Jeremías
37. Jeremías Es Encarcelado: Sedequías
pide a Jeremías que ruegue por el pueblo. Se levanta transitoriamente el sitio final (1-5).
Faraón hace
que los caldeos levanten el sitio a Jerusalén. Jeremías profetiza que los caldeos
regresarán y triunfarán. (6-10) Jeremías es acusado falsamente y encarcelado. Acusado de querer huir, es golpeado y encarcelado" (11-15).
El profeta en el patio de la cárcel. Asegura a Sedequías que será aprisionado. Implora su libertad, y obtiene algún favor.16-21.
1 EN LUGAR de Conías hijo de Joacim reinó el rey Sedequías hijo de Josías, al cual Nabucodonosor rey de Babilonia constituyó por rey en la tierra de Judá. 2 Pero no obedeció él ni sus siervos ni el pueblo de la tierra a las palabras de Jehová, las cuales dijo por el profeta Jeremías. 3 Y envió el rey Sedequías a Jucal hijo de Selemías, y al sacerdote Sofonías hijo de Maasías, para que dijesen al profeta Jeremías: Ruega ahora por nosotros a Jehová nuestro Dios. 4 Y Jeremías entraba y salía en medio del pueblo; porque todavía no lo habían puesto en la cárcel. 5 Y cuando el ejército de Faraón había salido de Egipto, y llegó noticia de ello a oídos de los caldeos que tenían sitiada a Jerusalén, se retiraron de Jerusalén.
6 Entonces vino palabra de Jehová al profeta Jeremías, diciendo: 7 Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Diréis así al rey de Judá, que os envió a mí para que me consultaseis: He aquí que el ejército de Faraón que había salido en vuestro socorro, se volvió a su tierra en Egipto. 8 Y volverán los caldeos y atacarán esta ciudad, y la tomarán y la pondrán a fuego. 9 Así ha dicho Jehová: No os engañéis a vosotros mismos, diciendo: Sin duda ya los caldeos se apartarán de nosotros; porque no se apartarán. 10 Porque aun cuando hirieseis a todo el ejército de los caldeos que pelean contra vosotros, y quedasen de ellos solamente hombres heridos, cada uno se levantará de su tienda, y pondrán esta ciudad a fuego.
11 Y aconteció que cuando el ejército de los caldeos se retiró de Jerusalén a causa del ejército de Faraón, 12 salía Jeremías de Jerusalén para irse a tierra de Benjamín, para apartarse de en medio del pueblo. 13 Y cuando fue a la puerta de Benjamín, estaba allí un capitán que se llamaba Irías hijo de Selemías, hijo de Hananías, el cual apresó al profeta Jeremías, diciendo: Tú te pasas a los caldeos. 14 Y Jeremías dijo: Falso; no me paso a los caldeos. Pero él no lo escuchó, sino prendió Irías a Jeremías, y lo llevó delante de los príncipes. 15 Y los príncipes se airaron contra Jeremías, y le azotaron y le pusieron en prisión en la casa del escriba Jonatán, porque la habían convertido en cárcel.
16 Entró, pues, Jeremías en la casa de la cisterna, y en las bóvedas. Y habiendo estado allá Jeremías por muchos días, 17 el rey Sedequías envió y le sacó; y le preguntó el rey secretamente en su casa, y dijo: ¿Hay palabra de Jehová? Y Jeremías dijo: Hay. Y dijo más: En mano del rey de Babilonia serás entregado. 18 Dijo también Jeremías al rey Sedequías: ¿En qué pequé contra ti, y contra tus siervos, y contra este pueblo, para que me pusieseis en la cárcel? 19 ¿Y dónde están vuestros profetas que os profetizaban diciendo: No vendrá el rey de Babilonia contra vosotros, ni contra esta tierra?
20 Ahora pues, oye, te ruego, oh rey mi señor; caiga ahora mi súplica delante de ti, y no me hagas volver a casa del escriba Jonatán, para que no muera allí. 21 Entonces dio orden el rey Sedequías, y custodiaron a Jeremías en el patio de la cárcel, haciéndole dar una torta de pan al día, de la calle de los Panaderos, hasta que todo el pan de la ciudad se gastase. Y quedó Jeremías en el patio de la cárcel. (Jeremías 37).
1. El Rey Sedequías. Los cap. 37-44 narran la última parte de la vida de Jeremías, comenzando con la ascensión al trono del último rey de Judá (2 Rey. 24: 17-18).
Conías. ver com. cap. 22: 24. 516 Constituyó Por Rey. Sedequías fue un rey títere de los babilonios, aunque era el heredero legítimo al trono. Posiblemente fue obligado a jurar lealtad a Nabucodonosor, pero al cabo de pocos años violó ese juramento e hizo alianza con varias naciones vecinas contra Babilonia. Esta conducta de Sedequías y de sus consejeros provocó la tragedia del año 586 a. C.
2. No Obedeció Él Ni Sus Siervos. Una atenta consideración a la última parte del
reinado de Sedequías muestra que esta frase resume bien el carácter del
gobierno de este rey.
Parece que
Sedequías personalmente aceptaba a Jeremías como verdadero profeta. Aunque no
se lo dice explícitamente, el contexto implica que Jeremías respondió al pedido
del rey para que rogara por él (vers. 3). Según se deduce del relato (vers. 5),
poco después de este pedido el ejército egipcio se retiró de Jerusalén. Más
tarde Sedequías se entrevistó secretamente con el profeta. Entonces parece que
manifestó por lo menos un temor secreto si no una profunda convicción, de que
Jeremías fuera un mensajero inspirado por Dios.
Si estas
observaciones resultan válidas, da la impresión de que las decisiones de
Sedequías reflejan más vacilación que duda o incredulidad. La prontitud con que
Sedequías cumplió con el pedido de los príncipes de echar a Jeremías en la
cisterna de Malquías (cap. 38: 4-6), para después sacarlo de allí por petición
de uno de los eunucos del rey (vers. 7-13), sugiere que, si Sedequías hubiera
tenido valor para seguir sus convicciones, la suerte de Jerusalén podría haber
sido muy diferente.
3. Sofonías. Jucal y Sofonías pertenecían al partido que se oponía a Babilonia, y por lo tanto no simpatizaban con el profeta (cap. 21: 1-2; 29: 25; 38: 1-6). Jehová Nuestro Dios. Estas palabras podrían indicar que no sólo estaban cumpliendo con el mandato del rey, sino que esperaban ganarse el favor de Jeremías manifestando un celo religioso por el Señor (cf. cap. 21: 1-2).
4. No Lo Habían Puesto En La Cárcel. Jeremías no fue encarcelado sino hasta el último
sitio de Jerusalén, durante el 10.º año de Sedequías (ver com. cap. 32: 1-2),
aunque el sitio había comenzado en el 9.º año de este rey (cap. 39: l).
5. Cuando El Ejército De Faraón. Este incidente sin duda se produjo por el acuerdo
que hubo entre Hofra (llamado Apries por los griegos) y Sedequías para hacer
frente a Nabucodonosor (ver com. Eze. 17: 15). Los ejércitos egipcios casi
siempre estaban bien equipados con carros y caballos (Eze. 17: 15; cf. Isa. 31: 1), y eran capaces de llevar a cabo
operaciones de asedio (Eze. 17: 17).
7. Se Volvió A Su Tierra. Cuando Sedequías pidió ayuda a los egipcios, rompió
su "pacto" con los caldeos (Eze. 17: 17-18). El acercamiento de los
egipcios resultó como el de Tirhaca (Taharka, ver t. II, p. 79) durante la
invasión asiria (2 Rey. 19: 9; Isa. 37: 9), en una breve suspensión de las
hostilidades en torno a Jerusalén.
8. Volverán Los Caldeos. Después de que Nabucodonosor hubo rechazado el
ataque de Apries, (Hofra), reanudó su acometida contra Jerusalén, la tomó y la
destruyó por completo (2 Rey. 25: 1-10; 2 Crón. 36: 17- 19).
9. No Os Engañéis. Vanas eran las esperanzas del rey de Judá y de sus
consejeros de que Egipto pudiera salvarlos de manos de los babilonios.
10. Quedasen De Ellos Solamente Hombres Heridos. Una advertencia en cuanto a la segura destrucción de
Jerusalén. En vista de la inminente destrucción del templo, algunos varones
piadosos de Jerusalén decidieron colocar el arca sagrada fuera del alcance de
las implacables manos de los ejércitos invasores (ver com. cap. 27: 19). Esta
tregua durante el último asedio, cuando los babilonios transitoriamente
levantaron el sitio para hacer frente a la amenaza del ejército que avanzaba
desde Egipto (ver com. cap. 32: 2), proporcionó a esos fieles la oportunidad
que necesitaban para ocultar el arca. En secreto, y con llanto y tristeza,
llevaron el arca a un seguro escondite en una cueva. Esa arca sagrada está
todavía escondida. No ha sido tocada desde que fue puesta en recaudo" (PR
334). Dentro del arca estaban las tablas de piedra sobre las cuales Dios escribió
los Diez Mandamientos con su propio dedo (Deut. 10: 1-5). Ver EGW, Material
Suplementario, com. Exo. 31: 18.
11. Se Retiró. Este retiro fue apenas momentáneo (cap. 39: 1).
12. Salía Jeremías. Jeremías consideró que su obra había concluido, tras largos años de fiel ministerio. Ahora deseaba retirarse a su aldea natal, a Anatot (ver PR 334).
Para apartarse de en medio del pueblo. El texto hebreo es oscuro; literalmente dice: 517 "para dividir [distribuir] allí en medio del pueblo". La LXX traduce: "Para comprar allí en medio del pueblo". Jeremías parece que tenía propiedades en "tierra de Benjamín" (cap. 32: 6-12), y su viaje sin duda estaba relacionado con esas propiedades.
13. Puerta De Benjamín. Esta puerta generalmente se identifica con la "puerta de las Ovejas", en el ángulo noreste de Jerusalén. Irías. Quizá hermano de Jucal (vers. 3).
Tú Te Pasas. Evidentemente, la acusación de Irías -que Jeremías era culpable de traición- se basaba en la suposición de que el profeta intentaba irse al campamento babilonio para unirse con el enemigo.
15. Los Príncipes Se Airaron. El levantamiento del asedio de Jerusalén por parte
de los caldeos por la llegada de los egipcios (ver com. vers. 5), sin duda
robusteció e hizo más agresivo al partido antibabilónico.
16. Las Bóvedas. Estas bóvedas servían para encarcelar a prisioneros. El ruego que más adelante hizo Jeremías de que no lo encerraran en esa celda indica que pasó allí un tiempo muy difícil (vers. 20; cap. 38: 26). Por Muchos Días. El profeta debe haber permanecido en esa cárcel durante varias semanas. Su encarcelamiento duró aproximadamente un año.
17. Sedequías Envió. El rey no aprobaba el duro trato que se le estaba
dando al profeta, pero parecía tener miedo de sus consejeros; sin embargo, el
pusilánime Sedequías mandó llamar a Jeremías "secretamente", -
esperando aún que por medio del profeta pudiera recibir alguna "palabra de
Jehová" que lo favoreciera.
Serás Entregado. Con valor, y sin ceder a la tentación de modificar
su mensaje para librarse de mayores persecuciones de sus enemigos, el anciano
profeta repite con dureza su predicción anterior: Sedequías será llevado
cautivo por los babilonios (cap. 32: 1-5).
19. ¿Dónde Están Vuestros Profetas? Esos impostores habían engañado terriblemente al
rey. Jerusalén fue sitiada, y no librada como ellos lo predecían (cap. 28:
1-4). El retiro momentáneo de los caldeos que pareció justificar sus
esperanzas, no sirvió más que para destacar el engaño de esos impostores.
20. Para Que No Muera Allí. Ver com. vers. 16.
21. En El Patio. El traslado se hizo por pedido expreso de Jeremías
(vers. 20). Excepto en la ocasión mencionada en el cap. 38: 6, el profeta
permaneció "en el patio de la cárcel que estaba en la casa del rey de
Judá" (cap. 32: 2; 33: 1), cárcel que estaba al aire libre y con luz. Allí
estuvo hasta que la ciudad fue tomada por los babilonios.
Una Torta De Pan. Es decir, "un pan". El mandato del rey
indica que Jerusalén ya estaba sitiada, por lo que había poco alimento. (4CBA) Ministerio
Hno. Pio
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