domingo, diciembre 06, 2009

5 LA EDUCACION "LA BIBLIA COMO INSTRUMENTO EDUCADOR"


"Te guiarán cuando andes; cuando duermas te guardarán; hablarán contigo cuando despiertes".123

La Cultura Mental y Espiritual
"Con ciencia se llenarán las cámaras de todo bien preciado y agradable".
SEGUN la ley de Dios, la fuerza para la mente y el alma, lo mismo que para el cuerpo, se adquiere por medio del esfuerzo. El desarrollo se obtiene por medio del ejercicio. De acuerdo con esta ley, Dios ha provisto en su Palabra los medios necesarios para el desarrollo mental y espiritual.

La Biblia contiene todos los principios que los hombres necesitan comprender, a fin de prepararse para esta vida o para la venidera. Estos principios pueden ser comprendidos por todos. Nadie que tenga disposición para apreciar su enseñanza puede leer un solo pasaje de la Biblia sin obtener de él algún pensamiento útil. Pero la enseñanza más valiosa de la Biblia no se obtiene por medio de un estudio ocasional o aislado. Su gran sistema de verdad no se presenta de tal manera que pueda descubrirlo el lector apresurado o descuidado. Muchos de sus tesoros están lejos de la superficie, y sólo pueden ser obtenidos por medio de una investigación diligente y de un esfuerzo continuo. Las verdades que forman el gran todo deben ser buscadas y reunidas "un poquito allí, otro poquito allá".*

Una vez buscadas y reunidas, corresponderán perfectamente unas a otras. Cada Evangelio es un complemento de los demás; cada profecía, una explicación 124 de la otra; cada verdad, el desarrollo de otra verdad. El Evangelio explica los símbolos del sistema judaico. Cada principió de la Palabra de Dios tiene su lugar; cada hecho, su relación. Y la estructura completa, tanto en su propósito como en su ejecución, da testimonio de su Autor. Sólo el Ser infinito pudo concebir y dar forma a esa estructura.

Al buscar las diferentes partes y al estudiar su relación, entran en actividad las facultades superiores de la mente humana. Nadie puede emprender ese estudio sin que se desarrolle su mente.
Y el valor intelectual del estudio de la Biblia no consiste solamente en investigar la verdad y descubrir su estructura íntima, sino también en el esfuerzo requerido para abarcar los temas presentados. La mente ocupada solamente con asuntos vulgares se empequeñece y debilita. Si nunca se empeña en comprender verdades grandes y de vasto alcance, después de un tiempo pierde la facultad de crecer.

Como salvaguardia contra esa degeneración, y como estimulo para el desarrollo, nada puede igualar al estudio de la Palabra de Dios. Cómo medio de educación intelectual, la Biblia es más eficaz que cualquier otro libro o que todos los demás libros juntos. La grandeza de sus temas, la elevada sencillez de sus expresiones, la belleza de sus figuras, avivan y elevan los pensamientos como ninguna otra cosa puede lograrlo. Ningún otro estudio puede impartir poder mental como el que imparte el esfuerzo que se realiza para abarcar las estupendas verdades de la revelación. La mente que en esa forma se pone en contacto con los pensamientos del Ser infinito no puede sino desarrollarse y fortalecerse.

 Mayor aún es el poder de la Biblia en el desarrollo de la naturaleza espiritual. El hombre, creado para vivir en comunión con Dios, puede encontrar su verdadera vida y su auténtico desarrollo únicamente en esa comunión. Creado para descubrir 125 en Dios su mayor gozo, en ninguna otra cosa puede hallar lo que puede calmar los anhelos de su corazón, y satisfacer el hambre y la sed del alma. Aquel que con espíritu dócil y sincero estudia la Palabra de Dios para comprender sus verdades, se pondrá en contacto con su Autor y, a menos que sea por propia decisión, no tienen límite las posibilidades de su desarrollo.

En su vasta gama de estilo y temas, la Biblia tiene algo para interesar a cada mente y atraer cada corazón. Sus páginas encierran historia antiquísima; biografías fieles a la vida; principios de gobierno para regir al estado y gobernar la casa, principios que la sabiduría humana nunca ha conseguido igualar. Contiene la más profunda filosofía, la poesía más dulce y sublime, apasionada y patética. Los escritos de la Biblia, aún considerados de esta manera, son inconmensurablemente superiores en valor a las producciones de cualquier autor humano, pero considerados en su relación con su gran pensamiento central, son de alcance infinitamente más amplio, de valor infinitamente mayor. Desde este punto de vista, cada tema adquiere nuevo significado. En las verdades más sencillamente enunciadas se encierran principios tan altos como el cielo, y que abarcan la eternidad.

El tema central de la Biblia, el tema alrededor del cual se agrupan todos los demás del Libro, es el plan de la redención, la restauración de la imagen de Dios en el alma humana. Desde la primera insinuación de esperanza que se hizo en la sentencia pronunciada en el Edén, hasta la gloriosa promesa del Apocalipsis: "Y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes" *,el propósito de cada libro y pasaje de la Biblia es el desarrollo de este maravilloso tema: La elevación del hombre, el poder de Dios, "que 126 nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo".*

El que capta este pensamiento, tiene ante sí un campo infinito de estudio. Tiene la llave que le abrirá todo el tesoro de la Palabra de Dios.

La ciencia de la redención es la ciencia de las ciencias; la ciencia que constituye el motivo de estudio de los ángeles y todos los seres inteligentes de los mundos no caídos; la ciencia que ocupa la atención de nuestro Señor y Salvador; la ciencia que penetra en el propósito nacido en la mente del Ser Infinito, "que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos"*; la ciencia que será el estudio de los redimidos de Dios durante los siglos sin fin. Es éste el estudio más elevado que puede emprender el hombre. Aviva la mente y eleva el alma como ningún otro estudio podría hacerlo.

"La sabiduría excede, en que da vida a sus poseedores". "Las palabras que yo os he hablado -dijo Jesús- son espíritu y son vida". "Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado".*

En la palabra de Dios está la energía creadora que llamó los mundos a la existencia. Esta palabra imparte poder; engendra vida. Cada orden es una promesa; aceptada por la voluntad, recibida en el alma, trae consigo la vida del Ser infinito. Transforma la naturaleza y vuelve a crear el alma a imagen de Dios.

De igual modo se sostiene la vida así impartida. El hombre vivirá de "toda palabra que sale de la boca de Dios".*

La mente, el alma, se edifica con lo que le sirve de alimento, y a nosotros nos toca determinar la 127 clase de alimento que recibirá. Está al alcance de todos escoger los temas que han de ocupar los pensamientos y amoldar el carácter. Dios dice de cada ser humano privilegiado con el acceso a las Escrituras: "Le escribí las grandezas de mi ley". "Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces".*

Con la Palabra de Dios en la mano, todo ser humano, cualquiera sea su suerte en la vida, puede gozar de la clase de comunión que escoja. Por medio de sus páginas puede relacionarse con lo mejor y lo más noble de la especie humana, y escuchar la voz del Eterno que habla con los hombres. Al estudiar y meditar en los temas que los ángeles "anhelan mirar"* puede gozar de su compañía. Puede seguir las pisadas del Maestro celestial y escuchar sus palabras como cuando él las enseñaba en la montaña, la llanura y el mar. Puede morar en esta tierra en la atmósfera del cielo, e impartir a los afligidos y tentados de la tierra pensamientos de esperanza y anhelos de santidad; puede lograr que su comunión con el Invisible sea cada vez más íntima, como aquel que antaño anduvo con Dios, acercándose cada vez más al umbral del mundo eterno, hasta que los portales se abran y pueda entrar. Entonces no se sentirá allí como un extraño. Lo saludarán las voces de los santos que, invisibles, eran sus compañeros en la tierra, voces que él aprendió a distinguir y amar aquí. El que por medio de la Palabra de Dios ha vivido en comunión con, el cielo, se sentirá como en su casa en el ambiente celestial. 128

La Ciencia y la Biblia
"¿Qué cosa de todas ésas no entiende que la mano de Jehová la hizo?"
PUESTO que el libro de la naturaleza y el de la revelación llevan el sello de la misma Mente maestra, no pueden sino hablar en armonía. Con diferentes métodos y lenguajes, dan testimonio de las mismas grandes verdades. La ciencia descubre siempre nuevas maravillas, pero en su investigación no obtiene nada que, correctamente comprendido, discrepe con la revelación divina. El libro de la naturaleza y la Palabra escrita se alumbran mutuamente. Nos familiarizan con Dios al enseñarnos algo de las leyes por medio de las cuales él obra.

Sin embargo, algunas deducciones erróneas de fenómenos observados en la naturaleza, han hecho suponer que existe un conflicto entre la ciencia y la revelación y, en los esfuerzos realizados para restaurar la armonía entre ambas, se han adoptado interpretaciones de las Escrituras que minan y destruyen la fuerza de la Palabra de Dios. Se ha creído que la geología contradice la interpretación literal del relato mosaico de la creación. Se pretende que se requirieron millones de años para que la tierra evolucionara a partir del caos, y a fin de acomodar la Biblia a esta supuesta revelación de la ciencia, se supone que los días de la creación han sido vastos e indefinidos períodos que abarcan miles y hasta millones de años. 129

Semejante conclusión es enteramente innecesaria. El relato bíblico está en armonía consigo mismo y con la enseñanza de la naturaleza. Del primer día empleado en la obra de la creación se dice: "Y fue la tarde y la mañana un día".* Lo mismo se dice en sustancia de cada uno de los seis días de la semana de la creación. La Inspiración declara que cada uno de esos períodos ha sido un día compuesto de mañana y tarde, como cualquier otro día transcurrido desde entonces. En cuanto a la obra de la creación, el testimonio divino es como sigue: "Porque él dijo, y fue hecho; él mandó, y existió".*

¿Cuánto tiempo necesitaría para sacar la tierra del caos Aquel que podía llamar de ese modo a la existencia a los mundos innumerables? Para dar razón de sus obras, ¿hemos de violentar su Palabra?
Es cierto que los restos encontrados en la tierra testifican que existieron hombres, animales y plantas mucho más grandes que los que ahora se conocen. Se considera que son prueba de la existencia de una vida animal y vegetal antes del tiempo mencionado en el relato mosaico. Pero en cuanto a estas cosas, la historia bíblica proporciona amplia explicación. Antes del diluvio, el desarrollo de la vida animal y vegetal era inconmensurablemente superior al que se ha conocido desde entonces. En ocasión del diluvio, la superficie de la tierra sufrió conmociones, ocurrieron cambios notables, y en la nueva formación de la costra terrestre se conservaron muchas pruebas de la vida preexistente. Los grandes bosques sepultados en la tierra cuando ocurrió el diluvio, convertidos después en carbón, forman los extensos yacimientos carboníferos y suministran petróleo, sustancias necesarias para nuestra comodidad y conveniencia. Estas cosas, al ser descubiertas, son otros tantos testigos mudos de la veracidad de la Palabra de Dios. 130

Semejante a la teoría referente a la evolución de la tierra es la que atribuye a una línea ascendente de gérmenes, moluscos y cuadrúpedos, la evolución del hombre, corona gloriosa de la creación.
Cuando se consideran las oportunidades que tiene el hombre para investigar, cuando se considera cuán breve es su vida, cuán limitada su esfera de acción, cuán restringida su visión, cuán frecuentes y grandes son los errores de sus conclusiones, especialmente en lo que se refiere a los sucesos que se supone precedieron a la historia bíblica, cuán a menudo se revisan o desechan las supuestas deducciones de la ciencia, con qué prontitud se añaden o quitan millones de años al supuesto período del desarrollo de la tierra y cómo se contradicen las teorías presentadas por diferentes hombres de ciencia; cuando se considera esto, ¿consentiremos nosotros, por el privilegio de rastrear nuestra ascendencia a través de gérmenes, moluscos y monos, en desechar esa declaración de la Santa Escritura, tan grandiosa en su sencillez: "Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó"?* ¿Desecharemos el informe genealógico -más magnífico que cualquiera atesorado en las cortes de los reyes: "Hijo de Adán, hijo de Dios" ?* Debidamente comprendidas, tanto las revelaciones de la ciencia como las experiencias de la vida están en armonía con el testimonio de la Escritura en cuanto a la obra constante de Dios en la naturaleza.

En el himno registrado en el libro de Nehemías, los levitas cantaron: "Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas estas cosas".*

En lo que respecta a esta tierra, las Escrituras declaran que la obra de la creación ha sido terminada. "Las obras suyas estaban acabadas desde la fundación 131 del mundo".* Pero el poder de Dios está aún en acción para sostener los objetos de su creación. No late el pulso ni se suceden las respiraciones por el hecho de que el mecanismo una vez puesto en movimiento sigue actuando por su propia energía inherente. Cada respiración, cada latido del corazón es una evidencia del cuidado de Aquel en quien vivimos, nos movemos y somos. Desde el insecto más pequeño, hasta el hombre, toda criatura viviente depende diariamente de su providencia.

"Todos ellos esperan en ti. . . 
Les das, recogen;
Abres tu mano, se sacian de bien. 
Escondes tu rostro, se turban;
Les quitas el hálito, dejan de ser,
Y vuelven al polvo.
Envías tu Espíritu, son creados,
Y renuevas la faz de la tierra"(Salmos 104: 27-30).*

"El extiende el norte sobre vacío,
Cuelga la tierra sobre nada.
Ata las aguas en sus nubes,
Y las nubes no se rompen debajo de ellas. . .
Puso límite a la superficie de las aguas,
Hasta el fin de la luz y las tinieblas.
Las columnas del cielo tiemblan,
Y se espantan a su reprensión. 
El agita el mar con su poder. . .
Su espíritu adornó los cielos;
Su mano creó la serpiente tortuosa,
He aquí, estas cosas son sólo los bordes de sus caminos;
¡Y cuán leve es el susurro que hemos oído de él!
Pero el trueno de su poder, ¿quién lo puede comprender?"
( Job 26:7,8,10 - 14).*

"Jehová marcha en la tempestad y el torbellino, y
las nubes son el polvo de sus pies"(Nahum 1:9).*

El enorme poder que obra en toda la naturaleza y sostiene todas las cosas, no es meramente, como dicen algunos hombres de ciencia, un principio que todo lo penetra, ni una energía activa. Dios es espíritu, 132 y no obstante es un ser personal, pues el hombre fue hecho a su imagen. Como ser personal, Dios se ha revelado en su Hijo. Jesús, el resplandor de la gloria de su Padre "y la imagen misma de su sustancia"*, se halló en la tierra en forma de hombre. Como Salvador personal, vino al mundo y ascendió a lo alto. Como Salvador personal intercede en las cortes celestiales. Delante del trono de Dios ministra en favor nuestro, "Uno como un hijo de hombre".*

El apóstol Pablo, al escribir movido por el Espíritu Santo, declara de Cristo que "en él fueron creadas todas las cosas. . . y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten".* La mano que sostiene los mundos en el espacio, la mano que mantiene en su disposición ordenada y actividad incansable todas las cosas en el universo de Dios, es la mano que fue clavada en la cruz por nosotros.

La grandeza de Dios nos es incomprensible. "Jehová tiene en el cielo su trono"*; sin embargo, es omnipresente mediante su Espíritu. Tiene un íntimo conocimiento de todas las obras de su mano y un interés personal en ellas.

"¿Quién como Jehová nuestro Dios,
Que se sienta en las alturas,
Que se humilla a mirar
En el cielo y en la tierra?"
"¿A dónde me iré de tu Espíritu?
¿Y a dónde huiré de tu presencia?
Si subiere a los cielos, allí estás tú;
Y si en el Seol hiciere mi estrado,
He aquí, allí tú estás.
Si tomare las alas del alba
Y habitare en el extremo del mar,
Aún allí me guiará tu mano,
Y me asirá tu diestra"
( 113: 5,6; 139:7-10).

"Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme;
 Has entendido desde lejos mis pensamientos.
Has escudriñado mi andar y mi reposo,
Y todos mis caminos te son conocidos. . .
Detrás y delante me rodeaste,
Y sobre mí pusiste tu mano.
Tal conocimiento es demasiado
Maravilloso para mí;
Alto es, no lo puedo comprender"
(Salmos 139.2-6).*

El Hacedor de todas las cosas fue el que ordenó la maravillosa adaptación de los medios a su fin, del abastecimiento a la necesidad. Fue él quien en el mundo material hizo provisión para suplir todo deseo implantado por él mismo. Fue él quien creó el alma humana con su capacidad de conocer y amar. Y él, por su propia naturaleza, no puede dejar de satisfacer los anhelos del alma. Ningún principio intangible, ninguna esencia impersonal o mera abstracción puede saciar las necesidades y los anhelos de los seres humanos en esta vida de lucha contra el pecado, el pesar y el dolor. No es suficiente creer en la ley y en la fuerza, en cosas que no pueden tener piedad, y que nunca oyen un pedido de ayuda. Necesitamos saber que existe un brazo todopoderoso que nos puede sostener, de un Amigo infinito que se compadece de nosotros. Necesitamos estrechar una mano cálida y confiar en un corazón lleno de ternura. Y precisamente así se ha revelado Dios en su Palabra.

El que estudie más profundamente los misterios de la naturaleza, comprenderá más plenamente su propia ignorancia y su debilidad. Comprenderá que hay profundidades y alturas que no pueden alcanzar, secretos que no pueden penetrar, vastos campos de verdad que están delante de él sin explorar. Estará dispuesto a decir con Newton: "Me parece que yo mismo he sido como un niño que busca guijarros y conchas a la orilla del mar, mientras el gran océano de la verdad se hallaba inexplorado delante de mí". 134

Los más profundos estudiosos de la ciencia se ven constreñidos a reconocer en la naturaleza la obra de un poder infinito. Sin embargo, para la sola razón humana, la enseñanza de la naturaleza no puede ser sino contradictoria y llena de frustraciones. Sólo se la puede leer correctamente a la luz de la revelación. "Por la fe entendemos".*

"En el principio. . . Dios".* Unicamente aquí puede encontrar reposo la mente en su investigación anhelosa, cuando vuela como la paloma del arca. Arriba, debajo, más allá, habita el amor infinito, que hace que todas las cosas cumplan su "propósito de bondad".*

"Porque las cosas de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles. . . por medio de las cosas hechas".* Pero su testimonio sólo puede ser entendido con la ayuda del divino Maestro. "¿Quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios".*

"Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad".* Sólo mediante la ayuda de ese Espíritu que en el principio "se movía sobre la faz de las aguas"; de aquel Verbo por quien "todas las cosas. . . fueron hechas"; de aquella "Luz verdadera que alumbra a todo hombre", puede interpretarse correctamente el testimonio de la ciencia. Sólo mediante su dirección pueden descubrirse sus verdades más profundas.

Sólo bajo la dirección del Omnisciente podremos llegar a pensar lo mismo que él cuando estudiemos sus obras. 135

Principios y Métodos Aplicables a los Negocios
"El que camina en integridad anda confiado".
NO HAY ocupación lícita para la cual no provea la Biblia una preparación esencial. Sus principios de diligencia, honradez, economía, temperancia y pureza, son el secreto del verdadero éxito. Estos principios, según los presenta el libro de Proverbios, constituyen un tesoro de sabiduría práctica. ¿Dónde pueden hallar el comerciante, el artesano, el conductor de hombres en cualquier tipo de actividad, mejores máximas para sí y sus empleados que las que se encuentran en las palabras del sabio?

"¿Has visto hombre solícito en su trabajo? Delante de los reyes estará; no estará delante de los de baja condición"(Prov.22:29).*

"En toda labor hay fruto; mas las vanas palabras de los labios empobrecen"(Prov.14:23).*

"El alma del perezoso desea, y nada alcanza". "Porque el bebedor y el comilón empobrecerán, y el sueño hará vestir vestidos rotos"(Prov. 13:4; 23:21).*

"El que anda en chismes descubre el secreto ; no te entremetas, pues, con el suelto de lengua"(Prov.20:19).*

"El que ahorra sus palabras tiene sabiduría"; pero "todo insensato se envolverá en ella"(Prov. 17:27; 20:3).* 136

"No entres por la vereda de los impíos". "¿Andará el hombre sobre brasas sin que sus pies se quemen ?"(4:14; 6:28)*

"El que anda con sabios, sabio será"(Prov.13:20).*

"El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo"(Prov. 18:24).*

Toda la gama de nuestras obligaciones mutuas está resumida en esta declaración de Cristo: "Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos"(Mat.7:12).*

Más de un hombre hubiera escapado al fracaso y a la ruina financiera, si hubiese tenido en cuenta las advertencias que las Escrituras repiten y recalcan:
"El que se apresura a enriquecerse no será sin culpa"(prov.2 8:20).*

"Las riquezas de vanidad disminuirán; pero el que recoge con mano laboriosa las aumenta"(Prov.13:11).*

"Amontonar tesoros con lengua mentirosa es aliento fugaz de aquellos que buscan la muerte"(Prov. 21:6).*

"El que toma prestado es siervo del que presta"(Prov. 22:7).*

"Con ansiedad será afligido el que sale por fiador de un extraño; mas el que aborreciere las fianzas vivirá seguro"(Prov.11:15).*

"No traspases el lindero antiguo, ni entres en la heredad de los huérfanos; porque el defensor de ellos es el fuerte, el cual juzgará la causa de ellos contra ti". "El que oprime al pobre para aumentar sus ganancias, o que da al rico, ciertamente se empobrecerá". "El que cava foso caerá en él; y al que revuelve la piedra, sobre él le volverá"(Prov. 23:10,11; 22:16; 26:27).* 137

A estos principios está ligado el bienestar de la sociedad, tanto en las relaciones seculares como en las religiosas. Ellos son los que dan seguridad a la propiedad y la vida. Por todo lo que hace posible la confianza y la cooperación, el mundo es deudor a la ley de Dios, según la da su Palabra, y según se puede encontrar aún, en rasgos a menudo oscuros y casi borrados, en el corazón de los hombres.

Las palabras del salmista: "Mejor me es la ley de tu boca, que millares de oro y plata" * declaran algo que es cierto desde otros puntos de vista, fuera del religioso. Declaran una verdad absoluta, reconocida en el mundo de los negocios. Hasta en esta época de pasión por la acumulación de dinero, cuando hay tanta competencia y los métodos son tan poco escrupulosos, se reconoce ampliamente que, para el joven que se inicia en la vida, la integridad, la diligencia, la temperancia, la economía y la pureza constituyen un capital mejor que el constituido meramente por una suma de dinero.

Sin embargo, aún entre los que aprecian el valor de estas cualidades y reconocen que tienen su origen en la Biblia, hay pocos que aceptan el principio en que se fundan.

El cimiento de la integridad comercial y del verdadero éxito es el reconocimiento del derecho de propiedad de Dios. El Creador de todas las cosas es el propietario original. Nosotros somos sus mayordomos. Todo lo que tenemos es depósito suyo para que lo usemos de acuerdo con sus indicaciones.

Esta obligación pesa sobre cada ser humano. Se aplica a toda la gama de la actividad humana. Reconozcámoslo o no, somos mayordomos a quienes Dios ha otorgado talentos y capacidades, y los ha puesto en el mundo para hacer la obra que él les ha asignado.138

A cada hombre se le confiere "su obra"*, la obra para la cual lo capacitan sus aptitudes, la que dará como resultado la mayor suma de bien para sí mismo y sus semejantes, y la mayor honra para Dios.
De modo que nuestro negocio a vocación forma parte del gran plan de Dios y, mientras se lleve a cabo de acuerdo con su voluntad, él se responsabilizará de los resultados. Como "colaboradores de Dios"*,

 la parte que nos toca es obedecer fielmente sus instrucciones. No hay, por lo tanto, lugar para la preocupación y la ansiedad. Se requieren diligencia, fidelidad, cuidado, economía y discreción. Cada facultad debe emplearse hasta lo sumo. Pero no debemos poner nuestra confianza en el resultado feliz de nuestros esfuerzos, sino en la promesa de Dios. La Palabra que alimentó a Israel en el desierto, y mantuvo a Elías mientras prevalecía el hambre, tiene hoy el mismo poder que entonces. "No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos?. . . Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas".*

El que da a los hombres la facultad de obtener riquezas, ha unido al don una obligación. Reclama una porción determinada de todo lo que adquirimos. El diezmo pertenece al Señor. "Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles". . . "Y todo diezmo de vacas o de ovejas. . . será consagrado a Jehová".* La promesa hecha por Jacob en Betel, muestra lo que abarca la obligación. "De todo lo que me dieres -dijo-, el diezmo apartaré para ti".*

"Traed los diezmos al alfolí" *, es la orden de Dios. No se extiende ninguna invitación a la gratitud 139 o generosidad. Es una cuestión, de simple honradez. El diezmo pertenece al Señor, y él nos ordena que le devolvamos lo que le pertenece.

"Se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel".* Si la honradez es un principio esencial en los negocios, ¿no hemos de reconocer nuestra obligación hacia Dios, obligación en la que se basan todas las demás?

De acuerdo con las condiciones en que se funda nuestra mayordomía, tenemos obligaciones, no sólo con Dios, sino con los hombres. Todo ser humano está en deuda con el amor infinito del Redentor por los dones de la vida. El alimento, el vestido, el abrigo, el cuerpo, la mente y el alma, todo ha sido comprado con su sangre. Y por la deuda de gratitud y servicio que nos ha impuesto, Cristo nos ha ligado a nuestros semejantes. Nos ordena: "Servíos por amor los unos a los otros".* "En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis".*

"A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios -declara Pablo- soy deudor".* Lo mismo ocurre con nosotros. Puesto que nos ha bendecido más que a los demás, somos deudores de todo ser humano a quien podamos beneficiar.

Estas verdades tienen que ver no sólo con la cámara privada, sino con la oficina de contabilidad también. Los bienes que manejamos no nos pertenecen, y jamás estaremos seguros si perdemos de vista este hecho. Somos sólo administradores, y del cumplimiento de nuestra obligación hacia Dios dependen tanto el bienestar de nuestros semejantes, como nuestro propio destino en esta vida y la venidera.

"Hay quienes reparten, y les es añadido más; y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero140 vienen a pobreza". "Echa tu pan sobre las aguas; porque después de muchos días lo hallarás". "El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado".*

"NO TE AFANES POR HACERTE RICO"
"No te afanes por hacerte rico. . . ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque se harán alas como alas de águila, y volarán al cielo".*
"Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo, porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir".*
"Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto".*
"Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril. . . Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable".*

"Si anduvierais en mis decretos y guardarais mis mandamientos, y los pusierais por obra, yo daré vuestra lluvia en su tiempo, y la tierra rendirá sus productos, y el árbol del campo dará su fruto. Vuestra trilla alcanzará a la vendimia, y la vendimia alcanzará 141 a la sementera, y comeréis vuestro pan hasta saciaros, y habitaréis seguros en vuestra tierra. Y yo daré paz en la tierra. . . y no habrá quien os espante".*

"Aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda". "Bienaventurado el que piensa en el pobre; en el día malo lo librará Jehová. Jehová lo guardará, y le dará vida; será bienaventurado en la tierra, y no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos". "A Jehová presta el que da al pobre, y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar".*
El que invierte de este modo, acumula un doble tesoro. Además de lo que, aunque lo haya aprovechado sabiamente, deba dejar al fin, acumula riqueza para la eternidad: El tesoro del carácter, que es la posesión más valiosa de la tierra y el cielo.

EL TRATO HONRADO EN LOS NEGOCIOS
"Conoce Jehová los días de los perfectos, y la heredad de ellos será para siempre. No serán avergonzados en el mal tiempo, y en los días de hambre serán saciados".*
"El que anda en integridad y hace justicia, y habla verdad en su corazón . . .El que aún jurando en daño suyo, no por eso cambia". "El que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir cohecho el que cierra sus ojos para no ver cosa mala; este habitará en las alturas. . . se le dará su pan, y sus aguas serán seguras. Tus ojos verán al Rey en su hermosura; verán la tierra que está lejos".* 142

Dios ha descrito en su Palabra a un hombre próspero, cuya vida fue un éxito en el sentido más verdadero, hombre al cual el cielo y la tierra se complacían en honrar. Job mismo dice de su vida:

"Como fui en los días de mi juventud
"Cuando el favor de Dios velaba sobre mi tienda;
Cuando aún estaba conmigo el Omnipotente,
Y mis hijos alrededor de mí. . .
Cuando yo salía a la puerta a mi juicio,
Y en la plaza hacía preparar mi asiento,
Los jóvenes me veían, y se escondían;
Y los ancianos se levantaban, y estaban de pie.
Los príncipes detenían sus palabras;
Ponían la mano sobre su boca.
La voz de los principales se apagaba. . .
"Los oídos que me oían me llamaban
bienaventurado,
Y los ojos que me veían me daban testimonio,
Porque yo libraba al pobre que clamaba,
Y al huérfano que carecía de ayudador.
"La bendición del que se iba a perder venía sobre mí,
Y al corazón de la viuda yo daba alegría. 
Me vestía, de justicia, y ella me cubría;
Como manto y diadema era mi rectitud.
Yo era ojos al ciego,
Y pies al cojo.
A los menesterosos era padre,
Y de la causa que no entendía, me informaba
con diligencia"(Job 29: 4-16).

"El forastero no pasaba fuera la noche;
Mis puertas abría al caminante".
"Me oían, y esperaban. . .
Calificaba yo el camino de ellos, y me sentaba
entre ellos como el jefe;
Y moraba como rey en el ejército,
Como el que consuela a los que lloran"
 (Job 31:32; 29:21-25).*

"La bendición de Jehová es la que enriquece,
y no añade tristeza con ella"(Prov. 10:22).*

"Las riquezas y la honra están conmigo -declara la Sabiduría-; riquezas duraderas, y justicia"(Prov. 8.18) . *

La Biblia también nos muestra el resultado de apartarnos de los principios rectos en nuestro trato con Dios y con nuestros semejantes. El Señor dice lo siguiente a los que ha confiado sus dones, pero que son indiferentes a sus requerimientos:
ALGUNAS CAUSAS DE FRACASO
"Meditad bien sobre vuestros caminos. Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto. . . Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disiparé en un soplo". "Antes que sucediesen estas cosas, venían al montón de veinte efas, y había diez; venían al lagar para sacar cincuenta cántaros, y había veinte". "¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas". "Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos"(Hageo 1:5-9; 2:16; Malq. 3:8; Hageo 1:10).*

"Por tanto, puesto que vejáis al pobre. . . edificasteis casas de piedra labrada, mas no las habitaréis; plantasteis, hermosas viñas, más no beberéis el vino de ellas". "Y Jehová enviará contra ti la maldición, quebranto y asombro en todo cuanto pusieres mano e hicieres". "Tus hijos y tus hijas serán entregados a otro pueblo, y tus ojos lo verán, y desfallecerán por ellos todo el día; y no habrá fuerza en tu mano"(Amos 5:11; Deut. 28:20,32) .*

"El que injustamente amontona riquezas en la mitad de sus días las dejará, y en su postrimería será insensato"(Jere. 17:11).*144

Las cuentas de cada negocio, los detalles de cada transacción, son sometidos al escrutinio de inspectores invisibles, agentes de Aquel que nunca transige ,con la injusticia, nunca tolera el mal, nunca disculpa el agravio.
"Si opresión de pobres y perversión de derecho y de justicia vieres. . . no te maravilles de ello; porque sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre ellos". "No hay tinieblas ni sombra de muerte donde se escondan los que hacen maldad"(Eclec. 5:8; Job 34:22).*

"¿HAY CONOCIMIENTO EN EL ALTÍSIMO?"
"Ponen su boca contra el cielo. . . Y dicen: ¿Cómo sabe Dios? ¿Y hay conocimiento en el Altísimo?" "Estas cosas hiciste -dice Dios-, y yo he callado; pensabas que de cierto sería yo como tú; pero te reprenderé, y las pondré delante de tus ojos"(Salmos 73:9-11; 50:21).*

"De nuevo alcé mis ojos y miré, y he aquí un rollo que volaba. . . Esta es la maldición que sale sobre la faz de toda la tierra; porque todo aquél que hurta (como está de un lado del rollo) será destruido; y todo aquel que jura falsamente (como está del otro lado del rollo) será destruido. Yo la he hecho salir, dice Jehová de los ejércitos, y vendrá a la casa del ladrón, y a la casa del que jura falsamente en mi nombre; y permanecerá en medio de su casa y la consumirá con sus maderas y sus piedras"(Zac 5:1-4).*

La ley de Dios condena a todo aquel que obra maldad. Esta puede desatender su voz, tratar de acallar su advertencia, pero es en vano. A todas partes lo sigue. Se hace oír. Perturba su paz. Si no 145 le presta atención, lo persigue hasta el sepulcro. Da testimonio contra él en el juicio. Como fuego inextinguible, consume al fin el alma y el cuerpo. "Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?"(Marcos 8:36,37)*

Este asunto requiere la consideración de todo padre, maestro y alumno, de todo ser humano, joven o viejo. No puede ser perfecto o completo ningún proyecto de negocios o plan de vida que abarque únicamente los breves años de la vida actual y no haga provisión para el futuro eterno. Enséñese a los jóvenes a considerar la eternidad al hacer sus cálculos. Enséñeseles a escoger los principios y buscar las cosas durables, a acumular para sí aquel "tesoro en los cielos que no se agote, donde ladrón no llega, ni polilla destruye"(Lucas 12:33).*

, a conquistar amigos "por medio de las riquezas injustas", para que cuando éstas falten, aquéllos os "reciban en las moradas eternas"(Lucas 16:9).*

Todos los que hacen esto, se están preparando de la mejor manera posible para la vida en este mundo. Nadie puede acumular tesoro en el cielo, sin descubrir que de esa manera se enriquece y ennoblece su vida en la tierra.
"La piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera"(1Tim. 4:8).* 146

Biografías Bíblicas
"Por fe conquistaron reinos, hicieron justicia..... sacaron fuerzas de debilidad".

COMO medio de educación, ninguna porción, de la Biblia es de mayor valor que sus biografías. Estas difieren de todas las demás porque son absolutamente fieles a la realidad. Es imposible que una mente finita interprete exactamente, en todas las cosas, lo que hace otra. Solamente Aquel que lee el corazón, que percibe la fuente secreta de los motivos y las acciones, puede describir con absoluta fidelidad el carácter, o presentar un fiel resumen de una vida humana. Sólo en la Palabra de Dios se encuentra tal cosa.

No hay verdad tan claramente enseñada por la Biblia como la de que lo que hacemos, es resultado de lo que somos. En gran parte, los incidentes de la vida son el fruto de nuestros propios pensamientos y acciones. "La maldición nunca vendrá sin causa"(prov. 26:2).*

"Decid al justo que le irá bien. . . ¡Ay del impío! Mal le irá, porque según las obras de sus manos le será pagado"(Isa. 3:10,11).*

"Oye, tierra: He aquí yo traigo mal sobre este pueblo, el fruto de sus pensamientos; porque no escucharon mis palabras, y aborrecieron mi ley"(Jer. 6:19).*

Es terrible esta verdad y debería ser profundamente inculcada. Toda acción recae sobre el que la ejecuta. Nunca un ser humano puede dejar de reconocer, en los males que aquejan su vida, el fruto de su propia siembra. Sin embargo, no estamos sin esperanza.147

Jacob recurrió al fraude para obtener el derecho de la primogenitura que ya le correspondía según la promesa de Dios, y la cosecha que recogió fue el odio de su hermano. Durante los veinte años de su destierro fue defraudado y sufrió injusticias, y al fin se vio obligado a buscar seguridad en la fuga, y recogió la segunda cosecha cuando vio reproducidos en sus hijos los malos rasgos de su propio carácter, cuadro fiel de las retribuciones de la vida humana.

DE SUPLANTADOR A PRÍNCIPE DE DIOS
Pero Dios dice: "Porque no contenderé para siempre, ni para siempre me enojaré; pues decaería ante mí el espíritu, y las almas que yo he creado. Por la iniquidad de su codicia me enojé, y le herí, escondí mi rostro y me indigné; y él siguió rebelde por el camino de su corazón. He visto sus caminos; pero le sanaré, y le pastorearé, y le daré consuelo a él y a sus enlutados. . . Paz, paz al que está lejos y al cercano, dijo Jehová; y lo sanaré "(Isa. 57:16-19) .*

Jacob, en medio de sus dificultades, no fue abrumado. Se había arrepentido, había tratado de expiar el mal que le había hecho a su hermano. Y cuando se vio amenazado de muerte a causa de la ira de Esaú, buscó ayuda en Dios. "Venció al ángel, y prevaleció; lloró, y le rogó". "Y lo bendijo allí"(Oseas 12:4; Gén. 32:29).* Gracias al poder de Dios, el perdonado dejó de ser suplantador para convertirse en príncipe con Dios. No sólo fue librado de la ira de su hermano, sino de sí mismo. Quebrantó el poder del mal en su propia naturaleza; su carácter fue transformado.

En las postrimerías de su vida, Jacob lo comprendió todo. Al repasar su historia, reconoció el poder sustentador de Dios, "el Dios que me mantiene desde que yo soy hasta este día, el ángel que me liberta de todo mal"(Gén. 48.15,16).*148

El mismo caso se repite en la historia de los hijos de Jacob, es decir, la retribución del pecado por una parte, y el arrepentimiento que da fruto de justicia para vida, por la otra.
Dios no anula sus leyes. No obra contrariamente a ellas. No deshace la obra del pecado: la transforma. Por medio de su gracia, la maldición se convierte en bendición.

De los hijos de Jacob, Leví fue uno de los más crueles y vengativos, uno de los dos más culpables del asesinato traicionero de los habitantes de Siquem. Las características de Leví, reflejadas en sus descendientes, atrajeron sobre éstos el decreto de Dios: "Las apartaré en Jacob, y los esparciré en Israel"(Gén. 49:7).*

 Pero el arrepentimiento dio por resultado la reforma, y mediante su fidelidad a Dios, en medio de la apostasía de las otras tribus, la maldición se transformó en una señal del más alto honor.
"En aquel tiempo apartó Jehová la tribu de Leví para que llevase el arca del pacto de Jehová, para que estuviese delante de Jehová para servirle, y para bendecir en su nombre, hasta hoy". "Mi pacto con él fue de vida y de paz, las cuales cosas yo le di para que me temiera; y tuvo temor de mí, y delante de mi nombre estuvo humillado. . . en paz y en justicia anduvo conmigo, y a muchos hizo apartar de la iniquidad"(Deut.10:8; Malaq. 2:5,6).*

Los levitas, como ministros del santuario, no recibieron tierras por herencia; moraban juntos en ciudades apartadas para su uso, y su sostén lo constituían las ofrendas y los diezmos dedicados al servicio de Dios, Eran los maestros del pueblo, huéspedes de todas sin fiestas, y honrados por todas partes como siervos y representantes de Dios. Toda la nación recibió el mandato: "Ten cuidado de no desamparar al 149 levita en todos tus días sobre la tierra". "Por lo cual Leví no tuvo parte ni heredad con sus hermanos; Jehová es su heredad, como Jehová tu Dios le dijo".*

LA VICTORIA POR LA FE
El caso de Israel ilustra la verdad de que el hombre "cual es su pensamiento en su corazón, tal es él".* Cuando se encontraban en la frontera de la tierra de Canaán, los espías, después de recorrerla, presentaron su informe. Perdieron de vista la belleza y la fertilidad de la tierra, por temor a las dificultades que presentaría la invasión. Las ciudades rodeadas de altas murallas, los guerreros gigantescos, los férreos carros de guerra, debilitaron su fe. Al excluir a Dios, la multitud se hizo eco de la decisión de los espías incrédulos: "No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros".* Sus palabras resultaron ciertas. No pudieron subir y consumieron sus vidas en el desierto.

Sin embargo, entre los doce que vieron la tierra, hubo dos que razonaron de otro modo. "Más podremos nosotros que ellos" *, decían, considerando que la promesa de Dios era superior a los gigantes, las ciudades amuralladas o los carros de hierro. Para ellos, su palabra era cierta. Aunque compartieron con sus hermanos los cuarenta años de peregrinación, Caleb y Josué entraron en la tierra prometida., El primero, tan valiente como cuando salió de Egipto con las huestes del Señor, pidió y recibió como porción suya la fortaleza de los gigantes. Gracias al poder de Dios, expulsó a los cananeos. Fue dueño de los viñedos y bosquecillos de olivos que sus pies habían pisado. Aunque los cobardes y rebeldes perecieron en el desierto, los hombres de fe comieron las uvas de Escol.150
No hay verdad que la Biblia presente tan claramente como la del peligro de apartarse, aunque sea una vez, de la justicia, peligro que afecta tanto al culpable de la mala acción como a todos los que están al alcance de su influencia. El ejemplo tiene un poder extraordinario y cuando se pone del lado de las malas tendencias de nuestra naturaleza, su poder llega a ser casi irresistible.

EJEMPLOS ALECCIONADORES
La fortaleza más poderosa del vicio en nuestro mundo no es la vida inicua del pecador abandonado, o del paria degradado; es la vida que parece virtuosa, honorable, noble, pero en la cual se fomenta un pecado, se abriga un vicio. Para el alma que lucha en secreto contra alguna tentación gigantesca y tiembla al borde del precipicio, semejante ejemplo es uno de los más poderosos incentivos para pecar. El que, dotado de elevados conceptos de la vida, la verdad y el honor, viola intencionalmente un precepto de la santa ley de Dios, pervierte sus nobles ' dones hasta convertirlos en una tentación para pecar. El genio, el talento, la simpatía, hasta las acciones generosas y bondadosas, pueden llegar a ser así lazos de Satanás para atraer a las almas al precipicio de la ruina.

Por eso Dios ha dado tantos ejemplos que muestran los resultados que puede tener un solo acto malo. Desde la triste historia de aquel pecado "que trajo la muerte al mundo, y toda nuestra desgracia, con la pérdida del Edén", hasta la de aquel que por treinta piezas de plata vendió al Señor de gloria, la biografía bíblica abunda en ejemplos dados como advertencias puestas en las sendas que se apartan del camino de la vida.

También son una advertencia los resultados que han seguido al hecho de ceder una sola vez a la debilidad humana y al error, fruto de la pérdida de la fe. 151

Por faltarle una vez la fe, Elías abrevió la obra de su vida. Pesada había sido la carga que había llevado en favor de Israel; fieles habían sido sus advertencias contra la idolatría nacional, y profunda su preocupación cuando, durante los tres años y medio de hambre, esperó una señal de arrepentimiento. En el monte Carmelo estuvo solo de parte de Dios. La idolatría fue derribada por el poder de la fe, y la lluvia bendita dio testimonio de las lluvias de bendición que aguardaban para ser derramadas sobre Israel. Luego, cansado y débil, huyó ante las amenazas de Jezabel, y solo en el desierto oró para pedir la muerte. Le había faltado la fe. No podría completar la obra que había empezado. Dios le ordenó que ungiera a otro como profeta en su lugar.

LA DISCIPLINA DEL SUFRIMIENTO
Pero el Señor tuvo en cuenta el servicio sincero de su siervo. Elías no iba a perecer desalentado y solo en el desierto. No le tocaría descender a la tumba, sino subir con los ángeles de Dios a la presencia de su gloria.

Estos casos declaran lo que algún día comprenderá todo ser humano: que el pecado sólo puede acarrear vergüenza y pérdida, que la incredulidad significa fracaso, pero que la misericordia de Dios llega hasta las mayores profundidades; que la fe eleva al alma arrepentida hasta compartir la condición de hijos de Dios.

Todos los que en este mundo prestan verdadero servicio a Dios o al hombre, reciben una educación preparatoria en la escuela del dolor. Cuanto mayor sea la confianza y más elevado el servicio, más estrecha será la prueba y más severa la disciplina. Estudiad las vidas de José y Moisés, de Daniel y David. Comparad la historia de los primeros años 152 de David con la de Salomón, y considerad los resultados.

David estuvo en su juventud íntimamente relacionado con Saúl, y su permanencia en la corte y su contacto con los miembros de la casa del rey le permitieron descubrir la naturaleza de los cuidados, las penas y las perplejidades ocultas bajo el brillo y la pompa de la realeza. Vio de cuán poco valor es la gloria humana para dar paz al alma, y sintió alivio y alegría al regresar de la corte del rey para cuidar los rebaños.

Cuando, a causa de los celos de Saúl, tuvo que huir al desierto, David, aislado de todo sostén humano, se apoyó más fuertemente en Dios. La incertidumbre y la inquietud de la vida del desierto, su incesante peligro, la necesidad de huir con frecuencia, el carácter de los hombres que se le unieron allí, "todos los afligidos, y todo el que estaba endeudado, y todos los que se hallaban en amargura de espíritu"*, hacían más necesaria aún la severa disciplina propia. Estas vicisitudes despertaron y desarrollaron en él la facultad de tratar con los hombres, la simpatía por los oprimidos y el odio a la injusticia. En los años de espera y peligro, David aprendió a buscar en Dios su consuelo, su sostén, su vida. Aprendió que solamente por medio del poder de Dios podría llegar al trono; solamente por medio de la sabiduría divina podría gobernar sabiamente. Mediante la instrucción recibida en la escuela de las dificultades y el dolor, David pudo merecer este juicio, aunque más tarde lo manchara su gran pecado: "Administraba justicia y equidad a todo su pueblo".*

En los primeros años de la vida de Salomón faltó la disciplina de los primeros años de la vida de David. En cuanto a condiciones, carácter y vida, parecía más favorecido que todos los demás. Noble en 153 juventud y en virilidad, amado por su Dios, Salomón se inició en un reinado que prometía gran prosperidad y honor. Las naciones se maravillaban del conocimiento y la perspicacia del hombre a quien Dios había dado sabiduría. Pero el orgullo de la prosperidad lo separó de Dios. Salomón se apartó del gozo de la comunión divina para buscar satisfacción en los placeres de los sentidos.

El mismo escribió:
LA EXPERIENCIA DE SALOMÓN
"Engrandecí mis obras, edifiqué para mí casas, planté para mí viñas; me hice huertos y jardines, planté en ellos árboles de todo fruto. . . Compré siervos y siervas. . . Me amontoné también plata y oro, y tesoros preciados de reyes y de provincias; me hice de cantores y cantoras, de los deleites de los hijos de los hombres. . . y fui engrandecido y aumentado más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén. . . No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mí corazón gozó de todo mi trabajo. . . Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol. Después volví yo a mirar para ver la sabiduría y los desvaríos y la necedad, porque ¿qué podrá hacer el hombre que venga después del rey? Nada, sino lo que ya ha sido hecho".*
"Aborrecí, por tanto, la vida. . . Asimismo aborrecí todo mi trabajo que había hecho debajo del sol".*
Por medio de su amarga experiencia, Salomón conoció la vanidad de una vida que busca su mayor bien en las cosas terrenales. Erigió altares a dioses paganos sólo para comprender cuán vana es la promesa de descanso que ofrecen al alma.

En sus últimos años, Salomón se apartó, cansado y sediento, de las resquebrajadas cisternas de la tierra 154 y volvió a beber de la fuente de la vida. Impulsado por el Espíritu de la inspiración, escribió para las generaciones posteriores la historia de sus años malgastados, con sus lecciones de advertencia, y así, aunque su pueblo cosechó el mal que, él había sembrado, la obra de la vida de Salomón no se perdió totalmente. Al fin, la disciplina del sufrimiento llevó a cabo en él su obra.
Pero con semejante alborear, ¡cuán glorioso hubiera podido ser el día de su vida si Salomón hubiese aprendido en su juventud la lección que el sufrimiento había enseñado a otras vidas!

LA PRUEBA DE JOB
Para los que aman a Dios, "a los que conforme a sus propósitos son llamados" *, la biografía bíblica presenta una lección aún mayor basada en el ministerio del dolor. "Vosotros, pues, sois mis testigos, dice Jehová"*, testigos de que él es bueno, y que su bondad es suprema. "Pues hemos llegado a ser espectáculo al mundo, a los ángeles y a los hombres".*

El altruismo, principio básico del reino de Dios, concita el odio de Satanás, que niega hasta su misma existencia. Desde el comienzo del gran conflicto ha tratado de demostrar que los principios que constituyen el fundamento de la actividad divina son egoístas, y califica del mismo modo a todos los que sirven a Dios. La obra de Cristo y la de todos los que llevan su nombre consiste en refutar las acusaciones de Satanás.

Jesús vino en forma humana para ofrecer en su propia vida un ejemplo de altruismo. Y todos los que aceptan este principio deben ser colaboradores con él, demostrándolo en la vida práctica. escoger la justicia por la justicia misma; ponerse de parte de la verdad aunque cueste sufrimiento y sacrificio, 155 "ésta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová".* Casí al principio de la historia de este mundo se desarrolló la vida de alguien que fue víctima de esta contienda de Satanás.

De Job, el patriarca de Uz, el testimonio del Escudriñador de corazones era: "No hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal".*

Satanás pronunció una despectiva acusación contra este hombre: "¿Acaso teme Job a Dios de balde? ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y todo lo que tiene?. . . Pero extiende tu mano y toca todo lo que tiene", "su hueso y su carne y verás sino blasfema contra ti en tu misma presencia "*.
El Señor le dijo a Satanás: "He aquí todo está en tu mano".* "He aquí el está en tu mano, mas guarda su vida".*

Habiendo obtenido permiso, Satanás quitó a Job todo lo que poseía :ganados, rebaños, siervos, siervas, hijos e hijas, e "hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pié hasta la coronilla de la cabeza".*

Luego se añadió otro ingrediente de amargura a su copa. Sus amigos, que consideraban la adversidad como una retribución del pecado, afligieron con sus acusaciones su espíritu herido y abrumado.
Aparentemente abandonado del cielo y de la tierra, pero con fe firme en su Dios y consciente de su integridad, clamó con angustia y perplejidad:

"Esta mi alma hastiada de la vida".
"¡Oh quién me diera que me escondieses en el Seol,
Que me encubrieses hasta apaciguarse tu ira,
Que me pusieses plazo y de mí te acordaras!" 156
"He aquí, yo clamaré agravio, y no seré oído;
Daré voces, y no habrá juicio...
Me ha despojado de mi gloria,
Y quitado la corona de mi cabeza....
Mis parientes se detuvieron,
Y mis conocidos se olvidaron de mí....
Los que yo amaba se volvieron contra mí. . .
¡Oh, vosotros mis amigos, tened compasión de mí,
tened compasión de mí!
Porque la mano de Dios me ha tocado"
"¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios!
Yo iría hasta su silla. . .
"He, aquí yo iré al oriente, y no lo hallaré;
Y al occidente, y no lo percibiré;
Si muestra su poder al norte, yo no lo veré;
Al sur se esconderá, y no lo veré.
Mas él conoce mi camino;
Me probará, y saldré como oro".
"Aunque él me matare, en él esperaré".
"Yo sé que mi Redentor vive,
Y al fin se levantará sobre el polvo;
Y después de deshecha esta mi piel,
En mi carne he de ver a Dios;
Al cual veré por mí mismo,
Y mis ojos lo verán, y no otro"
(Job 10.1; 14:13; 19:7-21; 23:3-10; 13:15; 19:25-27).*

De acuerdo con su fe, fue tratado Job. "Me probará -dijo-, y saldré como oro".* Así ocurrió. Por medio de su paciente resistencia vindicó su propio carácter y de ese modo el carácter de Aquel de quien era representante. Y "quitó Jehová la aflicción de Job. . . y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job. . . y bendijo Jehová el postrer estado de Job más que el primero".*

Entre los que por su abnegación han compartido los sufrimientos de Cristo, figuran los nombres de 157 Jonatán y de Juan el Bautista, el uno en el Antiguo Testamento y el otro en el Nuevo.
Jonatán, que por nacimiento era heredero del trono, sabía que había sido privado de él por decreto divino; sin embargo, fue el más tierno y fiel amigo de David, su rival, y lo protegió a riesgo de su vida; fue fiel a su padre durante los días sombríos de la decadencia de su poder, y cayó al fin a su lado. El nombre de Jonatán está atesorado en el cielo, y en la tierra es un testigo de la existencia y el poder del amor abnegado.

Cuando Juan el Bautista apareció como, heraldo del Mesías, conmovió a la nación. Grandes multitudes constituidas por toda clase de personas seguían sus pasos de un lugar a otro. Pero todo cambió cuando llegó Aquel acerca de quien había dado testimonio. Las multitudes siguieron a Jesús, y la obra de Juan pareció llegar a su fin. Sin embargo, su fe no vaciló. "Es necesario que él crezca -dijo-, pero que yo mengüe".*

Transcurrió el tiempo y no se estableció el reino que Juan había esperado confiadamente. En la celda donde lo arrojó Herodes, privado del aire vivificador y de la libertad del desierto, esperó y veló. No hubo despliegue de armas ni se hicieron pedazos las puertas de la prisión, pero la curación de los enfermos, la predicación del Evangelio, la elevación de las almas de los hombres, dieron testimonio de la misión de Cristo.

Solo en la celda, al ver a qué fin semejante al de su Maestro lo conducía su senda, Juan aceptó su destino: La comunión con Cristo en los padecimientos. Los mensajeros celestiales lo acompañaron hasta el sepulcro. Los seres del universo, caídos y no caídos, fueron testigos de la reivindicación de su servicio abnegado. 158

Y en todas las generaciones que han surgido desde entonces, las almas dolientes han sido sostenidas por el testimonio de la vida de Juan. En la cárcel, en el cadalso, en la hoguera, los hombres y mujeres han sido fortalecidos a través de los siglos de tinieblas, por el recuerdo de aquel de quien Cristo declaró: "Entre los que nacen de mujer, no se ha levantado otro mayor".* "¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté. . . así como de Samuel y de los profetas; que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerza de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros.

"Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección; mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles".

"Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de aquí para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.".
"Y todos éstos; aunque alcanzaron buen testimonio por la fe, no recibieron lo prometido; proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros".* 159

Poesía y Canto
"Cánticos fueron para mí tus estatutos en la casa donde fui extranjero".
EN LAS Escrituras se encuentran las expresiones poéticas más antiguas y sublimes. Antes que cantaran los poetas más antiguos del mundo, el pastor de Madián registró las palabras que Dios dirigió a Job, palabras cuya majestad no igualan ni aproximadamente las producciones más elevadas del genio humano:

"¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra?. . .
¿Quién encerró con puertas el mar,
Cuando se derramaba saliéndose de su seno,
Cuando puse yo nubes por vestidura suya,
Y por su faja oscuridad,
Y establecí sobre él mi decreto,
Le puse puertas y cerrojo,
Y dije: Hasta aquí llegarás, y no pasarás adelante,
ahí parará el orgullo de tus olas?
"¿Has mandado tú a la mañana en tus días?
¿Has mostrado al alba su lugar?. . .
"¿Has entrado tú hasta las fuentes del mar,
Y has andado escudriñando el abismo?
¿Te han sido descubiertas las puertas de la muerte,
Y has visto las puertas de la sombra de muerte?
¿Has considerado tú hasta las anchuras de la tierra?
Declara si sabes todo esto.
"¿Por dónde va el camino a la habitación de la luz,
Y dónde está el lugar de las tinieblas?. . .160
"¿Has entrado tú en los tesoros de la nieve,
O has visto los tesoros del granizo?. . .
¿Por qué camino se reparte la luz,
Y se esparce el viento solano sobre la tierra?
¿Quién repartió conducto al turbión,
Y camino a los relámpagos y truenos,
Haciendo llover sobre la tierra deshabitada,
Sobre el desierto, donde no hay hombre,
Para saciar la tierra desierta e inculta,
Y para hacer brotar la tierna hierba?. . .
"¿Podrás tú atar los lazos de las Pléyades,
O desatarás las ligaduras de Orión?
¿Sacarás tú a su tiempo las constelaciones de los cielos,
O guiarás a la Osa Mayor con sus hijos?"
(Job 38:4-27; 31,32).*

En cuanto a la belleza de expresión, leed también la descripción de la primavera, que es parte del Cantar de los Cantares:
"Porque he aquí ha pasado el invierno,
Se ha mudado, la lluvia se fue;
Se han mostrado las flores en la tierra,
El tiempo de la canción ha venido,
Y en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola.,
La higuera ha echado sus higos,
Y las vides en cierne dieron olor;
Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven".
(Cant. 2:11-13).*

No es inferior en belleza la profecía involuntaria de bendición para Israel pronunciada por Balaam:
"De Aram me trajo Balac,
Rey de Moab, de los montes del oriente; Ven, maldíceme a Jacob,
Y ven, execra a Israel.
¿Por qué maldeciré yo al que Dios no maldijo?
¿Y por qué he de execrar al que Jehová no ha execrado?
Porque de la cumbre de las peñas lo veré,
Y desde los collados lo miraré;
He aquí un pueblo que habitará confiado,
Y no será contado entre las naciones. . . 161
"He aquí, he recibido orden de bendecir;
El dio bendición, y no podré revocarla. 
No ha notado iniquidad en Jacob,
Ni ha visto perversidad en Israel.
Jehová, su Dios está con él,
Y júbilo de rey en él. . .
Porque contra Jacob no hay agüero,
Ni adivinación contra Israel.
Como ahora, será dicho de Jacob y de Israel:
¡Lo que ha hecho Dios!"
"Dijo el que oyó los dichos de Dios,
El que vio la visión del Omnipotente. . .
¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob,
 Tus habitaciones, oh Israel!
Como arroyos están extendidas,
Como huertos junto al río,
Como áloes plantados por Jehová,
Como cedros junto a las aguas".
"Dijo el que oyó los dichos de Jehová,
Y el que sabe la ciencia del Altísimo. . .
Lo veré, mas no ahora;
Lo miraré, mas no de cerca:
Saldrá ESTRELLA de Jacob,
Y se levantará cetro de Israel. . .
De Jacob saldrá el dominador"
( Núm. 23:7-23; 24.4-6; 16-19).*

La melodía de alabanza es la atmósfera del cielo; y cuando el cielo se pone en contacto con la tierra, se oye música y alabanza, "alegría y gozo, alabanza y voces de canto".*

Por encima de la tierra recién creada, hermosa e inmaculada, bajo la sonrisa de Dios, "alababan todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios".* Los corazones humanos, al simpatizar con el cielo, han respondido a la bondad de Dios con notas de alabanza. Muchos de los sucesos de la historia humana han estado ligados al canto.162

El primer himno que registra la Biblia, que haya brotado de labios humanos, es la gloriosa expresión de agradecimiento de las huestes de Israel junto al Mar Rojo:
"Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado grandemente;
Ha echado en el mar al caballo y al jinete.
Jehová es mi fortaleza y mi cántico,
Y ha sido mi salvación.
Este es mi Dios, y lo alabaré;
Dios de mi padre, y lo enalteceré".
"Tu diestra, oh Jehová, ha sido magnificada en poder;
Tu diestra, oh Jehová, ha quebrantado al enemigo.
¿Quién Como tú, oh Jehová, entre los dioses?
¿Quién como tú, magnífico en santidad,
Terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?"
"Jehová reinará eternamente y para siempre. . .
Cantad a Jehová, porque en extremo se ha engrandecido"
(Exodo 15:1,2,6,11,18-21).*

Grandes han sido las bendiciones recibidas por los hombres en respuesta a los himnos de alabanza. Las pocas palabras que resumen un incidente del viaje de Israel por el desierto, contienen una lección digna de nuestra reflexión:
"De allí vinieron a Beer:
este es el pozo del cual Jehová dijo a Moisés:
Reúne al pueblo, y les daré agua" (Núm.21:16).*

 Entonces cantó Israel este cántico:
"Sube, oh pozo; a él cantad;
Pozo, el cual cavaron los señores.
Lo cavaron los príncipes del pueblo,
Y el legislador, con sus báculos"(Núm. 21:17,18).*

¡Cuán a menudo se repite esta historia en la vida espiritual! ¡Cuán a menudo, por medio de las palabras de una canción sagrada, brotan en el alma manantiales de penitencia y fe, de esperanza, de amor y gozo! 163

El ejército de Israel salió con cantos de alabanza a la gran liberación bajo las órdenes de Josafat, que había recibido la noticia de la amenaza de guerra.

"Contra ti viene una gran multitud -decía el mensaje-, los hijos de Moab y de Amón, y con ellos otros de los amonitas". "Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá. Y se reunieron los de Judá para pedir socorro a Jehová; y también de todas las ciudades de Judá vinieron a pedir ayuda a Jehová".* Y Josafat, de pie en el atrio del templo, delante del pueblo, derramó su alma en oración invocando la promesa de Dios, y confesando la impotencia de Israel. "Porque en nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros; no sabemos qué hacer, y a ti volvemos nuestros ojos".*

Entonces sobre Jahaziel, levita, "vino el Espíritu de Jehová. . . y dijo: Oíd, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios. . . No habrá para qué peleéis vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová con vosotros. . . No temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros".*
"Y cuando se levantaron por la mañana, salieron al desierto de Tecoa".*

Delante del ejército iban cantores que elevaban sus voces en alabanza a Dios por la victoria prometida.
Al cuarto día, el ejército volvió a Jerusalén, cargado con el botín obtenido de los enemigos, y cantando alabanzas por la victoria lograda. 164

David, en medio de las vicisitudes de su vida borrascosa, mantenía comunión con el cielo por medio del canto. Cuán dulcemente se reflejan los episodios de su vida de muchacho pastor en las palabras:
"Jehová es mi pastor; nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me hará descansar.
Junto a aguas de reposo me pastoreará. . .
Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento"(Salmos 23:1-4).*

Ya hombre, y como fugitivo que tenía que buscar refugio en las rocas y las cuevas del desierto, escribió:
"Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré;
Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela,
En tierra seca y árida donde no hay aguas. . .
Porque has sido mi socorro,
Y así en la sombra de tus alas me regocijaré".
"¿Por qué te abates, oh alma mía,
Y por qué te turbas dentro de mí?
Espera en Dios,
Porque aún he de alabarle,
Salvación mía y Dios mío". 
"¡Jehová es mi luz y mi salvación!
¿De quién temeré?
¡Jehová es la fortaleza de mi vida!
¿De quién he de atemorizarme?"
(Salmos 63:1-7; 42:11; 27:1).*

La misma confianza respiran las palabras escritas cuando, como rey destronado y sin corona, David huyó de Jerusalén a causa de la rebelión de Absalón. Abatido por la pena y el cansancio producido por la fuga, se detuvo con sus compañeros junto al Jordán, para descansar unas horas. Lo despertó la invitación a huir inmediatamente. El grupo de hombres, mujeres y niños debía cruzar el río profundo y correntoso 165 en la oscuridad; porque lo perseguían tenazmente las fuerzas del hijo traidor.

En aquella hora de amarga prueba, David cantó
"Con mi voz clamé a Jehová,
Y el me respondió desde su monte santo.
Yo me acosté y dormí,
Y desperté, porque Jehová me sustentaba.
No temeré a diez millares de gentes,
Que pusieren sitio contra mí"(Salmos 3:4-6).*

Después de cometer su gran pecado, en la angustia del remordimiento y la repugnancia de sí mismo, se dirigió aún a Jehová como a su mejor amigo:

"Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia;
Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. . .
Purifícame con hisopo, y seré limpio;
Lávame, y seré más blanco que la nieve"(Salmos 51:1-7).*

En su larga vida, David no halló en la tierra lugar de descanso. "Extranjeros y advenedizos somos delante de ti -dijo-, como todos nuestros padres; y nuestros días sobre la tierra, cual sombra que no dura"(2Cron. 29:15).*

"Dios es nuestro amparo y fortaleza,
Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida,
Y se traspasen los montes al corazón del mar".
"Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios,
El santuario de las moradas del Altísimo.
Dios está en medio de ella; no será conmovida.
Dios la ayudará al clarear la mañana. . .
Jehová de los ejércitos está con nosotros;
Nuestro refugio es el Dios de Jacob".
"Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre.
El nos guiará aún más allá de la muerte"
(Salmos 46.1,2, 4-7; 48:14).*166

Durante su vida terrenal, Jesús hizo frente a la tentación con un canto. A menudo, cuando se decían palabras mordaces y ofensivas, cuando la atmósfera que lo rodeaba era sombría a causa de la melancolía, el disgusto, la desconfianza o el temor opresivo, se oía su canto de fe y santa alegría.
En aquella última triste noche de la cena de Pascua, cuando estaba por salir a hacer frente a la traición y la muerte, se elevó su voz en este salmo:

"Sea el nombre de Jehová bendito,
Desde ahora y para siempre.
Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone,
Sea alabado el nombre de Jehová".    
"Amo a Jehová, pues ha oído mi voz y mis súplicas;
Porque ha inclinado a mí su oído;
Por tanto, le invocaré en todos mis días.
"Me rodearon ligaduras de muerte,
Me encontraron las angustias del Seol;
Angustia y dolor había yo hallado.
Entonces invoqué el nombre de Jehová, diciendo:
Oh Jehová, libra ahora mi alma.
Clemente es Jehová, y justo;
Sí, misericordioso es nuestro Dios.
"Jehová guarda a los sencillos;
Estaba yo postrado, y me salvó.
Vuelve, oh alma mía, a tu reposo,
Porque Jehová te ha hecho bien.
Pues tú has librado mi alma de la muerte,
Mis ojos de lágrimas,
Y mis pies de resbalar"
(Salmos 113:2,3; 116:1-8).*

En medio de las sombras densas de la última gran crisis de la tierra, la luz de Dios alumbrará con 167 más brillo, y se oirá en los acordes más diáfanos y sublimes el canto de esperanza y confianza.

"En aquel día cantarán este cántico en tierra de Judá: Fuerte ciudad tenemos; Salvación puso Dios por muros y antemuro. Abrid las puertas, Y entrará la gente justa, guardadora de verdades.
Tú guardarás en completa paz A aquel cuyo pensamiento en ti persevera, Porque en ti ha confiado.
Confiad en Jehová perpetuamente, Porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos"(Isa.26:1-4).*

"Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sión con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido"(Isa. 35:10).*

"Y vendrán con gritos de gozo en lo alto de Sión, y correrán al bien de Jehová. . . y su alma será como huerto de riego, y nunca más tendrán dolor"(Jer.31:12).*

El Poder del Canto
La historia de los cantos de la Biblia está llena de insinuaciones en cuanto a los usos y beneficios de la música y el canto. A menudo se pervierte la música haciéndola servir a malos propósitos, y de ese modo llega a ser uno de los instrumentos más seductores de la tentación. Pero, debidamente empleada es un precioso don de Dios, destinado a elevar los pensamientos hacia temas más nobles, y a inspirar y levantar el alma.

Así como los israelitas cuando andaban por el desierto alegraron su camino con la música del canto sagrado, Dios invita a sus hijos de hoy a alegrar por el mismo medio su vida de peregrinaje. Pocos medios hay más eficaces para grabar sus palabras en la memoria que el de repetirlas mediante el 168 canto. Y esa clase de canto tiene un poder maravilloso. Tiene poder para subyugar naturalezas rudas e incultas, para avivar el pensamiento y despertar simpatía, para promover la armonía en la acción, y desvanecer la melancolía y los presentimientos que destruyen el valor y debilitan el esfuerzo.

Es uno de los medios más eficaces para grabar en el corazón la verdad espiritual. Cuán a menudo recuerda la memoria alguna palabra de Dios al alma oprimida y a punto de desesperar, mediante el tema olvidado de algún canto de la infancia. Entonces las tentaciones pierden su poder, la vida adquiere nuevo significado y nuevo propósito, y se imparte valor y alegría a otras almas.

Nunca se debería perder de vista el valor del canto como medio educativo. Cántense en el hogar cantos dulces y puros, y habrá menos palabras de censura y más de alegría, esperanza y gozo. Cántese en la escuela y los alumnos serán atraídos más a Dios, a sus maestros, y los unos a los otros.
Como parte del servicio religioso, el canto no es menos importante que la oración. En realidad, más de un canto es una oración. Si se enseña al niño a comprender esta, pensará más en el significado de las palabras que canta, y será más sensible a su poder.

Al conducirnos nuestro Redentor al umbral de lo infinito, inundado con la gloria de Dios, podremos comprender los temas de alabanza y acción de gracias del coro celestial que rodea el trono, y al despertarse el eco del canto de los ángeles en nuestros hogares terrenales, los corazones serán acercados más a los cantores celestiales. La comunión con el cielo empieza en la tierra. Aquí aprendemos la clave de su alabanza. 169

Los Misterios de la Biblia
"¿Descubrirás tú los secretos de Dios?"
NINGUNA mente finita puede comprender plenamente el carácter o las obras del Ser infinito. No podemos descubrir a Dios por medio de la investigación. Para las mentes más fuertes y mejor cultivadas, lo mismo que para las más débiles e ignorantes, el Ser santo debe permanecer rodeado de misterio. Pero aunque "nubes y oscuridad alrededor de él; justicia y juicio son el cimiento de su trono" .* Podemos comprender lo suficiente de su trato con nosotros para descubrir una misericordia ilimitada unida a un poder infinito. Podemos comprender, de sus propósitos, lo que seamos capaces de asimilar; más allá de esto, debemos confiar en la mano omnipotente, en el corazón lleno de amor.

La Palabra de Dios, como el carácter de su Autor, presenta misterios que nunca podrán ser enteramente comprendidos por los seres finitos. Pero Dios ha dado en las Escrituras suficiente evidencia de su autoridad divina. Su propia existencia, su carácter, la veracidad de su Palabra, lo corrobora un testimonio que toca a nuestra razón, y ese testimonio es abundante. Es cierto, él no ha eliminado la posibilidad de dudar; la fe debe apoyarse en la evidencia, no en la demostración; los que desean dudar tienen oportunidad de hacerlo, pero los que desean conocer la verdad tienen suficiente terreno para ejercer la fe.170

No tenemos motivos para dudar de la Palabra de Dios a causa de que no podamos comprender los misterios de su providencia. En el mundo natural, estamos constantemente rodeados de maravillas superiores a nuestra comprensión. ¿Nos ha de sorprender, entonces, encontrar también en el mundo espiritual misterios que no podemos sondear? La dificultad reside solamente en la estrechez y la debilidad de la mente humana.

Los misterios de la Biblia, lejos de ser un argumento contra ella, se encuentran entre las más fuertes pruebas de su inspiración divina. Si su descripción de Dios consistiera sólo en lo que nosotros pudiésemos comprender, si su grandeza y su majestad pudiesen ser abarcadas por mentes finitas, la Biblia no llevaría, como lleva, evidencias inconfundibles de la Divinidad. La grandeza de sus temas debe inspirar fe en ella como la Palabra de Dios.

La Biblia revela la verdad con tal sencillez y tal adaptación a las necesidades y los anhelos del corazón humano, que ha asombrado y encantado a los espíritus más cultivados, y al mismo tiempo ha explicado el camino de la vida al humilde e ignorante. "El que anduviera en este camino, por torpe que sea, no se extraviará".* Ningún niño tiene por qué equivocar el camino. Ningún buscador tembloroso necesita dejar de andar en la luz pura y santa. Sin embargo, las verdades más sencillamente expuestas comprenden temas elevados, de vasto alcance, infinitamente superiores al poder de la comprensión humana, misterios que son el escondedero de su gloria, misterios que vencen la mente en su investigación, mientras inspiran fe y reverencia al sincero indagador de la verdad. Cuanto más escudriñamos la Biblia, tanto más profunda es nuestra convicción de que es la Palabra del Dios viviente, y la razón humana se inclina ante la majestad de la revelación divina. 171 Dios quiere que sean siempre reveladas las verdades de su Palabra al investigador ferviente. Aún que "las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios", "las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos"(Deut. 29:29).*

La idea de que ciertas porciones de la Biblia no pueden ser entendidas, ha inducido a descuidar algunas de sus más importantes verdades. Es necesario recalcar con frecuencia el hecho de que los misterios de la Biblia no son tales porque Dios haya tratado de ocultar la verdad, sino porque nuestra debilidad e ignorancia nos hacen incapaces de comprender o posesionarnos de la verdad. El límite no está fijado por su propósito, sino por nuestra capacidad. Dios desea que comprendamos tanto como lo permite nuestra mente, precisamente aquellas porciones de las Escrituras que a menudo se pasan por alto por considerárselas imposibles de comprender. "Toda la Escritura es inspirada por Dios" para que el hombre de Dios sea "enteramente preparado para toda buena obra"(2Tim.3:16,17).*

Es imposible para cualquier mente humana abarcar completamente siquiera una verdad o promesa de la Biblia. Uno comprende la gloria desde un punto de vista, otro desde otro, y sin embargo sólo podemos percibir destellos. La plenitud del brillo está fuera del alcance de nuestra visión.
Al contemplar, las grandes cosas de la Palabra de Dios, observamos una fuente que se amplía y profundiza bajo nuestra mirada. Su amplitud y profundidad sobrepasan nuestro conocimiento.

Al mirar, la visión se expande; contemplamos extendido delante de nosotros un mar sin límites.
Este estudio tiene poder vivificador. La mente y el corazón adquieren fuerza y vida nuevas.
Esta experiencia es la mayor evidencia de que la Biblia es de origen divino. Recibimos la Palabra de Dios como alimento para el alma, mediante la 172 misma evidencia por la cual recibimos el pan como alimento para el cuerpo. El pan suple la necesidad de nuestra naturaleza. Sabemos por experiencia que produce sangre, huesos y cerebro. Apliquemos la misma prueba a la Biblia: Cuando sus principios han llegado a formar efectivamente parte del carácter, ¿cuál ha sido el resultado? ¿Qué cambios se han efectuado en la vida? "Las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas"(2Cor.5:17).*

Gracias a su poder, los hombres y mujeres han roto las cadenas de los hábitos pecaminosos. Han renunciado al egoísmo. Los profanos se han vuelto reverentes; los beodos, sobrios; los libertinos, puros. Las almas que exponían la semejanza de Satanás, han sido transformadas a la imagen de Dios. Este cambio es en sí el milagro de los milagros. Es un cambio obrado por la Palabra, uno de los más profundos misterios de la Palabra. No lo podemos comprender; sólo podemos creer, según lo declara la Escritura, que es "Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria"(Colos.1:27).*

El conocimiento de este misterio es la clave de todos los demás. Abre al alma los tesoros del universo, las posibilidades de un desarrollo infinito.

Y este desarrollo se obtiene por medio de la constante revelación del carácter de Dios a nosotros, de la gloria y el misterio de la Palabra escrita. Si nos fuera posible lograr una plena comprensión de Dios y su Palabra, no habría para nosotros más descubrimientos de la verdad, mayor conocimiento, ni mayor desarrollo. Dios dejaría de ser supremo, y el hombre dejaría de progresar. Gracias a Dios, no es así. Puesto que Dios es infinito, y en él están todos los tesoros de la sabiduría, podremos escudriñar y aprender siempre, durante toda la eternidad, sin agotar jamás las riquezas de su sabiduría, su bondad o su poder. 173

La Historia y la Profecía
"¿Quién hizo oír esto desde el principio..... sino yo Jehová? Y no hay más Dios que yo."
LA BIBLIA es la historia más antigua y abarcante que poseen los hombres. Nació de la fuente de la verdad eterna y una mano divina ha preservado su pureza a través de los siglos. Ilumina el lejano pasado en el cual en vano trata de penetrar la investigación humana. Solamente en la Palabra de Dios contemplamos el poder que puso los cimientos de la tierra y extendió los cielos. Sólo en ella hallamos un relato auténtico del origen de las naciones. Sólo en ella se da una historia de nuestra raza, libre de prejuicios u orgullo humanos.

En los anales de la historia humana, el crecimiento de las naciones, el levantamiento y la caída de los imperios," parecen depender de la voluntad y las proezas del hombre. Los sucesos parecen ser determinados, en gran parte, por su poder, su ambición o su capricho. Pero en la Palabra de Dios se descorre el velo, y contemplamos detrás, encima y entre la trama y la urdimbre de los intereses, las pasiones y el poder de los hombres, los agentes del Ser misericordioso, que ejecutan silenciosa y pacientemente los consejos de la voluntad de Dios.

La Biblia revela la verdadera filosofía de la historia. En las palabras de belleza inmaculada y ternura 174 que el apóstol Pablo dirigió a los filósofos de Atenas, se expone el propósito que tenía Dios al crear y distribuir las razas y naciones. El "de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle".* Dios declara que cualquiera que lo desee puede "entrar en los vínculos del pacto".* Al crear la tierra, su propósito era que fuese habitada por seres cuya existencia fuese una bendición para sí mismos y para los demás, y un honor para su Creador. Todos los que quieran pueden identificarse con este propósito. De los tales se dirá: "Este pueblo he creado para mi, mis alabanzas publicará".*

Dios ha revelado en su ley los principios básicos de toda prosperidad verdadera, tanto de las naciones como de los individuos. "Porque ésta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia", declaró Moisés a los israelitas, refiriéndose a la ley de Dios. "Porque no os es cosa vana; es vuestra vida".* Las bendiciones así aseguradas a Israel, se prometen en las mismas condiciones y en el mismo grado a toda nación y a todo individuo que existe debajo del amplio cielo.

El poder que ejerce todo gobernante en la tierra, se lo otorga el cielo, y su éxito depende de cómo lo ejerce. El Atalaya divino dice a cada cual: "Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste".* Y para todos constituyen una lección de vida las palabras dirigidas a Nabucodonosor: "Tus pecados redime con justicia, y tus iniquidades haciendo misericordias para con los oprimidos, pues tal vez será eso una prolongación de tu tranquilidad".* 175

Comprender estas cosas, comprender que "la justicia engrandece a la nación" ; que "con la justicia será afirmado el trono" y con "misericordia"*; reconocer la obra de estos principios en la manifestación del poder que "quita reyes, y pone reyes"*, es comprender la filosofía de la historia.
Sólo en la Palabra de Dios está esto claramente expuesto. En ella se muestra que la fuerza de las naciones, lo mismo que la de los individuos, no se encuentra en las oportunidades o medios que parecen hacerlos invencibles; ni tampoco en su pregonada grandeza. Se mide por la fidelidad con que cumplen el propósito de Dios.

En la historia de la antigua Babilonia se encuentra una ilustración de esta verdad. El verdadero objeto del gobierno nacional se le presentó al rey Nabucodonosor bajo la figura de un gran árbol, cuya "copa llegaba hasta el cielo, y se le alcanzaba a ver desde todos los confines de la tierra. Su follaje era hermoso y su fruto abundante, y había en él alimento para todos. Debajo de él se ponían a la sombra las bestias del campo, y en sus ramas hacían morada las aves del cielo".*

Esta figura muestra el carácter de un gobierno que cumple el propósito de Dios, un gobierno que protege y edifica a la nación.

Dios ensalzó a Babilonia para que pudiera cumplir ese propósito. La nación prosperó hasta llegar a una altura de riqueza y poder que desde entonces nunca ha sido igualada, y que en las Escrituras está adecuadamente representada por el inspirado símbolo de una "cabeza de oro".*
Pero el rey no reconoció el poder que lo había encumbrado. Lleno de orgullo, dijo Nabucodonosor: "¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué 176 para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad?".*

En vez de ser protectora de los hombres. Babilonia se convirtió en orgullosa y cruel opresora. Las palabras de la Inspiración, que describen la crueldad y la voracidad de los gobernantes de Israel, revelan el secreto de la caída de Babilonia, y de la de muchos otros reinos que han caído desde que empezó el mundo: "Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas. No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia".*

El Atalaya divino pronunció contra el rey de Babilonia la sentencia: "¡A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti".*

"Desciende y siéntate en el polvo, virgen hija de Babilonia.
Siéntate en la tierra, sin trono. . .
Siéntate, calla,
Y entra en tinieblas, hija de los caldeos;
Porque nunca más te llamarán señora de reinos".*

"Tú, la que moras entre muchas aguas, rica en tesoros,
Ha venido tu fin, la medida de tu codicia".
"Y Babilonia, hermosura de reinos
Y ornamento de la grandeza de los caldeos,
Será como Sodoma y Gomorra, a las que trastornó Dios".*

"Y la convertiré en posesión de erizos, y en lagunas de agua; y la barreré con escobas de destrucción, dice Jehová de los ejércitos".*

Se ha permitido a toda nación que ha ascendido al escenario de la historia que ocupe su lugar en 177 la tierra para ver si va a cumplir o no el propósito del "Vigilante y Santo". La profecía ha anunciado el levantamiento y la caída de los grandes imperios del mundo: Babilonia, Medo-Persia, Grecia y Roma. La historia se repitió con cada una de ellas, lo mismo que con naciones menos poderosas. Cada una tuvo su período de prueba, fracasó, su gloria se marchitó, perdió su poder, y su lugar fue ocupado por otra.

Aunque las naciones rechazaron los principios de Dios y provocaron con ese rechazamiento su propia ruina, es evidente que el propósito divino predominó y se manifestó en todos sus movimientos.
Una maravillosa representación simbólica dada al profeta Ezequiel durante su destierro en la tierra de los caldeos, enseña esta lección. Recibió la visión cuando estaba abrumado por recuerdos tristes y presentimientos inquietantes. La tierra de sus padres estaba desolada; Jerusalén, despoblada. El profeta mismo era extranjero en un país donde reinaban supremas la ambición y la crueldad. Por todas partes veía manifestaciones de tiranía e injusticia. Su alma estaba afligida y se lamentaba día y noche. Pero los símbolos que se le presentaron ponían en evidencia un poder superior al de los gobernantes terrenales.

A orillas del río Quebar, Ezequiel vio un torbellino que parecía, proceder del norte, "una gran nube, con un fuego envolvente, y alrededor de él un esplendor, y en medio del fuego algo que parecía como bronce refulgente". * Cuatro seres vivientes movían numerosas ruedas entrelazadas. Por encima de todo esto "se veía la figura de un trono que parecía de piedra de zafiro; y sobre la figura del trono había una semejanza que parecía de hombre sentado sobre él". "Y apareció en los querubines la figura de una mano de hombre debajo de sus alas".* 178 Las ruedas estaban dispuestas en forma tan complicada, que a primera vista parecía que estaban en desorden; pero se movían en perfecta armonía. Seres celestiales empujaban las ruedas, y ellos, a su vez, eran sostenidos y guiados por la mano que estaba debajo de los querubines; sobre ellos, en el trono de zafiro, estaba el Eterno, y alrededor del trono un arco iris, emblema de la misericordia divina.

Así como la disposición complicada de las ruedas estaba bajo la dirección de la mano que se veía debajo de las alas de los querubines, Dios dirige el complicado manejo de los acontecimientos humanos. En medio de la lucha y el tumulto de las naciones, Aquel que se sienta por encima de los querubines, aún dirige los asuntos terrenales.

La historia de las naciones que sucesivamente ocuparon el tiempo y el lugar que se les asignó, y que inconscientemente dieron testimonio de la verdad cuyo significado ignoraban, tiene un mensaje para nosotros. Dios ha asignado un lugar en su gran plan a toda nación y a todo individuo de la actualidad. Hoy los hombres y las naciones son medidos por la plomada que sostiene Aquel que no se equivoca. Todos deciden su destino por su propia resolución, y Dios dirige todo para que se cumplan sus propósitos.

La historia que el gran YO SOY ha trazado en su Palabra, al unir los eslabones de la cadena profética desde la eternidad pasada hasta la eternidad futura, nos dice dónde estamos hoy en el transcurso de los siglos, y qué es lo que se puede esperar del futuro. Todo lo que la profecía anunció que sucedería hasta el presente, ha sido registrado en las páginas de la historia, y podemos estar seguros de que todo lo que vendrá aún se cumplirá en su orden. 179

En la Palabra de verdad se predice claramente la caída final de los dominios terrenales. En la profecía anunciada cuando Dios pronunció la sentencia contra el último rey de Israel, se da el mensaje: "Así ha dicho Jehová el Señor: Depón la tiara, quita la corona... sea exaltado lo bajo, y humillado lo alto. A ruina, a ruina, a ruina lo reduciré, y esto no será más, hasta que venga aquel cuyo es el derecho, y yo se lo entregaré".*

La corona que se le quitó a Israel pasó sucesivamente a los reinos de Babilonia, Medo-Persia, Grecia y Roma. Dios dice: "Esto no será más, hasta que venga aquel cuyo es el derecho, y yo se lo entregaré."
Ese tiempo está cerca. Las señales de los tiempos declaran hoy que estamos en el umbral de sucesos grandes y solemnes. Todo está en agitación en el mundo. Ante nuestra vista se cumple la profecía del Salvador referente a los sucesos que precederán a su venida: "Oiréis de guerras, y rumores de guerras. . . Se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares".*

La época actual es de sumo interés para todos los vivientes. Los gobernantes y estadistas, los hombres que ocupan puestos de confianza y autoridad, los hombres y mujeres que piensan, de toda clase social tienen la atención fija en los sucesos que ocurren alrededor de nosotros. Observan las relaciones tirantes que mantienen las naciones. Observan la tensión que se está apoderando de todo elemento terrenal, y reconocen que está por ocurrir algo grande y decisivo, que el mundo está al borde de una crisis estupenda.

En este mismo momento los ángeles están sosteniendo los vientos de contienda para que no soplen 180 hasta que el mundo reciba la advertencia de su próxima condenación; pero se está preparando una tormenta; ya está lista para estallar sobre la tierra; y cuando Dios ordene a sus ángeles que suelten los vientos, habrá una escena tal de lucha, que ninguna pluma podría describirla.

SOLO LA BIBLIA ACLARA LA HISTORIA
La Biblia, y sólo la Biblia da una idea exacta de estas cosas. En ella se revelan las grandes escenas finales de la historia de nuestro mundo, sucesos que ya proyectan sus sombras, que al aproximarse hacen temblar la tierra con su ruido y hacen desfallecer de temor a los hombres.

"He aquí que Jehová vacía la tierra y la desnuda, y trastorna su faz, y hace esparcir a sus moradores. . . Porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno. Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados. . . Cesó el regocijo de los panderos, se acabó el estruendo de los que se alegran, cesó la alegría del arpa". *

"¡Ay del día! porque cercano está el día de Jehová, y vendrá como destrucción por el Todopoderoso. . . El grano se pudrió debajo de los terrones, los graneros fueron asolados, los alfolíes destruidos; porque se secó el trigo. ¡Cómo gimieron las bestias! ¡Cuán turbados anduvieron los hatos de los bueyes, porque no tuvieron pastos! También fueron asolados los rebaños de las ovejas". "La vid está seca, y pereció la higuera; el granado también, la palmera y el manzano; todos los árboles del campo se secaron, por lo cual se extinguió el gozo de los hijos de los hombres".*

"Me duelen las fibras de mi corazón. . . no callaré; porque sonido de trompeta has oído, oh alma 181 mía, pregón de guerra. Quebrantamiento sobre quebrantamiento es anunciado; porque toda la tierra es destruida; de repente son destruidas mis tiendas, en un momento mis cortinas".
"Miré a la tierra, y he aquí que estaba asolada y vacía; y a los cielos, y no había en ellos luz. Miré a los montes, y he aquí que temblaban, y todos los collados fueron destruidos. Miré, y no había hombre, y todas las aves del cielo se habían ido. Miré, y he aquí el campo fértil era un desierto, y todas sus ciudades eran asoladas delante de Jehová".*

"¡Ah, cuán grande es aquel día! Tanto, que, no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado".*
"Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación"(Isa.26:20).*

"Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,
Al Altísimo por tu habitación,
No te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada"(Salmos 91.9,10).*

"El Dios de dioses, Jehová, ha hablado, y convocado la tierra,
Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone.
De Sión, perfección de hermosura,
Dios ha resplandecido.
Vendrá nuestro Dios, y no callará;
Fuego consumirá delante de él,
Y tempestad poderosa le rodeará.
Convocará a los cielos de arriba,
Y a la tierra, para juzgar a su pueblo. . .
Y los cielos declararán su justicia,
Porque Dios es el juez"(Salmos 50.1-6). *

"Hija de Sión. . . allí serás librada, allí te redimirá Jehová de la mano de tus enemigos. Pero 182 ahora se han juntado muchas naciones contra ti, y dicen: Sea profanada, y vean nuestros ojos su deseo en Sión. Mas ellos no conocieron los pensamientos de Jehová, ni entendieron su consejo".
"Mas yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice Jehová; porque desechada te llamaron, diciendo: Esta es Sion, de la que nadie se acuerda. Así ha dicho Jehová: He aquí yo hago volver los cautivos de las tiendas de Jacob, y de sus tiendas tendré misericordia"(Miq.4:10-12; Jer.30:17,18).*

Y se dirá en aquel día: "He aquí, éste es nuestro Dios, Le hemos esperado, y nos salvará; Este es Jehová a quien hemos esperado, Nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación".
"Destruirá a la muerte para siempre. . . y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho"(Isa.25:9,8).*

"¡Mira a Sión, ciudad de nuestras fiestas solemnes! tus ojos verán a Jerusalén, morada de quietud, tienda que no será desarmada. . . Porque Jehová es nuestro juez, Jehová es nuestro legislador, Jehová es nuestro Rey"(Isa.33:20-22).*

"Juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra"(Isa.11:4) .*
Entonces se cumplirá el propósito de Dios; los principios de su reino serán honrados por todos los que habiten debajo del sol.

"Nunca más se oirá en tu tierra violencia,
Destrucción ni quebrantamiento en su territorio,
Sino que a tus muros llamarás Salvación,
Y a tus puertas Alabanza".
"Con justicia serás adornada;
Estarás lejos de opresión, porque no temerás,
Y de temor, porque no se acercará a ti"(Isa.60:18; 54:14).* 183

Los profetas a quienes fueron reveladas estas grandes escenas anhelaban comprender su significado. Ellos "inquirieron. . . diligentemente. . . escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos. . . A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas. . . cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles"(1Pedro 1:10-12).*

Para nosotros, que estamos al borde mismo de su cumplimiento, ¡de cuán profunda importancia, de cuán palpitante interés, son estas descripciones de los sucesos venideros, que los hijos de Dios han esperado, anhelado, y orado desde que nuestros primeros padres salieron del Edén!

En este tiempo, antes de la gran crisis final, lo mismo que antes de la primera destrucción del mundo, los hombres están absortos en los placeres y otras ocupaciones que atañen a los sentidos. Embargados por lo visible y lo transitorio, han perdido de vista lo invisible y lo eterno. Sacrifican riquezas imperecederas por cosas que perecen con el uso. Es necesario elevar sus mentes y ampliar sus conceptos de la vida. Es necesario despertarlos del letargo del sueño mundano.

Necesitan aprender, del nacimiento y la caída de las naciones, tal como lo presenta la Santa Escritura, de cuán poco valor es la gloria externa y mundanal. Babilonia, con todo su poder y magnificencia, que el mundo no volvió a contemplar -poder y magnificencia que parecieron estables y duraderos- ha desaparecido completamente. Ha perecido "como la flor del campo". Así perece todo lo que no tiene a Dios como cimiento. Sólo puede durar lo que está ligado al propósito divino y expresa el carácter de Dios. Sus principios son lo único firme que el mundo conoce. 184

Estas son las grandes verdades que tanto los jóvenes como los ancianos necesitan aprender. Necesitamos estudiar el cumplimiento del propósito de Dios en la historia de las naciones y en la revelación de las cosas futuras, a fin de poder estimar en su verdadero valor las cosas visibles e invisibles, aprender cuál es el verdadero ideal de la vida; dar el uso más noble y adecuado a las cosas del tiempo, una vez consideradas a la luz de la eternidad. De este modo, al aprender aquí los principios de su reino, y al llegar a ser sus súbditos y ciudadanos, podremos prepararnos para entrar en posesión de él cuando el Señor venga.

El día está cerca. El tiempo que queda es demasiado breve para las lecciones que hay que aprender, la obra que hay que hacer, la transformación del carácter que debe efectuarse.
"Hijo de hombre, he aquí que los de la casa de Israel dicen: La visión que éste ve es para de aquí a muchos días, para lejanos tiempos profetiza éste. Diles, por tanto: Así ha dicho Jehová el Señor: No se tardará más ninguna de mis palabras, sino que la palabra que yo hable se cumplirá, dice Jehová el Señor". * 185

La Enseñanza y el Estudio de la Biblia
"Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría..... Y la escudriñaras como a tesoros"
EN SU niñez, juventud y virilidad, Jesús estudió las Escrituras. En su infancia, su madre le enseñó diariamente conocimientos obtenidos de los pergaminos de los profetas. En su juventud, a la hora de la aurora y el crepúsculo, a menudo estuvo solo en la montaña o entre los árboles del bosque, para dedicar unos momentos a la oración y al estudio de la Palabra de Dios. Durante su ministerio, su íntimo conocimiento de las Escrituras dio testimonio de la diligencia con que las había estudiado. Y puesto que él obtuvo su conocimiento del mismo modo como podemos obtenerlo nosotros, su maravilloso poder mental y espiritual es una prueba del valor de la Biblia como medio educativo.
Nuestro Padre celestial, al dar su Palabra, no olvidó a los niños. ¿Puede hallarse entre los escritos de los hombres algo que tenga tanta influencia sobre el corazón, algo tan adecuado para despertar el interés de los pequeñuelos, como los relatos de la Biblia?

Mediante esas sencillas historias se pueden explicar los principios de la ley de Dios. Así, por medio de ilustraciones adecuadas a la comprensión del niño, los padres y maestros pueden empezar desde los primeros años a cumplir la orden del Señor en cuanto a sus leyes: "Y las repetirás a tus hijos, y 186 hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes".*
El uso de ilustraciones, pizarrones, mapas y figuras ayudará a explicar estas lecciones y grabarlas en la memoria. Los padres y maestros deberían buscar constantemente métodos mejores. La enseñanza de la Biblia merece nuestros pensamientos mas frescos, nuestros mejores métodos y nuestro más ferviente esfuerzo.

Para despertar y fortalecer el amor hacia el estudio de la Biblia, mucho depende del uso que se haga de la hora del culto. Las horas del culto matutino y del vespertino deberían ser las más dulces y útiles del día. Entiéndase que no deben interferir con esa hora pensamientos perturbadores y poco amables. Reúnanse los padres y los niños para encontrarse con Jesús, y para invitar a los santos ángeles a estar presentes en el hogar. Los cultos deberían ser breves y llenos de vida, adaptados a la ocasión, y variados. Todos deberían tomar parte en la lectura de la Biblia, y aprender y repetir a menudo la ley de Dios. Los niños tendrán más interés si a veces se les permite que escojan la lectura. Háganseles preguntas acerca de lo leído y permítaselas que también las hagan ellos. Menciónese cualquier cosa que sirva para ilustrar su significado. Si el culto no es demasiado largo, permítase que los pequeñuelos oren y se unan al canto, aunque se trate de una sola estrofa.

A fin de dar al culto el carácter que debe tener, es necesaria cierta preparación. Los padres deberían consagrar tiempo diariamente al estudio de la Biblia con sus hijos. Sin duda, se requerirá esfuerzo, reflexión y algún sacrificio para llevar a cabo esto, pero el esfuerzo será ricamente recompensado.187
Dios ordena a los padres, como preparación para enseñar sus preceptos, que los guarden en su corazón. "Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón -dice Jehová-; y las repetirás a tus hijos".* Para interesar a nuestros niños en la Biblia, nosotros mismos debemos tener interés en ella. Para despertar en ellos el amor hacia su estudio, nosotros mismos debemos amarlo. La instrucción que les demos irá acompañada sólo del peso de la influencia que le presten nuestro propio ejemplo y espíritu.

Dios llamó a Abrahán para que fuera maestro de su palabra, lo escogió para que fuese padre de una gran nación, porque vio que instruiría a sus hijos y a su casa en los principios de la ley de Dios. El poder de la enseñanza de Abrahán se debió a la influencia de su vida. Formaban su casa más de mil personas, muchas de las cuales eran jefes de familia y no pocas recién convertidas del paganismo. Semejante casa necesitaba que una mano firme manejara el timón. Los métodos débiles y vacilantes no servían. Dios dijo a Abrahán: "Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí". Sin embargo, ejercía su autoridad con tal sabiduría y ternura que cautivaba los corazones. El testimonio del Atalaya divino es: "Que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio" .* Y la influencia de Abrahán se extendió más allá de su casa. Doquiera levantaba su tienda, erigía un altar a su lado para ofrecer sacrificios y adorar. Cuando trasladaba la tienda a otro lugar, quedaba el altar, y más de un nómada cananeo que había llegado a conocer a Dios por medio de la vida de Abrahán, su siervo, se detenía junto a ese altar para ofrecer un sacrificio a Jehová.188

No será menos eficaz hoy la enseñanza de la Palabra de Dios cuando halle un reflejo tan fiel como ése en la vida del Maestro.

No basta saber lo que otros han pensado o aprendido acerca de la Biblia. En el juicio cada uno deberá dar cuenta de sí mismo a Dios, y cada uno debería aprender ahora por sí mismo cuál es la verdad. Pero para que el estudio sea eficaz, hay que despertar el interés del alumno. Y especialmente el que tiene que tratar con niños y jóvenes, que difieren muchísimo en carácter, educación y hábitos mentales, no debe perder de vista este asunto. Al enseñar la Biblia a los niños, será conveniente observar la tendencia de sus mentes, las cosas que les llaman la atención, y despertar su interés por ver lo que la Biblia dice acerca de esas cosas. El que nos creó y nos dotó de diferentes aptitudes, ha dado en su Palabra algo para cada cual. A medida que los alumnos vean que las lecciones de la Biblia se aplican a sus vidas, hay que enseñarles a considerarla su consejera.

También hay que ayudarles a apreciar su maravillosa belleza. Se recomienda o a lo menos se permite la lectura de muchos libros que no son de verdadero valor, libros excitantes y malsanos, sólo por su supuesto valor literario. ¿Por qué hemos de invitar a nuestros niños a beber de esos manantiales contaminados, cuando pueden tener libre acceso a las fuentes puras de la Palabra de Dios? La Biblia tiene una inagotable abundancia, fuerza y profundidad de significado. Hay que animar a los niños y jóvenes a buscar sus tesoros, tanto de significado como de expresión.

A medida que la belleza de estas cosas preciosas atraiga la mente, un poder suavizador y subyugante conmoverá el corazón. Serán atraídos a Aquel que se les reveló de ese modo. Y pocos serán los que no sientan deseos de conocer más sus obras y caminos. 189

Debería enseñarse al estudiante de la Biblia a acercarse a ella con el espíritu del que aprende. Debemos escudriñar sus páginas, no en busca de pruebas que apoyen nuestras opiniones, sino para saber lo que Dios dice.

Sólo se puede obtener un verdadero conocimiento de la Biblia mediante la ayuda del Espíritu que dio la Palabra. Y a fin de obtener ese conocimiento debemos vivir de acuerdo con él. Debemos obedecer todo lo que la Palabra de Dios manda. Podemos reclamar todas sus promesas. Mediante su poder, debemos vivir la vida que ella recomienda. Sólo si se la considera de este modo, se la puede estudiar eficazmente.

El estudio de la Biblia requiere nuestro más diligente esfuerzo y nuestra más perseverante meditación. Con el mismo afán y la misma persistencia con que el minero excava la tierra en busca del tesoro, deberíamos buscar nosotros el tesoro de la Palabra de Dios.

En el estudio diario, el método que consiste en examinar un versículo tras otro es a menudo utilísimo. Tome el estudiante un versículo, concentre la mente para descubrir el pensamiento que Dios encerró para él allí, y luego medite en él hasta hacerlo suyo. Un pasaje estudiado en esa forma, hasta comprender su significado, es de más valor que la lectura de muchos capítulos sin propósito definido y sin que se obtenga verdadera instrucción.

Una de las principales causas de la ineficacia mental y la debilidad moral es la falta de concentración para lograr fines importantes. Nos enorgullecemos de la vasta difusión de las publicaciones, pero esa gran cantidad de libros -aún de los que en sí mismos no son perjudiciales- pueden ser definidamente dañina. Con la inmensa corriente de material impreso que sale constantemente de las prensas, tanto los adultos como los jóvenes adquieren el 190 hábito de leer en forma apresurada y superficial, y la mente pierde la facultad de elaborar pensamientos vigorosos y coordinados.

  Además, gran parte de los periódicos y libros que, como las ranas de Egipto, se esparcen por la tierra, no son solamente vulgares, inútiles y debilitantes, sino que corrompen y destruyen el alma. La mente y el corazón indolentes, que no tienen propósito definido, son fácil presa del maligno. El hongo se arraiga en organismos enfermos, sin vida. Satanás instala su taller en la mente ociosa. Diríjase la mente a ideales elevados y santos, dése a la vida un propósito noble, absorbente, y el enemigo hallará poco terreno para afirmarse.

Enséñese, pues a los jóvenes a estudiar detenidamente la Palabra de Dios. Una vez que haya sido recibida en el alma, será una poderosa barricada contra la tentación. "En mi corazón he guardado tus dichos -declara el salmista-, para no pecar contra ti". "Por la palabra de tus labios yo me he guardado de las sendas de los violentos".*

La Biblia es su propio intérprete. Debe compararse texto con texto. El estudiante debería aprender a considerar la Biblia como un todo y a ver la relación que existe entre sus partes. Debería adquirir el conocimiento de su gran tema central, del propósito original de Dios hacia el mundo, del comienzo de la gran controversia y de la obra de la redención. Debería, comprender la naturaleza de los principios que luchan por la supremacía, y aprender a rastrear su obra a través de las crónicas de la historia y la profecía, hasta la gran culminación. Debería verificar cómo interviene este conflicto en todos los aspectos de la vida humana; cómo en su mismo caso cada acto de su vida revela uno u otro de esos dos motivos antagónicos; y cómo, consciente o inconscientemente, ahora mismo está decidiendo en qué lado de la contienda se va a encontrar. 191

Todas las porciones de la Biblia son inspiradas por Dios y provechosas. Tanta atención merece el Antiguo Testamento como el Nuevo. Al estudiar el Antiguo Testamento hallaremos manantiales vivos que brotan de lugares donde el lector indiferente sólo halla un desierto.

El libro de Apocalipsis, junto con el de Daniel, merece estudio especial. Cada maestro temeroso de Dios debería considerar cómo comprender y presentar más claramente el Evangelio que nuestro Salvador en persona vino a dar a conocer a su siervo Juan: "La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto".* Nadie debería desanimarse al estudiar el Apocalipsis a causa de sus símbolos aparentemente místicos. "Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada".*
"Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de la profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca".*

CULTIVEMOS EL AMOR A LAS ESCRITURAS
Cuando se despierte un amor verdadero por la Biblia, y el estudiante empiece a ver cuán vasto es el campo y cuán precioso su tesoro, deseará echar mano de toda oportunidad que se le presente para familiarizarse con la Palabra de Dios. Su estudio no se limitará a un tiempo y un lugar determinados. Y este estudio continuo es uno de los mejores medios de cultivar el amor hacia las Escrituras. El estudiante debería tener siempre consigo la Biblia. Si tenéis una oportunidad, leed un texto y meditad en él. Mientras andáis por la calle, esperáis en la estación del ferrocarril, o en el lugar de una cita, aprovechad la oportunidad de adquirir algún pensamiento del tesoro de la verdad.192

Las grandes fuerzas motrices del alma son la fe, la esperanza y el amor; y a ellas se dirige el estudio de la Biblia, hecho debidamente. La hermosura exterior de las Escrituras, la belleza de las imágenes y la expresión, no es sino el engarce, por así decirlo, de su verdadera joya: La belleza de la santidad. En la historia que ofrece de los hombres que anduvieron con Dios, podemos ver fulgores de su gloria. En el que es "del todo amable" contemplamos a Aquel de quien toda la belleza del cielo y de la tierra no es más que un pálido reflejo. "Y yo, si fuere levantado de la tierra, -dijo-, a todos atraeré a mí mismo".* A medida que el estudiante de la Biblia contempla al Redentor, se despierta en el alma el misterioso poder de la fe, la adoración y el amor. La mirada se fija en la visión de Cristo y el que observa se asemeja cada vez más a lo que adora. Las palabras del apóstol Pablo llegan a ser el lenguaje del alma: "Y ciertamente, aún estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. . . a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte".*

Los manantiales de paz y gozo celestial abiertos en el alma por las palabras de la Inspiración, se convertirán en un río poderoso de influencia bendita para todos los que se pongan a su alcance. Conviértanse los jóvenes de hoy día, los jóvenes que crecen con la Biblia en la mano, en receptores y transmisores de su energía vivificadora, y fluirán hacia el mundo corrientes de bendición; influencias cuyo poder para sanar y consolar apenas podemos concebir, un río de agua viva " que brote para vida eterna".193


(La Educación de E.G de White)

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