MARCOS 13. Profecía De Jesús En Cuanto A La
Caída De Jerusalén Y Su Segunda Venida. Vers. (1-8) Cristo predice la
destrucción del templo, (9) las persecuciones por causa del Evangelio, (10-13)
la predicación del Evangelio a todas las naciones, (14-23) y las grandes
calamidades que caerían sobre los Judíos. (24-31) Habla de la manera como
vendrá para hacer juicio, (32-37) y que como nadie sabe la hora de su venida,
todos debemos velar y orar para que cuando aparezca no seamos tomados por
sorpresa.
1 SALIENDO Jesús del templo, le dijo uno de sus discípulos: Maestro, mira qué piedras, y qué edificios. 2 Jesús, respondiendo, le dijo: ¿Ves estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra, que no sea derribada. 3 Y se sentó en el monte de los Olivos, frente al templo. Y Pedro, Jacobo, Juan y Andrés le preguntaron aparte:
4 Dinos, ¿Cuándo serán estas cosas? ¿Y qué señal habrá cuando todas estas cosas hayan de cumplirse? 5 Jesús, respondiéndoles, comenzó a decir: Mirad que nadie os engañe; 6 porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y engañarán a muchos.
7 Mas cuando oigáis de guerras y de rumores de guerras, no os turbéis, porque es necesario que suceda así; pero aún no es el fin. 8 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá terremotos en muchos lugares, y habrá hambres y alborotos; principios de dolores son estos.
9 Pero mirad por vosotros mismos; porque os entregarán a los concilios, y en las sinagogas os azotarán; y delante de gobernadores y de reyes os llevarán por causa de mí, para testimonio a ellos. 10 Y es necesario que el evangelio sea predicado antes a todas las naciones. 11 Pero cuando os trajeren para entregaros, no os preocupéis por lo que habéis de decir, ni lo penséis, sino lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo. 12 Y el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y se levantarán los hijos contra los padres, y los matarán. 13 Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
14 Pero cuando veáis la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel, puesta donde no debe estar (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea huyan a los montes. 15 El que esté en la azotea, no descienda a la casa, ni entre para tomar algo de su casa; 16 y el que esté en el campo, no vuelva atrás a tomar su capa. 17 Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días!
18 Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno; 19 porque aquellos días serán de tribulación cual nunca ha habido desde el principio de la creación que Dios creó, hasta este tiempo, ni la habrá. 20 Y si el Señor no hubiese acortado aquellos días, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos que él escogió, acortó aquellos días.
21 Entonces si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo; o, mirad, allí está, no le creáis. 22 Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán señales y prodigios, para engañar, si fuese posible, aun a los escogidos. 23 Mas vosotros mirad; os lo he dicho todo antes.
24 Pero en aquellos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, 25 y las estrellas caerán del cielo, y las potencias que están en los cielos serán conmovidas. 26 Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes con gran poder y gloria.
27 Y entonces enviará sus ángeles, y juntará a sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo. 28 De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.
29 Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. 30 De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. 31 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
32 Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.
33 Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo. 34 Es como el hombre que yéndose lejos, dejó su casa, y dio autoridad a sus siervos, y a cada uno su obra, y al portero mandó que velase. 35 Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa; si al anochecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana; 36 para que cuando venga de repente, no os halle durmiendo. 37 Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad. (Marcos 13).
SAN MATEO 1-28. https://elaguila3008.blogspot.com/2021/05/enlaces-659-695-reflexionesmhp.html
1. Saliendo. [Señales del regreso de Cristo, Mar. 13: 1-37 =
Mat. 24: 1-51 = Luc. 21: 5-38.
Comentario principal: Mateo.]
8. Alborotos. La evidencia textual favorece (cf. p. 147) la
omisión de esta palabra.
9. Mirad por vosotros. Mateo (cap. 24) omite esta parte
del discurso de Jesús, registrada en Mar. 13: 9-12, quizá porque ya había
consignado prácticamente las mismas observaciones y consejos de su discurso
anterior. En cuanto a estos versículos, ver com. Mat. 10: 17-21.
Concilios. Sin duda, una referencia al sanedrín judío local, o
tribunales, que se reunían en las diversas sinagogas (ver p. 57).
Gobernadores... reyes. Principalmente, referencia a gobernantes
gentiles.
Testimonio a ellos. Mejor "testimonio ante
ellos" (BJ). Ver com. Mat. 10: 18.
11. Os trajeren. Con el significado de que serían
"llevados ante tribunales, magistrados, o para ser castigados" (cf.
Mat. 10: 18; Luc. 21: 12; 22: 54; Hech. 25: 17; etc.).
No os preocupéis. Ver com. Mat. 6: 25; 10: 19.
Ni lo penséis. Ver com. Mat. 10: 19-20. La evidencia textual establece (cf. p. 147) la omisión de estas palabras.
14. Puesta donde no debe. "Erigida donde no debe"
(BJ).
21. El Cristo. Es decir, el Mesías. La palabra aquí significa un
título y no un nombre personal (ver com. Mat. 1: 1).
24. En aquellos días. Marcos es aun más definido que
Mateo en cuanto a la ubicación de estas señales en los cielos (ver com. Mat.
24: 29).
25. Caerán. "Irán cayendo" (BJ). Ver com. Mat. 24: 29. Vincent (Word Studies in the New Testament) favorece la traducción que hallamos en la BJ, pues destaca que el texto griego hace resaltar el sentido de continuidad, como el de una lluvia de estrellas que caen.
Ver com. Mat. 24:29. Sobre la caída de las estrellas...
34. Yéndose lejos. Marcos aquí omite la mayor parte
de este pasaje del discurso registrado en Mat. 24: 37 a 25: 46.
35. No sabéis. Ver com. Mat. 24: 36, 44. Esta es la razón para
velar o estar alerta.
Al anochecer. Los cuatro términos aquí usados se refieren a las
cuatro vigilias de la noche, de acuerdo con el sistema romano que se empleaba
en Palestina. (5CBA).
COMENTARIOS DE EGW
Vers. 1, 24-26. CS 28,41. EL DESTINO DEL MUNDO PREDICHO. https://elaguila3008.blogspot.com/2009/11/el-destino-del-mundo-predicho.html
Vers. 1-37 DTG 581-591. "EN
EL MONTE DE LAS OLIVAS"
(Basado en San Mateo Capitulo 24; San
Marcos Capitulo 13; San Lucas 21:5-38).
https://elaguila3008.blogspot.com/2009/11/dtg-capitulo-69-en-el-monte-de-las.html
vers. 13. Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
LA PERSECUCIÓN ESPARCIRÁ LA LUZ. Los siervos de Cristo serán llevados ante los grandes de la tierra, quienes, de otra manera, nunca habrían oído tal vez el Evangelio. La verdad ha sido presentada falsamente a estos hombres. Han escuchado falsas acusaciones contra la fe de los discípulos de Cristo. Con frecuencia su único medio de conocer el verdadero carácter de esta fe es el testimonio de aquellos que son llevados a juicio por ella. En el examen, se les pide que contesten, y sus jueces escuchan el testimonio dado.
La gracia de Dios será concedida a sus
siervos para hacer frente a la emergencia. "En aquella hora os será dado
--dijo Jesús,-- qué habéis de hablar. Porque no sois vosotros los que habláis,
sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros." Al iluminar el
Espíritu de Dios la mente de sus siervos, la verdad será presentada con 321 su
poder divino y su alto valor. Los que rechazan la verdad se levantarán para
acusar y oprimir a los discípulos. Pero bajo la pérdida y el sufrimiento, y aun
hasta la muerte, los hijos del Señor han de revelar la mansedumbre de su divino
Ejemplo. Así se verá el contraste entre los agentes de Satanás y los
representantes de Cristo. El Salvador será ensalzado delante de los gobernantes
y delante de la gente. Los discípulos no fueron dotados del valor y la
fortaleza de los mártires hasta que necesitaron esta gracia. Entonces se
cumplió la promesa del Salvador. Cuando Pedro y Juan testificaron delante del
Sanedrín, los hombres "se maravillaban; y les conocían que habían
estado con Jesús." (Hechos 4:13).
De Esteban, se dice que "todos los que estaban sentados en el concilio,
puestos los ojos en él, vieron su rostro como el rostro de un ángel." Los
hombres "no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que
hablaba." (Hechos 6:15,10).
Y Pablo, escribiendo acerca de su propio juicio ante el tribunal de los Césares,
dice: "En mi primera defensa, nadie estuvo conmigo, antes todos me
abandonaron.... Mas el Señor estuvo conmigo, y me esforzó, para que por medio
de mí la predicación fuese cumplidamente hecha, y para que oyesen todos los
gentiles; y así yo fui librado de la boca del león."* (2Timoteo 4:16,17 VM.).
LOS SIERVOS DE CRISTO no habían de preparar discurso alguno
para pronunciarlo cuando fuesen llevados a juicio. Debían hacer su preparación
día tras día al atesorar las preciosas verdades de la Palabra de Dios, y al
fortalecer su fe por la oración. Cuando fuesen llevados a juicio, el Espíritu
Santo les haría recordar las verdades que necesitasen. Un esfuerzo diario y
ferviente para conocer a Dios, y a Jesucristo a quien él envió, iba a impartir
poder y eficiencia al alma. El conocimiento obtenido por el escrutinio
diligente de las Escrituras iba a cruzar como rayo en la memoria al debido
momento. Pero si algunos hubiesen descuidado el familiarizarse con las palabras
de Cristo y nunca hubiesen probado el poder de su gracia en la dificultad, no
podrían esperar que el Espíritu Santo les hiciese recordar sus palabras. Habían
de servir a Dios diariamente con afecto indiviso, y luego confiar en él.
TAN ACÉRRIMA SERÍA LA ENEMISTAD HACIA EL EVANGELIO, que aun los vínculos terrenales más tiernos serían pisoteados. Los 322 discípulos de Cristo serían entregados a la muerte por los miembros de sus propias familias.
"Y seréis aborrecidos de todos por mi nombre-añadió: más el que perseverare hasta el fin, éste será salvo" (Marcos 13:13).
PERO LES ORDENÓ no exponerse
innecesariamente a la persecución. Con frecuencia, él mismo dejaba un campo de
labor para otro, a fin de escapar a los que estaban buscando su vida. Cuando
fue rechazado en Nazaret y sus propios conciudadanos trataron de matarlo, se
fue a Capernaúm y allí la gente se asombró de su enseñanza; "porque
su palabra era con potestad.'* (Lucas 4:32). Asimismo sus siervos no
debían desanimarse por la persecución, sino buscar un lugar donde pudiesen
seguir trabajando por la salvación de las almas. El siervo no es superior a su
señor. El Príncipe del cielo fue llamado Belcebú, y de la misma manera sus
discípulos serán calumniados. Pero cualquiera que sea el peligro, los que
siguen a Cristo deben confesar sus principios.
DEBEN DESPRECIAR EL
OCULTAMIENTO. No pueden dejar de darse a conocer hasta que estén seguros de que pueden
confesar la verdad sin riesgo. Son puestos como centinelas, para advertir a los
hombres de su peligro. La verdad recibida de Cristo debe ser impartida a todos,
libre y abiertamente. Jesús dijo: "Lo que os digo en tinieblas, decidlo en
la luz; y lo que oís al oído predicadlo desde los terrados." Jesús mismo
nunca compró la paz por la transigencia. Su corazón rebosaba de amor por toda
la familia humana, pero nunca fue indulgente con sus pecados. Amaba demasiado a
los seres humanos para guardar silencio mientras éstos seguían una conducta
funesta para sus almas, las almas que él había comprado con su propia sangre.
Él trabajaba para que el hombre fuese fiel a sí mismo, fiel a su más elevado y
eterno interés. Los siervos de Cristo son llamados a hacer la misma obra, y
deben velar, no sea que al tratar de evitar la discordia, traicionen la verdad.
Han de seguir "lo que hace a la paz,'* (Romanos 14:19).
Pero la verdadera paz no puede obtenerse traicionando los buenos
principios. Y ningún hombre puede ser fiel a estos principios sin excitar
oposición. Un cristianismo espiritual recibirá la oposición de los hijos de la
desobediencia. DTG 320-322
Vers. 22. CS 13. La enemistad de
Satanás contra Cristo se ensañó en los discípulos del Salvador. En toda la historia puede echarse de ver el
mismo odio a los principios de la ley de Dios, la misma política de engaño,
mediante la cual se hace aparecer el error como si fuese la verdad, se hace que
las leyes humanas substituyan las leyes de Dios, y se induce a los hombres a
adorar la criatura antes que al Creador.
Los esfuerzos de Satanás para desfigurar el carácter de Dios, para dar a
los hombres un concepto falso del Creador y hacer que le consideren con temor y
odio más bien que con amor; sus esfuerzos para suprimir la ley de Dios, y hacer
creer al pueblo que no está sujeto a las exigencias de ella; sus persecuciones
dirigidas contra los que se atreven a resistir a sus engaños, han seguido con
rigor implacable. Se pueden ver en la historia de los patriarcas, de los
profetas y apóstoles, de los mártires y reformadores.
En el gran conflicto final,
Satanás empleará la misma táctica, manifestará el mismo espíritu y trabajará
con el mismo fin que en todas las edades pasadas. Lo que ha sido, volverá a ser, con la
circunstancia agravante de que la lucha venidera será señalada por una
intensidad terrible, cual el mundo no la vio jamás. Las seducciones de Satanás serán más sutiles,
sus ataques más resueltos. Si posible le fuera, engañaría a los escogidos
mismos. (Marcos 13:22.)
2JT 343. ESTÁ POR
SOBRECOGERNOS LA LUCHA FINAL DEL GRAN CONFLICTO, cuando con
"grande potencia, y señales, y milagros mentirosos, y con todo engaño de
iniquidad," Satanás obrará para representar falsamente el carácter de
Dios, a fin de seducir, "si es posible, aun a los escogidos." (Mat.
24: 24.) Si hubo alguna vez un pueblo que necesitase un aumento constante de la
luz del cielo, es el pueblo que, en este tiempo de peligro, Dios llamó a ser
depositario de su santa ley y a vindicar su carácter delante del mundo. Aquellos a quienes se confió un cometido tan
sagrado deben ser espiritualizados y elevados por las verdades que profesan
creer.
NUNCA LA
IGLESIA ha necesitado tanto, y nunca ha estado Dios tan deseoso de que ella
obtuviese la condición descrita en la carta de Pablo a los colosenses cuando
escribió: "No cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos
del conocimiento de su voluntad, en toda sabiduría y espiritual inteligencia;
para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, fructificando en
toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios." (Col. 1: 9, 10).
Vers. 37. A fines del
siglo VIII los partidarios del papa empezaron a sostener que en los primeros
tiempos de la iglesia tenían los obispos de Roma el mismo poder espiritual que
a la fecha se arrogaban. Para dar a su aserto visos de autoridad, había que
valerse de algunos medios, que pronto fueron sugeridos por el padre de la
mentira. Los monjes fraguaron viejos manuscritos. Se descubrieron decretos
conciliares de los que nunca se había oído hablar hasta entonces y que
establecían la supremacía universal del papa desde los primeros tiempos. Y la
iglesia que había rechazado la verdad, aceptó con avidez estas imposturas.
Los pocos fieles que edificaban
sobre el cimiento verdadero (1 Corintios 3:10, 11) estaban perplejos y
trabados, pues los escombros de las falsas doctrinas entorpecían el trabajo.
Como los constructores de los muros de Jerusalén en tiempo de Nehemías, algunos
estaban por exclamar: "Las fuerzas de los acarreadores se han
enflaquecido, y el escombro es mucho, y 61 no podemos edificar el muro."
(Nehemías 4: 10.) Debilitados por el constante esfuerzo que hacían contra la
persecución, el engaño, la iniquidad y todos los demás obstáculos que Satanás
inventara para detener su avance, algunos de los que habían sido fieles
edificadores llegaron a desanimarse; y por amor a la paz y a la seguridad de
sus propiedades y de sus vidas se apartaron del fundamento verdadero.
OTROS, sin dejarse desalentar por la oposición de sus enemigos, declararon sin
temor: "No temáis delante de ellos: acordaos del Señor grande y
terrible" (vers. 14), y cada uno de los que trabajaban tenía la espada
ceñida. (Efesios 6:17.)
EN TODO TIEMPO EL MISMO ESPÍRITU DE ODIO Y DE OPOSICIÓN A LA VERDAD inspiró a los
enemigos de Dios, y los siervos de él necesitaron la misma vigilancia y
fidelidad. Las palabras de Cristo a sus primeros discípulos se aplicarán a
cuantos le sigan, hasta el fin de los tiempos: "Y lo que os digo a
vosotros, a todos lo digo: ¡Velad!" (S. Marcos 13: 37, V.M.). CS 61.
*SOLEMNES SON LAS
ESCENAS RELACIONADAS CON LA OBRA FINAL DE EXPIACIÓN.
Incalculables son los intereses involucrados en ella. El juicio se lleva ahora
adelante en el Santuario celestial. Esta obra se viene realizando desde hace
muchos años. Pronto -nadie sabe cuándo- les tocará ser juzgados a los vivos. En
la augusta presencia de Dios nuestras vidas deberán ser examinadas. En este
tiempo más que en cualquier otro conviene que toda alma preste atención a la
advertencia del Salvador: “Velad y orad; porque no sabéis cuándo será el
tiempo”. “Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora
vendré sobre ti”. Marcos 13:33; Apocalipsis 3:3.
CUANDO CONCLUYA LA OBRA DEL JUICIO INVESTIGADOR,
quedará decidida la suerte de todos para vida o para muerte. El tiempo de
gracia terminará poco antes que el Señor aparezca en las nubes del cielo. Al
mirar hacia ese tiempo, Cristo declara en el Apocalipsis: “El que es injusto,
sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es
justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.
He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno
según sea su obra”. Apocalipsis 22:11, 12.
LOS JUSTOS Y LOS IMPÍOS CONTINUARÁN VIVIENDO EN LA
TIERRA EN SU ESTADO MORTAL; los hombres
seguirán plantando y edificando, comiendo y bebiendo, inconscientes todos ellos
de que la decisión final e irrevocable ha sido pronunciada en el Santuario
celestial. Antes del diluvio, después que Noé hubo entrado en el arca, Dios lo
encerró en ella y dejó afuera a los impíos; pero por espacio de siete días la
gente, sin saber que su sentencia estaba determinada, continuó en su
despreocupada vida amante de los placeres y se mofaba de las advertencias de un
juicio inminente. El Salvador dice: “Así será también la venida del Hijo del
hombre”. Mateo 24:39. Silenciosamente, inadvertida como ladrón a medianoche,
llegará la hora decisiva que marca el irrevocable destino de cada ser humano,
el retiro final del ofrecimiento de misericordia dirigido a los culpables.
“VELAD, PUES... PARA QUE CUANDO VENGA DE REPENTE, NO
OS HALLE DURMIENDO”. Marcos 13:35, 36.
Peligrosa es la condición de quienes, cansándose de velar, se vuelven a los
atractivos del mundo. Mientras el hombre de negocios está absorto en el afán de
lucro, mientras el amante de los placeres está buscando cómo complacerse,
mientras la esclava de la moda está renovando su vestuario, puede ser que en
ese momento el Juez de toda la Tierra pronuncie la sentencia: “Has sido pesado
en la balanza y has sido hallado falto”. Daniel 5:27 (VM).—Seguridad y Paz en
el Conflicto de los Siglos, 533-545. EGW
“SED SOBRIOS, Y VELAD; porque vuestro adversario el diablo,
como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”. 1 Pedro 5:8. El está en el terreno de
juegos, vigilando vuestras diversiones, cazando a toda alma que se halla
desprevenida, sembrando su semilla en los corazones humanos, y tomando el
control de las mentes humanas. Está presente en todo ejercicio del aula. Los
alumnos que permiten que sus ánimos se exciten profundamente por los juegos, no
están en la mejor condición para recibir la instrucción, el consejo, el
reproche que es para ellos tan esencial… CM 270.
PERO EN AQUEL DÍA, ASÍ COMO SUCEDIÓ
EN TIEMPO DE LA DESTRUCCIÓN DE JERUSALÉN, EL PUEBLO DE DIOS SERÁ LIBRADO, porque serán salvos todos aquellos
cuyo nombre esté “inscrito para la vida”. Isaías 4:3 (VM). Nuestro Señor Jesucristo
anunció que vendrá la segunda vez para llevarse a los suyos: “Entonces se
mostrará la señal del Hijo del hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas
las tribus de la tierra, y verán al Hijo del hombre que vendrá sobre las nubes
del cielo, con grande poder y gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de
trompeta, y juntarán sus escogidos de los cuatro vientos, de un cabo del cielo
hasta el otro”. Mateo 24:30, 31. Entonces los que no
obedezcan al evangelio serán muertos con el aliento de su boca y destruidos con
el resplandor de su venida. 2 Tesalonicenses 2:8. Así como le sucedió
antiguamente a Israel, los malvados se destruirán a sí mismos, y perecerán
víctimas de su iniquidad. Debido a su vida pecaminosa los hombres se han
apartado tanto del Señor y tanto ha degenerado su naturaleza con el mal, que la
manifestación de la gloria del Señor es para ellos un fuego consumidor. CS
35.
DEBEN GUARDARSE LOS HOMBRES DE NO
MENOSPRECIAR EL AVISO DE CRISTO RESPECTO A SU SEGUNDA VENIDA; porque como anunció a los
discípulos la destrucción de Jerusalén y les dio una señal para cuando se
acercara la ruina, así también previno al mundo del día de la destrucción final
y nos dio señales de la proximidad de esta para que todos los que quieran
puedan huir de la ira que vendrá. Dijo Jesús: “Y habrá señales en el sol, y en
la luna, y en las estrellas; y sobre la tierra angustia de naciones”. Lucas 21:25 (VM); Mateo 24:29; Apocalipsis 6:12-17. “Cuando viereis todas
estas cosas, sabed que está cercano, a las puertas”. Mateo 24:33. “Velad pues” (Marcos 13:35), es la amonestación del
Señor. Los que le presten atención no serán dejados en tinieblas ni
sorprendidos por aquel día. Pero los que no quieran velar serán
sorprendidos, porque “el día del Señor vendrá así como ladrón de
noche”. 1 Tesalonicenses 5:1-5. CS 35.2
El mundo no está hoy más dispuesto a creer el mensaje dado para este tiempo
de lo que estaba en los días de los judíos para recibir el aviso del Salvador
respecto a la ruina de Jerusalén. Venga cuando venga, el día de Dios caerá
repentinamente sobre los impíos desprevenidos. El día menos pensado, en medio
del curso rutinario de la vida, absortos los hombres en los placeres de la
vida, en los negocios, en la caza al dinero, cuando los guías religiosos
ensalcen el progreso y la ilustración del mundo, y los moradores de la tierra
se dejen arrullar por una falsa seguridad, entonces, como ladrón que a media
noche penetra en una morada sin custodia, así caerá la inesperada destrucción
sobre los desprevenidos “y no escaparán”. Vers. 3. CS 36. EGW
Ministerio Hno. Pio
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