Romanos 2. La Doctrina De La Justificación Por La Fe: El Fracaso De Los Judíos: Vers. (1-5) Los que pecan no pueden excusarse a sí mismos, aunque condenen a los demás; (6-8) y mucho menos escaparán de los juicios de Dios, (9-13) ya sean judíos o gentiles. (14-16) Los gentiles no escaparán (17-24) ni tampoco los judíos, (25-29) a quienes la circuncisión de nada servirá, si no guardan la ley.
1 POR la cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo. 2 Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad. 3 ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios? 4 ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento? 5 Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios,
6 el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: 7 vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, 8 pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia;
9 tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego, 10 pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego; 11 porque no hay acepción de personas para con Dios. 12 Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; 13 porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados.
14 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, 15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, 16 en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.
17 He aquí, tú tienes el sobrenombre de judío, y te apoyas en la ley, y te glorias en Dios, 18 y conoces su voluntad, e instruido por la ley apruebas lo mejor, 19 y confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas, 20 instructor de los indoctos, maestro de niños, que tienes en la ley la forma de la ciencia y de la verdad. 21 Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas? 22 Tú que dices que no se ha de adulterar, ¿adulteras? Tú que abominas de los ídolos, ¿cometes sacrilegio? 23 Tú que te jactas de la ley, ¿con infracción de la ley deshonras a Dios? 24 Porque como está escrito, el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros.
25 Pues en verdad la circuncisión aprovecha, si guardas la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión viene a ser incircuncisión. 26 Si, pues, el incircunciso guardare las ordenanzas de la ley, ¿no será tenida su incircuncisión como circuncisión? 27 Y el que físicamente es incircunciso, pero guarda perfectamente la ley, te condenará a ti, que con la letra de la ley y con la circuncisión eres transgresor de la ley. 28 Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; 29 sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios. (Romanos 2).
1. Por lo cual. O "debido a esto". Puede referirse al castigo presentado para
"los que practican tales cosas", que "son dignos de muerte"
(cap. 1:32), o al pensamiento fundamental de todo el pasaje (vers. 18-32). Pablo
continúa su tema de que hay una necesidad universal del poder salvador
contenido en la revelación de la justificación de Dios por la fe (vers. 16-17).
Ya ha trazado el curso descendente del hombre desde el primer rechazo
voluntario del conocimiento de Dios, a través de todas las etapas de idolatría
y vicio.
Finalmente en el vers. 32 ha
descrito aquella última etapa de degradación humana en la que los hombres no
sólo han perdido todas las virtudes mismas, sino que han llegado al punto de
aprobar los vicios ajenos. Sólo retienen la certidumbre de su culpabilidad y
desgracia, pues conocen la justa sentencia de Dios que es pronunciada contra
los que hacen tales cosas.
Pablo ahora continúa explicando
que los judíos no son menos culpables que los gentiles, y que también necesitan
de las estipulaciones del mismo plan de salvación. Muestra que los judíos han disfrutado
de mayor luz que los paganos, y sin embargo han cometido las mismas faltas. Una
gran parte de lo que ha sido dicho acerca de los gentiles (cap. 1:18-32)
también se aplica a los judíos, pues éstos también han pecado contra lo que
conocen y contra su conciencia.
Eres inexcusable. Los judíos eran rápidos en condenar a los gentiles, pero puesto que habían sido tan favorecidos durante siglos al disfrutar de una luz mayor que los gentiles, no tenían la más mínima excusa para cometer los mismos pecados.
Ver t. IV, pp. 32-36.
Quienquiera que seas. Pablo comienza su explicación
del fracaso de los judíos en lograr la justificación de Dios, con una
declaración general aplicable a todos los hombres. Empezó su explicación del
fracaso de los gentiles con una declaración igualmente general (cap. 1:18).
Quizá sea esto una evidencia de
la habilidad del apóstol para desarrollar su argumento pues habría despertado
la oposición inmediata de los indios si los hubiera nombrado en la primera
frase. El apóstol prefirió comenzar el tema gradualmente y en términos
generales. Posteriormente, después de haber presentado la prueba, hace la
aplicación específica a los judíos (cap. 2:17).
Juzgas. Gr. krínÇ.
Esta palabra no significa en sí misma "condenar", sino más
bien "separar", "distinguir", "elegir",
"mostrar preferencia por", "determinar",
"aprobar", "pronunciar un juicio"; pero cuando el contexto
así lo requiere, "condenar". En este caso, el contexto de los vers.
1-3 indica el sentido de "condenar".
Te condenas. Gr. katakrínÇ, una forma del verbo
"juzgar", que claramente se refiere a un juicio adverso o
condenatorio. El argumento de Pablo es
similar al del profeta Natán cuando habló al rey David (2 Sam. 12:57). Pablo dijo a los judíos que por el mismo acto
de juzgar a sus prójimos estaban pronunciando sentencia sobre sí mismos. Conceptuaban
como crímenes aquellos mismos actos de los cuales eran ellos culpables.
Haces. Gr. prássÇ, "hacer",
"practicar". Un ejemplo de la forma en que los judíos vituperaban la
inmoralidad de los paganos y ensalzaban su propia pureza, se encuentra en la
Carta de Aristeas (152): "Pues la mayoría de los otros hombres se contaminan
a sí mismos mediante un trato sexual promiscuo, con lo que practican gran
iniquidad, Y países enteros y ciudades se enorgullecen de tales vicios. Pues no
sólo tienen trato sexual con hombres, sino que profanan a sus propias madres y
aun a sus hijas. Pero nosotros nos hemos mantenido aparte de tales
pecados". Que la condición moral de los judíos no se aproximaba al ideal
que aquí se indica, es evidente por referencias incidentales, en los escritos
rabínicos, a los vicios antinaturales practicados entre los judíos, como
también se ve por las medidas represivas que hay en las leyes rabínicas en
cuanto a esos vicios.
La verdadera situación quizá se refleje con razonable exactitud en la siguiente cita tomada de Los testamentos de los doce patriarcas, obra seudoepigráfica judía aproximadamente de comienzos del siglo II a. C.: "Y en la séptima semana llegarán a ser sacerdotes idólatras, adúlteros, amantes del dinero, orgullosos, licenciosos, lascivos, ultrajadores de niños y que se echan con bestias" (El testamento de Leví 17:11).
"Estas cosas digo a vosotros, mis hijos, porque he leído en los
escritos de Enoc que vosotros mismos también os apartaréis del Señor, y
caminaréis de acuerdo con toda la impiedad de los gentiles, y practicaréis
según toda la impiedad de Sodoma" (El testamento de Neftalí 4:1).
La experiencia demuestra que los
que están listos para acusar y criticar a otros, con frecuencia son culpables
de las mismas faltas. A veces hay quienes son particularmente celosos en
reprender aquellas faltas que ellos mismos practican secretamente. El ejemplo
clásico de esto es la vil hipocresía revelada por los aparentemente piadosos
acusadores de la mujer hallada en adulterio. "Aquellos hombres que se
daban por guardianes de la justicia habían inducido ellos mismos a su víctima
al pecado" (DTG 425). David condenó inmediatamente la supuesta injusticia
de lo que le informó Natán (2 Sam. 12:1-6).
2. Sabemos. Pablo da por sentado que la verdad del juicio de
Dios es admitida, y que por lo tanto puede basar en ella su tema.
Juicio. Gr. kríma, que implica una decisión a la que se ha
llegado, ya sea positiva o negativa, en este caso de condenación.
Según verdad. Se destaca la verdadera norma de guía para el
juicio de Dios. Dios no juzga a los hombres según las apariencias (Juan 7:24),
sino que su juicio se basa en no cabal conocimiento de los motivos de ellos y
de la verdadera naturaleza de su conducta; además es imparcial (Rom. 2:11). Los
pecados más secretos son escudriñados por él (Ecl. 12:14).
3. ¿Piensas esto? Porque tienes un conocimiento
mayor de la verdad, o porque desciendes de antepasados piadosos, o del pueblo
escogido, ¿supones que quedarás libre del juicio? Esta vana esperanza de una
excepción personal que libra del juicio, es una forma común de autoengaño que
está en contraste con la verdad del juicio imparcial de Dios para todos los
pecadores.
Sin embargo, parece que era
popular entre los judíos la opinión de que mientras observaran los ritos y las
ceremonias de su religión, Dios no los juzgaría tan severamente como lo haría con
los idólatras gentiles hundidos en los vicios. Creían que su nacionalidad les
aseguraba una consideración especial en el juicio. Este falso concepto fue reprochado
por Juan el Bautista: "Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no
penséis decir dentro de vosotros mismos:
A Abraham tenemos por padre" (Mat. 3:8-9; cf. Juan 8:33; Gál. 2:15).
El pecado es pecado, no importa
dónde se lo cometa y quién lo cometa. Ni es menos pecaminoso porque sea
cometido en medio de privilegios religiosos. No hay una licencia especial para
que el pueblo de Dios peque, como si el Señor no hubiera de ser tan estricto no
tomar nota de las faltas de los que profesan servirle. Por el contrario, la
Biblia siempre enseña que los pecados más graves son los que cometen los que
afirman que son el pueblo de Dios (ver Isa. 1:11-17; 65:2-5; Mat. 21:31-32).
Tú escaparás. El pronombre "tú" es enfático en el texto
griego.
4. ¿Menosprecias? El amor de Dios y su paciencia
sólo causan un desdeñoso sentimiento de seguridad en el corazón de una persona
endurecida en el pecado. "Por cuanto no se ejecuta luego sentencia sobre
la mala obra, el corazón de los hijos de los hombres está en ellos dispuesto
para hacer el mal" (Ecl. 8:11; cf. Sal. 10:11,13). Los judíos estaban
acostumbrados a usar el argumento de que como Dios aún los bendecía, por lo tanto,
no los consideraba como pecadores (Luc. 13:1-5; Juan 9:2). Cuán fácilmente
caemos hoy en el mismo engaño.
Dios bondadosamente continúa
concediéndonos tiempo y oportunidades para que aceptemos su ofrecida salvación,
y por eso ciegamente abusamos de su misericordia y paciencia al continuar
complaciéndonos en nuestros caminos de pecado. No reconocemos el propósito de
la longanimidad de Dios y su paciencia.
Riquezas. Palabra favorita de Pablo para describir la
cualidad de las dádivas de Dios y de sus atributos (Rom. 11:33; Efe. 1:7,18; 2:7;
3:8, 16; Fil. 4:19; Col. 1:27; etc.).
Benignidad. Gr. jr'stot's, "excelencia",
"bondad", "suavidad", "gentileza".
Paciencia. Gr. anoj', "aguante",
"retención", "demora". En el griego clásico este término se
usaba para una tregua militar. Implicaba algo transitorio, que podría
desaparecer por un cambio de condiciones. De ese modo se usa para describir la
"paciencia" de Dios cuando pasa "por alto" los pecados
(cap. 3:25). Dios por su paciencia ha retenido, aguantado su ira, como si
hubiera acordado una tregua con el pecador. Esto no significa que su ira no
será finalmente ejercida; por el contrario, implica que lo hará con seguridad,
a menos que el pecador aproveche ese tiempo de tregua para arrepentirse.
Longanimidad. Aunque Dios odia el pecado, sin embargo en su
longanimidad no procede inmediatamente a castigar al pecador en el momento en
que peca, sino que retiene el castigo día tras día para dar a los hombres la oportunidad
de que se arrepientan y sean salvos (2 Ped. 3:9). Los hombres
"menosprecian" la longanimidad de Dios porque llegan a la conclusión
de que él nunca castigará el pecado y que, por lo tanto, pueden persistir
pecando impunemente.
Ignorando. Es una ignorancia voluntaria (cf. Ose. 2:8).
Te guía. El verbo griego indica una acción que está en
proceso: "te está guiando".
Arrepentimiento. Gr. metánoia. Como en otros
pasajes del NT, esta palabra implica una media vuelta, un cambio de la mente,
de los propósitos y de la vida. Significa más que simplemente experimentar
pesar por el pecado (ver com. Sal. 32:1).
5. Por. Gr. katá, "de acuerdo con", "debido
a".
Dureza. "Obstinación", "terquedad". La
condición mental de los judíos era tal, que la bondad y la paciencia de Dios ya
no tenían efecto alguno.
Corazón no arrepentido. Es decir, un corazón que no quiere
arrepentirse. No ha habido un cambio de actitud en el corazón. La dureza
continuaba voluntariamente y aumentaba a pesar de la dirección de Dios.
Para ti mismo ira. Un contraste con la bondad de
Dios (vers. 4) y el tesoro celestial (Mat. 6:20).
El rechazo de las riquezas de la
bondad trae como consecuencia un atesoramiento de ira. El que rechaza el amor
de Dios no está en la misma condición del que nunca ha conocido la gracia
divina.
Cada bendición y cada privilegio
que se han concedido traen como consecuencia una responsabilidad
correspondiente. El resistir persistentemente el amor de Dios gradualmente
acumula ira para el día de la retribución (ver Deut. 32:34-35). La ira es el desagrado divino contra el
pecado como se ve en Rom. 1:18 (ver com. respectivo), lo cual resulta en la
entrega del hombre al castigo de la muerte.
Pablo no dice: "Dios está
atesorando ira", sino "te estás atesorando ira para ti mismo".
Justo juicio. El "día de la ira" revelará a los hombres
y a los ángeles -tanto buenos como malos- que Dios es un juez justo. Esta
revelación consistirá en retribuir a cada uno de acuerdo con sus obras (ver DTG
711-712; CS 726).
Esta revelación final, que
ocurrirá en la consumación de todas las cosas, contrastará con la revelación de
la ira y del justo juicio de Dios que se observan en la depravada condición de
la humanidad (cap. 1:18).
6. Pagará. Pablo está citando Prov. 24:12 o Sal. 62:12. La
enseñanza uniforme de las Escrituras es que los hombres serán juzgados de
acuerdo con lo que han hecho (Jer. 17:10; Mat. 16:27; 2 Cor. 5:10; Apoc. 2:23;
20:12; 22:12). Todos, incluso los privilegiados judíos, serán recompensados o
condenados de acuerdo con las decisiones y las actitudes de su vida.
*Algunos han encontrado que hay oposición entre este pasaje y la doctrina
de que "el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley"
(Rom. 3:28). Pablo no está trazando aquí un contraste entre la fe y las obras,
sino entre lo que el hombre es en realidad y lo que podría ser.
*Sostiene que Dios juzga al
hombre de acuerdo con hechos reales, ya sean justos o injustos. Pablo explica
posteriormente en la epístola que las obras de la ley -en contraste con las
obras de la fe y aparte de éstas (ver 1 Tes. 1:3; 2 Tes. 1:11)- no son en realidad
obras de justicia (Rom. 9:31-32). Las obras serán reconocidas en el juicio como
una evidencia o fruto de la fe.
La fe en la gracia
de Dios no es un sustituto para una conducta recta y una vida santa, pues sólo
mediante una evidencia tal la fe puede demostrar su realidad y sinceridad
(Sant. 2:18). Dios considerará el caso de cada hombre de acuerdo con esa
evidencia.
7. Vida eterna. Como el texto griego lo indica
claramente, estas palabras se relacionan gramaticalmente con la frase "el cual
pagará" (vers. 6). Este pasaje enseña que Dios premiará con vida eterna a
los que la buscan en la manera ya descrita.
Perseverando. Gr. hupomon', "paciencia",
"perseverancia". Pablo no está hablando de una resignación pasiva,
sino de una paciencia activa.
En bien hacer. Literalmente "de buena obra". Toda la
frase podría traducirse "perseverancia en buena obra". La Biblia no
enseña que Dios dará vida eterna a los que hacen buenas obras de vez en cuando.
El la dará a los que continúen y perseveren en el bien hacer, de tal manera que
resulte evidente que en su vida es algo habitual obedecer a Dios (ver Mat.
10:22; Apoc. 2:10).
Buscan. Gr. Z't'ó, que podría significar un esfuerzo
ferviente como en "buscad primeramente el reino de Dios" (Mat. 6:33).
Compárese con "procuramos partir para Macedonia" (Hech. 16:10). En estos pasajes se usa el mismo verbo. No es
suficiente desear la vida eterna. "No es posible que vayamos al garete y
lleguemos al cielo. Ningún holgazán puede entrar allí. Si no nos esforzamos
para obtener la entrada en el reino, si no procurarnos fervientemente aprender
lo que constituyen las leyes de ese reino, no estamos preparados para tener una
parte en él" (PVGM 223).
Gloria y honra e inmortalidad. Estas se darán en el momento de
la resurrección (1Cor. 15:42-43; cf. 1 Ped. 1:4-7). El hombre en su estado
original, sin pecado, estaba coronado "de gloria y de honra" (Heb.
2:7). Todo esto le será restaurado a los que lo "busquen" con
perseverancia.
8. Ira y enojo. Estas palabras no están
relacionadas gramaticalmente con la frase "el cual pagará", como lo
están las palabras "vida eterna" (ver com. vers. 7). En griego dice
que a los que perseveran en el bien hacer, Dios les da vida eterna; para los
que no obedecen "habrá" ira y enojo. Mediante esta construcción
gramatical Pablo quizá tuvo el propósito de expresar la delicada distinción de
que Dios es la fuente de la vida eterna y su dador, pero no es, estrictamente
hablando, el autor del castigo eterno.
La destrucción es el resultado infalible de la conducta del pecador (ver com. cap. 1:18). Una distinción similar puede haberse tenido en cuenta con el cambio de la voz pasiva "preparados para destrucción", por la voz activa "él preparó de antemano para gloria" (cap. 9:22-23).
Dios preparó los "vasos de
misericordia" para la gloria, pero los "vasos de ira" están
preparados, o se han preparado a sí mismos para la destrucción (ver CS 598).
La palabra griega traducida
"ira" (org') expresa un sentimiento firme, una disposición
perdurable. Compárese con "la ira de
Dios está sobre él" (Juan 3:36). Thumós, "enojo", expresa el
impulso transitorio o estallido del sentimiento de ira, como será en el día de la
destrucción final (Apoc. 14:10). En cuanto al significado de la ira divina, ver
com. Rom. 1:18.
Contenciosos. Gr. erithéia, "egoísmo"; "ambición
egoísta", "intriga", "rivalidad". En otros pasajes del
NT se usa para referirse a intrigas y partidarismos (2 Cor. 12:20; Gál. 5:20;
Fil. 1:16; 2:3; Sant. 3:14,16). Erithéia se ha traducido en la RVR
"contienda" y "contención", evidentemente basándose en que
esta palabra deriva de otra raíz de un sonido algo similar, éris, que significa
"contención", querella" (ver com. Rom. 1:29).
En contraste con el justo que
persevera en el bien hacer, se describe a los injustos como egoístas y
sediciosos en su actitud para con Dios y la verdad. Un espíritu similar fue el
que indujo a muchos judíos a oponerse al Evangelio (ver Hech. 13:45; etc.). Su
actitud legalista y mercenaria para con la religión y sus conceptos
egocéntricos de la salvación, los indujeron a rechazar la justificación por la
fe en Cristo ofrecida por Dios, y de ese modo rechazaron también a Dios.
Obedecen a la verdad. Compárese con el caso de los que "detienen con injusticia la verdad" (cap. 1:18). Los que son sediciosos y egoístas no procuran ser leales a la verdad. Como son "amadores de sí mismos" (2 Tim. 3:2) no han recibido "el amor de la verdad para ser salvos" (2 Tes. 2:10).
Prefieren complacerse "en la injusticia" (2 Tes. 2:10,12).
9. Tribulación. Gr. thlípsis, que denota la
presión de una carga aplastante -como de pruebas y calamidades-; en este caso
el castigo por los pecados.
Angustia. Gr. stenojÇría, literalmente "estrechez de
lugar". Da la idea de constreñir o
apretar. En Deut. 28:53,57, traducción
de la LXX, la palabra describe la presión de un asedio. Aquí indica la ansiedad
y angustia que experimenta una persona cuando es oprimida por todos lados por
aflicciones y pruebas, o por castigos, y no sabe adónde dirigirse en busca de
alivio. Adviértase el contraste de esta angustia con las frecuentes
descripciones del AT en cuanto a un estado de gozo que se compara con la
llegada a un lugar "espacioso" (2 Sam. 22:20; Sal. 118:5).
Sobre todo ser humano. Literalmente "sobre toda
alma de hombre". Sin entender claramente el griego algunos han pensado que
el alma, no el cuerpo, es la que sufre el castigo, que se trago. Sin embargo,
la palabra psuj'- que se traduce "alma", con frecuencia significa
toda la persona (ver Rom. 13:1; cf. com. Sal. 16:10; Mat. 10:28). "Sobre
todo el que hace el mal" (NC).
El judío primeramente. Así como el judío es primero en
privilegios y oportunidades, también es el primero en responsabilidades y
culpabilidad (ver com. Rom. 1:16; cf. Luc. 12:47-48).
10. Gloria y honra y paz. Un contraste con la
"tribulación y angustia" que sufrirán los que practican el mal.
Hace lo bueno. Estas palabras contrastan con "hace lo
malo" (vers. 9). En cuanto a la relación de las buenas obras con la
salvación, ver com. cap. 3:28.
11. Acepción de personas. Gr. prosÇpol'mpsía, literalmente "aceptación de cara", con el significado de "parcialidad". Esta palabra se repite en el NT sólo en Col. 3:25; Efe. 6:9; Sant. 2:1. ProsÇpol'mpteÇ, "uno que muestra parcialidad", se encuentra en Hech. 10:34, y prosopolemptéo, "juzgar con parcialidad", en Sant. 2-9.
Ninguna de estas tres formas se halla en la LXX ni en los escritos no
cristianos, por lo que se cree que esta palabra es de origen cristiano. La
frase hebrea equivalente del AT significa a veces recibir con bondad a un suplicante
o demandante (Gén. 19:21; Job 42:8), o también mostrar parcialidad (Lev. 19:15;
2 Crón. 19:7). En el NT tiene siempre el mal sentido de parcialidad. En el
carácter de Dios, el juez justo, no hay parcialidad (Deut. 10:17; 2 Crón. 19:7;
Job 34:19).
12. Porque. Los judíos, debido a sus privilegios, habían puesto
en duda que el principio de que "no hay acepción de personas para con
Dios" (vers. 11) se les pudiera aplicar a ellos. Habían abusado de tal
manera de su posición favorecida, que llegaron hasta el punto de creer que
podían condenar los crímenes de otros mientras ellos cometían idénticos pecados
(vers. 1-3). Pablo explica ahora cómo Dios será imparcial al juzgar a los
judíos privilegiados y a los gentiles no tan privilegiados. Cada uno sería
juzgado debidamente según su caso: los
judíos mediante la ley escrita, contra la cual habían pecado; y los gentiles
mediante la ley no escrita de su conciencia, contra la cual habían pecado.
Sin ley. Es evidente que esta expresión significa sin una
ley específicamente revelada o escrita, pues los gentiles tienen la ley de su
conciencia, aunque no esté escrita en letras (vers. 14-15). Los gentiles no
serán juzgados por una ley que no poseen; pero si violan la ley de su
conciencia, que no está escrita, se perderán lo mismo que los que han pecado
contra una luz mayor. Pablo ya ha
explicado que son inexcusables los pecados de los gentiles, pues han rechazado
la revelación que Dios les da en la naturaleza y en la conciencia (cap.
1:19-20,32). La falta de una luz mayor no le da a uno el derecho de pecar
contra una luz menor. Los paganos que
pecan se perderán aunque no tengan la ley escrita de Dios. Han pecado contra la
ley que poseen, y el castigo es una consecuencia inevitable.
Bajo la ley. Literalmente "en ley", es decir dentro de
la esfera de ley, de la autoridad de ley.
En esta declaración general del principio del juicio de Dios, Pablo usa
el término "ley" sin el artículo definido "la". En la
Epístola a los Romanos "ley" aparece unas 35 veces con el artículo y
unas 40 veces sin él. El problema de identificar a qué ley en particular se
hace referencia en cada pasaje, ha sido el tema de muchos debates durante
largos años. Para pisar sobre terreno firme, digamos que ninguna decisión final
debiera basarse meramente teniendo en cuenta la presencia o la ausencia del
artículo para saber si se hace referencia a los Diez Mandamientos, a la ley
ceremonial o a algo diferente. Sin embargo, parece que generalmente se
concuerda en que la ausencia del artículo determina que el énfasis se ha
colocado principalmente sobre "ley" como un principio abstracto y
universal. Cuando está presente el artículo, el énfasis recae sobre "la
ley" como sobre un código especial y concreto.
Como no hay una regla precisa y
sencilla para determinar la identidad de "ley" mediante la presencia
o la ausencia del artículo definido, lo más prudente quizá sea depender
mayormente del contexto para saber cuál es la conclusión a que debe
llegarse. En cada pasaje importante
donde figure "ley" o "la ley" se mencionará si el artículo
está presente o ausente en el texto griego. Después se considerará el contexto
para que ayude a determinar si se hace referencia a la ley moral, o a la ley
ceremonial, o ley como un principio, o a otros aspectos de la ley
En el versículo que comentamos no
está el artículo, por lo tanto el pasaje podría entenderse como una declaración
del principio de que los que han pecado contra una ley serán juzgados por ley,
y que los que han pecado sin ley, perecerán sin ley Sin embargo, por el
contexto es evidente que Pablo también alude al código de conducta moral
revelado o escrito, contra el cual han pecado los judíos. Fundamentalmente ésta
es la ley moral, los Diez Mandamientos; pero Pablo también pudo haber tenido en
cuenta todo el sistema del AT que consistía en instrucciones, reglas y normas
de conducta moral que se basaban en los Diez Mandamientos (ver PP 496-497).
Los que han tenido el privilegio
de conocer esta ley y sin embargo han pecado contra una expresión tan clara de
la voluntad de Dios, deben recibir un castigo mayor que los que han tenido
menos instrucción. La severidad del castigo corresponde con la medida de la 485
culpabilidad, y la medida de la culpabilidad depende de la magnitud de las
oportunidades. En la Biblia se enseña claramente que hay diferentes grados de
castigo (Mat. 11:21-24; 12:41-42; Luc. 12:47-48).
Por la ley serán juzgados. El pensamiento paralelo
"también perecerán" sugiere que se trata de en juicio de condenación.
La palabra "juzgados" puede tener este significado cuando el contexto
así lo indica (ver Juan 3:18; 2 Tes. 2:12; Heb. 13:4, donde en la RVR se ha
traducido "condenado", "condenados" y "juzgará",
respectivamente). Ambas clases de pecadores serán condenados; ambas clases
perecerán. Pero el juicio "por la
ley" sólo se menciona para los que tienen ley.
13. No Son Los Oidores. Los judíos tenían la oportunidad de escuchar la ley que se les leía regularmente en las sinagogas (Hech. 15:21); pero habían llegado a suponer que un conocimiento teórico de la ley constituía en sí mismo la justificación.
Concebían a la ley como el centro de la vida religiosa. Jesús reprochó a los judíos por esa actitud hacia la Palabra de Dios. "Escudriñáis las Escrituras, porque a vosotros os parece que en ellas tenéis vida eterna. . . Y no queréis venir a mí para que tengáis vida" (Juan 5:39-40, Versión Hispanoamericana; cf. DTG 181).
"Los
judíos poseían las Escrituras, y suponían que en el mero conocimiento externo
de la palabra tenían vida eterna" (DTG 182). No faltan hoy quienes se
conforman con el conocimiento de la Palabra de Dios, sin sentir la necesidad de
ponerla por obra. Que la voluntad de Dios no sólo debe ser conocida sino
obedecida, se enseña también en Mat. 7:21,24; Luc. 6:47-49; Sant. 1:22.
De la ley. Literalmente "de ley". En este pasaje no
está el artículo en el griego. Los que tienen una ley que pueden escuchar y por
la cual pueden ser guiados, debieran ser obedientes a ella si quieren ser
"justificados" en el juicio. El contexto indica que Pablo, en lo que
atañía a los judíos, todavía estaba aludiendo a la norma de conducta moral de
que disponían éstos: la norma revelada en el AT, especialmente en los Diez
Mandamientos.
Justificados. O "considerados justos", "declarados
justos". Pablo sigue contrastando la posición en el juicio de los que
conocen la voluntad de Dios, pero no están dispuestos a obedecerla, con la
posición de los que no sólo conocen la voluntad de Dios sino también le rinden
buena obediencia tal sólo pueda derivar de la fe ya ha sido mencionado en esta
epístola (cap. 1:5,17; cf. cap. 3:20). Este versículo destaca más el hecho de
que los hombres son juzgados no por lo que pretenden conocer o profesan ser,
sino por lo que realmente hacen (cap. 2:6).
https://elaguila3008.blogspot.com/2014/03/46-reflexion-el-misterio-de-la.html
14. Cuando los
gentiles. O "cuando quiera gentiles". La ausencia del artículo
llama la atención a que no son judíos. Su ausencia destaca la descripción o
característica y no la identidad. 'Otan, "cuando", o "cuando
que", "siempre que".
Que no tienen ley. O que no tienen un código de
conducta moral específicamente revelado como el que poseían los judíos. Pablo
está por explicar que los gentiles ciertamente tienen una ley, pero de otra
clase.
Hacen por naturaleza. Es decir, hacen espontáneamente, no conscientemente o siguiendo los requisitos de una ley externa, sino de acuerdo con los impulsos de la conciencia (vers. 15). "Así como por Cristo tiene vida todo ser humano, así por su medio toda alma recibe algún rayo de luz divina.
En todo corazón existe no sólo poder intelectual, sino también
espiritual, una facultad de discernir lo justo, un deseo de ser bueno" (Ed
26). Los gentiles que han reconocido la revelación de Dios en las obras de la
creación (cap. 1:19-20) y han respondido al impulso divinamente implantado de
hacer lo bueno, han hecho "por naturaleza" las cosas contenidas en la
ley (ver PVGM 317-318).
De la ley. La traducción literal es "la ley". En
griego está el artículo (ver com. vers. 12). Es muy claro que Pablo se refiere
a los principios de la ley moral tal como se revelan específicamente en los
Diez Mandamientos. No era posible que los gentiles pudieran cumplir "por
naturaleza" los muchos actos y ceremonias que se prescriben en toda la ley
mosaica, pero podían cumplir "por naturaleza" los requerimientos de
la ley moral. Posteriormente Pablo explica que "el cumplimiento de la ley
es el amor" (cap. 13:10; ver DTG 593).
Todo esto se explica en com.
vers. 13; allí dice que sólo "los hacedores de la ley" serán
considerados justos. Los gentiles ignorantes que han demostrado por su espíritu
de amor que son verdaderos "hacedores de la ley", son "los
justos ante Dios", mientras que los privilegiados e informados judíos y
cristianos que muestran por su falta de amor que son sólo "oidores de la
ley" no serán justificados.
Son ley para sí mismos. La necesidad el impulso de hacer
lo bueno que existen en la razón y en la conciencia son, en cierto sentido, una
norma y una ley para cada hombre, como se explicará en el vers. 15 (cf. Sant.
4:17).
15. La obra de la ley. Es decir, la obra que exige la
ley, la conducta que demanda la ley También se ha entendido que esta frase
significa el efecto práctico de la obra de la ley, para establecer la
distinción entre lo correcto y lo incorrecto.
Escrita en sus corazones. Aunque los gentiles no conocen la
ley escrita, siempre que revelan amor a Dios y a sus prójimos muestran que lo
que requiere la ley está escrito en sus corazones (ver Jer. 31:33; Heb. 10:16).
En cuanto al significado de "corazón", ver com. Rom. 1:21.
"Siempre que haya un impulso de amor y simpatía. . . se revela la obra del
Espíritu Santo de Dios" (PVGM 317; cf. Gál. 5:22).
De ninguna manera el Espíritu
Santo está restringido a los judíos y a los cristianos, sino que obra en la
mente y en el corazón de todos los hombres. Este pasaje tuvo que haber sido una
doctrina difícil de aceptar para los judíos. También la necesitan ahora los
cristianos que están tentados a tener un concepto demasiado estrecho y egoísta
de la salvación (ver Juan 3:16; 1 Tim. 2:4).
Dando testimonio. Pablo indica la función de la
conciencia entre los gentiles como una nueva evidencia de que éstos aún tenían
algún conocimiento de la voluntad de Dios, a pesar de que no conocían la ley
escrita.
Conciencia. Gr. sunéid'sis, "conocimiento conjunto o
compartido" un segundo conocimiento que tiene el hombre de la calidad de
sus actos, junto con el conocimiento de los actos en sí.Pablo usa sunéid'sis
más de 20 veces en sus epístolas. Los hombres tienen la facultad que los capacita
para juzgar sus pensamientos, palabras y acciones. La conciencia puede ser demasiado
escrupulosa (1 Cor. 10:25), o puede estar "cauterizada" por haberse
abusado de ella (1 Tim. 4:2); puede estar iluminada por un conocimiento amplio
de la verdad (1 Cor. 8:7), y actúa de acuerdo con la luz que tiene.
Dando testimonio su conciencia. Pablo señala que el
funcionamiento de la conciencia de los gentiles era otra evidencia de que aún
tenían algún concepto de la voluntad de Dios, a pesar de que desconocían la ley
escrita.
Acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos. Esta traducción
de la RVR es un tanto escueta, por lo cual no hace plena justicia a la
expresión metaxú all'lÇn ("unos con otros") que en el original se
aplica a "razonamientos". Esto no quiere decir que algunos gentiles
tuvieran conciencias o razonamientos que los defendieran, en tanto que otros
gentiles tuvieran razonamientos que los condenaran.
Pablo se está refiriendo aquí a
la lucha de motivos, pensamientos, razonamientos y conclusiones que en una
conciencia pugnan entre sí. Esta idea se puede apreciar mejor en otras
versiones: "su conciencia, y los juicios contrapuestos de condenación o
alabanza" (BJ); "sus razonamientos, uno con otro, ora acusando o
excusándolos" (VM); "su conciencia y las sentencias con que entre sí
unos y otros se acusan o se excusan" (NC). Sin embargo, hay quienes han
explicado el pasaje como que se refiere a las acusaciones o defensas que
expresaban los gentiles entre sí mismos.
Además, según el texto griego de
este pasaje, tres son las cosas que dan testimonio: "la obra de la
ley" escrita en el corazón; la "conciencia" (summartóurbusa, es
decir, "coatestiguante" o que "atestigua juntamente" según
este versículo), y los "razonamientos". Estos tres testigos
concuerdan para demostrar que los gentiles no tenían excusa cuando obraban mal.
Por lo tanto, en medio de las
diversas explicaciones, es claro que según Pablo los gentiles podían apreciar,
por lo menos hasta cierto punto, lo correcto y lo erróneo, y serían juzgados de
acuerdo con la forma en que respondieran a los dictados de su conciencia.
16. En el día. Es decir, en el tiempo del juicio final (Hech. 17:31).
El vers. 16 puede considerarse un resumen de todo el pasaje precedente (vers.
12-15).
Secretos. O "cosas ocultas". Esos hechos son los
que realmente revelan el carácter (ver com. Prov. 7:19). Dios tiene un registro
exacto de cada acto secreto de nuestra vida (Ecl. 12:14; cf. Mat. 10:26; Luc.
8:17; 1 Cor. 4:5); por lo tanto él puede juzgar sin hacer "acepción de personas"
(Rom. 2:6,11; cf. CS 540). "Porque Dios traerá toda obra a juicio,
juntamente con toda cosa encubierta" (Ecl. 12:14). Este versículo explica
en forma más amplia el tema principal de Pablo en Rom. 2.
El judío favorecido con todo el
conocimiento de la ley se sentía inclinado a menospreciar al gentil ignorante y
a juzgarlo como completamente indigno de la salvación; pero sólo Dios, que
puede leer lo íntimo de la vida, ocupa un puesto desde el que puede llegar a
decisiones tales. La disposición movida por el amor, la prontitud para obedecer
la ley de la conciencia, son cosas que sólo Dios puede conocer plenamente. Sin
embargo, son las cosas esenciales que realmente constituyen la observancia de
la ley de Dios; son las cualidades de carácter que Dios espera de judíos y
gentiles, y en el juicio final no habrá ninguna cantidad de piedad externa que
pueda suplir su falta.
Por Jesucristo. La Biblia enseña claramente que
Jesús no sólo es nuestro Salvador sino también nuestro juez (Mat. 25:31-46;
Juan 5:22, 27; Hech. 10:42; 17:31; 2 Tim. 4:1).
Conforme a mi evangelio. Algunos han entendido por estas
palabras que Pablo tenía tanta confianza en la verdad de su mensaje, que pudo
afirmar que "su evangelio" sería la norma del juicio final (ver 1
Cor. 15:1; Gál. 1: 6-9); sin embargo, Pablo tal vez quiso sencillamente decir
que el hecho ya anotado -que no sólo los hombres serán juzgados sino que serán
juzgados por Jesucristo- se presenta en el Evangelio. El juicio venidero se
enseña claramente en el AT (Dan. 7:9-12, 26-27). Pero una de las claras
enseñanzas del Evangelio es que Aquel que vivió y murió para salvar a los
hombres también los juzgará (2 Cor. 5:10).
17. He aquí. "Pero si" (BJ, NC). La evidencia textual
(cf. p. 10) establece la variante eidé, "pero si", que se parece a
íde, "he aquí". La variante "pero si" da más fuerza a la
relación entre los vers. 17-20 y 21-24.
Hasta aquí Pablo ha demostrado en
su epístola que los gentiles han pecado; ha explicado que judíos y gentiles
están sometidos al juicio imparcial de Dios. Ahora procede a mostrar que los
judíos son culpables de los mismos pecados y vicios de los cuales estaban tan
listos para condenar a los gentiles. De esa manera Pablo está probando que
todos los hombres están bajo condenación y necesitan de la justificación y
salvación reveladas en el Evangelio.
Tienes el sobrenombre. O "te apellidas" (BC);
"Presumes de llamarte" (NC); "te dices" (BJ). Tomando en cuenta el comentario anterior, es
correcta la traducción de la BJ: "Pero si tú, que te dices judío"; es
decir, pretendes ser judío.
Judío. El título "judío" aparece por primera vez
en 2 Rey. 16:6 (ver comentario). Después del cautiverio babilónico se convirtió
el nombre nacional del pueblo hebreo.
Evidentemente los judíos se enorgullecían mucho de su nombre y
nacionalidad (Gál. 2:15; Apoc. 2:9; 3:9).
Ser judío significaba ser distinto de los paganos y disfrutar de privilegios
especiales (Rom. 9:4; Gál. 2:15). Cuando Pablo se ocupa de la culpabilidad de
los judíos, admite momentáneamente ese privilegio del que ellos se jactaban
(Rom. 2:17-18) y su supuesta superioridad sobre otros (vers. 19-20).
Posteriormente destaca la flagrante inconsecuencia entre esa elevada
responsabilidad y sus verdaderas prácticas.
Te apoyas en la ley. Literalmente "descansas en
la ley". Los judíos habían llegado hasta el punto de confiar sólo en la
posesión de la ley como en una seguridad del favor de Dios. Se apoyaban en el
hecho de que tenían la ley y que así se distinguían de los demás, en vez de
usar la ley como una norma para su vida y una luz para su conciencia. La misma
palabra griega que aquí se traduce como "te apoyas" (o
"descansas") se encuentra en la LXX en Miq. 3:11: "Se apoyan en
Jehová, diciendo: ¿No está Jehová entre vosotros? No vendrá mal sobre
nosotros".
Te glorías en Dios. Los judíos proclamaban que tenían
una relación especial con Dios, pero esa presunta relación no se manifestaba en
humilde dependencia y leal obediencia, sino en presunción y arrogancia hacia
otras naciones. Era una perversión de la forma de gloriarse que Dios aprueba:
"Alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme,
que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra"
(Jer. 9:24).
Es cierto que los judíos habían
sido grandemente privilegiados por su conocimiento de Dios (Deut. 4:7). Esto
debería haber sido un motivo de gratitud antes que de necia jactancia. Desafortunadamente
es mucho más común jactarse de privilegios que estar agradecido por ellos. La
persona que se jacta de su conocimiento de Dios no demuestra piedad. La
demostración de verdadera piedad en la vida del cristiano es el humilde
agradecimiento porque tiene ese conocimiento, y la gratitud que lo induce a
desear que otros tengan el mismo privilegio.
18. Su voluntad. La voluntad de Dios. Instruido. Gr. kat'jéÇ. Este verbo aparece en los papiros con el significado de instrucción legal. Compárese con el uso en Luc. 1: 4; Hech. 18:25; 1 Cor. 14:19; Gál. 6:6. De kat'jéÇ deriva "catequizar". Los judíos eran cuidadosamente instruidos en las enseñanzas de la ley desde su juventud, y durante el resto de su vida escuchaban regularmente las lecturas y exposiciones del AT.
Apruebas. Gr. dokintázÇ , "probar", "comprobar",
"discernir" (ver Rom. 12:2; 1 Cor. 3:13; 11:28; 2 Cor. 8:8), o
"aprobar" como resultado de poner a prueba (ver Rom. 14:22; 1 Cor.
16:3; 1 Tes. 2:4).
Lo mejor. Literalmente "lo que difiere"; por lo
tanto, "lo superior", lo excelente desde el punto de vista del que lo
aprueba. Este pasaje se refiere a la capacidad de los judíos para discriminar,
por medio de la ley, entre lo bueno y lo malo, o al hecho de que en realidad
aprobaban, por lo menos en teoría, las cosas excelentes. Estaban orgullosos del
refinamiento de su sensibilidad moral, como si la rectitud hubiera consistido
en una simple aprobación sin obediencia. Es evidente que se trata de un
preámbulo de Pablo para contrastar la luz espiritual de los judíos con su
fracaso espiritual (vers. 21-24).
19. Confías. El propósito de Dios era que los judíos fueran
testigos y maestros de la verdad ante el mundo. Su pecado radicaba
sencillamente en que se jactaban de su privilegio, pero sin cumplir su
responsabilidad correspondiente.
Guía de los ciegos. Cf. Mat. 15:14; ver com. cap. 23:16.
20. Instructor. O "corrector". El griego combina los significados de enseñanza y disciplina. Indoctos. O ignorantes. Así consideraban los judíos a los gentiles incorporados al judaísmo como prosélitos. Jesús usó este término para referirse al pueblo que lo escuchaba gozosamente (Mat. 11:25). Pablo describe en la misma manera a los nuevos conversos corintios (1 Cor. 3:1). En la ley. Quizá sea una referencia general a las enseñanzas del AT en conjunto (ver com. vers. 12).
Forma. Gr. mórfosis, "forma",
"bosquejo", "semejanza". Pablo se está refiriendo al
contorno, sin la sustancia. Este vocablo sólo aparece una vez más en el NT,
donde la "apariencia de piedad" contrasta con "la eficacia de
ella" (2 Tim. 3:5). Pablo está hablando ahora del bosquejo, de la armazón,
de la personificación, del conocimiento y de la verdad de que disponían los
judíos en la ley. El propósito de Dios era que esa "forma" no sólo
fuera una guía para los judíos, sino que también la usaran para enseñar las
verdades del Evangelio a los gentiles.
21. Tú, pues. Puesto que los judíos se jactaban tanto de practicar la piedad y de tener una superioridad tan encumbrada, era justo que se esperara mucho de ellos. Pero Pablo describe la inconsecuencia entre sus pretensiones y la realidad de su conducta. "Dicen, y no hacen" (Mat. 23:3). ¿Hurtas? Una inconsecuencia tal no era algo que había surgido recientemente entre los judíos. Mucho antes el salmista había condenado la decadencia moral de su pueblo (Sal. 50:16). Al presentar la acusación de robo, sin duda Pablo tenía en cuenta, entre otras cosas, los métodos fraudulentos de practicar los negocios como se hacían en el atrio del templo con la aprobación y cooperación de los sacerdotes y gobernantes (ver com. Mat. 21:12; DTG 128).
22. ¿Adulteras? La acusación de adulterio puede
haber incluido una referencia especial a la práctica del divorcio fácil (ver
com. Mat. 5:31-32). En cuanto a la condición moral entre los judíos, ver com.
vers. 1.
Abominas. Gr. bdelússomai, "detestar",
"aborrecer".
¿Cometes sacrilegio? O "¿saqueas templos?"
Generalmente se ha explicado que esta expresión significa el saqueo de los
templos paganos, en el sentido de que Pablo se refiere a la inconsecuencia de
saquear dichos templos en contradicción a la enseñanza de la contaminación que
producía el contacto con la idolatría. Que los judíos tenían fama de cometer
esa falta, puede deducirse por Hech. 19:37-41, donde el escribano de Éfeso
acusa a Pablo y a sus compañeros de sacrilegio o robo contra el templo. Este
pecado estaba prohibido por los judíos en armonía con Deut. 7:25. Josefo
presenta una paráfrasis de esa prohibición de esta manera: "'Nadie
blasfeme a los dioses que veneran otras ciudades, ni saquee templo;
extranjeros, ni tome tesoros que han sido dedicados en el nombre de dios
alguno" (Antigüedades iv. 8.10).
Sin embargo, es posible que Pablo
se refiera a la profanación judaica del templo y de sus servicios. La esencia
de la idolatría es la profanación de Dios, y en esto los judíos eran sumamente
culpables. Habían hecho de la casa de Dios una "cueva de ladrones"
(Mat. 21:13; Mar. 11:17; Luc. 19:46).
23. Te jactas de la ley. Un resumen de los vers. 17-20.
Con infracción de la ley. Un resumen del pensamiento presentado en los vers.
21-22.
Deshonras. Ver com. vers. 24.
24. Como está escrito. La referencia quizá sea a Isa.
52:5, aunque Pablo también tenía tal vez en cuenta a 2 Sam. 12:14; Eze. 36:21-24.
Pablo aplica el pasaje en un nuevo sentido. Isaías estaba hablando del
desprecio con que consideraban los enemigos el nombre de Dios debido a que
había permitido que Israel cayera en sus manos. Pero Pablo está declarando que
el motivo de la deshonra es la vida inconsecuente de los judíos.
Es blasfemado. O "se habla profanamente de", "es
profanado". Los gentiles juzgaban la religión de los judíos por las vidas
inconsecuentes de éstos, y por lo tanto eran inducidos a blasfemar al Dios y
Autor de la religión. Los judíos se
jactaban de la ley, pero con su desobediencia atraían ignominia sobre el Dador
de la ley. La mata conducta e hipocresía de los judíos hacía que los gentiles
despreciaran una religión que parecía no tener poder para purificar y refrenar a
los que profesaban seguirla. Los judíos eran tan celosos del nombre de Dios,
que ni aun pronunciaban el nombre sacratísimo que corresponde a Dios (ver t. I,
pp. 179-181); pero vivían en tal forma que los gentiles eran inducidos a
blasfemar ese nombre.
25. Circuncisión. Los judíos daban mucha
importancia al rito de la circuncisión, como si la ceremonia exterior
garantizara por sí misma un favor divino especial. Dios instituyó ese rito como una señal de su
pacto con Abrahán y sus descendientes (Gén. 17:9-14; Hech. 7:8). Como marca y
recordativo de esa relación, la circuncisión podría haber sido una bendición
para los judíos; pero como en gran medida habían fracasado en vivir a la altura
de los requisitos del pacto, la circuncisión había llegado a ser nada más que
un rito vacío.
La ley. En el texto griego no está el artículo
"la" (ver com. vers. 12); por lo tanto, la frase "si guardas la
ley" quizá sea el equivalente de "si tú eres un observador de
ley". En la frase siguiente se destaca el contraste entre el que guarda la
ley y el que la quebranta. El griego pone énfasis en la práctica habitual de la
obediencia. Una sincera disposición para obedecer la le de Dios es la condición
que él siempre puso para cumplir sus bondadosas promesas a los judíos (Exo. 19:5-6;
Deut. 26:16-19; Jer. 4:4).
Transgresor de la ley. O "transgresor de ley",
pues el artículo "la" no acompaña a "ley" en este pasaje
(ver com. vers. 12). "Transgresor" deriva de una antigua palabra
griega, parabát's, que significa "uno que traspasa un límite", y por
lo tanto "transgresor" (ver esta palabra en Gál. 2:18; Sant. 2:11;
etc.). Hay muchas palabras diferentes en el griego del NT que expresan los
diversos aspectos del pecado. Parabát's contiene la idea de uno que transgrede
un mandamiento claramente dado.
26. El incircunciso. Es decir, el gentil.
Ordenanzas. Gr. dikáiÇma, "requerimiento" o
"precepto" (ver com. cap. 8:4). Pablo ya ha explicado que era posible
que los gentiles cumplieran lo que exigía la ley (ver com. cap. 2:14-15).
Será tenida. O "computada". Si un gentil cumple los
requerimientos de la ley, su incircuncisión no hace que su obediencia sea menos
aceptable. La circuncisión era un rito simbólico con el cual Dios tenía el
propósito de ayudar a los hijos de Israel en la prosecución de una forma de
vida completamente en armonía con la ley de Dios. Si los gentiles, sin el
beneficio de ese rito simbólico, hacían las cosas contenidas en la ley, también
compartirían las promesas hechas a los judíos (ver Mat. 8:11). Cf. 1 Cor. 7:19;
Gál. 5:6; ver t. IV, pp. 29-32.
27. Físicamente. "El que físicamente es incircunciso" puede considerarse como la contraparte de la frase "judíos de nacimiento" (Gál. 2:15). Las palabras significarían "en su estado natural de incircuncisión". Esto corresponde con el tema de Rom. 2:28-29, Según el cual la verdadera circuncisión no es externa y física sino algo que tiene que ver con el corazón y el espíritu, que no es literal. Te condenará. La idea puede ser la de avergonzar debido al contraste (cf. Mat. 12:41-42).
La letra. Gr. grámma. Esta palabra se usaba para referirse a
la escritura de documentos de diversas clases (ver Luc. 16:6-7; Hech. 28:21).
En este contexto evidentemente se refiere a la ley escrita en general. El
énfasis radica en el hecho de que los judíos poseían la ley en forma escrita,
en contraste con los gentiles que no eran tan favorecidos (Rom. 2:14. Los
judíos transgredían la voluntad de Dios aunque tenían las ventajas de la ley
escrita y estaban circuncidados, de modo que los condenaba la obediencia de los
que cumplían la ley en condiciones menos favorables.
28. No es judío. La mera conformidad externa con
la ley no hace que una persona sea verdaderamente judía, de acuerdo con la
definición de la Biblia, aunque descendiera de Abrahán y fuera circuncidado.
29. En lo interior. Literalmente "en
secreto" (cf. Mat. 6:4). Los que son verdaderamente judíos poseen el
espíritu y el carácter que cumple el propósito de Dios al llamarlos para que
sean su pueblo escogido. Dios los ha apartado no para que cumplan únicamente
con ciertos ritos externos, sino para que sean un pueblo santo de corazón y en
su vida (Deut. 6:5; 10:12; 30:14; Sal. 51:16-17; Isa. 1:11-20; Miq. 6:8).
Del corazón. El fondo espiritual de la circuncisión, sin el cual
no tenía valor la ceremonia externa, se enseñaba claramente en el AT (Deut. 10:16;
30:6; Jer. 4:4; 9:26; Eze. 44:9; cf. Hech. 7:51; Fil. 3:3; Col. 2:11). El
propósito de la circuncisión era ser una señal de separación del mundo pagano y
de consagración al verdadero Dios. El rito implicaba renunciar a todo pecado y
abandonarlo, la separación de todo lo que fuera ofensivo a Dios. Una obra tal
era manifiestamente "del corazón".
En espíritu. Es decir, en la vida íntima y espiritual.
No en letra. Compárese la misma figura en Rom. 7:6; 2 Cor. 3:6-8.
La verdadera circuncisión exige una obra interna y espiritual de sumisión a
Dios, y es más que un simple cumplimiento externo con los requerimientos de un
ritual.
Alabanza. Podría considerarse como un juego de palabras. El
nombre "judío" deriva de "Judá", que en hebreo deriva de
una raíz verbal que significa "alabanza" (ver com. Gén. 29:35). En
Rom. 2:17 Pablo comienza su análisis de la condición espiritual de los judíos
refiriéndose al nombre del cual estaban tan orgullosos, y en el vers. 29
describe la clase de persona que es digna de ese nombre. Es apropiado que Pablo
añada que el verdadero judío es la persona cuya alabanza no procede de los
hombres sino de Dios. Cf. 1 Sam. 16:7.
Mucho de lo que en este capítulo
se ha dicho acerca de los judíos podría aplicarse a los que se llaman
cristianos. Es sumamente privilegiado el que tiene la Palabra de Dios y en
tiende su deber. Ese conocimiento puede conducir a la santidad y la felicidad
en esta vida y a la vida eterna en el más allá. Pero es algo terrible que los
cristianos descuiden los privilegios de que disfrutan. Serán juzgados de acuerdo con la luz que han
recibido. Practicar externamente la religión no puede salvarlos, no importa
cuán conservadoras puedan ser sus creencias.
El aprecio que los hombres tengan
por su aparente piedad no es la verdadera medida de su carácter real y de la forma
en que Dios los considera. Los ritos externos y las ceremonias son mucho menos
importantes que la condición de la mente y del corazón. El hecho de que uno se
haya bautizado no lo salvará; que nuestros nombres estén en la lista de los
miembros de la iglesia, o que nuestros padres sean piadosos, no nos garantiza
la salvación. El verdadero cristiano es el que lo es interiormente; la
verdadera religión tiene que ver directa e íntimamente con el corazón.
El cristiano debe hacer de la alabanza de Dios el propósito de sus esfuerzos.
No debemos hacer nuestra obra como quien sirve "al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios" (Efe. 6:6; cf. Col. 3:22).
Cristo es
nuestro ejemplo. "Yo hago siempre lo que le agrada [al Padre]" (Juan
8: 29). Pablo no agradaba a los hombres sino a Dios (1 Tes. 2:4). 6CBA
COMENTARIOS EGW
1. DMJ 106; MC 386
1-3. 3JT 230
4. CC 25; CM 279; PVGM 159; 8T
64
5. Ev 25; TM 143; 5TS 45
5-6. CS 596
6. CMC 24; CS 731; DTG 654; PE
52; 4T 646; 7T 180
7. CMC 155; CS 588; MeM 172;
NB 54; PE 114; IT 39; 2T 102, 229; 7T 235
9. CS 596
10. MJ 52
11. CMC 168; FE 315, 336; HAp
305; PR 274; 5T 677; TM 192; 3TS 267
12-13. CS 489.
14-16. CS 489.
EL RESULTADO de la
aceptación de estos mensajes está indicado en las palabras: "En esto está la paciencia de los
santos, los que guardan los mandamientos de Dios, y la fe de Jesús."
PARA SUBSISTIR Ante
El Juicio Tiene El Hombre Que Guardar La Ley De Dios.
ESTA
LEY Será La Piedra De Toque En El Juicio.
EL APÓSTOL
PABLO DECLARA: "Cuantos han pecado bajo la ley, por la ley
serán juzgados; . . . en el día en que juzgará Dios las obras más ocultas de
los hombres . . . por medio de Jesucristo."
Y DICE QUE "los que
cumplen la ley serán justificados.' (Romanos 2:12-16, V.M.) La fe es esencial
para guardar la ley de Dios; pues "sin fe es imposible agradarle." Y
"todo lo que no es de fe, es pecado." (Hebreos 11:6, V.M.; Romanos
14:23.)
EL PRIMER ÁNGEL
EXHORTA A LOS HOMBRES a que teman al Señor y le den
honra y a que le adoren como Creador del cielo y de la tierra. Para poder
hacerlo, deben obedecer su ley. El sabio dice: "Teme a Dios, y guarda sus
mandamientos; porque esto es la suma del deber humano." (Eclesiastés 12:13,
V.M.)
SIN OBEDIENCIA
A SUS MANDAMIENTOS, ninguna adoración puede agradar a Dios. "Este
es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos." "El que aparte
sus oídos para no escuchar la ley, verá que su oración misma es cosa
abominable." (1 Juan 5:3; Proverbios 28:9, V.M.)
EL
DEBER DE ADORAR A DIOS estriba en la circunstancia de que él es el Creador, y
que a él es a quien todos los demás seres deben su existencia.
Y CADA VEZ QUE
LA BIBLIA PRESENTA EL DERECHO DE JEHOVÁ a nuestra
reverencia y adoración con preferencia a los dioses de los paganos, menciona
las pruebas de su poder creador. "Todos los dioses de los pueblos son
ídolos; mas Jehová hizo los cielos." (Salmo 96:5.) "¿A quién pues me 490 compararéis, para que yo sea como
él? dice el Santo. ¡Levantad hacia arriba vuestros ojos, y ved! ¿Quién creó
aquellos cuerpos celestes?" "Así dice Jehová, Creador de los cielos
(él solo es Dios), el que formó la tierra y la hizo; . . . ¡Yo soy Jehová, y no
hay otro Dios!" (Isaías 40:25, 26; 45:18, V.M.) Dice el salmista:
"Reconoced que Jehová él es Dios: él nos hizo, y no nosotros a nosotros
mismos." "¡Venid, postrémonos, y encorvémonos; arrodillémonos ante
Jehová nuestro Hacedor!" (Salmos 100:3; 95:6, V.M.) Y los santos que
adoran a Dios en el cielo dan como razón del homenaje que le deben:
"¡Digno eres tú, Señor nuestro y Dios nuestro, de recibir la gloria y la
honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas!" (Apocalipsis 4:11,
V.M.)
EN EL CAPÍTULO
14 DEL APOCALIPSIS se exhorta a los hombres a que adoren al Creador,
y la profecía expone a la vista una clase de personas que, como resultado del
triple mensaje, guardan los mandamientos de Dios. Uno de estos mandamientos
señala directamente a Dios como Creador.
EL CUARTO
PRECEPTO DECLARA: "El séptimo día será Sábado a Jehová tu Dios:
. . . porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, la mar y todas
las cosas que en ellos hay; y en el día séptimo reposó; por tanto Jehová
bendijo el día del sábado, y lo santificó." (Éxodo 20:10,11, Versión
Valera de la S.B.A.)
RESPECTO AL
SÁBADO, EL SEÑOR DICE ADEMÁS, que será una "señal . . .
para que sepáis que yo soy Jehová vuestro Dios." (Ezequiel 20:20, Id.) Y
la razón aducida es: "Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la
tierra, y en el séptimo día cesó, y reposó." (Éxodo 31:17.)
"LA
IMPORTANCIA DEL SÁBADO, como institución
conmemorativa de la creación, consiste en que recuerda siempre la verdadera
razón por la cual se debe adorar a Dios," - porque él es el Creador, y
nosotros somos sus criaturas. "Por consiguiente, el sábado forma parte del
fundamento mismo del culto divino, pues enseña esta gran verdad del modo más
contundente, como no lo hace ninguna otra institución. El verdadero motivo del
culto divino, no tan sólo del que se tributa en el 491 séptimo día, sino de
toda adoración, reside en la distinción existente entre el Creador y sus
criaturas. Este hecho capital no perderá nunca su importancia ni debe caer
nunca en el olvido." J. N. Andrews, History of the Sabbath, cap. 27.
POR ESO, ES DECIR, para
que esta verdad no se borrara nunca de la mente de los hombres, instituyó Dios
el sábado en el Edén y mientras el ser él nuestro Creador siga siendo motivo
para que le adoremos, el sábado seguirá siendo señal conmemorativa de ello.
SI
EL SÁBADO SE HUBIESE OBSERVADO UNIVERSALMENTE, los
pensamientos e inclinaciones de los hombres se habrían dirigido hacia el
Creador como objeto de reverencia y adoración, y nunca habría habido un
idólatra, un ateo, o un incrédulo.
LA OBSERVANCIA
DEL SÁBADO es señal de lealtad al verdadero Dios, "que hizo el cielo y la tierra,
y el mar y las fuentes de agua." Resulta pues que el mensaje que manda a
los hombres adorar a Dios y guardar sus mandamientos, los ha de invitar
especialmente a observar el cuarto mandamiento.
EN
CONTRAPOSICIÓN con los que guardan los
mandamientos de Dios y tienen la fe de Jesús, EL TERCER ÁNGEL Señala Otra Clase De Seres Humanos contra cuyos
errores Va Dirigido solemne y
terrible aviso: "¡Si alguno adora a
la bestia y a su imagen, y recibe su marca en su frente, o en su mano, él
también beberá del vino de la ira de Dios!" (Apocalipsis 14:9,10, V.M.)
Para comprender
este mensaje hay que interpretar correctamente sus símbolos….
https://elaguila3008.blogspot.com/2009/11/los-estados-unidos-en-la-profecia.html
14-16. CS 489; DTG 206, 593;
PVGM 317
29 FE 399; HAp 166
Ministerio Hno. Pio
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