Primera Epístola del Apóstol San Pablo a los CORINTIOS
INTRODUCCIÓN
1. Título. En el griego, el título de esta epístola es sencillamente "Para
Corintios A", es decir, "uno". No figura nada acerca de Pablo el
apóstol como autor de la carta. En el manuscrito de 1 Corintios de los papiros
bíblicos de Chester Beatty (ver t. V, p. 117), el manuscrito de esta epístola
más antiguo que existe, copiado alrededor del siglo III d.C., aparece el
título en su forma más sencilla. Se supone que en el autógrafo no había ningún
título.
2. Autor. Con la excepción de algunos críticos radicales que llegan a dudar si Pablo existió alguna vez, generalmente ha sido aceptada la paternidad literaria paulina de esta epístola. Se cree en realidad que junto con 2 Corintios, Romanos y Gálatas, es la mejor autenticada de todas las cartas de Pablo. El nombre del autor aparece tanto al comienzo como al fin de esta epístola (1 Cor. 1:1-2; 16:21).
La carta fue dictada a un amanuense o secretario, excepto el
saludo al final del libro, en donde Pablo declara que lo escribió con su
"popia mano" (cap. 16:21). No se conoce la razón exacta para que el
apóstol utilizara secretarios, pero indudablemente ésa era su costumbre (Rom.
16:22; Col. 4:18; 2 Tes. 3:17). Una posible razón es que Pablo tenía vista
deficiente (ver com. Gál. 6:1).
3. Marco histórico. La Primera Epístola a los Corintios fue escrita en Éfeso (1 Cor. 16:8). Esta ciudad fue el escenario de la actividad misionera de Pablo durante "tres años" (Hech. 20:31), y el centro principal de su obra durante su tercer viaje misionero (Hech. 19; 20:1).
La carta fue escrita cuando él estaba por partir para Grecia y Macedonia, pero esperaba permanecer en Efeso "hasta Pentecostés" (1 Cor. 16:5-8); sin embargo, las circunstancias apresuraron su partida (Hech. 19:21 a 20:3).
Las evidencias permiten que situemos la carta en la
primera parte del año 57 d.C. (ver p. 106).
La iglesia de Corinto fue establecida durante el segundo viaje misionero de
Pablo. El apóstol había pasado por lo menos 18 meses en ese lugar. Su obra
había sido ardua y exitosa, y se estableció una próspera iglesia (Hech. 18:1-11).
652
La antigua ciudad de Corinto estaba situada en el istmo que une el
Peloponeso con la Grecia continental. Estaba situada en el extremo sur del
istmo, en una llanura entre el istmo y una colina conocida como Acrocorinto, en
la cima de la cual había una ciudadela y un templo. La ciudad estaba, pues,
estratégicamente ubicada. El tráfico terrestre entre Peloponeso y el Ática
pasaba por Corinto. Su estratégica ubicación entre el golfo Sarónico, con
Atenas y El Pireo al este, y el golfo de Corinto al oeste del istmo, la
convirtieron en un centro mercantil de una gran parte del comercio que fluía
desde Asia hacia Europa y viceversa. Algunos fenicios se establecieron en la
ciudad y prosiguieron con su oficio de hacer tintura de púrpura, del murex
trunculus de los mares vecinos. También introdujeron otras artes, y
establecieron el culto inmoral de las deidades fenicias.
Corinto era una importante ciudad comercial, situada en una encrucijada de
rutas marítimas. Floreció en ella el flagelo del libertinaje, hasta el punto
que el mismo nombre de la ciudad se convirtió en un sinónimo de sensualidad. El
verbo "corintianizar" significaba libertinaje desenfrenado.
Cuando se comprende cómo era la religión de Corinto,
es evidente la maravillosa gracia de Dios que venció a las fuerzas del mal y
estableció una iglesia de santos regenerados en esa ciudad de tan mala fama.
Por su riqueza, lujo, comercio y población cosmopolita, Corinto bien
mereció el título que le dio Barnes: "París
de la antigüedad".
La Deidad Principal Era Afrodita, la diosa del amor en su forma más inmoral y de la pasión desenfrenada, por lo que no es difícil imaginarse el efecto de esta deificación de la sensualidad. El templo de Apolo estaba construido en la ladera norte de la Acrocorinto. Mil bellas jóvenes actuaban como prostitutas públicas ante el altar de la diosa del amor. Eran sostenidas mayormente por extranjeros, y la ciudad, como producto de su inmoralidad, obtenía un ingreso seguro. La tarea a la que hizo frente el mensajero del Evangelio en la antigua ciudad de Corinto, se presenta muy bien en estas palabras: "Si el Evangelio pudo triunfar en Corinto, puede vencer cualesquiera que sean las circunstancias" (W. D. Chamberlain).
Tres años después de la fundación de la iglesia y durante la ausencia de
Pablo (ver p. 103), SURGIERON numerosos problemas que demandaban la
atención del apóstol; esto lo sabemos por la misma epístola. En primer lugar, algunas facciones habían debilitado la iglesia. Debido a
la elocuencia y conocimiento de Apolos, muchos de la iglesia lo habían
ensalzado por encima de Pablo (1 Cor. 1:12; 3:4; cf. Hech. 18:24 a 19:1). Otros se jactaban de que
no eran seguidores ni de Pablo ni de Apolos, sino de Pedro, uno de los apóstoles
originales (1 Cor. 1:12). Otros afirmaban no estar unidos a ningún dirigente
humano, y profesaban ser seguidores de Cristo (cap. 1:12).
Además, como los miembros de esa iglesia vivían en
medio de la disoluta población de Corinto, muchos que habían renunciado a sus
caminos de impiedad recayeron en sus antiguos hábitos de vida (cap. 5).
La iglesia
también se había desacreditado debido a que los cristianos llevaban sus pleitos
a los tribunales seculares. La Cena del Señor se había convertido en una
ocasión de comilonas (cap. 11:17-34).
Asimismo habían surgido preguntas en cuanto al
matrimonio y problemas
sociales relacionados con él (cap. 7), en cuanto al consumo de alimentos
sacrificados a los ídolos (cap. 8) y acerca de la debida conducta de las
mujeres en el culto público (cap. 11:2-16).
También se entendía mal la función adecuada de los dones
espirituales (12-14).
Algunos eran escépticos en cuanto a la realidad y la forma de la resurrección
(cap. 15).
Pablo recibió de Apolos informaciones en cuanto al estado de la iglesia de Corinto, 653 y cuando surgieron divisiones en la iglesia, Apolos se retiró (ver HAp 226). Cuando éste estuvo con Pablo en Éfeso, el apóstol lo instó a que regresara a Corinto; pero no tuvo éxito (ver com. 1 Cor. 1:12). Otros que informaron a Pablo fueron "los de Cloé" (cap. 1:11) y también algunos que probablemente formaron una delegación: Estéfanas, Fortunato y Acaico (cap. 16: 17).
La situación era tal
que causó serios temores a Pablo. Él ya había escrito una carta a la iglesia
(ver com. cap. 5:9), y hay la posibilidad de que hubiera visitado brevemente a
Corinto durante su permanencia en Efeso (ver com. 2 Cor. 13:1). También había
enviado a Timoteo (1 Cor. 4:17; cf. cap. 16:10) y a Tito a Corinto (ver com. 2
Cor. 2:13). Además, redactó la carta que ahora conocemos como 1 Corintios, en
la que trataba los diversos problemas que habían surgido.
4. Tema. El principal propósito de la carta es doble:
En Primer lugar: Reprochar la apostasía que había provocado en la iglesia la introducción de prácticas que corrompían las enseñanzas del Evangelio;
Y En Segundo Lugar: Enseñar O Explicar puntos de creencia y de práctica acerca de los
cuales los creyentes habían pedido aclaraciones.
Pablo no encubrió el pecado ni lo
trató con indulgencia. Fue imparcial en su condenación, y no procuró lisonjear
ninguna de las transgresiones ni tampoco paliarlas en forma alguna.
Con firmeza y severidad condenó las desviaciones de la
senda de la rectitud. Junto con la presentación de
las irregularidades y el reproche por los crecientes males de la iglesia, se ve
la piedad compasiva y la tierna misericordia que siempre se hallan en el
corazón de los verdaderos colaboradores con Cristo, un amor que siempre procura
levantar al caído, restaurar al extraviado y curar al alma herida.
Pablo sabía que el amor, y no la fuerza ni la aspereza, es el poder que convierte y conquista el corazón. Por lo tanto, la intervención quirúrgica espiritual a la que sometió a la iglesia de Corinto fue seguida por el bálsamo consolador del amor apacible. Esto se ve especialmente en la exposición magistral del amor cristiano que se encuentra en el cap. 13.
EN LO REFERENTE A ENSEÑANZAS, la epístola trata de varios asuntos prácticos, como el matrimonio, la
participación en alimentos ofrecidos a los ídolos, el comportamiento en los
servicios de la iglesia, la Cena del Señor y el debido empleo de los dones
espirituales.
El libro ha sido descrito como "una de las más ricas, más
instructivas, más poderosas" de todas las cartas de Pablo (HAp 243).
5. Bosquejo.
I. INTRODUCCIÓN, 1:1-9.
A. Saludos iniciales, 1:1-3.
1. Identificación del
autor y sus colaboradores, 1:1.
2.
Destino de la epístola, 1:2.
3. Bendición inicial,
1:3.
B. Elogio por el crecimiento
espiritual, 1:4-9.
II. CONDENACIÓN DE
IRREGULARIDADES, 1:10 A 6:20.
A. Facciones en la iglesia,
1:10 a 4:21.
1. Reproche del
espíritu faccioso, 1:10-13.
2. Defensa de Pablo en
cuanto a su ministerio y el Evangelio, 1:14 a 2:16.
3. La inconsecuencia
del espíritu partidista, 3:1-23.
4. Se define la debida
actitud ante los dirigentes espirituales, 4:1-21.
B. El incesto, 5:1-13.
C. Litigio ante tribunales
seculares, 6:1-20.
III. RESPUESTAS A PREGUNTAS
HECHAS POR LOS CREYENTES DE CORINTIOS, 7:1 A 11:1. 654
A. Enseñanza acerca del
matrimonio, 7:1-40.
1. Reconocimiento recíproco de los derechos matrimoniales, 7:1-6.
2. Se recomienda el
celibato en ciertas circunstancias, 7:7-11.
3. El problema de los casamientos
con incrédulos, 7:12-16.
4. La aceptación de
Cristo no debe cambiar la condición social, 7:17-24.
5. Instrucciones
acerca de las vírgenes, 7:25-40.
B. Instrucciones acerca de lo
sacrificado a los ídolos, 8:1 a 11:1.
1. Se recomienda abstención
por causa del hermano débil, 8:1-13.
2. Se ilustra el uso
que hace Pablo de la libertad cristiana, 9:1-27.
3. Amonestación contra
la idolatría, 10:1-22.
4. El debido uso de la
libertad cristiana, 10:23 a 11:1.
IV. LA DEBIDA CONDUCTA EN EL CULTO
CRISTIANO, 11:2 A 14:40.
A. Uso del velo en las
mujeres, 11:2-16.
B. La forma debida de celebrar
la Cena del Señor, 11:17-34.
C. El lugar y la función de
los dones espirituales, 12:1-31.
1. Origen y diversidad
de los dones espirituales, 12:1-31.
2. El amor es el más
grande de los dones, 13:1-13.
3. Un estudio de los
dones de lenguas y de profecía, 14:1-40.
V. LA DOCTRINA DE LA
RESURRECCIÓN, 15:1-58.
A. La certeza de la
resurrección, 15:1-34.
B. La naturaleza literal de la
resurrección, 15:35-50.
C. La esperanza de la
resurrección realizada en la segunda venida de Cristo, 15:51-58.
VI. CONCLUSIÓN, 16:1-24.
A. Instrucciones acerca de la
ofrenda para los pobres, 16:1-4.
B. Presentación de planes para
una visita a Corintio, 16:5-9.
C. Pedido de que se reciba
bien a Timoteo, 16:10-11.
D. Decisión de Apolos de
permanecer en Éfeso, 16:12.
E. Exhortaciones finales, 16:13-18.
F. Saludos finales, 16:19-24.
6CBA/MHP
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