Marcos 11. Conflictos Con Los Escribas Y Los Fariseos. Vers. (1-11) Cristo entra triunfante en Jerusalén; (12-14)
maldice la higuera que sólo tenía hojas; (15-19) purifica el templo; (20-26)
exhorta a sus discípulos a creer y orar con fe, y a perdonar a sus enemigos. (27-33)
Defiende la legalidad de sus actos por medio del testimonio de Juan, un hombre
enviado por Dios.
1 CUANDO se acercaban a Jerusalén, junto a Betfagé y a Betania, frente al monte de los Olivos, Jesús envió dos de sus discípulos, 2 y les dijo: Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y luego que entréis en ella, hallaréis un pollino atado, en el cual ningún hombre ha montado; desatadlo y traedlo. 3 Y si alguien os dijere: ¿Por qué hacéis eso? decid que el Señor lo necesita, y que luego lo devolverá.
4 Fueron, y hallaron el pollino atado afuera a la puerta, en el recodo del camino, y lo desataron. 5 Y unos de los que estaban allí les dijeron: ¿Qué hacéis desatando el pollino? 6 Ellos entonces les dijeron como Jesús había mandado; y los dejaron.
7 Y trajeron el pollino a Jesús, y echaron sobre él sus mantos, y se sentó sobre él. 8 También muchos tendían sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían por el camino. 9 Y los que iban delante y los que venían detrás daban voces, diciendo: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! 10 ¡Bendito el reino de nuestro padre David que viene! ¡Hosanna en las alturas! 11 Y entró Jesús en Jerusalén, y en el templo; y habiendo mirado alrededor todas las cosas, como ya anochecía, se fue a Betania con los doce.
12 Al día siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo hambre. 13 Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez hallaba en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas, pues no era tiempo de higos. 14 Entonces Jesús dijo a la higuera: Nunca jamás coma nadie fruto de ti. Y lo oyeron sus discípulos.
15 Vinieron, pues, a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo; y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; 16 y no consentía que nadie atravesase el templo llevando utensilio alguno. 17 Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.
18 Y lo oyeron los escribas y los principales sacerdotes, y buscaban cómo matarle; porque le tenían miedo, por cuanto todo el pueblo estaba admirado de su doctrina. 19 Pero al llegar la noche, Jesús salió de la ciudad.
20 Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces. 21 Entonces Pedro, acordándose, le dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado.
22 Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. 23 Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. 24 Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.
25 Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. 26 Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.
27 Volvieron entonces a Jerusalén; y andando él por el templo, vinieron a él los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos, 28 y le dijeron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas, y quién te dio autoridad para hacer estas cosas? 29 Jesús, respondiendo, les dijo: Os haré yo también una pregunta; respondedme, y os diré con qué autoridad hago estas cosas. 30 El bautismo de Juan, ¿era del cielo, o de los hombres? Respondedme. 31 Entonces ellos discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis? 32 ¿Y si decimos, de los hombres ...? Pero temían al pueblo, pues todos tenían a Juan como un verdadero profeta. 33 Así que, respondiendo, dijeron a Jesús: No sabemos. Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas. (Marcos 11).
(Enlaces Sobre San Mateo 1-28).
https://elaguila3008.blogspot.com/2021/05/enlaces-659-695-reflexionesmhp.html
1. Cuando se acercaban. [La entrada triunfal, Mar. 11:1-11 = Mat. 21:1-11 = Luc. 19:29-44 = Juan
12:12-19. Comentario principal: Mateo.]
2. Ningún hombre ha montado. Se consideraba como una cualidad esencial que
fueran nuevas las cosas destinadas al uso sagrado o real (Exo. 13:2; 23:19;
Lev. 21:13-14; Núm. 19:2; 1 Sam. 6:7).
4. Afuera a la puerta. Muchas viviendas del Medio Oriente eran construidas en forma cuadrangular,
con un patio abierto en el centro. Desde ese patio, un pasadizo conducía a la
calle. De acuerdo con la costumbre, el asna y el pollino habrían estado
apersogados en el patio y no a la puerta, en la calle pública.
En el recodo del camino. "Fuera, en la calle" (BJ). La palabra griega ámfodon,
"calle", consta de dos partes: amfi, "ambos", y hodós,
"camino". Por esto se la ha traducido de diversas e interesantes
maneras, sin lograr un consenso ni una comprensión clara de la clase de calle a
la cual se hace referencia. Ver mapa p. 214.
11. En el templo. Este era el mismo centro de la vida nacional y religiosa judía, el lugar
lógico para coronar al Rey-Mesías; el lugar donde primero debiera haber sido
reconocida su autoridad y desde donde debiera haberse proclamado el pregón
oficial para que los hombres reconocieran su soberanía (ver t. IV, pp. 29-32).
Los sacerdotes y ancianos de Israel deberían haber sido los primeros en
reconocer la autoridad de Jesús. Sin embargo, "a lo suyo vino, y los suyos
no le recibieron" (ver com. Juan 1:11).
Mirado alrededor. Como el templo era su casa, Jesús anduvo por sus atrios, inspeccionando lo que con toda justicia era suyo, pero de lo cual se habían apropiado para sus propios fines egoístas aquellos a quienes había sido confiado para que lo cuidaran (Mat. 21:33-39).
Se fue a Betania. Cuando el gentío finalmente llegó a Jerusalén, ya era demasiado tarde, y en vano buscó a Jesús para coronarlo como rey (DTG 534). Pero, al igual que en ocasiones previas, cuando, cumpliendo con su misión afrontaba una crisis, Jesús pasó toda la noche en oración (ver com. Mar. 3:13; cf. DTG 534).
12. Al día siguiente. [La higuera estéril, Mar. 11:12-14, 20-26 = Mat. 21:18-22. Comentario
principal: Marcos. Ver mapa p. 214; diagrama p. 223; acerca de los milagros, pp.
198-203.]
Este
fue el "día siguiente" después de la entrada triunfal (vers. 1-11),
y, por lo tanto, un lunes de mañana. Siguiendo un orden estrictamente
cronológico, Marcos registra la purificación del templo (vers. 15-19) entre la
maldición de la higuera (vers. 12-14) y el descubrimiento de que se había
secado (vers. 20-26). Mateo, que frecuentemente sigue un orden de temas y no
cronológico (ver p. 268), presenta en una sola unidad todo el episodio de la
higuera estéril, sin mencionar que pasaron unas 24 horas entre la maldición que
recayó sobre ella y el descubrimiento de que el árbol se había secado.
LA NATURALEZA Y EL
PROPÓSITO DE LOS MILAGROS. LOS
ESCRITORES DE LOS EVANGELIOS SE REFIEREN A LOS MILAGROS DE NUESTRO SEÑOR EN
VARIOS TÉRMINOS. Los más comunes son dúnamis,
"poder", y s'meíon, "señal". El primero se usa cuando se
desea caracterizar el milagro como una manifestación del poder divino; el
segundo, como una confirmación visible de la autoridad divina de Jesús. Cuando el escritor desea destacar la reacción
de la gente, usa téras, "maravilla", thaumásion, "cosa
admirable", éndoxon, "cosa gloriosa", o parádoxon, "cosa
extraña". Téras era la palabra
común para una "maravilla" hecha por un mago, y por eso los escritores
del Nuevo Testamento siempre la acompañan con una de las palabras que indican
un milagro genuino como un acto de Dios. Jesús comúnmente hablaba de sus
milagros como érga, "obras".
HE AQUÍ DOS DEFINICIONES DE MILAGRO: "Acto del poder divino, superior al orden natural
y a las fuerzas humanas. Cualquier
suceso o cosa rara, extraordinaria y maravillosa" (Diccionario de la Real
Academia). "En sentido estricto, intervención extraordinaria de la
Providencia en el orden natural de las cosas, y puede definirse: suceso
ocurrido fuera del orden y de las leyes naturales (supra, contra o praeter
naturam) cuya causa excede el poder de toda naturaleza creada" (Martín
Alonso, Enciclopedia del idioma).
LA PALABRA MILAGRO DERIVA DEL LATÍN
MIRACULUM: "un objeto de
admiración", "cosa maravillosa", "cosa extraña",
"cosa admirable", "algo asombroso"; de mirari:
"maravillarse".
POR LO TANTO, NUESTRA PALABRA
"MILAGRO" designa específicamente
cualquier suceso que resulta inexplicable debido a las limitaciones del
conocimiento humano y a nuestra comprensión. No hay milagros para Dios, pues su
conocimiento y su comprensión son infinitos. La apariencia milagrosa de ciertos
fenómenos naturales no radica tanto en los hechos mismos como en el efecto que
producen en la mente de los seres limitados que los contemplan. El suceso es
objetivo, pero su apariencia milagrosa es subjetiva.
A MEDIDA QUE AUMENTAN EL
CONOCIMIENTO Y LA COMPRENSIÓN DE LOS HOMBRES, algunos sucesos que antes parecían milagrosos pueden dejar de
serlo. Por ejemplo, cuando se inventó la imprenta, se la consideró como algo
milagroso y se la atribuyó al diablo. Los hombres de ese tiempo y con esos
conceptos, ¿qué habrían pensado de la televisión? Sin embargo, los milagros de nuestro Señor
significaron la acción de un poder completamente desconocido para el hombre y
produjeron resultados que aún hoy día no se pueden explicar dependiendo del
conocimiento humano.
A PESAR DE TODO, LO QUE PARECE SER
UNA VIOLACIÓN DE UNA LEY DE LA NATURALEZA, tal como la comprendemos, podría ser sencillamente la acción
de una ley de naturaleza superior y desconocida que modifica o contrarresta una
ley inferior y conocida. Por ejemplo, la gravedad atrae todas las cosas hacia
la tierra; pero una ley superior de la naturaleza contrarresta la ley de la
gravedad cuando un ser viviente levanta esas mismas cosas, cuando el sol eleva
hacia la atmósfera toneladas de agua para formar las nubes, o cuando la acción
de la capilaridad hace subir la savia desde las raíces de un abeto gigantesco
(como las sequoais de California) hasta sus ramas más altas. O cuando una ley
puede ser modificada por otra, como en el caso de las fuerzas centrífuga y
centrípeta, que se equilibran para mantener un planeta en su órbita. Las
fuerzas de la naturaleza actúan de acuerdo con la expresa voluntad de Dios, y
por esto es difícil pensar o demostrar que los milagros sean una violación de
la ley natural. Sería más correcto considerarlos como variaciones de la acción
de una ley natural tal como la conocen y entienden los hombres. Dios nunca
procede en contra de sí mismo. 199
UN MILAGRO DE CURACIÓN NO ES MAYOR
QUE EL MILAGRO DE UNA VIDA TRANSFORMADA.
En realidad, una vida tal es el mayor de todos los milagros. Y Dios
sencillamente actúa en cada uno de ellos en forma que no podemos comprender
plenamente, para nuestro bien en esta vida y en la venidera. Hay una ley espiritual
que determina que "la paga del pecado es muerte"; pero hay otra ley
superior que enseña que "la dádiva de Dios es vida eterna" (Rom.
6:23; 7:21 a 8:4). Ver DTG 373-374.
PARA PODER COMPRENDER EL PROPÓSITO por el cual se produjeron los milagros de Jesús y las
condiciones bajo las cuales pudieron ser hechos, es necesario verlos en su
verdadera perspectiva, tal como se relacionan con el ministerio de Jesús en la
tierra.
¿POR QUE JESÚS HIZO MILAGROS? Cada milagro de nuestro Señor tuvo un propósito definido.
Nunca ejerció su poder divino para satisfacer la curiosidad ociosa o para
demostrar que tenía la facultad de proceder así (DTG 678), o para beneficiarse
a sí mismo (DTG 677). "Sus obras admirables fueron todas hechas para
beneficio de otros" (DTG 95; cf.
373), y contribuyeron material y espiritualmente al bienestar de ellos. De esa
manera procuraba que los hombres estuvieran seguros del amor, la simpatía y la
protección de su Padre celestial. La
evidencia de la obra de Cristo en favor de los hombres, demostrada en formas
extraordinarias los guiaría a una mejor comprensión y a un aprecio más profundo
de la forma en que él suple las necesidades de ellos día tras día en los
sucesos más comunes de la vida (DTG
334-335; ver también p. 117).
LOS MILAGROS DE NUESTRO SEÑOR
TAMBIÉN ILUSTRABAN VERDADES ESPIRITUALES.
El paralítico de Capernaúm primero fue curado de su parálisis espiritual (Mt.
2:9-11). El ciego de Siloé disfrutó de
la restauración de su vista natural y de la espiritual (Juan 9:5-7, 35-38). El pan que se dio a los 5.000 tenía el
propósito de conducirlos al Pan de vida que descendió del cielo (Juan 6:26-35). La resurrección de Lázaro demostró el poder
de Cristo para impartir vida a todos los que creen en él (Juan 11:23-26; cf. 5:26-29)
y su poder para infundir nueva vida en los que están espiritualmente
muertos. "Cada milagro era de un
carácter destinado a conducir a la gente al árbol de la vida, cuyas hojas son
para la sanidad de las naciones" (DTG 334).
LOS MILAGROS DE NUESTRO SEÑOR
TESTIFICABAN, POR SOBRE TODO, De Su Misión Divina Como El
Salvador De La Humanidad y daban validez a la verdad de
su mensaje. Jesús se refirió una y otra vez a sus obras asombrosas como una
evidencia de su autoridad divina y de su mesianismo (Mat. 11:20-23; Juan 5:36;
10:25, 32, 37-38; 14:10-11); y por eso los de sincero corazón reconocían la
divinidad que obraba en Cristo y mediante él (Mat. 13:54; Luc. 9:43; 19:37; 24:19;
Juan 3:2; 6:14; 9:16, 33).
LOS MILAGROS DE CRISTO NO SÓLO
CONTRIBUYERON EN UNA FORMA GENERAL
para la comprensión de esos propósitos, sino que cada uno -por lo menos los
registrados en los Evangelios- parece haber sido significativo en sí mismo y
por sí mismo (ver com. Luc. 2:49). Por
eso, un estudio de los milagros de nuestro Señor debiera incluir una
investigación de sus resultados, y, por lo tanto, del propósito que los produjo
y qué indujo a los evangelistas a registrarlos (ver la columna "Propósito
Y [o] resultado(s)", pp. 200-203).
¿EN QUÉ CIRCUNSTANCIAS HIZO JESÚS
MILAGROS? "Cristo no realizó nunca
un milagro que no fuese para suplir una necesidad verdadera" (DTG 334). Dios
no recibe honra cuando se acude a él para que haga lo que los hombres pueden
hacer por sí mismos. El propósito final de un milagro sólo se puede comprender
cuando los hombres reconocen que sus necesidades superan a su sabiduría. No hay
duda de que primero debe haber un profundo sentido de necesidad. Luego debe creerse que Dios puede
proporcionar la ayuda que se necesita tan desesperadamente y que él la
proporcionará, También debe existir un ferviente deseo y un intenso anhelo de
que Dios 200 supla esa necesidad. Debe
haber una disposición del corazón y de la mente de avanzar por fe, en armonía
con todo lo que Dios pueda pedir. Finalmente tiene que sentirse la disposición
de ordenar la vida desde ese momento en armonía con los principios del reino de
los cielos y de dar testimonio del amor de Dios y de su poder.
Salieron de Betania. Donde él había pasado la noche (ver com. vers. 11).
Tuvo hambre. Quizá las circunstancias desde la entrada triunfal (ver com. vers. 11)
habían impedido que Jesús comiera bien, por lo menos una vez. El hecho de que
no se mencione que los discípulos tenían hambre, parece implicar que habían
comido.
13. Viendo... una higuera. Así como lo hizo en ocasión de la entrada triunfal
el día anterior, quizá Jesús siguió una ruta más o menos directa desde Betania
a Jerusalén. Subiendo por la suave falda oriental del monte de los Olivos,
bajando la comparativamente empinada estribación occidental y cruzando el valle
del Cedrón, entró en Jerusalén (ver com. Mat. 21:1; Luc. 19:41). La higuera
llamaba la atención por ser el único árbol del huerto que estaba lleno de hojas
(cf. DTG 534).
De lejos. Jesús vio el árbol antes de llegar a él. Seguramente, este árbol crecía
cerca del camino (Mat. 21:19).
Tenía hojas. Una higuera bien frondosa prometía frutas de buen tamaño, aunque no
necesariamente maduras. Por otro lado, los árboles sin hojas como era el caso
del resto de los árboles del huerto no despertaban falsas esperanzas de que
hubiera frutas en ellos y por ende no podían chasquear a nadie.
En
esta dramática parábola (ver com. vers. 14), la frondosa higuera representaba a
la nación judía y los otros árboles a las naciones gentiles. Es cierto que los
gentiles no daban frutos, pero nadie los esperaba de ellos porque no pretendían
darlos (ver t. IV, pp. 28-29). Sin embargo, esta higuera precoz tenía hojas que
presagiaban higos.
Nada halló sino hojas. Era una promesa incumplida. De todos los defectos, no había ninguno que
resultara más ofensivo para Jesús que la hipocresía (ver com. Mat. 6:2; 23:13).
A semejanza de la higuera estéril, la religión Judía estaba desprovista de
frutos. Abundaba en formas y ceremonias, pero le faltaba la verdadera piedad
(ver com. Mar. 7:2-3; t. IV, pp. 32-34).
Tiempo de higos. En el clima de Palestina, la primera cosecha de higos (las brevas)
generalmente madura en Junio y la última en septiembre. El incidente ocurrió
quizá en el mes de abril, y, por lo tanto, faltaban pocas semanas antes de que
madurara la primera cosecha. Aunque era insólito que se esperara hallar higos
tan prematuros, con todo era concebible que un árbol tan frondoso tuviera
frutas a punto de madurar. También debe tenerse en cuenta que en los países del
Cercano Oriente se come con frecuencia la fruta verde o sin madurar (ver com.
Isa. 28:4).
14. Nunca jamás. La doble negación hace que la prohibición sea más enfática. La esterilidad
del árbol representaba la improductividad de Israel, y la maldición, el juicio
que Jesús iba a pronunciar al día siguiente: "Vuestra casa os es dejada
desierta" (ver com. Mat. 23:38).
Fue
también al día siguiente cuando Jesús censuró severamente a los escribas y a
los fariseos por sus pretensiones hipócritas (Mat. 23:13-33).
El
propósito de esta parábola convertida en realidad era preparar las mentes de
los discípulos para las escenas de los días siguientes, durante los cuales los
dirigentes Judíos confirmarían su rechazo de Jesús. Con frecuencia, este tipo
de parábolas induce más eficazmente a la reflexión que lo que podrían hacerlo
las meras palabras. Hay otras parábolas transformadas en realidad en Isa.
20:2-6 y Eze. 4:1 a 5:17.
15. Vinieron, pues, a Jerusalén. [Segunda purificación del templo, Mar. 11:15-19 =
Mat. 21:12-17 = Luc. 19:45-48. Comentario principal: Mateo.]
16. Atravesase el templo. Es decir, atravesase los atrios del templo. La palabra aquí usada para
templo es hierón, que se refiere a todos los atrios y edificios dentro del
predio del templo, y no el vocablo naós, templo o santuario propiamente dicho.
Al entrar en el recinto sagrado del templo, los hombres debían dejar a un lado,
como señal de reverencia, cualquier carga que pudieran estar llevando. Es
indudable que los que llevaban cargas estaban usando los atrios del templo como
un atajo para evitar dar un rodeo (ver Mishnah Berakoth 9. 5).
17. Llamada... para todas las naciones. Sin duda Jesús estaba en la parte del templo que
correspondía a los gentiles que creían en el verdadero Dios. Los funcionarios
del templo habían convertido ese recinto en una especie de mercado.
Ladrones. "Bandidos" (BJ). O "salteadores". Es decir, asaltantes
organizados, y no rateros.
18. Le tenían miedo. Especialmente, debido a su gran influencia sobre el pueblo, lo que se había
demostrado en forma tan impresionante con la entrada triunfal del día anterior.
Doctrina. Literalmente, "enseñanza" (ver com. Mat. 7:28).
20. Por la mañana. Es decir, la mañana del martes, el día después de la purificación del
templo. Desde el lunes de mañana, los discípulos habían tenido más
oportunidades de ser testigos de la obstinada animosidad de los dirigentes
Judíos contra Jesús. Habrían de ver mucho más antes de que terminara el día.
Para Jesús y los doce, el primer episodio de este día ominoso fue el
espectáculo de la higuera seca.
Desde las raíces. Un detalle que sólo consigna Marcos. Este es el único milagro de Jesús del
que puede decirse que provocó un daño. Los críticos han sugerido que Jesús
pronunció con ira la maldición sobre la higuera estéril. Sin embargo, en toda
la vida de Jesús no hay nada que sugiera que él alguna vez, con maldad, hubiera
provocado daño o sufrimiento a hombres, animales u otras criaturas, obra de sus
manos, o que hubiera procedido movido por motivos indignos. Las circunstancias
dentro de las cuales Jesús realizó el milagro proporcionan una explicación
plenamente satisfactoria de su propósito al llevar a cabo este acto
excepcional. Ese mismo día los dirigentes de la nación confirmarían su decisión
de rechazar a Jesús como el Mesías, y él anunciaría que el cielo los rechazaba
a ellos (ver com. Mat. 23:38). Los discípulos no comprendían bien todo esto, e
indudablemente Jesús maldijo a la higuera con el propósito de prepararlos para
ese trágico acontecimiento.
21. Pedro. Sólo Marcos identifica a Pedro como el portavoz de los otros (ver com. Mat.
14:28).
Secado. El
proceso del secamiento ocurrió durante las 24 horas anteriores, y fue tan
completo que se advertía que era desde las raíces (vers. 20).
22. Tened fe en Dios. Como podría esperarse, la reacción de los discípulos fundamentalmente fue
de sorpresa ante la naturaleza milagrosa de esta parábola hecha realidad. Por
supuesto, todavía no percibían su importancia. De modo que mientras la atención
de ellos se concentraba en el milagro mismo y no en su significado, Jesús
aprovechó de su interés para destacar las alturas hasta las cuales puede
ascender la verdadera fe (vers. 22-24) y añadió una admonición respecto a un
importante requisito previo para que las oraciones sean contestadas (Mar. 11:25;
ver com. Mat. 17:20).
23. De cierto. Ver com. Mat. 5:18.
Este monte. En ese mismo momento, Jesús y los discípulos estaban en la falda del monte
de los Olivos. Fuera del valle del Cedrón, el monte de los Olivos ocupaba la
mayor parte del área entre Jerusalén y Betania (ver com. Mat. 21:1; mapa p.
214; mapa en colores frente a la p. 513).
Quítate. Ver
com. Mat. 17:20. Jesús mismo nunca movió montañas literales,
ni tenía el propósito de que sus seguidores se vieran frente a la necesidad de
hacer eso. Aquí Jesús habla de montañas simbólicas de dificultades.
Dudare. Gr.
diakrínÇ, en su forma activa, "separar", "discriminar", o
"distinguir". En su forma pasiva, empleada aquí y en Sant. 1:6, tiene
el sentido de "discutir", o "vacilar" (entre dos ideas), o
"dudar".
24. Creed. Ver com. Mat. 7:7.
25. Estéis orando. "Os pongáis de pie para orar" (BJ). En cuanto a estar "de
pie" como una postura adecuada para orar, ver com. Luc. 18:11. Quizá se
haga referencia a estar de pie en los atrios del templo a la hora de la oración
matutina o vespertina.
Perdonad. Ver com. Mat. 6:14-15.
26. Porque si... no perdonáis. La evidencia textual tiende a confirmar (cf. p.
147) la omisión del vers. 26, aunque la mayoría de los manuscritos tienen el
mismo pensamiento en Mat. 18:35. Nuestra mala voluntad para perdonar, impide
que Dios oiga y responda nuestras oraciones.
27. Volvieron entonces. [Los dirigentes desafían la autoridad de Jesús, Mar. 11:27-33 = Mat.
21:23-27 = Luc. 20:1-8. Comentario principal: Mateo.]
29. Respondedme. Sólo Marcos registra el pedido de una respuesta en esta forma perentoria.
En cuanto a la pregunta de Jesús, ver com. Mat. 21:24. (5CBA)
COMENTARIOS DE EGW
1-10. DTG 523-532. "TU
REY VIENE"
(Basado en San Mateo 21:1-11; San Marcos
11:1-10; San Lucas 19:29-44; San Juan 12:12-19).
https://elaguila3008.blogspot.com/2009/11/dtg-capitulo-63-tu-rey-viene.html
11-14,20-21.
DTG 533-539 "UN PUEBLO CONDENADO"
(Basado en San Marcos 11:11-14, 20,21; San
Mateo 21:17-19).
https://elaguila3008.blogspot.com/2009/11/dtg-capitulo-64-un-pueblo-condenado.html
15-19; 27-33. DTG 540-544. "CRISTO PURIFICA DE NUEVO EL
TEMPLO"
(Basado en San Mateo 21:12-16, 23-46; San
Marcos 11:15-19, 27-33; 12:1-12; San Lucas 19:45-48; 20:1-19).
https://elaguila3008.blogspot.com/2009/11/dtg-capitulo-65-cristo-purifica-de.html
Ministerio Hno. Pio
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