1 Corintios 3. LA INCONSECUENCIA DEL ESPÍRITU PARTIDISTA. Vers. (1-2) La leche es buena para los niños. (3-6) Las contiendas y las divisiones son fruto de la mente carnal. (7-8) El que planta y el que siega nada son. (9-10) Los ministros son colaboradores de Dios. (11-15) Cristo es el único fundamento. (16) El hombre es templo de Dios, (17-18) el cual debe mantenerse santo. (19-23) La sabiduría del mundo es insensatez delante de Dios.
1 De Manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. 2 Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía,
3 porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? 4 Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales? 5 ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. 6 Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.
7 Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. 8 Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor.
9 Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios. 10 Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. 11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.
12 Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, 13 la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. 14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. 15 Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.
16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? 17 Si alguno destruyera el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es. 18 Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio.
19 Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: El prende a los sabios en la astucia de ellos. 20 Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos. 21 Así que, ninguno se gloríe en los hombres; porque todo es vuestro: 22 sea Pablo, sea Apolos, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea lo por venir, todo es vuestro, 23 y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios. (1 Corintios 3).
1. No pude hablaros. Ver "como a niños".
Carnales. Gn sarkikós, "perteneciente a la carne",
"con la naturaleza y las características de la carne". La evidencia
textual establece (cf. p. 10) la variante sárkinos, "de carne",
"compuesto de carne", "humano". Tal vez no se debiera poner
demasiado énfasis en la diferencia entre las dos palabras, que probablemente se
usan aquí y en el vers. 3 con idéntico significado.
Como a niños. Pablo había adaptado sus métodos de trabajo a las
circunstancias locales durante su ministerio en Corinto. Estaba obligado a
presentar el Evangelio con sencillez debido a la incapacidad de los corintios
para comprender las características más profundas del cristianismo. Debía
tratar a la gente de Corinto como a niños espirituales adaptando su enseñanza a
los aspectos más elementales de la religión. No podía tratarlos como a adultos
espirituales, capacitados para captar las verdades más plenas y profundas del
Evangelio, ni podía considerar que estaban libres de los sentimientos y las
ambiciones que dominan y motivan a los hombres del mundo. Entre ellos había
divisiones y pleitos, dolorosas evidencias de que aún estaban dominados por
impulsos del corazón natural.
2. Os di a beber. Cf. Heb. 5:12-14; 1 Ped. 2:2.
Leche. El alimento natural de los niños. La
"leche" representa los principios elementales del Evangelio.
Vianda. Gr. brÇma, alimento en general, aquí alimento sólido en contraste con "leche". "Vianda" equivale a las verdades más completas y profundas del Evangelio (ver Heb. 6:1-2). Ni sois capaces todavía. No sólo eran incapaces de comprender los misterios más profundos del Evangelio cuando Pablo visitó a Corinto la primera vez, sino que en el momento cuando escribía esta epístola aún no habían avanzado lo suficiente en el conocimiento cristiano para poder comprenderlos.
3. Carnales. Gr. sarkikós (ver com. vers. 1). Pablo, al usar
este término, no necesariamente implicaba que los corintios se habían entregado
completamente a la carne -como en el caso de los impíos-, sino que parcialmente
estaban bajo la influencia de la carne.
Celos, contiendas. Gr. z'los kaí éris, palabras
traducidas "celos" y "pleitos" entre las obras de la carne
(Gál. 5:20). Los primeros dan lugar a los segundos. El espíritu de celos y de
malas suposiciones impedía que el Espíritu Santo llegara plenamente a los
corazones de los corintios (ver HAp 219; 2JT 82). Los deseos y sentimientos que
dominan el corazón natural deben ser subyugados por el poder de Jesús antes de
que el ser humano pueda entender y apreciar el plan de salvación.
Disensiones. Gr. dijostasía (ver com. Rom. 16:17). La evidencia
textual (cf. p. 10) se inclina por la omisión de esta palabra. Dijostasía
también se menciona en Gál. 5:20 entre las obras de la carne.
4. Soy de Pablo. Ver com. cap. 1:12.
Carnales. Gr. sarkikós, "carnal". La evidencia
textual establece (cf. p. 10) el texto "¿no sois hombres?", es decir,
meros seres humanos. "¿No procedéis al modo humano?" (BJ). "¿No
procedéis a lo humano?" (NC).
5. ¿Qué, pues, es Pablo? Es decir, ¿cuál es su posición
especial? Pablo está procurando presentar delante de la gente la verdadera
posición del ministro de Cristo. El ministro no está llamado a ser el caudillo
de un partido cismático; es sencillamente un servidor (diákonos, ver com. Mar.
9:35) que procura guiar a sus prójimos a la salvación.
Según lo. . . concedió el Señor. Quizá deba entenderse a la luz de
Rom. 12:3: "conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno"
(ver comentario respectivo). Por lo tanto, se referiría a los corintios que
habían creído debido al ministerio de Pablo y de Apolos. O bien Pablo pudo
haber estado pensando especialmente en sí mismo, en Apolos y en otros ministros
de Cristo, los cuales, al cumplir su comisión, sencillamente estaban haciendo
lo que se esperaba de ellos (cf. com. Luc. 17:10).
6. Yo planté. Cada uno de los siervos de Dios tiene su tarea
asignada para hacer. Unos ministros hacen la obra de pioneros, sembrando la
semilla de la Palabra; otros recogen la cosecha. Pueden emplearse varios
instrumentos diferentes para conducir a un pecador a Cristo, así como en la
obra que hace un carpintero se pueden emplear muchas herramientas diferentes
para construir un objeto.
Crecimiento. Los hombres son sólo los medios empleados por Dios
en su obra de ganar almas, y todo el mérito por la conversión de los pecadores
debe dársele a él (ver 7T 298). Los que creen mediante el ministerio de los
siervos de Dios deben concentrar su afecto en Jesús y no en aquellos por cuyo
medio les fue impartido el Evangelio.
Ha dado. Literalmente "daba". Se realza la
continuidad de la bendición de Dios.
7. Es algo. Esta es la respuesta a las preguntas que surgieron
en el vers. 5: "Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos?" (ver
comentario respectivo).
Sino Dios. Él es todo. A sus bendiciones se debe todo el
éxito. Los hombres no deben atribuirse a sí mismos la gloria de su éxito.
8. Una misma cosa. El que planta y el que riega no
deben estar en pugna mientras trabajan, sino unidos en sus metas y propósitos.
Es insensatez hacerlos caudillos rivales.
Su recompensa. Cada uno recibirá la recompensa que sea adecuada por el servicio que ha realizado en la causa de Dios. Todos los redimidos reciben la recompensa básica de la vida eterna, pero más allá de eso, la bendición conferida a los redimidos en el reino de la gloria está en relación con la naturaleza de sus servicios en esta vida. Según se deduce razonablemente de la parábola de las minas, en el reino de gloria habrá diferentes grados de recompensa por los servicios que se hayan prestado (Luc. 19:16-26; cf. 1JT 246-248; PVGM 264-266, 297-298; DTG 281). Se espera que los hijos de Dios, como mayordomos de los bienes de su Señor, usen fielmente sus capacidades en el servicio divino. El dinero invertido en la obra de Dios y los talentos usados para testificar por él, darán por resultado la salvación eterna de hombres y mujeres (ver 9T 58-59).
9. Colaboradores de Dios. El texto griego pone el énfasis
en "Dios". La obra es de Dios; los hombres son solamente las manos de
los seres celestiales. Los hombres deben, como quienes trabajan asociados con
el gran Obrero Principal, estar dispuestos a trabajar según el método divino,
aunque sea diametralmente opuesto a sus ideas naturales (Col. 3:23). Tendrán la
voluntad de esforzarse para cooperar plenamente con el Señor llevando a cabo
sus instrucciones. El hijo de Dios sabe que su Padre nunca le exigirá que haga
alguna cosa que no sea lo mejor para él. Esta relación de gozosa cooperación se
basa sencillamente en confiar en el gran amor del Padre omnisapiente.
La confianza en la sabiduría y en
el amor de Dios produce una voluntaria sumisión a la conducción divina. Los que
se someten a Dios serán usados por él como sus colaboradores (ver 8T 172). Una
elevada consideración del privilegio de ser colaboradores, no con los grandes
hombres de este mundo sino con el Creador de este mundo, con Aquel mediante
cuyo poder se mantiene el universo, hace que parezcan insignificantes los
honores máximos y las mayores recompensas que el mundo pueda ofrecer. Si todos
captaran esta visión de su supremo privilegio y procedieran al unísono para la
realización de los planes de Dios, conmoverían al mundo (ver 3JT 343; cf. 2T443).
Labranza. Gr. geÇrgion, "tierra cultivada",
"campo cultivado". Esta palabra no aparece más en el NT. Pablo
continúa con la figura que comenzó en el vers. 7. Se presenta a la iglesia de
Corinto como un campo que Dios cultiva a fin de que produzca frutos para su
reino. Dios es el Agricultor Supremo.
Edificio. Gr. oikodom', que deriva de oíkos,
"casa", y démÇ, "edificar". Pablo comienza una nueva
metáfora. Dios es el Arquitecto Maestro del edificio espiritual de la iglesia.
Cf. el uso de esta figura en Rom. 15:20; Efe. 2:20-22.
10. Gracia de Dios. Pablo reconocía que todo lo que
había logrado en la fundación de la iglesia de Corinto había sido por el favor
de Dios. Dios le confió el apostolado a los gentiles (Hech. 9:15-16; 26:16-18;
2 Cor. 1:1; Gál. 1:1). Una característica especial de su obra era la fundación
de nuevas iglesias (ver Rom. 15:20).
Perito. Gr. sofós; significa "sabio",
"hábil", "experto".
Arquitecto. Gr. arjitéktÇn, de donde deriva la palabra
"arquitecto". ArjitéktÇn
deriva de arjí, "principal" (comparar con el término arjággelos,
"arcángel"), y téktÇn, "artesano", que deriva de tíktÇ,
"dar a luz", "producir". ArjitéktÇn no aparece más en el
NT, pero la frase sofós arjitéktÇn está en Isa. 3:3 (LXX), "artífice
excelente" (RVR). En la obra de establecer la iglesia, Pablo se había
ocupado de colocar un fundamento firme, como lo hace un hábil arquitecto en la
construcción de un edificio. Otros obreros evangélicos podían continuar la obra
de edificar sobre ese fundamento sabiendo que los creyentes estaban firmemente
establecidos en los principios fundamentales de la verdad.
Cómo sobreedifica. Los sucesores de Pablo debían
tener cuidado en cuanto a la forma en que edificaran sobre el fundamento que él
había establecido. También hay una advertencia implícita acerca de los falsos
maestros. La obra de Pablo a menudo era estorbada por aquellos cuyas enseñanzas
no estaban basadas en las sencillas verdades del Evangelio (ver Hech. 15:1-2,
24; 2 Cor. 11:26; Gál. 1:8-9; 2:4-5). No sólo es esencial que los nuevos conversos
sean fielmente instruidos en las doctrinas básicas de la iglesia, sino también
que se les enseñe a discernir entre la verdad y las falsas enseñanzas del
fanatismo.
11. Otro. Gr. állos, "otro [de la misma clase]",
"uno más" (ver com. Gál. 1:6).
Hay sólo un Salvador. Otros salvadores proclamados por los hombres no son
"otro" igual. No tienen nada de salvadores (ver Juan 14:6; Hech. 4:12).
Está puesto. O "está como base".
12. Si. . . alguno edificare. Pablo se refiere en primer lugar
a los dirigentes de la iglesia de Corinto, de los cuales no todos estaban
cumpliendo con su obra en forma loable (ver com. vers. 10).
Oro, plata. Los diferentes materiales de edificación descritos
en este versículo pueden representar: (1) la instrucción espiritual de los dirigentes,
o (2) las personas que componen el edificio de la casa espiritual de Dios.
Estas dos ideas están íntimamente relacionadas y quizá ambas acudieron a la
mente de Pablo cuando usó esta metáfora. La debida instrucción espiritual
conduce a la formación de sanos caracteres cristianos; la mala instrucción, a
caracteres defectuosos. En cuanto al cuadro de los miembros de iglesia
representados por "piedras vivas" de una "casa espiritual",
ver 1 Ped. 2:5.
Piedras preciosas. Materiales de edificación durables,
como el granito y el mármol, o quizá simplemente piedras de adorno. Si Pablo
quiso decir lo primero, estaba destacando la durabilidad; si lo segundo, la
belleza. Estos materiales de edificación pueden representar una sana
instrucción o bien miembros de iglesia de saludable vida espiritual (ver
"oro, plata").
Madera, heno, hojarasca. Representan una instrucción
defectuosa o miembros de iglesia de vida cristiana en decadencia (ver
"oro, plata"). Hay muchas falsas creencias y doctrinas que no pueden
soportar la prueba escudriñadora de la Palabra de Dios, y, por lo tanto, no
contribuyen a la formación de caracteres que resistirán el juicio. En la
religión hay mucho fanatismo, intolerancia, falsa humildad, exagerada atención
a las formas y ceremonias externas, frívolo entusiasmo y agitación, que serán
desenmascarados en el gran día de Dios.
13. Se hará manifiesta. La verdadera naturaleza de la obra
de un hombre no siempre se ve en esta vida, pero será revelada en su verdadera
luz "en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los
hombres" (Rom. 2:16). El carácter de la enseñanza espiritual impartida se
revelará entonces plenamente en los resultados que ha producido en las vidas de
los que la han recibido. Algunos serán pesados, y hallados faltos; otros
recibirán la corona de la inmortalidad.
El día. Es decir, el día del juicio final, el día del Señor, al cual se hace referencia como "aquel día" en 1 Tes. 5:4. Por el fuego será revelada. Cuando un edificio se quema sólo quedan los materiales a prueba de fuego. El fuego representa los tiempos de crisis, incluso "la hora de la prueba" que sobrevendrá a todo el mundo "para probar a los que moran sobre la tierra" (Apoc. 3:10). Indudablemente, no se hace referencia a los fuegos literales del día final, porque este fuego simboliza una prueba de la cual es posible salvarse (ver 1 Cor. 3:14-15).
La verdadera naturaleza de la fe
de los que se llaman hijos de Dios se manifiesta en tiempos difíciles. Si están
verdaderamente convertidos y han sido debidamente adoctrinados con el puro
Evangelio de Jesucristo, los fuegos de la persecución y de la prueba sólo harán
que se fortalezca su fe y que su amor por el Señor brille aún más. Por otro
lado, si han recibido una instrucción defectuosa, compuesta de una mezcla de
filosofía humana y componendas con el mundo, su fe no resistirá la prueba de
las dificultades y se apartarán de Cristo y de su iglesia. Sólo los que hayan
edificado fielmente sobre el verdadero fundamento, Jesucristo, y hayan usado
materiales resistentes, verán que su obra perdura hasta el fin.
14. Si permaneciera la obra. Ver com. vers. 13.
Recibirá recompensa. Ver com. vers. 8.
15. Se quemare. El que no edifica sabiamente,
siguiendo fielmente las instrucciones del Arquitecto Supremo, verá que su obra
es destruida (ver Mat. 7:26-27). Se podrá arrepentir de su falta de destreza y
será aceptado por Dios, pero no cambiarán los resultados de su obra defectuosa;
permanecerán como una pérdida eterna del edificador descuidado. Un hombre puede
desfigurar las enseñanzas de Jesús mediante sus palabras y obras, y sembrar
semillas de duda, malas conjeturas y amor al mundo; con su influencia puede
hacer que muchas almas se aparten del puro Evangelio y acepten el error, y más
tarde reconocer el mal que ha hecho, y arrepentirse sinceramente, Dios lo
perdonará y lo salvará; pero debido a su edificación defectuosa algunas almas
quedarán fuera del reino. De modo que aunque él sea salvo, otros se perderán
eternamente (ver Gál. 6: 7; 2JT 139).
El mismo será salvo. Una lectura superficial de los
vers. 12-15 ha inducido a algunos a la conclusión errónea de que Pablo aquí
enseña la predestinación individual, prescindiendo de la elección personal. Una
cuidadosa lectura del contexto demuestra que no es así (vers. 3-15). El apóstol
se ocupa aquí de sus tareas como apóstol y las de otros "servidores"
(vers. 5) que habían trabajado en la iglesia de Corinto. La
"recompensa" de la que aquí se habla (vers. 8) es por el servicio
prestado en el ministerio evangélico, y no por la vida personal de uno como
cristiano. En cuanto a la predestinación bíblica, ver com. Juan 3:17-20; Rom.
8:29; Efe. 1:4-6.
Por fuego. Literalmente "a través de fuego";
"como quien pasa por el fuego" (NC). Es evidentemente una figura que
significa salvarse con dificultad. El hombre que edifica sobre el fundamento de
madera, heno, hojarasca, en el último momento de gracia puede arrepentirse y
ser salvo, ¡pero cuán trágicamente habrá malgastado su vida! El arrepentimiento
en la hora undécima del que se ha portado mal toda la vida, podrá ser aceptado,
¡pero qué pobre y estropeada ofrenda tiene para presentar! (ver 3TS 136).
16. Templo. Gr. naós, palabra que usaban los antiguos griegos
para describir el lugar más íntimo o sagrario de un templo, donde se colocaba
la imagen del Dios pagano. En el NT naós establece diferencia entre el edificio
del templo y el predio completo del templo -el templo y sus construcciones anexas-
o hierón (cf. com. Mat. 4:5).
Pablo dirige su atención a los
que constituyen el edificio espiritual. Colectivamente forman el templo
espiritual de Dios en el cual reside el Espíritu de Dios. Pablo se refiere
principalmente a la iglesia, y amonesta a sus sucesores de Corinto para que no
perjudiquen a la iglesia en ninguna forma (1 Cor. 3:17). Por supuesto, el
cristiano individual también es morada del Espíritu Santo; a este pensamiento
se le da el principal énfasis en 1 Cor. 6:19-20 (ver comentario respectivo).
17. Destruyere. La amonestación de Pablo se
dirige principalmente a los que por su proceder cismático estaban destruyendo
la iglesia de Corinto; y en segundo lugar, puede entenderse que su amonestación
se aplica al creyente individual, el cual es morada del Espíritu Santo, aunque
esto se trata más directamente en el cap. 6:19 (ver comentario respectivo). Es
algo terrible causar prejuicios a la iglesia de Dios. Los que por su palabra o
ejemplo derriban lo que Dios ha edificado, son catalogados como dignos del más
severo castigo.
El cual sois vosotros, santo es. En el griego el pronombre está en
el plural, indicando que los seres humanos que componen el templo son santos.
La idea es que, así como el edificio en el cual se manifestaba la presencia de
Dios era santo, así también lo son los creyentes en los cuales mora el Espíritu
Santo. El vocablo griego hágios, del cual se traduce "santo" o
"sagrado" (BJ), significa "dedicado a un propósito
especial". Ver com. Rom. 1:7.
18. Nadie se engañe a sí mismo. O "ninguno siga
engañándose", lo cual sugiere que algunas personas, como las que aquí se describen,
ya estaban engañadas y exhibían su sabiduría en la iglesia de Corinto. Pablo
exhorta a esos miembros autoengañados, que a sí mismos se llamaban
"sabios", a que practiquen la humildad y dejen de depender de su supuesta
sabiduría (cf. Prov. 3:5-6). El hecho de que dependieran de su propio
conocimiento e instrucción había originado la confusión que existía en la
iglesia. Aquellos que tienen la reputación de ser sabios, corren
particularmente el peligro de ensalzarse a sí mismos, y necesitan humillarse
ante Dios reconociendo con gratitud que toda verdadera sabiduría proviene de
él.
Hágase ignorante. Ante sus propios ojos y también
ante los del mundo. Comprenda que la opinión de sabio que tiene de sí mismo es
un engaño, y que esa pretendida sabiduría no tiene valor para la salvación.
Sométase humildemente para ser guiado por el Espíritu Santo, aunque sea
considerado como ignorante por el mundo. Si lo hace, obtendrá la verdadera
sabiduría que sólo proviene de Dios.
19. Sabiduría de este mundo. Están condenados al fracaso todos
los esfuerzos de los hombres para encontrar paz y felicidad sin tener en cuenta
a Dios. El estudio de la filosofía humana no conduce a Dios, sino tiende al
ensalzamiento de la criatura. Las vanas y autosuficientes opiniones de los griegos
acerca de religión son aquí consideradas por Dios como necedad (cap. 1:19-21).
Dios distingue la imperfección de toda sabiduría humana porque ve todo como es.
Cualquier cosa que los hombres procuren añadir al sencillo Evangelio de Jesús
está manchada por su comprensión imperfecta del pensamiento de Dios. Los falsos
maestros que habían turbado a la iglesia de Corinto sin duda mezclaban sus
propias especulaciones con las Escrituras.
Escrito está. Cita de Job 5:13 (ver comentario respectivo).
La astucia de ellos. No importa cuán sutiles,
inteligentes o hábiles puedan considerarse a sí mismos los hombres, no pueden
mejorar la Palabra de Dios, ni engañar a Dios, ni producir un plan mejor que el
divino. Dios puede desbaratar los propósitos de ellos y reducir a nada sus
planes. Y lo hace para permitirles que demuestren su necedad y queden entrampados
por ella (cf. Job 5:12; Isa. 8:10). Los muchos y diferentes sistemas teológicos
y filosofías religiosas que existen en el mundo de hoy día, ilustran la fuerza
de esta afirmación.
20. Otra vez. Cita de Sal. 94:11.
Son vanos. Pero como contraste, tiene verdadera sabiduría el
que reconoce de buen grado su insuficiencia y se somete a la dirección del
Espíritu Santo (Ver Sal. 94:12; Prov. 3:5-8).
21. Así que. Pablo procede ahora a declarar la conclusión
derivada de los argumentos precedentes. Puesto que la verdadera sabiduría no
proviene del hombre, no importa quién fuere, sino de Dios, no hay razón para
que ningún creyente ensalce al instrumento humano que usa Dios para impartir la
verdad.
22. Todo es vuestro. El proceso de este argumento se
basa en la verdad de que el creyente, en virtud de su creación y de su
salvación mediante Cristo, pertenece a Dios (ver Sal. 100:2-4; Hech. 20:28;
Rom. 14:8; Efe. 1:14; 1 Ped. 2:9).
Dios es dueño de todas las cosas
animadas o inanimadas, y todo lo que él ha hecho tiene el propósito de ser para
la bendición de sus redimidos (ver DMJ 94). Los apóstoles, profetas, ministros,
o cualquier otra clase de mensajero que él use, sirven a toda la iglesia y no
sólo a una parte de ella. Por lo tanto,
es incorrecto manifestar adhesión a determinado dirigente o ser humano en
particular, como Pablo o Apolos. Ellos eran sólo los instrumentos a quienes
Dios usaba para cumplir sus propósitos en la tierra. La atención de los
creyentes debe concentrarse en Dios y en Jesús, de quien -en su calidad de
Dios- procede toda sabiduría (Col. 2:23). Dios colocó al hombre en una tierra
perfecta cuando creó el mundo, donde todo estaba preparado para su bienestar,
felicidad y gozo; pero entró el pecado trayendo consigo muerte y sufrimiento.
Dios predominó por sobre los esfuerzos de Satanás para destruir a la raza
humana. Todo ha sido desfigurado por el pecado, pero las cosas de la tierra son
dadas por el Padre para el beneficio de sus hijos (cf. Rom. 8:28)
23. Vosotros de Cristo. Este es el glorioso clímax hacia
el cual Pablo ha estado dirigiendo su argumentación. Si todos los creyentes
pertenecen a Cristo, debe haber sólo un gran partido en la iglesia, y no muchos
grupos. La manifestación de esa grandiosa unidad es lo que nuestro Salvador
desea ver en su iglesia. Es la unidad que finalmente existirá en ella (ver Juan
17:9-11, 21,23; Efe. 4:13).
Cristo de Dios. Cf. cap. 11:3; 15:28. Ver com.
Juan 1:1; Nota Adicional de Juan 1. (6CBA).
COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE
1-23. TM 491. En las próximas
palabras el apóstol trae a consideración la verdadera fuente de la sabiduría
para el creyente: "Empero Dios nos lo reveló a nosotros por el Espíritu:
porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿Quién de
los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en
él? Así tampoco nadie conoció las 491
cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. . . .
Lo cual también hablamos, no con doctas palabras de humana sabiduría,
mas con doctrina del Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual".
Estas palabras significan mucho
para el alma que está tratando de correr la carrera que se le ha propuesto en
el Evangelio. "El hombre animal no percibe las cosas que son del Espíritu
de Dios, porque le son locura: y no las puede entender, porque se han de
examinar espiritualmente. Empero el espiritual juzga todas las cosas; mas él no
es juzgado de nadie. Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿quién le
instruyó? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo".
Leed también el tercer capítulo
de este libro, y estudiad y orad sobre estas palabras. Como pueblo, nuestra fe
y práctica necesitan ser Fortalecidas por el Espíritu Santo. No debiera
ejercerse ningún poder gobernante que obligue al hombre a obedecer los dictados
de la mente finita. "Dejaos del hombre, cuyo hálito está en su
nariz", ordena el Señor. Al inducir a las mentes de los hombres a apoyarse
en la sabiduría humana, colocamos un velo entre Dios y el hombre, de manera que
no hay una visión de Aquel que es invisible.
En nuestra experiencia individual
hemos de ser enseñados por Dios. Cuando lo busquemos con corazón sincero, le
confesaremos nuestros defectos de carácter; y él ha prometido recibir a todos
los que vienen a él con un espíritu de humilde dependencia. El que se rinde a
las exigencias de Dios tendrá la presencia permanente de Cristo, y esta
compañía será para él una cosa preciosa. Aferrándose a la sabiduría divina
escapará a la corrupción que está en el mundo por la concupiscencia. Día tras
día aprenderá más plenamente cómo llevar sus debilidades a Aquel que ha
prometido ser una ayuda inmediata en todo tiempo de necesidad. 492
1-2. HAp 219. EL ÉXITO QUE TUVO APOLOS en la predicación del
Evangelio indujo a algunos creyentes a exaltar sus labores por encima de las de
Pablo. Esta comparación de un hombre con otro produjo en la iglesia un espíritu
partidista que amenazaba impedir grandemente el progreso del Evangelio.
DURANTE
EL AÑO Y MEDIO QUE PABLO HABÍA PASADO EN CORINTO, había
presentado intencionalmente el Evangelio en su sencillez. No "con altivez
de palabra, o de sabiduría," había ido a los corintios, sino con
temor y temblor, y "con demostración del Espíritu y de poder," había
declarado "el testimonio de Cristo," para que su fe no estuviese
"fundada en sabiduría de hombres, más en poder de Dios." (1 Cor.
2:1,4,5).
PABLO
HABÍA ADAPTADO necesariamente su método
de enseñanza a la condición de la iglesia. "Yo, hermanos, no pude hablaros
como a espirituales les explicó más tarde,- sino como a carnales, como a niños
en Cristo. Os dí a beber leche, y no vianda: porque aún no podíais, ni aun
podéis ahora." (1 Cor. 3:1,2). Muchos de los creyentes corintios habían
sido lentos para aprender las lecciones que él se había esforzado por
enseñarles. Su progreso en el conocimiento espiritual no había estado en
proporción con sus privilegios y oportunidades.
Cuando hubieran tenido que estar muy adelantados en la vida cristiana, y
hubieran debido ser capaces de comprender y practicar las verdades más
profundas de la Palabra, estaban donde se hallaban los discípulos cuando Cristo
les dijo: "Aun tengo muchas cosas que deciros, mas ahora no las podéis llevar."
(Juan 16:12.)
LOS
CELOS, las malas sospechas y la acusación habían cerrado el corazón de muchos
de los creyentes corintios a la obra plena del Espíritu Santo, el cual
"todo lo escudriña, 220 aun
lo profundo de Dios." (1 Cor. 2:10.) Por sabios que pudieran ser en el
conocimiento mundano, no eran sino niños en el conocimiento de Cristo.
3-9. 5TS 271. Debiera entenderse que la unión perfecta entre los obreros
es indispensable para que se realice con éxito la obra de Dios. Para mantener la paz, cada uno debe pedir sabiduría
al gran Instructor. Guárdense todos de presentar proposiciones ambiciosas que
tengan por resultado el crear disensiones. Debemos
someternos unos a otros. Nadie en sí mismo es completo. Debemos
aprender constantemente del gran Instructor, sometiendo nuestra mente y nuestra
voluntad al Espíritu Santo.
Estudiad el segundo
capítulo de los Hechos. En el seno de la iglesia
primitiva, el Espíritu de Dios obró poderosamente por conducto de aquellos que
estaban perfectamente unidos. En el día de Pentecostés, todos estaban de un
mismo sentimiento, reunidos en un mismo lugar.
Debemos demostrar al mundo que
los creyentes de todas nacionalidades son uno en Cristo Jesús. Derribemos,
pues, todas las barreras, y alcancemos la unidad en el servicio del Maestro.
Al levantar las
banderas nacionales, presentáis al mundo un plan
según un concepto humano que Dios no puede aprobar. A los que quisieran obrar
así, el apóstol Pablo dice: "Porque todavía sois carnales: pues habiendo
entre vosotros celos, y contiendas, y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis
como hombres? 271 "Porque
diciendo el uno: Yo cierto soy de Pablo; y el otro: Yo de Apolos; ¿no sois
carnales? ¿Qué pues es Pablo? ¿y qué es Apolos? Ministros por los cuales habéis
creído; y eso según que a cada uno ha concedido el Señor. Yo planté, Apolos
regó: más Dios ha dado el Crecimiento. Así que, ni el que planta es algo, ni el
que riega; sino Dios, que da el crecimiento Y el que planta y el que riega son
una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. Porque
nosotros, coadjutores somos de Dios; y vosotros labranza de Dios sois, edificio
de Dios sois. " (1 Cor. 3:3-9.)
10-13. HAp 476. LOS
APÓSTOLES edificaron la iglesia de Dios sobre el fundamento que Cristo mismo había
puesto. Frecuentemente se usa en las Escrituras la figura de la construcción de
un templo para ilustrar la edificación de la iglesia. Zacarías señaló a 476 Cristo como el Pimpollo que debía
edificar el templo del Señor. Habla de los gentiles como colaboradores en la
obra: "Y los que están lejos vendrán y edificarán en el templo de
Jehová;" e Isaías declara: "Los hijos de los extranjeros edificarán
tus muros." (Zac. 6:12,15; Isa. 60:10.)
Escribiendo acerca de la edificación
de dicho templo, Pedro dice: "Al cual allegándoos, piedra viva, reprobada
cierto de los hombres, empero elegida de Dios, preciosa, vosotros también, como
piedras vivas, sed edificados una casa espiritual, y un sacerdocio santo, para
ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por Jesucristo." (1
Ped. 2:4,5.)
LOS APÓSTOLES
TRABAJARON EN LA CANTERA DEL MUNDO JUDÍO Y GENTIL, extrayendo
piedras que habían de colocar sobre el fundamento. En su carta a los creyentes
de Éfeso, Pablo les dice: "Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos,
sino juntamente ciudadanos con los santos, y domésticos de Dios; edificados
sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del
ángulo Jesucristo mismo; en el cual, compaginado todo el edificio, va creciendo
para ser un templo santo en el Señor: en el cual vosotros también sois
juntamente edificados, para morada de Dios en Espíritu." (Efe. 2:19-22.)
Y escribió a
los corintios: "Conforme a la gracia de Dios que me ha sido
dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima:
empero cada uno vea cómo sobreedifica. Porque nadie puede poner otro fundamento
que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si alguno edificare sobre este
fundamento oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca; la obra de
cada uno será manifestada; porque el día la declarará; porque por el fuego será
manifestada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego hará la prueba." (1
Cor. 3:10-13.)
LOS APÓSTOLES edificaron sobre un fundamento seguro, la Roca de los siglos. Sobre ese fundamento colocaron las piedras que extrajeron del mundo.
LOS EDIFICADORES no hicieron su obra sin afrontar obstáculos. Se hizo sumamente difícil a 477 causa de la oposición de los enemigos de Cristo. Tuvieron que luchar contra el fanatismo, el prejuicio y el odio de los que edificaban sobre un fundamento falso.
Muchos de los que trabajaban como calificadores de la iglesia podían compararse con los que construían las murallas en los días de Nehemías, de quienes se escribió: "Los que edificaban en el muro, y los que llevaban cargas y los que cargaban, con la una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada." (Neh. 4:17.)
11-15. HAp 478. EL ENEMIGO de la justicia no escatimaba ningún esfuerzo para
detener la obra encomendada a los edificadores del Señor. 478 PERO DIOS "no se dejó a sí mismo
sin testimonio." (Hech. 14:17.) Se levantaron obreros capaces de defender
la fe dada una vez a los santos. La historia registra la fortaleza y heroísmo
de esos hombres. A la semejanza de los apóstoles, muchos de ellos cayeron en
sus puestos, pero la construcción del templo siguió avanzando constantemente.
Los obreros fueron muertos, pero la obra prosiguió. Los valdenses, Juan Wiclef,
Huss y Jerónimo, Martín Lutero y Zwinglio, Cranmer, Latimer y Knox, los
hugonotes, Juan y Carlos Wesley, y una hueste de otros, colocaron sobre el
fundamento materiales que durarán por toda la eternidad.
Y EN LOS
ÚLTIMOS AÑOS, los que se esforzaron tan noblemente por promover la circulación de la Palabra
de Dios, y los que por su servicio en países paganos prepararon el camino para la proclamación del
último gran mensaje, ellos también ayudaron a levantar la estructura.
DURANTE LOS
AÑOS TRANSCURRIDOS DESDE LOS DÍAS DE LOS APÓSTOLES, la edificación
del templo de Dios nunca cesó. Podemos mirar hacia atrás a través de los
siglos, y ver las piedras vivas de las cuales está compuesto, fulgurando como
luces en medio de las tinieblas del error y la superstición. Durante toda la
eternidad esas preciosas joyas brillarán con creciente resplandor, testificando
del poder de la verdad de Dios. La centelleante luz de esas piedras pulidas
revela el fuerte contraste entre la luz y las tinieblas, entre el oro de la
verdad y la escoria del error.
PABLO Y LOS
OTROS APÓSTOLES, y todos los justos que han vivido desde entonces,
contribuyeron con su parte en la construcción del templo. Pero su estructura
todavía no está competa. Los que vivimos en este tiempo tenemos una obra que
hacer, una parte que realizar. Sobre el fundamento tenemos que colocar material
que resista la prueba del fuego, -oro, plata, piedras Preciosas, "labradas
a manera de las de un palacio." (Sal. 144:12.)
A LOS QUE ASÍ
EDIFICAN PARA DIOS, Pablo les habla palabras de ánimo y amonestación:
"Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si
la obra de 479 alguno fuere quemada,
será perdida: él empero será salvo, más así como por fuego." (1 Cor. 3:14,15.)
Los cristianos que presentan fielmente la palabra de vida, guiando a hombres y
mujeres al camino de la santidad y la paz, colocan sobre el fundamento material
que será probado, y en el reino de Dios serán honrados como sabios
constructores.
16-17. CN 421. LA MENTE PUEDE SER FORTALECIDA CONTRA LA TENTACIÓN. Las
facultades morales son excesivamente débiles cuando entran en conflicto con
hábitos ya establecidos. Los pensamientos impuros tienen el dominio de la
imaginación y la tentación es casi irresistible. Si la mente estuviera
acostumbrada a contemplar temas elevados, si la imaginación estuviera preparada
para contemplar cosas puras y santas, estaría fortalecida contra la tentación.
Se ocuparía de lo celestial, lo puro, lo sagrado y no podría ser atraída por lo
bajo, lo corrupto y vil (Christian Temperance and Bible Hygiene, pág. 135).
VOLVEOS
INTELIGENTES EN ESTAS COSAS. La satisfacción de
las pasiones más bajas inducirá a muchos a cerrar los ojos a la luz, porque
temen ver pecados que no están dispuestos a abandonar. Todos pueden ver si lo
desean. Si prefieren las tinieblas a la luz, su criminalidad no disminuirá por
ello. ¿Por qué no leen los hombres y mujeres y se instruyen en estas cosas que
tan decididamente afectan su fuerza física, intelectual y moral, Dios os ha
dado un tabernáculo que cuidar y conservar en la mejor condición para su
servicio y gloria. Vuestros cuerpos no os pertenecen. "¿O ignoráis que
vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual
tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque comprados sois por precio;
glorificad pues a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son
de Dios". "¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de
Dios mora en vosotros? Si alguno violare el templo de Dios, Dios destruirá al
tal; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es" (1JT,
págs. 259, 260). 422
DTG 133. "¿NO SABÉIS que sois templo de
Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno violare el templo
de Dios, Dios destruirá al tal: porque el templo de Dios, el cual sois
vosotros, santo es." (1 Corintios 3:16,17).
NINGÚN HOMBRE PUEDE DE POR SÍ ECHAR LAS MALAS HUESTES QUE SE HAN POSESIONADO DEL CORAZÓN. Sólo Cristo puede purificar el templo del alma. Pero no forzará la entrada. No viene a los corazones como antaño a su templo, sino que dice: "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré a él." (Apoc. 3:20). El vendrá, no solamente por un día; porque dice: "Habitaré y andaré en ellos;... y ellos serán mi pueblo." "El sujetará nuestras iniquidades, y echará en los profundos de la mar todos nuestros pecados." (2 Corintios 6:16; Miqueas 7:19).
Su presencia limpiará y santificará el alma, de manera que pueda ser un templo santo para el Señor, y una "morada de Dios, en virtud del Espíritu." (Efesios 2:21,22 VM.).
19. PVGM 202. EN LAS BENDICIONES Conferidas Al Hombre Rico, Se Había Hecho 202 Amplia
Provisión Para Las Necesidades De Muchos. Pero
él cerró su corazón al clamor del necesitado, y dijo a sus siervos: "Esto
haré; derribaré mis alfolíes, y los edificaré mayores, y allí juntaré todos mis
frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes almacenados
para muchos años; repósate, come, bebe, huélgate".
LOS IDEALES de este hombre no eran más elevados que los de las bestias que perecen. Vivía como si no hubiese Dios, ni cielo, ni vida futura; como si todo lo que poseía fuese suyo propio, y no debiese nada a Dios ni al hombre.
El salmista describió a este hombre rico cuando
declaró: "Dijo el necio en su corazón: No hay Dios". Salmos 14:1.*
ESTE HOMBRE HABÍA VIVIDO Y HECHO PLANES PARA SÍ MISMO. El ve que posee provisión abundante para el futuro; ya no le queda nada que hacer, fuera de atesorar y gozar los frutos de sus labores. Se considera a sí mismo como más favorecido que los demás hombres, y se gloría de su sabia administración. Es honrado por sus conciudadanos como un hombre de buen juicio y un ciudadano próspero. Porque "serás loado cuando bien te tratares". Salmos 49:18.* Pero "la sabiduría de este mundo es necedad para con Dios". 1Cor. 3:19.*
MIENTRAS EL HOMBRE RICO ESPERA DISFRUTAR DE AÑOS
DE PLACER EN LO FUTURO, el Señor hace planes muy diferentes. A este
mayordomo infiel le llega el mensaje: "Necio, esta noche vuelven a pedir
tu alma". Esta era una demanda que el dinero no podía suplir. La riqueza que él
había atesorado no podía comprar la suspensión de la sentencia.
En
un momento, aquello por lo cual se había afanado durante toda su vida, perdió
su valor para él. Entonces, "lo que has prevenido, ¿de quién será?"
Sus extensos campos y bien repletos graneros dejaron de estar bajo su dominio.
"Allega riquezas, y no sabe quién las recogerá". Salmos 39:6.VM.*
21-23. HAp 227. EN LA IGLESIA
CRISTIANA PRIMITIVA HABÍA ALGUNOS QUE REHUSABAN RECONOCER A PABLO Y A APOLOS, y
sostenían que Pedro era su jefe. Afirmaban
que Pedro había sostenido la más estrecha relación con Cristo cuando el Señor estuvo
en la tierra, mientras que Pablo había perseguido a los creyentes. Las
opiniones y los sentimientos de los tales estaban dominados por el
prejuicio. No manifestaban la liberalidad, la generosidad, la ternura, que
revelan que Cristo habita en el corazón.
HABÍA
PELIGRO de que este ESPÍRITU PARTIDISTA produjera un gran mal en la
iglesia cristiana; y el Señor le
indicó a Pablo que pronunciara palabras de ferviente amonestación y
solemne 227 protesta. A aquellos que decían: "Yo cierto
soy de Pablo, pues yo de Apolos; y yo de Cefas, y yo de Cristo," el
apóstol preguntó: "¿Está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por
vosotros? ¿o habéis sido bautizados en el nombre de Pablo?" "Así que,
ninguno se gloríe en los hombres suplicó; porque todo es vuestro; sea Pablo,
sea Apolos, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo
presente, sea lo por venir; todo es vuestro; y vosotros de Cristo; y Cristo de
Dios." (1Cor. 1:12,13; 3:21-23).
PABLO
Y APOLOS ESTABAN EN PERFECTO ACUERDO. El
último estaba chasqueado y apenado por la disensión existente en la iglesia de
Corinto; no se aprovechó de la preferencia que se le mostraba, ni la estimuló,
sino que abandonó rápidamente el campo de lucha. Cuando Pablo, más tarde,
le instó a visitar a Corinto, rehusó hacerlo, y no trabajó de nuevo allí hasta
mucho tiempo después, cuando la iglesia había alcanzado una condición
espiritual mejor. 228
Ministerio Hno. Pio
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