lunes, septiembre 06, 2021

REFLEXIÓN 828. APLICACIÓN PRÁCTICA DE LA DOCTRINA DE LA JUSTIFICACIÓN POR LA FE: La Necesidad De Tolerancia Mutua (ROMANOS 14).

Romanos 14. LA NECESIDAD DE TOLERANCIA MUTUA ENTRE LOS CRISTIANOS: Vers. (1-12) Los hombres no deben menospreciar ni condenar a nadie por cosas de poca importancia, (13-14) sino estar atentos para no ofender. (15-23) Por esto, el apóstol desaprueba ciertas cosas por muchas razones. 

1 RECIBID al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones. 2 Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres. 3 El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido. 4 ¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme. 5 Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente. 6 El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios.

7 Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. 8 Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos. 9 Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven. 10 Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. 11 Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará a Dios. 12 De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.

13 Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano. 14 Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que nada es inmundo en sí mismo; más para el que piensa que algo es inmundo, para él lo es. 15 Pero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor. No hagas que por la comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió. 16 No sea, pues, vituperado vuestro bien;

17 porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. 18 Porque el que en esto sirve a Cristo, agrada a Dios, y es aprobado por los hombres. 19 Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación. 20 No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas a la verdad son limpias; pero es malo que el hombre haga tropezar a otros con lo que come.

21 Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite. 22 ¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena así mismo en lo que aprueba. 23 Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado. (Romanos 14).

1. Recibid. Gr. proslambánomai, "recibir para sí", "dar la bienvenida". "Acoged bien" (BJ); "acoged" (NC). A pesar de que son débiles "en la fe", deben ser recibidos en la comunión cristiana como hermanos, porque Cristo así los ha recibido y les ha dado la bienvenida (cap. 15:7).

Débil en la fe. Es decir, alguien que sólo tiene una comprensión limitada de los principios de rectitud. 

Anhela ser salvo y está dispuesto a hacer cualquier cosa que cree que se le pide; pero debido a la inmadurez de su experiencia cristiana (cf. Heb. 5:11 a 6:2) y quizá también como resultado de su educación anterior y de sus creencias, trata de asegurar su salvación por medio de la observancia de ciertas reglas y prescripciones que en realidad no son obligatorias para él.

Da mucha importancia a esas reglas; las considera como absolutamente vigentes para poder alcanzar la salvación, y está angustiado y perplejo cuando ve que otros cristianos que conoce, especialmente los que parecen tener más experiencia, no comparten sus puntos de vista.

Las Afirmaciones De Pablo En Rom. 14 Han Sido Interpretadas De Diversas Maneras Y Usadas En Las Siguientes Formas: 1 para menospreciar el régimen vegetariano, 2 para abolir la distinción entre carnes limpias e inmundas, y 3 para eliminar toda distinción entre días, aboliendo de paso el sábado.

Que Pablo no se ocupa de ninguna de estas tres cosas, resulta evidente cuando se estudia el capítulo entendiendo ciertos problemas religiosos entonces vigentes, que perturbaban a algunos cristianos del primer siglo.

PABLO MENCIONA varios problemas que eran motivo de controversia entre los hermanos: (1) algunos se refieren a la alimentación (vers. 2), y (2) los otros tienen que ver con la observancia de determinados días (vers. 5-6).

En 1 Cor. 8 también se trata el problema de la alimentación y los conceptos del hermano fuerte y el hermano débil. La Primera Epístola a los Corintios fue escrita menos de un año antes que la de Romanos. Por lo tanto, es razonable concluir que en 1 Cor. 8 y Rom. 14 Pablo está tratando, en esencia, el mismo tema.

En Corintios el problema es si se debe o no comer alimentos sacrificados a los ídolos. De acuerdo con una antigua práctica, los sacerdotes paganos comerciaban ampliamente con los animales sacrificados a los ídolos. Pablo dijo a los creyentes corintios, tanto de origen judío como pagano, que como un ídolo "nada es" no era malo en sí mismo comer carnes dedicadas a los ídolos. Sin embargo, sigue explicando que, debido a sus antecedentes, educación y diferencia de discernimiento espiritual, no todos tienen ese "conocimiento", y por lo tanto no podrían comer con limpia conciencia tales alimentos (ver com. 1 Cor. 8). Por eso Pablo instaba a los que no tenían escrúpulos en cuanto a esas comidas a que no participaran de ellas para no poner una piedra de tropiezo en el camino de un hermano (Rom. 14:13). Su admonición está, pues, en armonía con la decisión del Concilio de Jerusalén, y proporciona por lo menos una razón por la cual ese concilio se definió así en cuanto a este tema (ver com. Hech. 15). Quizá para no escandalizar en esto, algunos cristianos se abstenían por completo de comer carne, por lo que su alimento se reducía a "legumbres", es decir, alimentos de origen vegetal (ver com. Rom. 14:2).

PABLO no está hablando de alimentos dañinos para el organismo. No está sugiriendo que el cristiano de fe estable puede comer cualquier cosa sin tener en cuenta los efectos sobre su salud. Ya ha mostrado (cap. 12:1) que el verdadero creyente procurará que su cuerpo se conserve santo para que sea aceptable delante de Dios como un sacrificio vivo. El hombre de fe firme considerará que es un acto de culto espiritual el cultivar la buena salud (Rom. 12: 1; 1 Cor. 10: 31).

OTRO HECHO aclara el problema que Pablo está tratando. Al principio, y no muy nítidamente, muchos cristianos de origen judío comprendieron que la ley ceremonial había hallado su cumplimiento en Cristo (ver com. Col. 2:14-16) y que, por lo tanto, ya no estaba en vigencia.

A los primeros cristianos no se les prohibió súbitamente que asistieran a las festividades anuales judaicas, ni se los instó a que abandonaran inmediatamente todos los ritos ceremoniales.

La ley ceremonial obligaba a los judíos a observar siete días de reposo anuales. Pablo asistió inclusive a algunas de esas fiestas después de su conversión (Hech. 18:21, etc.). Aunque enseñaba que "la circuncisión nada es" (1 Cor. 7:19), circuncidó a Timoteo (Hech. 16:3) y cumplió con un voto de acuerdo con las estipulaciones del antiguo código (Hech. 21:20-27).

Debido a las circunstancias parecía que lo mejor era permitir que varios elementos de la ley ceremonial judía desaparecieran poco a poco, a medida que la razón y la conciencia se fueran aclarando. Por eso se hizo inevitable que entre los cristianos de origen judío se levantaran preguntas en cuanto a si era correcto observar ciertos "días", o sea ciertos días de fiesta judíos que correspondían con sus festividades anuales (ver Lev. 23:1-44; com. Col. 2:14-17).

En Vista De Estos Hechos Resulta Evidente Que Pablo, En Rom. 14, (1) no está menospreciando una alimentación de "legumbres" (comidas de origen vegetal), ni (2) anulando la distinción secular bíblica entre carnes limpias e inmundas, ni (3) aboliendo el sábado semanal de la ley moral (ver com. cap. 3: 31). El que pretenda afirmar que así fue, debe estar leyendo en la exposición de Pablo algo que él no enseñó.

Que Pablo no enseña y ni siquiera insinúa la abolición del sábado semanal, ha sido reconocido por muchos comentadores conservadores. Por ejemplo, Jamieson, Fausset y Brown al comentar este pasaje (cap. 14:5-6) enseñan: "Desafortunadamente Alford deduce por la lectura de este pasaje que no se podría haber usado este lenguaje si la ley del sábado hubiera estado en vigencia en cualquier forma bajo el Evangelio.

No hay duda de que el sábado no podía estar entonces en vigencia si hubiera sido una de las fiestas judías; pero no debe darse por sentado que el sábado fuera un día festivo sencillamente porque se guardaba bajo el sistema mosaico. Y como sin duda alguna el sábado es más antiguo que el judaísmo, y que bajo el judaísmo fue incluido entre las cosas sagradas del Decálogo, el cual fue pronunciado verbalmente en medio de los terrores del Sinaí como ninguna otra enseñanza del judaísmo; y en vista de que el mismo Legislador declaró personalmente, en la tierra: 'EL HIJO DEL HOMBRE ES SEÑOR AUN DEL IDA DE REPOSO [SÁBADO]' (Mar. 2: 28), es sumamente difícil demostrar que el apóstol tenía el propósito de que ese día [el sábado] fuera clasificado por sus lectores entre los días festivos judaicos que ya habían caducado, y que sólo un 'débil' podría imaginarse que estaba en vigencia, un 'débil' que sólo debía ser tolerado debido al amor de los que tenían más luz".

En Rom. 14:1 a 15:14. Pablo insta a los cristianos más firmes a que consideren con simpatía los problemas de sus hermanos más débiles. Como lo hizo en los cap. 12 y 13, muestra que el origen de la unidad y de la paz en la iglesia es el genuino amor cristiano. Este mismo amor y respeto mutuo asegurarán una continua armonía entre el conjunto de creyentes a pesar de las diferencias de opiniones y de los escrúpulos en asuntos de religión.

Contender sobre opiniones. Los creyentes "débiles" deben ser recibidos dándoles la bienvenida a la comunión cristiana, pero no con el propósito de hacerlos participar en controversias. Los creyentes más firmes no tienen la misión de dictaminar en cuanto a los escrúpulos de los que quizá son más débiles en la fe.

2. Cree. O "tiene fe" (ver com. cap. 3:3). Pablo destaca que la convicción (o "fe") de un hombre le permite comer cosas que la fe de otro no le permite.

Legumbres. Gr. lájanon, "hortaliza", "verduras" (BJ, BC, NC). Ver com. vers. 1. Pablo no se ocupa de la conveniencia de comer ciertos alimentos o de abstenerse de ellos, sino más bien exhorta a ser pacientes y tolerantes en tales asuntos. "El reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo" (vers. 17). Por lo tanto, el hombre de fe firme seguirá "lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación" (vers. 19) y tendrá cuidado para que por lo que come o bebe, o por cualquier otra práctica personal, no se destruya la obra de Dios (vers. 20) y no sufran aquellos por los cuales Cristo murió (vers. 15).

3. Menosprecie. Gr. exouthenéÇ, literalmente "echar afuera como nada", por lo tanto, "despreciar", "tratar con desdén". Los de fe más fuerte naturalmente se sentían inclinados a considerar con menosprecio la estrecha visión de los débiles "en la fe" (vers. 1) en lo referente a la alimentación. Por supuesto, esto revelaba que la fe de quienes creían que eran fuertes aún era deficiente, pues la fe genuina obra movida por el amor (Gál. 5:6).

Juzgue. La crítica con frecuencia es una característica de aquellos cuya vida religiosa se basa principalmente en el cumplimiento de deberes externos. Ambos lados -"el que come" y el "que no come"- están equivocados; ambos revelan orgullo espiritual y no amor cristiano.

Le. Es decir, el hermano más firme, que no tiene escrúpulos en comer "de todo" (vers. 2). Lo que destaca Pablo es que el creyente que se abstiene no debe condenar, debido a su libertad, al hombre a quien Dios ha aceptado y recibido en su iglesia dentro de esa libertad (ver 1 Cor. 10:29; Gál. 5:13). Si Dios le ha perdonado sus pecados y lo ha recibido como a su Hijo, y su vida revela en otros respectos la presencia del Espíritu Santo, todas esas críticas están fuera de lugar.

Recibido. Gr. proslambánomai, "aceptar", "recibir". Esta es la palabra que se traduce "recibid" en el vers. 1. El cristiano debe "recibir" a su hermano así como Dios lo recibe a él (cf. cap. 15:7).

4. Tú. . . que juzgas. Pablo se está refiriendo al hermano débil, pues "juzgas" se relaciona con "juzgue", vers. 3.

Criado ajeno. En este caso "de Dios" o "de Cristo", lo que depende de si se acepta "Dios" o "el Señor" como parte del texto en la parte final del versículo (ver com. "el Señor"; cf. vers. 8-9). La palabra griega traducida "siervo" (oikét's) es rara en el NT. Sólo aparece aquí y en Luc. 16:13; Hech. 10:7; 1 Ped. 2:18. Significa "criado doméstico", diferente del esclavo común, pues está más íntimamente relacionado con la familia. El creyente "débil" (Rom. 14:1) está condenando a uno de los siervos de Dios, a uno que es responsable ante Dios, no ante el consiervo criticón. 

Está en pie. Algunos han entendido que esta frase significa firmeza moral o espiritual (cf. 1 Cor. 16:13; Fil. 1:27); otros, absolución o aprobación ante Dios (cf. Sal. 1:5).

Cae. En contraste con "está en pie" (ver comentario respectivo). Algunos consideran que se refiere a una caída moral o espiritual (cf. cap. 11:11,22); otros, a condenación o desaprobación en el juicio. Ambas expresiones se usan en el primero de estos dos sentidos en 1 Cor. 10:12: "El que piensa estar firme, mire que no caiga". 

Estará firme. O "quedará en pie" (BJ). A pesar de las críticas de los hermanos que lo censuran, el creyente que con fe emplea su libertad cristiana en los asuntos que aquí se tratan, será fortalecido y sostenido por su Amo. Aquel cuya fe es "débil" (vers. 1) aún puede temer que el hermano más fuerte esté en grave peligro por no compartir sus escrúpulos. Pero Pablo sugiere que cualquiera que sea el peligro, el Amo que llamó a su siervo a vivir en libertad (Gál. 5:13) tiene poder para librarlo de los peligros que conlleva esa libertad, peligros que el hermano "débil" (vers. 1) está tratando de evitar de otra manera. Sin embargo, algunos interpretan que esta frase se refiere a absolución en un juicio.

5. Hace diferencia. . . juzga. Ambas frases son una traducción del verbo krínÇ, "juzgar", "estimar", "decidir". Pablo ahora trata la observancia de días especiales, otra causa de disensión y confusión entre los creyentes. Ver com. vers. 1. Compárese con una situación similar que existía en las iglesias de Galacia (Gál. 4:10-11) y en la iglesia de Colosas (Col. 2:16-17).

Aquellos creyentes cuya fe les permitía abandonar inmediatamente todas las festividades ceremoniales, no debían despreciar a otros cuya fe era menos firme; y estos últimos no debían criticar a aquellos que les parecían intemperantes. Cada creyente es responsable ante Dios (Rom. 14:10-12); y lo que Dios espera de cada uno de sus siervos es que esté "plenamente convencido en su propia mente" y que proceda cuidadosamente según sus convicciones de acuerdo con la luz que ha recibido y entendido. Entre los seguidores de Cristo nada debe hacerse por la fuerza ni por imposición. Siempre debe prevalecer un espíritu de amor y tolerancia comprensiva. Los que son más fuertes en la fe deben "soportar las flaquezas de los débiles" (cap. 15:1), así como Cristo ha llevado las debilidades de todos nosotros. No hay lugar para una crítica que emana de la justicia propia de aquellos cuyos puntos de vista y prácticas quizá difieran de las nuestras, o menosprecio por aquel que quizá aún "es niño" en la fe (Heb. 5:13).

Otra interpretación de este pasaje, aceptada por muchos estudiosos de la Biblia, es que aquí Pablo hace referencia a días de ayuno. Se sabe que los judíos acostumbraban ayunar lunes y jueves, y la Didajé (8:1), a comienzos del siglo II, insta a los cristianos a ayunar miércoles y viernes. Así se entendería que Romanos 14 habla de prácticas de importancia secundaria, qué comer y cuándo, acerca de las cuales la Palabra de Dios no tiene nada claro que decir. (Ver Raoul Dederen, "On Esteeming One Day Better Than Another", Andrews University Seminary Studies 9 [enero, 1971]: 16-35.)

Plenamente convencido. "¡Aténgase cada cual a su conciencia!" (BJ). Ver com. cap. 4:21. Pablo no sugiere que los cristianos no deben tener convicciones acerca de aquellos asuntos en cuanto a los cuales podría haber divergencias, antes bien insta a los creyentes a que lleguen a conclusiones claras y definidas. Pero al mismo tiempo debieran hacerlo con caridad para aquellos que llegan a otras conclusiones. No debe hacerse nada para despojar a nadie de esta libertad de tener sus propias convicciones respecto a su deber personal. Compárese con DTG 505; Ed 15.

6. Hace caso. Esta frase aparece cuatro veces en este versículo como una traducción del verbo griego fronéo, que aquí significa "observar", "estimar". Compárese esto con Fil. 3:19 y Col. 3:2, donde froné se ha traducido como "sólo piensan" y "poned la mira", respectivamente.

Para el Señor. En ambas circunstancias el motivo es el mismo, ya sea que se observe un día o no, de fiesta o de ayuno, o ya sea que se coma de cierto alimento o no se coma. El hermano más fuerte agradece a Dios por "todo" (vers. 2) y participa de su alimento para la gloria de Dios (cf. 1 Cor. 10:31); y el hermano más débil agradece a Dios por lo que come, y para la gloria de Dios se abstiene de alimentos que pudieran haber sido sacrificados a los ídolos (ver com. Rom. 14:1).

No hace caso. La evidencia textual (cf. p. 10) establece la omisión de la siguiente oración: "y el que no hace caso del día, para el Señorío lo hace". La omiten la BJ, BC, NC y otras versiones. El significado de este versículo no se altera, pues esta oración sólo presenta el pensamiento anterior en forma negativa.

No come. Ver com. "para el Señor".

7. Vive para sí. Pablo ahora amplía como una regla general de vida el pensamiento sugerido por las palabras del vers. 6, "para el Señor". El cristiano hace todo "para el Señor", no sólo en asuntos de comida y de días especiales. El propósito de toda su existencia es no vivir "para sí", para sus placeres personales y de acuerdo con sus propios deseos, sino "para el Señor", para la gloria divina y de acuerdo con la voluntad celestial (cf. 2 Cor. 5:14-15). Su vida entera, hasta su último momento, pertenece al Señor (Rom. 14:8), y a su debido tiempo tendrá que rendir cuentas ante Dios (vers. 12). Por lo tanto, los cristianos debieran vivir como quienes algún día estarán "ante el tribunal de Cristo" (vers. 10).

Las palabras de este versículo con frecuencia se han aplicado a la influencia que uno ejerce sobre sus prójimos; sin embargo, debe recordarse que este no es el significado principal, tal como lo demuestra el contexto. Pablo destaca que cualquier cosa que haga el cristiano, la hace con referencia al Señor.

8. Del Señor somos. Es decir, pertenecemos a Cristo, pues él es "Señor así de los muertos como de los que viven" (vers. 9). Ya sea que seamos débiles en la fe o fuertes en ella, siempre somos responsables ante el Señor pues le pertenecemos porque él nos compró (Hech. 20:28; 1 Cor. 6:20; Efe. 1:14). ¿Qué derecho tenemos de ponernos a juzgar a cualquiera que pertenece a Cristo?

9. Para esto. Es decir, a fin de que Cristo pudiera convertirse en el Señor de los muertos y de los vivos.

Murió y resucitó, y volvió a vivir. La evidencia textual favorece (cf. p. 10) la variante "murió y volvió a la vida" (BJ). Mediante su muerte Cristo compró a muchos y por medio de su resurrección liberó a aquellos a quienes había comprado (ver com. cap. 4:25). Después de su muerte y resurrección, Cristo fue entronizado a la diestra del Padre y se le dio el dominio universal (Mar. 14:62; 16:19; Efe. 1:20-22; Fil. 2:8-11; Heb. 1:3).

Para ser Señor. Gr. kuriéuÇ "regir sobre", "ser señor de".

De los muertos como de los que viven. La inversión del orden común de esta frase quizá se deba al orden de las ideas que se exponen acerca de Cristo en la primera parte del versículo. El cristiano pertenece a Cristo aun en la muerte porque cuando muere, duerme "en Jesús" (1 Tes. 4:14; cf. Apoc. 14:13).  

"Los muertos en Cristo resucitarán" y a partir de este momento "estaremos siempre con el Señor" (1 Tes. 4:16-17). Aun los que rechazan a Cristo no podrán escapar de depender de él porque mueren, pues todos los muertos resucitarán otra vez, ya sea para "resurección de vida" o para "resurrección de condenación" (Juan 5:29; cf. Apoc. 20:12-13). En ese día "cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí" (Rom. 14:12).

Algunos comentadores usan este versículo como una prueba de que el alma es inmortal y que la muerte sencillamente cambia al creyente de una esfera de servicio consciente a otra.

Esta interpretación no armoniza con el resto de las Escrituras. Si el alma es inmortal o no debe determinarse usando otros pasajes que tratan de la condición del alma en la muerte, tema del cual Pablo no se ocupa aquí (ver Job 14:21; Ecl. 9:5; Juan 11:11; etc.).

10. ¿Por qué juzgas? La primera parte de este versículo está expresada enfáticamente en el griego: "Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué tienes en nada a tu hermano?" El que juzga a su hermano es aquel que "come legumbres", y el que tiene en nada a su hermano es el que cree con pura conciencia que puede "comer de todo" (vers. 2).

Todos compareceremos. En el texto griego la palabra que se traduce "todos" está en una posición de énfasis. Todos nosotros, tanto débiles como fuertes, tendremos que comparecer ante el tribunal divino. Puesto que todos los creyentes, sin excepción, son súbditos y siervos de Dios y todos deberán comparecer ante el mismo tribunal, no tienen derecho a juzgarse mutuamente. Este tipo de juicio usurpa una prerrogativa de Dios (Rom. 14:10; cf. 2 Cor. 5:10).

De Cristo. La evidencia textual favorece (cf. p. 10) la variante "de Dios" (BJ). El texto "de Cristo" podría proceder del pasaje paralelo de 2 Cor. 5:10. Dios el Padre juzgará al mundo mediante Cristo (ver Rom. 2:16; cf. Hech. 17:31).

11. Escrito está. La cita es de Isa. 45:23, aunque difiere algo del hebreo.

Toda rodilla. Estas palabras destacan el carácter universal del juicio final.

Confesará. Gr. exomologéomai, "reconocer", "confesar", "dar alabanza". Este último sentido es común en la LXX (ver 1 Crón. 29:13; etc.). Compárese con el uso de esta palabra en Luc. 10:21, donde se ha traducido "alabar". Sin embargo, también es posible el significado "confesar", "reconocer" (cf. Sant. 5:16: "confesaos vuestras ofensas"). Cualquiera de estos significados concuerda con el contexto de Rom. 14:11. En la cita original de Isaías el juramento de homenaje expresado por las palabras "hice juramento" (cf. Jos. 23:7; 2 Crón. 15:14; Isa. 19:18), indica la sumisión de todo el mundo a Jehová y la solemne confesión de su soberanía.

12. De manera que. El orden de las palabras en el texto griego añade énfasis a la responsabilidad individual de cada creyente: "Así pues cada uno de nosotros acerca de sí mismo cuenta dará a Dios".

Cuenta. Gr. lógos (ver com. cap. 9:28). En asuntos de conciencia cada persona es responsable ante Dios, y sólo ante él.

13. Sino más bien decidid. "Juzgad más bien" (BJ, BC). Una segunda razón por la cual los creyentes no debieran juzgarse mutuamente. Pablo presenta esta razón con un juego de palabras basado en el vocablo "juzgar" ("Juzguemos" y "decidid" ["juzgad", BJ, BC, que corresponde más literalmente con el texto griego, krínate]). En esta frase usa el verbo con el sentido de "decidir", "determinar" (ver 1 Cor. 2:2; 2 Cor. 2:1; Tito 3:12).

Si ha de haber un juicio que no sea para criticar a otros, sino con la determinación de que no sea la causa de que caiga un hermano. La primera razón de Pablo para no juzgar es que las personas no darán cuenta una a la otra, sino a Dios que es su Señor y juez.

Su segunda razón es su regla de amor cristiano repetida con frecuencia. Debido a su amor, los creyentes que son fuertes en la fe deben ser considerados con las opiniones y la conciencia de sus hermanos más débiles. Procurarán ser muy cuidadosos para no ofenderlos o confundirlos.

Aunque es cierto que en asuntos de conciencia nadie es responsable ante otro, sin embargo todos los cristianos son responsables por el bienestar ajeno. Y aunque un cristiano está en libertad de desprenderse de todos los restos del legalismo que tenía, sin embargo el amor a los otros prohíbe cualquier uso de esa libertad que pudiera herir al creyente que es "débil en la fe" (Rom. 14:1).

14. Yo sé. Pablo expresa su convicción personal, iluminada por el Espíritu, en cuanto a la libertad cristiana y el derecho a rechazar ciertos escrúpulos albergados por otros (cf. 1 Cor. 8:4). Mediante esta enfática afirmación muestra que la consideración por el "débil" (Rom. 14:1) debe basarse en el amor y no en un reconocimiento de que tales escrúpulos son justificados.

En el Señor Jesús. La convicción de Pablo emanaba de una mente que vivía en comunión con Cristo y que de esa manera recibía la luz del Espíritu Santo. Cf. cap. 9:1.

Nada. Es decir, dentro de este contexto, aquellos alimentos de los cuales Pablo ha estado hablando aquí (ver com. vers.). La palabra "nada" no debe ser entendida en su sentido absoluto.  

Las palabras, con frecuencia tienen más de un significado; por lo tanto, el sentido particular que expresan debe ser determinado en cada caso por el contexto. Por ejemplo, cuando Pablo dijo: "Todas las cosas me son lícitas" (1 Cor. 6:12), esta afirmación -aislada de su contexto- podría interpretarse como una declaración de que el apóstol era un libertino. El contexto que es una advertencia contra la inmoralidad anula inmediatamente tal deducción (ver comentario respectivo). En Exo. 16:4 la palabra "diariamente" también podría interpretarse como que significara todos los días de la semana; sin embargo, por el contexto se demuestra que se excluía el sábado.

Inmundo. "Impuro" (BJ, BC, NC). Gr. koinós, literalmente "común". Ese término se usaba para describir aquellas cosas que aunque eran "comunes" para el mundo, estaban prohibidas para los judíos piadosos (ver com. Mar. 7:2).

En sí mismo. Los alimentos que el hermano "débil" (vers. 1) se abstiene de comer, pero de los que participa el hermano fuerte, no son aquellos alimentos inmundos por naturaleza, sino los que son considerados como tales por escrúpulos de conciencia (ver com. vers. 23). Pablo no está eliminando todas las distinciones entre los alimentos. La interpretación se debe limitar a los alimentos de aire se está hablando aquí: los que han sido ofrecidos a ídolos. También se debe recordar el problema específico que trata el apóstol, a saber: el trato comprensivo que se debe dar a aquellos cuya conciencia, no del todo clara, les impedía comer ciertos alimentos.

Para él lo es. La impureza no radicaba en la naturaleza del alimento sino en la opinión del creyente acerca de él. El cristianismo "débil" (vers. 1) cree, por ejemplo, que no debe alimentarse de alimentos ofrecidos a los ídolos, y convierte en un asunto de conciencia el abstenerse de ciertos alimentos, y mientras mantenga esa convicción sería malo que participara de ellos. Puede estar equivocado desde el punto de vista de otro, pero no sería correcto que violara lo que con toda conciencia supone que Dios requiere (cf. vers. 23).

15. Pero. Mejor "ahora bien" (BJ), con lo que indudablemente se relaciona este versículo con la exposición precedente.

La comida. Gr. brÇma, término que se refiere al alimento en general.

Es contristado. La conciencia del hermano débil sufre y se perturba al ver que creyentes de más experiencia se complacen en lo que él considera pecaminoso. Ese pesar puede resultar en su destrucción, pues bien podría apartarse de la fe cristiana porque le parece que está relacionada con prácticas que él considera pecaminosas, o podría ser inducido por el ejemplo de sus hermanos más fuertes a aprobar cobardemente una conducta que para él es pecaminosa (ver 1 Cor. 8:10-12).

Andas. Es decir, vives, "procedes" (BJ). CE com. cap. 13:13.

No. . . conforme al amor. Compárese con el cap. 13.

Por la comida tuya. Ver com. Mar. 7:19.

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Se pierda. "No destruyas" (BJ). Todo lo que tienda a influir en alguien para que viole su conciencia, puede resultar en la destrucción de su alma. La conciencia se debilita mucho una vez que ha sido violada. Una violación puede inducir a otra, hasta que el alma es destruida. Por lo tanto, cuando un cristiano mediante su complacencia egoísta, aun en algo que considere perfectamente lícito, ejerce una influencia destructora, es culpable de la pérdida de un alma por la cual Cristo murió (cf. 1 Cor. 8).

Cristo murió. Cristo murió para salvar al hermano "débil" (vers. 1), y sus hermanos en la fe no deben destruirlo participando de ciertos alimentos. Se pide un sacrificio muy pequeño en comparación con lo que Cristo dio: su vida. Seguramente los cristianos que son firmes en la fe estarán dispuestos a privarse del placer de algún plato favorito o de alguna bebida, debido a su hermano más débil.

16. No sea, pues, vituperado. Gr. blasf'méÇ, "blasfemar". Compárese con el uso de este verbo en Rom. 3:8; 1 Cor. 10:30. El creyente fuerte no debe permitir que el uso egoísta de su libertad dé ocasión para que el "débil en la fe" (Rom. 14:1) condene y hable mal de algo que para el fuerte es una cosa buena y una bendición.  Debe tener cuidado de no dar ningún motivo para que otros lo reprochen por el daño que su conducta personal pudiera haber causado en algún hermano demasiado escrupuloso. Ver com. 1 Cor. 8:7-13.

Vuestro bien. "Vuestro privilegio" (BJ). Quizá se refiera a la fe más firme, al conocimiento mayor y a la libertad más plena de los cuales disfruta el creyente más fuerte (cf. 1 Cor. 8:9-11; 10:30).

17. El reino de Dios. Esta expresión, si estuviera aislada, podría referirse al futuro reino de gloria (cf. 1 Cor. 6:9-10), o al reino presente de la gracia (ver com. Mat. 4:17; 5:2-3). Es obvio que aquí corresponde el segundo significado. La esencia del reino de Dios no consiste en cosas externas sino en las gracias internas de la vida espiritual.

Comida ni bebida. Estos asuntos son baladíes e insignificantes en comparación con aquellos de los cuales consiste en realidad el reino de Dios. El cristiano cuya fe es robusta quizá comprenda la naturaleza espiritual del reino de Dios. En realidad, el conocimiento de esta verdad vital es parte del "bien" mencionado en el vers. 16. Por lo tanto, ese conocimiento impedirá que apene o destruya a su hermano más débil por asuntos que son relativamente insignificantes en sí mismos.

Justicia. Es decir, rectitud en la vida y en la conducta (cf. Rom. 6:18; Efe. 4:24).

Paz. Esto incluye no sólo reconciliación con Dios (cap. 5:1) sino también armonía y amor en la iglesia (cf. Rom. 14:19; Efe. 4:3; Col. 3:14-15).

Gozo en el Espíritu Santo. Esta es la santa alegría que el Espíritu de Dios difunde en los que viven "por el Espíritu" (Gál. 5:25; cf. Rom. 15:13; Gál. 5:22; 1 Tes. 1:6). Los que son más fuertes en la fe entienden mejor que el reino de Dios consiste en mercedes espirituales como éstas, y no en cosas materiales como comida y bebida. Por lo tanto, en lo que se refiere a su libertad cristiana en cuanto a comida y bebida, están dispuestos a reducir su propia libertad personal, antes que permitir que el uso de esa libertad destruya la paz de la iglesia (Rom. 14:13), o induzca a un hermano más débil a hacer lo que para él sería incorrecto (vers. 14), o lo prive de su gozo en el Espíritu al contristarse su conciencia (vers. 15).

18. En esto. Es decir "en esta manera", con paz y gozo, en el Espíritu. El creyente que procede con caridad gana la buena voluntad de su hermano, en vez de poner una piedra de tropiezo en su camino.

Aprobado. Gr. dókimos, "probado", "capaz de resistir la prueba de la inspección y de la crítica". Ver el uso de dókimos en 1 Cor. 11:19; 2 Cor. 10:18; 2 Tim. 2:15.

19. Así que, sigamos. Cf. 1 Tes. 5:11; 1 Cor. 14:26.

20. No destruyas. Gr. katalúo, literalmente "echar abajo". Este verbo se usa para describir el derribamiento de algo que estaba en pie. En esta forma continúa como un contraste, con la figura que comienza con la "edificación" del vers. 19. Los cristianos no deben luchar contra Dios por afición a algo como los alimentos, derribando y destruyendo lo que él ha edificado.

La obra de Dios. Cf. 1 Cor. 3:9; Efe. 2:10.

Comida. Gr. brÇma, alimento en general.

Limpias. Ver vers. 14; cf. 1 Cor. 10:23.

Haga tropezar. Esto podría referirse o bien al hermano fuerte que, aprovechando de su propia libertad, hace tropezar a su hermano "débil", o al hermano "débil" (vers. 1) que, por el ejemplo de su hermano fuerte, se torna arrogante y come lo que su conciencia no le permite (ver 1 Cor. 8:10). La mayoría de los comentadores parecen preferir la primera interpretación. Si es así, Pablo dice que es incorrecto que una persona sea una piedra de tropiezo para otros por lo que come.

21. Bueno es. El cristiano fuerte debe estar dispuesto a renunciar a su libertad en estos asuntos relativamente insignificantes, antes que herir a un hermano más débil (cf. 1 Cor. 8:13).

Carne. Gr. kréas, "carne". La palabra aparece sólo aquí y en 1 Cor. 8:13.

Vino. Es evidente que la carne y el vino eran las principales causas de los escrúpulos religiosos del hermano más débil, quizá porque habitualmente se empleaban en los sacrificios de los paganos ante sus ídolos.

Ni nada. Aunque la palabra "nada" no está en el texto griego, está implícita en él. Pablo añade esta amonestación general para abarcar cualquier actividad que, aunque fuera legítima en sí misma, pudiera perturbar o confundir al hermano que todavía no estaba persuadido de que tales acciones están permitidas por el cielo. El cristiano que tiene la perspectiva de seguir cierto proceder, no sólo preguntará: ¿es eso correcto?, sino también: ¿cómo afecta eso a la conciencia de mi hermano?

Tropiece. Gr. proskópto, "golpear contra", "tropezar", "batir contra", metafóricamente, "ofenderse de". Ver com. Rom. 9:32.

Se ofende. La evidencia textual (cf. p. 10) se inclina por la omisión de "o se ofenda, o se debilite"; sin embargo, estas ideas están implícitas en "tropiece".

Se debilite. Literalmente "es débil", en el sentido de que el hermano más fuerte debe ser cuidadoso en todo aquello en que fácilmente puede ser perturbada la conciencia del hermano que tiene poca luz.

22. ¿Tienes tú fe? La evidencia textual se inclina (cf. p. 10) por el texto: "tú, la fe que tienes". La "fe" en este contexto es la fe para comer "de todo" (vers. 2).

Tenla para contigo. No se debe hacer exhibición de una fe que ofenda al hermano "débil" (vers. 1), sino debe ser guardada entre uno y Dios.

Bienaventurado. Gr. makários (ver com. Mat. 5:3). Esta bienaventuranza es la bendición de una conciencia clara y libre de dudas.

Aprueba. Gr. dokimázo (ver com. cap. 12:2).

23. Duda. O "debate consigo mismo". Compárese con la descripción del hombre de doble ánimo (Sant. 1:6; cf. Mat. 21:21, Mar. 11:23; Rom. 4:20).

Es condenado. Gr. kaiakrín, "condenar". "Es condenado" el que come contrariando las dudas de su conciencia.

Fe. Se refiere a una convicción de lo correcto y lo falso, que resulta en la determinación de hacer cualquier cosa que se crea que es la voluntad de Dios. Lo que Pablo quiere decir es que si un cristiano no procede basándose en una firme convicción personal de que lo que hace es correcto, sino que obra débilmente de acuerdo con el juicio de otros, entonces su proceder es pecaminoso. El cristiano nunca debe violar su conciencia. Quizá necesite educarla; quizá ella le diga que son malas ciertas cosas que de por sí no lo son. Pero no debe seguir determinado proceder hasta que no esté convencido por la Palabra y por el Espíritu de Dios de que esa conducta es la que debe seguir. No debe dejar que otros determinen el criterio que debe seguir su conducta. Debe recurrir a las Escrituras para saber por sí mismo cuál es su deber en ese asunto (ver 2T 119-124). 6CBA

COMENTARIOS DE EGW

4. DMJ 52. "Cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable 52 ante el concilio". En la dádiva de su Hijo para nuestra redención, Dios demostró cuánto valor atribuye a toda alma humana, y a nadie autoriza para hablar desdeñosamente de su semejante. Veremos defectos y debilidades en los que nos rodean, pero Dios reclama cada alma como su propiedad, por derecho de creación, y dos veces suya por haberla comprado con la sangre preciosa de Cristo. Todos fueron creados a su imagen, y debemos tratar aun a los más degradados con respeto y ternura. Dios nos hará responsables hasta de una sola palabra despectiva hacia un alma por la cual Cristo dio su vida.

"¿Quién te distingue? ¿O qué tienes que no hayas recibido?  Y si lo recibiste, ¿Por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?" "¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno?  Para su propio Señor está en pie, o cae". *1 Corintios 4:7; Romanos 14:4.

"Cualquiera que le diga [a su hermano]: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego". En el Antiguo Testamento la palabra fatuo se usa para describir a un apóstata o al que se entregó a la iniquidad. Dice Jesús que quienquiera que considere a su hermano como apóstata, o como despreciador de Dios, muestra que él mismo merece semejante condenación.

El mismo Cristo, cuando contendía con Satanás sobre el cuerpo de Moisés, "no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él". Si lo hubiera hecho, le habría dado una ventaja a Satanás, porque las acusaciones son armas del diablo. En las Sagradas Escrituras se lo llama "el acusador de nuestros hermanos". Jesús no empleó ninguno de los métodos de Satanás. Le respondió con. las palabras: "El Señor te reprenda". *Judas 9; Apoc. 12:10.

Su ejemplo es para nosotros. Cuando nos vemos en conflicto con los enemigos de Cristo, no debemos hablar con espíritu de desquite, ni deben nuestras palabras asemejarse a una acusación burlona. El que vive como vocero de Dios no debe decir palabras que aun la Majestad de los cielos se negó a usar cuando contendía con Satanás. Debemos dejar a Dios la obra de juzgar y condenar.53

5. DTG 505. EL PRINCIPIO POR EL CUAL CRISTO SE REGÍA DEBE REGIR A LOS MIEMBROS DE LA IGLESIA, la cual es su cuerpo. El plan y fundamento de la salvación es el amor. En el reino de Cristo los mayores son los que siguen el ejemplo dado por él y actúan como pastores de su rebaño. 505 Las palabras de Pablo revelan la verdadera dignidad y honra de la vida cristiana: "Por lo cual, siendo libre para con todos, me he hecho siervo de todos," "no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos." (1 Corintios9:19; 10:33).

EN ASUNTOS DE CONCIENCIA, EL ALMA DEBE SER DEJADA LIBRE. Ninguno debe dominar otra mente, juzgar por otro, o prescribirle su deber. Dios da a cada alma libertad para pensar y seguir sus propias convicciones. "De manera que, cada uno de nosotros dará a Dios razón de sí." (Romanos 14:12).

NINGUNO TIENE EL DERECHO DE FUNDIR SU PROPIA INDIVIDUALIDAD EN LA DE OTRO. En todos los asuntos en que hay principios en juego, "cada uno esté asegurado en su ánimo." (Romanos 14:5).

EN EL REINO DE CRISTO NO HAY OPRESIÓN SEÑORIL NI IMPOSICIÓN DE COSTUMBRES. Los ángeles del cielo no vienen a la tierra para mandar y exigir homenaje, sino como mensajeros de misericordia, para cooperar con los hombres en la elevación de la humanidad. Los principios y las palabras mismas de la enseñanza del Salvador, en su divina hermosura, permanecieron en la memoria del discípulo amado.

EN SUS ÚLTIMOS DÍAS, EL PENSAMIENTO CENTRAL DEL TESTIMONIO DE JUAN A LAS IGLESIAS ERA"Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros." "En esto hemos conocido el amor, porque él puso su vida por nosotros: también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos." (1 Juan 3:11,16).

TAL ERA EL ESPÍRITU QUE ANIMABA A LA IGLESIA PRIMITIVA. Después del derramamiento del Espíritu Santo, "la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma: y ninguno decía ser suyo algo de lo que poseía; mas todas las cosas les eran comunes." "Ningún necesitado había entre ellos." "Y los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con gran esfuerzo; y gran gracia era en todos ellos.' (Hechos 4:32, 34,33). 506 DTG/EGW

7. CC 121. Los ángeles están atentos para oír qué clase de informe dais al mundo acerca de vuestro Señor. Conversad de Aquel que vive para interceder por nosotros ante el Padre. Esté la alabanza de Dios en vuestros labios y corazones cuando estrechéis la mano de un amigo. Esto atraerá sus pensamientos a Jesús. Todos tenemos pruebas, aflicciones duras que sobrellevar y tentaciones fuertes que resistir. Pero no las contéis a los mortales, antes llevad todo a Dios en oración. Tengamos por regla el no proferir nunca palabras de duda o desaliento. Si hablamos palabras de santo gozo y de esperanza, podremos hacer mucho más para alumbrar el camino de otros y fortalecer sus esfuerzos.

Hay muchas almas valientes, en extremo acosadas por la tentación, casi a punto de desmayar en el conflicto que sostienen con ellas mismas y con las potencias del mal. No las desalentéis en su dura lucha. Alegradlas con palabras de valor, ricas en esperanza, que las impulsen por su camino. De este modo la luz de Cristo resplandecerá en vosotros. "Ninguno de nosotros vive para sí" (Romanos 14:7). Por vuestra influencia inconsciente pueden los demás ser alentados y fortalecidos o desanimados y apartados de Cristo y de la verdad.

Hay muchos que tienen ideas muy erróneas sobre la vida y el carácter de Cristo. Piensan que carecía de calor y alegría, que era austero, severo y triste. Para muchos toda la vida religiosa se presenta bajo este aspecto sombrío. 122

CM 29. LA NOTA TÓNICA DE LA ENSEÑANZA DE CRISTO. La abnegación es la nota tónica de las enseñanzas de Cristo. Con frecuencia se impone este concepto a los creyentes con un lenguaje que parece autoritario, porque no hay otra forma de salvar a los hombres si no se los separa de su vida de egoísmo. Mientras Cristo vivió en el mundo hizo una correcta presentación del poder del Evangelio. . . 

A cada alma que sufra con él mientras resiste al pecado, trabaja por su causa y se niega a sí misma por el bien de otros, él le promete una parte en la recompensa eterna de los justos. Poniendo en práctica el mismo espíritu que caracterizó la obra de su vida, llegaremos a participar de su naturaleza. Al compartir esta vida de sacrificio por amor a otros, disfrutaremos con él la vida futura, "un cada vez más excelente y eterno peso de gloria" (2 Cor. 4:17).-RH, 28/09/1911 

LOS FRUTOS DEL EGOÍSMO. Los que permiten que un espíritu codicioso se posesione de ellos fomentan y desarrollan los rasgos de carácter que harán que sus nombres sean registrados en los libros del cielo como idólatras. A todos éstos se los clasifica con los ladrones, vilipendiadores y extorsionistas, ninguno de los cuales, declara la Biblia, heredarán el reino de Dios. "Porque el malo se jacta del deseo de su alma, bendice al codicioso, y desprecia a Jehová" (Sal. 10:3). Las características de los codiciosos siempre están en pugna con el ejercicio de la caridad cristiana. 

Los frutos del egoísmo siempre se manifiestan en el descuido del deber y en el fracaso en la tarea de emplear los dones dados por Dios para el adelantamiento de su obra.- RH, dic. 1, 896.

LA MUERTE DE TODA PIEDAD. Cristo es nuestro ejemplo. El dio su vida como sacrificio por nosotros, y nos pide que demos nuestras vidas como 30 sacrificio por los demás. Así podremos desechar el egoísmo que Satanás se esfuerza constantemente por implantar en nuestros corazones. Este egoísmo significa la muerte de toda piedad, y puede vencerse únicamente mediante la manifestación de amor a Dios y a nuestros semejantes. Cristo no permitirá que ninguna persona egoísta entre en los recintos del cielo. Ningún codicioso puede cruzar las puertas de perla, porque toda codicia es idolatría.-RH, julio 11, 1899. 31CM

10. MC 123. Al Tratar Nosotros Con Los Tentados y extraviados, nos manda: Considérate "a ti mismo, porque tú no seas también tentado." (Gálatas 6:1.)  Si sentimos nuestras propias flaquezas, nos compadeceremos de las flaquezas ajenas. "Porque, ¿Quién te distingue? ¿o qué tienes que no hayas recibido?" (1 Corintios 4:7.)  "Uno es vuestro Maestro; ... y todos vosotros sois hermanos." (Mateo 23:8.)  "¿Por qué juzgas a tu hermano? o tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano?" "Así que, no juzguemos más los unos de los otros: antes bien juzgad de no poner tropiezo o escándalo al hermano." (Romanos 14:10,13.)

12. DTG 505. EL PRINCIPIO POR EL CUAL CRISTO SE REGÍA DEBE REGIR A LOS MIEMBROS DE LA IGLESIA, la cual es su cuerpo. El plan y fundamento de la salvación es el amor. En el reino de Cristo los mayores son los que siguen el ejemplo dado por él y actúan como pastores de su rebaño. 505 Las palabras de Pablo revelan la verdadera dignidad y honra de la vida cristiana: "Por lo cual, siendo libre para con todos, me he hecho siervo de todos," "no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos." (1Corintios9:19; 10:33). 

EN ASUNTOS DE CONCIENCIA, EL ALMA DEBE SER DEJADA LIBRE. Ninguno debe dominar otra mente, juzgar por otro, o prescribirle su deber. Dios da a cada alma libertad para pensar y seguir sus propias convicciones. "De manera que, cada uno de nosotros dará a Dios razón de sí." (Romanos 14:12).

NINGUNO TIENE EL DERECHO DE FUNDIR SU PROPIA INDIVIDUALIDAD EN LA DE OTRO. En todos los asuntos en que hay principios en juego, "cada uno esté asegurado en su ánimo." (Romanos 14:5).

EN EL REINO DE CRISTO NO HAY OPRESIÓN SEÑORIL NI IMPOSICIÓN DE COSTUMBRES. Los ángeles del cielo no vienen a la tierra para mandar y exigir homenaje, sino como mensajeros de misericordia, para cooperar con los hombres en la elevación de la humanidad. Los principios y las palabras mismas de la enseñanza del Salvador, en su divina hermosura, permanecieron en la memoria del discípulo amado.

EN SUS ÚLTIMOS DÍAS, EL PENSAMIENTO CENTRAL DEL TESTIMONIO DE JUAN A LAS IGLESIAS ERA"Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros." "En esto hemos conocido el amor, porque él puso su vida por nosotros: también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos." (1 Juan 3:11,16).

TAL ERA EL ESPÍRITU QUE ANIMABA A LA IGLESIA PRIMITIVA. Después del derramamiento del Espíritu Santo, "la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma: y ninguno decía ser suyo algo de lo que poseía; mas todas las cosas les eran comunes." "Ningún necesitado había entre ellos." 

"Y los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con gran esfuerzo; y gran gracia era en todos ellos.' (Hechos 4:32, 34,33). DTG/EGW

13. 1JT 170; MC 123; 2T 87, 552; 5T 352

16. CM 197; Ev 493; 2JT 234; PE 70

17. 2T 319. Y ¿CUÁL ES LA OBRA Que Hemos De Emprender Aquí Precisamente Antes De Recibir La Inmortalidad? Consiste en conser­var nuestros cuerpos santos y nuestro espíritu puro, para que podamos subsistir sin (319) mancha en medio de las corrupciones que abundan en derredor nuestro en estos últimos días. Y para que esta obra se realice, necesitamos dedicarnos a ella en seguida con todo el corazón y el entendimiento. No debe penetrar ni influir en nosotros el egoísmo. El Espíritu de Dios debe ejercer perfecto dominio sobre no­sotros, e influir en todas nuestras acciones. Si nos apropiamos debidamente del cielo y del poder de lo alto, sentiremos la influencia santificadora del Espíritu de Dios sobre nuestros corazones.

CUANDO hemos procurado presentar la reforma pro salud a nuestros hermanos, y les hemos hablado de la importancia del comer y beber, y hacer para gloria de Dios todo lo que hacen, muchos han dicho por sus acciones: "A nadie le importa si como esto o aquello; nosotros mismos hemos de soportar las con­secuencias de lo que hacemos".

ESTIMADOS AMIGOS, estáis muy equivocados. No sois los únicos que han de sufrir a consecuencia de una conducta errónea. En cierta medida, la sociedad a la cual pertenecéis sufre por causa de vuestros errores tanto como vosotros mismos. Si sufrís como resultado de vuestra intemperancia en la comida y la bebi­da, los que estamos en derredor vuestro o nos relacionamos con vosotros, también quedamos afectados por vuestra flaqueza. Hemos de sufrir por causa de vuestra conducta errónea. Si ella contribuye a dis­minuir vuestras facultades mentales o físicas, y lo advertimos cuando estamos en vuestra compañía, quedamos afectados por ello. Si en vez de tener espíritu animoso, sois presa de la lobreguez, ensombre­céis el ánimo de todos los que os rodean. Si estamos tristes, deprimidos y angustiados, vosotros, si go­zarais de salud, podríais tener una mente clara que nos mostrase la salida y dirigiese una palabra conso­ladora. Pero si vuestro cerebro está nublado como resultado de vuestra errónea manera de vivir, a tal punto que no podéis darnos el consejo correcto, ¿no sufrimos acaso una pérdida? ¿No nos afecta seria­mente vuestra influencia? Tal vez tengamos mucha confianza en vuestro juicio y deseemos vuestro consejo, porque "en la multitud de consejeros hay salud" (Prov. 11:14). Deseamos que nuestra conducta parezca consecuente ante aquellos a quienes amamos y deseamos buscar el consejo que ellos nos pue­dan dar con mente clara.

TM 429. ¿Quiénes son los súbditos del reino de Dios? Todos los que hacen su voluntad. Tienen justicia, paz, y gozo en el Espíritu Santo. Los miembros del reino de Cristo son los hijos de Dios, socios en su gran firma. Los elegidos de Dios son una generación escogida, un pueblo peculiar, una nación santa, para mostrar las alabanzas de Aquel que nos ha llamado de las tinieblas a su luz maravillosa. Son la sal de la tierra, la luz del mundo. Son piedras vivas, real sacerdocio. Son socios con Cristo Jesús. Estos son los que siguen al Cordero dondequiera que va. . . .

NUESTRA INDIVIDUALIDAD. Hay derechos que pertenecen a todo individuo. Tenemos una individualidad y una identidad que es nuestra. Nadie puede sumergir su identidad en la de otra persona. Todos deben actuar por sí mismos, de acuerdo con los dictados de su propia conciencia. En lo que respecta a nuestra responsabilidad e influencia, somos responsables ante Dios porque derivamos nuestra vida de él. No la obtenemos de la humanidad, sino sólo de Dios. Somos suyos por la creación y por la redención. Nuestros propios cuerpos no nos pertenecen para tratarlos como nos agrada, para arruinarlos por hábitos que conducen a la decadencia, haciendo imposible rendir a Dios un servicio perfecto. Nuestra vida y todas nuestras facultades le pertenecen a él. El cuida de nosotros en todo momento; él mantiene la maquinaria viva en acción; si se nos dejara para que nosotros la accionáramos durante sólo un instante, moriríamos. Dependemos absolutamente de Dios. 430

Captamos una gran lección cuando entendemos nuestra relación con Dios, y su relación con nosotros. Las palabras: "No sois vuestros, porque comprados sois por precio", deben colgarse en los vestíbulos de nuestra memoria, para que siempre reconozcamos el derecho que Dios tiene a nuestros talentos, nuestras propiedades, nuestra influencia, nuestro yo individual. Hemos de aprender cómo tratar este don de Dios, la mente, el alma y el cuerpo, para que, como posesión comprada por Cristo, hagamos un servicio saludable y salvador para él.

19. DTG 322; 6T 460

23. CS 489; 2JT 140; MJ 196

Ministerio Hno. Pio


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