Miqueas 4. La Gloria del monte de la casa de Jehová (1-5). Restauración
y reavivamiento de Israel (6-10). Victoria de Sion sobre sus enemigos (11-13).
* Miq. 4: 1-3
es prácticamente idéntico a Isa. 2: 2-4. (Ver Comentario). Este pasaje
pertenece a aquellas declaraciones del AT que "son muy animadoras"
(CM 439-440) para la iglesia de hoy día, así como lo fueron para el pueblo a
quien se dirigieron originalmente.
Los vers. 6 y
7, describen el plan de Dios para el remanente de Israel. Se esperaba que un
reavivamiento religioso se manifestara entre los exiliados y que al fin los
israelitas aceptarían su destino divino. Miqueas predecía los gloriosos
resultados de un reavivamiento tal. Desgraciadamente el fracaso de los judíos
hizo imposible el cumplimiento de esos sucesos en el Israel literal. Los
propósitos del cielo se realizarán ahora mediante la simiente espiritual, la
iglesia cristiana (Gál. 3: 7, 9, 29). Conversos de todas las naciones se
congregarán en el reino espiritual de la gracia que -en ocasión de la segunda
venida de Cristo- se convertirá en el reino de la gloria (ver pp. 30-32. “Enlace
sobre el papel de Israel en las profecías”).
La angustia del cautiverio vendría antes de que disfrutaran de las bendiciones anticipadas en los vers. 1-8. Antes de la corona estaría la cruz; antes de las sonrisas, las lágrimas. Por lo tanto, la gloriosa perspectiva descrita en Miq. 4: 1-8 no se cumplió en los que volvieron a la tierra de Judá después del exilio en Babilonia.
1 Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la casa de Jehová será establecido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él los pueblos. 2 Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. 3 Y él juzgará entre muchos pueblos, y corregirá a naciones poderosas hasta muy lejos; y martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se ensayarán más para la guerra.
4 Y se sentará cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien los amedrente; porque la boca de Jehová de los ejércitos lo ha hablado. 5 Aunque todos los pueblos anden cada uno en el nombre de su Dios, nosotros con todo andaremos en el nombre de Jehová nuestro Dios eternamente y para siempre.
6 En aquel día, dice Jehová, juntaré la que cojea, y recogeré la descarriada, y a la que afligí; 7 y pondré a la coja como remanente, y a la descarriada como nación robusta; y Jehová reinará sobre ellos en el monte de Sión desde ahora y para siempre. 8 Y tú, oh torre del rebaño, fortaleza de la hija de Sión, hasta ti vendrá el señorío primero, el reino de la hija de Jerusalén. 9 Ahora, ¿por qué gritas tanto? ¿No hay rey en ti? ¿Pereció tu consejero, que te ha tomado dolor como de mujer de parto? 10 Duélete y gime, hija de Sión, como mujer que está de parto; porque ahora saldrás de la ciudad y morarás en el campo, y llegarás hasta Babilonia; allí serás librada, allí te redimirá Jehová de la mano de tus enemigos.
11 Pero ahora se han juntado muchas naciones contra ti, y dicen: Sea profanada, y vean nuestros ojos su deseo en Sión. 12 Mas ellos no conocieron los pensamientos de Jehová, ni entendieron su consejo; por lo cual los juntó como gavillas en la era. 13 Levántate y trilla, hija de Sión, porque haré tu cuerno como de hierro, y tus uñas de bronce, y desmenuzarás a muchos pueblos; y consagrarás a Jehová su botín, y sus riquezas al Señor de toda la tierra. (Miqueas 4).
1. En Los Postreros Tiempos. Miq. 4: 1-3 es prácticamente idéntico a Isa. 2: 2-4. (Veamos el comentario de Isaías).
*2. ACONTECERÁ. El mensaje de los vers. 2-4 ha sido interpretado de diversas maneras. La profecía: (1) se refiere al milenio en que habrá paz en la tierra, y los judíos serán restaurados a su patria ancestral y recuperarán su condición de pueblo escogido de Dios, gobernarán la tierra y lograrán la conversión del mundo;
(2) describe un falso reavivamiento religioso que tendrá
lugar en el final de la historia de la tierra, patrocinado por el cristianismo
apóstata y diseñado para convertir al mundo, tal como se alude en 1Tes. 5:1-5;
Apoc. 13:11-17; etc.; (3) presenta el plan original que Dios tuvo de que el
Israel literal llegara a ser su instrumento para salvar al mundo, pero que
debido al fracaso y al rechazo de Israel, la predicción hecha aquí será
cumplida por el pueblo escogido de Dios cuando éste proclame el Evangelio hasta
los confines del mundo.
Como ocurre
con todos los pasajes bíblicos, la única manera de determinar el verdadero
sentido de Isa. 2:2-4 y su importancia para la iglesia de hoy, consiste en
estudiar este pasaje dentro del contexto de toda la Biblia, y determinar lo que
las Escrituras mismas dicen al respecto. Ver en las pp. 27-40 el estudio
cuidadoso de lo que la Biblia enseña en cuanto a los problemas básicos
implicados en las diversas interpretaciones imaginativas referentes al retorno
de los judíos a Palestina y al papel de Israel dentro del plan divino. Ver en
CM 439-441, los comentarios que hace Elena de White acerca del pasaje paralelo
de Miq. 4:1-3. En esos comentarios ella afirma que ese pasaje es una de las
lecciones prácticas que deben animar a la iglesia de hoy.
https://elaguila3008.blogspot.com/2020/08/el-papel-de-israel-en-la-profecia-del.html
Debe señalarse
que Miq. 4:1-3 es casi idéntico a Isa. 2:2-4. Él estudio del contexto de
Miqueas ayudará a comprender este pasaje paralelo en Isaías. Estos dos profetas
fueron contemporáneos durante varios años.
Lo postrero de los tiempos. Heb. be'ajarith hayyamim, literalmente ,en el fin de los días". La palabra 'ajarith generalmente designa el fin de cualquier período, sea corto o largo. 'Ajarith aparece en relación con (1) el fin de los 430 años de la permanencia en Egipto (ver com. Gén. 15:13, 16), después de lo cual Israel poseería la tierra de Canaán (Gén. 49: 1); (2) el final de la peregrinación por el desierto (Deut. 8:16); (3) la conclusión de un período futuro de tribulación y exilio (Deut. 4: 30; Ose. 3: 5); (4) la terminación de un período histórico (Deut. 31: 29); (5) el resultado definitivo de determinada conducta (Prov. 14: 12; 23: 32; Isa. 47: 7); (6) "el fin" del año (Deut. 11: 12), y (7) la terminación de un período de prueba en la vida de un hombre (Job 42: 12).
En las profecías bíblicas se emplea en relación con (1) el final del poderío de Grecia (Dan. 8: 23); (2) el fin de los 1.260 y los 2.300 días (Dan. 10: 14; 8: 19); (3) la reunión de los gentiles al fin del tiempo (Isa. 2: 2; Miq. 4:1; (4) la batalla de Gog y Magog inmediatamente antes del establecimiento del reino mesiánico (Eze. 38: 6-7, 16); (5) el gran día del juicio final (Jer. 23: 20; 30: 24); (6) el fin de los impíos (Sal. 37: 38).
En la LXX, la
palabra 'ajarith se traduce comúnmente por ésjatos, "último",
"final". Es lo contrario de re'shith, "comienzo" (ver com.
Gén. 1: 1). Esto puede verse claramente en Isa. 41: 22; 46: 10, donde se hace
el contraste entre "principio" y "postrimería", "lo
por venir" y "principio".
El uso
bíblico de la palabra 'ajarith muestra que en cada caso, es el contexto lo que
deberá determinar cuán distante está ese "fin". El contexto de la
frase "lo postrero de los tiempos", en Isa 2: 2, se refiere a la
manifestación de la "majestad" de Dios (vers. 10), al día cuando sólo
Jehová "será exaltado" (vers. 11,17), al "día de Jehová"
(vers. 12), al tiempo cuando "él se levante para castigar la tierra"
146 (vers. 19). Compárese Isa. 2: 10-21 con Apoc. 6: 14-17. El contexto del
pasaje paralelo de Miq. 4: 1-4 habla del tiempo cuando "Jehová reinará sobre
ellos en el monte de Sion desde ahora y para siempre" (vers. 7), y se
refiere al tiempo de la restauración del "señorío primero" a Sion
(vers. 8), luego del cautiverio babilónico (vers. 10). Por lo tanto, "lo
postrero de los tiempos" de Isa. 2: 2 precede inmediatamente al
establecimiento del reino mesiánico. En consonancia con los principios de
interpretación expuestos en las pp. 31-32, la edad mesiánica, según el plan que
Dios tuvo originalmente para con Israel debería haber venido como clímax del
período de restauración después del cautiverio babilónico (ver PR 519-520).
Pero Israel no satisfizo las condiciones necesarias para que Dios pudiera
cumplirle las numerosas promesas de gloria nacional y dominio universal. Como
resultado, la predicción de Isa. 2: 1-4 nunca se cumplió en el Israel literal.
El monte de la casa de Jehová. En la LXX, esta frase aparece como "el monte
del Señor y la casa de Dios". La frase "casa del Señor" o casa
de Jehová" se emplea comúnmente en el AT para designar el templo (1 Rey.
8: 63; etc.), situado en el monte de Moriah (ver com. 2 Crón. 3: 1; cf. Jer.
26: 18; Miq. 3: 12). Este lugar, escogido por el Señor como centro de su culto
(Deut. 12: 5-6, 14; 16: 16), llegó a ser centro y símbolo del judaísmo (1 Rey.
8: 29-30; etc.). El sistema religioso judío estaba íntimamente ligado con el templo y
sus servicios, que su destrucción en 586 a.C. y en 70 d.C. dejó prácticamente
interrumpido el sistema de sacrificios. Cuando jeremías predijo la
desolación del templo, los dirigentes religiosos de la nación pidieron a gritos
su muerte (Jer. 26: 1-9). La falsa acusación de que Jesús había dicho que
destruiría el templo fue la peor acusación que los falsos testigos pudieron
inventar contra él (Mar. 14: 58; 15: 29; cf. Juan 2: 19). Los atrios interiores
del templo eran los únicos lugares en Jerusalén de los cuales los gentiles
estaban excluidos bajo pena de muerte (Hech. 21: 28-3l).
Por esto,
decir que "el monte de la casa de Jehová" sería exaltado como
"cabeza de los montes" equivalía a decir que el Dios de Israel sería
honrado por encima de los otros dioses y religiones. La palabra
"monte" es símbolo de poder y, por lo tanto, de dominio nacional
(Isa. 2: 14; Jer. 51: 25; Eze. 6: 2-3; 36: 1, 4; Zac. 4: 7; Apoc. 17: 9-10).
Daniel presenta al reino de Dios como transformándose en "un gran monte
que llenó toda la tierra" (Dan. 2: 35). En Isa. 11:1, 10; 56: 6-8 también
se hace alusión a los gentiles que vendrían al "santo monte" de Dios.
Como cabeza de los montes. Heb. bero'sh heharim, frase que también puede
traducirse como el "principal de los montes" o "en la cima de
los montes" (BJ). En todo caso el sentido es el mismo. Si la frase
"el monte de la casa de Jehová" representa la religión de Israel,
"los montes" debe significar las otras religiones de la tierra. Por
estar íntimamente ligado al judaísmo como fe religiosa, Israel sería también
"confirmado" como nación sobre las otras naciones de la tierra (ver
pp. 31-32; PP 324).
Correrán a él todas las naciones. Según el plan que Dios originalmente formuló para
Israel como su instrumento escogido para la salvación del mundo, habría de
llegar el tiempo cuando las naciones de la tierra aceptarían la superioridad y
liderazgo de Israel como nación (ver pp. 29-30). Vez tras vez se repite en los
escritos proféticos del AT, y sobre todo en Isaías, el cuadro glorioso del
ensalzamiento de la nación de Israel (PR 272- 273). Dice el profeta que los
gentiles correrían a Israel por el interés de Jehová su Dios (cap. 55: 5);
habla de naciones que vendrían de lejos (cap. 45: 14; 49: 6-8, 12, 18, 22) para
unirse con Israel (cap. 14: 1) y con Jehová (cap. 56: 6); declara que Dios
mismo los conduciría a su "santo monte", el cual por esa razón
llegaría a ser "casa de oración para todos los pueblos" (cap.
56:7-8), y que los gentiles llevarían su riqueza a Jerusalén (cap. 60:311).
Jeremías dice que todas las naciones gentiles vendrían "desde los extremos
de la tierra" Jer. 16:19) y se reunirían "en el nombre de Jehová en
Jerusalén" (Jer. 3:17). Zacarías previó el tiempo cuando "muchas
naciones" se unirían a Jehová para ser pueblo suyo (Zac. 2:11) y
"muchos pueblos y fuertes naciones" vendrían "a buscar a Jehová
de los ejércitos en Jerusalén" (Zac. 8:21-22; cf. Zac. 14:16). De esta
manera, el reino de Israel finalmente llegaría a ocupar toda la tierra (PVGM
232-233; Zac. 9:9-10). Aquellas naciones que se negaran a cooperar con el plan
de Dios para unirse con Israel, perecerían (Isa. 60:12; cf. 54:3), y serían
desposeídas (PVGM 232-233). Este glorioso cuadro del triunfo final de la verdad
nunca se cumplió147 con el Israel literal, pero se cumplirá con el Israel
espiritual. Es por esto que Isa. 2:1-5 se refiere al cuadro del glorioso
triunfo del Evangelio por medio del instrumento escogido por Dios en nuestros
días, que es su iglesia (ver com. Apoc.
18:1 y pp. 37-38).
3. VENDRÁN MUCHOS PUEBLOS, Y DIRÁN. En estas palabras, como en la afirmación del vers. 2
de que todas las naciones correrán a Jerusalén, el profeta Isaías coincide con
las afirmaciones de otros profetas del AT en cuanto a lo que "dirán"
otros pueblos. Al reconocer la evidente superioridad de Israel como nación
(Deut. 4:6-7; 28:10; Isa. 61:9- 10; 62:1-2; Jer. 33:9; Mal. 3:12), y admitir
que sus "padres" habían poseído "mentira" (Jer. 16:19), las
naciones gentiles se dirían mutuamente: "Vamos a implorar el favor de
Jehová, y a buscar a Jehová de los ejércitos" (Zac. 8:21-22). Y a Israel
le dirían: "Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con
vosotros" (Zac. 8:23).
Esta promesa de la reunión de las naciones para adorar al verdadero
Dios, nunca se cumplió con el Israel literal, debido a que no alcanzó las
condiciones exigidas; pero se cumplirá espiritualmente con el pueblo de Dios en
esta generación (ver pp. 34-35, 37).
Venid, y subamos. Si
Israel hubiera sido fiel a Dios, los gentiles habrían pronunciado estas
palabras al darse cuenta de las ventajas de honrar al verdadero Dios. Compárese
con las palabras de Zac. 8:21, 23: "Vamos a implorar el favor de Jehová...
Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros".
Monte de Jehová. Equivale
a "monte de la casa de Jehová" (vers. 2). Es otra forma de decir:
"Vayamos a Jerusalén". En el
rollo 1QIsª de los Manuscritos del Mar Muerto (ver t. I, p. 35; t. IV, pp.
128-130), no aparece la frase "al monte de Jehová".
Casa. Es decir, el templo de Jerusalén (ver com. vers. 2).
Dios de Jacob. O
sea, "Dios de Israel". Cuando Dios hizo un pacto con Jacob le puso el
nombre de Israel (ver com. Gén. 32: ,28). El hecho de que los gentiles no
dijeran solamente, "Vayamos a Jerusalén", sino "Subamos al monte
de Jehová, a la casa del Dios de Jacob", indica que comprendían plenamente
que la grandeza de Israel se debía a la cooperación del pueblo con el plan
divino, y que ese pueblo adoraba al verdadero Dios.
Nos enseñará sus caminos. En el cap. 55: 5, Isaías menciona que las naciones
correrían hacia Jerusalén "por causa de Jehová tu Dios". Cuando
siguieran "a Jehová para servirle" y amar su nombre (cap. 56: 6-8),
el templo literalmente se transformaría en "casa de oración para todos los
pueblos". Ver pp. 3032.
Caminaremos por sus sendas. De todas las naciones vendrían personas para unir
sus intereses con los de Israel, diciendo: "Iremos con vosotros, porque
hemos oído que Dios está con vosotros" (Zac. 8: 23). Finalmente quedaría
"también un remanente para nuestro Dios" (cap. 9: 7), y todas las
naciones subirían "de año en año para adorar al Rey, Jehová de los
ejércitos" (cap. 14:16). Esto sucedería después de que "las naciones
que vinieron contra Jerusalén" (vers. 16) hubieran sufrido el castigo
impuesto por Dios (vers. 12-13, 19) y el Señor fuera "rey sobre toda la
tierra" (vers. 9).Cf. Eze. 38: 8,
16, 18, 20-23; 39:1-3; Zac. 12: 2-3, 8-9; 14:1-3. De Sion. Jerusalén debería haberse "destacado en la gloria
de la prosperidad, como reina de los reinos" y haberse establecido
"como poderosa metrópoli de la tierra" (DTG 529-530). Tanto el templo
(PR 32) como la ciudad "habrían sido para siempre" (CS 21). Las
naciones de la tierra hubieran honrado a los judíos y los hubieran reconocido
como depositarios y expositores de la ley divina para todos los pueblos (Deut.
4:7-8; Rom. 3:1-2). Los principios revelados por medio de Israel debían
transformarse en "los medios de restaurar la imagen moral de Dios en el
hombre" (PVGM 229). Y "a medida que aumentara el número de los
israelitas, éstos habían de ensanchar sus fronteras, hasta que su reino
abarcara el mundo" (PVGM 232-233).
4. JUZGARÁ. No todas las naciones de la tierra estarían
dispuestas a obedecer "la palabra de Jehová" que emanaría "de
Jerusalén" (vers. 3). Los que se negaran a someterse a la autoridad de
Dios, manifestada a través de los judíos como pueblo escogido del Señor, se
unirían para conseguir por la fuerza de las armas lo que no habían estado
dispuestos a obtener poniendo su carácter en armonía con la ley de Dios (Jer.
25: 32; Eze. 38: 8-12; Joel 3:1, 12; Zac. 12: 2-9; 14: 2). Al llegar a
Jerusalén y sitiarla descubrirían, para su espanto, que en realidad luchaban
con el Dios del cielo (Jer. 25: 31-33), y que él los juzgaría (Joel 3: 9-17) y
destruiría allí mismo (Isa. 34: 1-8; 60: 12; 63:1-6; 66:15-18). Cuando los 148 paganos se hubieran
concentrado en la zona del valle de Josafat (Joel 3: 2, 12), situada
inmediatamente al este de Jerusalén, Dios se sentaría "para juzgar a todas
las naciones de alrededor" (Joel 3:12). La palabra Yehoshafat (Josafat)
significa literalmente "Jehová juzgará".
Reprenderá a muchos pueblos. "Bien que todas las naciones de la tierra" se junten contra Jerusalén (Zac. 12: 3), "Jehova defenderá al morador de Jerusalén" (vers. 8) y destruirá a "todas las naciones que vinieron contra Jerusalén" (vers. 9). Lo que se describe en estos pasajes nunca se cumplió en el caso del Israel literal, puesto que la nación no desempeñó la misión que se le encomendó.
Sin embargo, como lo señaló Juan el revelador
(Apoc. 20:7-15), esta profecía se cumplirá en cierta medida al final del
milenio, cuando Satanás engañe a las naciones de la tierra, "a Gog y a
Magog, a fin de reunirlos para la batalla" (8), para rodear "el
campamento de los santos" (9). Los impíos estarán "de pie ante
Dios" y serán "juzgados" "por las cosas que estaban
escritas en los libros" (vers. 11- 12), "cada uno según sus
obras" (vers. 13). Las naciones de la tierra sabrán que Jehová es Dios
(Eze. 38:23). Cf. Zac. 12: 4; Apoc. 19:19-21.
Rejas de arado. Heb. 'ittim, instrumentos agrícolas de hierro, probablemente "rejas de arado", piquetas, "azadones" (BJ).
En acadio, la palabra designa la vara del tiro del arado. El contraste es
claro: se transformarían las armas de guerra en herramientas de paz. Cuando los
enemigos de Israel fueran vencidos, el remanente (Zac. 14:16) transformaría sus
armas bélicas en herramientas pacíficas.
ESTE ERA EL PLAN DIVINO
que nunca se cumplió en el caso
del Israel literal.
No alzará espada. Cuando
los enemigos de Israel fueran eliminados, las naciones que quedaran se
someterían voluntariamente al liderazgo de Israel. "La paloma de la paz
hubiera salido de sus muros [de Jerusalén] rumbo a todas las naciones" (DTG
530). Jerusalén habría sido "habitada confiadamente (Zac. 14: 1 l).
"Extraños no... [habrían pasado] más por ella" (Joel 3:17-18). En
consonancia con su nombre, la ciudad sería "posesión de paz" o
"fundamento de paz". De nuevo: el plan original que Dios tuvo para
con Israel no se cumplió por causa de la apostasía.
Ni se adiestrarán más para la guerra. Cf. Ose. 2: 18; Sal. 46:9. Los que creen que un retorno literal de los judíos a
Palestina presagia su restablecimiento a la relación del pacto del AT, han
interpretado que Isa. 2: 1-4 y su pasaje paralelo de Miq. 4:1-3 constituyen
una predicción de mil años de paz, época en que los judíos gobernarán la tierra
y la convertirán a Dios. Por supuesto, esta interpretación
carece de base bíblica (ver pp. 27, 39). En un intento por demostrar el error
de esta posición, algunos han procurado explicar que estos versículos de Isaías
se refieren a un falso reavivamiento religioso. Esta interpretación debería
examinarse comparando el pasaje de Isaías con otros pasajes similares del AT.
Tal como se presenta en las pp. 27-40, la Biblia siempre aplica la descripción
hecha aquí a la situación que habría prevalecido si Israel hubiese sido fiel a
Dios, cuando los gentiles se hubieran unido al pueblo de Dios. Pero la
infidelidad del Israel literal hizo que este propósito fuera imposible de
realizar. En consecuencia, se cumplirá con el Israel espiritual mediante la
proclamación final del Evangelio a las naciones de la tierra (Apoc. 14: 9-11;
18:1-4; ver pp. 37-38).
En CM 439 se
cita parte del pasaje paralelo de Miq. 4:1-3 junto con Isa. 54: 11-14 y Jer 31:
33-34, como una de las muchas "lecciones prácticas en la Palabra de Dios,
lecciones que Cristo quiere que maestros y padres presenten a los niños en la
escuela y en el hogar". Se afirma que es uno de los pasajes bíblicos que
"contienen gran estímulo" y "son un tesoro de perlas
preciosas" (CM 440). Si Isa. 2: 1-4 y Miq. 4: 1-3 constituyen hoy una
lección práctica de "gran estímulo" para el pueblo de Dios,
difícilmente podrían describir un falso reavivamiento religioso. Sin embargo,
cuando las palabras de Isaías y Miqueas se consideran dentro del marco y
contexto de pasajes similares del AT, entonces se destaca su importancia.
NÓTESE LO SIGUIENTE:
I. Isaías afirma específicamente que el mensaje de los vers. 2-5 concierne a "Judá" y a "Jerusalén" (Isa. 2: l; cf. Miq. 4:2), el pueblo escogido de Dios. En todo el AT, "Judá" y "Jerusalén" siempre son el pueblo de Dios, a pesar de sus imperfecciones y defectos, y Dios los reconoce como tal (Núm. 23:21). Aquellos a quienes Dios no reconoce como su pueblo nunca son designados con el nombre de "Judá" y "Jerusalén". Nunca se dirige él a Babilonia, Egipto o Edom llamándolos "Judá" y "Jerusalén". Nótese también la exhortación que se hace a la "casa de Jacob" en el vers. 5. La gloriosa perspectiva de la recompensa por la fidelidad a Dios debiera haber sido un gran incentivo para que Israel caminara "por sus veredas" (ver CM 439-440).
II. Algunas
veces se hace
resaltar la frase "vendrán muchos pueblos, y dirán" (Isa. 2: 3), como
evidencia de que estas palabras se oponen a lo que el Señor ha dicho. Sin
embargo, debiera notarse que lo que aquí se afirma que dicen los
"pueblos" está en plena armonía con la voluntad de Dios tal como se
revela en otros pasajes de su Palabra, y que sería sumamente apropiado en boca
de los que sinceramente aman al Señor. Además, en varios pasajes del AT con
frecuencia se pone en boca de los gentiles convertidos al judaísmo esta misma
idea, algunas veces expresada con las mismas palabras. Por ejemplo, compárese
con Zac. 8: 21-23: "Vamos a implorar el favor de Jehová, y a buscar a
Jehová de los ejércitos... Y vendrán muchos pueblos y fuertes naciones a buscar
a Jehová de los ejércitos en Jerusalén, y a implorar el favor de Jehová. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: En
aquellos días acontecerá que diez hombres de las naciones de toda lengua
tomarán del manto de un judío, diciendo: Iremos con vosotros, porque hemos oído
que Dios está con vosotros". En este pasaje los "pueblos" de las
"naciones" dicen exactamente lo mismo que se registra en Isa. 2: 3, y
Dios confirma que lo dicen a Israel como representante de la congregación de
las naciones. Difícilmente Podría concebirse que las palabras de Isa. 2:2-4
describan un falso reavivamiento y que las de Zac. 8: 21-23 se refieran a un
verdadero reavivamiento. Ver también Deut. 4: 6-7; Isa. 45: 14; 49: 6, 12, 18,
22; 55: 5; 56: 6-8; 61: 3-11; Jer. 3:17; 16: 19; Zac. 2:11; 14:16; Mal. 3: 12.
III. Las palabras de Isa. 2: 2 son palabra de Jehová y no la palabra de
"muchos pueblos" (vers. 3). Dios
mismo afirma en el vers. 2, la verdad de que "correrán... todas las
naciones" al "monte de la casa de Jehová". Tomar como un falso
reavivamiento religioso lo que Dios exige, equivale a negar que Dios sabía lo
que estaba diciendo. En el vers. 2 Dios dice que "correrán a él todas las
naciones", y en el vers. 3, "muchos pueblos... dirán: Venid, y
subamos al monte de Jehová". Es evidente que están actuando en armonía con
Dios y no en oposición a él.
IV. Si las palabras pronunciadas por el pueblo en el vers. 3 describen
un falso reavivamiento religioso, deben entenderse del mismo modo todas las
otras expresiones similares del AT.
V. Hacer coincidir las palabras de Isa. 2: 3 con el clamor de "paz y seguridad" de 1 Tes. 5:3 implica pasar por alto la importancia de pasajes del AT como Sal. 46:9; Ose. 2: 18.
La promesa adicional de Miq. 4:
4, pronunciada por boca del Señor, junto con su contexto (vers. 5-8), deja en
claro que estas palabras se refieren a la paz eterna del reino mesiánico (Isa.
32: 15-18).
Los escritos
inspirados señalan claramente que en los últimos días habrá un gran movimiento
de reavivamiento religioso falso. Pero al estudiar la siguiente evidencia también
se deduce que Isaías no escribió en cuanto a ese falso reavivamiento.
Cristo
predijo que el mensaje de los predicadores del falso reavivamiento religioso
sería de tal naturaleza que engañaría, "si fuere posible, aun a los
escogidos" (Mat. 24:23-27). Se nos
dice que "el engaño se asemejará tanto a la realidad, que será imposible
distinguirlo sin el auxilio de las Santas Escrituras" (CS 651). Cuando llegue ese tiempo, sólo el
amor genuino por la verdad y una atención muy diligente a las instrucciones
dadas mediante la Biblia y el espíritu de profecía nos protegerán de los
engaños del enemigo, los espíritus seductores y las doctrinas de demonios (Ose.
4:6; 2 Tes. 2: 9-12; 6T 401; 3JT 276; TM 475).
Excepto los
que conocen y aman la verdad, todo el mundo se descarriará por causa de estos
engaños (Apoc. 13: 13-15; CS 618). A
medida que las iglesias cristianas nominales se unan, los dirigentes
religiosos populares verán en esa unión un gran movimiento para evangelizar al
mundo. En realidad enseñarán específicamente
que todo el mundo se convertirá (CS 645-646; PE 260-261; cf. 282). Este falso
reavivamiento sucederá justamente antes de la proclamación del último gran
mensaje divino de misericordia y advertencia presentado en Apoc. 18:1-4, y
procurará impedir que los hombres acepten el mensaje de Dios (CS 517). Este es
el clamor de "paz y seguridad" mediante el cual Satanás desea crear
en los hombres una falsa sensación de seguridad, una modorra de la cual no
despertarán hasta que sea demasiado tarde (1 Tes. 5:1-5; cf. Jer 6:14; 8: 11;
PE 282; PP 93-94; CS 618; PVGM 338- 339; 2JT 322).
Se unirán en
este gran movimiento de falso reavivamiento todos los que tengan una forma
externa de piedad pero nieguen la eficacia de ella (2 Tim. 3:1, 5).
Como el falso
reavivamiento se asemejará tanto al verdadero, naturalmente la descripción
bíblica del verdadero también será en cierta medida una descripción del falso.
Así, en pasajes tales como Apoc. 14:6-11; 18:1-4, y en otros que la Inspiración
destaca como descripciones del verdadero reavivamiento de la piedad que será la
obra final del Evangelio, sin duda es posible que se encuentren algunas
características que Satanás procurará falsificar. Es apropiado y conveniente
que estudiemos todo lo que la Inspiración nos ha revelado concerniente a estas
cosas, haciendo un sincero esfuerzo a fin de estar preparados para la gran
crisis que se avecina para la iglesia.
Al hacer
frente a las falsas pretensiones y a la exégesis defectuosa del sionismo y de
otros movimientos que confunden y aplican mal las profecías del AT, dándoles
interpretaciones imaginativas, "nunca nos permitamos emplear argumentos
que no sean completamente correctos . . . Debemos presentar argumentos sólidos,
que no sólo acallen a nuestros oponentes sino que soporten el examen más
estricto y escrutador" (2JT 313). Los escritos inspirados nos proporcionan
mucha información concerniente al falso reavivamiento religioso, y al estudiar
tan importante tema deberíamos limitarnos a esos pasajes bíblicos que
claramente predicen tal movimiento. En esto, como en todo nuestro estudio y
exposición de la Biblia, sobre todo de los mensajes de los profetas del AT,
haríamos bien en seguir muy de cerca los principios expuestos en las pp. 27-40.
https://elaguila3008.blogspot.com/2020/08/el-papel-de-israel-en-la-profecia-del.html
(Entonces por lo visto en el
comentario de Isaías 2:2-4) Las diferencias
son insignificantes, tales como la transposición de los términos
"pueblos" y "naciones" y la adición en Miqueas de la frase
"hasta muy lejos" y de la palabra "poderosas". Algunos
pequeños cambios en la sintaxis o uso de palabras diferentes, pero que
prácticamente son sinónimas, que se aprecian en el texto de la RVR, tan sólo
representan diferencias de traducción pues el texto hebreo en estos casos es el
mismo.
No se puede
determinar si Miqueas citó a Isaías o Isaías a Miqueas, si ambos citaron de una
fuente anterior, o si cada uno fue directa e independientemente inspirado a
escribir este pasaje. Los dos fueron
contemporáneos (Miq. 1: 1; Isa. 1: 1).
Después del
anuncio de la condenación de Sión (Miq. 3: 12), súbitamente Miqueas se vuelve a
las promesas de restauración. Este pasaje pertenece a aquellas declaraciones
del AT que "son muy animadoras" (CM 439-440) para la iglesia de hoy
día así como lo fueron para el pueblo a quien se dirigieron originalmente.
4. Debajo de su vid. Símbolo de abundancia y seguridad (1 Rey. 4: 25;
Isa. 65: 17-25).
Lo ha hablado. Así se confirmó la gloriosa promesa. Fue segura
porque la reputación de Dios era su garantía.
5. Su Dios. En esta etapa de la restauración los paganos no
están todavía convertidos. Más tarde, de
acuerdo con el plan divino, muchos serían ganados para el culto del Dios de
Israel (ver p. 31).
6. Cojea. Heb. tsala' "cojear", "ser
cojo". Israel en el exilio es comparado con un rebaño de ovejas
esparcidas. Los vers. 6 y 7 describen el plan de Dios para el remanente de
Israel. Se esperaba que un reavivamiento religioso se manifestara entre los
exiliados y que al fin los israelitas aceptarían su destino divino. Miqueas
predecía los gloriosos resultados de un reavivamiento tal. Desgraciadamente el
fracaso de los judíos hizo imposible el cumplimiento de esos sucesos en el
Israel literal. Los propósitos del cielo se realizarán ahora mediante la
simiente espiritual, la iglesia cristiana (Gál. 3: 7, 9, 29). Conversos de
todas las naciones se congregarán en el reino espiritual de la gracia que -en
ocasión de la segunda venida de Cristo- se convertirá en el reino de la gloria
(ver pp. 30-32).
8. Torre del rebaño. Heb. migdal-'éder. El nombre aparece en Gén. 35: 21
como "Migdal [torre]-edar", lugar desconocido donde acampó Jacob en
su viaje de Padan-aram a Hebrón. Eran comunes las torres de vigías desde las
cuales los pastores cuidaban su rebaño (2 Rey. 18: 8; 2 Crón. 26: 10). El
profeta puede haber pensado en la figura de Jerusalén como la torre desde donde
Jehová cuidaba de su pueblo. En cuanto a su significado mesiánico, ver com.
Jer. 4: 7.
Fortaleza. Heb. 'ófel, literalmente "una turgencia',
"un promontorio". El nombre 'ófel se aplicaba a la parte norte del
monte sureste de Jerusalén (2 Crón. 27:3; 33:14; Neh. 3:26-27).
El señorío primero. O, "el dominio de antaño" (BJ). Quizá una
alusión principalmente aplicable a la gloria de los días de David y Salomón. En
un sentido más amplio y en la forma en que se cumplirá esta predicción, el
pasaje se refiere a la recuperación del "señorío primero" que se
perdió transitoriamente como resultado de la transgresión de Adán (ver com. Miq.
4: 6; Sal. 8: 6; pp. 28-32).
9. ¿Por qué gritas? La angustia del cautiverio vendría antes de que disfrutaran de las bendiciones anticipadas en los vers. 1-8. Antes de la corona estaría la cruz; antes de las sonrisas, las lágrimas. No hay rey. Se cumplió cuando Joaquín y Sedequías fueron llevados cautivos (2 Rey. 24: 25).
Consejero. Se usa aquí como sinónimo de "rey". La
raíz de la palabra hebrea para rey, malak, en su forma acadia, malaku,
significa "aconsejar", "advertir".
Dolor… de parto. La figura del dolor de parto se usa en las
Escrituras para describir dolor, angustia y sorpresa (Isa. 13: 8; Jer. 6: 24;
50: 43; Ose. 13: 13; 1 Tes. 5: 3).
10. Duélete. En vista del cautiverio que se avecinaba.
Saldrás. Un anuncio del cautiverio que se aproximaba. Los
judíos serían obligados a salir de Jerusalén, a vivir al descubierto, "en
el campo", mientras estuvieran en camino a Babilonia. Isaías -
contemporáneo de Miqueas- también predijo que Babilonia conquistaría a Judá
(Isa. 39: 3-8).
Librada. Un cumplimiento parcial, de esta predicción
evidentemente se realizó en 536 a. C. en tiempo de Ciro (Esd. 1: 1-4; Jer.
29: 10) y posteriormente en tiempo de Artajerjes. Sin embargo, los repatriados
no habían sido reavivados espiritualmente como deberían haberlo sido por la
disciplina del exilio y las instrucciones de los profetas. Por lo tanto, la gloriosa
perspectiva descrita en Miq. 4: 1-8 no se cumplió en los que volvieron a
la tierra de Judá después del exilio en Babilonia (ver com. vers. 6).
11. Muchas naciones. Si la nación de los repatriados hubiera disfrutado
de la prosperidad descrita en los vers. 1-8, se hubiera suscitado oposición.
Las naciones circunvecinas habrían procurado aplastar a la próspera nación,
pero Dios habría intervenido para liberar a su pueblo (ver com. Eze. 38: 1;
Joel 3: 1).
12. No conocieron. Al estar ciegamente engañados, no se dieron cuenta de que no estaban obrando la destrucción de Sión sino la propia.
La era. Es decir, donde se trillaba el grano. Esta es una figura común (Isa. 41:15; Jer. 51:33; Hab. 3:12; ver com. Joel 3:14 en cuanto a la posibilidad de traducir "valle de la decisión" como "valle de la trilla"; cf. Apoc. 14: 17-20).
13. Levántate. Se representa al pueblo de Dios con la figura de los
bueyes cuando trillan el grano (ver Deut. 25: 4; cf. 41: 13-16).
Tu cuerno como de hierro. Quizá un símbolo más de destrucción. Así como el
buey acornea a su víctima, así Israel destruirá a sus enemigos.
Uñas. "Pezuñas" (BJ). El grano era trillado por
los bueyes que lo pisoteaban en una era. A veces los bueyes arrastraban una
rastra cargada. Las pezuñas metálicas facilitarían mucho el proceso de la
trilla.
Consagrarás. Las ganancias de la guerra no debían usarse para el
engrandecimiento personal sino debían consagrarse al Señor y habían de ser
empleadas para promover su reino. (4CBA) Ministerio Hno. Pio
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