domingo, abril 12, 2020

REFLEXIÓN 204. UNA SÚPLICA POR LIBERACIÓN DE LOS ENEMIGOS (Salmo 70).


El Salmo 70, es un cántico de súplica de un afligido, por la liberación de las asechanzas de sus enemigos. En éste Salmo hay alabanza y esperanza entremezclados con el clamor angustioso por la liberación.

Al músico principal. Salmo de David, para conmemorar.
1 Oh Dios, Acude A Librarme;
Apresúrate, oh Dios, a socorrerme.
2 Sean avergonzados y confundidos
Los que buscan mi vida;
Sean vueltos atrás y avergonzados
Los que mi mal desean.
3 Sean vueltos atrás, en pago de su afrenta hecha, 
Los que dicen: ¡Ah! ¡Ah!
4 Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan, 
Y digan siempre los que aman tu salvación: 
Engrandecido sea Dios.
5 Yo estoy afligido y menesteroso;
Apresúrate a mí, oh Dios.
Ayuda mía y mi libertador eres tú;
Oh Jehová, no te detengas.
Salmo 70.

*Hay apenas leves diferencias entre el Sal. 70 y el Sal. 40: 13-17.  Este salmo es el clamor de un alma profundamente angustiada.  Quizá represente a la nación de Israel, que percibe su enorme necesidad de Dios.  Consta de dos estrofas que contrastan entre sí: los vers. 1-3 se refieren a los enemigos de Dios; los vers. 4, 5 hablan de los que le buscan. 
*Al Final, La expresión de confianza en Dios (vers. 1-4) se transforma en el clamor de un necesitado. El poema termina con nota de angustia. Vers. 5. (3CBA).


* Los enemigos que afligen al creyente en Dios están presentes en todas las épocas. Enemigos cercanos o lejanos. El peor de todo los enemigos que los asecha, es el gran acusador; Satanás: “Que vive solo para destruir a los hijos de Dios”. Apoc. 12:9.
 Así, como el salmista presenta en suplica angustiosa y urgente su pedido por liberación de los enemigos. Así el creyente hoy, presenta su caso a Dios. Por cada pena y tristeza… que suceden a sus hijos. El enemigo de las almas es el causante principal. Solo el gozo llega cuando la respuesta divina llega. Amen.
Hoy tenemos un enemigo común que asecha a toda la humanidad: EL COVID19. Está matando a miles de personas en el mundo. La mayor parte de la población estamos recluidos y detenidos en nuestras propias casas, y la solución por el momento; es aún incierto. Pero Dios tiene en cuenta todo esto y es escudo de sus hijos. En tiempos difíciles nuestra confianza debe crecer y crecer en Dios, porque la solución pronto llegará, porque es nuestro libertador. Amen.  Ministerio Hno. Pio

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