"Poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra" (2 Cor. 9: 8). 5
Prefacio
Este libro, Consejos sobre mayordomía cristiana, ha sido compilado y ahora se publica como respuesta a numerosos pedidos. A lo largo de los años se ha puesto a nuestro alcance un amplio conjunto de instrucciones prácticas y útiles, procedentes del espíritu de profecía, acerca del tema de la mayordomía cristiana. Estos consejos han sido publicados en revistas y libros, pero en la presente obra aparecen mayormente asuntos a los que nuestros obreros y miembros no tienen fácil acceso. En los libros en circulación hay abundante instrucción adicional sobre el mismo tema, pero en este libro se ha utilizado muy poco de ella. Nos sentimos complacidos porque ahora todos pueden tener acceso a estas instrucciones selectas presentadas a la iglesia en forma conveniente. El material que compone este libro ha sido compilado en las oficinas de la Corporación Editorial Elena G. de White, bajo la supervisión de la Comisión de Fideicomisarios.
El asunto de la mayordomía ocupa un lugar importante y vital en el ámbito de la vida y el servicio cristianos. Esto concierne profunda y persistentemente a cada creyente cristiano. Nuestro reconocimiento de la soberanía de Dios, de su señorío de todas las cosas y de su concesión de su gracia a sus hijos, forma parte de nuestra debida comprensión de los principios de la mayordomía cristiana.
A medida que nuestro conocimiento de estos principios crezca y se amplíe obtendremos una comprensión más plena acerca del modo como el amor y la gracia de Dios obran en nuestras vidas.
"Aunque el sistema de la mayordomía cristiana concierne 6 a las cosas materiales, es por encima de todo de índole espiritual".
El servicio que debe realizarse para Cristo es algo real. El Señor requiere ciertas cosas de nosotros a fin de hacer ciertas cosas por nosotros. El cumplimiento de esas cosas requeridas en armonía con la voluntad divina eleva el asunto de la mayordomía cristiana a un elevado plano espiritual. El Señor no es exigente. No nos ordena en forma arbitraria que le sirvamos ni que reconozcamos su autoridad devolviéndole una parte de las cosas que él nos da.
Pero ha dispuesto en tal forma la economía divina que, como resultado de nuestro trabajo en armonía con él en estos asuntos recibimos de vuelta un caudal de grandes bendiciones espirituales. Nos veremos privados de estas bendiciones si dejamos de colaborar con él en la realización de sus planes, y en esta forma nos privaremos de las cosas que más necesitamos.
Tenemos la seguridad de que un estudio cuidadoso de los principios de la mayordomía cristiana, en la forma como se los expone en este libro, ayudará a todos los que los estudien y practiquen a tener una experiencia más rica y plena en las cosas de Dios.
Esto está claramente indicado en la siguiente declaración: "La idea de que son administradores debe tener una influencia práctica sobre todos los hijos de Dios. . .
La benevolencia práctica dará vida espiritual a millares de los que nominalmente profesan la verdad, pero que actualmente lamentan las tinieblas que los circundan.
Los transformará de egoístas y codiciosos adoradores de Mamón, en fervientes y fieles colaboradores de Cristo en la salvación de los pecadores"
(Joyas de los testimonios, tomo I, pág. 366).
Con la perspectiva de tal transformación ante nosotros, todos deberíamos estudiar concienzudamente este volumen, y orar para ser conducidos hacia una experiencia más plena y rica con el Señor.
J. L. McElhany. 15
J. L. McElhany. 15
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