lunes, marzo 08, 2021

REFLEXIÓN 597. PROMESA DE RESTAURACIÓN (JOEL 2:18-32).

Joel 2:18-32. Después de que las condiciones se cumplan. (Vers. 12-17), Dios cumpliría su promesa de restaurar y restituir lo que habían perdido y en forma abundante. Qué hermosa promesa ¿no te parece? Pero…

Los vers. 18-32 constituyen la misericordiosa respuesta de Dios a la urgente exhortación de los sacerdotes registrada en el versículo anterior. Las promesas eran condicionales, y debido a que los israelitas nunca respondieron de todo corazón a la invitación de Joel, esas promesas nunca se cumplieron para ellos. Sin embargo, algunos aspectos de las promesas se cumplirán, en principio, en la iglesia cristiana (ver pp. 37-38).

Versículos (18-20) Promesas de bendición. Extirpación del ejército de langostas. (21-27) Reparación de los perjuicios causados por las langostas. Consuela a Sión con bendiciones presentes, (28-29) y futuras. La promesa del Espíritu Santo. (30-32) Las señales físicas que acompañan el día de Jehová.

18 Y Jehová, solícito por su tierra, perdonará a su pueblo. 19 Responderá Jehová, y dirá a su pueblo: He aquí yo os envío pan, mosto y aceite, y seréis saciados de ellos; y nunca más os pondré en oprobio entre las naciones. 20 Y haré alejar de vosotros al del norte, y lo echaré en tierra seca y desierta; su faz será hacia el mar oriental, y su fin al mar occidental; y exhalará su hedor, y subirá su pudrición, porque hizo grandes cosas.

21 Tierra, no temas; alégrate y gózate, porque Jehová hará grandes cosas. 22 Animales del campo, no temáis; porque los pastos del desierto reverdecerán, porque los árboles llevarán su fruto, la higuera y la vid darán sus frutos. 23 Vosotros también, hijos de Sión, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio. 24 Las eras se llenarán de trigo, y los lagares rebosarán de vino y aceite.

25 Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revolcón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros. 26 Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre de Jehová vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros; y nunca jamás será mi pueblo avergonzado. 27 Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy Jehová vuestro Dios, y no hay otro; y mi pueblo nunca jamás será avergonzado.

28 Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. 29 Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.

30 Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo. 31 El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová. 32 Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo; porque en el monte de Sión y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, y entre el remanente al cual él habrá llamado. (Joel 2).

18. Y Jehová. El hebreo dice: "Y Yahveh se llenó de celo" (BJ). Se da como un hecho el arrepentimiento exigido. Los vers. 18-32 constituyen la misericordiosa respuesta de Dios a la urgente exhortación de los sacerdotes registrada en el versículo anterior. Las promesas eran condicionales, y debido a que los israelitas nunca respondieron de todo corazón a la invitación de Joel, esas promesas nunca se cumplieron para ellos. Sin embargo, algunos aspectos de las promesas se cumplirán, en principio, en la iglesia cristiana (ver pp. 37-38).

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19. Responderá Jehová. También, "respondió Yahveh" (BJ). Ver com. vers. 18.

Pan, mosto y aceite. "Grano, mosto y aceite" (BJ). Sería restaurado lo que las langostas habían destruido (cap. 1: 10).

20. Al del norte. Hay referencias de que las langostas entraban de vez en cuando en Palestina por el noreste, aunque lo más común era que viniesen de las áridas regiones del sur de Judá. Sin duda que aquí se ha elegido el norte porque muchos de los enemigos de Judá entraron en Palestina por el norte. La invasión de langostas, que quizá fue real, posiblemente fue también un símbolo de la invasión de ejércitos hostiles (ver com. cap. 1: 4). Algunos de los que atribuyen una mayor antigüedad a Joel (ver pp. 30-31) ven aquí una referencia a los asirios. Los que le atribuyen una fecha del tiempo de Josías, ven una referencia a los babilonios (Jer. 1: 14; 4: 6). La devastación causada por los babilonios podría haberse evitado mediante un sincero arrepentimiento y reforma (ver p. 33).

Lo echaré. Una vívida descripción de la rápida y total destrucción de las langostas.

Su faz será. Con frecuencia los hebreos se referían a los puntos cardinales mirando u orientados hacia el este; en esta posición el oeste quedaba a sus espaldas, el sur a su derecha y el norte a la izquierda.

Mar oriental. El mar Muerto.

Mar occidental. Es decir, el mar Mediterráneo.

Su hedor. Es nauseabundo el hedor que emana de los cadáveres putrefactos de grandes cantidades de langostas muertas. Hizo grandes cosas. Es decir, el ejército de langostas destructoras.

21. No temas. Anteriormente la tierra estuvo enlutada (cap. 1: 10).

Grandes cosas. Las langostas habían hecho grandes cosas para destruir; pero el Señor haría grandes cosas para la liberación.

22. Animales del campo. Los animales habían sufrido muchísimo por falta de alimento. Ahora se los invita a que se regocijen, pues los campos de pastoreo junto con los árboles proporcionarán abundante alimento.

23. Alegraos y gozaos. La aplicación inmediata de este versículo se refiere a que nuevamente habría lluvia adecuada. La lluvia temprana caía en el otoño y ayudaba para la germinación; la lluvia tardía caía en la primavera, y hacía madurar la cosecha de cereales (ver t. II, p. 111). En su aplicación a la iglesia cristiana, las lluvias representan la obra del Espíritu Santo (TM 506-512).

Primera lluvia. Heb.  moreh, literalmente "maestro" (en Prov. 5: 13 se traduce "los que me instruían", y en Isa. 30: 20 "maestros"). Moreh deriva de la raíz yarah, que significa "dirigir", "enseñar", "instruir". Yarah es también la raíz de torah, palabra que en el AT generalmente se traduce "ley" (ver com. Prov. 3: 1). Muchos eruditos prefieren la traducción "maestro", mientras que otros piensan que el contexto demanda que sea "primera lluvia". El hebreo correspondiente a "primera lluvia" es yoreh (derivada de la raíz rawah, "saturar") y no moreh, a menos que este versículo de Joel sea una excepción. Véase también el siguiente comentario.

A su tiempo. "Con justa medida" (BJ) Heb. litsedaqah, literalmente, "con respecto a justicia" o "para justicia". La palabra que corresponde con "justicia" (tsedaqah) aparece más de 150 veces en el AT, pero en ninguna parte con el sentido de "a su tiempo", tal como entendemos generalmente esa expresión, a menos que ésta sea una excepción. Por lo tanto, se han dado varios significados a la frase traducida "la primera lluvia a su tiempo". Otros traducen "lluvia para justicia", "lluvia para rectitud", o "lluvia primera como la justicia de él [ Dios] lo mueve a dar". La LXX dice: "Os dio alimento para justicia". Por otro lado, si corresponde "maestro" en vez de "primera lluvia" (ver com. "primera lluvia"), como en los tárgumes y en la Vulgata, entonces a "justicia" se le puede dar su significado común y la frase se traduciría: "Él os dará el maestro de justicia" (como lo ha hecho Straubinger). Algunos de los comentadores judíos vieron aquí una referencia al Mesías. Los comentadores cristianos han aplicado de diversas formas el "maestro": a Joel; a un maestro ideal; al Mesías; a la instrucción de Moisés y los profetas; etc.

Aplicando este versículo a la iglesia cristiana, algunos expositores adventistas han dado un significado especial a la variante literal: "el maestro de justicia". Como el tiempo de la lluvia tardía también es el tiempo del "fuerte pregón" (ver CS 669; cf. PE 71), han aplicado la frase "el maestro de justicia" al mensaje de la justicia de Cristo que, debe recibir una importancia especial en este tiempo. "El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de sin extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que termina la obra del tercer ángel" (2JT 374; TM 89-94).

Lluvia. "Los aguaceros" (VM). Heb. géshem, frecuentemente denota un chaparrón violento o aguacero. En seguida se especifica cuáles lluvias Dios promete.

Lluvia temprana y tardía. La palabra que se traduce "lluvia temprana" es moreh, como ya lo hemos visto; sin embargo, 34 manuscritos hebreos tienen aquí yoreh, la palabra usual para "lluvia temprana". Es evidente que aquí se trata de la "lluvia temprana" o "primera lluvia". No hay duda alguna en cuanto a la "lluvia tardía", pues siempre se usa la misma palabra.

EN SU APLICACIÓN Figurada A La Iglesia cristiana, la lluvia temprana representa el derramamiento del Espíritu Santo en el día de Pentecostés, mientras que la lluvia tardía representa el derramamiento final del Espíritu Santo, que hará "madurar la cosecha" (CS 669; cf. HAp 44-45). "La gran obra de evangelización no terminará con menor manifestación del poder divino que la que señaló el principio de ella" (CS 669-670).

Los símbolos de las lluvias temprana y tardía también se aplican a la experiencia individual. "El Espíritu Santo es dado para llevar adelante, de una etapa a otra, el proceso de crecimiento espiritual. La maduración del grano representa la terminación de la obra de la gracia de Dios en el alma" (TM 506). A menos que la lluvia temprana haya hecho su obra, la lluvia tardía resultará ineficaz. Los que deseen participar del "refrigerio" deberán haber "vencido todas las tentaciones" (PE 71). Se envía la lluvia tardía para dar "poder a la voz fuerte del tercer ángel" (PR 86) y preparar "a la iglesia para la venida del Hijo del hombre" (HAp 45). Prepara "a los santos para que puedan subsistir durante el plazo cuando las siete postreras plagas serán derramadas" (PE 86). Alienta a los sinceros de corazón para que acepten la verdad (PE 271).

24. Las eras. Los vers. 24-27 describen los efectos saludables de la lluvia abundante sobre las tierras calcinadas y estériles. El vers. 24 proporciona un notable contraste con el cap. 1: 10-12.

25. Restituiré los años. Cf. cap. 1: 4. Así también los futuros galardones compensarán ampliamente por todos los dolores y las pruebas terrenales (Rom. 8: 18; PE 17).

26. Comeréis hasta saciaros. Notable contraste con las condiciones anteriores (1:16-17). 

Alabaréis. Un espíritu de alabanza y gratitud caracterizaría a los que tuvieran el privilegio de participar de la restauración; una alabanza no para sí mismos, sino para Dios que llevó a cabo liberación tan maravillosa. Los coros celestiales resuenan con alabanza y gratitud a Dios (ver Apoc. 7: 11-12; cf. Apoc. 5: 13).

27. Conoceréis. El proceder maravilloso de Dios al restaurar a Israel demostraría a los que se habían sentido tentados a creer que Dios había abandonado a su pueblo, que ciertamente él obraba para el bien de los suyos. Aun en la plaga Dios había intervenido con propósitos de misericordia, para causar arrepentimiento y una reforma que se necesitaba mucho. Algunos habían interpretado el éxito del enemigo como una prueba de que los dioses de los paganos eran más poderosos que Jehová. Cuando Israel venciera a sus enemigos todos sabrían que ciertamente Jehová es Dios y "no hay otro".

28. Después de esto. Esta expresión es indefinida en cuanto al tiempo. El plan de Dios era prodigar al restaurado Estado de Israel las bendiciones espirituales aquí descritas (ver com. Eze. 39: 29). PERO DEBIDO al fracaso del pueblo y al consiguiente rechazo de la nación judía (ver pp. 33-35), las promesas no se cumplieron en el Israel literal, y estas promesas se transfirieron al Israel espiritual. Pedro identificó los acontecimientos del día de Pentecostés con un cumplimiento parcial de la profecía de Joel (Hech. 2: 16-21). En vez de "después de esto", Pedro usó la frase "en los postreros días" (vers. 17).

Sobre toda carne. Este pensamiento se destaca más con la enumeración de grupos de diferentes edades que participarán de la bendición espiritual, y además, porque tanto los siervos como los libres recibirán el Espíritu. El contexto aclara que aquí se habla de algo más que de la recepción del Espíritu que acompaña a la conversión y transforma la vida. Este derramamiento especial del Espíritu da como resultado la manifestación de dones sobrenaturales, tales como el de profecía. En el día de Pentecostés, cuando los apóstoles "fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas"(Hech. 2: 4), Pedro afirmó: "esto es lo dicho por el profeta Joel" (vers. 16).

En la iglesia primitiva "la manifestación del Espíritu," fue dada "a cada uno... para provecho" (1 Cor. 12: 7). Se manifestaban entonces varios dones, tales como "palabra de sabiduría", "palabra de ciencia", "fe", "dones de sanidades", "hacer milagros", "profecía", "discernimiento de espíritus", "diversos géneros de lenguas" e "interpretación de lenguas" (vers. 8-10).

Los acontecimientos de Pentecostés no fueron sino un cumplimiento parcial de la predicción de Joel. La profecía alcanzará "su cumplimiento completo en las manifestaciones de la gracia divina que han de acompañar la obra final del Evangelio" (CS 12).

En la Biblia hebrea y en la LXX los vers. 28-32 constituyen el cap. 3, y lo que es el cap. 3 de la RVR es el cap. 4 en la Biblia hebrea. Lo mismo ocurre en la BJ y otras versiones castellanas modernas.

Soñarán sueños. En cuanto a "sueños" y "visiones", ver com. 1 Sam. 3: 1; cf. Núm. 12: 6.

30. Prodigios. Respecto a las señales físicas que precederán y acompañarán la segunda venida de Cristo, ver Luc. 21: 25-26; Apoc. 6: 12-17; 16: 17-21.

31. En tinieblas. En cuanto al cumplimiento de esta predicción antes de la segunda venida de Cristo, ver com. Mat. 24: 29; cf. CS 353. Día. . . de Jehová. Ver com. cap. 1: 15.

32. Todo aquel que invocare. El plan de Dios fue que el remanente de Israel llevara, por medio de extensas actividades misioneras, el conocimiento de Dios y de su salvación a todas las naciones que no conocían al Señor. Su fracaso hizo que esa misión se transfiriera a la iglesia cristiana (ver pp. 37-38).

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Remanente. Heb. Ñeridim, de la raíz Ñarad, "escapar" y de ahí "escapados', "sobrevivientes". Esta palabra se traduce como "resto pequeño" en Isa. 1: 9. La palabra más común para remanente en el AT proviene de la raíz , sha'ar, "sobrar", "quedar". La última oración podría traducirse: "Y entre los supervivientes estarán los que llame Yahveh" (BJ). (4CBA)

COMENTARIOS DE EGW

Vers. 23. CS 669, 671; DTG 767; HAp 45; 3JT 211; PE 71; PVGM 106; TM 514                                                    

26. CS 399

27. 6T 409

28. CS 12; Ev 413, 508; MeM 63

28-29. CS 517; PE 78

31. CS 354

Ministerio Hno. Pio

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