jueves, junio 25, 2020

REFLEXIÓN 278. JEHOVÁ MÍ ROCA (Salmo 144).


El Salmo 144 es un canto que ensalza el poder y el socorro de Dios tanto en la guerra como en la paz.  Termina con la proclamación del gozo y la alegría que sienten los que sirven a Dios. (3CBA)

Salmo de David.
1 BENDITO sea Jehová, mi roca, Quien adiestra mis manos para la batalla, Y mis dedos para la guerra;
2 Misericordia mía y mi castillo, Fortaleza mía y mi libertador, Escudo mío, en quien he confiado; 
El que sujeta a mi pueblo debajo de mí.
3 Oh Jehová, ¿qué es el hombre, para que en él pienses, O el hijo de hombre, para que lo estimes?
4 El hombre es semejante a la vanidad; Sus días son como la sombra que pasa.

5 Oh Jehová, inclina tus cielos y desciende; Toca los montes, y humeen.
6 Despide relámpagos y discípalos, Envía tus saetas y túrbalos.
7 Envía tu mano desde lo alto; Redímeme, y sácame de las muchas aguas, 
De la mano de los hombres extraños,
8 Cuya boca habla vanidad, Y cuya diestra es diestra de mentira.
9 Oh Dios, a ti cantaré cántico nuevo; Con salterio, con decacordio cantaré a ti.
10 Tú, el que da victoria a los reyes, El que rescata de maligna espada a David su siervo.
11 Rescátame, y líbrame de la mano de los hombres extraños, Cuya boca habla vanidad, 
Y cuya diestra es diestra de mentira.

12 Sean nuestros hijos como plantas crecidas en su juventud, 
Nuestras hijas como esquinas labradas como las de un palacio;
13 Nuestros graneros llenos, provistos de toda suerte de grano; 
Nuestros ganados, que se multipliquen a millares y decenas de millares en nuestros campos;
14 Nuestros bueyes estén fuertes para el trabajo; No tengamos asalto, ni que hacer salida, 
Ni grito de alarma en nuestras plazas.
15 Bienaventurado el pueblo que tiene esto; 
Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es Jehová. 
(Salmo 144).


La confianza en la vida es determinante para cualquier acción que realicemos 
y consecuentemente nos vaya bien.
El salmista confía en Dios, como que se apoya en la roca. La roca lo usa también el Señor, como símbolo de la fe real, en Mat. 7:24-27. Donde enseña la construcción de la fe para salvación o perdición. Que se define en los versículos 21-23.
El salmo comienza bendiciendo a Jehová, y consecuentemente como quien le dio éxito en sus emprendimientos personales y públicos. Y entiende que el poder que tiene como rey, 
no proviene de él, sino de Dios.
Que interesante lección por aprender para los gobernantes del mundo 
y cualquiera que ostenten cargos de poder.

La pregunta importante que le hace David a Dios es:
¿qué es el hombre, para que en él pienses, 
O el hijo de hombre, para que lo estimes?...
¿Qué es el hombre?, ¿Quién soy yo?
Aquí se presenta la base para el valor humano y la importancia de amarse uno mismo. 
Cuantos problemas se evitaría la humanidad, si solo entendiera este punto: 
“que somos hijos de Dios, y valemos mucho”. 
Valemos el precio que se pagó por nuestro rescate a saber, la sangre de su hijo. 
Que voluntariamente se entregó para salvarnos. (Luc. 19:10; Fil. 2:5-11.
A pesar de que somos y frágiles como la hierba y la flor que desaparece; valemos mucho, para que Dios, dedique tiempo para sostenernos y protegernos y vela por nuestro bienestar en general.

Vers. 5-11. En la segunda parte, el salmista expresa que Dios es tan poderoso, que ni la naturaleza puede contenerlo. Porque lo alborota con su presencia. Y como tal le pide que use ese poder para sacarlo de problemas y de la amenaza de los enemigos extraños, que usan la vanidad y la mentira 
en contra de su ungido.
Y consecuentemente David le alabará con instrumentos de cuerda y le dirá: “que la victoria es de Dios, y lo ha librado de la maligna espada de sus enemigos. Y reitera su pedido de libertad de la lengua malvada de sus enemigos.

En los vers. 12-15, se presenta el cuadro de una nación que recibe grandes bendiciones de Dios. 
La familia, los campos y los graneros han prosperado abundantemente. 3CBA

En esta última parte, el salmista expresa con gratitud y gozo, que solo Dios, puede hacer posible que nuestros hijos e hijas sea bellos exterior e interiormente. Pero no es casual que los hijos tengan caracteres bellos, es un trabajo mancomunados entre Dios y los padres.

¿Y cual es nuestro deber como padres?
Pues es presentarlos cada día a Dios, antes de iniciar nuestras actividades cotidianas y al finalizar el mismo. Por medio de canticos, oración y estudio de su palabra.
Y Luego está también estas 3 partes que no debemos obviar: Instrucción en el temor de Dios, 
Buen ejemplo de los padres y la disciplina implícita o en último recurso con mucha oración la Explícita.

También se resalta la bendición material que deriva de confiar en Jehová, como muestro Dios. bendiciones en la cosecha, en los ganados que se multiplican a gran escala. Y las herramientas 
para que la siembra sea posible, los bueyes que aran la tierra.
Ayer y hoy, esta forma de ver la economía; están vital. Porque gracias a esas bendiciones podemos alimentarnos, a pesar que nosotros no sembremos; pero otros lo hacen. 
¿Qué comeríamos, si el campesino no hiciera esa labor? ¿comeríamos nuestro dinero?
Es vital agradecer a Dios, por el pan diario y por los que los siembran, cultivan y cosechan y lo trasladan hasta llegar a nosotros. Amen.

Otro punto importante que destaca también el salmista es que de nuestro trabajo no se beneficie otro, sino que lo disfrutemos. Se refiere al asalto que están común por doquier. Pero como en los tiempos del salmista eran en gran escala las invasiones de ejércitos de enemigos y salteadores; hoy no es diferente. Por eso es menester pedir siempre la protección de Dios, así estaremos seguro siempre.
“No hay mayor felicidad que la de saber que pertenecemos a Dios y él a nosotros”. 3CBA
Por eso nos unimos al salmista y terminamos esta reflexión diciendo: “Bienaventurado el pueblo que tiene esto; Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es Jehová”. Amen y amen.
Ministerio Hno. Pio

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