miércoles, marzo 10, 2021

REFLEXIÓN 600. CASTIGOS PARA LOS PAÍSES CIRCUNVECINOS DE ISRAEL (AMOS 1).

Amos 1. Presenta el juicio retributivo a las naciones vecinas de Israel, por su maldad contra su pueblo.

El ministerio de Amós, como el de Oseas, fue especialmente para Israel, el reino hebreo del norte, aunque Amós no siempre restringe el término Israel al reino del norte, sino que ocasionalmente incluye a Judá, el reino del sur.

Antes de ocuparse de Israel, Amós pronunció juicios contra algunas naciones paganas vecinas, porque habían perseguido al pueblo de Dios. Si los paganos merecían castigo, Israel no podía escapar pues tenía una luz mucho mayor.

Vers. (1-5) Amós hace saber el juicio de Dios contra Siria, (6-8) contra los filisteos, (9-10) contra Tiro, (11-12) contra Edom, (13-15) y contra Amón.

1 LAS palabras de Amós, que fue uno de los pastores de Tecoa, que profetizó acerca de Israel en días de Uzías rey de Judá y en días de Jeroboam hijo de Joás, rey de Israel, dos años antes del terremoto. 2 Dijo: Jehová rugirá desde Sión, y dará su voz desde Jerusalén, y los campos de los pastores se enlutarán, y se secará la cumbre del Carmelo. 3 Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Damasco, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque trillaron a Galaad con trillos de hierro. 4 Prenderé fuego en la casa de Hazael, y consumirá los palacios de Ben-adad. 5 Y quebraré los cerrojos de Damasco, y destruiré a los moradores del valle de Avén, y los gobernadores de Bet-edén; y el pueblo de Siria será transportado a Kir, dice Jehová.

6 Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Gaza, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque llevó cautivo a todo un pueblo para entregarlo a Edom. 7 Prenderé fuego en el muro de Gaza, y consumirá sus palacios. 8 Y destruiré a los moradores de Asdod, y a los gobernadores de Ascalón; y volveré mi mano contra Ecrón, y el resto de los filisteos perecerá, ha dicho Jehová el Señor.

9 Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Tiro, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque entregaron a todo un pueblo cautivo a Edom, y no se acordaron del pacto de hermanos. 10 Prenderé fuego en el muro de Tiro, y consumirá sus palacios.

11 Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Edom, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque persiguió a espada a su hermano, y violó, todo afecto natural; y en su furor le ha robado siempre, y perpetuamente ha guardado el rencor. 12 Prenderé fuego en Temán, y consumirá los palacios de Bosra.

13 Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de los hijos de Amón, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque para ensanchar sus tierras abrieron a las mujeres de Galaad que estaban encintas. 14 Encenderé fuego en el muro de Rabá, y consumirá sus palacios con estruendo en el día de la batalla, con tempestad en día tempestuoso; 15 y su rey irá en cautiverio, él y todos sus príncipes, dice Jehová. (Amos 1).

1. Palabras. La explicación que sigue: "Que profetizó acerca de Israel", "visiones que tuvo acerca de Israel" (BJ), demuestra que estas palabras provenían de Dios. El profeta recibió primero la revelación divina, más tarde la registró (2 Sam. 23: 2).

Pastores. O "criadores de ovejas". Amós pudo haber sido un modesto propietario de ovejas o un campesino pobre (cap. 7: 14-15); por lo tanto, pertenecía a la clase humilde.

Tecoa. Pueblecito de Judá, situado en un distrito rural arenoso y algo estéril, a unos 8 km al sur de Belén (2 Sam. 14: 2; 2 Crón. 11: 6; 20: 20; Jer. 6: 1). Todavía lleva el nombre bíblico.

Acerca de Israel. El ministerio de Amós, como el de Oseas, fue especialmente para Israel, el reino hebreo del norte, aunque Amós no siempre restringe el término Israel al reino del norte, sino que ocasionalmente incluye a Judá, el reino del sur.

Antes del terremoto. La historia secular aún no ha aclarado este suceso. Sin embargo, mucho tiempo después el profeta Zacarías menciona este terremoto (cap. 14: 5). Sin duda fue tan grave que dejó una profunda impresión en las generaciones posteriores. Josefo afirma que este terremoto se produjo cuando el rey Uzías entró atrevidamente en el templo para quemar incienso (Antigüedades i x. 10. 4; cf. 2 Crón. 26: 16-2 1).

2. Jehová rugirá. Compárese con la misma figura utilizada en Joel 3: 16.

Jerusalén. Esta referencia a Jerusalén como la morada de la presencia del Señor es, sin duda, para destacar que Dios no mora en Dan ni en Bet-el, escenarios del culto idólatra dedicado a los becerros (1 Rey. 12: 25-33).

Campos de los pastores. Amós era pastor, por lo tanto resultaba perfectamente natural que empleara este lenguaje para expresar el pensamiento de que todo el país experimentaría la venganza de Dios.

Carmelo. Es decir, el monte Carmelo que es, en realidad, una cadena montañosa más que una cumbre aislada. Era conocido por su abundante Fertilidad (Isa. 33: 9; 35: 2; Jer. 50: 19).

3. Así ha dicho Jehová. Antes de ocuparse de Israel, Amós pronunció juicios contra algunas naciones paganas vecinas, porque habían perseguido al pueblo de Dios. Si los paganos merecían castigo, Israel no podía escapar pues tenía una luz mucho mayor.

Tres pecados. Cf. vers. 6, 9, 11, 13; cap. 2: 1, 4, 6. Las cifras no deben tomarse literalmente, como que indicaran un número exacto de ofensas en cada caso. Sirven sólo para indicar un gran número; "el cuarto" se añade para significar una medida plena, completa (ver com. Job 5: 19; 33: 29; Ecl. 11: 2). La enumeración era una antigua forma poética que también se ha encontrado en la literatura cananea de Ugarit. El siguiente es un ejemplo ugarítico: "Baal odia dos sacrificios, sí tres, el que cabalga en las nubes, el sacrificio de vergüenza y el sacrificio vil, y el sacrificio del abuso a las doncellas".

"Tres pecados" quizá eran suficientes para probar que un mal era intencional e incurable. Pero todas las naciones mencionadas en los cap. 1-2 se habían excedido aun de este límite. El pecado persistente da como resultado una culpabilidad acumulada. Dios es muy paciente con los impíos; pero finalmente éstos cruzan el límite de la tolerancia divina.

Damasco. Esta ciudad era la capital del fuerte reino sirio y representaba a toda Siria. Era una de las ciudades más antiguas del mundo, hermosa por su posición geográfica, próspera y bien fortificada. Desde que Rezín se levantó contra Salomón (1 Rey. 11: 23-25) y se apoderó de Damasco, ciudad que había sido tributario de David (2 Sam. 8: 5-6), Damasco estuvo periódicamente en lucha con Israel. 

Como resultado hubo una guerra intermitente entre los dos (1 Rey. 15: 16-20; 20: 22; 2 Rey. 7; 10: 32; 12: 17-18; 13: 3-5). Jeroboam II de Israel, durante cuyo reinado Amós llevó a cabo su ministerio, derrotó otra vez a Damasco y la sometió a tributo (2 Rey. 14: 28).

Galaad. La altiplanicie de campos de pastoreo al este del Jordán. El nombre aquí implica todo el territorio al este del Jordán que fue dado a Gad, Rubén y la media tribu de Manasés (Jos. 22: 1-4, 9).

Trillos. Rastras o carros hechos de pesados tablones unidos entre sí, debajo de los cuales se insertaban piedras afiladas o puntas de hierro. Cargados con una piedra pesada o con el conductor, esos instrumentos eran arrastrados por bueyes sobre los granos (Isa. 28: 27; 41: 15). La LXX traduce así la última cláusula de Amós 1: 3: "Porque serrucharon con serruchos de hierro a las mujeres galaaditas con niños" (ver 2 Rey. 8: 12).

4. Prenderé fuego. Según parece este fuego era verdadero, aunque debe reconocerse que el fuego se usa para simbolizar la guerra y sus males (Sal. 78:62-63; Jer. 48:45-46; 49:26-27).

Ben-adad. Literalmente, "hijo de [dios] Adad".  Ben-adad III fue hijo de Hazael (2 Rey. 13: 3). Estos nombres pueden significar la dinastía de Hazael y la misma Damasco con sus magníficos palacios reales. Esta orgullosa ciudad recibiría una justa retribución por sus pecados.

5. Quebraré los cerrojos. Se usaban cerrojos para asegurar las puertas de la ciudad (1Rey. 4: 13; Jer. 51: 30; Nah. 3: 13); por lo tanto, al romperse los cerrojos la ciudad quedaba abierta al enemigo.

Valle de Avén. Se desconoce su ubicación exacta. En vez de "valle de Avén", la LXX traduce "la planicie de On". La palabra común griega para On es Heliópolis, o sea "ciudad del sol"; y esto ha inducido a algunos eruditos a identificar la planicie de On con la planicie entre los montes Líbano y Antilíbano donde estaba el famoso santuario de Baal-bek, que también era llamado Heliópolis.

Bet-edén. Literalmente, "casa de delicia". Algunos han identificado a Bet-edén con una región de Mesopotamia, la cual se piensa que es la asiria Bit-Adini a orillas del río Eufrates (ver com. 2 Rey. 19: 12).

Kir. Su localización geográfica no es segura. Era la región de la cual emigraron originalmente los sirios (arameos) (cap. 9: 7). Algunos años después de que se diera esta profecía, muchos habitantes de Siria fueron llevados cautivos cuando Tiglat-pileser III mató a Rezín y saqueó a Damasco (2 Rey. 16: 7-9).

6. Gaza. En los vers. 6-8 se pronuncia juicio contra Filistea, cuyos habitantes eran enemigos tradicionales de Israel. De las cinco principales ciudades de Filistea, Gaza era la que estaba más al sur, y por su importancia se la menciona como representante de toda la nación, así como se usa a Damasco para representar a toda Siria (ver com. vers. 3).  

En el vers. 8 se nombran otras tres ciudades filisteas: Asdod, Ascalón y Ecrón. No se menciona a Gat porque quizá, había dejado de ser importante, o porque había sido destruida (ver 2 Crón. 26: 6), o porque pudo haber estado incluida en la expresión "resto de los filisteos" (Amós 1: 8).

7. Fuego. Gaza fue posteriormente conquistada por el rey de Egipto (Jer. 47: 1), por Alejandro Magno, quien la sitió durante más de dos meses (Josefo, Antigüedades x i. 8. 4), y también por otros invasores.

8. Asdod. La ciudad es llamada Azoto en la LXX y en Hech, 8: 40. Estaba a unos 30 km al noreste de Gaza y a unos pocos kilómetros del mar. Asdod fue capturada por Uzías (2 Crón. 26: 6), por Sargón, rey de Asiria (Isa. 20: 1), y por Psamético, rey de Egipto.

Ascalón. Esta era la única ciudad filistea importante situada a la orilla del mar. Estaba emplazada en una colina semicircular que le daba un aspecto muy imponente desde el mar. Aunque su puerto era pequeño e incómodo, tenía un activo comercio, que era su principal fuente de poder e importancia.

Volveré mi mano. Es decir, otra vez castigaré a Ecrón (ver com. Isa. 1: 25).

Ecrón. Esta ciudad estaba a unos 17 km al noreste de Asdod. Cada una de las cinco ciudades de Filistea tenía su propio rey; pero juntas formaban una especie de confederación para consultarse mutuamente en un caso dado, y colaborar (ver com. Juec. 3: 3; cf. Juec. 16: 5, 8, 18; 1 Crón. 12: 19).

9. Tiro. En los vers. 9-10 se pronuncia un juicio contra Tiro, la principal ciudad de los fenicios.

Entregaron. Tiro, la orgullosa y gran ciudad mercantil de aquellos días, cooperó con los filisteos contra los hebreos (Sal. 83: 7). Amós no acusa a Tiro de que hubiera llevado los cautivos, sino de entregarlos a los edomitas, olvidando así el pacto hecho con David y Salomón (2 Sam. 5: 11; 1 Rey. 5: 1, 7-1l; 9: 11 14; 2 Crón. 2: 11-16). Como los fenicios habían vendido a las personas a los edomitas, eran responsables de las crueldades que sufrieron los judíos.

Delante de Dios una persona es tan culpable por el crimen que instiga como por el que ella misma comete.

10. Fuego. El territorio continental de Tiro fue tomado por Senaquerib y más tarde por Asurbanipal. La isla fue sitiada por Esarhadón y Asurbanipal, y les pagó tributo. Más tarde fue capturada y destruida por Alejandro Magno (ver com. Eze. 26: 3-4).

11. Su hermano. Amós ahora procede a condenar a las tres naciones consanguíneas de Israel: Edom, Amón y Moab. Edom, descendiente de Esaú, era la más íntimamente relacionada y también la más hostil. El proceder poco hermanable de Edom contra los descendientes de Jacob desde el tiempo de Esaú hasta los días de Amós, es, antes que cualquier otro hecho específico, lo que condena el profeta (Núm. 20: 14-21; cf. Deut. 2: 2-8; 23: 7; 2 Rey. 8: 20-22; 2 Crón. 28: 16-17). Toda la profecía de Abdías es contra Edom (cf.  Eze. 25: 12-14; 35; Joel 3: 19). 

Es malo odiar a un enemigo; peor odiar a un amigo, y aún peor odiar a un hermano.

12. Temán. O un nombre para Edom, o una región de Edom habitada por una tribu 982 descendiente de Esaú (ver com. Gén. 36: 11, 34; Jer. 49: 7).

Bosra. Importante ciudad de Edom, situada en un cerro, a unos 38 km al sureste del mar Muerto, y a unos 48 km al norte de la ciudad de Petra.

13. Amón. En los vers. 13-15 el profeta declara el castigo que vendría sobre Amón. Amón estaba emparentado con Israel por medio de Lot. En el harén de Salomón había muchas mujeres amonitas (1 Rey.  11: 1,7). Aunque originalmente los amonitas parecen haber sido un pueblo agresivo y nómada, la abundancia de ruinas que se hallan en su país muestran que posteriormente se radicaron y se hicieron sedentarios.

Para ensanchar sus tierras. Los amonitas reclamaban los territorios que los israelitas habían tomado de Sehón, y trataron de apropiarse de ellos en los días de Jefté (Juec. 11). Posteriormente se apoderaron del territorio de Gad, lo que les atrajo una dura condenación del profeta Jeremías (Jer. 49: 1-6).

Abrieron. En 1 Sam. 11: 1-3; 2 Sam. 10: 15; 2 Crón. 20; Eh. 2: 10, 19; 4: 1-3, hay ejemplos de la hostilidad de los amonitas contra Israel. La envidia, los celos y el temor unieron a amonitas y moabitas, y contrataron a Balaam para que maldijera a Israel (Deut. 23: 2-4). Aunque no tenemos otro registro de las atrocidades cometidas por los amonitas contra los galaaditas que las que aquí se consignan, Hazael de Siria cometió estas mismas barbaridades; y es muy posible que los amonitas lo hubieran imitado en estos salvajes crímenes (cf. 2 Rey. 8: 12; Ose. 13: 16).

14. Rabá. Literalmente, "grande", es decir "la capital". Rabá, o Rabá de los hijos de Amón, era la capital de Amón, ubicada al este del Jordán en el brazo sudeste del río Jaboc, y era la única ciudad importante del distrito. Fue tomada por David (2 Sam. 11: 1; 12: 26-31). Según Josefa, Amón fue tomada por Nabucodonosor (Jer. 27: 1-7) durante su campaña egipcia (Antigüedades x. 9. 7). El nombre moderno de Rabá es Ammán (nótese su parecido con "Amón"), la capital del actual reino de Jordania.

Con estruendo. Referencia a los gritos de combate de la hueste enemiga que aumentaba el horror de la carnicería (cf. Job 39: 25).

Con tempestad. Expresión que indica la ira de Dios contra la ciudad (Jer. 23: 19).

15. Su rey. Heb. malkam, que acertadamente puede traducirse como "rey de ellos", o puede también tomarse como nombre propio, Milcom (ver com. 2 Sam. 12: 30; 1 Rey. 11: 5), dios mejor conocido como Moloc, la principal deidad de los amonitas (ver com. 1 Rey. 11: 7; Jer. 49: 1; Sof. 1: 5). Concordaba perfectamente con el espíritu de la época que se creyera que la deidad o deidades locales compartían los terrores de la guerra con sus adoradores (ver Isa. 46: 1-2). Bien pudo haber anunciado Amós que tanto el rey como el dios de los amonitas serían llevados en cautiverio como una evidencia de la completa derrota de esa nación.

En cautiverio. En el caso de Israel, el cautiverio tenía el propósito de que se llevara a cabo una reforma; y en el caso de las naciones paganas, juzgadas aquí por Dios debido a sus crímenes, el cautiverio marcaría la terminación de su tiempo de gracia. (4CBA) 

COMENTARIOS (EGW).

LA PREPARACIÓN PARA EL SERVICIO. ¡Cuántos obreros útiles y honrados en la causa de Dios recibieron su preparación en medio de los humildes deberes de las más modestas posiciones en 348 la vida! Moisés estaba destinado al trono de Egipto, pero Dios no podía sacarlo de la corte del rey para hacer la obra que le tenía reservada. Únicamente cuando hubo pasado cuarenta años como pastor fiel fue enviado para librar a su pueblo.  Gedeón fue tomado de la era para ser instrumento en las manos de Dios para librar a los ejércitos de Israel. Eliseo fue llamado a abandonar el arado y cumplir la orden de Dios. Amós era labrador, cultivador del suelo, cuando Dios le dio un mensaje que proclamar.

Todos los que lleguen a ser colaboradores de Cristo tendrán que hacer mucho trabajo duro y desagradable, y sus lecciones de instrucción deben ser elegidas sabiamente, y adaptadas a sus peculiaridades de carácter y a la obra que han de ejecutar. OE/EGW

TODO OBRERO EVANGÉLICO debe comprender que la enseñanza de los principios que rigen la salud forma parte de la tarea que se le ha señalado. Esta obra es muy necesaria y el mundo la espera.

En todas partes hay tendencia a reemplazar el esfuerzo individual por la obra de las organizaciones. La sabiduría humana tiende a la consolidación, a la centralización, a crear grandes iglesias e instituciones. Muchos dejan a las instituciones 106 y organizaciones la tarea de practicar la beneficencia; se eximen del contacto con el mundo, y sus corazones se enfrían. Se absorben en sí mismos y se incapacitan para recibir impresiones. El amor a Dios y a los hombres desaparece de su alma.

Cristo Encomienda A Sus Discípulos Una Obra Individual, que no se puede delegar. La atención a los enfermos y a los pobres y la predicación del Evangelio a los perdidos, no deben dejarse al cuidado de juntas u organizaciones de caridad. El Evangelio exige responsabilidad y esfuerzo individuales, sacrificio personal.

"Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar -manda Cristo,- para que se llene mi casa." (S. Lucas 14: 23.) Jesús relaciona a los hombres con aquellos a quienes quieren servir. Dice [acerca del deber cristiano]: "¿No es que ... a los pobres errantes metas en casa; que cuando vieres al desnudo, lo cubras?" "Sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán." (Isaías 58:7; S. Marcos 16:18.) Por medio del trato directo y de la obra personal, se han de comunicar las bendiciones del Evangelio.

Cuando en lo antiguo Dios daba luz a su pueblo, no obraba exclusivamente por una sola categoría de individuos. Daniel era príncipe de Judá. Isaías era también de estirpe real. David y Amós eran pastores de ganado; Zacarías era un cautivo vuelto de Babilonia; Eliseo era labrador. El Señor suscitaba como representantes suyos a profetas y príncipes, nobles y plebeyos, y les enseñaba las verdades que debían transmitir al mundo.

A todo aquel que llega a ser partícipe de su gracia, el Señor le señala una obra que hacer en favor de los demás. Cada cual ha de ocupar su puesto, diciendo: "Heme aquí, envíame a mi." (Isaías 6:8.) Al ministro de la Palabra, al enfermero misionero, al médico creyente, al simple cristiano, sea negociante o agricultor, profesional o mecánico, a todos incumbe la 107 responsabilidad. Es tarea nuestra revelar a los hombres el Evangelio de su salvación. Toda empresa en que nos empeñemos debe servirnos de medio para dicho fin.

Los que emprendan la obra que les fue señalada no sólo serán fuente de bendición para otros, sino que ellos mismos serán bendecidos. El sentido del deber cumplido influirá de modo reflejo en sus almas. El desalentado olvidará su desaliento, el débil se volverá fuerte, el ignorante, inteligente, y todos encontrarán ayuda segura en Aquel que los llamó.

LA IGLESIA DE CRISTO está organizada para servir. Tal es su consigna. Sus miembros son soldados que han de ser adiestrados para combatir bajo las órdenes del Capitán de su salvación. Los ministros, médicos y maestros cristianos tienen una obra más amplia de lo que muchos se imaginan. No sólo han de servir al pueblo, sino también enseñarle a servir. No sólo han de instruir a sus oyentes en los buenos principios, sino también educarlos para que sepan comunicar estos principios. 

La verdad que no se practica, que no se comunica, pierde su poder vivificante, su fuerza curativa. Su beneficio no puede conservarse sino compartiéndolo.

Hay que romper la monotonía de nuestro servicio a Dios. Todo miembro de la iglesia debe empeñarse en alguna manera de servir al Maestro. Unos no pueden hacer tanto como otros, pero todos deben esforzarse cuanto les sea posible por hacer retroceder la ola de enfermedad y angustia que azota al mundo. Muchos trabajarían con gusto si se les enseñara cómo empezar. Necesitan instrucción y aliento.

Cada iglesia debe ser escuela práctica de obreros cristianos. Sus miembros deberían aprender a dar estudios bíblicos, a dirigir y enseñar clases en las escuelas sabáticas, a auxiliar al pobre y cuidar al enfermo, y trabajar en pro de los inconversos. Debería haber escuelas de higiene, clases culinarias y para varios ramos de la obra caritativa cristiana. Debería haber no sólo enseñanza teórica, sino también trabajo práctico bajo la 108 dirección de instructores experimentados. Abran los maestros el camino trabajando entre el pueblo, y otros, al unirse con ellos, aprenderán de su ejemplo. Un ejemplo vale más que muchos preceptos.

Cultiven todos sus facultades físicas y mentales en cuanto les sea posible, para trabajar por Dios doquiera su providencia los llame. La misma gracia que de Cristo descendió sobre Pablo y Apolos, y que los hizo notables por sus cualidades espirituales será comunicada hoy a los misioneros cristianos abnegados. Dios quiere que sus hijos tengan inteligencia y conocimiento, para que con inequívoca claridad y gran poder se manifieste su gloria en nuestro mundo.

Los obreros educados y consagrados a Dios pueden servir de una manera más variada y realizar una obra más extensa que los indoctos. La disciplina mental les da mucha ventaja. Pero los que no tienen mucho talento, ni vasta ilustración, pueden, no obstante, trabajar provechosamente para otros. Dios quiere valerse de los que están dispuestos a servirle. No es la obra de los más brillantes ni de los más talentosos la que da los mayores resultados ni los más duraderos. Se necesitan hombres y mujeres que hayan oído el mensaje del Cielo. Los más eficientes son los que responden al llamamiento: "Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí." (S. Mateo 11:29.)

Se necesitan misioneros que lo sean de corazón. Aquel cuyo corazón ha sido conmovido por Dios anhela ganar a los que nunca conocieron el amor divino. La condición en la cual están le hace simpatizar con su aflicción. Sale dispuesto a exponer la vida, enviado e inspirado del Cielo, para desempeñar una obra en que los ángeles puedan cooperar.

Si aquellos a quienes Dios confió grandes talentos del intelecto los consagran a un uso egoísta, quedarán abandonados a su suerte después de un período de prueba. Dios elegirá a hombres que no parecen tan bien dotados, que no tienen mucha confianza en sí mismos, y fortalecerá a los débiles porque 109 creen que él hará por ellos lo que de suyo no pueden hacer. Dios acepta el servicio prestado de todo corazón, y suplirá las deficiencias.

Muchas veces el Señor escogió por colaboradores a hombres que sólo habían obtenido una instrucción limitada en las escuelas. Los tales usaron sus facultades con el mayor celo, y el Señor recompensó su fidelidad en la obra, así como la diligencia y sed de conocimientos de que dieron prueba. Vio sus lágrimas y oyó sus oraciones. Así como su bendición descendió sobre los cautivos en la corte de Babilonia, otorga hoy sabiduría y conocimiento a los que por él trabajan.

Hombres faltos de educación escolar y de humilde situación social, han obtenido, mediante la gracia de Cristo, admirable éxito en la obra de ganar almas para él. El secreto de ese éxito era la confianza que tenían en Dios. Aprendían cada día de Aquel que es admirable en consejo y poderoso en fortaleza.

Tales obreros deben recibir aliento. El Señor los relaciona con otros de más capacidad para llenar los claros que otros dejan. La rapidez con que advierten qué debe hacerse, su prontitud en auxiliar a los necesitados, sus amistosas palabras y acciones, les deparan oportunidades de ser útiles, que de otro modo les serían vedadas. Se acercan a los que están en dificultad, y la influencia persuasiva de sus palabras lleva a Dios a muchas almas temerosas. Su obra denota lo que otros miles de personas podrían hacer si quisieran. MC/EGW

Ministerio Hno. Pio


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