenta con el crecimiento de ellos
(Testimonies tomo 2, pág. 391).
LAS PROPENSIONES
CONCUPISCENTES SE HEREDAN. Los
padres generalmente no sospechan que sus hijos entienden algo de este vicio. En
muchísimos casos, los padres son los verdaderos pecadores. Han abusado de sus
franquicias matrimoniales y debido a su complacencia han fortalecido sus pasiones
animales. Y al fortalecerse éstas, las facultades morales e intelectuales se
han debilitado. Lo espiritual ha sido dominado por lo brutal. Los hijos nacen con las propensiones animales
grandemente magnificadas, han recibido el propio sello del carácter de sus
padres. . . Los hijos nacidos de estos padres casi invariablemente están
inclinados a los hábitos repugnantes del vicio secreto. . . . Los pecados de
los padres serán visitados sobre sus hijos porque los padres les han dado el
sello de sus propias propensiones concupiscentes (Ibid.).
UNA ESCLAVITUD QUE
SUBYUGA. Me he conmovido
profundamente al ver la poderosa influencia de las 415 pasiones animales que
dominan a hombres y mujeres de inteligencia y habilidad no comunes. Podrían
ocuparse en una buena obra, y ejercerían una influencia poderosa, si no
estuvieran esclavizados por pasiones degradantes. Mi confianza en la humanidad
ha sido terriblemente sacudida.
Se me ha mostrado que
personas de indudable buen comportamiento, que no se toman libertades indebidas
con el otro sexo, eran culpables de practicar el vicio secreto casi cada día de
sus vidas. No se han refrenado de este terrible pecado aun cuando estuvieron en
las reuniones más solemnes. Han escuchado los más solemnes e impresionantes
discursos sobre el juicio, que parecían presentarlos delante del tribunal de
Dios, haciéndolos temer y temblar. Sin embargo, apenas si pasaba una hora desde
ese momento y ya estaban sumidos en su pecado favorito y cautivante, contaminando
sus propios cuerpos. Estaban de tal manera esclavizados por este crimen
tremendo, que parecían desprovistos de poder para dominar sus pasiones. Hemos
trabajado fervientemente por algunos, hemos suplicado, hemos llorado y orado
por ellos. Sin embargo, hemos sabido que allí mismo en medio de todos nuestros
fervientes esfuerzos y angustias la fuerza del hábito pecaminoso ha obtenido el
dominio y se han cometido estos pecados (Id., págs. 468, 469).
EL CONOCIMIENTO DEL
VICIO ES DIFUNDIDO POR SUS VÍCTIMAS. Los que se han entregado plenamente a este vicio destructor del alma y
del cuerpo rara vez pueden descansar hasta que su carga del vicio secreto es
pasada a aquellos con quienes se relacionan. Inmediatamente se despierta la
curiosidad y el conocimiento del vicio se propaga de un joven a otro, de un
niño a otro, hasta el punto de que es difícil encontrar a uno que no conozca la
práctica de este pecado degradante (Id., pág. 392). 416
Una mente corrupta
puede sembrar más mala simiente en un corto período de tiempo de lo que muchos
pueden desarraigar en toda una vida (Id., pág. 403). 417
CAPÍTULO 69. EFECTOS
DE PRÁCTICAS DAÑINAS.
SE AGOTA LA ENERGÍA
VITAL. La práctica de hábitos
secretos ciertamente destruye las fuerzas vitales del organismo. Toda acción
innecesaria de algo vital será seguida por su correspondiente depresión. Entre los jóvenes el capital vital, el
cerebro, es tan severamente abrumado en una edad temprana, que hay una
deficiencia y un gran agotamiento lo que deja al organismo expuesto a enfermedades
de diferentes clases (Appeal to Mothers, 28).
SE ESTABLECE EL
FUNDAMENTO PARA DIVERSAS ENFERMEDADES QUE VENDRÁN DESPUÉS EN LA VIDA. Si la práctica se continúa a partir de los
quince años para arriba, la naturaleza protestará contra el abuso que ha
sufrido y continúa sufriendo, y les hará pagar el castigo por la transgresión
de sus leyes, especialmente desde las edades de treinta a cuarenta y cinco
años, mediante numerosos dolores en el organismo y diversas enfermedades, tales
como afecciones del hígado y los pulmones, neuralgia, reumatismo, afecciones de
la columna vertebral, enfermedades de los riñones y humores cancerosos. Una parte de la magnífica
maquinaria de la naturaleza se resiente dejando una tarea más pesada para que
realice el resto, lo que provoca un desorden en el excelente ajuste de la
naturaleza, y con frecuencia hay un súbito colapso del organismo y la muerte es
el resultado (Id., pág. 18).
SE VIOLA EL SEXTO
MANDAMIENTO DESAPRENSIVAMENTE. Quitarse
instantáneamente la vida no es un pecado mayor a la vista del cielo que destruirla
gradual y seguramente. Las personas que se acarrean un decaimiento seguro
debido a su mal proceder, sufrirán el castigo aquí y si no se arrepienten
plenamente, 418 no serán admitidas en el cielo del más allá tan ciertamente
como no lo será el que destruye su vida instantáneamente. La voluntad de Dios
establece la relación entre la causa y sus efectos (Id., pág. 26).
LOS QUE TIENEN UNA
MENTE PURA TAMBIÉN ESTÁN SUJETOS A LA ENFERMEDAD. No incluimos a todos los jóvenes débiles entre los
culpables de hábitos malos. Hay quienes tienen mente pura y son concienzudos
pero sufren por diferentes causas que están fuera de su control (Id., pág. 23).
SE DEBILITAN LAS
FACULTADES MENTALES. Los
padres tiernos e indulgentes simpatizarán con sus hijos porque se imaginan que
sus lecciones son una carga demasiado grande y su aplicación al estudio está
arruinando su salud. Es verdad que no es aconsejable atiborrar la mente de los
jóvenes con demasiados estudios muy difíciles. Pero, padres, ¿no habéis
escudriñado más profundamente este asunto y meramente aceptáis la idea sugerida
por vuestros hijos? ¿No habéis creído demasiado fácilmente a la razón aparente
para su indisposición? Atañe a los
padres y a los tutores mirar debajo de la superficie en busca de la causa
(Testimonies, tomo 4, págs. 96, 97).
Las mentes de algunos
de estos niños se debilitan hasta el punto de que tienen solamente la mitad o
un tercio del brillo del intelecto que podrían haber tenido, si hubieran sido
virtuosos y puros. Lo han malgastado en la masturbación (Id., tomo 2, pág.
361).
SE DESTRUYEN LAS
RESOLUCIONES ELEVADOS Y LA VIDA ESPIRITUAL. El vicio secreto es el destructor de las resoluciones
elevadas, el esfuerzo ferviente y la fuerza de la voluntad para formar un buen
carácter religioso. Todos los que tienen una verdadera comprensión de lo que
significa ser cristiano, saben que los seguidores de Cristo, como discípulos
suyos, están 419 en la obligación de dominar todas sus pasiones y colocar sus
facultades físicas y mentales en perfecta sumisión a la voluntad de Cristo. Los
que están dominados por sus pasiones, no pueden ser seguidores de Cristo. Están
demasiado entregados al servicio de su maestro, el originador de todo mal, para
dejar sus hábitos corruptos y escoger servir a Cristo (Appeal to Mothers, págs.
9, 10).
LA RELIGIÓN FORMAL NO
ES EFICIENTE. Algunos que
profesan ser seguidores de Cristo saben que están pecando contra Dios y
arruinando su salud, y sin embargo están esclavizados en sus propias pasiones
corruptas. Sufren de una conciencia culpable y tienen una inclinación cada vez
menor para acercarse a Dios en oración secreta. Quizá mantengan la forma de
religión, pero están destituidos de la gracia de Dios en el corazón. No están
consagrados a su servicio, no confían en él, no viven para su gloria, no
encuentran placer en sus ordenanzas y no se deleitan en él (Id., pág. 25).
PARECE HABERSE
PERDIDO EL PODER DEL DOMINIO PROPIO. Algunos reconocerán el mal de las prácticas pecaminosas, y, sin
embargo, se disculparán diciendo que no pueden vencer sus pasiones. Esta es una
admisión terrible de parte de una persona que lleva el nombre de Cristo. "Apártese de iniquidad todo aquel que
invoca el nombre de Cristo" (2 Tim. 2:19). ¿Por qué existe esta debilidad?
Es porque las propensiones animales han sido fortalecidas por el ejercicio,
hasta que han prevalecido sobre las facultades superiores. A los hombres y mujeres
les faltan principios. Están muriendo espiritualmente porque han condescendido
durante tanto tiempo con sus apetitos naturales que su dominio propio parece
haber desaparecido. Las pasiones inferiores de su naturaleza han empuñado las
riendas, y la que debiera ser la facultad dominante se ha convertido en 420 la
sierva de la pasión corrupta. Se mantiene al alma en la servidumbre más abyecta.
La sensualidad ha apagado el deseo de santidad y ha agotado la prosperidad
espiritual (Joyas de los Testimonios, tomo 1, pág. 255).
SE CORTA LA
COMUNICACIÓN CON EL CIELO. Los
solemnes mensajes del cielo no pueden impresionar con fuerza el corazón que no
está fortificado contra la práctica de este vicio degradante. Los nervios
sensibles del cerebro han perdido su tonicidad por la excitación mórbida
destinada a satisfacer un deseo antinatural de complacencia sensual. Los
nervios del cerebro que relacionan todo el organismo entre sí son el único
medio por el cual el cielo puede comunicarse con el hombre y afectan su vida
más íntima. Cualquier cosa que perturbe la circulación de las corrientes
eléctricas del sistema nervioso, disminuye la fuerza de las potencias vitales
y, como resultado, se atenúa la sensibilidad de la mente. En consideración de
estos hechos, ¡cuán importante es que los ministros y la gente que profesan
piedad se conserven sin mancha de este vicio degradante! (Id., pág. 254).
ALGUNOS SE ARREPIENTEN
PERO PIERDEN EL RESPETO PROPIO. El
efecto de tales hábitos degradantes no es el mismo en todas las mentes. Hay
algunos niños que han desarrollado mucho las facultades morales y que, al
relacionarse con niños que practican la masturbación, se inician en este vicio.
El efecto en los tales con demasiada frecuencia es volverlos melancólicos,
irritables y celosos. Sin embargo, los tales quizá no pierdan su respeto por el
culto religioso y quizá no muestren una incredulidad especial en cuanto a las
cosas espirituales. A veces sufren agudamente de remordimiento y se sienten
degradados ante su propia vista y pierden su respeto propio (Id., pág. 392).
421
LA MENTE PUEDE SER
FORTALECIDA CONTRA LA TENTACIÓN. Las facultades morales son excesivamente débiles cuando entran en
conflicto con hábitos ya establecidos. Los pensamientos impuros tienen el
dominio de la imaginación y la tentación es casi irresistible. Si la mente
estuviera acostumbrada a contemplar temas elevados, si la imaginación estuviera
preparada para contemplar cosas puras y santas, estaría fortalecida contra la
tentación. Se ocuparía de lo celestial, lo puro, lo sagrado y no podría ser
atraída por lo bajo, lo corrupto y vil (Christian Temperance and Bible Hygiene,
pág. 135).
VOLVEOS INTELIGENTES
EN ESTAS COSAS. La
satisfacción de las pasiones más bajas inducirá a muchos a cerrar los ojos a la
luz, porque temen ver pecados que no están dispuestos a abandonar. Todos pueden
ver si lo desean. Si prefieren las tinieblas a la luz, su criminalidad no disminuirá
por ello. ¿Por qué no leen los hombres y mujeres y se instruyen en estas cosas
que tan decididamente afectan su fuerza física, intelectual y moral, Dios os ha
dado un tabernáculo que cuidar y conservar en la mejor condición para su
servicio y gloria. Vuestros cuerpos no os pertenecen. "¿O ignoráis que
vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual
tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque comprados sois por precio;
glorificad pues a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son
de Dios". "¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de
Dios mora en vosotros? Si alguno violare el templo de Dios, Dios destruirá al
tal; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es" (1JT, págs. 259, 260). 422
CAPÍTULO 70. PRECAUCIONES
Y CONSEJOS.
MUCHOS CASOS HAN SIDO
REVELADOS. Se me han
presentado muchos casos, y mi alma ha enfermado y se ha llenado de asco al
tener una vislumbre de sus vidas íntimas, a causa de la podredumbre del corazón
de los seres humanos que profesan piedad y hablan de ser trasladados al cielo. Me
he preguntado con frecuencia: ¿En quién puedo confiar? ¿Quién está libre de
iniquidad? (Joyas de los Testimonios, tomo 1, pág. 256).
Estoy llena de horror
cuando se me presenta la condición de las familias que profesan la verdad
presente. El desenfreno de los jóvenes y aun de los niños es casi increíble. Los
padres no saben que el vicio secreto está destruyendo y obliterando la imagen
de Dios en sus hijos. Existen entre nosotros los pecados que caracterizaron a
los sodomitas. Los padres son responsables porque no han educado a sus hijos
para que amen y obedezcan a Dios. No los han restringido ni les han enseñado
diligentemente el camino del Señor. Les han permitido que salgan y entren a su
placer y que se asocien con la mundanalidad. Estas influencias mundanas que
contrarrestan las enseñanzas y la autoridad paternas se encuentran grandemente
en la así llamada buena sociedad. Por sus vestidos, su apariencia, sus
diversiones, se rodean de una atmósfera que se opone a Cristo.
Nuestra única
seguridad es mantenernos como un pueblo peculiar de Dios. No debemos ceder una
pulgada a las costumbres y usos de esta era degenerada, sino mantenernos en
independencia moral, sin comprometernos con sus prácticas corruptas e idólatras
(Testimonies, tomo 5, pág. 78).
HA DE INSTRUIRSE A LOS IGNORANTES. No importa cuán elevada sea la profesión que haga una persona, 423 los que están dispuestos a entrar en complacencias con la concupiscencia de la carne no pueden ser cristianos. Como siervos de Cristo, su ocupación y meditaciones y placeres debieran consistir en cosas más excelentes.
Muchos ignoran la
pecaminosidad de estos hábitos y sus resultados seguros. Los tales deben ser
instruidos (Appeal to Mothers, pág. 25).
UNO QUE PIDIÓ QUE SE
ORARA POR SU CURACIÓN. Mi
esposo y yo una vez asistimos a una reunión donde se despertó nuestra simpatía
por un hermano que estaba gravemente afectado de tisis. Era pálido y demacrado.
Pidió las oraciones del pueblo de Dios. Dijo que su familia estaba enferma y
que había perdido a un hijo. Habló con sentimiento de su duelo. Dijo que había
estado esperando durante algún tiempo ver a los hermanos White. Había creído que,
si oraban por él, sería sanado. Después de que terminó la reunión, los hermanos
nos llamaron la atención a este caso. Dijeron que la iglesia los estaba
ayudando, que su esposa estaba enferma y su hijo había muerto. Los hermanos se
habían reunido en su hogar y se habían unido en oración por la familia
afligida. Estábamos muy cansados y teníamos la carga del trabajo sobre nosotros
durante la reunión y queríamos que se nos excusara. Yo había resuelto no
ocuparme en oración por nadie, a menos que el Espíritu del Señor se manifestara
en el asunto. . . .
Esa noche nos postramos en oración y presentamos su
caso delante del Señor. Suplicamos
para que pudiéramos saber la voluntad de Dios acerca de él. Todo lo que
deseábamos era que Dios pudiera ser glorificado. ¿Quería el Señor que oráramos por ese hombre afligido? Dejamos la
carga con el Señor y nos retiramos a descansar. El caso de este hombre fue
presentado claramente en un sueño. Su proceder desde su niñez en adelante me
fue mostrado y que, si orábamos, el Señor no nos oiría, pues él mantenía 424 la
iniquidad en su corazón. A la mañana siguiente, el hombre vino para que
oráramos por él. Lo llevamos aparte y le dijimos que lo sentíamos, pero
estábamos obligados a rehusar su pedido. Le conté mi sueño, que el reconoció
como verdadero. Había practicado la masturbación desde su mocedad y la había
continuado practicando durante su vida matrimonial, pero dijo que trataría de
apartarse de ella. Este hombre tenía un hábito inveterado que vencer. Ya estaba
en la edad madura de su vida. Sus principios morales estaban tan débiles que
cuando entró en conflicto con esa complacencia inveterada fueron vencidos. . .
.
He aquí un hombre que
se degradaba diariamente y, sin embargo, se atrevía a ir a la presencia de Dios
y pedir que le aumentara la fuerza que él había malgastado vilmente y que, si
se le concedía, la usaría en su concupiscencia. ¡Qué tolerancia tiene Dios! Si
él tratara a los hombres de acuerdo con las corruptas sendas de ellos, ¿quién
podría vivir ante su vista? ¿Qué hubiera sucedido si hubiéramos sido menos
precavidos y hubiéramos presentado el caso de este hombre delante de Dios
mientras practicaba la iniquidad, nos habría oído el Señor? ¿Habría contestado?
"Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad; el malo no
habitará junto a ti. Los insensatos no estarán delante de tus ojos; aborreces a
todos los que hacen iniquidad" . . . Este no es un caso solitario. Aun la
relación matrimonial no fue suficiente para preservar a este hombre de los hábitos
corruptos de su juventud. Ojalá pudiera yo ser convencida de que son raros los
casos como el que he presentado, pero sé que son frecuentes (Testimonies, tomo
2, págs. 349-351).
UN SUICIDA. El señor ----------- profesaba ser un
consagrado seguidor de Cristo. Su salud estaba muy 425 débil. Nuestra simpatía
se despertó en favor de él. . . .
Su caso me fue mostrado en visión. Vi que estaba engañado en cuanto a si mismo, que no disfrutaba del favor de Dios. Había practicado la masturbación hasta el punto de ser un mero despojo humano. Me fue mostrado que este vicio es una abominación a la vista de Dios. . . . Había practicado esos hábitos por tanto tiempo, que parecía haber perdido el dominio propio. Era naturalmente inteligente, poseía habilidades más que comunes. Pero ¡cómo habían sido puestas bajo el dominio de Satanás y consumidas ante su altar todas sus facultades corporales y mentales!
Este hombre había
llegado al punto de que parecía estar abandonado por Dios. Se iba a los bosques
y pasaba días y noches en ayuno y oración para poder vencer ese gran pecado, y
luego volvía a sus viejas prácticas. Dios no escuchaba sus oraciones. Pedía a
Dios que hiciera para él lo que había estado en su poder hacer por sí mismo. Había
hecho promesas a Dios vez tras vez, y frecuentemente había quebrantado sus
votos y se había entregado a sus propias concupiscencias corruptas, hasta el
punto de que Dios lo había dejado para que realizara su propia ruina. Ya ha
muerto. Fue un suicida. La pureza del cielo nunca se malogrará con su compañía
(Appeal to Mothers, págs. 24-28).
UNA EXHORTACIÓN A UNA
HIJA CONSENTIDA.* Su mente es
impura. A Ud. se la alivió de las responsabilidades y el trabajo por completo
durante demasiado tiempo. Los deberes del hogar habrían sido una de las más
ricas bendiciones que podría haber recibido. El cansancio la hubiera
perjudicado una 426 décima parte de lo que la han perjudicado sus pensamientos
lascivos y su conducta. Ud. tiene ideas incorrectas en cuanto a la sociabilidad
entre las niñas y los muchachos, y le ha sido muy atrayente estar en compañía
de los muchachos. Ud. no es pura en su corazón y en su mente. Se ha hecho daño
leyendo relatos de amor y romances y su mente ha sido fascinada con
pensamientos impuros. Su imaginación se ha corrompido hasta el punto de que
parece no tener poder para dominar sus pensamientos. Satanás la lleva cautiva a
su placer. . . .
Su conducta no ha
sido casta, modesta ni de buen nombre. No ha tenido el temor de Dios delante de
sus ojos. Con tanta frecuencia ha disimulado a fin de realizar sus planes, que
su conciencia ha quedado dañada. Mi querida niña, a menos que Ud. se detenga
justamente donde está, con seguridad, la ruina está delante de Ud. Cese en sus
ensueños, en su forjar de castillos. Detenga sus pensamientos de los canales de
la necedad y la corrupción.
Ud. no puede tratarse
con los jóvenes con seguridad. Una marea de tentación se levanta y surge en su
pecho, teniendo la tendencia a desarraigar los principios, la virtud femenina y
el verdadero recato. Si prosigue con su conducta voluntariosa y terca, ¿cuál
será su suerte? . . . Ud. está en peligro, pues está justamente a punto de
sacrificar sus intereses eternos ante el altar de la pasión. La pasión está
obteniendo un dominio positivo de todo su ser, ¿una pasión de qué calidad? De
una naturaleza baja y destructora. Al rendirse a ella, amargará la vida de sus
padres, traerá vergüenza a sus hermanas, sacrificará su propio carácter y
perderá su derecho al cielo y a la vida gloriosa e inmortal. ¿Está lista a
hacer esto? . . . Ud. es descocada. Le gustan los muchachos y le gusta hacerlos
el tema de su conversación. "De la abundancia del corazón habla la 427
boca". Los hábitos se han hecho poderosos para dominarla y Ud. ha
aprendido a engañar a otros a fin de realizar sus propósitos y cumplir sus
deseos. No considero que su caso sea sin esperanza. Si así fuera, mi pluma no
estaría trazando estas líneas. Con el poder de Dios, Ud. puede redimir el
pasado. . . .
Apártese de los
muchachos. En su compañía, sus tentaciones se hacen graves y poderosas. Saque
de su cabeza de niña la idea del casamiento.
En ninguna forma Ud. está preparada para eso. Necesita años de
experiencia antes de que esté calificada para entender los deberes y tomar las cargas
de la vida matrimonial. Guarde positivamente sus pensamientos, sus pasiones y
sus afectos. No los degrade para que sirvan a la concupiscencia. Elévelos a la
pureza; dedíquelos a Dios.
Ud. puede convertirse
en una niña prudente, recatada y virtuosa, pero no sin un esfuerzo ferviente. Debe
velar, orar, meditar, investigar sus motivos y sus acciones. Analice
detenidamente sus sentimientos y sus actos. En la presencia de su padre,
¿realizaría un acto impuro? No, ciertamente. Pero hace esto en la presencia de
su Padre celestial que es tanto más exaltado, santo y puro. Sí, Ud. corrompe su
propio cuerpo en la presencia de los ángeles puros y sin pecado y en la
presencia de Cristo, y continúa haciéndolo sin tomar en cuenta la conciencia,
ni la luz, ni las amonestaciones que le han sido dadas. Recuerde que hay un
registro de todos sus actos. Tendrá que encontrarse otra vez con las cosas más
secretas de su vida. . . .
Otra vez la amonesto
como a quien tendrá que encontrarse con estas líneas en aquel día cuando será
decidido el caso de cada uno. Ríndase a Cristo sin demora. Solamente él, por el
poder de su gracia, puede redimirla de la ruina. Solamente él puede curar sus facultades
morales y mentales. Su corazón 428 puede arder con el amor de Dios; su
entendimiento puede ser claro y maduro; su conciencia iluminada, despertada y
pura; su voluntad enderezada y santificada sometida al dominio del Espíritu de
Dios. Ud. puede hacer de sí lo que elija. Si Ud. ahora cambia de frente, cesa
de hacer el mal y aprende a hacer el bien, ciertamente será entonces feliz:
tendrá buen éxito en las batallas de la vida y se elevará a la gloria y el
honor en la vida mejor. "Escogeos hoy a quien sirváis" (2T, págs. 559-565).
SATANÁS
TRABAJA MIENTRAS LOS PADRES DUERMEN. Esta es una era disoluta. Los niñitos y las niñitas
comienzan a cortejarse mutuamente cuando debieran estar ambos en el jardín de
infantes, recibiendo lecciones de recato en la conducta. ¿Cuál es el efecto de este trato
tan libre? ¿Aumenta la castidad en la juventud que así se reúne? ¡No,
ciertamente! Aumenta las primeras pasiones concupiscentes. Después de tales reuniones, los jóvenes están
enloquecidos por el diablo y se entregan a sus viles prácticas.
Los
padres duermen y no saben que Satanás ha plantado su bandera infernal en su
propio hogar. Fui inducida a preguntar, ¿qué llegará a ser de la juventud en esta
era corrupta? Repito, los padres están durmiendo. Los hijos están
infatuados con un sentimentalismo enfermizo y la verdad no tiene poder para
corregir lo equivocado. ¿Qué se puede hacer para detener la marea
del mal? Los padres pueden hacer mucho si así lo determinan.
Si una jovencita que acaba de entrar en la adolescencia es molestada con las familiaridades de un muchacho de su propia edad, o mayor, debiera enseñársele a manifestar su repudio de tal modo que no se repitan tales familiaridades.
Cuando
los muchachos o jóvenes buscan con frecuencia la compañía de una niña, algo
anda mal. Esa niña necesita 429 que una madre le muestre su lugar, que la
reprima y le enseñe lo que corresponde a una niña de su edad.
Ha
hecho su obra perniciosa la doctrina corruptora prevaleciente de que, desde el
punto de vista de la salud, los sexos deben entremezclarse. Cuando los padres y tutores manifiesten una
décima parte de la astucia que posee Satanás, entonces esta asociación de los
sexos podrá ser casi inofensiva. Tal como es, Satanás tiene un éxito pleno en
sus esfuerzos para cautivar la mente de los jóvenes y la asociación de
muchachos y niñas tan sólo la aumenta veinte veces más (Id., págs. 482, 483).
EL CUADRO NO ES
EXAGERADO. No os engañéis a
vosotros mismos con la creencia de que, después de todo, este asunto se
presenta delante de vosotros en forma exagerada. No he cargado la tinta al
cuadro. He declarado hechos que soportarán la prueba del juicio. ¡Despertad!
¡Despertad! Os ruego antes de que sea demasiado tarde para corregir los males,
y perezcáis con vuestros hijos en la ruina general.
Emprended la solemne
obra y procurad la ayuda de cada rayo de luz que podáis reunir que ha brillado
sobre vuestra senda y que no habéis apreciado. Y, juntamente con la ayuda de la
luz que ahora brilla, comenzad una investigación de vuestra vida y carácter
como si estuvierais delante del tribunal de Dios (Id., pág. 401).
A menos que los
padres se despierten, no hay esperanza para sus hijos (Id., pág. 406). 430
CAPÍTULO 71. LA VIGILANCIA Y AYUDA PATERNALES.
LOS PADRES DEBEN
ENSEÑAR EL DOMINIO PROPIO DESDE LA INFANCIA. Cuán importante es que enseñemos a nuestros hijos el
dominio propio desde su misma infancia y les enseñemos la lección de someter su
voluntad a nosotros. Si tuvieran la desgracia de aprender hábitos erróneos, sin
conocer todos los malos resultados, pueden ser reformados recurriendo a su
razón y convenciéndolos de que tales hábitos arruinan el organismo y afectan la
mente. Debiéramos mostrarles que no importa cuáles sean los argumentos que
empleen las personas corruptas para aquietar sus justos temores e inducirles a
seguir complaciendo ese hábito pernicioso, cualquiera que sea su pretexto, son
sus enemigos y son los agentes del diablo (Appeal to Mothers, pág. 10).
MANTENEDLOS
PUROS. FORTALECED SU MENTE. Es un crimen que las madres continúen en la
ignorancia en cuanto a los hábitos de sus hijos. Si son puros, que continúen
siéndolo. Fortaleced sus mentes juveniles y preparadlos para detestar ese vicio
destructor de la salud y del alma (Id., pág. 13).
Satanás está
dominando la mente de los jóvenes, y debemos trabajar resuelta y fielmente para
salvarlos. Hay tiernos niños que practican este vicio, los domina y se
fortalece con los años hasta que cada noble facultad del cuerpo y del alma se degradan.
Muchos podrían haber sido salvados, si hubiesen sido cuidadosamente instruidos
en cuanto a la influencia de esta práctica sobre su salud. Ignoraban el hecho
de que estaban acarreándose mucho sufrimiento sobre sí mismos. . . .
Madres, no podéis ser
demasiado cuidadosas en prevenir a vuestros hijos para que no aprendan hábitos
431 viles. Es más fácil aprender el mal que desarraigarlo después que se ha
aprendido (Id., págs. 10,11).
VÉLESE CON
DETERMINACIÓN Y VIGÍLESE DE CERCA. Si vuestros hijos practican este vicio, pueden estar en peligro de
recurrir a la falsedad para engañaros. Sin embargo, madres, no debéis ser
aquietadas fácilmente y cesar en vuestras investigaciones. No debéis quedar
tranquilas, hasta que estéis plenamente satisfechas. Están en peligro la salud
y las almas de vuestros amados, lo que hace que este asunto sea de la mayor
importancia. El velar con determinación y vigilar de cerca, a pesar de las
tentativas para evadir y ocultar, generalmente revelarán el verdadero estado del
caso. Entonces la madre debe presentarles fielmente este asunto en su luz
verdadera, mostrando su tendencia envilecedora degradante. Tratad de
convencerlos que la complacencia en este pecado destruirá el respeto propio y
la nobleza del carácter, arruinará la salud y la moral, y su sucia mancha
borrará del alma el verdadero amor a Dios y la belleza de la santidad. La madre
debiera persistir en este asunto hasta que tenga suficientes evidencias de que
ha terminado la práctica (Id., págs. 13, 14).
EVITAD EL
APRESURAMIENTO Y LA CENSURA AL COMENZAR. Quizá preguntéis: ¿Cómo puedo remediar los males que
ya existen? ¿Cómo comenzaremos el trabajo?
Si os falta sabiduría, id a Dios. Él ha prometido dar liberalmente. Orad
mucho y fervientemente en procura de la ayuda divina. Una sola regla no se
puede seguir en cada caso. Se necesita ejercer un juicio santificado. No os
apresuréis ni agitéis para atacar a vuestros hijos con censuras. Un proceder
tal tan sólo les provocaría rebelión. Debierais lamentar profundamente
cualquier equivocación cometida que quizá haya abierto la puerta a Satanás para
descarriar 432 a vuestros hijos con sus tentaciones. Sois culpables si no los
habéis instruido en cuanto a la violación de las leyes de la salud. Habéis
descuidado un deber importante, cuyo resultado puede verse en las prácticas
erróneas de vuestros hijos (Id., págs. 20, 21).
INSTRUID CON DOMINIO
PROPIO Y SIMPATÍA. Antes de
que comencéis la obra de enseñar a vuestros hijos la lección del dominio
propio, debéis aprenderla vosotras mismas. Si os agitáis fácilmente y os
impacientáis, ¿cómo podéis dar la impresión de que sois razonables a vuestros
hijos al instruirlos para que dominen sus pasiones? Con dominio propio y
sentimientos de la más profunda simpatía y compasión, debéis aproximaras a
vuestros hijos descarriados para presentarles fielmente la ruina segura que se
efectuará en su organismo si continúan en el proceder que han comenzado: pues
mientras debilitan lo físico y mental, así también lo moral debe sentir la
decadencia y están pecando no solamente contra sí mismos, sino contra Dios.
Si es posible, debéis
hacerles sentir que han estado pecando contra Dios, el puro y santo Dios: que
el gran Escudriñador de los corazones está disgustado con su proceder; que nada
está oculto de él. Si podéis impresionar así a vuestros hijos para que se
arrepientan de una manera aceptable a Dios, con ese piadoso dolor que obra
arrepentimiento para salvación, del cual no se debe arrepentir uno, la obra
será completa, la reforma segura. Ellos sentirán tristeza no solamente porque
sus pecados son conocidos, sino que verán sus prácticas pecaminosas en toda su
gravedad y serán inducidos a confesarlas a Dios sin reservas, y las
abandonarán. Sentirán tristeza por su mala conducta porque han desagradado a
Dios y pecado contra él y han deshonrado su cuerpo ante Aquel que los creó y
les demanda que presenten su 433 cuerpo como un sacrificio vivo, santo y
aceptable ante él, que es su culto racional (Id., págs. 21, 22).
VIGILAD LAS COMPAÑÍAS
DE LOS HIJOS. A menos que la
mente de vuestros hijos esté firmemente equilibrada por principios religiosos,
se corromperá su moral por el ejemplo depravado de aquellos con quienes se
relacionan (Christian Temperance and Bible Hygiene, pág. 134).
Resguardadlos, como
deben hacerlo las madres fieles, para que no se contaminen asociándose con
cualquier joven. Conservadlos, como joyas preciosas, de la influencia
corruptora de este siglo. Si debido a las circunstancias no siempre podéis
vigilar su asociación con jóvenes, como quisierais hacerlo, visiten ellos
entonces a vuestros hijos en vuestra presencia; y en ningún caso permitáis que
esos amigos duerman en la misma cama, ni aun en la misma habitación. Será mucho
más fácil evitar un mal que curarlo después. . . .
Ellos [los padres]
les permiten visitar a otros amigos jóvenes, amistades formadas por su cuenta,
y aun alejarse del cuidado paternal, a cierta distancia del hogar, donde tienen
la libertad de hacer lo que les plazca. Satanás aprovecha tales oportunidades y
toma posesión de la mente de esos hijos cuyas madres exponen ignorantemente a
sus astutas trampas (Appeal to Mothers, págs. 13,14).
LA ALIMENTACIÓN ES
IMPORTANTE. No podéis
despertar la sensibilidad moral de vuestros hijos si no sois cuidadosos en la elección
de su alimento. Las mesas que los padres generalmente preparan para sus hijos
son una trampa para ellos (2Testimonies, pág. 400).
Los padres indulgentes no enseñan a sus hijos el dominio propio. El mismo alimento que les colocan por delante es tal que les irrita el estómago. La excitación que así se produce se comunica al cerebro, 434 y como resultado se despiertan las pasiones. No se puede repetir con demasiada frecuencia que todo lo que entra en el estómago afecta no sólo al cuerpo, sino finalmente también a la mente. El alimento pesado y estimulante afiebra a la sangre, excita el sistema nervioso y con demasiada frecuencia embota la percepción moral, de modo que la razón y la conciencia son dominadas por los impulsos sensuales.
Es difícil, y con
frecuencia casi imposible, que tenga paciencia y dominio propio el que es intemperante
en la alimentación. De aquí la importancia especial de permitir a los niños,
cuyos caracteres todavía no se han formado, que participen solamente de alimento
saludable y no estimulante. Nuestro Padre celestial envió con amor la luz de la
reforma pro salud para preservarnos contra los males de la complacencia
desenfrenada del apetito (Christian Temperance and Bible Hygiene, pág. 134).
Si hubo alguna vez un
tiempo en que la alimentación debía ser de la clase más sencilla, es ahora. No
debe ponerse carne delante de nuestros hijos. Su influencia tiende a excitar y
fortalecer las pasiones inferiores, y tiende a amortiguar las facultades
morales (1JT. 259).
LA LIMPIEZA ES
IMPORTANTE. El baño frecuente
es muy beneficioso, especialmente por la noche, antes de acostarse, o al
levantarse por la mañana. Se necesitarán sólo unos pocos momentos para dar un
baño a los niños y frotar su cuerpo hasta que entren en calor. Esto lleva la
sangre a la superficie aliviando el cerebro, y habrá menos inclinación para la
complacencia en prácticas impuras. Enseñad a los pequeños que Dios no se agrada
al verlos con su cuerpo sucio y con ropas desaseadas y rotas. Decidles que él
quiere que sean puros por fuera y por 435 dentro para poder morar en ellos
(Christian Temperance and Bible Hygiene, págs. 141, 142).
ROPAS LIMPIAS Y
AMPLIAS. La ropa limpia y
aseada será uno de los medios para conservar los pensamientos puros y amables. Cada
prenda de vestir debe ser llana y sencilla, sin adornos innecesarios, de modo
que dé poco trabajo lavarla y plancharla. Especialmente cada prenda que esté en
contacto con la piel debe ser limpia y libre de cualquier olor ofensivo. El cuerpo
de los niños no debiera ser tocado por nada de carácter irritante, ni se
debiera permitir que su ropa los apriete en forma alguna. Sí se prestara más
atención a este asunto, se practicaría mucho menos impureza (Id., pág. 142).
NO LOS DEJÉIS SIN EJERCICIO. En extenso grado se exime [a los jóvenes] de ejercicio físico por temor a que trabajen demasiado. Los padres mismos llevan las cargas que sus hijos debieran llevar. Es malo trabajar con exceso, pero los resultados de la indolencia son más temibles.
La ociosidad conduce a la práctica de hábitos corrompidos. La laboriosidad no cansa ni agota una quinta parte de lo que rinde el hábito pernicioso del abuso propio [masturbación].
Si el trabajo sencillo y bien
regulado agota a vuestros hijos, tened la seguridad, padres, de que hay, además
del trabajo, algo que enerva su organismo y les produce una sensación de
cansancio continuo. Dad a vuestros hijos trabajo físico para que pongan en
ejercicio los nervios y los músculos. El cansancio que acompaña a un trabajo
tal, disminuirá su inclinación a participar en hábitos viciosos (1JT, págs. 255, 256).
LA INDOLENCIA ES UNA
PUERTA ABIERTA PARA LA TENTACIÓN. Madres, dad a vuestros hijos suficiente trabajo. . . . La indolencia no
será favorable para la salud física, mental y moral. Abre la puerta de par en
par e invita a Satanás para que entre. El aprovecha 436 la oportunidad y atrapa
a los jóvenes en sus trampas. Debido a la indolencia, no sólo se debilita la
fuerza moral y se aumenta el impulso de la pasión, sino que los ángeles de
Satanás se posesionan de toda la ciudadela de la mente y obligan a la conciencia
a rendirse a la pasión vil. Debiéramos enseñar a nuestros hijos hábitos de
paciente laboriosidad (Appeal to Mothers, págs. 18, 19).
DIOS NO DEJARÁ QUE
PEREZCAN LOS ARREPENTIDOS. Debéis
animar a vuestros hijos pues un Dios misericordioso aceptará el corazón
verdaderamente arrepentido y bendecirá sus esfuerzos para limpiarse de toda inmundicia
de carne y espíritu. Cuando Satanás vea que está perdiendo el dominio de la
mente de vuestros hijos, los tentará fuertemente y procurará atarlos para que
continúen con la práctica de este vicio seductor. Pero con un firme propósito
deben resistir las tentaciones de Satanás de complacer las pasiones animales porque
son pecado contra Dios. No debieran aventurarse en terreno prohibido, donde
Satanás puede dominarlos. Si ellos, con humildad, ruegan a Dios que les dé
pureza de pensamientos y una imaginación refinada y santificada, él los oirá y
les concederá sus peticiones. Dios no los dejará que perezcan en sus pecados,
sino que ayudará al débil y desvalido si se entregan a él con fe (Id., págs.
22, 23). 437
CAPÍTULO 72. LA BATALLA POR LA REFORMA.
SE NECESITAN UN
SINCERO ARREPENTIMIENTO Y UN ESFUERZO DETERMINADO. Los que corrompen su cuerpo no pueden gozar del favor
de Dios a menos que se arrepientan sinceramente, hagan una reforma completa y
entren en perfecta santidad en el temor del Señor (Appeal to Mothers, pág. 29).
La única esperanza
para los que practican hábitos viles es dejarlos para siempre si es que estiman
de algún valor la salud temporal y la salvación en el más allá. Cuando se ha consentido en estos hábitos
durante un buen tiempo, se requiere un esfuerzo determinado para resistir a la
tentación y rehusar la complacencia corrupta (Id., pág. 27).
DEBEN DOMINARSE LOS PENSAMIENTOS. Ud. debe dominar sus pensamientos. Esta no será una tarea fácil; no puede realizarla sin un íntimo y aun severo esfuerzo. . . . Si Ud. consiente en vanas imaginaciones, permitiendo que su mente se ocupe de temas impuros, en cierto grado es tan culpable delante de Dios como si sus pensamientos se tradujeran en acción. Todo lo que impide la acción es la falta de oportunidad. . .
Forjar fantasías es un
hábito malo y excesivamente peligroso. Una vez que se ha establecido, es casi
imposible romper con un hábito tal y dirigir los pensamientos a temas puros,
santos y elevadores. Ud. tiene que convertirse en un fiel centinela que vigile
sus ojos, oídos y todos sus sentidos si desea dominar su mente e impedir que
vanos y corruptos pensamientos mancillen su alma. El poder de la gracia
únicamente puede realizar esta obra tan deseable (2Testimonies, 561). 438
SOMETED LAS PASIONES
Y LOS AFECTOS A LA RAZÓN. No
sólo Dios requiere que Ud. controle sus pensamientos, sino también sus pasiones
y afectos. Su salvación depende de que Ud. se gobierne en estas cosas. La
pasión y los afectos son instrumentos poderosos. Si se aplican mal, si se
ejercen con motivos equivocados, si son mal colocados, son poderosos para
realizar su ruina y dejarla como a una náufraga desvalida, sin Dios y sin
esperanza.
La imaginación debe
ser dominada positiva y persistentemente si las pasiones y los afectos han de
ser sometidos a la razón, la conciencia y el carácter. . . . A menos que Ud.
refrene sus pensamientos, su lectura y sus palabras, su imaginación quedará
afectada sin esperanzas. Lea su Biblia atentamente y con oración, y será guiada
por sus enseñanzas. Esta es su seguridad (Id., págs. 561-563).
CERRAD LOS SENTIDOS
PARA QUE NO ENTRE EL MAL. Los
que deseen tener aquella sabiduría que proviene de Dios, no deben llegar a ser
necios en el conocimiento pecaminoso de este siglo a fin de ser sabios. Deben
cerrar los ojos para que no vean ni aprendan el mal. Deben cerrar los oídos no
sea que oigan lo que es malo y obtengan ese conocimiento que mancharía la
pureza de sus pensamientos y actos, y deben guardar su lengua para que no
profieran palabras corruptas y se encuentre engaño en su boca (Appeal to
Mothers 31).
Evitad leer y ver
cosas que sugerirán pensamientos impuros. Cultivad las facultades morales e
intelectuales (Testimonies, tomo 2, pág. 410).
EVITAD LA INACTIVIDAD UNIDA AL
ESTUDIO EXCESIVO. El estudio
excesivo, al hacer aumentar la afluencia 439 de sangre al cerebro, crea una
excitabilidad mórbida que tiende a disminuir el poder del dominio propio, y con
demasiada frecuencia da preponderancia al impulso o al capricho. De este modo
se abre la puerta a la impureza. El uso indebido o la falta de uso de las
facultades físicas es, en gran parte, la causa de la corriente de corrupción
que se extiende por el mundo. "La soberbia, la hartura de pan, y el reposo
próspero" son enemigos tan fatales del progreso humano en esta generación,
como cuando causaron la destrucción de Sodoma. Los maestros deberían comprender
estas cosas e instruir a los alumnos en estos ramos. Enséñese a los estudiantes
que la vida recta depende del pensar recto y que la actividad física es
esencial para la pureza del pensamiento (La Educación, pág. 205).
NO HAY TIEMPO PARA VACILACIONES. La pureza de la vida y un carácter plasmado según el Modelo divino no se obtienen sin ferviente esfuerzo y principios bien determinados. Una persona vacilante no tendrá éxito en alcanzar la perfección cristiana. La tal será pesada en balanza y hallada falta. Como un león rugiente, Satanás busca a su presa. Ensaya sus trampas en cada joven desprevenido. . . .
Satanás dice a los jóvenes que hay tiempo suficiente todavía, que pueden complacerse en el vicio y el pecado está sola vez y nunca más. Pero esa sola complacencia envenenará toda su vida.
No os
aventuréis ni una vez en terreno prohibido. En este peligroso día del mal,
cuando las tentaciones al vicio y la corrupción están por doquiera, elévese al
cielo el ferviente y cordial clamor de la juventud: "¿Con qué limpiará el
joven su camino?" Y ojalá se abran sus oídos y su corazón se incline para
obedecer la instrucción dada en la respuesta: "Con guardar tu Palabra"
(Testimonies, tomo 2, págs. 408, 409). 440
Todos son
responsables por sus actos mientras estén en este mundo de prueba. Todos tienen
poder para controlar sus acciones si lo desean. Si son débiles en la virtud y
la pureza de los pensamientos y actos, pueden obtener ayuda del Amigo de los
desvalidos. Jesús está familiarizado con todas las debilidades de la naturaleza
humana, y si se le suplica, dará fortaleza para vencer las más poderosas
tentaciones. Todos pueden obtener esta fortaleza si la buscan con humildad (Appeal
to Mothers, pág. 31).
La única seguridad
para los jóvenes en esta era de corrupción es confiar en Dios. Sin la ayuda
divina, serán incapaces de dominar las pasiones y apetitos humanos. En Cristo
está la ayuda que justamente necesitan, pero cuán pocos vendrán a él en procura
de aquella ayuda. Jesús dijo cuando
estaba en la tierra: "No queréis venir a mí para que tengáis vida". Todos
pueden vencer en Cristo. Podéis decir con el apóstol: "Antes, en todas
estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó". Y
otra vez: "Golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre" (Testimonies,
tomo 2, pág. 409).
SE PUEDE ENCONTRAR
VERDADERO PLACER EN CRISTO. La
única seguridad firme para nuestros hijos contra cualquier práctica viciosa es
procurar ser admitidos en el aprisco de Cristo y ser entregados al cuidado del
fiel y leal Pastor. El los salvará de todo mal, los resguardará de todo peligro
si escuchan su voz que dice: "Mis ovejas oyen mi voz, . . . y me
siguen". En Cristo ellas encontrarán pasto, obtendrán fortaleza y
esperanza y no serán turbadas con anhelos inquietantes de algo que distraiga la
mente y satisfaga el corazón. Han encontrado la perla de gran precio y la mente
está en un descanso apacible. Sus placeres son de un carácter puro, apacible,
elevado y celestial. No dejan tras sí penosas reflexiones ni remordimientos. Tales
placeres no dañan 441 la salud ni postran la mente, sino que son de una
naturaleza saludable.
La comunión con Dios
y el amor a él, la práctica de la santidad, la destrucción del pecado, todos
son agradables. La lectura de la Palabra de Dios no fascinará la imaginación ni
inflamará las pasiones como los ficticios libros de fantasía, sino que suaviza,
ablanda, eleva y santifica el corazón. Cuando están en dificultades, cuando son
asaltados por fieras tentaciones, tienen el privilegio de la oración. ¡Qué
exaltado privilegio! Los seres finitos, de polvo y ceniza, admitidos por la
mediación de Cristo en la cámara de audiencia del Altísimo. Con tales
prácticas, el alma es colocada dentro de una sagrada proximidad de Dios y es
renovada en conocimiento y verdadera santidad y fortalecida contra los asaltos
del enemigo (Appeal to Mothers, págs. 23, 24). 443
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