Hechos 9. Milagros De Curación. Vers. (32-35). Pedro cura a Eneas, el paralítico, (36-43) y resucita a Tabita (Dorcas).
32 Aconteció que Pedro, visitando a todos, vino también a los santos que habitaban en Lida. 33 Y halló allí a uno que se llamaba Eneas, que hacía ocho años que estaba en cama, pues era paralítico. 34 Y le dijo Pedro: Eneas, Jesucristo te sana; levántate, y haz tu cama. Y en seguida se levantó. 35 Y le vieron todos los que habitaban en Lida y en Sarón, los cuales se convirtieron al Señor.
36 Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita, que traducido quiere decir, Dorcas. Esta abundaba en buenas obras y en limosnas que hacía. 37 Y aconteció que en aquellos días enfermó y murió. Después de lavada, la pusieron en una sala. 38 Y como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, oyendo que Pedro estaba allí, le enviaron los hombres, a rogarle: No tardes en venir a nosotros. 39 Levantándose entonces Pedro, fue con ellos; y cuando llegó, le llevaron a la sala, donde le rodearon todas las viudas, llorando y mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcas hacía cuando estaba con ellas. 40 Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó. 41 Y él, dándole la mano, la levantó; entonces, llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva. 42 Esto fue notorio en toda Jope, y muchos creyeron en el Señor. 43 Y aconteció que se quedó muchos días en Jope en casa de un cierto Simón, curtidor. (Hechos 9).
32. Aconteció que. Ver com. Luc. 1:8. Expresión
característica del estilo de Lucas. La emplea por lo menos 39 veces en su
Evangelio y 14 en Hechos. Suele indicar una transición en el relato.
Pedro. A partir de este punto y hasta el
cap. 11:25, el relato deja a Saulo y se ocupa de la obra de Pedro. Por esta razón esta parte es llamada algunas
veces "Hechos de Pedro". Sin embargo, es evidente que Lucas presenta
esta descripción del ministerio de Pedro, no como una biografía parcial de esta
columna de la iglesia, sino como parte de su plan literario general de
describir la conversión de los gentiles. Cuando, por medio de la obra de Pedro,
esta nueva fase del servicio cristiano está bien encaminada, el autor vuelve a
la carrera misionera de Pablo y se concentra en sus labores entre los gentiles.
El relato de Lucas (Hech. 8:25)
había dejado a Pedro y Juan predicando el Evangelio en las aldeas samaritanas,
al regresar a Jerusalén. En esta ciudad Pedro recibió la visita de Saulo
durante 15 días (Gál. 1:18). Pero es claro que los apóstoles no se
enclaustraron en Jerusalén, sino que salieron y ministraron a grupos de
creyentes recién establecidos. Tales visitas ayudaban a unificar a la naciente
iglesia y a promover su equilibrado crecimiento.
Visitando a todos. Mejor "recorriendo todos los lugares" (BJ); del Gr. diérjomai, "pasar por", "recorrer". Con referencia a su significado misionero, ver com. cap. 8:4; cf. Luc. 9:6. Santos. Ver com. vers. 13.
Lida. Lod en el AT (1 Crón. 8:1,12;
Esd. 2:33; Neh. 7:37; 11:35), y nuevamente Lod bajo el gobierno israelí. La
ciudad fue fundada por miembros de la tribu de Benjamín (1Crón. 8:1,12) en la
rica llanura de Sarón. Se encontraba a unos 15 km al sudeste de Jope y a un día
de viaje a pie al noroeste de Jerusalén. Por pedido de Judas Macabeo, Demetrio Soter
transfirió la posesión de Lida de Galilea a Judea (1 Mac. 11:32-34). Poco
después de la muerte de Julio César, Casio, famoso por su crueldad, la redujo a
la esclavitud junto con otras ciudades (Josefo, Antigüedades xiv. 11.2). Parece
que la ciudad recuperó su anterior prosperidad, pues Josefo (Id. xx. 6.2) la
describe como aldea "no menor que una ciudad en cuanto a su tamaño".
En el tiempo al cual se refiere este
capítulo parece haber existido allí una comunidad cristiana floreciente. En las
guerras que precedieron a la destrucción de Jerusalén (66 d.C.), Lida fue
incendiada por Cestio Galo cuando la mayoría de sus habitantes se hallaban en
la fiesta de los tabernáculos en Jerusalén (Josefo, Guerra ii. 19.1). Fue
ocupada por Vespasiano en el año 68 d. C. (Id. iv. 8.1). Cuando Lida fue
reedificada, quizá en tiempo de Adriano (c. 130 d. C.), recibió el nombre de
Dióspolis (ciudad de Zeus).
Más tarde fue sede de uno de los
obispados más importantes de la iglesia de Siria. Parece que su característica
sobresaliente era la pobreza. El rabino Natán (160 d. C.) dijo en el comentario
Midrash Rabbah, Est. 1:3, p. 30: "En el mundo hay diez porciones de
pobreza; de éstas nueve están en Lida y la otra en todo el mundo". Es muy
probable que la fe cristiana fuera arraigada en esa ciudad por Felipe el
evangelista, pues estaba junto a la ruta que éste tuvo que recorrer cuando pasó
por todas las ciudades entre Azoto y Cesarea (ver com. Hech. 8:40).
33. Eneas. Gr. ainéas, antiguo nombre griego
que no debe confundirse con ainéias, famoso héroe de Troya. Este nombre se da a
un judío (Antigüedades xiv. 10.22); por lo tanto, este Eneas bien pudo ser un
judío helenista (ver com. cap. 6:1). No se dice que era discípulo, pero puede
deducirse que estaba entre los "santos". La exactitud con que Lucas
registra que Eneas había estado paralítico en cama por ocho años, podría
reflejar su minuciosidad profesional (cf. Luc. 13:11; Hech. 3:2; 4:22; 14:8).
Con referencia al interés de Lucas en asuntos médicos, ver com. Hech. 3:7; 9:18;
28:8. Con respecto a "paralítico", ver com. Mat. 4:24; Mar. 2:3. No podía dudarse de que
esta curación era milagrosa.
34. Jesucristo. Nótese con cuánto cuidado Pedro evita afirmar que hubiera en él algún poder personal para curar al inválido (cf. cap. 3:6,12; 4:9-10). Te sana. El uso del tiempo presente sugiere que la curación fue inmediata (cf. "en seguida se levantó").
Levántate. El Señor empleó esta orden en casos similares (Mat. 9:6; Juan 5:8).
Haz tu cama. Ahora debía hacer lo que por tantos años otros habían hecho por él.
35. Le vieron todos. En la región se sabía
perfectamente que Eneas había estado en cama paralítico durante ocho años. Ver
curado a uno que había sufrido una invalidez tal debe haber atraído tanta
atención como la curación del cojo en el templo (cf. cap. 3). Sin duda muchos
preguntaron cómo había sido sanado. Lo vieron todos los que quisieron, pues era
un hecho de conocimiento público y no había nada oculto.
Sarón. En griego tiene artículo,
"el Sarón"; sin duda del Heb. sharon. No se conoce ninguna aldea ni
pueblo de este nombre. El artículo sugiere que se hace referencia a la llanura
de Sarón entre las montañas del centro de Palestina y el mar Mediterráneo, que
se extendía por la costa desde Jope hasta el monte Carmelo. Era proverbial por
su hermosura y fertilidad (ver com. Isa. 35:2; 65:10).
Se convirtieron al Señor. El milagro de la restauración
corporal de Eneas despertó fe en el poder de Jesucristo para sanar
espiritualmente. De este modo se extendió aún más el círculo de creyentes. Se
estaba preparando el camino para la proclamación del Evangelio a los gentiles
que vivían en esa zona costera.
36. Jope. Gr. Iópp'; Heb. yafo, "hermosura"; hoy Yafo, que significa "hermosa". Ver com. Jos. 19:46; 2 Crón. 2:16; Jon. 1:3. Esta ciudad aparece en inscripciones egipcias de Tutmoses III (siglo XV a. C.), en las Cartas de Amarna y en inscripciones fenicias. Según la mitología griega, Andrómeda había estado encadenada allí hasta que la liberó Perseo (Estrabón, Geografía xvi. 2.28; cf. Josefo, Guerra iii. 9.3). Era el puerto más cercano a Jerusalén, y aunque era peligroso y de difícil acceso, en este lugar se desembarcó la madera del Líbano que fue usada por Salomón y por Zorobabel para construir el templo (1 Rey. 5:9; 2 Crón. 2:16; Esd. 3:7). Desde este puerto partían las naves hacia Tarsis (Jon. 1:3). Durante el período de los Macabeos se restauraron el puerto y las fortificaciones (1 Mac. 14:5). Augusto (Octavio) dio la ciudad a Herodes el Grande, y más tarde a Arquelao (Josefo, Antigüedades xv. 7.3; xvii. 11.4).
Cuando Arquelao fue depuesto, la ciudad pasó a formar parte de la provincia romana de Siria. A pesar de esto siguió siendo fanáticamente judía, y durante las revoluciones de los años 66 a 70 d. C. permaneció leal al judaísmo.
Aunque no era un buen puerto, o quizá por esto mismo, Jope se convirtió en un centro de piratas; pero Vespasiano puso fin a esas actividades (Josefo, Guerra iii. 9.2-4). Como en Lida (ver com. Hech. 9:32), es probable que la iglesia cristiana surgiera por la obra de Felipe (ver com. cap. 8:40).
Una discípula. Gr. math'tria,
"discípula".
Tabita. Transliteración del nombre arameo
tabyetha, "gacela". Equivale al nombre hebreo tsibyah (Sibia en 2
Rey. 12:1; 1 Crón. 8:9; 2 Crón. 24:1, RVR). La forma griega, dorkás, significa
también "gacela". El hecho de que se dé el nombre de esta discípula
en dos idiomas podría sugerir que de alguna manera estaba relacionada con
helenistas y con judíos, o que Lucas simplemente quiso dar la traducción griega
de su nombre para que se entendiera su significado.
Abundaba en buenas obras. Algunos piensan que Dorcas era diaconisa
de la iglesia de Jope. Si fue así, podría reflejar la influencia de Felipe, uno
de los siete primeros diáconos (cap. 6:3,5), quien pudo haber llevado la
organización de la iglesia de Jerusalén a las iglesias que él mismo establecía.
Dorcas podría de este modo haber estado encargada de la atención de las viudas
de la iglesia (cf. cap. 6:1; 9:39).
Limosnas. Gr. ele'mosún', "obra de
caridad", especialmente el dar limosnas. La bondad de Dorcas se expresaba de
dos maneras principales: prestaba servicios en "buenas obras" y daba
de sus recursos en "limosnas". No se conformaba con que otros
hicieran sus obras de caridad, sino que se daba a sí misma junto con sus
posesiones.
37. Y aconteció. Ver com. vers. 32.
Enfermó y murió. Los detalles que se dan acerca de
lo que se hizo con el cuerpo de Dorcas demuestran que verdaderamente había
muerto. Los críticos muchas veces intentan hacer dudar de la realidad de los
milagros de resurrección alegando que la persona simplemente estaba en estado
de coma.
Después de lavada. La costumbre de lavar el cadáver
era común entre los pueblos de la antigüedad. Entre los judíos se le daba el
nombre de "purificación de los muertos". En la Mishnah (Shabbath 23.5)
se dice que en día sábado "puede hacerse todo lo que requiera el muerto;
puede ser ungido con aceite y lavado". Las mujeres de la iglesia hicieron
en favor de su amada Dorcas lo que exigía la costumbre.
La pusieron. Los judíos lavaban y ungían el
cuerpo, y después acostumbraban añadirle especias y envolverlo en lienzos (Juan
19:39-40). El muerto era velado, a veces con el acompañamiento de plañideras
(Mat. 9:23). El entierro se efectuaba pocas horas después del fallecimiento
(ver com. Hech. 5:6,10, generalmente dentro del mismo día y antes de 24 horas.
En el caso de Dorcas los preparativos no se completaron según la costumbre. Los
hermanos, en vez de hacerlo, mandaron buscar a Pedro que estaba en Lida y
acababa de curar a Eneas.
38. Cerca de Jope. Lida se encontraba a sólo unos 18 km al sureste de Jope, por lo cual no era de extrañarse que los hermanos estuvieran enterados de la curación de Eneas. No tardes. Es posible que los mensajeros salieran de Jope antes de que muriera Dorcas, con la esperanza de que el apóstol pudiera llegar a tiempo para evitar su muerte; pero si partieron después de la muerte de Dorcas, lo que parece más probable, la iglesia tenía fe en que, por el poder de Dios, era posible la resurrección. En uno u otro caso apremiaba el tiempo: o para salvar una vida o para impedir el entierro.
39. Levantándose entonces Pedro. Pedro estaba listo para responder
a cualquier invitación que le llegara, sobre todo si se trataba de un
llamamiento tan urgente como el de los cristianos de Jope.
Todas las viudas. Lucas parece mostrar especial
simpatía por las mujeres (ver com. Luc. 8:2-3). Menciona a viudas 9 veces en el
Evangelio y 3 veces en Hechos. Las viudas de la iglesia recibían una atención
especial (ver com. Hech. 6:1).
Las túnicas y los vestidos. Las palabras griegas empleadas son jitÇn e himátion, respectivamente, Ver com. Mat. 5:40. Hacía. Dorcas tenía la costumbre de hacer vestidos para los necesitados (ver com. vers. 36).
40. Sacando a todos. Pedro siguió el ejemplo de su
Señor cuando resucitó a la hija de Jairo (ver com. Mar. 5:39-40), de lo cual
había sido testigo. En la habitación donde estaba el cuerpo de Tabita se oía el
ruido de grandes lamentos (Hech. 9:39). Pedro sintió la necesidad de tener
silencio para comunicarse con Dios. Compárese con lo que hizo Elías con el hijo
de la viuda (1 Rey. 17:17-23) y el procedimiento de Eliseo al resucitar al hijo
de la sunamita (2 Rey. 4:33). Nótese cómo los siervos de Dios evitan un
espectacular despliegue de poder.
Oró. Pedro se arrodilló y oró
fervientemente, pues comprendía que sólo el poder divino podría hacer el
milagro deseado. La oración demostró ser de nuevo el medio por el cual la joven
iglesia obtenía poder (cf. com. cap. 1:14,24; 6:4,6; 8:15; 9:11; 10:2; etc.).
En este caso se manifestó claramente la humildad, la consagración y el fervor
de Pedro (cf. com. cap. 3:1).
Volviéndose. Luego de haber orado, recibió la
seguridad de que su oración había sido escuchada. Comprendía su completa
dependencia del poder sobrenatural; pero cuando se le aseguró que lo tendría no
vaciló en actuar.
Cuerpo. El uso de esta palabra no deja
duda en cuanto al milagro que siguió. Dorcas estaba muerta (ver com. vers. 37).
Pedro se volvió hacia el cuerpo inerte.
Levántate. La brevedad de la orden de Pedro
demuestra su fe firme en que su oración recibiría una respuesta afirmativa.
Se incorporó. Gr. anakathízÇ,
"sentarse". Esta palabra es empleada por los autores médicos para
referirse a un paciente que se sienta en la cama, y Lucas también lo usa en su
Evangelio (cap. 7:15). La breve descripción de la resurrección de Dorcas es
extraordinariamente real: abrió sus ojos, como si hubiera estado durmiendo; vio
inesperadamente a Pedro, a quien posiblemente no conocía; y, dramáticamente, se
levantó como una persona que había estado muerta. Tales detalles concuerdan
bien con los conocimientos médicos de Lucas.
41. Dándole la mano. Aceptó la mano que se le extendía
porque ya estaba consciente, a diferencia de la hija de Jairo a quien Jesús
tomó de la mano (Mat. 9:25). Algunos han pensado que este milagro es sólo el
eco de lo que se relata en Mat. 9. Sin embargo, debe entenderse que se trata de
dos episodios parecidos, pero enteramente diferentes.
Los santos. Ver com. vers. 13. No se
sugiere necesariamente que las viudas no fueran santas, es decir, cristianas,
aunque es posible que algunas de las mujeres a quienes Dorcas había ayudado no
fueran miembros de la iglesia.
La presentó viva. Pedro se aseguró de que este
milagro de Dios recibiera su debido reconocimiento; reunió primero a los que
conocían personalmente a Dorcas y podían dar testimonio del hecho de su muerte,
y después la presentó públicamente ante los que estaban reunidos. De este modo
se aseguró de que hubiera un amplio testimonio del hecho de que se había
efectuado un gran milagro.
42. Muchos creyeron. La noticia de este milagro se
propagó rápidamente. Toda la zona de Jope se interesó, y la predicación del
Evangelio recibió un gran impulso.
43. Y aconteció. Ver com. vers. 32.
Se quedó. No se sabe cuánto tiempo se quedó
Pedro en Jope. Con referencia a la frase "muchos días", ver com.
vers. 23.
Simón, curtidor. Lucas manifiesta interés en los
nombres de los personajes de menor importancia de su relato (cf. cap.
9:11,33,36; 12:13; 21:16; etc.), y en sus ocupaciones (cf. cap. 8:27; 10:1;
16:14;18:3; 19:24). A los judíos ortodoxos les repugnaba el oficio de curtidor,
quizá por el contacto con los cueros de animales muertos, lo que implicaba impureza
ceremonial (Lev. 11:24-25), o, en general, porque era un oficio desagradable.
En la Mishnah (Kethuboth 7.10) se declara que si un curtidor que estaba a punto
de casarse ocultaba a su prometida cuál era su oficio, ese encubrimiento era
considerado como un fraude y quedaba invalidado el compromiso.
La casa del curtidor estaba
"junto al mar" (Hech. 10:6). Durante su larga permanencia con el
humilde y hospitalario Simón, a Pedro le habría resultado fácil volver a su
antigua ocupación de pescador para ganarse la vida. El hecho de que estuviera
dispuesto a vivir con un curtidor indica que el apóstol ya tendía a abandonar
los prejuicios judíos. Aun en esto Dios estaba preparando a su siervo para dar
el paso mayor de predicarle a Cornelio el gentil (ver com. cap. 10). 6CBA
COMENTARIOS DE EGW
32-40. HAp 107-108. UN INVESTIGADOR DE LA VERDAD.
Basado en
Hechos 9:32-11:18. (107-115)
https://elaguila3008.blogspot.com/2013/01/capitulo-14-un-investigador-de-la-verdad.html
Ministerio Hno. Pio
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