sábado, junio 19, 2021

REFLEXIÓN 729. MINISTERIO EN GALILEA, DE PASCUA A PASCUA, 29-30 DC/ Segunda Gira Misionera Por Galilea (LUCAS 8).

Lucas 8. Segunda Gira Misionera Por Galilea. Vers. (1-3) Mujeres que sirven a Cristo con sus bienes. (4-15) Después de que Cristo hubo predicado en diferentes lugares, acompañado por los doce, presenta las parábolas del sembrador (16-20) y del candelero; (21) luego declara quien es su madre y quienes sus hermanos. 

(22-25) Reprende el viento; (26-36) expulsa de un hombre una legión de demonios y éstos entran en una manada de cerdos; (37-42) pero es rechazado por los gadarenos. (43-48) Cristo sana a la mujer enferma con flujo de sangre, (49-56) y resucita a la hija de Jairo.

1 ACONTECIO después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce con él, 2 y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios, 3 Juana, mujer de Chuza intendente de Herodes, y Susana, y otras muchas que le servían de sus bienes.

4 Juntándose una gran multitud, y los que de cada ciudad venían a él, les dijo por parábola: 5 El sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino, y fue hollada, y las aves del cielo la comieron. 6 Otra parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó, porque no tenía humedad. 7 Otra parte cayó entre espinos, y los espinos que nacieron juntamente con ella, la ahogaron. 8 Y otra parte cayó en buena tierra, y nació y llevó fruto a ciento por uno.  Hablando estas cosas, decía a gran voz: El que tiene oídos para oír, oiga. 

9 Y sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Qué significa esta parábola?  10 Y él dijo: A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan.

11 Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios. 12 Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven. 13 Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan. 14 La que cayó entre espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto. 15 Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.

16 Nadie que enciende una luz la cubre con una vasija, ni la pone debajo de la cama, sino que la pone en un candelero para que los que entran vean la luz. 17 Porque nada hay oculto, que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de ser conocido, y de salir a luz. 18 Mirad, pues, cómo oís; porque a todo el que tiene, se le dará; y a todo el que no tiene, aun lo que piensa tener se le quitará.

19 Entonces su madre y sus hermanos vinieron a él; pero no podían llegar hasta él por causa de la multitud. 20 Y se le avisó, diciendo: Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte. 21 El entonces respondiendo, les dijo: Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios, y la hacen.

22 Aconteció un día, que entró en una barca con sus discípulos, y les dijo: Pasemos al otro lado del lago. Y partieron. 23 Pero mientras navegaban, él se durmió. Y se desencadenó una tempestad de viento en el lago; y se anegaban y peligraban. 24 Y vinieron a él y le despertaron, diciendo: ¡Maestro, Maestro, que perecemos!  Despertando él, reprendió al viento y a las olas; y cesaron, y se hizo bonanza. 25 Y les dijo: ¿Dónde está vuestra fe? Y atemorizados, se maravillaban, y se decían unos a otros: ¿Quién es éste, que aun a los vientos y a las aguas manda, y le obedecen?

26 Y arribaron a la tierra de los gadarenos, que está en la ribera opuesta a Galilea. 27 Al llegar él a tierra, vino a su encuentro un hombre de la ciudad, endemoniado desde hacía mucho tiempo; y no vestía ropa, ni moraba en casa, sino en los sepulcros. 28 Este, al ver a Jesús, lanzó un gran grito, y postrándose a sus pies exclamó a gran voz: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes. 29 (Porque mandaba al espíritu inmundo que saliese del hombre, pues hacía mucho tiempo que se había apoderado de él; y le ataban con cadenas y grillos, pero rompiendo las cadenas, era impelido por el demonio a los desiertos). 30 Y le preguntó Jesús diciendo: ¿Cómo te llamas? Y él dijo: Legión. Porque muchos demonios habían entrado en él. 31 Y le rogaban que no los mandase ir al abismo.

32 Había allí un hato de muchos cerdos que pacían en el monte; y le rogaron que los dejase entrar en ellos; y les dio permiso. 33 Y los demonios, salidos del hombre, entraron en los cerdos; y el hato se precipitó por un despeñadero al lago, y se ahogó. 34 Y los que apacentaban los cerdos, cuando vieron lo que había acontecido, huyeron, y yendo dieron aviso en la ciudad y por los campos.

35 Y salieron a ver lo que había sucedido; y vinieron a Jesús, y hallaron al hombre de quien habían salido los demonios, sentado a los pies de Jesús, vestido, y en su cabal juicio; y tuvieron miedo. 36 Y los que lo habían visto, les contaron cómo había sido salvado el endemoniado. 37 Entonces toda la multitud de la región alrededor de los gadarenos le rogó que se marchase de ellos, pues tenían gran temor. Y Jesús, entrando en la barca, se volvió.

38 Y el hombre de quien habían salido los demonios le rogaba que le dejase estar con él; pero Jesús le despidió, diciendo: 39 Vuélvete a tu casa, y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo. Y él se fue, publicando por toda la ciudad cuán grandes cosas había hecho Jesús con él.

40 Cuando volvió Jesús, le recibió la multitud con gozo; porque todos le esperaban. 41 Entonces vino un varón llamado Jairo, que era principal de la sinagoga, y postrándose a los pies de Jesús, le rogaba que entrase en su casa; 42 porque tenía una hija única, como de doce años, que se estaba muriendo. Y mientras iba, la multitud le oprimía.

43 Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada, 44 se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre. 45 Entonces Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha tocado?  Y negando todos, dijo Pedro y los que con él estaban: Maestro, la multitud te aprieta y oprime, y dices: ¿Quién es el que me ha tocado?

46 Pero Jesús dijo: Alguien me ha tocado; porque yo he conocido que ha salido poder de mí. 47 Entonces, cuando la mujer vio que no había quedado oculta, vino temblando, y postrándose a sus pies, le declaró delante de todo el pueblo por qué causa le había tocado, y cómo al instante había sido sanada. 48 Y él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz.

49 Estaba hablando aún, cuando vino uno de casa del principal de la sinagoga a decirle: Tu hija ha muerto; no molestes más al Maestro. 50 Oyéndolo Jesús, le respondió: No temas; cree solamente, y será salva. 51 Entrando en la casa, no dejó entrar a nadie consigo, sino a Pedro, a Jacobo, a Juan, y al padre y a la madre de la niña. 52 Y lloraban todos y hacían lamentación por ella. Pero él dijo: No lloréis; no está muerta, sino que duerme. 53 Y se burlaban de él, sabiendo que estaba muerta. 

54 Mas él, tomándola de la mano, clamó diciendo: Muchacha, levántate. 55 Entonces su espíritu volvió, e inmediatamente se levantó; y él mandó que se le diese de comer. 56 Y sus padres estaban atónitos; pero Jesús les mandó que a nadie dijesen lo que había sucedido. (Lucas 8).

EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 1-28.

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EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 1-16

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1. Después. [Segunda gira por Galilea, Luc. 8:1-3 = Mat. 9:35. Comentario principal: Lucas] Gr. kathex's, "uno después del otro", "a continuación" (ver com. cap. 1:3). Lucas evidentemente no se refiere aquí al relato del cap. 7:36-50 como si fuera anterior a lo que está a punto de narrar, sino a su relación con el ministerio en Galilea que comienza con el cap. 4:14. Es probable que los vers. 1-3 del cap. 8 describan toda la segunda gira por Gatilea, de la cual ya se ha relatado un episodio (cap. 7: 11-17), y se refieran a ella de un modo general. Si se desea un resumen de los eventos relacionados con la segunda gira por Galilea, ver com. Mat. 5:1; com. Luc. 7:11. La segunda gira por Galilea ocupó la mayor parte, si no toda la primera parte del otoño (octubre) del año 29 d. C.

Iba. Gr. diodéuÇ, "viajar a través [de una región]".

Todas las ciudades y aldeas. Lo que expresa aquí el griego es que Jesús iba de ciudad en ciudad y de aldea en aldea; la palabra "todas" no está en los MSS griegos. "Iba por caminos y pueblos" (BJ). Había más de 200 ciudades, aldeas y pueblos en Galilea, y habría sido difícil, por no decir imposible, visitarlos a todos, aun en forma rápida, en el corto período abarcado por este itinerario misionero.

Anunciando el evangelio. Ver com. Mar. 1:1; Luc. 1:19.

Reino de Dios. Ver com. Mat. 3:2; 4:17. Durante la primera parte de su ministerio en Galilea, Jesús había proclamado: "El reino de los cielos se ha acercado" (Mat. 4:17; Mar. 1:15); pero su reino ya lo había establecido formalmente entre la primera y la segunda gira (ver com. Mat. 5:1; Mar. 3:13). Ahora sale a proclamar el establecimiento del reino y a demostrar los beneficios de este reino para el hombre (ver com. Luc. 7:11).

Los doce. Es probable que en la primera gira por Galilea Jesús hubiera llevado consigo sólo a algunos de los doce discípulos (ver com. Mar. 1:39); pero en la tercera gira los envió de dos en dos y él salió con otros discípulos (ver com. Mat. 9:36).

2. Algunas mujeres. Una de las características del Evangelio de Lucas es que menciona frecuentemente el ministerio de Cristo en favor de las mujeres de Palestina, y el servicio de algunas de ellas para Jesús. Esto era algo nuevo, porque el papel que la mujer judía desempeñaba en la vida pública había sido relativamente pequeño, aunque, en casos aislados, profetas como Eliseo habían auxiliado a mujeres y habían sido atendidos por ellas.

Lucas es el único evangelista que registra muchos de los detalles de los comienzos de la vida de Jesús, y con frecuencia lo hace refiriéndose a las mujeres implicadas: María, Elisabet y Ana. En otros pasajes menciona a la viuda de Naín, a la mujer del banquete de Simón, a las mujeres aquí nombradas, a Marta, a cierta mujer paralítica, como también a la hija de Jairo y a la mujer enferma que fue sanada en esa misma ocasión.

En Hechos menciona a Safira, Priscila, Drusila, Berenice, Tabita, Rode, Lidia y varias otras. Es como si Lucas estuviera afirmando que el Evangelio del reino de los cielos era tanto para las mujeres como para los hombres, y que la parte de ellas en la proclamación de las buenas nuevas era tan importante como la de los hombres. Parece que dentro de los grupos judíos estrictamente religiosos -los fariseos, saduceos y otros-, las mujeres no desempeñaban ningún papel; no recibían ningún beneficio directo ni tampoco lo impartían.

Después de la segunda gira de Cristo por Galilea la amplitud de su ministerio se extendió rápidamente, y el grupo de hombres que lo acompañaban aumentó mucho en comparación con los que habían estado en la primera gira. Esto inevitablemente significaba más gastos y más trabajo para proporcionar alimento, vestido, etc. Cristo nunca hizo milagros para su propio beneficio (ver com. Mat. 4:3,6), sino para ayudar a otros. En lo concerniente a sus necesidades materiales, Jesús y sus discípulos eran sostenidos teniendo como base el principio que "el obrero es digno de su alimento" (Mat. 10:10). 

Además, las multitudes que se agolpaban alrededor de Jesús y de sus discípulos durante esos meses de tanta expectativa, a menudo casi los privaba del tiempo necesario para comer o dormir (Mar. 3:7-12,20). A veces el Salvador tenía que ocultarse de las multitudes (Mar. 1:45; 4:36; 6:31) para poder descansar unas horas. Todas estas circunstancias proporcionaban una oportunidad para que las mujeres que habían creído en Jesús le ayudaran en su obra.

Sanadas. Habían sido curadas antes de la segunda gira por Galilea.

Espíritus malos. Por lo menos María Magdalena había sido liberada de los demonios; quizá otras también lo habían sido.

Enfermedades. Gr. asthéneia, "enfermedad", "debilidad".

María, que se llamaba Magdalena. Ver Nota Adicional del cap. 7.

En los Evangelios sinópticos siempre se menciona en primer lugar a María Magdalena cuando su nombre aparece junto al de otras mujeres (Mat. 27:56, 61; 28:1; Mar. 15:40, 47; 16:1; Luc. 24:10). Esto podría indicar su ferviente dedicación a Jesús. Su gratitud no era sólo emocional (ver com. Luc. 7:38,44), sino era muy práctica. Esta María se llama Magdalena para distinguirla de las otras Marías, que eran varias. El nombre María aparece con frecuencia en el NT Deriva del nombre hebreo Miryam, transliterado Miriam en algunas versiones (ver com. Mat. 1: 16). El nombre Magdalena probablemente significa que María vivía en la aldea de Magdala (ver com. Mat. 15:39) cuando Jesús la encontró y la liberó del poder de los demonios.

3. Juana. Nada se sabe de esta mujer fuera de lo que se menciona aquí y en el cap. 24:10, donde su nombre aparece otra vez junto al de María Magdalena. Era esposa del "intendente de Herodes", y por lo tánto debe haber sido una persona de recursos e influencia.

Chuza. De éste se sabe sólo que era "intendente" o "administrador" de Herodes. El administrador o mayordomo ocupaba una posición importante en la casa a la cual servía (ver com. Mat. 20:8).

Susana. Nombre que significa "lirio". Nada más se sabe de esta mujer. Los hebreos a veces ponían a sus hijas nombres de flores o de árboles.

Le servían. La evidencia textual favorece (cf. p. 147) el texto "les servían" (BJ), lo cual significa que servían a Jesús y a los discípulos, sobre todo a los doce (vers. 1).

Sus bienes. Es decir, "sus posesiones". Jesús y sus discípulos disponían de un fondo común (ver com. Juan 13:29; cf. cap. 12:6), y parece que estas discípulas ayudaban a que el fondo no se agotara. Puede decirse que este grupo de piadosas mujeres fue la primera sociedad misionera femenina de la iglesia cristiana.

4. Juntándose una gran multitud. [Sermón cerca del mar (Parábolas), Luc. 8:4-18 = Mat. 13:1-53 = Mar. 4:1-34. Comentario principal: Mateo.]

11. La palabra de Dios. Es decir, la palabra que viene de Dios o es pronunciada por Dios.

16. Enciende una luz. Ver com. Mat. 5:14-16. Sólo Marcos y Lucas registran esta parábola como parte del sermón junto al mar (Luc. 8:4-18; Mar. 4:1-34). Mateo no la incluyó posiblemente porque ya se había referido al mismo tema, presentado por Cristo como parte del Sermón del Monte (Mat. 5:14-16), aunque la aplicación es diferente en ese pasaje. Más tarde, Lucas repite una parábola de Cristo que, en esencia, es igual (cap. 11:33), aunque con una aplicación diferente a cualquiera de las dos presentaciones anteriores del tema.  Ciertas lecciones aquí registradas por Lucas fueron también repetidas por Cristo en otras ocasiones (ver com. cap. 8:17-18).

17. Nada hay oculto. Cf. Mat. 10:26; Mar. 4:22; Luc. 12:2. La lección que Cristo dedujo de la parábola de la luz y del candelero es diferente de la que presentó en relación con el mismo tema en el Sermón del Monte. Cristo aparece aquí como el portador de la luz de la verdad para disipar las tinieblas de la mente de los hombres en cuanto a Dios y al reino de los ciclos (ver com. Mat. 13:11). No hay "misterio" o "secreto" importante para la salvación que sea "escondido" u oculto para los que escuchan atentamente (Luc. 8:18).

18. Mirad. Ver com. Mat. 11:15; 13:13.

El que tiene. Ver com. Mat. 13:12; cf. Mat. 25:29; Mar. 4:25; Luc. 6:38; 19:26. Cristo pronunció esta misma verdad en numerosas ocasiones a comienzos y al final de su ministerio.

19. Vinieron a él. [La madre y los hermanos de Jesús, Luc. 8:19-21 = Mat. 12:46-50 = Mar. 3:31-35. Comentario principal: Mateo.]

22. Aconteció un día. [Jesús calma la tempestad, Luc. 8:22-25 Mat 8:18, 23-27 = Mar. 4:35-41. Comentario principal: Mateo.]

23. Se desencadenó una tempestad. Cf. Mar. 4:37: "se levantó una gran tempestad".

24. Maestro. Gr. epistát's (ver com. cap. 5:5).

26. Arribaron a la tierra de los gadarenos. [El endemoniado de Gadara, Luc. 8:26-39 = Mal. 8:28 a 9:1 = Mar. 5:1-20. Comentario principal: Marcos.] Aquí, como en Marcos, figura un solo endemoniado; mientras que en Mateo son dos. La evidencia textual sugiere (cf. p. 147) "gerasenos" en vez de gadarenos. Ver com. Mar. 5:1.

31. Abismo. Ver com. Mar. 5:10.

40. Cuando volvió Jesús. [La hija de Jairo, y la mujer que tocó el manto de Jesús, Luc. 8:40-56 = Mat. 9:18-26 = Mar. 5:21-43. Comentario principal: Marcos.]

42. Unica. Gr. monogen's, "única" (ver com. Juan 1:14; cf. com. Luc. 1:35). Es interesante notar que Lucas usa la palabra monogen's tres veces, y que en dos ocasiones se refiere a la resurrección de los muertos: la resurrección del hijo de la viuda de Naín (ver com. Luc. 7:12) y de la hija de Jairo, registrada aquí. La tercera vez que Lucas emplea la palabra monogenes es en relación con la curación del muchacho endemoniado (cap. 9:38). Para los habitantes del Cercano Oriente, el hijo único es el que debe conservar el nombre de la familia y, por lo tanto, desempeña una importantísima responsabilidad. La muerte de tal hijo era considerada como una verdadera tragedia. Para los israelitas era una terrible desgracia la extinción de una familia (ver com. Deut. 25:6).

43. Había gastado... todo. Si bien en muchos MSS falta esta frase, la evidencia textual (cf. p. 147) sugiere su inclusión. Los que creen que no estaba en el original de Lucas, suponen que la ética profesional del autor, como médico que era, lo impulsó a no repetir lo que Marcos había dicho: que los médicos le habían hecho más mal que bien (Mar. 5:26).

45. Dices: ¿Quién es el que me ha tocado? La evidencia textual se inclina (cf. p. 147) por la omisión de esta pregunta. Estas palabras aparecen en la Vulgata, pero no en los manuscritos griegos más antiguos.

55. Espíritu. Gr. pnéuma, "viento", "aliento" o "espíritu", del verbo pnéo, "soplar" o "respirar". Cuando pnéuma se utiliza para referirse a seres inteligentes se está usando una sinécdoque, figura literaria mediante la cual se designa una cosa por el nombre de una de sus partes, generalmente la más característica. En pnéuma no hay nada intrínseco que pueda entenderse como alguna entidad consciente del hombre capaz de existir fuera del cuerpo, y el uso de la misma palabra en el NT tampoco insinúa en nada este concepto. Esta idea se basa mayormente en los preconceptos de quienes creen, a priori, que una entidad consciente sobrevive al cuerpo cuando la persona muere, y por lo tanto ven en palabras como "espíritu" y "alma" la comprobación de sus ideas preconcebidas. El equivalente de pnéuma en el AT es la palabra hebrea rúaj (ver com. Núm. 5:14). 5CBA

COMENTARIOS DE EGW

4-15. PVGM 16-41. LA SIEMBRA DE LA VERDAD. 

La Parábola Del Sembrador Y La Semilla”

(Basado en San Mateo 13:1-9, 18-23; San Marcos 4:1-20; San Lucas 8:4-15).

https://elaguila3008.blogspot.com/2009/10/02-la-siembra-de-la-verdad-palabras-de.html

22-39. DTG 300-309 "CALLA, ENMUDECE” Y LOS ENDEMONIADOS GADARENOS.

(Basado en San Mateo 8:23-34; San Marcos 4:35-41; 5:1-20; San Lucas 8:22-39).

https://elaguila3008.blogspot.com/2009/11/dtg-capitulo-35-calla-enmudece.html

40-56. DTG 310-314 "EL TOQUE DE LA FE" JAIRO – LA MUJER CON FLUJO.

(Basado en San Mateo 9:18-26; San Marcos 5:21-43; San Lucas 8:40-56).

https://elaguila3008.blogspot.com/2009/11/dtg-capitulo-36-el-toque-de-la-fe_23.html

Ministerio Hno. Pio

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