Romanos 16. CONCLUSIÓN: Saludos, Advertencias Y Bendiciones… Vers. (1-16) Pablo envía saludos a muchos hermanos, (17-20) y recomienda que se tenga cuidado con aquellos que ofenden y causan disensión.
(21-27) Después de enviar saludos de sus colaboradores, concluye con una alabanza y agradecimiento a Dios.
1 Os Recomiendo además nuestra
hermana Febe, la cual es diaconisa de la iglesia en Cencrea; 2 que la recibáis
en el Señor, como es digno de los santos, y que la ayudéis en cualquier cosa en
que necesite de vosotros; porque ella ha ayudado a muchos, y a mí mismo. 3
Saludad a Priscila y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús, 4 que
expusieron su vida por mí; a los cuales no sólo yo doy gracias, sino también
todas las iglesias de los gentiles.
5 Saludad también a la iglesia de su casa. Saludad a Epeneto, amado mío, que es el primer fruto de Acaya para Cristo. 6 Saludad a María, la cual ha trabajado mucho entre vosotros. 7 Saludad a Andrónico y a Junias, mis parientes y mis compañeros de prisiones, los cuales son muy estimados entre los apóstoles, y que también fueron antes de mí en Cristo. 8 Saludad a Amplias, amado mío en el Señor. 9 Saludad a Urbano, nuestro colaborador en Cristo Jesús, y a Estaquis, amado mío. 10 Saludad a Apeles, aprobado en Cristo. Saludad a los de la casa de Aristóbulo. 11 Saludad a Herodión, mi pariente. Saludad a los de la casa de Narciso, los cuales están en el Señor. 12 Saludad a Trifena y a Trifosa, las cuales trabajan en el Señor. Saludad a la amada Pérsida, la cual ha trabajado mucho en el Señor. 13 Saludad a Rufo, escogido en el Señor, y a su madre y mía. 14 Saludad a Asíncrito, a Flegonte, a Hermas, a Patrobas, a Hermes y a los hermanos que están con ellos. 15 Saludad a Filólogo, a Julia, a Nereo y a su hermana, a Olimpas y a todos los santos que están con ellos. 16 Saludaos los unos a los otros con ósculo santo. Os saludan todas las iglesias de Cristo.
17 Mas os ruego, hermanos, que os
fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que
vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos. 18 Porque tales personas
no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con suaves
palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos. 19 Porque vuestra
obediencia ha venido a ser notoria a todos, así que me gozo de vosotros; pero
quiero que seáis sabios para el bien, e ingenuos para el mal. 20 Y el Dios de
paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor
Jesucristo sea con vosotros.
21 Os saludan Timoteo mi
colaborador, y Lucio, Jasón y Sosípater, mis parientes. 22 Yo Tercio, que
escribí la epístola, os saludo en el Señor. 23 Os saluda Gayo, hospedador mío y
de toda la iglesia. Os saluda Erasto, tesorero de la ciudad, y el hermano
Cuarto. 24 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.
25 Y al que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, 26 pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe, 27 al único y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucristo para siempre. Amén. (Romanos 16).
1. Nuestra hermana. En sentido espiritual, hermana en
la fe.
Febe. Este nombre significa "radiante" o
"brillante". Nada más se sabe de ella. Puede haber sido la que llevó la epístola de
Pablo.
Diaconisa. En el texto griego se emplea la palabra de género
masculino diákonos. Es la única vez en el NT en que se aplica este término a
una dama. El uso de esta palabra sugiere que el cargo de "diaconisa"
ya podría haber estado establecido en la iglesia cristiana primitiva. Por lo
menos Febe en algún sentido servía como "diácono" en la iglesia de Cencrea.
Cencrea. El puerto marítimo oriental de Corinto, a unos 11
km. de la ciudad (ver com. "Cencrea", Hech. 18:18).
2. Como es digno de los santos. O como corresponde a los santos.
Ayudéis. Gr. paríst'mi, literalmente "estar al lado
de". Este vocablo y el que se traduce "cosa" (prágma; cf. 1 Cor.
6:1), son términos que se usaban en los procedimientos legales. Es posible que
Febe atendiera algunos asuntos legales en Roma, y que los miembros de la
iglesia en esa ciudad pudieran serle de alguna ayuda. Como había "ayudado
a muchos", es claro que no necesitaba ayuda por causa de su pobreza.
Ayudado. "Ha sido protectora" (BJ). Gr. prostátís,
"ayudador", "protector". Este vocablo sólo aparece aquí en
el NT. Quizá Febe ocupaba una posición que le permitía ayudar a sus hermanos en
la fe, no sólo financieramente, sino también política y socialmente.
3. Saludad. Gr. aspázomai, palabra que se usa varias veces en
este capítulo.
Priscila. La evidencia textual establece (cf. p. 10) el texto
"Prisca" (BJ), cuyo diminutivo es "Priscila". Aquila, su esposo,
era un judío del Ponto. Cuando los judíos fueron expulsados de Roma por
Claudio, Priscila y Aquila fueron a Corinto, donde Pablo los encontró y donde
se convirtieron (Hech. 18: 1-3). Posteriormente se trasladaron a Efeso (Hech. 18:18-19, 26; 1 Cor.
16:19). Cuando se escribió esta epístola ya habían regresado a Roma, pero
parece que después volvieron a Efeso (2 Tim. 4:19).
4. Expusieron su vida. En alguna ocasión que
desconocemos, Priscila y Aquila evidentemente arriesgaron sus vidas por Pablo
durante el ataque de los judíos en Corinto (Hech. 18:6-18), o en el tumulto en
Efeso (Hech. 19).
Iglesias de los gentiles. Las que estarían especialmente
agradecidas en vista de la obra de Pablo entre ellas.
5. Iglesia de su casa. Como los primeros cristianos no tenían templos donde reunirse, dependían de la hospitalidad de los miembros que permitían las reuniones en sus casas (cf. Hech. 12:12; 1 Cor. 16:19; Col. 4:15; File. 2). Los creyentes de Roma pueden haber dispuesto de varios lugares como éstos para reunirse, según se deduce de Rom. 16:14-15. Epeneto. Nombre que significa "digno de alabanza". No se sabe de él sino sólo lo que se menciona aquí.
Acaya. La evidencia textual establece (cf. p. 10) el texto
"Asia" (BJ, BC, NC). Si se retiene "Acaya", parece haber un
conflicto con 1 Cor. 16:15. Epeneto fue, sin duda, uno de los primeros
conversos o "primer fruto" de los que fueron ganados en la provincia
de Asia.
6. María. Quizá no se identifique con ninguna de las otras
Marías del NT.
7. Andrónico. Nombre que significa "vencedor".
Junias. O "Junia" (BJ, NC). Junia es nombre de mujer; Junias, de varón. La forma acusativa del nombre no permite saber cuál es el nominativo. El que haya sido compañero de prisión sugiere un hombre. Parientes. Gr. suggen's, que aquí posiblemente significa "compatriotas", como en cap. 9:3.
Compañeros de prisiones. Literalmente "compañeros de
cautiverio". Andrónico y Junias quizá fueron encarcelados con Pablo
durante uno de los muchos encarcelamientos del apóstol (ver 2 Cor. 11:23),
aunque ésta puede no ser necesariamente la interpretación del pasaje. Sencillamente alguna vez pudieron haber
estado en prisión así como Pablo lo estuvo por causa del Evangelio.
Estimados. Gr. epísimos, literalmente "que lleva una
señal", "distinguidos" y por lo tanto "ilustres" (BJ).
Entre los apóstoles. El significado podría ser que
eran bien conocidos por los apóstoles, o que eran apóstoles distinguidos.
Antes de mí. Es decir, habían aceptado el cristianismo antes de
la conversión de Pablo.
8. Amplias. La evidencia textual establece (cf. p. 10) el nombre "Ampliato" (BC, NC); "Amplias" es una forma abreviada de ese nombre. El nombre es latino y significa "agrandado". Amado mío. Es evidente que Pablo era su amigo personal.
9. Urbano. Nombre latino que significa "cortés".
Estaquis. Nombre que significa "espiga de granos". La
frase "amado mío" indica que Pablo lo conocía personalmente.
10. Apeles. Sólo se sabe de él que era "aprobado en
Cristo".
Aprobado en Cristo. Es decir, un cristiano fiel y
probado.
De la casa de Aristóbulo. Literalmente "los de
Aristóbulo", expresión que podría aplicarse a sus esclavos. Pablo no
aclara si Aristóbulo era cristiano o no. Varios comentadores creen que es
probable que este Aristóbulo fuera nieto de Herodes el Grande.
11. Herodión. Judío, tal como lo indican las palabras "mi
pariente" (ver com. vers. 7).
Narciso. Quizá sea el infame favorito de Claudio, ejecutado después de que Nerón fue coronado como emperador. Los cuales están en el Señor. Esto implica que otros de esa casa no eran cristianos.
12. A Trifena y a Trifosa. Quizá dos hermanas. Nada más se
sabe de ellas.
Pérsida. Activa cristiana. No se nombra más en el NT.
13. Rufo. No se puede afirmar que este Rufo sea el que se
menciona en Mar. 15:21 como hijo de Simón de Cirene.
Su madre y mía. No la verdadera madre de Pablo,
sino que sin duda había sido como una madre para él.
14. Asíncrito. No se identifica en ninguna otra parte a las cinco
personas mencionadas en este versículo, ni se da la razón para presentarlas en
conjunto.
Los hermanos. Quizá se refiera a otra congregación cristiana que
se reunía en algún lugar de Roma (cf. vers. 5,15). Muchos de los nombres de
este capítulo también aparecen, con mayor o menor frecuencia, en inscripciones relacionadas
con los que pertenecían a la casa de César. Es significativa la coincidencia
general de nombres teniendo en cuenta la mención que hace Pablo de los santos
"de la casa de César" en Fil. 4:22.
15. Filólogo. Los cuatro nombres aquí mencionados no se
identifican en ninguna otra parte del NT.
16. Ósculo santo. El beso era y es saludo acostumbrado en el Medio Oriente (1Cor. 16:20; 2Cor. 13:12; etc; cf. com. Mat. 26:48). Todas las iglesias de Cristo. Estas palabras no aparecen en ninguna otra parte del NT.
17. Os fijéis. Gr. skopéÇ, "observar", "acechar",
"atender a", "cuidarse de". Pablo interrumpe sus saludos
para amonestar a los creyentes romanos contra los falsos maestros que podrían
tratar de turbar su armonía y destruir su fe. Pablo había experimentado en
Galacia y Corinto los perniciosos resultados de tales influencias.
Divisiones. Gr. dijostasía, "disensión",
"desacuerdo", "desunión". La misma palabra se ha traducido
como "disensiones" en 1 Cor. 3:3 y Gál. 5:20, las únicas otras veces
que aparece en el NT.
Tropiezos. Gr. skándalon, "causa de tropiezo,
"estorbo" (ver com. Mat. 5:29).
Doctrina. Gr. didaj', "enseñanza", "instrucción", aquí con referencia a las verdades fundamentales del cristianismo. Os apartéis de ellos. Cf. 2 Tes. 3:14.
18. No sirven. Gr. douleÇ, "servir como esclavo" (ver com. cap. 1:1; 6:6,18).
Sus propios vientres. Sus motivos eran viles y sus propósitos egoístas (cf. Fil. 3:17-19; Col. 2:20-23). Suaves palabras. Gr. jr'stología, "palabra o discurso bien dicho", aunque no siempre sincero. Lisonjas. Gr. eulogía, "elogio", aquí "adulación".
Engañan. Gr. exapatáÇ, "engañar".
Ingenuos. Gr. ákakos. Y, "inocentes", "sin
malicia". Este término sólo aparece en un pasaje más del NT (Heb. 7:26),
donde se ha traducido "inocente".
19. Vuestra obediencia. Es evidente que hasta ese momento
los falsos maestros sólo habían hecho poco daño, y Pablo tenía confianza en los
creyentes de Roma (cf. 15:14). A pesar de todo anhelaba que se mantuvieran
en guardia.
Sabios. Compárese con el consejo de Jesús de ser
"prudentes como serpientes, y sencillos como palomas" (Mat. 10:16).
Ingenuos. Gr. akéraios, "sin mezcla",
"puro", "incontaminado", "sencillo". No es la
misma palabra del vers. 18 (ver comentario respectivo).
20. El Dios de paz. Es apropiado que Pablo se refiera
a Dios con este título, pues ha estado amonestando acerca de las influencias
que ponían en peligro la paz de la iglesia (cf. com. cap. 15:33). El "Dios
de paz" es el que destruye a Satanás, pues el maligno es quien procura
destruir la paz del pueblo de Dios.
Aplastará. Pablo anticipa la victoria final predicha en Gén.
3:15, que no está lejana. Este triunfo final sobre las fuerzas del mal se
presagia en cada victoria conquistada por los creyentes cristianos sobre la
tentación y el engaño. Pablo piensa en la victoria que espera que alcancen los
creyentes de Roma "apartándose" (cf. vers. 17) de los falsos maestros
que se esfuerzan por dividirlos y confundirlos.
Gracia. Ver com. cap. 1:7.
21. Timoteo. Pablo menciona el nombre de este converso de sus primeros esfuerzos y colaborador en todas sus otras epístolas, excepto Gálatas, Efesios y Tito. En el saludo inicial de esta epístola a los Romanos (cap. 1:1-7), el nombre de Timoteo no está asociado con el del apóstol como en otras epístolas (ver 2 Cor. 1:1; Fil. 1:1; Col. 1:1; 1Tes. 1:1; 2 Tes. 1:1; File. 1).
Quizá estuvo ausente cuando comenzó la carta, y vino después a unirse con
Pablo en la víspera de su partida para Jerusalén (ver Hech. 20:1-4).
Lucio. Quizá el Lucio de Cirene mencionado en Hech. 13:1. Jasón. Posiblemente el que había hospedado antes a Pablo en Tesalónica (Hech. 17:9).
Sosípater. Quizá sea el Sópater de Hech. 20:4.
Parientes. Gr. suggen's, aquí posiblemente
"compatriotas" como en cap. 9:3.
22. Tercio. Secretario de Pablo, a quien el apóstol permitió que enviara un saludo en su propio nombre.
Parece que Pablo por lo general
dictaba sus cartas a un escriba y añadía un saludo de su propia mano (ver 1
Cor. 16:21; Col. 4:18; 2 Tes. 3:17; com. Gál. 6:11).
En el Señor. Esto indica la clase de colaboradores que Pablo
buscaba. Tercio no era sólo un escriba sino un hermano en la fe, y debe haber
seguido con gran interés las instrucciones de Pablo para los cristianos de
Roma.
23. Gayo. Este nombre aparece cuatro veces más en el NT (Hech. 19:29; 20:4; 1 Cor. 1:14; 3 Juan 1). El Gayo que se nombra aquí podría ser el mismo que Pablo había bautizado antes en Corinto (1 Cor. 1:14). Se le llama "hospedador. . . de toda la iglesia", porque tal vez la iglesia se reunía en su casa. Erasto. Ver Hech. 19:22.
Tesorero. Gr. oikonómos, "ecónomo" o "administrador"; "cuestor" (BJ, BC), el nombre que daban los romanos al magistrado encargado de los asuntos financieros. Ver com. Hech, 19:22. El hermano. "Nuestro hermano" (BJ), en el sentido cristiano.
Cuarto. Sólo se lo menciona aquí.
24. La gracia. La evidencia textual favorece (cf. p. 10) la omisión de este versículo.
Ver com. cap. 1:7.
25. Al que. Pablo termina su carta a los Romanos con la más
magnífica de todas sus doxologías (cf. Fil. 4:20; Heb. 13:20-21).
Confirmaros. Gr. st'rízÇ, "establecer",
"fortalecer", "confirmar", "sostener", "consolidaros"
(BJ). Cf. cap. 1:11.
Según mi evangelio. Cf. cap. 2:16. El Evangelio de Pablo era el mensaje de salvación que le había sido confiado. La predicación de Jesucristo. Podría significar "lo que Jesús predicaba" o "la predicación en cuanto a Jesús". Lo segundo es lo más natural y que mejor concuerda con el contexto. Jesucristo es el tema del Evangelio de Pablo (cf. Rom. 1:3; 2:16; 10:8-13; Gál. 1:6-8).
Del misterio. Ver com. cap. 11:25. Este misterio es el eterno
propósito de Dios que anhela salvar a sus criaturas caídas (ver 1 Cor. 2:6-7; Efe.
3:3-10; Col. 1:26).
Oculto. Literalmente "en silencio" o "en
secreto".
Desde tiempos eternos. El plan de Dios para salvar al
hombre por medio de la fe en Cristo había estado oculto en el silencio, pero
ahora ha sido revelado. La evidencia textual (cf. p. 10) se inclina por
mantener el orden de versículos que aparece en la RVR; sin embargo, hay varios
MSS que ubican los vers. 25-27 después del cap. 14:23 ó 15:33.
26. Ha sido manifestado ahora. Es decir, desde la venida de Jesús (ver DTG 13-14, cf. 2 Tim. 1:9-10; Tito 1:2-3). Las Escrituras. Mediante ellas el ministerio de Dios "se ha dado a conocer a todas las gentes". El plan de Dios para salvar a los hombres por la fe en Jesucristo ha sido predicho en las enseñanzas del AT y concuerda plenamente con ellas (cf. cap. 1:1-2; 3:21).
Según el mandamiento. Los mensajeros del Evangelio son
llamados a su obra por iniciativa de Dios (ver Hech. 13:2; com. 10:15). Pablo
creía que había sido comisionado directamente para predicar a los gentiles
(Rom. 1:1,5).
Para que obedezcan a la fe. O para producir obediencia a la
fe, o para ganarlos a la obediencia que emana de la fe (ver com. cap. 1:5).
27. Al único y sabio Dios. Cf. 1 Tim. 1:17; Jud. 25. La sabiduría divina de Dios se ha manifestado especialmente en el plan que ahora ha sido revelado (cf. Rom. 11:33-34), y que ha sido el tema de esta epístola. Gloria. Ver com. cap. 3:23.
Amén. Ver com. Mat. 5:18; Rom. 15:33. (6CBA).
COMENTARIOS DE EGW
1-2. 2JT 570. LOS PRINCIPIOS DE LA HOSPITALIDAD. "Amador de
la hospitalidad" es una de las cualidades que, según el Espíritu Santo,
han de señalar al que debe llevar responsabilidad en la iglesia. Y a toda la iglesia es dada la orden:
"Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones. Cada uno según el don
que ha recibido, adminístrelo a los otros, como buenos dispensadores de las
diferentes gracias de Dios." (1 Ped. 4:9,10.)
Estas amonestaciones han sido
extrañamente descuidadas. 570 Aun entre los que profesan ser cristianos se
ejercita poco la verdadera hospitalidad. Entre nuestro propio pueblo la
oportunidad de manifestar hospitalidad no es considerada como debiera serlo:
como un privilegio y una bendición. Es en absoluto demasiado escasa la
sociabilidad y disposición para hacer lugar para dos o tres más en la mesa de
la familia, sin molestia u ostentación. Algunos alegan que "es demasiado
trabajo." No resultaría así si dijéramos: "No hemos hecho
preparativos especiales, pero le ofrecemos gustosos lo que tenemos." El
huésped inesperado aprecia una bienvenida tal mucho más que una preparación
elaborada.
Viene a ser negar a Cristo el
hacer para las visitas preparativos que requieren tiempo que pertenece
legítimamente al Señor. En esto robamos
a Dios. Y también perjudicamos a otros.
Al preparar un agasajo elaborado, muchos privan a su propia familia de la
atención necesaria, y su ejemplo induce a otros a seguir la misma conducta.
El deseo de hacer ostentación
para agasajar a las visitas crea inútiles congojas y cargas. A fin de preparar
gran variedad para la mesa, la dueña de casa trabaja demasiado; y debido a los
muchos platos preparados los huéspedes comen demasiado; y la enfermedad y los
padecimientos provenientes del trabajo excesivo por un lado y el comer
demasiado por el otro, son el resultado. Estos festines elaborados son una
carga y un perjuicio.
Pero el Señor quiere que cuidemos
de los intereses de nuestros hermanos y hermanas. El apóstol Pablo ha dado una
ilustración de esto. Dice a la iglesia de Roma: "Encomiéndoos empero a
Febe nuestra hermana, la cual es diaconisa de la iglesia que está en Cencreas:
que la recibáis en el Señor, como es digno a los santos, y que la ayudéis en
cualquiera cosa en que os hubiere menester: porque ella ha ayudado a muchos, y
a mí mismo." (Rom. 6:1,2.) Febe había atendido al apóstol, y se destacaba
como hospitalaria para los forasteros que necesitaban cuidados. Su ejemplo debe
ser seguido por las iglesias de hoy. 571
A Dios le desagrada el interés
egoísta tan a menudo manifestado para "mí y mi familia." Cada familia
que alberga este espíritu necesita ser convertida por los principios puros
ejemplificados en la vida de Cristo. Los que se encierran en sí mismos, que no
están dispuestos a agasajar visitas, pierden muchas bendiciones.
Algunos de nuestros obreros
trabajan donde es necesario atender con frecuencia visitas, sean de nuestros
hermanos o forasteros. Algunos insisten en que la asociación debiera tomar nota
de ello, y que además de su sueldo regular se les debiera conceder una cantidad
suficiente para cubrir estos gastos adicionales. Pero el Señor ha encomendado
la obra de la hospitalidad a todo su pueblo. No está de acuerdo con la orden
divina el que una o dos personas hagan toda la obra hospitalaria de una
asociación o una iglesia, o que se pague a los obreros para alojar y alimentar
a sus hermanos. Esto es algo inventado por el egoísmo, y los ángeles de Dios
toman nota de estas cosas.
Los que viajan de lugar en lugar
como evangelistas o misioneros en cualquier ramo, deben recibir hospitalidad de
los miembros de las iglesias con quienes trabajen. Hermanos y hermanas, dad
albergue a estos obreros, aun cuando sea a costa de considerable sacrificio
personal.
Cristo lleva cuenta de todo gasto
en que se incurre al dar hospitalidad por causa suya. El provee todo lo que es
necesario para esta obra. Los que por
amor a Cristo alojan y alimentan a sus hermanos, haciendo lo mejor que puedan
para que la visita sea provechosa para los huéspedes como para sí mismos, son
anotados en el cielo como dignos de bendiciones especiales. 2JT
17. 1T 334. Vi que Dios en su sabia providencia lo preparó en esta forma para que no olvidara en quién debía confiar, y que no debía lanzarse impremeditadamente al peligro. Como instrumento suyo, Dios lo estaba preparando para la gran obra que le aguardaba.
La oración de Lutero fue escuchada. Recuperó su valor y su fe cuando se enfrentó a sus enemigos. Humilde como un cordero compareció entre los grandes hombres del mundo, quienes como lobos furiosos, fijaron sus ojos en él con la esperanza de deslumbrarlo con (334) su poder y grandeza; pero él se había aferrado a la fortaleza de Dios, de modo que no sentía temor. Habló con tanta majestad y poder que sus enemigos no pudieron hacer nada contra él. Dios hablaba por medio de Lutero, y había reunido a emperadores y sabios, para deshacer su sabiduría públicamente, y para que todos vieran la fortaleza y firmeza de un hombre débil cuando se apoyaba en Dios, su Roca eterna.
La actitud tranquila de Lutero contrastaba notablemente con la pasión y la ira manifestadas por los así llamados grandes hombres. No pudieron amedrentarlo para que se retractara de la verdad. Con noble sencillez y serena firmeza se mantuvo inconmovible como una roca. La oposición de sus enemigos, su ira y sus amenazas, como poderosa ola se abalanzaron contra él, pero fueron a deshacerse inofensivamente a sus pies. Lutero permaneció inconmovible. Quedaron mortificados al ver que su poder, que había hecho temblar a reyes y nobles, fuera despreciado de esa manera por un hombre humilde, y anhelaron hacerle sentir su ira torturándolo hasta hacerlo morir. Pero Uno que es más poderoso que los potentados del mundo, se había hecho cargo de este valeroso testigo. Dios tenía una obra para él. Todavía debía sufrir por la verdad. Tenía que verla abrirse paso entre sangrientas persecuciones.
Debía verla vestida de
cilicio y vituperada por fanáticos. Debía vivir para justificarla y defenderla
cuando las poderosas autoridades del mundo procuraran destruirla. Debía vivir
para verla triunfar y abatir los errores y supersticiones del papado. Lutero
ganó una victoria en Worms, la cual debilitó al papado y se difundió por otros
reinos y naciones. Este fue un golpe efectivo en favor de la Reforma. Se me
presentó el caso de los ministros que predican la verdad presente en contraste
con los líderes de la Reforma; especialmente la vida dedicada y fervorosa de
Lutero fue comparada con las vidas de algunos de nuestros predicadores.
Demostró su perdurable amor por la verdad mediante su valor, su serena firmeza
y su abnegación. Soportó pruebas y sacrificios, y a veces sufrió la más
profunda angustia de espíritu, mientras defendía la verdad; y sin embargo no se
quejó. Fue perseguido como bestia salvaje, pero lo sufrió todo gozosamente por
amor a Cristo.
17-19. 8T 167. En el pasado la verdad ha sido proclamada para
gloria de Dios y con poder convincente por médicos y asistentes en nuestros
sanatorios. Dios no espera menos de usted, sino mucho más. Usted y sus
colaboradores deberían obrar con fe y firmeza para evitar el declive y asegurar
el progreso. No debiera haber una disminución en su trabajo, y nada de ocultar
los principios de la verdad; debiera ampliarse la base de operaciones. Deberían
levantarse instalaciones en diferentes lugares. Es menester que haya más celo,
más fe, mayor influencia, más obreros activos y de buen ánimo. No olvide que
está trabajando por el tiempo y la eternidad. Ángeles del cielo son asignados
para cooperar con sus esfuerzos para conquistar almas. Se deberían hacer
mayores esfuerzos para establecer la verdad en diferentes localidades. Y no se
ha de encubrir ninguna fase del mensaje. La verdad para este tiempo a ser dada
a las almas que están a punto de perecer. Los que en alguna forma ocultan la
verdad deshonran a Dios. Sobre sus vestiduras caerá la sangre de las almas.
20. FV 74;
6T 52. Los
ministros debieran estar listos para actuar como maestros y guías en las tareas
del campamento cuando la ocasión lo requiera; pero no deben agotarse. Deben
sentirse refrigerados, y estar en disposición animosa, porque esto es esencial
para el bienestar de la congregación. Deben poder hablar palabras de aliento y
valor, y dejar caer en el terreno de los corazones sinceros, semillas de verdad
espiritual que brotarán y darán precioso fruto. Los ministros deben enseñar a
la gente a acudir al Señor y cómo llevara otros a él. Deben adoptarse métodos,
ejecutarse planes, por los cuales se elevarán las normas y se enseñará cómo
purificarse de la iniquidad y superarse por la adhesión a los principios puros
y santos. Es necesario que haya tiempo para el escudriñamiento del corazón y el
cultivo de la mente. Cuando la mente se espacia exageradamente en asuntos de
negocios, se producirá como resultado falta de poder espiritual. La piedad
personal, la verdadera fe y la santidad del corazón, deben tenerse presentes,
para que los hermanos comprendan su importancia.
25. DTG 13. Mirando a Jesús, vemos que la gloria de
nuestro Dios consiste en dar. "Nada hago de mí mismo," dijo Cristo;
"me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre." "No busco
mi gloria," sino la gloria del que me envió. 3 (Juan 8:28; 6:57; 8:50;
7:18.
En estas palabras se presenta el gran principio que es la ley de la vida para el universo. Cristo recibió todas las cosas de Dios, pero las recibió para darlas. Así también en los atrios celestiales, en su ministerio en favor de todos los seres creados, por medio del Hijo amado fluye a todos la vida del Padre; por 13 medio del Hijo vuelve, en alabanza y gozoso servicio, como una marea de amor, a la gran Fuente de todo. Y así, por medio de Cristo, se completa el circuito de beneficencia, que representa el carácter del gran Dador, la ley de la vida. Esta ley fue quebrantada en el cielo mismo. El pecado tuvo su origen en el egoísmo. Lucifer, el querubín protector, deseó ser el primero en el cielo. Trató de dominar a los seres celestiales, apartándolos de su Creador, y granjearse su homenaje. Para ello, representó falsamente a Dios, atribuyéndole el deseo de ensalzarse. Trató de investir al amante Creador con sus propias malas características.
Así engañó a los ángeles. Así sedujo a los hombres. Los indujo a dudar de la palabra de Dios, y a desconfiar de su bondad. Por cuanto Dios es un Dios de justicia y terrible majestad, Satanás los indujo a considerarle como severo e inexorable. Así consiguió que se uniesen con él en su rebelión contra Dios, y la noche de la desgracia se asentó sobre el mundo. La tierra quedó obscura porque se comprendió mal a Dios. A fin de que pudiesen iluminarse las lóbregas sombras, a fin de que el mundo pudiera ser traído de nuevo a Dios, había que quebrantar el engañoso poder de Satanás. Esto no podía hacerse por la fuerza. El ejercicio de la fuerza es contrario a los principios del gobierno de Dios; él desea tan sólo el servicio de amor; y el amor no puede ser exigido; no puede ser obtenido por la fuerza o la autoridad. El amor se despierta únicamente por el amor. El conocer a Dios es amarle; su carácter debe ser manifestado en contraste con el carácter de Satanás. En todo el universo había un solo ser que podía realizar esta obra. Únicamente Aquel que conocía la altura y la profundidad del amor de Dios, podía darlo a conocer. Sobre la obscura noche del mundo, debía nacer el Sol de justicia, "trayendo salud eterna en sus alas."* Malaquías 4:2.
El plan de nuestra redención no fue una reflexión ulterior, formulada después de la caída de Adán. Fue una revelación "del misterio que por tiempos eternos fue guardado en silencio." Rom. 16:25.
Ed 122. "Con
ciencia se llenarán las cámaras de todo bien preciado y agradable".
SEGUN la ley de Dios, la fuerza
para la mente y el alma, lo mismo que para el cuerpo, se adquiere por medio del
esfuerzo. El desarrollo se obtiene por medio del ejercicio. De acuerdo con esta
ley, Dios ha provisto en su Palabra los medios necesarios para el desarrollo
mental y espiritual.
La Biblia contiene todos los principios que los hombres necesitan comprender, a fin de prepararse para esta vida o para la venidera. Estos principios pueden ser comprendidos por todos. Nadie que tenga disposición para apreciar su enseñanza puede leer un solo pasaje de la Biblia sin obtener de él algún pensamiento útil. Pero la enseñanza más valiosa de la Biblia no se obtiene por medio de un estudio ocasional o aislado.
Su gran sistema de verdad no se presenta de tal manera que pueda
descubrirlo el lector apresurado o descuidado. Muchos de sus tesoros están
lejos de la superficie, y sólo pueden ser obtenidos por medio de una
investigación diligente y de un esfuerzo continuo. Las verdades que forman el gran todo deben
ser buscadas y reunidas "un poquito
allí, otro poquito allá”. *Isa. 28:10.
https://laeducacionmhp.blogspot.com/2018/12/05a-la-cultura-mental-y-espiritual-la.html
HAp 129. LA CAUSA DE DIOS En La Tierra Necesita
Hoy Día Representantes Vivos De La Verdad Bíblica. Los ministros ordenados solos no pueden hacer
frente a la tarea de amonestar a las grandes ciudades. Dios llama no solamente
a ministros, sino también a médicos, enfermeros, colportores, obreros bíblicos,
y a otros laicos consagrados de diversos talentos que conocen la Palabra de
Dios y el poder de su gracia, y los invita a considerar las necesidades de las
ciudades sin amonestar. El tiempo pasa rápidamente, y hay mucho que hacer.
Deben usarse todos los agentes, para que puedan ser sabiamente aprovechadas las
oportunidades actuales…
https://elaguila3008.blogspot.com/2013/01/capitulo-16-el-evangelio-en-antioquia.html
OE 59. PABLO, EL APÓSTOL A LOS GENTILES.
Entre aquellos que fueron llamados a predicar el Evangelio de Cristo,
descuella el apóstol Pablo, y es para cada ministro un ejemplo de lealtad,
consagración y esfuerzo incansable. Su experiencia y sus instrucciones acerca
del carácter sagrado de la obra ministerial, son una fuente de ayuda e
inspiración para aquellos que están empeñados en el ministerio evangélico. Antes de su
conversión, Pablo era un acérrimo perseguidor de los discípulos de Cristo. Pero
ante las puertas de Damasco le habló una voz, resplandeció en su alma la luz
del cielo, y en la revelación que recibió del Crucificado, contempló lo que cambió
todo el curso de su vida. Desde entonces en adelante, el amor por el Señor de
gloria, a quien había perseguido tan implacablemente en la persona de sus
santos, lo superaba todo. Le había sido dado el ministerio de dar a conocer el
"misterio encubierto desde tiempos
eternos."*Rom. 16:25. "Instrumento escogido me es éste -declaró el
Ángel que le apareció a Ananías,- para que lleve mi nombre en presencia de los
gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel."*Hechos 9:15.
Y durante todo su largo servicio,
Pablo no vaciló nunca en su lealtad al Salvador. "No hago cuenta de haberlo ya alcanzado -escribió a los
filipenses;- pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y
extendiéndome a lo que está delante, prosigo al blanco, al premio de la
soberana vocación de Dios en Cristo Jesús."*Fil. 3:13,14. 60
La vida de Pablo fue una vida de
actividades intensas y variadas. De ciudad en ciudad, y de país en país, él
viajaba, contando la historia de la cruz, ganando conversos para el Evangelio y
estableciendo iglesias. Sentía una solicitud constante por estas iglesias, y
les escribió muchas cartas de instrucción. A veces trabajaba en su oficio para
ganar su pan cotidiano. Pero en toda la atareada actividad de su vida, nunca
perdió de vista el gran propósito, el de proseguir hacia el blanco de su alta
vocación.
Pablo llevaba consigo la
atmósfera del cielo. Todos los que se asociaban con él sentían la influencia de
su unión con Cristo. El hecho de que su propia vida ejemplificara la verdad que
él proclamaba, daba poder convincente a su predicación. En esto reside la fuerza de la verdad. La
influencia natural e inconsciente de una vida santa es el sermón más
convincente que pueda predicarse en favor del cristianismo. Los argumentos, aun
cuando sean incontestables, pueden provocar tan sólo oposición; mientras que un
ejemplo piadoso tiene un poder al cual es imposible resistir completamente.
El corazón del apóstol ardía de
amor por los pecadores, y él dedicaba todas sus energías a la obra de ganar
almas. Nunca vivió obrero más abnegado y
perseverante, Las bendiciones que recibía las apreciaba como otras tantas
ventajas que debía emplear para beneficio de otros. El no perdía oportunidad de
hablar del Salvador o de ayudar a quienes estuviesen en dificultades.
Dondequiera que pudiese encontrar auditorio, trataba de contrarrestar el mal y
encaminar los pies de hombres y mujeres por la senda de justicia.
Pablo no se olvidaba nunca de la
responsabilidad que pesaba sobre él como ministro de Cristo; ni de 61 que si se
perdían almas por infidelidad de su parte, Dios lo tendría por responsable. "Yo os protesto el día de hoy
-declaró,- que yo soy limpio de la sangre de todos."*Hechos 20:26. "Del cual yo Pablo soy hecho ministro
-dice hablando del Evangelio,- según la dispensación de Dios que me fue dada en
orden a vosotros, para que cumpla la palabra de Dios, a saber, el misterio que
había estado oculto desde los siglos y edades, mas ahora ha sido manifestado a
sus santos: a los cuales quiso Dios hacer notorias las riquezas de la gloria de
este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros la esperanza de
gloria: el cual nosotros anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando en
toda sabiduría, para que presentemos a todo hombre perfecto en Cristo Jesús: en
lo cual aún trabajo, combatiendo según la operación de él, la cual obra en mi
poderosamente."*Col. 1:25-29.
Estas palabras presentan al que
trabaja para Cristo una alta norma que alcanzar, la cual, sin embargo, puede
ser alcanzada por todos aquellos que, poniéndose bajo la dirección del gran
Maestro, aprenden diariamente en la escuela de Cristo. El poder de que dispone
Dios es ilimitado; y el ministro que, en su gran necesidad, busca al Señor en
la soledad, puede tener la seguridad de que recibirá aquello que será para sus
oyentes sabor de vida para vida.
Los escritos de Pablo demuestran
que el ministro evangélico debe ser un ejemplo de las verdades que enseña, "no dando a nadie ningún escándalo,
porque el ministerio nuestro no sea vituperado."*2Cor. 6:3.
A Tito escribió: "Exhorta asimismo a los mancebos a que sean
comedidos; mostrándote en todo por ejemplo de buenas obras; en doctrina
haciendo ver integridad, 62 gravedad, palabra sana, e irreprensible; que el
adversario se avergüence, no teniendo mal ninguno que decir de vosotros."*Tito
2:6-8.
Acerca de su propia obra, él nos
ha dejado una descripción en su epístola a los creyentes corintios: "Habiéndonos en todas cosas como
ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en
angustias; en azotes, en cárceles, en alborotos, en trabajos, en vigilias, en
ayunos; en castidad, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en Espíritu Santo,
en amor no fingido; en palabra de verdad, en potencia de Dios, en armas de
justicia a diestro y siniestro; por honra y por deshonra, por infamia y por
buena fama; como engañadores, más hombres de verdad; como ignorados, más
conocidos; como muriendo, mas he aquí vivimos; como castigados, mas no muertos;
como doloridos, mas siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo a muchos."*2Cor.
6:4-10.
El corazón de Pablo estaba lleno
de un hondo y constante sentimiento de su responsabilidad; y él trabajaba en
íntima comunión con Aquel que es la fuente de justicia, misericordia y verdad. Se
aferraba a la cruz de Cristo como su única garantía de éxito. El amor del
Salvador era el constante motivo que lo sostenía en sus conflictos con el yo y
en su lucha contra el mal, a medida que en el servicio de Cristo avanzaba
frente a la frialdad del mundo y a la oposición de sus enemigos.
Lo que la iglesia necesita en
estos días de peligro, es un ejército de obreros que, como Pablo, se hayan
educado para ser útiles, que tengan una experiencia profunda en las cosas de
Dios, y que estén llenos de fervor y celo. Se necesitan hombres santificados,
63 abnegados, valientes y fieles; hombres en cuyos corazones habite Cristo, "la esperanza de gloria,"*Col.
1:27. Y que con labios tocados por, el fuego santo prediquen "la palabra."*2Tim. 4:2.
Por falta de tales
obreros, la causa de Dios languidece, y errores fatales, como un veneno
mortífero, mancillan la moral y agostan las esperanzas de gran parte de la
especie humana.
A medida que los fieles y
cansados portaestandartes deponen sus vidas por la verdad, ¿quién se adelantará
a reemplazarlos? ¿Aceptarán nuestros jóvenes el santo cargo de manos de sus
padres? ¿Se están preparando para llenar las vacantes producidas por la muerte
de los fieles? ¿Oirán la recomendación del apóstol, el llamado al deber, en
medio de las incitaciones al egoísmo y a la ambición que seducen a la juventud?
64
8T 270. SECCIÓN CINCO: EL CONOCIMIENTO ESENCIAL. "Para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz
de Jesucristo" (2 Corintios 4:6).
CAPÍTULO 122. LA
OBRA DE LA CREACIÓN. Nunca podrá la ciencia explicar la obra de la
creación. ¿Qué ciencia puede explicar el misterio de la vida? La teoría de que
Dios no creó la materia cuando sacó al mundo a la existencia, no tiene
fundamento alguno. Al formar el mundo, Dios no se valió de materia
preexistente. Por el contrario, todas las cosas, materiales y espirituales,
comparecieron ante el Señor Jehová a la orden de su voz y fueron creadas para
el propósito de él. Los cielos y todo su ejército, y todas las cosas que
contienen, son no sólo la obra de sus manos, sino que llegaron a la existencia
por el aliento de su boca. "Por la fe entendemos haber sido constituido el
universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que
no se veía" (Hebreos 11:3). "Por la palabra de Jehová fueron hechos
los cielos, y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca... Porque él
dijo, y fue hecho; él mandó, y existió". (Salmo 33:6-9).
CAPÍTULO 123. LAS LEYES DE LA NATURALEZA. Al espaciarse en las leyes de la materia y de la naturaleza, muchos pierden de vista la intervención continua y directa de Dios, si es que no la niegan. Expresan la idea de que la naturaleza actúa independientemente de Dios, teniendo en sí y de por sí sus propios límites y sus propios poderes con que obrar. Hay en su mente una marcada distinción entre lo natural y lo sobrenatural. Atribuyen lo natural a causas comunes, desconectadas del poder de Dios. Se atribuye poder vital a la materia, y se hace de la naturaleza una divinidad. Se supone que la materia está colocada en ciertas relaciones, y que se la deja obrar de acuerdo a leyes fijas, en las cuales Dios mismo no puede intervenir; que (271) la naturaleza está dotada de ciertas propiedades y sujeta a ciertas leyes, y luego abandonada a sí misma para que obedezca a estas leyes y cumpla la obra originalmente ordenada. Esta es una falsa ciencia.
En la Palabra de Dios no hay nada que pueda sostenerla. Dios no anula sus leyes, sino que obra continuamente por su intermedio y las usa como sus instrumentos. Ellas no operan independientemente. Dios está obrando perpetuamente en la naturaleza. Ella es su sierva, y él la dirige como a él le place. En su obra, la naturaleza atestigua la presencia inteligente y la intervención activa de un Ser que actúa en todas sus obras de acuerdo con su voluntad. No es por un poder original inherente a la naturaleza como año tras año la tierra produce sus dones y continúa su marcha alrededor del sol. La mano del poder infinito obra de continuo para guiar este planeta. Lo que le conserva su posición durante la rotación es el poder de Dios ejercido a cada momento.
El Dios del cielo obra constantemente. Su poder hace florecer la vegetación, aparecer cada hoja y abrirse cada flor. Cada gota de lluvia o copo de nieve, cada brizna de hierba, cada hoja, flor y arbusto, testifican acerca de Dios. Estas cosas pequeñas que son tan comunes en derredor nuestro enseñan la lección de que nada es demasiado humilde para que lo note el Dios infinito; nada es demasiado pequeño para su atención. El mecanismo del cuerpo humano no puede comprenderse plenamente; contiene misterios que dejan perplejo al más inteligente. Si el pulso late y una respiración sigue a la otra, no es como resultado de un mecanismo que una vez puesto en movimiento, sigue funcionando.
En Dios vivimos, nos movemos y tenemos
nuestro ser. Cada respiración, cada palpitación del corazón constituyen una
evidencia continua del poder de un Dios siempre presente. Dios es el que hace
salir el sol en los cielos. Él abre las ventanas de los cielos y da lluvia. Él
hace crecer la hierba sobre los montes. "Da nieve como lana, y derrama la
escarcha como ceniza”. (272) "A su voz se produce muchedumbre de aguas en
el cielo... hace los relámpagos con la lluvia, y saca el viento de sus
depósitos" (Salmo 147:16; Jeremías 10:13). El Señor está constantemente
ocupado en sostener y usar como siervos suyos las cosas que ha hecho. Dijo
Cristo: "Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo" (Juan 5:17).
Ministerio Hno. Pio
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