martes, agosto 24, 2021

REFLEXIÓN 814. INTRODUCCIÓN A LOS ROMANOS: Saludo Y Explicaciones Personales (ROMANOS 1:1-15).

Romanos 1:1-15. INTRODUCCIÓN: Vers. (1-7) Pablo presenta a los romanos la dignidad de su llamado. (8-15) y su anhelo de Visitarlos.

1 PABLO, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios, 2 que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras, 3 acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, 4 que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos, 5 y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre; 6 entre las cuales estáis también vosotros, llamados a ser de Jesucristo; 7 a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. 8 Primeramente doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo con respecto a todos vosotros, de que vuestra fe se divulga por todo el mundo.

9 Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo, de que sin cesar hago mención de vosotros siempre en mis oraciones, 10 rogando que de alguna manera tenga al fin, por la voluntad de Dios, un próspero viaje para ir a vosotros. 11 Porque deseo veros, para comunicaros algún don espiritual, a fin de que seáis confirmados; 12 esto es, para ser mutuamente confortados por la fe que nos es común a vosotros y a mí. 13 Pero no quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me he propuesto ir a vosotros (pero hasta ahora he sido estorbado), para tener también entre vosotros algún fruto, como entre los demás gentiles.

14 A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor. 15 Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma. (Romanos 1).

1. Pablo. Antes se llamaba Saulo. En cuanto al significado de los nombres, ver la Nota Adicional de Hech. 7. Pablo seguía una antigua costumbre cuando puso su nombre como el autor en los saludos introductorios. Otros ejemplos de esto se pueden ver en Josefo, Antigüedades xvi. 6.3-4; Hech. 23:26; 1 Mac. 11:30,32.

Siervo. Gr. dóulos, literalmente, esclavo". Pablo usa con frecuencia este término para expresar su relación con Cristo como creyente en él (Gál. 1:10; Fil. 1:1; Tito 1:1). 

La palabra contiene la idea de pertenecer a un amo y de servirle como esclavo. 

Pablo reconocía que los cristianos pertenecen a Cristo por haber sido comprados (1Cor. 6:20; 7:23; Efe. 1:7; 1 Ped 1:18-19), y con frecuencia aplicaba el sustantivo dóulos a los creyentes (Rom. 6:22; 1 Cor. 7:22; Efe. 6:6; cf. 1 Ped. 2:16; Apoc. 19:2, 5).

No es un nombre del cual debemos avergonzarnos. Debiéramos reconocer con gozo que somos la posesión comprada de Cristo y entregarnos a su voluntad. Esa clase de servicio absoluto es verdadera libertad (1 Cor. 7:22; Gál. 4:7), porque cuanto más sujetos estamos a la autoridad de Cristo tanto más libres estamos del yugo de los hombres (1 Cor. 7:23).

Jesucristo. En cuanto al significado de este nombre, ver com. Mat. 1:1.

Apóstol. Gr. apóstoles, literalmente "enviado", por lo tanto, "mensajero", "enviado en una misión especial". En el NT este título generalmente se da sólo a los hombres que fueron personalmente elegidos e instruidos por Cristo, es decir a los Doce (Luc. 6:13), y también a Pablo, quien fue llamado directamente por el Señor (Hech. 9:15; 22:14-15; 26:16-17; Gál. 1:1) e instruido por él (Gál. 1:11-12).

Apartado. Gr. aforízÇ, "separar de otros mediante un límite". AforízÇ se usa para describir al pueblo de Dios separado del mundo (Lev. 20:26, LXX), para la separación final de los justos y los impíos (Mat. 13:49; 25:32), y para la separación de los apóstoles para el cumplimiento de deberes especiales (Hech. 13:2). Es una explicación adicional de la vocación apostólica de Pablo, e implica que fue elegido sacándolo del mundo y de entre sus compañeros para ser consagrado al ministerio evangélico.

Evangelio. Gr. euaggJlion, palabra compuesta: "bueno" y "mensaje" o "noticias" (ver com. Mar. 1:1). La palabra "evangelizar" deriva de esta misma raíz. El evangelista es el que presenta las buenas nuevas. En la carta a los Romanos, Pablo cumple su misión de hacer conocer las buenas nuevas de Dios.

Tyndale (1525) entendía que las palabras "para el Evangelio" significaban "para predicar el Evangelio". Su interpretación ha sido imitada por una cantidad de traductores modernos. Otros prefieren dejar la frase en forma ambigua. El contexto parece indicar que Pablo está afirmando el propósito de su vocación y separación: que ha sido llamado para ser apóstol y apartado para proclamar las buenas nuevas de Dios acerca de su Hijo (ver com. Rom. 1:3).

2. Prometido antes. Esta promesa fue hecha específicamente en los pasajes del AT que predecían la venida del Mesías, pero también estaba implícita en el significado de todo el AT. El Evangelio no fue una idea tardía de Dios, ni un súbito cambio en su firme y constante propósito para el hombre: fue el cumplimiento de su promesa hecha a nuestros primeros padres (ver com.  Gén. 3:15) y para cada generación sucesiva.

Por sus profetas. No sólo los escritores de los libros proféticos del AT profetizaron acerca del Evangelio (cf. Heb. 1:1) sino otros como Moisés (Deut. 18:18), Samuel (Hech. 3:24) y el salmista (Sal. 40:7).

Santas Escrituras. A través de toda la epístola Pablo se refiere con frecuencia a pasajes del AT para mostrar que el Evangelio concordaba plenamente con las enseñanzas de los oráculos de Dios que ya eran reconocidos (ver Hech. 26:22-23). Especialmente anhelaba demostrar a sus compatriotas que el cristianismo estaba basado sobre el fundamento de sus propios profetas y sus escritos sagrados.

3. Acerca de su Hijo. Estas palabras podrían relacionarse con "el evangelio de Dios" de la última parte del vers. l; pero también podrían referirse a "las santas Escrituras" con que termina el vers. 2. Ambas posibilidades concuerdan con el contexto de la epístola.

Nuestro Señor Jesucristo. En el texto griego estas palabras no están en el vers. 3, sino al fin del vers. 4 (ver el comentario respectivo).

Era. Gr. gínomai, "llegar a ser", "nacer", o simplemente "ser". La palabra puede tener aquí el significado de "nacer" (ver Gál. 4:4; com. Juan 8:58).

Linaje de David. Los judíos esperaban que el Mesías procediera del linaje real (Mat. 22:42; Juan 7:42) como había sido predicho (Isa. 11:1; Jer. 23:5). Ver com. Mat. 1:1.

La carne. Es decir, su naturaleza humana (ver cap. 9:5).

4. Declarado. Gr. horízÇ, "delimitar", "separar", "determinar", "definir".  La palabra se traduce como "puesto" en Hech. 10:42 ("constituido", BC, BJ); "establecido" en cap. 17:31. HorízÇ es la raíz de la palabra compuesta griega que se traduce "apartado" en Rom. 1:1.

Con poder. O "en poder". Esta frase puede tener función de adverbio junto a "declarado", o de adjetivo, con "Hijo de Dios". Si se usa como adverbio, la frase significaría que Jesús fue declarado poderosa o milagrosamente como el Hijo de Dios mediante la resurrección, si se usa como adjetivo, se referiría a la suprema condición de Cristo como el poderoso "Hijo de Dios" en su resurrección o desde la resurrección. Ambas interpretaciones concuerdan con otros pasajes (ver Efe. 1:19-21). Ninguna de estas interpretaciones apoya la idea de que a Jesús le faltó poder divino o la condición de Ser divino antes de su resurrección.

Espíritu de santidad. Algunos entienden que esta frase se refiere al Espíritu Santo, y citan el cap. 8:11 en apoyo de esta interpretación; sin embargo, el Espíritu Santo no es llamado "Espíritu de santidad" en ningún otro pasaje bíblico. Otros consideran que esta frase complementa la expresión "según la carne" (cap. 1:3), haciendo notar que según la carne Jesús descendía de David, pero que de acuerdo con el espíritu de santidad también era el Hijo de Dios.

Las consecuencias teológicas de este pasaje han sido ampliamente discutidas por muchos intérpretes. Sin embargo, no parece que Pablo se preocupe aquí principalmente con el contraste entre la humanidad y la divinidad de Cristo, sino más bien por aclarar que en Jesús se conjugan al mismo tiempo el Mesías judío prometido y el divino Hijo de Dios.

De entre los muertos. Pablo está presentando la resurrección de Jesús como una prueba de que era Hijo de Dios. Jesús siempre había afirmado que era el Hijo de Dios (Mat. 27:43; Juan 5:17-30; 10:36), y había predicho que resucitaría al tercer día (Mat. 12:40; Juan 2:19,21). Ahora Pablo está afirmando que Jesús había demostrado concluyentemente que era el Hijo de Dios mediante el milagroso cumplimiento de su predicha resurrección.

En el texto griego las palabras "nuestro Señor Jesucristo" (vers. 3) están al final del vers. 4. Finalmente Pablo identifica al Hijo de David y al Hijo de Dios con el Jesús de Nazaret ya reconocido como Cristo y Señor por los cristianos.

Estos nombres estaban llenos de significado para un judío.  Ç"Jesús", transliteración de la forma griega de la palabra aramea YeshuB, "Josué", significa "Jehová es salvación" (ver com. Mat. 1:1). "Cristo" es la transliteración del equivalente griego del Heb. Mashiaj, "Mesías", el "ungido" (ver com. Mat. 1:1). "Señor", como título para un rey y amo divino, ya era familiar por su uso en la LXX (ver com. Juan 20:28).

5. Por quien. O "mediante quien". Pablo afirma que su comisión apostólica derivaba sólo de Cristo, no de los hombres.

Recibimos. Quizá este plural represente al singular, como suelen usarlo las personas de autoridad; sin embargo, también es posible que Pablo esté incluyendo a los otros apóstoles.

La gracia y el apostolado. Muchos intérpretes unen estos dos términos como el equivalente de la gracia o favor del apostolado. Pablo habla frecuentemente de "la gracia que de Dios me es dada" (Rom. 15:15-16, Gál. 2:7-9; Efe. 3:7-9); sin embargo, otros prefieren entender que "gracia" se refiere especialmente a la gracia personal de la salvación que Pablo aceptó por primera vez en el camino a Damasco (Hech. 9:1-16; cf. 1 Cor. 15:10). En cuanto a los significados del término "gracia", ver com. Rom. 3:24.

Para Pablo su conversión y llamamiento al apostolado, que ocurrieron casi simultáneamente, deben haberle parecido como un mismo suceso. Después de haber sido "blasfemo, perseguidor e injuriador" (1 Tim. 1:13), fue llamado inmediatamente a predicar "la fe que en otro tiempo asolaba" (Gál. 1:23). No es de admirarse que Pablo pudiera exclamar: "por la gracia de Dios soy lo que soy" (1 Cor. 15:10). No solamente era un cristiano convertido, sino también un apóstol enviado.

Obediente a la fe. El texto griego dice: "obediencia de fe". No se habla aquí de "fe" como conjunto de doctrinas que deben ser recibidas y creídas (ver Hech. 6:7; Jud. 3). Fe más bien significa ese hábito y actitud de la mente mediante los cuales el cristiano muestra su lealtad y dedicación a Cristo y su dependencia de él. Una fe tal produce obediencia.

La "obediencia de fe" puede entenderse como producida por la fe o una obediencia dirigida hacia la fe o caracterizada por la fe. Sea como fuere, el hecho significativo es que Pablo asocia la fe con la obediencia. El gran mensaje de la Epístola a los Romanos es que la justificación proviene de la fe (cap. 3:22; etc.). 

Esta es la buena nueva a la que Pablo ha sido llamado para que la dé a conocer. Considera su apostolado como una misión entre todas las naciones para que se produzca la obediencia que brota de la fe.

Todas las naciones. Por lo general esta frase se refiere a los gentiles y los distingue de los judíos. Podría también destacar el apostolado especial de Pablo en favor de los paganos (Hech. 22:21; Gál. 1:16; 2:7-9; Efe. 3:1,8). Sin embargo, la frase podría reflejar aquí la misión original que Jesús dio a sus discípulos (Mat. 28:19-20; Mar. 16:15-16) y la comisión que recibió Pablo en ocasión de su conversión (Hech. 9:15): llevar el Evangelio a todo el mundo.

Por amor de su nombre. Probablemente signifique "por causa de su nombre" (VM). El propósito final de la misión de Pablo era promover el conocimiento de Cristo y su gloria. Especialmente anhelaba que el nombre de Cristo fuera magnificado por la obediencia que deriva de la fe en él. Pablo estaba dispuesto a arriesgar su vida por esa causa (Hech. 15:26; 21:13; cf. Hech. 9:16).

6. Entre las cuales. Es decir, entre todas las naciones o "gentiles" entre los cuales había recibido la misión de trabajar. Pablo de esta manera quizá está expresando su autoridad para dirigirse a los creyentes de Roma.

Llamados a ser de Jesucristo. Podría significar "los llamados que pertenecen a Jesucristo", "llamados por Jesucristo", o "llamados a pertenecer a Jesucristo".

7. Todos los que estáis en Roma. Es evidente que con esta frase Pablo se refiere a todos los cristianos de Roma (vers. 8).

Amados de Dios. Dios ama a todos los hombres (Juan 3:16; Efe. 2:4-5), pero para los cristianos que han sido reconciliados con Dios por medio de la muerte de Cristo, ha sido quitada la barrera que una vez los separó del amor de Dios (Rom. 5:10; ver com. Juan 16:27).

Santos. Este término es común en el NT para describir a los cristianos (Hech. 9:32,41; 26:10; Efe. 1:1; etc.). No denota necesariamente personas ya perfeccionadas en la santidad (1 Cor. 1:2; cf. 1 Cor. 1:11), sino a aquellos que por su profesión de fe y bautismo pueden considerarse como separados del mundo y consagrados a Dios.

La idea básica de hágios (santo) es "separado del uso común para el sagrado". En este sentido se usaba y aplicaba en el AT el término hebreo equivalente qódesh o qadesh para referirse, por ejemplo, al tabernáculo y sus muebles (Exo. 40:9). Se usaba para el pueblo judío como nación (Exo. 19:5-6; Deut. 7:6), no porque individualmente fueran perfectos y santos, sino para que se mantuvieran separados de las otras naciones y apartados para el servicio del Dios verdadero, pues las otras naciones se dedicaban al culto de sus ídolos. Hágios se usa aquí para referirse a los cristianos de Roma que habían sido llamados a separarse de los otros hombres y de las otras formas de vida, y a consagrarse al servicio de Dios.

Gracia. Gr. járis, "buena voluntad", "favor" o "gracia", no la palabra común para saludarse usada en las cartas escritas en griego. El saludo común era jáirein, una expresión de deseo de salud y prosperidad. Jáirein aparece en el NT en la carta de Lisias al gobernador romano Félix (Hech. 23:26) y en la Epístola de Santiago (Sant. 1:1). En ambos casos a veces se ha traducido "salud" (BC, RVR). Jáirein, como se traduce en 2 Juan 10, "bienvenido", "salud" (BC), indica que los cristianos estaban acostumbrados a saludarse mutuamente en esta forma (ver Mat. 26:49; 27:29; 28:9; Mar. 15:18; Luc. 1:28; Juan 19:3, donde jáire y jáirete se traducen como "salve").

Pero en vez de jáírein, "saludos", con la idea prevaleciente de prosperidad temporal, Pablo usa aquí járis, "gracia", palabra que comenzaba a adquirir un significado cristiano peculiar (ver Rom. 3:24).

Paz. La forma usual hebrea para saludar era shalom, "paz", o shalom leka, "paz a ti" (Gén. 29:6; 43:23; Dan. 10:19; Luc. 10:5-6; etc.). Jesús saludó en esta forma a sus discípulos reunidos después de la resurrección (Juan 20:19,26).

La vida, muerte y resurrección de Cristo habían dado un nuevo significado a estos dos antiguos términos familiares. "Gracia" ahora se entendía como el amor redentor de Dios en Cristo (2 Tim. 1:9). "Paz" era ahora la paz con Dios mediante la redención (Rom. 5:1). "Gracia" y "paz" se convirtieron con este significado cristiano en el saludo habitual de Pablo en todas sus epístolas (1 Cor. 1:3; 2 Cor. 1:2; Gál. 1:3; Efe. 1:2; Fil. 1:2; Col. 1:2; 1 Tes. 1:1-2; 2 Tes. 1:2; File. 3; cf. 1 Tim. 1:2; 2 Tim. 1:2; Tito 1:4). Pedro y Juan también usaban saludos similares (1 Ped. 1:2; 2 Ped. 2; 2 Juan 3; Apoc. 1:4).

Dios nuestro Padre. Dios, como Creador, es el Padre de todos los hombres (Hech. 17:28-29), pero especialmente de los cristianos que han nacido de nuevo de él (Juan 1:12-13; 1 Juan 5:1; cf. 1 Juan 3:1-2), que han sido adoptados en la familia celestial (Rom. 8:15), y que se están transformando a la semejanza de él (Mat. 5:43-48).

El saludo de Pablo es en realidad una oración para que Dios conceda gracia y paz a los creyentes de Roma. Sus saludos en todas sus epístolas son de este modo más que una simple cortesía: por el amor cristiano se han transformado en una oración que implora la bendición celestial.

Señor Jesucristo. Jesús y el Padre son colocados juntos, pues ambos son considerados como la fuente de gracia y de paz. Esta es una evidencia de que Pablo reconocía la divinidad de Cristo (ver Fil. 2:6). En el NT con frecuencia se hace referencia a Jesús como a Aquel que ha traído la paz al hombre (Juan 14:27; 16:33; Hech. 10:36; Rom. 5:1; Efe. 2:17).

8. Doy gracias. Pablo comienza algunas de sus cartas agradeciendo a Dios en nombre de sus lectores (1 Cor. 1:4; Fil. 1:3; Col. 1:3; 1 Tes. 1:2; 2 Tes. 1:3; 2 Tim. 1:3-5; File. 4), y a veces expresa su deseo de verlos (Fil. 1:8; 2 Tim. 1:4). Reconocía los progresos que ya habían hecho otros en el camino cristiano, y estaba agradecido por ese avance, aun cuando en cierto sentido pudieran merecer una censura (1 Cor. 1:4-5,11). De esta manera animaba a los creyentes y conquistaba su atención para la instrucción que luego vendría.

Mi Dios. Una frase que destaca la naturaleza personal de la relación de Pablo con Dios como cristiano y como apóstol (cf. 1 Cor. 1:4; Fil. 1:3; 4:19; File. 4).

Mediante Jesucristo. Tanto en el agradecimiento como en la oración podemos aproximarnos a Dios mediante Cristo (Efe. 5:20; Heb. 13:15).

Vuestra fe. Es decir vuestra lealtad y consagración a Cristo, vuestro cristianismo. Un informe igualmente bueno se menciona en otro pasaje: "Vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos" (cap. 16:19).

Todo el mundo. Este podría ser el equivalente de la expresión "en todas partes" (ver com. Juan 12:19; cf. Hech. 17:6, Col. 1:6), o podría representar al Imperio Romano. Roma era la ciudad capital y los viajeros constantemente pasaban por ella en sus viajes a diversas partes del imperio, por lo tanto, es fácil comprender cómo los informes de la nueva religión de los cristianos romanos pudieron divulgarse por "todo el mundo". Estas noticias podrían ser llevadas y recibidas con interés especialmente por los miembros de las otras iglesias cristianas en todo el imperio. Pablo puede haber estado pensando especialmente en aquellos que proclamaban la fe y la obediencia de sus hermanos en Roma.

9. Testigo me es Dios. Sólo Dios podía conocer la veracidad de una declaración como ésta, y el apóstol lo pone como testigo (cf. 2 Cor. 1:23; 11:31; Gál. 1:20; Fil. 1:8; 1 Tes. 2:5,10). Pablo está escribiendo su carta desde Corinto, en donde su sinceridad poco antes había sido seriamente puesta en duda, principalmente porque había pospuesto una visita ya prometida (2 Cor. 1:15-24). Ahora está por viajar a Jerusalén, dando evidentemente la espalda a la iglesia de Roma. Es posible que su sinceridad otra vez sea puesta en duda.

Aun podrían haber sospechado que se avergonzaba de ir a predicar el Evangelio en Roma. En este momento a Pablo no le era posible demostrar lo contrario; sólo podía expresar su amor, sus muchas oraciones, su ferviente deseo de verlos, y poner a Dios -que todo lo sabe- como testigo de que decía la verdad (Rom. 1:9-16).

En mi espíritu. El servicio de Pablo no era una acción ceremonial, sino espiritual, una consagración al servicio de Dios para propagar el Evangelio de Cristo.

Sin cesar. Pablo demostraba una preocupación similar por otras iglesias (Efe. 1:15-16; Fil. 1:3-4; Col. 1:3-4; 1 Tes. 1:2-3; 2:13). El progreso del Evangelio por dondequiera era su interés absorbente.

Hago mención. Pablo nunca había visto a la comunidad cristiana de Roma; pero tampoco dejaba de recordar a esos fieles en sus oraciones.

Siempre. Hay quienes prefieren poner una coma después de "vosotros", con lo que relacionan "siempre en mis oraciones" con el vers. 10. "Rogándole siempre en mis oraciones. . . de llegarme hasta vosotros" (vers. 10, BJ); "suplicándole siempre en mis oraciones. . . se me allane el camino para ir hacia vosotros" (vers. 10, NC).

10. Al fin. Hacía mucho que Pablo deseaba visitar a Roma (vers. 13).

La voluntad de Dios. Dios conoce el fin desde el principio, y siempre conviene que nos sometamos a su voluntad y a su dirección. Esta era siempre la práctica de Pablo en su ministerio (Hech. 16:7,9-10), y se nos instruye que hagamos lo mismo (Sant. 4:15). El pedido de Pablo de visitar a Roma le fue concedido posteriormente mediante la voluntad de Dios, pero no en la forma en que el apóstol lo esperaba: llegó a Roma prisionero, encadenado (Hech. 28:14-16, 20).

Un próspero viaje. El significado literal de la palabra griega es "tener un buen viaje", pero en los días del NT se usaba comúnmente para denotar "ser prosperado" en términos generales (ver 1 Cor. 16:2; 3 Juan 2): "si por ventura algún día tuviere yo la fortuna" (BC); "encuentre por fin algún día ocasión favorable" (BJ); "se me allane el camino" (NC).

11. Don. Gr. járisma, "don dado por favor o gracia", de la palabra járis, "gracia". Este don espiritual que Pablo anhelaba compartir personalmente con los creyentes de Roma sin duda era la bendición del fervor y el crecimiento en la fe cristiana, como lo explica posteriormente en el vers. 12.

Seáis confirmados. "Corroborados" (BC); o "fortalecidos". Pablo no dice: "Para que yo pueda fortaleceros", pues sabe que no es sino un instrumento mediante el cual Dios mismo fortalecerá y vigorizará la vida espiritual de los cristianos de Roma (ver Rom. 16:25; 2 Tes. 2:17).

12. Esto es. Pablo se apresura con toda humildad cristiana y cortesía a corregir cualquier impresión que pueda haber dejado con su afirmación del vers. 11, de que sólo a él le correspondía impartir y a ellos recibir. No tenía el intento de "enseñorearse" de la fe de ellos (2 Cor. 1:24). Reconocía que sus lectores también eran cristianos, y él también esperaba beneficiarse compartiendo "la fe que nos es común".

Confortados. O "reanimados". El ver. 12 parece ser más que una mera expresión de tacto y cortesía. El experimentado apóstol se une con los creyentes de Roma como quien tiene tanta necesidad de ser reanimado por la fe de ellos como ellos por la de él. La perfección cristiana no se encontrará apartándose o aislándose de los demás. Se desarrolla cuando la fe es reanimada y estimulada por la de los que participan de la misma fe.

13. No quiero, hermanos, que ignoréis. Una expresión favorita de Pablo cuando desea llamar especialmente la atención a algún punto importante (Rom. 11:25; 1 Cor. 10:1; 12:1; 2 Cor. 1:8; 1Tes. 4:13).

Estorbado. Pablo destaca más la sinceridad de su deseo de visitar a la iglesia de Roma. No sólo había sido ése su deseo, sino que con frecuencia había abrigado el firme propósito de verlos (Hech. 19:21). Pero en una forma u otra había sido impedido de hacer ese viaje (Rom. 15:22; cf. 1 Tes. 2:18; Hech. 16:6-7).

Tener. . . algún fruto. Pablo esperaba obtener entre ellos una cosecha de personas llevadas al conocimiento de Cristo, o al aumento de la fe y las buenas obras. Jesús había instruido a sus discípulos para que llevaran "fruto" en su vida y en la de otros (Juan 15:16; cf. Juan 4:36). "Fruto" es una figura de lenguaje común en el NT. Pablo la emplea para representar tanto los buenos como los malos resultados (Rom. 6:21-22; 7:4-5; Gál. 5:22; Fil. 1:22; 4:17; Col. 1:6). Gentiles. O "naciones " (vers. 5). La frase "entre vosotros... como entre los demás gentiles" sugiere que en sus orígenes la iglesia de Roma había sido principalmente gentil.

14. A griegos. Los griegos dividían a toda la humanidad en griegos y no griegos. Pablo utiliza esta misma división. Los griegos consideraban como "bárbaros" a todos los que no hablaban el idioma griego. El término "bárbaro" no era necesariamente despectivo. Se lo usaba principalmente para señalar diferencia de raza y de idioma (ver 1 Cor. 14:11). En la gran metrópoli de Roma había representantes de todas las naciones y de todos los niveles de cultura y conocimiento. Pablo declara que era deudor de predicar el Evangelio a todo el mundo gentil, sin tener en cuenta raza o cultura.

A sabios. El Evangelio tiene un mensaje para todos. Los filósofos tenían la tendencia de despreciar a la multitud ignorante, y los escribas judíos consideraban malditos a quienes no conocían la ley (Juan 7:49); pero el Evangelio es para todos los hombres. En realidad, parece que fue recibido más fácilmente al principio por la gente común (1Cor. 1:26-29).

Tampoco debían ser pasados por alto los "sabios". Los griegos se enorgullecían de su sabiduría y la buscaban ávidamente (1 Cor 1:22); sin embargo, el Evangelio también era para ellos. Pablo era un hombre muy culto. Puede haber diferencia de idioma, cultura e inteligencia en la gente, pero el Evangelio es para todos. La relación que los hombres mantienen con Cristo es más significativa que cualquier distinción nacional o personal.

Deudor. Pablo sentía la profunda "necesidad" de predicar el Evangelio (1 Cor. 9:16). Este sentimiento de obligación de hacer conocer el Evangelio hasta donde le fuera posible a todas las naciones de la tierra, quizá se debía en parte a su misión especial para los gentiles (Hech. 9:15; Rom. 11:13). Pero una obligación similar descansa sobre todos los cristianos, sobre los que han recibido las bendiciones del conocimiento de la salvación (ver DMJ 114).

15. En cuanto a mí. Expresión idiomática griega de difícil interpretación. Muchos intérpretes entienden que la primera parte de este versículo quiere decir: "en lo que a mí respecta y hasta donde pueda tener oportunidad, estoy listo a predicar el Evangelio también a vosotros".

En Roma. Pablo ya había predicado en las grandes ciudades de Éfeso, Atenas y Corinto. Ahora sentía deseos de proclamar el Evangelio en Roma, la capital del mundo de esa época. (6CBA).

Ministerio Hno. Pio 


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