viernes, enero 15, 2021

REFLEXIÓN 539. PROFECÍAS DE CASTIGO PARA ISRAEL (SECCIÓN IV. 9.º año, 10.º mes, 10.º día /Año 589/588). VISIÓN DE LA OLLA HIRVIENTE Y MUERTE DE LA ESPOSA DE EZEQUIEL: Símbolos Del Inicio De La Toma Y Destrucción De Jerusalén (EZEQUIEL 24).

Ezequiel 24. Por medio de símbolos, se señala el día del comienzo del ataque final de Nabucodonosor contra Jerusalén.

Versículos (1-14). Es La Visión De La Olla Hirviente. Esta parábola señala la inevitable destrucción de Jerusalén. (15-27). Muerte De La Esposa De Ezequiel. El lamento contenido por el profeta a pesar de la muerte de su esposa, simboliza las calamidades de los judíos, superiores a cualquier lamento.

1 VINO a mí palabra de Jehová en el año noveno, en el mes décimo, a los diez días del mes, diciendo: 2 Hijo de hombre, escribe la fecha de este día; el rey de Babilonia puso sitio a Jerusalén este mismo día. 3 Y habla por parábola a la casa rebelde, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: Pon una olla, ponla, y echa también en ella agua; 4 junta sus piezas de carne en ella; todas buenas piezas, pierna y espalda; llénala de huesos escogidos. 5 Toma una oveja escogida, y también enciende los huesos debajo de ella; haz que hierva bien; cuece también sus huesos dentro de ella.

6 Pues así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de la ciudad de sangres, de la olla herrumbrosa cuya herrumbre no ha sido quitada!  Por sus piezas, por sus piezas sácala, sin echar suerte sobre ella. 7 Porque su sangre está en medio de ella; sobre una piedra alisada la ha derramado; no la derramó sobre la tierra para que fuese cubierta con polvo. 8 Habiendo, pues, hecho subir la ira para hacer venganza, yo pondré su sangre sobre la dura piedra, para que no sea cubierta. 9 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de la ciudad de sangres!  Pues también haré yo gran hoguera, 10 multiplicando la leña, y encendiendo el fuego para consumir la carne y hacer la salsa; y los huesos serán quemados. 

11 Asentando después la olla vacía sobre sus brasas, para que se caldee, y se queme su fondo, y se funda en ella su suciedad, y se consuma su herrumbre. 12 En vano se cansó, y no salió de ella su mucha herrumbre. Sólo en fuego será su herrumbre consumida. 13 En tu inmunda lujuria padecerás, porque te limpié, y tú no te limpiaste de tu inmundicia; nunca más te limpiarás, hasta que yo sacie mi ira sobre ti. 14 Yo Jehová he hablado; vendrá, y yo lo haré. No me volveré atrás, ni tendré misericordia, ni me arrepentiré; según tus caminos y tus obras te juzgarán, dice Jehová el Señor. 

15 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 16 Hijo de hombre, he aquí que yo te quito de golpe el deleite de tus Ojos; no endeches, ni llores, ni corran tus lágrimas. 17 Reprime el suspirar, no hagas luto de mortuorios; ata tu turbante sobre ti, y pon tus zapatos en tus pies, y no te cubras con rebozo, ni comas pan de enlutados. 18 Hablé al pueblo por la mañana, y a la tarde murió mi mujer; y a la mañana hice como me fue mandado.

19 Y me dijo el pueblo: ¿No nos enseñarás qué significan para nosotros estas cosas que haces? 20 Y yo les dije: La palabra de Jehová vino a mí, diciendo: 21 Di a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo profano mi santuario, la gloria de vuestro poderío, el deseo de vuestros ojos y el deleite de vuestra alma; y vuestros hijos y vuestras hijas que dejasteis caerán a espada. 22 Y haréis de la manera que yo hice; no os cubriréis con rebozo, ni comeréis pan de hombres en luto. 23 Vuestros turbantes estarán sobre vuestras cabezas, y vuestros zapatos en vuestros pies; no endecharéis ni lloraréis, sino que os consumiréis a causa de vuestras maldades, y gemiréis unos con otros.

24 Ezequiel, pues, os será por señal; según todas las cosas que él hizo, haréis; cuando esto ocurra, entonces sabréis que yo soy Jehová el Señor. 25 Y tú, hijo de hombre, el día que yo arrebate a ellos su fortaleza, el gozo de su gloria, el deleite de sus ojos y el anhelo de sus almas, y también sus hijos y sus hijas, 26 ese día vendrá a ti uno que haya escapado para traer las noticias. 27 En aquel día se abrirá tu boca para hablar con el fugitivo, y hablarás, y no estarás más mudo; y les serás por señal, y sabrán que yo soy Jehová. (Ezequiel 24).

1. Año noveno. Del cautiverio de Joaquín (ver com. cap. 1: 2), o sea el año 589-588 a. C. Esta es la misma fecha que aparece en 2 Rey. 25: 1; Jer. 39: 1-2; 52: 4-5. Es evidente que después los judíos observaron esta fecha como día de ayuno (Zac. 5: 19).

Mes décimo. Es decir, enero del 588 a. C., no importa si se computa el año de primavera a primavera o de otoño a otoño (ver p. 602).

2. Escribe la fecha. Se le manda al profeta que anote la fecha en la cual recibió su mensaje y la anuncie como el día del comienzo del ataque de Nabucodonosor contra Jerusalén. Puesto que Babilonia distaba en línea recta unos 800 km. de Jerusalén y más de 1200 km. por el camino regular, difícilmente podría pensarse que el profeta recibió esta información por medios humanos. Por lo tanto, cuando los cautivos más tarde recibieron la noticia del ataque de Nabucodonosor, al comparar su fecha con la del mensaje de Ezequiel, tuvieron una prueba convincente de que los mensajes de Ezequiel provenían de Dios.

3. Parábola. Heb. mashal (ver t. III, p. 957). No se dice si Ezequiel simplemente pronunció la parábola o si realizó el acto simbólico. Pon una olla. Parece haber aquí una alusión de las figuras del cap. 11: 3-7, aunque la aplicación es diferente.

4. Sus piezas. Es decir, los judíos. Es probable que las "buenas piezas" fueran las clases encumbradas. También podría entenderse que se mencionan las diferentes piezas, no para designar a alguna clase social en forma específica, sino para hacer resaltar que todos, aun los mejores, serían abarcados por la ruina.

5. Enciende. Heb. dur, verbo que se traduce mejor "apila en torno" (BJ). Huesos. Una ligera modificación permite leer "leña" (BJ; cf. vers. 10). Mientras tienen todavía su gordura, los huesos también podrían servir como combustible.

6. Olla herrumbrosa. La olla corroída por la herrumbre representaba la ciudad misma. 

Por sus piezas. Significaba que los habitantes de Jerusalén serían llevados cautivos o serían muertos.

7. Sobre una piedra alisada. Esto indica que los actos criminales de violencia de Jerusalén (caps. 22: 12-13; 23: 37; etc.) habían sido cometidos en forma abierta y desvergonzada      (cf. Gén. 4: 10; Job 16: 18; Isa. 26: 21).

8. Su sangre. Es decir, la sangre que sería derramada en ocasión de la destrucción de Jerusalén. Su castigo había de ser tan notorio a la vista del mundo como lo había sido su pecado.

10. Consumir. Heb. tamam, "completar", "acabar". La traducción de la BJ, "cuece la carne a punto", es interpretativa, pero quizá represente correctamente la idea del hebreo.

Hacer la salsa. Heb. raqaj, verbo que significa "mezclar". Sobre todo se emplea para referirse a la mezcla de los ingredientes del aceite de la unción (Exo. 30: 33, 35). Es dudoso aquí su sentido específico. En la LXX la última parte de este versículo dice: "para consumir la carne y disminuir el caldo".

11. Olla vacía. La ciudad sin sus habitantes. El fuego debe seguir hasta que se haya consumido la herrumbre. La ciudad misma sería destruida. En los vers. 11-14 se señala la ineficacia de esfuerzos anteriores realizados para lograr una reforma y se indica que los castigos inminentes serían seguros y completos.

15. Vino a mí. Aquí comienza otra sección, la cual no está relacionada directamente con la parábola de los vers. 1-14.

16. Yo te quito. Se le informa a Ezequiel que su esposa, a quien ama profundamente, está a punto de morir. No necesitamos inferir de las palabras que se emplean aquí que su muerte fue el resultado de la acción directa de Dios. Es posible que la esposa de Ezequiel hubiera estado enferma por algún tiempo, y Dios puede haber advertido al profeta que ella pronto moriría. Muchas veces se emplea una figura de dicción para decir que Dios hace algo que en realidad permite, o no impide que se realice (ver com. 2 Crón. 18: 18). Satanás es el autor del pecado, del sufrimiento y de la muerte (ver DTG 15, 436-437). Sin embargo, Dios se deleita en tomar lo que el enemigo provoca para molestar y lo convierte en algo que resulta provechoso (ver Rom. 8: 28; DTG 436-437). Aquí se emplea la pérdida del deleite de los ojos de Ezequiel para 692 grabar vívidamente en el pensamiento de la gente el mensaje divino.

La experiencia de Ezequiel muestra claramente que el que sirve a Dios no necesariamente queda inmune al sufrimiento y a la desgracia. Algunas veces parecería que los mensajeros de Dios son acosados más intensamente que otros que no dedican sus esfuerzos al ministerio, cristiano. Muchos desastres han sobrevenido a quienes han dedicado sus vidas a servir en algún lugar lejano y difícil. Algunas veces una penosa enfermedad o muerte repentina han sobrecogido a los que estaban consagrados a la obra de Dios. No debería considerarse que esas desgracias son castigos divinos. Son el resultado de la obra de Satanás. Debe permitirse que el enemigo llegue hasta las almas para que no pueda al fin afirmar que no tuvo suficiente oportunidad. Este principio queda demostrado en la historia de Job. Sin embargo, cuando el enemigo aflige a los hijos de Dios, el Señor se deleita en hacer que la tristeza redunde en beneficio y sirva para la purificación de los que quedan (ver DTG 436-437).

17. No hagas luto. Debían evitarse las manifestaciones habituales de duelo (cf. Jos. 7: 6; 1 Sam. 4: 12; 2 Sam. 15: 30, 32; Isa. 20: 2; Miq. 3: 7). Pan de enlutados. Quizá se aluda aquí a una comida fúnebre (cf. Deut. 26: 14; Jer. 16: 7; Ose. 9: 4).

18. Hablé al pueblo. No se nos dice qué fue lo que el profeta habló. Posiblemente compartió con sus compatriotas la trágica noticia de la muerte de su esposa.

19. ¿Qué significan. . . estas cosas? Los extraños actos de Ezequiel despertaron la curiosidad esperada.

21. Yo profano mi santuario. El santuario, el deleite de los ojos del pueblo, había de ser profanado y destruido. Los profanos pies de los gentiles entrarían en sus santísimos recintos, donde ni siquiera los sacerdotes podían entrar. Deleite. Así aparece en algunos manuscritos hebreos. El texto masorético dice "compasión".

23. Os consumiréis. Heb. maqaq, "consumirse", "podrirse".

24. Ezequiel.Fuera del cap. 1: 3, ésta es la única vez que Ezequiel se nombra a sí mismo. En Isa. 20: 3 y Dan. 8: 27 hay ejemplos paralelos de autores que mencionan su propio nombre en el texto inspirado.

27. En aquel día. Se le informa a Ezequiel que cuando reciba la noticia de la caída de la ciudad (ver com. cap. 33: 21-22), hablará de nuevo (cf. cap. 3: 26-27). 4CBA

Ministerio Hno. Pio


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