Lucas 11. Enseñanza Mediante Parábolas. Vers. (1-10) Cristo enseña a orar, y con persistencia. (11-13) Asegura que Dios nos dará buenas cosas. (14-27) Sana a un endemoniado y mudo, y reprende a los fariseos blasfemos. (28) Quiénes son bienaventurados. (29-36) Cristo predica a la gente, (37-54) y reprende la limpieza solo exterior de los fariseos, los escribas e intérpretes de la ley.
1 ACONTECIO que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos. 2 Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 3 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 4 Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.
11 ¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? 12 ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? 13 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
14 Estaba Jesús echando fuera un demonio, que era mudo; y aconteció que salido el demonio, el mudo habló; y la gente se maravilló. 15 Pero algunos de ellos decían: Por Beelzebú, príncipe de los demonios, echa fuera los demonios.
16 Otros, para tentarle, le pedían señal del cielo. 17 Mas él, conociendo los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado; y una casa dividida contra sí misma, cae. 18 Y si también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo permanecerá su reino? ya que decís que por Beelzebú echo yo fuera los demonios. 19 Pues si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿vuestros hijos por quién los echan? Por tanto, ellos serán vuestros jueces. 20 Mas si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros.
21 Cuando el hombre fuerte armado guarda su palacio, en paz está lo que posee. 22 Pero cuando viene otro más fuerte que él y le vence, le quita todas sus armas en que confiaba, y reparte el botín. 23 El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.
24 Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo; y no hallándolo, dice: Volveré a mi casa de donde salí. 25 Y cuando llega, la halla barrida y adornada. 26 Entonces va, y toma otros siete espíritus peores que él; y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero.
27 Mientras él decía estas cosas, una mujer de entre la multitud levantó la voz y le dijo: Bienaventurado el vientre que te trajo, y los senos que mamaste. 28 Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.
29 Y apiñándose las multitudes, comenzó a decir: Esta generación es mala; demanda señal, pero señal no le será dada, sino la señal de Jonás. 30 Porque así como Jonás fue señal a los ninivitas, también lo será el Hijo del Hombre a esta generación.
31 La reina del Sur se levantará en el juicio con los hombres de esta generación, y los condenará; porque ella vino de los fines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y he aquí más que Salomón en este lugar.
32 Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán; porque a la predicación de Jonás se arrepintieron, y he aquí más que Jonás en este lugar.
33 Nadie pone en oculto la luz encendida, ni debajo del almud, sino en el candelero, para que los que entran vean la luz. 34 La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas. 35 Mira pues, no suceda que la luz que en ti hay, sea tinieblas. 36 Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz, no teniendo parte alguna de tinieblas, será todo luminoso, como cuando una lámpara te alumbra con su resplandor.
37 Luego que hubo hablado, le rogó un fariseo que comiese con él; y entrando Jesús en la casa, se sentó a la mesa. 38 El fariseo, cuando lo vio, se extrañó de que no se hubiese lavado antes de comer. 39 Pero el Señor le dijo: Ahora bien, vosotros los fariseos limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de rapacidad y de maldad. 40 Necios, ¿el que hizo lo de fuera, no hizo también lo de adentro?
41 Pero dad limosna de lo que tenéis, y entonces todo os será limpio.
42 Mas ¡ay de vosotros, fariseos! que diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios. Esto os era necesario hacer, sin dejar aquello. 43 ¡Ay de vosotros, fariseos! que amáis las primeras sillas en las sinagogas, y las salutaciones en las plazas. 44 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! que sois como sepulcros que no se ven, y los hombres que andan encima no lo saben.
45 Respondiendo uno de los intérpretes de la ley, le dijo: Maestro, cuando dices esto, también nos afrentas a nosotros. 46 Y él dijo: ¡Ay de vosotros también, intérpretes de la ley! porque cargáis a los hombres con cargas que no pueden llevar, pero vosotros ni aun con un dedo las tocáis. 47 ¡Ay de vosotros, que edificáis los sepulcros de los profetas a quienes mataron vuestros padres! 48 De modo que sois testigos y consentidores de los hechos de vuestros padres; porque a la verdad ellos los mataron, y vosotros edificáis sus sepulcros.
49 Por eso la sabiduría de Dios también dijo: Les enviaré profetas y apóstoles; y de ellos, a unos matarán y a otros perseguirán, 50 para que se demande de esta generación la sangre de todos los profetas que se ha derramado desde la fundación del mundo, 51 desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que murió entre el altar y el templo; sí, os digo que será demandada de esta generación.
52 ¡Ay de vosotros, intérpretes de la ley! porque habéis quitado la llave de la ciencia; vosotros mismos no entrasteis, y a los que entraban se lo impedisteis. 53 Diciéndoles él estas cosas, los escribas y los fariseos comenzaron a estrecharle en gran manera, y a provocarle a que hablase de muchas cosas; 54 acechándole, y procurando cazar alguna palabra de su boca para acusarle. (Lucas 11).
EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 1-28.
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EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 1-16
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1. Estaba Jesús orando. [Jesús y la oración, Luc. 11:1-13.]
Lucas no registra nada definido en cuanto al momento o el lugar de este
incidente. Hay quienes consideran que estos versículos son paralelos con Mat.
6:6-15; 7:1-11 y que no son sino otra presentación de lo que dijo Jesús en
cuanto a la oración en el Sermón del Monte. Por otra parte, es muy probable que
se trate de una ocasión diferente y posterior, en la cual Jesús habló del mismo
tema (PVGM 105-106; DMJ 87). Si Lucas sigue la secuencia cronológica, esto pudo
haber ocurrido poco después de la visita a Betania (cap. 10:38-42). Si así fue,
habría sucedido en relación con la visita de Jesús a Jerusalén para asistir a
la fiesta de la dedicación, cuando se intentó apedrearle (DTG 436; ver com.
Luc. 17:1; Juan 10:22,31,33). Este hecho pudo haber ocurrido en Jerusalén o, si
no, en algún lugar de Perea. Con relación a los acontecimientos que
transcurrieron en este mismo tiempo, ver com. Mat. 19:1. Esto bien pudo haber
ocurrido temprano por la mañana, pues era la hora del día cuando Jesús solía
orar (PVGM 105). En esta ocasión los discípulos habían estado ausentes por un
corto tiempo (PVGM 105), quizá habían sido enviados por Jesús para cumplir alguna
misión (ver com. Luc. 10:1) o tal vez habían visitado sus hogares (DTG 224).
Con referencia a la vida personal de oración de Jesús, ver com. Mar. 1:35; 3:13.
Enséñanos a orar. Cuando los discípulos escucharon
la manera en que Jesús oraba, comunicándose íntimamente con su Padre celestial,
así como se comunica un amigo con otro, quedaron grandemente impresionados. Sus
oraciones eran diferentes de las de los dirigentes religiosos de su tiempo, muy
diferentes de todo cuanto habían oído. La oración formal, expresada en
declaraciones fijas y como si fuera dirigida a un Dios impersonal muy distante,
no tiene la realidad y la vitalidad que deben caracterizar a la verdadera
oración. Los discípulos pensaron que si sólo pudieran orar como Jesús oraba, se
aumentaría muchísimo su eficacia como discípulos. Como Jesús les había enseñado
por precepto (Mat. 6:7-15) y por ejemplo (Luc. 9:29) cómo orar, parece que en
esta ocasión el pedido vino de parte de algunos discípulos que no habían estado
con Jesús en ocasiones pasadas cuando había hablado de la oración. La palabra
"discípulos" no necesariamente tiene que circunscribirse sólo a los
doce. Estos discípulos pueden haber sido de los setenta. En respuesta al pedido
"enséñanos a orar", Jesús presentó una oración modelo, una parábola
que ilustra el espíritu de la oración y algunas amonestaciones para estimular
la fidelidad y la diligencia en la oración (cap.11:2-13).
Como también Juan enseñó. El NT no dice en ninguna parte
que Juan enseñó a sus discípulos a orar. Pero habría sido muy natural que los
discípulos de Juan, después de unir sus intereses con los discípulos de Cristo
(ver com. Mar. 6:29), contaran las cosas que habían aprendido de su primer
maestro.
2. Decid. Esta oración bien podría haberse llamado
"oración de los discípulos", porque no es exactamente la clase de
oración que Jesús habría pronunciado en su propio favor. Parece mucho más
apropiada en boca de mortales pecadores. Por ejemplo, Jesús no tenía necesidad
de pedir perdón por sus pecados. Con referencia a esta oración, tal como la
presentó Jesús en otra ocasión, ver com. Mat. 6:9-13; PVGM 106.
Padre nuestro. Jesús enseñó a los hombres a dirigirse a Dios
usando este nuevo nombre, para que su fe se fortaleciera y quedaran
impresionados con la íntima relación que tienen el privilegio de gozar en
comunión con él (PVGM 107-108).
5. ¿Quién de vosotros? Con referencia a las lecciones que Jesús dedujo de esta parábola, ver com. vers. 8. En cuanto a las circunstancias bajo las cuales Jesús pronunció la parábola, ver com. vers. 1. Y en relación con la enseñanza de Jesús por medio de parábolas y a los principios que deben seguirse para interpretarlas.
LAS PARÁBOLAS Y SU INTERPRETACIÓN. La palabra
"parábola" deriva del Gr. parabol': :uxtaposición",
"comparación", "ilustración", "parábola",
"proverbio"; de un verbo que significa "poner una cosa al lado
de otra [para comparar]", "situar al lado de". El vocablo Gr. pa'rabol' y su equivalente
hebreo (t. III, p. 957) tienen un significado más amplio que la palabra
"parábola"; sin embargo, las parábolas que se presentan como tales en
este Comentario son las que con propiedad caven dentro de los límites más
estrictos de la palabra 194 parábola. De acuerdo con la definición expuesta, la
parábola es una narración cuyo principal propósito es enseñar una verdad; pero
literariamente hablando es una alegoría o sucesión de metáforas. Muchas de las parábolas de Cristo fueron tan
breves que pueden considerarse como metáforas o proverbios.
UNA PARÁBOLA ES EN LOS EVANGELIOS UNA NARRACIÓN
"colocada al lado de" cierta verdad espiritual con el fin de hacer
una "comparación". Las
parábolas de nuestro Señor se basaban, por lo general, en hechos comunes de la
vida diaria familiar de sus oyentes, y con frecuencia se trataba de hechos
específicos que acababan de ocurrir (ver DTG 462) o de algo que los oyentes
podían ver en ese momento (PVGM 16; cf. DMJ 34-35). La narración era simple y breve, y por lo general
su conclusión era tan obvia que no admitía confusiones (Mat. 21: 40-41); y se
colocaba paralelamente la verdad espiritual con el propósito de ilustrar a
ésta. La parábola se convertía así en un
puente por el cual los oyentes podían ser conducidos hacia la comprensión y
apreciación de esa verdad. La narración
comenzaba al nivel de los oyentes, y Jesús dirigía los pensamientos hacia donde
él quería valiéndose de un miedo agradable y familiar. Era una ventana a través de la cual el alma
podía contemplar perspectivas de una verdad celestial.
POR MEDIO DE PARÁBOLAS JESÚS (1) despertaba el interés, la
atención y las preguntas; (2) enseñaba verdades desagradables sin despertar
prejuicios; (3) eludía a los espías que lo perseguían implacablemente; (4) creaba
en la mente de sus oyentes impresiones duraderas que se renovarían e
intensificarían cuando vieran nuevamente las escenas presentadas en la parábola
o pensaran en ellas; (5) convertía la naturaleza en un instrumento para conocer
a Dios. Las parábolas revelaban la
verdad a los que querían recibirla, y, a veces, la ocultaba a otros.
AL ESTUDIAR LAS PARÁBOLAS DE JESÚS ES IMPORTANTÍSIMO SEGUIR PRINCIPIOS
CORRECTOS DE INTERPRETACIÓN. Esos Principios Pueden Resumirse
Brevemente Así:
1. Una
parábola es un espejo por el cual se puede ver la verdad; pero no es la verdad
misma.
2. El contexto
en que se presenta una parábola -lugar, circunstancias, personas a las que se
dirigió la parábola y el problema que se trataba- debe tomarse en cuenta y
convertirse en la clave para su interpretación.
3. La
introducción y conclusión de Cristo a la parábola aclaran generalmente su
propósito fundamental.
4. Cada
parábola ilustra un aspecto básico de una verdad espiritual (ver la lista de
los principios que ilustran las diversas parábolas de nuestro Señor, pp.
195-197). Los detalles de una parábola sólo son significativos cuando
contribuyen a aclarar ese punto especial de verdad.
5. Antes de
que se pueda entender el significado espiritual de la parábola, es necesario
tener una clara perspectiva de la situación descrita en la parábola: costumbres
orientales y modalidades de pensamiento y expresión. Las parábolas son cuadros verbales vívidos
que deben verse para que puedan ser entendidos.
6. Es un hecho
fundamental que una parábola tiene el propósito de ilustrar la verdad, y
generalmente una verdad particular; por lo tanto, no se debe basar ninguna
doctrina en los detalles incidentales de una parábola.
7. La parábola
se debe interpretar, sea en conjunto o sea en parte, teniendo en cuenta la
verdad que tiene el propósito de enseñar, tal como se presenta en lenguaje
literal en el contexto inmediato y en otras partes de las Escrituras.
A medianoche. En el Cercano Oriente algunas veces se viaja de
noche durante la estación calurosa. Además, el amigo que llegaba de visita
(vers. 6) pudo haberse demorado en forma inesperada e inevitable, de modo que
llegó a medianoche.
6. Un amigo mío. Un detalle importante es que el
hombre no pedía para él sino para un amigo necesitado (ver com. vers. 8).
No tengo qué ponerle delante. Esto explica por qué el hombre
fue a buscar ayuda a medianoche. La comprensión de que por nosotros mismos nada
podemos hacer (Juan 15:5), debiera, de la misma manera, impulsamos a acudir a
la gran Fuente de alimento espiritual (Juan 6:27-58). Los que quieran cultivar
amistad con otros para hacerlos conocer al gran Amigo de todos los hombres,
sienten muchas veces la falta de ese pan celestial que tan ardientemente desean
impartir a otros.
7. No me molestes. El hombre respondió con estas
palabras no por mezquindad sino, evidentemente, por no querer incomodarse. Una
vez que el hombre decidió levantarse de la cama, le proporcionó a su visitante
nocturno todo el pan que necesitaba (vers. 8).
Los hombres pueden pensar a veces
que Dios prefiere que su pueblo no lo moleste, pero su verdadero carácter de
Padre solícito, amante y generoso, está claramente expuesto en los vers. 9-13.
La falta de voluntad del amigo para levantarse y dar lo que hacía falta no
representa de ninguna manera a Dios (cf. vers. 13). La lección de la parábola
no se deriva por comparación sino por contraste.
Está cerrada. Es como si hubiera dicho: está cerrada y
permanecerá cerrada. Antiguamente cerrar y asegurar una puerta no era tan fácil
como hacerlo hoy
Están conmigo en cama. En muchas partes del Cercano Oriente todos los miembros de la familia duermen, aún hoy, en una habitación, en colchones sobre el piso, o en camas bajas parecidas a plataformas. Si un miembro de la familia se levantaba, todos se despertaban fácilmente. No puedo. No era que no podía, sino que no estaba dispuesto a satisfacer el pedido de su amigo.
8. Su importunidad. Gr. anaidéia, literalmente
"desvergüenza", "persistencia", "impudencia". El
dueño de casa rechazó vez tras vez los urgentes pedidos de su visitante de
medianoche (PVGM 109), pero éste no aceptó su negativa. "En la fe genuina
hay un bienestar, una firmeza de principios y una invariabilidad de propósito
que ni el tiempo ni las pruebas pueden debilitar" (PVGM 113). La parábola
enseña de nuevo por contraste y no por comparación (ver com. vers. 7), porque
Dios está siempre dispuesto a conceder a sus hijos terrenales lo que es bueno
para ellos. No necesita que lo convenzan para que haga algo bueno que de otros
modos no estaría dispuesto a hacer. Dios conoce nuestras necesidades, y puede
satisfacerlas completamente. Siempre tiene el deseo de darnos "mucho más
abundantemente de lo que pedimos o entendemos" (Efe. 3:20).
9. Pedid. Con referencia a los vers. 9-13, ver com. Mat. 7:7,11.
La oración no consiste tanto en persuadir a Dios a que acepte nuestra voluntad
en cuanto a algo, sino en descubrir cuál es su voluntad al respecto. El conoce
nuestras necesidades antes de que le pidamos, y más aún: sabe qué es lo que nos
conviene; pero nosotros, por contraste, muchas veces nos damos cuenta con
dificultad qué es lo que necesitamos. A menudo creemos que necesitamos lo que
no necesitamos, y que hasta puede resultarnos dañino; y también ocurre lo
contrario: que desconozcamos cuáles son nuestras verdaderas necesidades (cf.
PVGM 111). La oración pondrá nuestra voluntad y, con ella, nuestra vida, en
armonía con la voluntad de Dios (PVGM 109). La oración es el medio divinamente
establecido para educar nuestros deseos. El verdadero propósito de la oración
no es lograr un cambio en Dios, sino producir un cambio en nosotros para que
anhelemos tanto "el querer como el hacer, por su buena voluntad"
(Fil. 2:13).
Dios enviará una respuesta a cada
petición que haga con humildad y fe el que pide con sinceridad. Dios puede
responder afirmativamente o negativamente, y a veces su respuesta es que
esperemos. Habrá ocasiones en que la respuesta a la oración debe demorarse,
porque es necesario que haya un cambio en nuestros corazones delante de Dios
antes de que él pueda responderla (DTG 170). Hay ciertas condiciones para que
Dios pueda contestar la oración, y si parece que demora, deberíamos
preguntarnos si la dificultad no está acaso en nosotros. Ofendemos a Dios si
nos impacientamos con él cuando no hemos cumplido con las condiciones que son
indispensables para que le sea posible responder la oración.
Por supuesto, la lección central de la parábola es: la perseverancia en la oración.
La parábola también presenta
la clase de pedidos en los cuales el Señor aconseja perseverancia: oraciones
cuyo propósito es beneficiar a nuestros prójimos y difundir el reino de Dios.
"Todo lo que Cristo recibió de Dios, podemos recibirlo también
nosotros" (PVGM 115). La inconstancia en la oración no agrada a Dios, pues
en él "no hay mudanza, ni sombra de variación" (Sant. 1:17). El que es inconstante en la oración realmente
no espera nada de Dios. "El que duda... no piense... que recibirá cosa
alguna del Señor" (Sant. 1:6-7).
14. Echando fuera un demonio. [Un endemoniado ciego y mudo; el
pecado imperdonable, Lucas 11:14-32 = Mat. 12:22-45 = Mar. 3:20-30. Comentario
principal: Mateo.] Si este caso que narra Lucas y la conversación que sigue
deben considerarse equivalentes al pasaje paralelo de Mateo, lo que parece
probable, entonces es evidente que Lucas no siguió un estricto orden
cronológico. El episodio registrado por Mateo ocurrió casi un año y medio antes
del momento indicado por el contexto en el cual Lucas registra este suceso (ver
com. Mat. 12:22; Luc. 11:1). La gran similitud entre ambos relatos que, con
excepción de Luc. 11:16,27-28, son casi idénticos, parece indicar que el hecho
registrado aquí por Lucas es el mismo, y no otro relacionado con el ministerio
en Perea (ver com. vers. 1). Si se trata de dos episodios, entonces deben haber
sido casi idénticos, incluso el debate que siguió.
16. Otros, para tentarle. Ver com. Mat. 12:38-42; 16:1.
24. El espíritu inmundo. Ver com. Mat. 12:43-45.
27. Una mujer. La mujer evidentemente había escuchado "estas
cosas", es decir, lo que Jesús acababa de decir; por lo tanto, los vers.
27-28 están unidos a lo que precede. En este punto del relato, Mateo (cap.
12:46) narra la llegada de la madre y de los hermanos de Jesús, episodio que
Lucas registra en el cap. 8:19-21. Posiblemente su llegada impulsó a la mujer a
hacer el comentario que aquí se registra.
28. Antes. Jesús no contradice el elogio que esa mujer hace de
María. Esta, como toda buena madre, merece honra, y comparte el honor de un
hijo digno en todo sentido. Jesús ni aprueba ni desaprueba lo que dice la
mujer; pero sí destaca lo inadecuado que es el concepto de ella en lo que al
reino de los cielos se refiere. Si Jesús hubiera tenido la intención de que sus
discípulos, o los cristianos en general, rindieran culto a María, este elogio
de una extraña le habría proporcionado la oportunidad ideal para presentar tal
enseñanza o, por lo menos, para expresar una cordial aprobación de lo que se
había dicho, como lo hizo cuando Pedro reconoció que era el Hijo de Dios (ver
com. Mat. 16:17). Según las Escrituras, es importantísimo que el cristiano
reconozca la deidad de Jesús; pero ni siquiera se insinúa la más vaga idea de
venerar a María (ver com. Mat. 1:18, 25; 12:48, 50; Luc. 1:28,47). En Mat. 12:46-50
parece darse la impresión del que el parentesco espiritual es más importante
que el parentesco carnal.
29. Esta generación es mala. Con referencia a los vers. 29-32,
ver com. Mat. 12:38-42. No hay certeza de que el relato de Lucas sea el mismo
que se narra en Mat. 12:38-42 o un acontecimiento posterior relacionado con el
ministerio en Perea (ver DTG 452; com. Luc. 11:1,33).
33. Nadie pone en oculto. [La lámpara del cuerpo, Luc.
11:33-36. Cf. com. Mat. 5:15; Mat. 6:22-23.] El hecho de que Lucas ya hubiera
registrado lo que dijo Jesús acerca de la lámpara y su luz en el sermón junto
al mar (ver com. cap. 8:16), insinúa que lo que se presenta en el cap. 11:33-36
fue presentado en algún momento posterior, relacionado quizá con el ministerio
en Perea. Es indudable que Jesús repitió en este momento mucho de lo que ya
había enseñado (DTG 452). Eso también podría significar que en los vers. 14-32
se registran hechos ocurridos en Perea (ver com. vers. 14, 29).
37. Un fariseo. [Jesús acusa a fariseos y a intérpretes de la ley, Luc. 11:37-54. Cf. com. Mat. 23:1-39; Luc. 20:45-47.] No parece que haya razón para pensar que la ocasión que se describe en los vers. 37-54 sea la misma que se registra en Mat. 23:1-39 y Luc. 20:45-47. La frase, "luego que les hubo hablado" (cap. 11:37) pareciera unir el resto del capítulo con lo que lo precede. Jesús se halla aquí comiendo en casa de un fariseo, mientras que en la otra ocasión estaba en los atrios del templo en Jerusalén (ver com. Mat. 23:38; 24:1).
Este episodio ocurrió unos "pocos
meses" (PVGM 199) antes del fin del ministerio de Jesús (ver com. Luc. 12:1).
No debe sorprendernos que Jesús
utilizara materiales muy parecidos en una y otra ocasión. Los predicadores
muchas veces emplean el mismo material para sus sermones, con variaciones
mayores o menores según las ocasiones. No hay razón para pensar que Jesús no
hiciera lo mismo al presentar sus mensajes.
En verdad, sería muy raro que al enseñar de aldea en aldea y de distrito en distrito nunca hubiera repetido las mismas verdades generales. Tampoco debe extrañar el parecido verbal entre los relatos que, según lo muestra claramente el contexto, fueron presentados en ocasiones diferentes.
Muchos eruditos suponen que los evangelistas escribieron
basándose en documentos ya existentes. Lucas mismo dice que hizo una investigación
diligente (Luc. 3:1) antes de escribir su libro, lo cual sugiere la existencia
de tradiciones orales y escritas.
El hecho de que uno o más evangelistas hubieran
aprovechado una de esas fuentes y, por lo tanto, usado palabras muy similares
para narrar un mismo hecho, no significa que los evangelistas no hubieran sido
guiados por el Espíritu Santo.
Debe destacarse, además, que los autores de los
Evangelios no se propusieron presentar en sus relatos una exacta cronología de
la vida de Jesús (ver Material Suplementario de EGW sobre 2 Ped. 1:21).
Aunque el episodio descrito en
Luc. 11:37-54 parece que es diferente del que se registra en Mat. 23:1-39, su
gran parecido permite dar el comentario principal en relación con la narración
de Mateo.
Comiese con él. Con referencia a las costumbres
judías en cuanto a las comidas, ver com. Mar. 2:15.
38. Se extrañó. La BJ quizá traduzca con mayor claridad: "Pero el fariseo se quedó admirado viendo que había omitido las abluciones antes de comer". Ver com. Mat. 22:4.
En cuanto a la importancia
y la manera en que se celebraba el rito del lavamiento de las manos, ver com.
Mar. 7:1-8; y con referencia a las enseñanzas de Jesús sobre este asunto, ver
com. Mar. 7:9-23.
39. Limpiáis lo de fuera. En lo que se refiere a los vers.
39-40, ver com. Mat. 23:25.
Rapacidad. Gr. harpag' "rapacidad",
",rapiña", "saqueo", "robo". La palabra harpag' se
traduce "despojo" en Heb. 10:34. La forma adjetiva hárpax, se emplea
para referirse a los lobos "rapaces" (ver com. Mat. 7:15) y a los
"ladrones" (Luc. 18:11; 1 Cor. 5:10; 6:10).
40. Necios. Gr. áfrÇn, "insensato",
"necio". Este adjetivo deriva del sustantivo afrosún',
"necedad", "insensatez".
41. Dad limosna. Cf. cap. 12:33. El significado
del vers. 41 no es claro. La expresión tá enónta, traducida "lo que
tenéis", no aparece sino aquí en el NT, y no se puede saber con exactitud
lo que Jesús quiso decir con ella. El griego parece referirse más bien a
"lo que está dentro", es decir, al contenido del "vaso", o
del "plato", o de lo que había dentro de los fariseos (vers. 39).
Si Jesús se refiere al contenido del vaso o del plato,
está sugiriendo que la generosidad con los pobres es una mejor manera de evitar
la verdadera contaminación que la escrupulosa limpieza ceremonial de los
recipientes en los cuales se guarda la comida; y si se refiere a los fariseos,
quiere decir que el espíritu de generosidad y de preocupación por los pobres es
un mejor modo de alcanzar la limpieza de corazón que la abrumadora preocupación
por las minucias del tradicionalismo (ver com. Mar. 7:7). Compárese
con el consejo de Jesús al joven rico (Luc. 18:22-23).
Os será limpio. Ver com. Mar. 7:19. El
significado de estas palabras parece ser que de ese modo serían puros a la
vista de Dios, y que cuando prevaleciera esa condición no tendrían que
preocuparse de nada más.
Sin embargo, algunos consideran que estas palabras son
irónicas porque según los fariseos una persona era limpia cuando había dado
limosnas.
42. ¡Ay de vosotros! Ver com. Mat. 23:13.
Menta. Ver com. Mat. 23:23. Ruda. Algunos manuscritos dicen "eneldo", como aparece en Mat. 23:23; pero la evidencia textual establece (cf. p. 14) el texto "ruda" (ruta graveolens). Según la Mishnah (Shebi'ith 9.1), la ruda no necesita ser diezmada.
43. Las primeras sillas. Ver com. Mat. 23:6.
44. Escribas y fariseos, hipócritas. La evidencia textual
establece (cf. p. 147) la omisión de esta frase. Con referencia a los escribas
y los fariseos, ver pp. 53, 57; y en cuanto a la palabra
"hipócritas", ver com. Mat. 6:2.
Sepulcros que no se ven. El tiempo había borrado toda
evidencia externa de los sepulcros, y se podía andar por encima de ellos
"sin saberlo" (BJ). El contacto con los muertos causaba contaminación
ritual.
45. Uno de los intérpretes de la ley. Este detalle
específico del relato de Lucas no aparece en el pasaje correspondiente de Mat. 23:27.
Los intérpretes eran los escribas. Como Lucas escribía para los gentiles, que
posiblemente podrían comprender mal el sentido específico de la palabra hebrea
"escribas", usa la expresión "intérpretes de la ley".
También nos afrentas a nosotros. La mayoría de los escribas eran
fariseos. Los fariseos constituían una secta religiosa los escribas, o
intérpretes de la ley, erán los expositores profesionales de la ley. En el
pasaje paralelo de Mat. 23, Jesús se dirige tanto a fariseos como a escribas
desde el comienzo. Esta es otra indicación de que Lucas aquí registra un
episodio ocurrido en otra ocasión y que no es el mismo que relata Mateo, a
pesar del gran parecido entre ambos (ver com. vers. 37).
46. Cargáis a los hombres. Ver com. Mat. 23:4.
47. Edificáis los sepulcros. Con referencia a los vers. 47-48,
ver com. Mat. 23:29-30.
49. Sabiduría de Dios. Ver com. Mat. 23:34. En 1 Cor. 1:24,
30 Jesús es la "sabiduría de Dios" hecha carne, pero es dudoso que en
este pasaje Jesús hable de sí mismo. Lo más probable es que se refiera a lo que
hace Dios en su sabiduría. No se conoce ningún libro que lleve este título.
50. Esta generación. Ver com. Mat. 12:39; 23:3; 24:34.
Los profetas. Con referencia a los vers. 50-51, ver com. Mat. 23:35-36.
La fundación del mundo. Cf. Mat. 13:35; 25:34; Apoc. 13:8.
52. La llave de la ciencia. Cf. com. Mat. 23:13. La
"llave de la ciencia" es la llave que abre la puerta al verdadero
conocimiento: el conocimiento de la salvación, como lo muestra claramente el
contexto de este pasaje y de Mat. 23:13. En cuanto a un uso similar de la palabra
"llave", ver com. Mat. 16:19.
53. Diciéndoles él estas cosas. La evidencia textual establece
(cf. p. 147) el texto "cuando salió de allí" (BJ).
Los escribas y los fariseos. Con referencia a los escribas y
los fariseos ver pp. 53, 57; y en cuanto a los esfuerzos hechos previamente por
ellos para impedir la obra de Jesús, ver com. Mat. 4:12; Mar. 2:24; Luc. 6:6-7,11;
etc.
https://elaguila3008.blogspot.com/2021/04/los-judios-del-primer-siglo-de-la-era.html
54. Para acusarle. La evidencia textual establece
(cf. p. 147) la omisión de estas palabras. Los espías enviados por el sanedrín
habían seguido a Jesús durante dos años por dondequiera que había ido en
Galilea y Judea (DTG 184; ver com. vers. 53). Ahora estaban más activos que
nunca. Pero los espías no habían oído nada que de alguna manera pudiera usarse
contra Jesús, a menos que deliberadamente torcieran e interpretaran mal sus
palabras (ver com. Mat. 26:59-63). 5CBA
COMENTARIOS DE EGW
1-4. EL PADRENUESTRO.
https://elaguila3008.blogspot.com/2009/10/v-el-padrenuestro-el-sermon-del-monte.html
1-13. PVGM 105-115. "CÓMO AUMENTAR LA FE Y LA
CONFIANZA"
(Éste Capítulo Está Basado En San
Lucas 11:1-13).
https://elaguila3008.blogspot.com/2009/10/12-como-aumentar-la-fe-y-la-confianza.html
Ministerio Hno. Pio
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