jueves, diciembre 10, 2020

REFLEXIÓN 495. NARRACIONES BIOGRÁFICAS E HISTÓRICAS: PROMESAS DEL SEÑOR A BARUC (JEREMÍAS 45).

Jeremías 45. Es la promesa de Dios a Baruc, secretario del profeta. Por la frustración que siente de no alcanzar sus ambiciones personales. Pero Dios le promete algo más vital que las grandezas de este mundo. Le preservaría la vida; mientras sus compatriotas estén muriendo por la guerra, la peste....

“En contraste con la retribución divina y el castigo que caerían sobre "toda esta tierra" de Judá (vers. 4) y todo el mal que sobrevendría a "toda carne" por causa de la invasión babilónico (2 Rey. 25), la vida de Baruc sería protegida por Dios”.

A Baruc, como a todos los seres humanos, le hacía falta aprender que es necesario aceptar lo amargo y lo dulce, el fracaso y la prosperidad (ver Job 2: 10)

Vers. (1-3) Baruc se angustia, (4-5) y Jeremías lo instruye y lo conforta.

1 PALABRA que habló el profeta jeremías a Baruc hijo de Nerías, cuando escribía en el libro estas palabras de boca de jeremías, en el año cuarto de Joacim hijo de Josías rey de Judá, diciendo: 2 Así ha dicho Jehová Dios de Israel a ti, oh Baruc:

3 Tú dijiste: ¡Ay de mí ahora! porque ha añadido Jehová tristeza a mi dolor; fatigado estoy de gemir, y no he hallado descanso.

4 Así le dirás: Ha dicho Jehová: He aquí que yo destruyo a los que edifiqué, y arranco a los que planté, y a toda esta tierra. 5 ¿Y tú buscas para ti grandezas?  No las busques; porque he aquí que yo traigo mal sobre toda carne, ha dicho Jehová; pero a ti te daré tu vida por botín en todos los lugares a donde fueres. (Jeremías 45)

1. Baruc. En este capítulo se presenta una apreciación del carácter del fiel amanuense de Jeremías (ver p. 379). Año Cuarto De Joacim. Según esta fecha, el cap. 45 viene a continuación del cap. 36 (cf. cap. 36:4; ver com. cap. 36: 1).

3. ¡Ay De Mí Ahora! Cuando jeremías fue encarcelado y el rey y sus consejeros no prestaron oído a sus mensajes, Baruc se desanimó. Su ambición de ocupar un puesto importante en el Estado judío una vez que se restableciera (vers. 5), parecía haberse frustrado por el aparente fracaso de los esfuerzos de Jeremías. El profeta fue capaz de simpatizar con su amanuense o secretario, comprenderlo, y por lo tanto pudo ayudarlo, pues él también había experimentado amargas decepciones (cap. 15:10-21; 20:7-18). A Baruc, como a todos los seres humanos, le hacía falta aprender que es necesario aceptar lo amargo y lo dulce, el fracaso y la prosperidad (ver Job 2: 10).

5. No Las Busques. Ningún éxito terrenal debía ser más importante para Baruc que la obra que Dios deseaba que él hiciera. En el gran plan de Dios cada persona tiene un lugar específico, y sólo ella puede llenarlo.

A Ti Te Daré Tu Vida. Dios consuela a Baruc con la promesa de que tendrá de él misericordia. En nítido contraste con la retribución divina y el castigo que caerían sobre "toda esta tierra" de Judá (vers. 4) y todo el mal que sobrevendría a "toda carne" por causa de la invasión babilónico (2 Rey. 25), la vida de Baruc sería protegida por Dios. La mayoría de aquellos cuyo éxito y posición envidiaba Baruc no tendrían esa seguridad, sino que perecerían en la destrucción de Jerusalén.

Por Botín. Ver com. cap. 39: 18. 

En Todos Los Lugares. Estas palabras parecen indicar que el futuro le depararía a Baruc destierro y peregrinajes. Sabemos que fue a Egipto (cap. 43: 5-7). La tradición afirma que murió en Egipto o en Babilonia. (4CBA) Ministerio Hno. Pio

 

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