Amos 5. Lamento por el destino de la nación.
Versículos (1-3)
Lamento por Israel. (4-20) Exhortación al arrepentimiento. (21-27) Dios rechaza
su servicio hipócrita.
1 Oíd esta palabra que yo levanto para lamentación sobre vosotros, casa de Israel. 2 Cayó la virgen de Israel, y no podrá levantarse ya más; fue dejada sobre su tierra, no hay quien la levante. 3 Porque así ha dicho Jehová el Señor: ciudad que salga con mil, volverá con ciento, y la que salga con ciento volverá con diez, en la casa de Israel.
4 Pero así dice Jehová a la casa de Israel: Buscadme, y viviréis; 5 y no busquéis a Bet-el, ni entréis en Gilgal, ni paséis a Beerseba; porque Gilgal será llevada en cautiverio, y Bet-el será deshecha. 6 Buscad a Jehová, y vivid; no sea que acometa como fuego a la casa de José y la consuma, sin haber en Bet-el quien lo apague. 7 Los que convertís en ajenjo el juicio, y la justicia la echáis por tierra,
8 buscad al que hace las Pléyades y el Orión, y vuelve las tinieblas en mañana, y hace oscurecer el día como noche; el que llama a las aguas del mar, y las derrama sobre la faz de la tierra; Jehová es su nombre; 9 que da esfuerzo al despojador sobre el fuerte, y hace que el despojador venga sobre la fortaleza. 10 Ellos aborrecieron al reprensor en la puerta de la ciudad, y al que hablaba lo recto abominaron. 11 Por tanto, puesto que vejáis al pobre y recibís de él la carga de trigo, edificasteis casas de piedra labrada, mas no las habitaréis; plantasteis hermosas viñas, mas no beberéis el vino de ellas.
12 Porque yo sé de vuestras muchas rebeliones, y de vuestros grandes pecados; sé que afligís al justo, y recibís cohecho, y en los tribunales hacéis perder su causa a los pobres. 13 Por tanto, el prudente en tal tiempo calla, porque el tiempo es malo.
14 Buscad lo bueno, y no lo malo, para que viváis; porque así Jehová Dios de los ejércitos estará con vosotros, como decís. 15 Aborreced el mal, y amad el bien, y estableced la justicia en juicio; quizá Jehová Dios de los ejércitos tendrá piedad del remanente de José. 16 Por tanto, así ha dicho Jehová, Dios de los ejércitos: En todas las plazas habrá llanto, y en todas las calles dirán: ¡Ay! ¡Ay!, y al labrador llamarán a lloro, y a endecha a los que sepan endechar. 17 Y en todas las viñas habrá llanto; porque pasaré en medio de ti, dice Jehová.
18 ¡Ay de los que desean el día de Jehová! ¿Para qué queréis este día de Jehová? Será de tinieblas, y no de luz; 19 como el que huye de delante del león, y se encuentra con el oso; o como si entrare en casa y apoyare su mano en la pared, y le muerde una culebra. 20 ¿No será el día de Jehová tinieblas, y no luz; oscuridad, que no tiene resplandor?
21 Aborrecí, abominé vuestras solemnidades, y no me complaceré en vuestras asambleas. 22 Y si me ofreciereis vuestros holocaustos y vuestras ofrendas, no los recibiré, ni miraré a las ofrendas de paz de vuestros animales engordados. 23 Quita de mí la multitud de tus cantares, pues no escucharé las salmodias de tus instrumentos.
24 Pero corra el juicio como las aguas, y la justicia como impetuoso arroyo. 25 ¿Me ofrecisteis sacrificios y ofrendas en el desierto en cuarenta años, oh casa de Israel? 26 Antes bien, llevabais el tabernáculo de vuestro Moloc y Quiún, ídolos vuestros, la estrella de vuestros dioses que os hicisteis. 27 Os haré, pues, transportar más allá de Damasco, ha dicho Jehová, cuyo nombre es Dios de los ejércitos. (Amos 5)
1. Oíd Este es el tercero de los tres mensajes de Amós (ver
com. cap. 3: 1; 4: 1). En cuanto a la nota clave de este mensaje, ver com. cap.
5: 4. Aquí Dios ofrece arreglar todo sin recurrir a la justicia (ver com. cap.
3: 3; 4: 12).
Lamentación. En los vers. 1-3 Amós lamenta la caída de Israel. El
profeta, después de pronunciar ayes para los israelitas rebeldes, cambia el
tono y se transforma en un espectador que se lamenta al contemplar los castigos
que se cumplen. En esto refleja el espíritu de Cristo, que es tan bondadoso que
no sólo nos muestra nuestros pecados sino que sufre cuando debe castigarnos por
ellos (ver Luc. 19: 40-44).
2. La virgen. Este término se aplica a Israel a pesar de su infidelidad a Dios, quizá por que había sido cuidado tiernamente por el Señor y protegido por él de sus enemigos (Isa. 23: 12; Jer. 14: 17; cf. Isa. 47: 1). No podrá levantarse ya más. Ver com. Ose. 4: 17.
3. Con mil. Tan severo sería el castigo de Dios para Israel que
sólo quedaría una décima parte de los habitantes de una ciudad. La misma
proporción se aplicaría a las ciudades pequeñas y también a los pueblos. La
codicia de Israel (ver com. cap. 2: 7) resultaría en pérdida y no en ganancia.
4. Buscadme. Los vers. 4-6 son una defensa de la destrucción venidera sobre Israel y también un último ofrecimiento de liberación. Dios en su insondable misericordia perdonaría generosamente el pasado si sólo se volvían a él.
Nada complace más a Dios que el regreso del pecador a él, y todo el
proceder divino con nosotros tiene como propósito este resultado (Eze. 18: 23,
31-32; Luc. 15: 3-7). Por lo tanto, hasta que el castigo no caiga realmente
sobre el pecador, la amenaza de ese castigo sirve para disuadirle de su mal proceder.
Este
versículo presenta la nota clave del tercer mensaje de Amós (ver com. vers. 1).
Si Israel "buscaba" a Dios nada más, no se produciría el resultado
que, de otra manera, sería inevitable.
Viviréis. Una promesa para los que buscan a Dios de todo corazón
(ver Jer. 29: 13-14).
5. No busquéis. El hombre busca por naturaleza o lo bueno o lo malo.
Bet-el y Gilgal eran centros de un culto idólatra (ver com. Ose. 4: 15; Amós 4:
4).
Beerseba. Pueblo a unos 70 km al sur de Jerusalén. En algún
momento fue convertido en un santuario de idolatría (2 Rey. 23: 8), e
indudablemente lo frecuentaban los israelitas aunque estaba lejos de su
territorio (Amós 8: 14).
Gilgal será llevada en cautiverio. Heb. gilgal galoh yigleh. Nótese la aliteración que
hay en esta frase. Es un verdadero juego de palabras.
Bet-el. Amós declara que Bet-el, "la casa de
Dios", ya no sería únicamente una "casa de vanidad" sino la
vanidad misma (ver com. Ose. 4: 15). En otras palabras: Bet-el en vez de ser un
lugar de culto al verdadero Dios se había convertido en el templo de un ídolo,
y por esto se había convertido en nada (ver 1 Cor. 8: 4). De las tres ciudades mencionadas
en este versículo como centros de idolatría, sólo dos fueron mencionadas por
Amós como condenadas a la destrucción. Amós no menciona el destino final de
Beerseba quizá porque no estaba en el territorio de las diez tribus. Además,
cuando Israel fue vencido Beerseba no participó de su ruina.
6. Vivid. Dios extiende su bondadosa promesa a los pecadores
para que, en su desesperación, no caigan en un pecado tras otro.
Como fuego. Dios es comparado con "fuego consumidor"
cuando castiga el pecado (Deut. 4: 24; Jer. 4: 4). Dios desea que todos los
hombres se salven, pero cualquiera que decida seguir sus propios malos caminos,
no puede escapar del justo castigo divino (2 Ped. 3: 7-9).
Casa de José. José era el padre de Efraín, la más importante de
las tribus del reino del norte (ver com. Ose. 4: 17); por esto el término
"casa de José" equivale a Israel.
7. Ajenjo. Planta del género Artemisia, de un gusto muy amargo
(Deut. 29: 18; Prov. 5: 4). Tan grande era la corrupción moral de Israel que la
justicia se convirtió en la más amarga injusticia.
8. Las Pléyades. (Pléyades. Heb. kimah. De una raíz árabe que significa "rebaño". En los otros dos pasajes bíblicos en que se mencionan las Pléyades (cap. 9: 9; Amós 5: 8), se las presenta junto con Orión, una constelación adyacente del cielo invernal del hemisferio norte (verano en el sur). Desde los tiempos más remotos, se han considerado las Pléyades -brillante racimo de estrellas de la constelación del Toro- como uno de los más bellos y fascinantes espectáculos siderales. El poeta Tennyson las describe como un enjambre de luciérnagas atrapadas en una redecilla de plata. Basta un pequeño telescopio para que la belleza de este centelleante racimo de estrellas embargue al observador con un profundo sentimiento de asombro y admiración como el que sobrecoge al que contempla las vastas y solemnes profundidades del gran cañón del Colorado, las majestuosas cataratas del lguazú o del Niágara, o alguna otra maravilla natural.
El vocablo traducido "lazos"
(Heb. ma'adannoth), parece significar "vínculos" (VM), o
"cadenas" (RSV). Ma'adannoth
quizá se refiera a la fuerza de la gravedad que mantiene unidas a estas
estrellas en su recorrido sideral. Estas
estrellas, que siguen cursos paralelos, constituyen un sistema estrechamente relacionado. Algunos han sugerido que ma'adannoth se
refiere a la intrigante nebulosidad que cubre las Pléyades. Ese material nebuloso, iluminado por las
estrellas inmersas en él, como si estuvieran en un tubo de gas de neón, es
claramente visible aun con un telescopio de poca potencia. En una placa fotográfica las Pléyades se
convierten en un objeto de belleza incomparable. Aunque
esta explicación sea impresionante, debe recordarse que Job no podía
ver, esa nebulosidad. Por lo tanto, lo
más probable es que Dios dirigiera la atención de Job a algo que éste podía
ver, y que ma'dannoth se refiere a las "cadenas" o "lazos"
de la gravedad que mantienen siempre unidos a los miembros de esta hermosa
constelación en su viaje a través del espacio.
Orión.
Se considera que esta identificación
es segura. Pero no resulta claro qué
significan las "ligaduras" de esta constelación. Algunos han sugerido que la voz traducida "ligaduras"
se refiere a las tres estrellas popularmente conocidas como "las tres
Marías"; y para los que conocen más de cosmografía, como el "cinturón
de Orión". Aunque aparentemente están juntas, estas estrellas no son
miembros de un conjunto como el de las Pléyades. En realidad, viajan a gran
velocidad en direcciones diferentes. Esta unidad de las unas y distanciamiento en el otro están en perfecta
armonía con el contraste entre "atar" las Pléyades y
"desatar" el Orión.
Constelaciones. Del término hebreo mazzaroth, que sólo aparece aquí y cuyo sentido
exacto se desconoce. Sin embargo, es evidente que la RVR lo traduce
correctamente. La palabra mazzaloth se refiere a los signos o constelaciones
del zodiaco, que forman un cinturón que rodea el ecuador celeste, el cual
señala el camino que el Sol recorre en su aparente circuito por los cielos
durante un año.
La
Osa Mayor. "El Arcturo" (RVA). Generalmente se acepta que se refiere a la
Osa Mayor. Sin embargo, ninguna de las dos identificaciones es clara. Si fuere Arcturo (o Arturo), "sus
hijos" serian las siete estrellas del Carro, que forman parte de la
constelación de la Osa Mayor que es su vecina. Arcturo deriva de dos vocablos griegos, árktos, "oso" y óuros,
"guardián". Arcturo es la
estrella más brillante de la constelación de El Boyero. A veces se la describe como a un cazador o
"perseguidor de la osa" que, con sus perros de caza (la constelación
vecina Perros de Caza, o Canes Venatici) sujetos parece estar persiguiendo
incesantemente a la Osa Mayor por los cielos del norte. Los que creen que se trata de Arcturo hacen
énfasis en el notable "movimiento propio" de esta estrella; es decir,
su movimiento aparente en relación con las estrellas vecinas, lo que daría
sentido a las palabras de Job 38: 32. Por otro lado, si se hace referencia a la constelación de la Osa Mayor,
"sus hijos" serían las diversas estrellas de ese grupo. Se ha hecho notar que las estrellas que componen la Osa Mayor
aparecen relativamente juntas en el cielo, pero en realidad no son miembros de
un grupo, sino que se alejan en direcciones diversas y a velocidades
prodigiosas).
Las tinieblas. La frase "vuelve las tinieblas en mañana"
se emplea como un notable contraste con esta otra: "los que convertís en
ajenjo el juicio (vers. 7).
Las derrama. Puede referirse al diluvio (Gén. 7) y catástrofes semejantes,
o podría ser una descripción de la evaporación, maravilla de la providencia
divina por medio de la cual la humedad se eleva del mar para caer más tarde en
forma de lluvia.
9. Que da esfuerzo. Este versículo es algo oscuro en hebreo. La BJ
traduce: "El que desencadena ruina sobre el fuerte y sobre la ciudadela
atrae devastación".
10. En la puerta. En las ciudades del Cercano Oriente la puerta era el
lugar de reuniones públicas, de negocios, para administrar justicia y para oír
y relatar noticias (ver com. Gén. 19: 1; Jos. 8: 29). La zona de la puerta
principal de Samaria era muy grande (1 Rey. 22: 10; 2 Rey. 7: 1; 2 Crón. 18:
9).
Abominaron. Una de las manifestaciones destacadas del
endurecimiento de la apostasía de los israelitas era su desprecio por la verdad
y la justicia.
11. Carga de trigo. Quizá tributos obligatorios e impuestos ordenados
por los caudillos. Esa "carga" también podría referirse a los
intereses cobrados por dinero o alimento prestados.
No las habitaréis. Esta amonestación de castigo contrasta con la
promesa de bendición registrada en Isa. 65: 22.
12. Cohecho. Podría referirse no sólo a dinero dado para ganar un
pleito ante los tribunales, sino también a dinero pagado como soborno para
evitar el castigo por un crimen (ver 1 Sam. 12: 3; Prov. 6: 35). La ley
prohibía que se pagara un rescate tal por la vida de un asesino (ver com. Núm.
35: 31).
Hacéis perder su causa a los pobres. Esto equivale a despojar a un pobre de la justicia
que le corresponde porque no puede pagar (ver Exo. 23: 6; Deut. 16: 19).
14. Buscad lo bueno. Amós exhortó a los israelitas para que fueran tan
diligentes en buscar "lo bueno" como lo habían sido para buscar lo
malo (vers. 4-6). Además les recordó que no podían buscar lo bueno sin antes
apartarse de lo malo (ver Isa. 1: 16-17).
Como decís. Israel había escogido tiempo atrás servir
definitivamente a Dios y rechazar a Baal (1 Rey. 18: 39); pero debido a su
idolatría servían a Jehová sólo en forma nominal. Por esto los profetas se
esforzaban en fomentar un culto sincero, de corazón.
15. Tendrá piedad. Dios sabía que la mayoría de los israelitas no se
arrepentirían; sin embargo, ofreció su gracia al "remanente".
Remanente. Esto equivale a decir que sólo unos pocos de los israelitas
se salvarían de la ruina final de su ciudad y su nación. Amós tal vez usó el nombre "José" en
lugar de "Efraín" para que se acordaran de su antepasado, que recibió
la bendición de Jacob y por cuya causa se conservaría ese remanente.
16. Jehová Dios de los ejércitos. Cf. Amós 3: 13; ver com. Jer. 7: 3.
Llanto. La iniquidad de Israel era incorregible, por lo
tanto era inevitable el castigo divino.
Al labrador. Aquí se describe a Israel como un labrador, y se le
aconseja a que deje su trabajo en el campo para lamentar las calamidades en su
hogar.
Los que sepan endechar. Plañideras que eran contratadas para que entonaran
endechas en los funerales (ver com. Jer. 9:17).
17. En todas las viñas. Lugares donde predominaban el gozo y la alegría
(Isa. 16: 10).
18. ¡Ay de los que desean! El profeta amonesta a los que confiaban en la
relación del pacto de Israel con Dios, y pensaban que el Altísimo aceptaría
este formalismo religioso.
El día de Jehová. Los israelitas esperaban que "el día de
Jehová" les traería gran bien: que serían liberados de sus enemigos, que
disfrutarían de una prosperidad incomparable y de un puesto destacado entre las
naciones. Amós les advirtió que ese día significaba precisamente lo opuesto.
¿Para qué? El profeta dice a los israelitas que debido a su
impiedad, "el día de Jehová" será un día de angustia y de muerte,
cuando su nación será destruida y ellos mismos serán llevados cautivos: algo
contrario a lo que esperaban.
20. Tinieblas. Otra vez se advierte al pueblo que es un engaño la
confianza que tiene en que "el día de Jehová" le traerá bien (vers.
18; ver com. cap. 8: 9).
21. Aborrecí. La fidelidad a las formas externas de la religión no
ganará el favor divino en el tiempo del juicio. El orden y la belleza de las
formas externas del culto no tienen más valor que el valor alimenticio que se
atribuya a una fruta nada más que por su tamaño y su color.
Solemnidades. En vista de la impiedad de los israelitas, esas
solemnidades no eran más que una expresión de su hipocresía (ver com. Isa. 1:
11-15).
22. Me ofrecéis vuestros holocaustos. Este versículo indica que los israelitas, a pesar de
su idolatría, todavía observaban algunas de las formas rituales de la ley
mosaica.
Ofrendas. Ofrendas de grano o de harina (ver com. Núm. 15: 4).
23. Multitud de tus cantares. El culto superficial y desprovisto de sinceridad de
los israelitas, hacía que sus salmos e himnos sólo fueran ofensivos y
cansadores a los oídos de Dios (ver Eze. 26: 13).
Instrumentos. "Arpas" (BJ). Heb. nébel, "arpa"
(ver t. III, pp. 35-36). Ambas, la música vocal y la instrumental formaban
parte del culto del templo (1 Crón. 16: 42; 23: 5; 25: 6-7).
24. Juicio. O "Justicia". Impetuoso arroyo. Es decir, una corriente alimentada por fuentes perennes y no algo transitorio, nada más que de una estación (ver com. 1 Sam. 17: 3). Esta bella comparación presentaba a los israelitas el anhelo que Dios tenía para ellos (ver com. Jer. 5: 15); anhelo que todavía hoy siente por su pueblo.
25. ¿Me ofrecisteis? Aun durante la peregrinación por el desierto, cuando
los hijos de Israel prácticamente no tenían relación ninguna con un culto
idólatra externo, no ofrecieron a Jehová la obediencia fiel y verdadera que le
debían rendir (ver Sal. 78: 37).
26. Tabernáculo. Heb. sikkuth. Como nombre propio podría ser el nombre de un dios. "Vosotros llevaréis a Sikkut" (BJ). Sin embargo, podría ser simplemente un refugio o un santuario. Vuestro Moloc. O "vuestro rey" (BJ).
Quiún. No sabemos con certeza quién era este dios. Algunos
sostienen que Quiún no es un nombre propio, sino que significa pedestal o
"base" de un ídolo.
Os hicisteis. Aquí se
revela el motivo fundamental de los apóstatas: la
satisfacción del yo. En
último análisis, toda idolatría es egocéntrica. Esteban, al referirse a esta
parte de la profecía de Amós (Hech. 7: 42-43), destacó la idolatría de Israel
antes que los detalles de su adoración de ídolos.
27. Transportar. "Deportaré" (BJ). Con frecuencia Dios
castiga el pecado contra él por medio de algún instrumento humano, generalmente
mediante los impíos (cf. 2 Sam. 24: 13; PR 217; ver com. 2 Crón. 22: 8).
Más allá de Damasco. Damasco era la capital del poderoso reino sirio en
el norte. Siria fue el enemigo más poderoso que Dios utilizó para castigar a su
pueblo, hasta que los asirios conquistaron la supremacía en esa parte del mundo
(2 Rey. 13: 7). Poco antes Dios había liberado a Israel de las manos de Siria y
entregado a Damasco a los israelitas (2 Rey. 14: 23-28). Sin embargo, debido a
la continua apostasía de Israel, Damasco, escenario de la reciente victoria de
Israel, sería el camino hacia el cautiverio. Los asirios pronto llevarían
cautivo a Israel más allá de la cercana región de Damasco, hasta tierras más
distantes. (4CBA)
COMENTARIOS (EGW)
*El Cautiverio Asirio. https://elaguila3008.blogspot.com/2009/12/pr-capitulo-23-el-cautiverio-asirio.html
*Destruido Por Falta De Conocimiento. https://elaguila3008.blogspot.com/2009/12/pr-capitulo-24-destruido-por-falta-de.html
Ministerio
Hno. Pio
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