Ezequiel 6. Es sobre Los Montes De Israel que son Reprendidos por ser lugares de adoración
a falso dioses.
Vers. (1-7) Juicio contra Israel
por su idolatría. (8-10) El remanente será bendito. (11-14) Se exhorta a los
fieles a lamentarse por las calamidades.
1 VINO a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Hijo de hombre, pon tu rostro hacia los montes de Israel, y profetiza contra ellos. 3 Y dirás: Montes de Israel, oíd palabra de Jehová el Señor: Así ha dicho Jehová el Señor a los montes y a los collados, a los arroyos y a los valles: He aquí que yo, yo haré venir sobre vosotros espada, y destruiré vuestros lugares altos. 4 Vuestros altares serán asolados, y vuestras imágenes del sol serán quebradas; y haré que caigan vuestros muertos delante de vuestros ídolos.
5 Y pondré los cuerpos muertos de los hijos de Israel delante de sus ídolos, y vuestros huesos esparciré en derredor de vuestros altares. 6 Dondequiera que habitéis, serán desiertas las ciudades, y los lugares altos serán asolados, para que sean asolados y se hagan desiertos vuestros altares; y vuestros ídolos serán quebrados y acabarán, vuestras imágenes del sol serán destruidas, y vuestras obras serán deshechas. 7 Y los muertos caerán en medio de vosotros; y sabréis que yo soy Jehová.
8 Mas dejaré un resto, de modo que tengáis entre las naciones algunos que escapen de la espada, cuando seáis esparcidos por las tierras. 9 Y los que de vosotros escaparan se acordarán de mí entre las naciones en las cuales serán cautivos; porque yo me quebranté a causa de su corazón fornicario que se apartó de mí, y a causa de sus ojos que fornicaron tras sus ídolos; y se avergonzarán de sí mismos, a causa de los males que hicieron en todas sus abominaciones. 10 Y sabrán que yo soy Jehová; no en vano dije que les había de hacer este mal.
11 Así ha dicho Jehová el Señor: Palmotea con tus manos, y golpea con tu pie, y di: ¡Ay, por todas las grandes abominaciones de la casa de Israel! porque con espada y con hambre y con pestilencia caerán. 12 El que esté lejos morirá de pestilencia, el que esté cerca caerá a espada, y el que quede y sea asediado morirá de hambre; así cumpliré en ellos mi enojo. 13 Y sabréis que yo soy Jehová, cuando sus muertos estén en medio de sus ídolos, en derredor de sus altares, sobre todo collado alto, en todas las cumbres de los montes, debajo de todo árbol frondoso y debajo de toda encina espesa, lugares donde ofrecieron incienso a todos sus ídolos. 14 Y extenderé mi mano contra ellos, y dondequiera que habiten haré la tierra más asolada y devastada que el desierto hacia Diblat; y conocerán que yo soy Jehová. (Ezequiel 6).
1. Palabra de Jehová. Esta frase indica el comienzo de una nueva
revelación, sin duda después de un intervalo de silencio entre esta revelación
y la anterior. Sin embargo, la profecía está estrechamente relacionada con
la explicación del simbolismo del cap. 5. El intervalo no puede haber sido
largo; el cap. 8 está ubicado en el 6.º mes del 6.º año, poco más de un año
después del comienzo de las visiones de Ezequiel. En este libro, la frase
"vino a mí palabra de Jehová" parece introducir cada nueva revelación
divina.
2. Pon tu rostro. Frase característica de Ezequiel (caps. 13: 17; 20: 46; 21: 2, 16; 25:2; 28: 21; 29: 2; 35: 2, 38: 2). Hacia los montes. Figura poética que representa a los habitantes de esos montes (Eze. 36: 1; Miq. 6: 2). En contraste con las amplias llanuras donde estaba Ezequiel, Judea era un país montañoso. Además, los montes eran centros de culto idolátrico (Deut. 12: 2; 2 Rey. 17: 10-11; Jer. 2: 20; 3: 6, 23; Ose. 4: 13).
3. Los arroyos. Es posible que se haga mención específica a los
arroyos y los valles, porque allí también se realizaban abominables ritos de
idolatría, tales como el sacrificio de los niños por fuego en el valle de Hinom
(Isa. 57: 5; Jer. 7: 31).
Lugares altos. Heb. bamah. Estos eran santuarios al aire libre
donde la gente ofrecía sacrificios a Jehová (ver com. 1 Rey. 3: 2). Sin
embargo, debido a que los cananeos habían practicado la más vil idolatría en
estos lugares altos, el culto allí tendía a degradar la religión de Jehová.
Después del establecimiento del templo en Jerusalén, ése fue el único centro
legítimo de culto en toda la nación. Al propasarse la idolatría, esos lugares
altos se convirtieron en escenarios de la celebración de los más degradantes
ritos paganos. Algunos reyes piadosos, como Ezequías y Josías, procuraron
destruirlos (2 Crón. 31: 1; 34: 34); pero sus sucesores idólatras los
restablecieron.
4. Vuestras imágenes del sol. Heb. jamman, "altarcito de incienso". Esta
palabra proviene de la raíz jamman, "calentarse". La palabra jammah,
que se refiere al calor del sol, y que en Cant. 6: 10 e Isa. 30:26 se aplica
poéticamente al sol mismo, se deriva de la misma raíz. De esta relación algunos
han deducido que se trataba de algo relacionado con la adoración del sol. Pero
la palabra en sí significa "altar de incienso" (ver com. 2 Crón. 14:
5). Estos altares eran parte de los enseres empleados en el complicado sistema
de adoración de ídolos, que aquí es condenado a una total destrucción. Este
versículo es un eco de Lev. 26: 30, donde Moisés pronuncia los mismos castigos
para los judíos por causa de su maldad.
Vuestros ídolos. Heb. gillulim, "ídolos". Esta palabra
siempre tiene un sentido despectivo. Algunos piensan que es de la raíz galal,
"hacer rodar", y que podría referirse a algo que se puede hacer
rodar, tal como un tronco. Otros sugieren que hay una relación con la palabra
gel, "estiércol" (Job 20: 7; Eze. 4: 12, 15), y que por lo tanto
indica algo despreciable. La palabra gillulim aparece 39 veces en Ezequiel y
tan sólo 9 veces en el resto de los libros del AT. Se dice irónicamente que los
ídolos ya no serían más adorados por los vivos, sino por los cuerpos inertes de
sus adoradores muertos.
6. Serán deshechas. Del verbo hebreo majah, que en la forma verbal que aparece
aquí tiene más vigor que "ser deshecho". Significa
,"exterminar", "aniquilar". Los israelitas deberían haber
"exterminado" los altares idolátricos de los cananeos para así haber
quitado realmente de su medio un motivo de tentación. Porque no hicieron caso a
la orden divina, sus propias obras habrían de ser raídas.
7. Sabréis. En vez de reconocer a Dios y hacer caso a sus
revelaciones, los hijos de Israel hacían "escarnio de los mensajeros de
Dios, y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que
subió la ira de Jehová contra su pueblo, y no hubo ya remedio" (2 Crón.
36: 16). El pueblo se negó a reconocer que el mensaje divino era genuino, hasta
que fue rudamente sacudido por el castigo con que lo amenazaban esos
despreciados profetas. El cumplimiento de la profecía fue el sello divino de la
legitimidad del profeta y de su obra.
En su
idolatría los israelitas habían comparado a Jehová con los dioses de los
paganos, y lo habían considerado como uno de los muchos dioses a quienes se podía
adorar. Escogieron sus dioses pensando en cuál les podría proporcionar una
mayor prosperidad (2 Crón. 28: 23). Para combatir esta
filosofía desmoralizadora, los profetas habían presentado dos clases de pruebas
para demostrar la superioridad del verdadero Dios sobre los que eran dioses
sólo de nombre. En primer lugar, se
refirieron al poder creador de Jehová. Y en segundo lugar, subrayaron la
capacidad divina para predecir (Isa. 45; Jer. 10). Aquí se presenta esta última
prueba como la que finalmente arrancaría de labios de los obstinados
israelitas la confesión de que, al final de cuentas, Jehová era el verdadero y
único Dios. En su misericordia, Dios había esperado que este reconocimiento se
produjera antes de que ya no hubiera remedio. El Señor no deseaba permitir que
sus escogidos cosecharan el fruto de su propia obstinada incredulidad.
También en
otros pasajes se afirma que la profecía y su cumplimiento constituyen una razón
suficiente para creer: "Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que
cuando suceda, creáis" (Juan 14: 29). Es posible que ésta sea la evidencia
más poderosa de que las Escrituras son divinas y que Dios es lo que ha dicho
que es. La profecía es el argumento contra el cual el escéptico no ha
encontrado ninguna respuesta lógica. En nuestros días hay una acumulación de
evidencias proféticas. Quienes se niegan a reconocer su validez, y por lo tanto
no aceptan las demandas de Dios, quien las pronunció, finalmente, así como el
Israel de antaño, se verán obligados a reconocer la soberanía del único Dios
verdadero y viviente.
La palabra
"sabréis" o su equivalente aparece 88 veces en Ezequiel, y en cierto
modo es la nota tónica del libro. Israel fue llevado al cautiverio porque no
"sabía" (Isa. 1: 3; 5: 13; Ose. 4: 6). El cautiverio fue un proceso
educativo. Por medio de la dura adversidad, el pueblo de Dios había de aprender
lo que no había aprendido en tiempos de prosperidad (DTG 20; 33).
8. Un resto. Tal como ocurre con frecuencia en los mensajes
proféticos, hay aquí una vislumbre de esperanza en una profecía de calamidades.
Debido a las difíciles condiciones, algunos serían conmovidos y admitirían que
habían actuado impíamente, y en cierta medida se volverían a su Dios. Por medio
de este "resto" Dios procuraría cumplir sus promesas.
La idea del
remanente (o "resto"), se basa en el hecho de que la salvación es
algo individual. Es decir, depende de la elección personaI. Dios puede salvar
de una iglesia sólo a aquellos cuya experiencia revela que se han puesto
enteramente de parte de Dios. Del gran número de cristianos que habrá en los
últimos días, sólo un remanente guardará "los mandamientos de Dios" y
tendrá "el testimonio de Jesucristo" (Apoc. 12: 17). Dios no desea
que tan sólo unos pocos se salven. No quiere que ninguno perezca (2 Ped. 3: 9).
Sin embargo, el hombre usando su libre albedrío, debe escoger la salvación, y
gracias al don de Dios podrá ser considerado apto para la vida eterna.
9. Yo me quebranté. Algunas de las versiones antiguas dicen: "yo quebranté", es decir, que Dios quebrantó sus corazones en un esfuerzo por llevarlos al arrepentimiento. La BJ y la VM concuerdan con esas versiones.
Sus ojos. Es probable que se mencionen los ojos porque son el medio por el cual el corazón ha sido seducido por mal. Fornicaron. Se describe la apostasía con La figura de la infidelidad en la relación matrimonial (cf. Jer. 3: 20).
Se avergonzarán de sí mismos. "Tendrán horror de sí mismos" (BJ). La
vergüenza es una señal de una tristeza piadosa, que si se permite que complete
y perfeccione su obra, llevará al arrepentimiento (2 Cor. 7: 10); de otro modo,
la vergüenza sólo representa remordimiento por las consecuencias. La mayoría de
los israelitas experimentaban un remordimiento impío. Sin embargo, algunos
sentían una tristeza piadosa. Como Job, exclamaron: "Por tanto me
aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza" (Job 42: 6). La verdadera
tristeza se produce de la siguiente manera: Dios detiene al hombre en su
caprichoso proceder y lo invita a examinarse en el espejo de la perfecta ley
divina. A la luz de esa ley, que es la gloria del inmaculado Jesús, el alma
descubre que está minada de pecado. Desaparece el ensalzamiento del yo.
Comienza un intenso horror de uno mismo. Estando en esta condición, el pecador
confía su alma desvalida a Jesús, y depende plenamente de los méritos divinos;
su arrepentimiento es aceptado.
11. Palmotea... golpea. Se ordena realizar estas dos acciones para
transmitir una mezcla de emociones, estupefacción, asombro, indignación,
desagrado, tristeza, pena y lástima, en primer lugar, por el pecado que ha
contemplado, y en segundo lugar, por el mal que prevé (Eze. 22: 13; cf. Núm.
24: 10; Job. 27: 23).
12. El que esté lejos… Nadie podría escapar de estos castigos. Todos
caerían, no importa donde estuvieran.
13. Todo collado alto. Aquí se enumeran todos los lugares donde la gente solía levantar santuarios para la idolatría (vers. 6). Las cimas de los collados eran lugares predilectos para levantar santuarios.
14. Diblat. No es posible ubicar con precisión este lugar. El nombre no aparece en ningún otro pasaje bíblico. En Núm. 33: 46-47 aparece Almón-diblataim, que es una forma dual del nombre. En Jer. 48: 22 se encuentra Bet-diblataim. Estas dos aldeas, que quizá fueran sólo una, estaban en Moab y es probable que deban identificarse con lo que es hoy Kirbet Deleilat es Serakiyeh, en la meseta junto a la frontera oriental, cerca ya del gran desierto que se extiende hacia el este. También es posible que debiera leerse "Riblah" en vez de "Diblah", pues en el hebreo la letra "r" y la letra "d" son muy similares y con frecuencia se confunden.
Además, las
terminaciones de ambas palabras son idénticas. Ribla se encontraba a unos 80
km. al suroeste de Hamat. Los reyes egipcios y babilonios usaron esta aldea
como base de sus operaciones militares en Siria (2 Rey. 23: 33; 25: 5-6). También sería posible traducir "desde el
desierto hasta Ribla", lo que equivaldría a la expresión "desde Dan
hasta Beerseba". De este modo, se afirma que toda la región desde el
desierto por el sur hasta Ribla por el norte se transformaría en desierto.
(4CBA) Ministerio Hno. Pio
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