Hechos 18. Vers. (1-8 Pablo trabaja haciendo tiendas, y predica a los gentiles en Corinto. (9-11)
El Señor lo anima en una visión; (12-17) es acusado delante del procónsul
Galión, pero es absuelto. (18-22) Después pasa por diferentes ciudades
fortaleciendo a los discípulos. Y Vuelve a Antioquia.
TERCER VIAJE MISIONERO DE PABLO. Vers. (23). Ministerio En Galacia
y Frigia. (24-27) Apolos en Éfeso Y Acaya: Priscila y Aquila instruyera mejor a
Apolos, (28) y este predica a Cristo con gran eficacia.
1 DESPUÉS de estas cosas, Pablo salió
de Atenas y fue a Corinto. 2 Y halló a un judío llamado Aquila, natural del
Ponto, recién venido de Italia con Priscila su mujer, por cuanto Claudio había
mandado que todos los judíos saliesen de Roma. Fue a ellos, 3 y como era del
mismo oficio, se quedó con ellos, y trabajaban juntos, pues el oficio de ellos
era hacer tiendas.
4 Y discutía en la sinagoga todos
los días de reposo,* y persuadía a judíos y a griegos. 5 Y cuando Silas y
Timoteo vinieron de Macedonia, Pablo
estaba entregado por entero a la predicación de la palabra, testificando a
los judíos que Jesús era el Cristo. 6 Pero
oponiéndose y blasfemando éstos, les dijo, sacudiéndose los vestidos: Vuestra sangre sea sobre vuestra propia
cabeza; yo, limpio; desde ahora
me iré a los gentiles.
7 Y saliendo de allí, se fue a la
casa de uno llamado justo, temeroso de Dios, la cual estaba junto a la
sinagoga. 8 Y Crispo, el principal de la sinagoga, creyó en el Señor con toda
su casa; y muchos de los corintios, oyendo, creían y eran bautizados.
9 Entonces el Señor dijo a Pablo
en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles; 10 porque yo estoy
contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal porque yo tengo mucho pueblo en esta
ciudad. 11 Y se detuvo allí un año y
seis meses y enseñándoles la palabra de Dios.
12 Pero siendo Galión procónsul
de Acaya, los judíos se levantaron de común acuerdo contra Pablo, y le llevaron
al tribunal, 13 diciendo: Este persuade
a los hombres a honrar a Dios contra la ley. 14 Y al comenzar Pablo a
hablar, Galión dijo a los judíos: Si fuera algún agravio o algún crimen enorme,
oh judíos, conforme a derecho yo os toleraría. 15 Pero si son cuestiones de palabras y de nombres, y de vuestra
ley, vedlo vosotros; porque yo no quiero ser juez de estas cosas. 16 Y los echó del tribunal. 17 Entonces todos los griegos,
apoderándose de Sóstenes, principal de la sinagoga, le golpeaban delante del
tribunal; pero a Galión nada se le daba de ello.
18 Más Pablo, habiéndose detenido
aún muchos días allí, después se despidió de los hermanos y navegó a Siria, y
con él Priscila y Aquila, habiéndose rapado la cabeza en Cencrea, porque tenía hecho voto. 19 Y llegó a Éfeso,
y los dejó allí; y entrando en la sinagoga, discutía con los judíos, 20 los
cuales le rogaban que se quedase con ellos por más tiempo; mas no accedió, 21
sino que se despidió de ellos, diciendo: Es
necesario que en todo caso yo guarde en Jerusalén la fiesta que viene; pero
otra vez volveré a vosotros, si Dios quiere. Y zarpó de Éfeso.
22 Habiendo arribado a Cesárea, subió para saludar a la iglesia, y luego descendió a Antioquía. 23 Y después de estar allí algún tiempo, salió, recorriendo por orden la región de Galacia y de Frigia, confirmando a todos los discípulos.
24 Llegó entonces a Éfeso un
judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso
en las Escrituras.
25 Este había sido instruido en
el camino del Señor; y siendo de espíritu fervoroso, hablaba y enseñaba
diligentemente lo concerniente al Señor, aunque solamente conocía el bautismo
de Juan. 26 Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le
oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el
camino de Dios.
27 Y queriendo él pasar a Acaya, los hermanos le animaron, y escribieron a los discípulos que le recibiesen; y llegado él allá, fue de gran provecho a los que por la gracia habían creído; 28 porque con gran vehemencia refutaba Públicamente a los judíos, demostrando por las Escrituras que Jesús era el Cristo. (Hechos 18).
1. Pablo salió. La evidencia textual (cf. p.10)
favorece la omisión del nombre "Pablo".
A Corinto. A unos 65 km al oeste de Atenas. Pablo pudo haber viajado
por tierra a través del istmo de Corinto, o por mar desde El Pireo hasta
Cencrea. La ciudad de Corinto estaba situada cerca del istmo, y tenía dos
puertos: uno en Licaón, al oeste; otro en Cencrea, al este.
Corinto había tenido gran
importancia comercial desde los días más antiguos de Grecia. Como resultado del
comercio la vida se desarrollaba en medio de la lujuria y los vicios. Pablo
comenzó aquí su misión con resultados mucho más fructíferos que en Atenas.
2. Aquila. Nombre latino que significa "águila". Su
equivalente griego es Akúlas. Onkelos, nombre tradicional del autor de uno de
los tárgumes, judíos, probablemente sea otra variante de este nombre (ver t. V,
p. 97). Una tendencia común entre los judíos que vivían en países paganos era
la de usar nombres derivados de animales.
Natural del Ponto. Literalmente "póntico de raza". En las provincias de Asia Menor había un gran número de familias judías de la diáspora como se puede ver por el libro de Hechos (ver com. Hech. 2:9-10-, cf. 1 Ped. 1:1). Algunos judíos del Ponto habían estado en Jerusalén en el primer Pentecostés después de la crucifixión (Hech. 2:9).
El Ponto quedó
bajo el dominio romano cuando su rey Mitrídates fue vencido por Pompeyo, más o
menos un siglo antes de los días de Pablo.
Recién venido de Italia. Ver com. "Claudio había
mandado".
Priscila. El nombre aparece en otros lugares (2 Tim. 4:19;
cf. el texto griego más fidedigno de Rom. 16: 3 y 1 Cor. 16:19) como Prisca
(BJ, BC, NC), del cual Priscila es diminutivo.
El nombre Prisca posiblemente
refleje una relación con el gens o clan de los Prisci, el cual desde los
tiempos más antiguos de Roma proporcionó a la ciudad-estado una larga serie de
pretores y cónsules; por lo tanto, el matrimonio de Aquila y Priscila podría
ser un ejemplo de la influencia de los judíos instruidos entre las mujeres de
la clase encumbrada de Roma.
El nombre de Priscila aparece
primero (Hech. 18:18; Rom. 16:3; 2 Tim. 4:19), orden que se explicaría si ella
hubiera sido de la nobleza romana. El hecho de que ella participara en la
instrucción de Apolos (Hech. 18:26) sugiere que era una mujer culta.
No se puede establecer con
seguridad si esta pareja fue convertida por Pablo, pero ciertos hechos sugieren
que no fue así: (1) El registro guarda silencio en cuanto a que hubieran
escuchado a Pablo, como lo hizo Lidia (cap. 16:14), un hecho que Lucas
dificilmente hubiera omitido si así hubiese ocurrido. (2) El hecho de que Pablo
se unió con ellos sin vacilación (cap. 18:3) aun antes de que hubiera comenzado
a predicar en la sinagoga, podría implicar una actitud de simpatía de parte de
ellos.
Claudio había mandado. El relato de la expulsión de los
judíos de la ciudad de Roma (ver p. 82) es presentado por Suetonio con estas
palabras: "Puesto que los judíos constantemente creaban disturbios por
instigación de Crestus‚ él [Claudio] los expulsó de Roma" (Vida de los
Cesares v. 25.4).
Una numerosa colectividad de
judíos estaba establecida en aquel tiempo en la ciudad de Roma, al pie de la
colina llamada Janículo. Ellos ejercían una influencia considerable sobre la
clase alta o aristocrática de Roma; tenían sus propias sinagogas y lugares de
oración (ver com. cap. 16:13); eran tolerados como religión licita (religión
legalmente reconocida), y mantenían sus propios cementerios a lo largo de la
Vía Apia.
La orden por la que fueron
expulsados de Roma parece haber sido dada en forma repentina. Suetonio opinaba
que la orden estaba relacionada con un hombre llamado en latín Chrestus (su
pronunciación aproximada es Jrestus). Nada más nos informa Suetonio acerca de
este hombre.
Pero en aquel tiempo los sonidos
de las letras griegas "i" y "e" difícilmente se
distinguían, y Tertuliano (Apología iii. 5) dice que el nombre griego Jristós a
menudo era pronunciado como Jr'stós, "bueno", "util" o
"amable".
Una posible explicación para el
decreto de Claudio es que los cristianos llegaron a Roma, y luego se produjeron
tumultos como los de Antioquía de Pisidia (cap. 13:50), Listra (cap. 14:19),
Tesalónica (cap. 17:5-8) y Berea (cap. 17:13). El nombre de Cristo lo
pronunciaban los que lo aceptaban como Mesías y también los que lo rechazaban.
Por consiguiente, los magistrados
romanos, quienes al igual que Galión, parecían dar poca importancia a las cuestiones
concernientes a nombres y palabras (cap. 18:15), fácilmente podrían haber llegado
a la conclusión de que Cristo era el caudillo de uno de los partidos y haber
pensado (como en Tesalónica, cap. 17:7) que aspiraba a un trono terrenal. Esta
explicación aclararía el motivo de los tumultos, de la confusión de nombres y
del decreto de expulsión (ver t. V, p. 72).
Aquila y su esposa habían estado
en Roma antes de dicha expulsión, y como muchos de los judíos de Roma eran libertos
(ver com. cap. 6:9), es probable que Aquila o sus padres pertenecieran a esa
clase. Más tarde se sugiere que Aquila y Priscila habían regresado a Roma (Rom.
16:3).
Si regresaron fue después de
haber estado con Pablo en Éfeso, porque estuvieron con él allí cuando escribió
la primera carta a los Corintios (1 Cor. 16:19), y la casa en la cual vivieron
estaba al servicio de los cristianos de Éfeso. Si Timoteo estaba en Éfeso
cuando Pablo le escribió la segunda carta, Priscila y Aquila aún estaban en esa
ciudad (2 Tim. 4:19). No se conoce nada más acerca de sus vicisitudes.
De acuerdo con los siguientes
datos, puede formarse una idea en cuanto a quienes fueron los primeros
predicadores de la nueva fe en Roma: (1) No pudieron haber pasado 25 años desde
el nacimiento del cristianismo sin que los judíos de Roma recibieran alguna
noticia definida acerca de lo que sucedía en Palestina, en donde el Evangelio
estaba siendo predicado con notable éxito. (2) Entre los presentes en el día de
Pentecostés había "romanos aquí residentes, tanto judíos como
prosélitos" (Hech. 2:10). (3) Entre los judíos de origen griego que
discutieron con Esteban había libertos de Roma, y Esteban mismo pudo haber
pertenecido a esa clase (ver com. cap. 6:5-9). (4) Andrónico y Junias, a
quienes Pablo envía saludos, habían estado "en Cristo" antes que él
(Rom. 16:7).
Por lo tanto,
habría que buscar entre éstos a los fundadores de la iglesia de Roma, y no al
apóstol Pedro a quien la tradición le asigna ese honor.
Todo indica que la teología de
los cristianos de Roma era parecida a los grandes principios establecidos por
Esteban, cuya comprensión del Evangelio influyó en Pablo.
Esto explicaría por qué fue tan
fácil para Aquila y Priscila recibir al apóstol Pablo en Corinto. Es posible
que muchos de los mencionados por Pablo en Rom. 16:3-15 fueran expulsados de
Roma en tiempo de Claudio, pero que más tarde regresaron.
3. Se quedó con ellos. De acuerdo con el Talmud (Sukkah
51b), al menos en Alejandría, todos los que tenían el mismo oficio se sentaban
juntos en los servicios de la sinagoga. Si llegaba un extranjero fácilmente
podía encontrar a sus compañeros de oficio en la sinagoga y conseguir
alojamiento con ellos. Si ésta era también la práctica en Corinto, como es probable,
Pablo pronto encontró alojamiento y empleo con Aquila y Priscila.
Tiendas. Pablo pudo haber aprendido y practicado el oficio
de hacer tiendas en Tarso, su ciudad natal. Esta ciudad era famosa en ese tiempo,
y también más tarde, por la gran demanda de las ásperas telas de pelo de cabra,
que se usaban para las velas de los barcos y para las tiendas. Los romanos las
conocían como cilicium (cilicio) debido al nombre de la provincia de donde
procedían.
La provincia del Ponto, de donde
era oriundo Aquila, era famosa por la misma clase de telas. La suposición de
que Pablo descendiera de una familia rica y hubiera recibido una educación superior,
no contradice en nada el hecho de que se le hubiera exigido aprender un oficio,
porque el proverbio rabínico, "el que no le enseña a su hijo un oficio, le
enseña a ser ladrón", hizo que tal aprendizaje fuera casi universal en las
familias hebreas. Por ejemplo, el gran Hillel fue carpintero.
Por esa razón Pablo estaba bien
preparado para sostenerse con su trabajo en Corinto, como lo había hecho en
Tesalónica, evitando así cualquier acusación de que lo movía algún interés
material al predicar el Evangelio entre los griegos (1 Cor. 9:15-19; 2 Cor.
11:7-13; 1 Tes. 2:9). Quizá comenzó a trabajar en Corinto como jornalero, o tal
vez como socio, en el taller de algún judío, puesto que Pablo era conocido en
la ciudad de Corinto sólo como judío.
4. Discutía. Pablo siempre se dirigía primero a los judíos (ver com. cap. 13:5,14). Pero en Corinto, como más tarde en Éfeso (cap. 19:8-9), no se le permitió continuar predicando en la sinagoga todo el período de su permanencia en la ciudad (cf. cap. 18:7). Todos los días de reposo. Pablo estuvo en Corinto por lo menos un año y medio (vers. 11). Persuadía. O "trataba de persuadir".
Griegos. Gr. héll'n, "heleno". Probablemente no se
está refiriendo a los judíos que
hablaban griego, ni a prosélitos en el sentido literal del término, como lo hizo en otros
lugares (ver com. cap. 11:20), sino a los paganos. Pablo pudo haberse
encontrado en la sinagoga con algunos de éstos que eran temerosos "de Dios"
(ver com. cap. 10:2), pero a muchos de ellos sin duda los encontró en su trabajo
y en otras partes.
5. Cuando Silas y Timoteo vinieron. O "cuando
Silas y Timoteo descendieron", esto es, "desde Macedonia". Según
1 Tes. 3:2, Timoteo aparentemente fue a Atenas para estar con Pablo, y fue
enviado casi inmediatamente otra vez a Tesalónica para buscar más noticias de
la iglesia de esa ciudad.
Regresó con un buen informe de la
fe y el amor de los tesalonicenses (1 Tes. 3:6). Fue quizá en ese tiempo cuando
"los hermanos que vinieron de Macedonia" (2 Cor. 11:9) con sus
dádivas, demostraron nuevamente su consideración y amor para Pablo.
Predicación de la palabra. Pablo conocía la Palabra de Dios,
y se sintió impulsado a presentarla (cf. Sal. 39:3). No es seguro si hubo
alguna relación entre la llegada de Silas y Timoteo y este impulso a predicar.
No hay indicación de que los obsequios que le pudieron haber traído a Pablo
hicieron que se ocupara menos en su oficio, y según 1Cor. 9 se puede desechar
esta idea.
Sin embargo, es posible que estos
regalos le hubieran permitido que por un tiempo se dedicara completamente a la
predicación. Se sentía impulsado a predicar, y sin duda algunas palabras
animadoras de Silas y Timoteo fortalecieron ese anhelo.
Testificando... que Jesús era el Cristo. Así destacaba
que Jesús era el Mesías sufriente, el Salvador, una verdad que los judíos mucho
necesitaban aprender.
6. Oponiendose. El verbo implica una gran
oposición, como una fuerza que se coloca en orden de batalla. La oposición
contra Pablo estaba bien organizada y era firme.
Blasfemando. Gr. blasfeméÇ, "hablar mal [de alguno]",
"reprochar", "blasfemar". La palabra deriva de blax,
"estúpido" y femí, "hablar". Un reproche sin fundamento es
algo estúpido, y la blasfemia lo es en mayor grado. La blasfemia de los judíos
en este caso implicaba maledicencia no sólo contra Pablo, sino también contra
Cristo, lo cual era blasfemia en el sentido más pleno del término. Compárese
con el uso de este verbo blasfeméo en 2 Ped. 2:2: "El camino de la verdad
será blasfemado". La misma conducta, aunque se usa una palabra diferente,
se describe en Hech. 19:9: "maldiciendo el Camino delante de la
multitud". Estos disturbios reproducían lo que sin duda había pasado en
Roma (ver com. cap. 18:2) y lo que había ocurrido en muchos otros lugares (cap.
13; 14; etc.). Un eco de las blasfemias puede encontrarse en la expresión
"llama anatema a Jesús" (1 Cor. 12:3).
Sacudiéndose los vestidos. En cuanto al significado de este
acto, ver com. Neh. 5:13; Mat. 10:14; Hech. 13:51. Este acto de Pablo -un
judío-, frente a judíos, expresaba su indignación mejor que cualquier otra
acción suya. Ese fue el último recurso de Pablo. Sus exhortaciones a la razón y
a la conciencia encontraron únicamente una violencia brutal.
Sangre. Pablo usa la palabra "sangre" en sentido
figurado, para significar "destrucción" (cf. Jos. 2:19). El
pensamiento y la forma en que se lo expresa son esencialmente hebreos (ver com.
Mat. 27:25). Compárese con el lenguaje de Ezequiel que define su
responsabilidad como atalaya (Eze. 3:18-19).
A los gentiles. Ver com. cap. 13:46. Lo que Pablo
dijo acerca de dejar a los judíos tenía, naturalmente, sólo una aplicación
limitada y local. El apóstol no abandonó totalmente su trabajo entre ellos,
sino que simplemente se negó a seguirles predicando en Corinto (cf. cap. 9:15;
19:8).
7. A la casa de uno. Pablo utilizó esta casa para
enseñar y como lugar de culto.
Probablemente aún vivía con Aquila y Priscila.
Justo. Un apellido romano (cf. com. cap. 1:23). La
evidencia textual sugiere (cf. p. 10) el texto: "Tito Justo"; sin embargo,
no hay razón para deducir que éste sea el mismo Tito de Gál. 2:3, a quien Pablo
dejó más tarde en Creta.
El nombre Tito era muy común
entre los romanos; pero el Tito que fue enviado a Creta estaba íntimamente
relacionado con la iglesia de Corinto, como se deduce de 2 Cor. 7:14; 8:16,23. El
Justo que aquí se menciona era un gentil incircunciso, como Tito, que asistía a
la sinagoga y era varón "temeroso de Dios".
Temeroso. Del verbo Gr. sébomai, "reverenciar",
"adorar". La forma de la palabra que aquí se usa se aplica a
"prosélitos piadosos" (cap. 13:43) y a "griegos piadosos"
(cap. 17:4; ver com. cap. 10:2). Por lo tanto, su casa era un lugar apropiado
en el cual podían reunirse judíos y gentiles y al que sin duda los gentiles
estaban más dispuestos a ir que a la casa de un judío.
Estaba junto. O "contigua". Evidentemente después de la
oposición contra Pablo en la sinagoga de Corinto, escogió un lugar cercano para
las reuniones, de manera que fuera fácil que asistiera cualquier judío que
estuviera dispuesto a recibir el Evangelio. Pero esta proximidad también iba a
ser una causa adicional para despertar odio, especialmente cuando el número de
los que simpatizaron con Pablo comenzó a aumentar, y más aún después de que un
dirigente de la sinagoga aceptó el Evangelio (vers. 8).
8. Crispo, el principal de la sinagoga. Era el jefe de la
sinagoga. Se lo menciona en 1Cor. 1:14 como uno de los pocos a quien Pablo
bautizó. Su destacada posición entre los judíos antes de su conversión, y el
hecho de que toda su familia aceptara el Evangelio, lo hicieron notable entre
los cristianos.
Creían y eran bautizados. La inflexión de estos dos verbos
en griego sugiere un proceso continuo durante un período no especificado. Entre
los conversos estaba Gayo (1 Cor. 1:14), que seguramente era un hombre de
posición social más elevada que otros; se distinguía entre los cristianos por
su hospitalidad y hospedó a Pablo en su segunda visita (Rom. 16:23). Los
miembros de la familia de Estéfanas, las "primicias de Acaya" estaban
aparentemente allí entre los primeros conversos (1 Cor. 16:15). A éstos los bautizó
Pablo (1 Cor. 1:16).
También pueden contarse como
convertidos entonces, o muy poco después, a los siguientes: Fortunato y Acaico
(1 Cor. 16:17); Cloé, una distinguida conversa (1 Cor. 1:11); el hermano Cuarto
y Erasto, el tesorero de la ciudad (Rom. 16:23); y Epeneto, también entre las
"primicias de Acaya" (Rom. 16:5). Silas y Timoteo estaban con Pablo
en ese tiempo, y sin duda bautizaron a la mayoría de los conversos (1 Cor. 1:14-16).
9. Entonces el Señor dijo. O "Y dijo el Señor". Aquí
se registra otra visión dada a Pablo. A juzgar por las palabras del Señor,
parece que por alguna razón el ánimo del apóstol estaba disminuyendo, y estaba
en peligro de sufrir daño físico. Pablo recibió este mensaje de la misma forma
como recibió el llamamiento macedónico (cap. 16:9,19); pero ahora el Señor se
apareció personalmente a su siervo. A Pablo se le dieron visiones de Dios en
las grandes y diferentes crisis de su vida. Había visto primero al Señor Jesús
en el momento de su conversión (cap. 9:4-6; cf. HAp 94). Más tarde escuchó la
misma voz, y vio la misma forma en su visión en el templo de Jerusalén (cap.
22:17-21). Ahora ve y escucha de nuevo a
su Señor.
No temas. "No temas más". Estas palabras implican
que en ese momento Pablo experimentaba algún temor y depresión, y sentía muy
pesada la carga de la tarea que estaba intentando hacer para su Señor. El mayor
número de sus conversos era de la clase de los esclavos y libertos.
Aquellos que poseían una cultura
semejante a la del apóstol -ya fueran judíos o griegos- eran lentos para
aceptar su predicación (cf. 1 Cor. 1:26-27).
Sin duda Pablo corría el peligro de sufrir daño físico. Él ya había visto cómo las palabras ofensivas de los judíos se transformaban en violencia física, y esto fácilmente podría volver a ocurrir. El Señor se dirigió tiernamente a Pablo con las palabras: "No temas". Habla. O "sigue hablando".
Y no calles. O "no empieces a guardar silencio". En un
momento de debilidad estuvo tentado a protegerse con el silencio cuando parecía
que las palabras eran estériles. Pero esta visión fue un consejo al apóstol
para que predicara aun con más constancia que antes. Nada debía detener el
testimonio de Pablo. Elías también había pasado por una crisis similar de
desánimo (1 Rey 19:4-14), y Jeremías también en más de una ocasión (Jer. 1:6-8;
15:15-21).
10. Yo estoy contigo. En el griego el pronombre
"yo" es enfático. La orden que Jesús le había dado estaba acompañada
de una promesa que satisfacía la necesidad de Pablo en ese momento.
Aunque los hombres estaban contra
él, Cristo estaba con él. La promesa que
se había dado a toda la iglesia, "He aquí yo estoy con vosotros todos los
días" (Mat. 28:20), fue ahora repetida personalmente a Pablo: "Yo
estoy contigo".
Aunque obedecer esta nueva orden
significaba una vida de sufrimiento, estaba la seguridad de que los malos
designios de los hombres serían refrenados, y que la obra de Pablo no sería
permanentemente obstaculizada.
Hacerte mal. O "lastimarte", "hacerte daño".
Cristo no le prometió a Pablo que lo libraría de los ataques, sino que no se le
permitiría al enemigo que lo maltratara corporal Mente. Esta seguridad
significaba para el apóstol lo que Eliseo había aprendido y proclamado siglos
antes: "Más son los que están con nosotros que los que están con
ellos" (2 Rey. 6:16).
Mucho pueblo. Estas palabras nos recuerdan aquellas que fueron
dirigidas a Elías en su momento de debilidad. "Yo haré que queden en Israel
siete mil" (1 Rey. 19:18). En Corinto, aun entre aquellos más
profundamente sumidos en los vicios (1 Cor. 5:10-11), había almas honestas que
anhelaban ser liberadas y esperaban la exhortación al arrepentimiento. Pablo y
sus compañeros debían proclamar esa exhortación.
Como en esa época Corinto era uno
de los importantes centros de actividad comercial, humanamente hablando era
vital que desde el comienzo la iglesia estableciera allí una posición firme.
La importancia y la extensión de
la comunidad cristiana de Corinto puede verse en las epístolas que Pablo escribió
después a esa iglesia. El Señor en su misericordia le dio a Pablo, por medio de
una visión, la seguridad de que su predicación sería bendecida abundantemente. Él
se reanimó, confortado y listo para cualquier tarea.
11. Se detuvo. Gr. kathízÇ, "sentarse",
"establecerse en un lugar". El verbo sugiere permanencia y continuidad.
Un año y seis meses. El tiempo que Pablo estuvo en
Corinto no sólo le dio la oportunidad de fundar y organizar una iglesia, sino
también de trabajar en los distritos vecinos, como el puerto de Cencrea (Rom.
16:1). Además de predicar y enseñar a los corintios, Pablo probablemente
escribió en ese tiempo las dos epístolas a los Tesalonicenses, consideradas
como las primeras de sus epístolas, y quizá los primeros escritos del NT, a
menos que a la Epístola de Santiago se le dé una fecha anterior.
El saludo de 2 Corintios: "a
la iglesia de Dios que está en Corinto, con todos los santos que están en toda
Acaya" (2 Cor. 1:1) claramente indica la diseminación del Evangelio más allá
de los límites de la ciudad. Pablo reconoció este abundante fruto como el
cumplimiento de la promesa que el Señor le dio en visión, lo cual lo preparó
para la llegada de la próxima persecución.
12. Galión. Su nombre completo originalmente era Marco Aneo
Novato, pero como fue adoptado por un romano rico llamado Lucio Junio Galión,
fue conocido desde entonces como Junio Aneo Galión. Era hermano del filósofo estoico
Séneca, tutor de Nerón. Séneca, oriundo de España, dedicó a su hermano, el
procónsul, un ensayo sobre la "Ira" y otro sobre la "Vida
bienaventurada".
Galión fue probablemente
procónsul de Acaya en algún momento entre los años 51-53 (ver p. 101). Después
que se retiró de Acaya como consecuencia de un ataque de fiebre (Séneca,
Epístolas civ. 1)
Galión regreso a Roma. Al principio
gozó del favor de Nerón, pero con el tiempo cayó bajo el desagrado del tirano
y, según una tradición, fue ejecutado por ese emperador.
Otra tradición dice que prefirió
suicidarse antes que ser ejecutado. Pero Tácito afirma que Galión sólo estaba
"aterrado por la muerte [suicidio] de su hermano Séneca", e imploraba
a Nerón que le concediera la vida (Anales xv. 73).
Procónsul. Lucas demuestra otra vez su exactitud
característica en el uso de títulos oficiales. Acaya, que incluía toda Grecia
al sur de la provincia de Macedonia, había sido en el tiempo de Tiberio una
provincia imperial, y por lo tanto estaba gobernada por un procurador. Pero
alrededor del año 44 d. C. una vez más había sido constituida en provincia
senatorial por Claudio, como si ya no necesitara más control militar directo
(Tácito, Anales i. 76; Suctonio, Vida de los Césares v. 25.3). Por eso en el
tiempo de la visita de Pablo estaba otra vez gobernada por un procónsul.
Los judíos se levantaron de común acuerdo. Los judíos
evidentemente esperaban que al presentarse en masa ante un tribunal para acusar
a Pablo, podrían lograr que el apóstol fuera expulsado de la ciudad.
Tribunal. Era costumbre de los gobernadores romanos de las
provincias presidir el tribunal en la plaza o en el foro, en ciertos días fijos
(ver com. cap. 19:38), de manera que cualquiera pudiera apelar a ellos para que
atendieran sus quejas. Aparentemente los judíos aprovecharon una ocasión tal. Pero
a Galión le pareció que no era más que un grupo de judíos que acusaba a uno de
su propia raza de alguna enseñanza errónea. Si el procónsul había llegado poco
antes de Roma, allí seguramente habría escuchado de los problemas debidos a
Chrestus (ver com. cap. 18:2), y consideraría que ésta era una disputa acerca
de un asunto similar.
13. Este. Gr. hóutos, pronombre demostrativo que expresa muy
bien el desprecio que deseaban inculcar en Galión.
La ley. Parece evidente que en esta apelación al procónsul,
los judíos se referían no a la ley de Moisés, sino a la ley de Roma. Su
razonamiento era que aunque los judíos habían sido desterrados de Roma debido a
una medida política, el judaísmo aún era religio licita (religión lícita),
tolerada y reconocida por el Estado romano. Por lo tanto, su acusación no era
acerca de algún tema de la religión judía, sino que Pablo estaba predicando una
nueva religión, no reconocida (cf. com. cap. 17:7).
14. Al comenzar Pablo a hablar. "Iba Pablo a abrir la
boca". Una expresión común que se usaba para introducir formalmente un
discurso (cf. Mat. 5:2; 13:35; Hech. 10:34). Pablo estaba a punto de emprender
una metódica defensa, pero esto resultó innecesario.
Galión dijo. Es muy difícil que Galión pudiera haber residido
algún tiempo en Acaya sin escuchar de la nueva religión cristiana. Sin duda
estaba enterado de las dificultades de los judíos. Probablemente también
conocía algo acerca de Pablo. Pero desde su punto de vista, como hombre de
Estado y filósofo, éste no era un asunto que le competía. No intentó trazar una
línea definida entre las religiones reconocidas y las no reconocidas por Roma.
Algún agravio o algún crimen enorme. Mejor "algún crimen o villanía". Las dos cosas que un magistrado hubiera tomado en cuenta, habrían sido: (1) algún delito (cf. cap. 24:20) o acto de injusticia, o (2) una conducta falta de escrúpulos que implicara un mal moral. Al juzgar tales asuntos habría estado desempeñando su deber como administrador de la ley romana y su equidad. Los dos delitos mencionados aquí se refieren a actos de maldad manifiesta, como un robo o asalto; la segunda tipifica aquellos hechos cuya principal característica es algún ardid fraudulento o una costumbre ilícita. Conforme a derecho. "Conforme a razón".
Yo os toleraría. Es decir "escucharía vuestro
caso". El verbo se usa también como término judicial, como sinónimo de
admitir una queja. Galión mostró con su lenguaje que los romanos se
consideraban superiores a los tolerados judíos. Pero si su caso hubiese sido justificado, los judíos hubieran gozado del
beneficio de tal tolerancia, y él habría investigado todos los pormenores que
se relacionaran con su cargo y con la ley romana.
15. De palabras, de nombres. O "palabrería y
nombres". Si los judíos hubiesen tenido la oportunidad, sin duda hubieran
presentado muchos detalles concernientes a las enseñanzas de Pablo. Pero si
Jesús era o no el Cristo, debía, según la autoridad romana determinarlo la
teología, pues era un asunto que no competía a la ley civil. Si Galión había oído
el nombre Chrestus en Roma (ver com. vers. 2), habría estado aún más dispuesto
a imitar la conducta del emperador librándose de los disputadores judíos tan
pronto como le hubiera sido posible (cf. cap. 23:29).
Vuestra ley. Literalmente "la ley [que es] según
vosotros". Galión insinuó con su énfasis que comprendía lo que querían
lograr apelando a la ley. Este caso incumbía más a la ley judía que a la
romana, y él se negó quedar implicado.
Juez. La forma tajante en que Galión dio por terminado el
caso dice literalmente: "Juez yo de estas cosas no estoy dispuesto a
ser". La construcción sintáctica es enfática en griego. Galión rechazó
ejercer jurisdicción en este caso, porque no competía a la ley romana.
En cuanto a cómo los romanos
consideraban la vida y costumbres judías (cf. vers. 14), ver Tomo 5, paginas
62-64;
https://elaguila3008.blogspot.com/2021/04/los-judios-del-primer-siglo-de-la-era.html
Tomo 6, paginas 61-62.
https://elaguila3008.blogspot.com/2021/07/la-iglesia-cristiana-primitiva-19-73.html
16. Y los echó. Galión sin duda estaba sentado en la plaza o en el
foro, con sus lectores y otros funcionarios a su alrededor, y ordenó que el
lugar quedara despejado de esos fastidiosos disputadores acerca de
"palabras y de nombres". Tenía demasiado que hacer en asuntos que le
incumbían en la atareada vida comercial de Corinto.
17. Los griegos. La evidencia textual se inclina
(cf. p. 10) por la omisión de la frase "los griegos".
Apoderándose. Este mismo verbo se usa en el cap. 21:30 para
expresar la acción violenta de la turba en Jerusalén, e inmediatamente más
tarde (vers. 33) para indicar la conducta del tribuno de la compañía al
rescatar a Pablo.
Sóstenes. Este nombre era común. No es necesario que se lo
identifique con el Sóstenes que aparece en 1 Cor. 1:1, aunque es posible que el
caudillo de la persecución se hubiera convertido posteriormente, como en el
caso de Pablo.
Principal. Aparentemente Sóstenes fue constituido en principal
de la sinagoga después de la conversión de Crispo (vers. 8). Él pudo haber
estado ansioso de mostrar su celo contra los cristianos presentando
inmediatamente acusaciones contra Pablo ante el procónsul. Como vocero atrajo
la atención de la multitud que lo rodeaba. Muchos de los que la formaban sin
duda eran griegos.
Evidentemente, captaron el tono
de desprecio de Galión, e imitaron su decisión adversa castigando duramente,
por su cuenta, a Sóstenes. O también puede ser que los judíos se hubieran
vuelto contra su nuevo líder después de su fracaso en este asunto (ver com.
"los griegos"). Pablo sin duda tenía no pocos simpatizantes entre los
gentiles. Como quiera que fuese, la multitud enfocó su atención en Sóstenes.
Le golpeaban. O "comenzaron a golpearlo".
A Galión nada se le daba de ello. La declaración
de Galión refleja la indiferencia de muchos hombres del mundo hacia la verdad
revelada. Pero sus palabras no necesariamente significan que él fuera
indiferente ante la religión. Reconoció los límites de su propia jurisdicción. Su
decisión debió haber sentado un provechoso precedente para la extensión del
cristianismo.
18. Detenido... muchos días. Literalmente "habiendo
quedado días bastantes". Pablo había vivido y trabajado en Corinto en
forma regular durante un año y seis meses (vers. 11). Después de este tiempo, o
quizá durante la última parte fue llevado violentamente ante Galión. Después de
esta crisis, el apóstol disfrutó de otro período de paz para trabajar.
A Siria. Los motivos de su viaje pueden haber sido los
siguientes: (1) Así como lo hizo posteriormente (ver com. cap. 20:3-4), sin
duda deseaba entregar en persona los donativos recogidos para los discípulos de
Jerusalén (cf. Rom. 15:25-26; Gál. 2:10).
Es evidente que cuando Pablo
resolvió regresar, quiso estar en Jerusalén tan pronto como le fuera posible,
ya que rehusó permanecer en Éfeso, aun cuando su predicación era mucho mejor
recibida por los judíos de allí que en muchos otros lugares. (2) Su reciente
voto le imponía una visita al templo. (3) Querría informar los resultados de su
trabajo entre los gentiles, especialmente en las distantes regiones de
Macedonia y Acaya (cf. Hech. 15:4). Priscila
Aquila. Ver com. vers. 2.
Cencrea. El puerto oriental de Corinto, sobre el golfo
Sarónico. Según Rom. 16:1 allí había una iglesia organizada. La gratitud con la
cual Pablo se refiere a Febe y a su servicio cristiano (Rom. 16:2) indica que
el apóstol se había relacionado íntimamente con esa iglesia que, probablemente,
él había fundado.
Voto. No hay duda de que se trata de un "voto"
privado, una forma modificada del voto nazareo temporal descrito en Núm.
6:1-21. Este voto exigía la separación del mundo y de la vida común
("nazareo" significa una persona "separada" o
"consagrada"). Durante el tiempo de este voto, la persona no bebía
vino, ni bebida fuerte, ni se afeitaba la cabeza ni el rostro.
Al concluir el período de su voto
debía afeitarse la cabeza en el templo y quemar el cabello en el fuego del altar,
debajo de su sacrificio. Los nazareos que se mencionan en Hech. 21:24 se
raparon la cabeza después de haber cumplido su voto. A los que vivían a cierta
distancia de Jerusalén parece que les era permitido cortarse el cabello, y
llevar al templo el cabello que se habían cortado para ofrecerlo cuando les
fuera rapado el resto del cabello.
Esto fue lo que hizo Pablo en
Cencrea antes de emprender su viaje a Siria. Como se deduce de 1 Con 11:14, es
obvio que Pablo consideraba que el cabello largo en los varones era una muestra
de afeminamiento, pero el voto del nazareo necesariamente hacía que el cabello
estuviera largo. Así que aunque él estaba cumpliendo el voto, lo hacía en forma
modificada, rapándose la cabeza antes del viaje debido a la apariencia y a la
costumbre, a menos que el período de su voto hubiera terminado en Cencrea.
La causa principal por la cual se
hacían los votos era a menudo un profundo agradecimiento por haber sido salvado
de un peligro. Ese peligro con frecuencia causaba temor. El temor, la promesa y
la salvación se advierten en el registro del trabajo de Pablo en Corinto, y un
voto de consagración al programa de predicar el Evangelio hubiera sido un
resultado natural.
A diferencia de otras prácticas del judaísmo, Pablo no despreciaba ni condenaba las expresiones de sentimientos de consagración porque no las consideraba como formas de legalismo. También es posible que Pablo estuviera aplicando su principio de hacerse "a todos... de todo" (1 Cor. 9:22), y por lo tanto, como judío, estaba actuando de acuerdo con los judíos (vers. 20). Un voto de nazareo demostraría a todos sus hermanos judíos que él no despreciaba la ley, ni enseñaba a otros judíos a despreciarla (ver com. Hech. 21:21-24).
19. Y llegó a Efeso. La evidencia textual favorece (cL
p. 10) el texto "llegaron a Éfeso". La inflexión verbal griega que se
traduce "llegó" es un término náutico que significa
"arribar". Éfeso era una ciudad famosa, capital del distrito griego
de Jonia y más tarde de la provincia romana de Asia. Fue el escenario de los
últimos trabajos del apóstol, Juan. La ciudad estaba cerca del mar, sobre una
colina que se elevaba en la desembocadura del Cayster, entre los ríos Hermos y
Meandro.
Éfeso había sido una antigua
colonia griega en la costa occidental del Asia Menor, pero en el siglo VI a. C.
cayó en poder de los reyes de Lidia. Desde el principio fue un centro de
adoración de Artemisa (la Diana romana; ver com. cap. 19:24), cuyo templo era
visitado por peregrinos de todas las partes del mundo conocido.
El Oriente y el Occidente habían
establecido durante siglos un estrecho contacto en Efeso. Allí la religión de
los griegos adquirió un carácter más oriental, que contenía magia, misterios y
hechicerías. En los días de Pablo, Éfeso era, con mucha ventaja, la ciudad más
activa y popular del Asia proconsular. Allí vivían suficientes judíos para que
hubiera por lo menos una sinagoga.
Los dejó allí. Probablemente Aquila y Priscila se quedaron por
algún tiempo en Efeso. Para conocer sus diversos viajes, ver com. vers. 2.
En la sinagoga. Esta era la costumbre de Pablo. No
podía abandonar a los suyos y, aunque constantemente se exponía a que lo
trataran con dureza, de nuevo los buscó aquí tan pronto como llegó. Sin
embargo, lo que Pablo predicó esta vez parece haber provocado menos hostilidad,
pues los judíos de Éfeso le rogaron que se quedara por más tiempo (vers. 20). Tal
vez el carácter cosmopolita de la población tuviera algo que ver con esta
diferente actitud.
Discutía. Gr. dialégomai (ver com. cap. 20:7).
20. Le rogaban. Su deseo era una señal promisoria
de una buena cosecha posterior. En ningún lugar, excepto en Berea, encontró
Pablo una actitud más receptiva hacia la verdad que presentaba. Consideraba a
los corintios como a niños que necesitaban ser alimentados con leche (1 Cor.
3:2), pero más tarde pudo declarar a los efesios "todo el consejo de
Dios" (Hech. 20:27), porque eran capaces de compartir el conocimiento del
misterio del Evangelio que él les predicaba (Efe. 3:4).
Con ellos. La evidencia textual (cf p. 10) establece la
omisión de estas palabras.
No accedió. Literalmente "no hizo ninguna seña afirmativa
con la cabeza" esto eso no consintió.
21. Se despidió de ellos. La evidencia textual favorece
(cf. p. 10) la omisión de las palabras: "Es necesario que en todo caso yo
guarde en Jerusalén la fiesta que viene; pero..." Las palabras omitidas se
consideran una inserción sugerida por un pasaje anterior (cap. 20:16). La
aceptación de la validez de esta omisión hace innecesario disentir acerca de
cuál pudo haber sido esta Fiesta judía.
Volveré. Tan pronto como Pablo tuvo la oportunidad, cumplió
su promesa (cap. 19:1).
Si Dios quiere. Tanto Pablo como Santiago
concuerdan en apoyarse en la voluntad del Padre que rige todas las cosas, hasta
el punto de que casi usan la misma expresión (cf. Sant. 4:15). Para ellos
significaba mucho más que la expresión Deo volente, "si Dios quiere",
que en tiempos pasados fue tan frecuente en labios de los cristianos. Como una
demostración de la voluntad de Dios por medio de la intervención restrictiva
del Espíritu en cuanto a lo que Pablo esperaba hacer, ver Hech. 16:6-7.
22. Cesarea. Evidentemente este versículo abarca mucho. Sin duda
en Cesarea se relacionó de nuevo con Felipe el evangelista. Fue huésped en el
hogar de Felipe en Cesarea en una ocasión posterior (cap. 21:8).
Subió. O sea, desde esta ciudad de la costa a Jerusalén.
Saludar a la iglesia. Una breve noticia de su visita a
lo que entonces era el centro de la vida y acción del cristianismo. Esta es la
cuarta visita de Pablo a Jerusalén después de su conversión (cf. cap. 9:26;
11:30; 15:4; 21:17).
No se menciona que se hubiera
celebrado una reunión de la iglesia como en el cap. 14:27, o que Pablo y sus
compañeros hubieran presentado un informe de lo que habían estado haciendo. Ni
siquiera se da el nombre de la ciudad, ni tampoco se dice nada acerca del
cumplimiento del voto del apóstol.
Algunos sugieren que Pablo
encontró una fría bienvenida, y que su posición en cuanto a la ley respecto a
los cristianos de origen gentil le había hecho perder la simpatía de los
cristianos de Jerusalén, quienes naturalmente eran celosos de la ley Pero esto
es sólo especulación. Cualquiera que hubiera sido la razón, tan pronto como al
apóstol le fue posible, se apresuró a participar de lo que debe haber sido el
agradable compañerismo de los cristianos de Antioquía.
A Antioquía. El regreso de Pablo a Antioquía señala el fin de su
segundo viaje misionero. Fue alrededor del año 52 (cf. p. 105).
23. Estar allí algún tiempo. La visita tuvo que haber durado
varios meses. Algunos refieren a esta ocasión, la disensión que Pablo relata en
Gál. 2:11-14, razonando que Pablo había estado ausente de Antioquía durante
mucho tiempo, y que mientras tanto el partido judaizante había tenido tiempo de
organizar un nuevo ataque contra la libertad de los gentiles.
Ejercieron presión vez tras vez
sobre Pedro, y un factor de inestabilidad que persistía aún en su carácter fue
la causa de que éste cediera a sus exigencias. Sin embargo, otros sostienen que
este episodio ocurrió antes de que Pablo y Silas salieran de Antioquía después
del Concilio de Jerusalén (ver com. cap. 15:39-40).
Salió. Antioquía es el punto de partida del tercer viaje
misionero, como también de los dos anteriores (cap. 13:1-3; 15:36-40).
Galacia y.. Frigia. Sin duda Pablo viajó en la misma
dirección que antes visitando de paso a Listra y Derbe antes de llegar al
extremo norte del Asia Menor (ver Nota Adicional del cap. 16).
Confirmando. Pablo no sólo era un evangelista que fundaba nuevas
iglesias; también era un pastor que mantenía un activo interés por el continuo
bienestar de sus iglesias. Esta fue la cuarta visita de Pablo a algunas de
estas iglesias que organizó en su primer viaje misionero (cap. 13:51; 14:6,21;
16:1,6).
24. Apolos. Probablemente un apócope de Apolonio o Apolodoro. Los
versículos siguientes, que constituyen un paréntesis, proporcionan el antecedente
de lo que ocurrió más tarde. Los hechos que el NT presenta acerca de Apolos
sugieren que ocupó un lugar destacado en la iglesia primitiva. Su influencia
como maestro cristiano se hizo sentir mucho en Corinto. Pablo menciona que sus
seguidores formaban allí no partido (1 Cor. 1:12; 3:5; 4:6).
Natural de Alejandría. Literalmente "alejandrino
de raza". Fue en Alejandría donde eruditos judíos tradujeron el AT al
griego, lo que resultó en la llamada Versión de los Setenta (LXX). Alejandría
era un gran centro cultura; poseía una de las bibliotecas más grandes del mundo
antiguo. El filósofo Filón, de Alejandría, fue un sobresaliente líder
intelectual entre los judíos. Filón vivió hasta cerca del año 50 d. C., por lo
tanto, es posible que Apolos hubiera estado bajo su influencia.
Elocuente. Gr. lógios", erudito",
"elocuente". Cualquiera de estas traducciones da sólo parte de la
idea de la palabra. Era instruido y podía usar su erudición en forma efectiva.
Poderoso. Gr. dunatós, "capaz", "fuerte".
25. Había sido instruido. Gr. kat'jeÇ "proclamar desde
arriba", y por extensión, "enseñar oralmente". Esta palabra, de
la cual deriva "catequizar", implica que Apolo había sido enseñado
por alguien además de haber estudiado por sí mismo el AT.
Según Josefo (Anigüedades xviii.
5. 2) la enseñanza y el bautismo de Juan produjeron un gran efecto entre los
judíos. Por lo tanto, no es sorprendente que en Jerusalén y en Éfeso hubiera
judíos que habían aceptado la enseñanza de Juan el Bautista acerca de Jesús.
Pero esa instrucción sin duda era
reducida. Ellos sabían que Juan bautizaba en preparación para el reino
venidero; habían oído que señalaba a Jesús como el Cordero de Dios; y sabían de
la voz que vino del cielo cuando Jesús fue bautizado. Pero Juan había sido decapitado poco tiempo
después de esto y Jesús había sido muerto en el Calvario.
Muchos de los discípulos de Juan
tal vez no sabían lo que había sucedido más tarde con el mensaje de Cristo: la
fundación de su iglesia, los ritos del bautismo y de la Cena del Señor, el
derramamiento del Espíritu Santo, la enseñanza concerniente a la conversión
después del arrepentimiento y la recepción del don de la salvación por la
gracia mediante la fe.
El mismo Juan el Bautista había
comprendido oscuramente lo que Jesús presentaba sobre esos asuntos, porque un
día envió mensajeros para preguntarle al Señor: "¿Eres tú aquel que había
de venir, o esperaremos a otro?" (Mat. 11:3).
Camino. Todo aquel que anduviera en el camino" de Juan
necesitaba conocer muchas cosas concernientes al "camino" del Señor. La
frase se usa en un sentido semiliteral como en la frase "hombres o mujeres
de este Camino" (ver com. cap. 9:2); un equivalente a lo que hoy día se
llamaría la religión cristiana.
Espíritu fervoroso. O "ferviente en
espíritu" (cf. Rom. 12:11, donde la palabra "espíritu" también
se refiere al espíritu del hombre, no al Espíritu Santo de Dios).
Hablaba y enseñaba diligentemente. O con
precisión", "con esmero".
Lo concerniente al Señor. La expresión el camino del
Señor" es una traducción de palabras del AT (Isa. 40:3), citadas por los
escritores evangélicos acerca de la predicación de Juan (Mat. 3:3; Mar. 1:3;
Luc. 3:4; Juan 1:23). Apolos pudo haber proclamado con mucha precisión lo que
Juan había predicado acerca del venidero reino de los cielos, guiado por su
propio estudio del AT.
Pudo haber demostrado cómo Juan
había señalado a Jesús, y haber relatado muchas de las obras y las palabras de
Cristo como evidencia de que Dios estaba enviando profetas superiores a los que
los judíos habían tenido por mucho tiempo, y que por lo tanto la vida de Cristo
era un testimonio de que la redención estaba cerca. Pero quienquiera que
hubiera sido el maestro de Apolos, no había llevado a su alumno más allá del
mensaje del Bautista, quien reconoció a Jesús como el Cristo.
No hay duda de que a Apolos le
había parecido que Cristo era el caudillo de un judaísmo supremo que retenía
los rasgos distintivos de la antigua religión. Sin duda aún no había aprendido
que "la circuncisión nada es" (1 Cor 7:19; cf. Gál. 5:6) y no
comprendía que el sistema de sacrificios había desaparecido (Heb. 8:13).
Conocía. Gr. epístamai, "estar versado en",
"conocer bien".
El bautismo de Juan. En la palabra
"bautismo" debe incluirse la idea del conocimiento religioso y las
experiencias que lo acompañan, de lo cual el bautismo es una introducción. Las
palabras están llenas de significado pues muestran que la obra de Juan el
Bautista, como precursor de Cristo, había ido más allá de lo que el relato
evangélico indica. Ciertamente había llegado hasta Alejandría. En cuanto a las
limitaciones de este bautismo, ver com. "había sido instruido".
26. Hablar con denuedo. Se necesitaba denuedo porque
todos los judíos no estaban dispuestos de ningún modo a escuchar las
declaraciones concernientes a la venida del Mesías. El expositor debía estar
preparado con erudición y elocuencia, y ser valiente para tratar este tema,
respecto al cual los judíos habían sido engañados vez tras vez por impostores.
Priscila y Aquila. Evidentemente Priscila tuvo una parte activa en la instrucción de Apolos, lo que indica que era una mujer que se destacaba por su poder y fervor entre los cristianos. Aquila y Priscila aparentemente continuaban asistiendo a los servicios de la sinagoga. Cuando Apolos apareció allí como maestro y comunicó su mensaje (cf Hech. 13:14-15), lo escucharon y se sintieron atraídos hacia él.
Le tomaron. Puesto que Apolos había progresado tanto en el
conocimiento del mensaje de Juan, tuvo que haber simpatizado mucho más con
Aquila y Priscila en su posición respecto a Cristo, que con los judíos que no habían
llegado hasta ese punto. Estaba preparado para aceptar al Mesías, pero no
comprendía en qué forma Jesús había cumplido todo lo que implicaba ese
calificativo.
Expusieron. O "manifestaron", "explicaron".
Más exactamente. Mejor "con más
exactitud".
El camino de Dios. Lo que ellos le expusieron a
Apolos fue lo que habían aprendido de Pablo, y quizá también mediante su
relación previa con los cristianos de Roma (ver com. vers. 2).
Sin duda esto incluía las
doctrinas de la salvación por la gracia, la justificación por la fe, el don del
Espíritu Santo después de la conversión y el bautismo, y el significado y la
necesidad de la Cena del Señor.
Esto indudablemente significó que
Apolos, que antes sólo conocía el bautismo de Juan, fuera rebautizado en
"el nombre del Señor Jesús" como sucedió con los doce discípulos que
figuran en otro pasaje (cap. 19:1-7).
27. A Acaya. Probablemente a Corinto, la principal ciudad de Acaya. Lo que dice Lucas más adelante (cap. 19:1) y la referencia a Apolos en 1 Cor. 1:12, confirman que fue a Corinto. La preparación de Apolos, su capacidad natural, su instrucción y su experiencia lo calificaban para llevar adelante allí una obra similar a la que Pablo había hecho en Atenas.
No hay registro de
que Apolos fuera enviado como apóstol, pero algunos de los hermanos de Corinto
llegaron a considerarlo como igual a Pablo (1 Cor. 1:12). Por eso en aquella
iglesia surgió un fuerte sentimiento partidista que Pablo censuró (1Cor. 3:3-17).
No hay base para suponer que
Apolos creó esa situación, pues Pablo habla de Apolos como que hubiera regado
lo que él había plantado (1 Cor. 3:6). Puede ser que el conocimiento que Apolos
tenía del espíritu de partidismo en la iglesia, hiciese que no estuviera
dispuesto a regresar a Corinto (1 Cor. 16:12).
Escribieron. Este es el primer registro de lo que llegó a
conocerse como "carta de recomendación" (ver com. 2 Cor. 3:1; cf.
Rom. 16:1-2; Col. 4:10 escrita por una iglesia a otra en favor del portador de
la recomendación. Eran las "credenciales" de aquel tiempo. El hecho
de que la iglesia de Efeso estuvo dispuesta a darle a Apolos una carta tal,
muestra la excelente impresión que había causado mientras estuvo allí.
Fue de gran provecho... por la gracia. También podría
traducirse: "Por la gracia ayudó mucho a los que habían creído". Esta
traducción sugeriría que por medio de la gracia de Dios, que actuó en los dones
de sabiduría y elocuencia, Apolos fue capaz de conducir a los hombres a una
experiencia más profunda en Cristo. Esto corresponde exactamente con lo que
Pablo dijo de la relación de Apolos con su obra: "Yo planté, Apolos
regó;... yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima"
(1Cor. 3:6,10).
28. Con gran vehemencia refutaba. Gr. diakatelegjomai,
"refutar dialogando", "convencer a fondo". Apolos sometió
las objeciones de los judíos a la luz de las Escrituras, y las refutó. Condujo
a los judíos a la misma conclusión a la que Pablo los había instado a llegar. Su
método no era quizá como el de Pablo debido a la diferencia de su personalidad.
Sus labores naturalmente atraían adeptos que seguían al nuevo predicador, y
quizá ganó más conversos que los que Pablo había hecho mediante sus tareas de
evangelización.
Apolos no vuelve a aparecer en el
libro de los Hechos, por lo tanto debería indicarse aquí lo que se conoce de su
historia posterior. Aunque su nombre fue usado en Corinto como el lema de un
partido, Pablo no señala diferencias doctrinales entre él y Apolos; y puesto
que ambos habían disfrutado estrechamente de la simpatía de Aquila y Priscila,
tal vez no hubo ningún desacuerdo.
Según 1 Cor. 16:12 parece que
Apolos finalmente regresó a Éfeso, quizá con cartas de recomendación de la
iglesia de Corinto (2 Cor. 3:1). Pablo confiaba en él, como lo demuestra su
deseo de que pudiera volver de nuevo a Corinto con Estéfanas, Fortunato y
Acaico (1 Con 16:12,17).
Apolos desaparece después de la
escena hasta casi el final de la carrera de Pablo. Podemos creer que todos esos
años estuvieron plenos de una labor evangelizadora activa como la que había
llevado a cabo en Efeso y en Corinto. Pablo lo menciona (Tito 3:13) casi al
concluir su ministerio (c. 67 d. C.). Estaba en compañía de Zenas, intérprete
de la ley de uno que como Apolos, tenía una sólida reputación como profundo conocedor de
la ley, ya fuera judía o romana (ver com. Mat. 22:35; t. V, p. 57).
El afecto de Pablo por Apolos
evidentemente continuó, pues le pidió a Tito que le diera toda la ayuda
posible. Apolos había estado trabajando
en Creta y, aparentemente, había congregado en torno de él un selecto grupo de
discípulos a quienes Pablo distingue entre los que colaboraban con el apóstol
(Tito 3:13-14).
Jesús era el Cristo. Ver com. vers. 5; cap. 17:3.
(6CBA).
COMENTARIOS DE EGW
1-18. HAp 198-206. CORINTO.
https://elaguila3008.blogspot.com/2019/03/capitulo-24-corinto.html
18-28. HAp 218-227. APOLOS EN CORINTO.
https://elaguila3008.blogspot.com/2019/04/capitulo-26-apolos-en-corinto.html
Ministerio Hno. Pio
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