"Y SERÁ llamado su nombre Emmanuel; . . .
Dios con nosotros." Mat. 1:21.
"La luz del conocimiento de la gloria de
Dios," se ve "en el rostro de Jesucristo." Desde los días de la
eternidad, el Señor Jesucristo era uno con el Padre; era "la imagen de
Dios," la imagen de su grandeza y majestad, "el resplandor de su
gloria." Vino a nuestro mundo para manifestar esta gloria. Vino a esta
tierra obscurecida por el pecado para revelar la luz del amor de Dios, para ser
"Dios con nosotros." Por lo tanto, fue profetizado de él: "Y
será llamado su nombre Emmanuel." Al venir a morar con nosotros, Jesús iba
a revelar a Dios tanto a los hombres como a los ángeles.
Él Era La Palabra De Dios: El Pensamiento De Dios Hecho
Audible.
EN SU ORACIÓN
POR SUS DISCÍPULOS, DICE: "Yo les he manifestado tu nombre"-
"misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en benignidad y
verdad, "-"para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo
en ellos." Pero no sólo para sus hijos nacidos en la tierra fue
dada esta revelación. Nuestro pequeño mundo es un libro de texto para el
universo. El maravilloso y misericordioso propósito de Dios, el misterio del
amor redentor, es el tema en el cual "desean mirar los ángeles," y
será su estudio a través de los siglos sin fin.
TANTO LOS
REDIMIDOS COMO LOS SERES QUE NUNCA CAYERON HALLARÁN EN LA CRUZ DE CRISTO SU
CIENCIA Y SU CANCIÓN. Se verá que la gloria que resplandece en el rostro de
Jesús es la gloria del amor abnegado. A la luz del Calvario, se verá que la ley
del renunciamiento por amor es la ley de la vida para la tierra y el cielo; que
el amor que "no busca lo suyo" tiene su fuente en el corazón de Dios;
y que en el Manso y Humilde se manifiesta el carácter de Aquel que mora en la
luz inaccesible al hombre. Al principio, Dios se revelaba en todas las obras de
la creación.
FUE CRISTO
QUIEN EXTENDIÓ LOS CIELOS Y ECHÓ LOS CIMIENTOS DE LA TIERRA. Fue su mano
la que colgó los mundos en el espacio, 12 y modeló las flores del campo. El
"asienta las montañas con su fortaleza," "suyo es el mar, pues
que él lo hizo." (Salmos 65:6; 95:5 VM).
FUE ÉL QUIEN
LLENÓ LA TIERRA DE HERMOSURA Y EL AIRE CON CANTOS. Y sobre todas
las cosas de la tierra, del aire y el cielo, escribió el mensaje del amor del
Padre. Aunque el pecado ha estropeado la obra perfecta de Dios, esa escritura
permanece. Aun ahora todas las cosas creadas declaran la gloria de su
excelencia.
FUERA DEL EGOÍSTA CORAZÓN HUMANO, NO HAY NADA
QUE VIVA PARA SÍ. No hay ningún pájaro que surca el aire, ningún animal que
se mueve en el suelo, que no sirva a alguna otra vida. No hay siquiera una hoja
del bosque, ni una humilde brizna de hierba que no tenga su utilidad. Cada
árbol, arbusto y hoja emite ese elemento de vida, sin el cual no podrían
sostenerse ni el hombre ni los animales; y el hombre y el animal, a su vez,
sirven a la vida del árbol y del arbusto y de la hoja. Las flores exhalan
fragancia y ostentan su belleza para beneficio del mundo.
EL SOL DERRAMA
SU LUZ PARA ALEGRAR MIL MUNDOS. El océano, origen de todos nuestros
manantiales y fuentes, recibe las corrientes de todas las tierras, pero recibe
para dar. Las neblinas que ascienden de su seno, riegan la tierra, para que
produzca y florezca.
LOS ÁNGELES DE
GLORIA HALLAN SU GOZO EN DAR, dar amor y cuidado incansable a las
almas que están caídas y destituidas de santidad. Los seres celestiales desean
ganar el corazón de los hombres; traen a este obscuro mundo luz de los atrios
celestiales; por un ministerio amable y paciente, obran sobre el espíritu
humano, para poner a los perdidos en una comunión con Cristo aún más íntima que
la que ellos mismos pueden conocer.
PERO
APARTÁNDONOS DE TODAS LAS REPRESENTACIONES MENORES, CONTEMPLAMOS A DIOS EN
JESÚS. Mirando a Jesús, vemos que la
gloria de nuestro Dios consiste en dar. "Nada hago de mí mismo," dijo
Cristo; "me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre."
"No busco mi gloria," sino la gloria del que me envió. (Juan 8:28;
6:57; 8:50; 7:18.
“En Estas Palabras Se Presenta El Gran Principio Que Es La Ley De
La Vida Para El Universo”.
CRISTO RECIBIÓ
TODAS LAS COSAS DE DIOS, PERO LAS RECIBIÓ PARA DARLAS. Así también en
los atrios celestiales, en su ministerio en favor de todos los seres creados,
por medio del Hijo amado fluye a todos la vida del Padre; por 13 medio del Hijo
vuelve, en alabanza y gozoso servicio, como una marea de amor, a la gran Fuente
de todo. Y así, por medio de Cristo, se completa el circuito de beneficencia,
que representa el carácter del gran Dador, la ley de la vida.
ESTA LEY FUE
QUEBRANTADA EN EL CIELO MISMO. El pecado tuvo su origen en el
egoísmo. Lucifer, el querubín protector, deseó ser el primero en el cielo.
Trató de dominar a los seres celestiales, apartándolos de su Creador, y
granjearse su homenaje. Para ello, representó falsamente a Dios, atribuyéndole
el deseo de ensalzarse.
TRATÓ DE
INVESTIR AL AMANTE CREADOR CON SUS PROPIAS MALAS CARACTERÍSTICAS. Así engañó a
los ángeles. Así sedujo a los hombres. Los indujo a dudar de la palabra de
Dios, y a desconfiar de su bondad. Por cuanto Dios es un Dios de justicia y
terrible majestad, Satanás los indujo a considerarle como severo e inexorable.
Así consiguió que se uniesen con él en su rebelión contra Dios, y la noche de
la desgracia se asentó sobre el mundo.
LA TIERRA QUEDÓ
OBSCURA PORQUE SE COMPRENDIÓ MAL A DIOS. A fin de que pudiesen iluminarse las
lóbregas sombras, a fin de que el mundo pudiera ser traído de nuevo a Dios,
había que quebrantar el engañoso poder de Satanás. Esto no podía hacerse por la
fuerza.
EL EJERCICIO DE LA FUERZA ES CONTRARIO A LOS
PRINCIPIOS DEL GOBIERNO DE DIOS; él desea tan sólo el servicio de amor; y el
amor no puede ser exigido; no puede ser obtenido por la fuerza o la autoridad. El
amor se despierta únicamente por el amor. El conocer a Dios es amarle; su
carácter debe ser manifestado en contraste con el carácter de Satanás.
EN TODO EL UNIVERSO HABÍA UN SOLO SER QUE PODÍA REALIZAR ESTA OBRA.
Únicamente Aquel que conocía la altura y la profundidad del amor de Dios, podía
darlo a conocer. Sobre la obscura noche del mundo, debía nacer el Sol de justicia,
"trayendo salud eterna en sus alas."* Malaquías 4:2.
EL PLAN DE NUESTRA REDENCIÓN NO FUE UNA
REFLEXIÓN ULTERIOR, formulada después de la caída de Adán. Fue una revelación
"del misterio que por tiempos eternos fue guardado en silencio." Rom.
16:25.
FUE
UNA MANIFESTACIÓN DE LOS PRINCIPIOS QUE DESDE EDADES ETERNAS habían
sido el fundamento del trono de Dios. Desde el principio, Dios y Cristo sabían
de la apostasía de Satanás y de la caída del hombre seducido por el apóstata. Dios
14 no ordenó que el pecado existiese, sino que previó su existencia, e hizo
provisión para hacer frente a la terrible emergencia.
TAN
GRANDE FUE SU AMOR POR EL MUNDO, que se comprometió a
dar a su Hijo unigénito "para que todo aquel que en él cree, no se pierda,
más tenga vida eterna." Juan 3:16.
Lucifer había dicho: "Sobre las estrellas
de Dios ensalzaré mi trono,... seré semejante al Altísimo."*(Isaías
14:13,14). Pero Cristo, "existiendo en forma de Dios, no estimó el ser
igual a Dios como cosa a que debía aferrarse; sino que se desprendió de ella,
tomando antes la forma de un siervo, siendo hecho en semejanza de los
hombres."* (Filipenses 2:6,7).
ESTE FUE UN
SACRIFICIO VOLUNTARIO. Jesús podría haber permanecido al lado del Padre. Podría
haber conservado la gloria del cielo, y el homenaje de los ángeles. Pero
prefirió devolver el cetro a las manos del Padre, y bajar del trono del
universo, a fin de traer luz a los que estaban en tinieblas, y vida a los que
perecían.
HACE CASI DOS
MIL AÑOS,
se oyó en el cielo una voz de significado misterioso que, partiendo del trono
de Dios, decía: "He aquí yo vengo." "Sacrificio y ofrenda, no
los quisiste; empero un cuerpo me has preparado.... He aquí yo vengo (en el
rollo del libro está escrito de mí), para hacer, oh Dios, tu voluntad."*
(Hebreos 10:5-7). En estas palabras se anunció el cumplimiento del propósito
que había estado oculto desde las edades eternas.
CRISTO ESTABA
POR VISITAR NUESTRO MUNDO, Y ENCARNARSE. Él dice: "Un cuerpo me has
preparado." Si hubiese aparecido con la gloria que tenía con el Padre
antes que el mundo fuese, no podríamos haber soportado la luz de su presencia.
A fin de que pudiésemos contemplarla y no ser destruidos, la manifestación de
su gloria fue velada. Su divinidad fue cubierta de humanidad, la gloria invisible
tomó forma humana visible.
ESTE
GRAN PROPÓSITO HABÍA SIDO ANUNCIADO POR MEDIO DE FIGURAS Y SÍMBOLOS.
La
zarza ardiente, en la cual Cristo apareció a Moisés, revelaba a Dios. El
símbolo elegido para representar a la Divinidad era una humilde planta que no
tenía atractivos aparentes. Pero encerraba al Infinito. El Dios que es todo
misericordia velaba su gloria en una figura muy humilde, a fin de que Moisés
pudiese mirarla y sobrevivir. Así también en la columna de nube de día y la
columna de fuego de noche, Dios 15 se comunicaba con Israel, les revelaba su
voluntad a los hombres, y les impartía su gracia.
LA
GLORIA DE DIOS ESTABA SUAVIZADA, Y VELADA SU MAJESTAD, a fin de que
la débil visión de los hombres finitos pudiese contemplarla. Así Cristo había de
venir en "el cuerpo de nuestra bajeza,"* (Filipenses 3:21).
"hecho
semejante a los hombres." A los ojos del mundo, no poseía hermosura que lo
hiciese desear; sin embargo era Dios encarnado, la luz del cielo y de la
tierra. Su gloria estaba velada, su grandeza y majestad ocultas, a fin de que
pudiese acercarse a los hombres entristecidos y tentados.
DIOS
ORDENÓ A MOISÉS RESPECTO A ISRAEL: "Hacerme han un santuario, y
yo habitaré entre ellos," (Éxodo 25:8). Y moraba en el
santuario en medio de su pueblo. Durante todas sus penosas peregrinaciones en
el desierto, estuvo con ellos el símbolo de su presencia.
ASÍ CRISTO LEVANTÓ SU
TABERNÁCULO EN MEDIO DE NUESTRO CAMPAMENTO HUMANO. Hincó su
tienda al lado de la tienda de los hombres, a fin de morar entre nosotros y
familiarizarnos con su vida y carácter divinos. "Aquel Verbo fue hecho
carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito
del Padre), lleno de gracia y de verdad.'* (Juan 1:14).
DESDE QUE JESÚS VINO A MORAR CON
NOSOTROS,
sabemos que Dios conoce nuestras pruebas y simpatiza con nuestros pesares. Cada
hijo e hija de Adán puede comprender que nuestro Creador es el amigo de los
pecadores. Porque en toda doctrina de gracia, toda promesa de gozo, todo acto
de amor, toda atracción divina presentada en la vida del Salvador en la tierra,
vemos a "Dios con nosotros."
SATANÁS REPRESENTA
LA DIVINA LEY DE AMOR COMO UNA LEY DE EGOÍSMO. Declara que nos es
imposible obedecer sus preceptos. Imputa al Creador la caída de nuestros
primeros padres, con toda la miseria que ha provocado, e induce a los hombres a
considerar a Dios como autor del pecado, del sufrimiento y de la muerte.
JESÚS HABÍA DE
DESENMASCARAR ESTE ENGAÑO. Como uno de nosotros, había de dar un ejemplo de
obediencia. Para esto tomó sobre sí nuestra naturaleza, y pasó por nuestras
vicisitudes. "Por lo cual convenía que en todo fuese semejado a sus
hermanos." Si tuviésemos que soportar algo que Jesús no soportó, en este
detalle Satanás representaría el poder de Dios como insuficiente para nosotros.
Por lo tanto, Jesús fue "tentado 16 en todo punto, así como
nosotros."* (Hebreos 2:17; 4:15).
SOPORTÓ TODA PRUEBA A LA CUAL ESTEMOS
SUJETOS.
Y no ejerció en favor suyo poder alguno que no nos sea ofrecido generosamente.
Como hombre, hizo frente a la tentación, y venció en la fuerza que Dios le
daba. Él dice: "Me complazco en hacer tu voluntad, oh Dios mío, y tu ley
está en medio de mi corazón." (Salmos 40:8).
MIENTRAS ANDABA HACIENDO BIEN Y SANANDO A TODOS LOS AFLIGIDOS DE
SATANÁS, demostró claramente a los hombres el carácter de la ley de Dios y la
naturaleza de su servicio. Su vida testifica que para nosotros también es
posible obedecer la ley de Dios.
POR SU HUMANIDAD, CRISTO TOCABA A LA
HUMANIDAD;
por su divinidad, se asía del trono de Dios. Como Hijo del hombre, nos dio un
ejemplo de obediencia; como Hijo de Dios, nos imparte poder para obedecer. Fue
Cristo quien habló a Moisés desde la zarza del monte Horeb diciendo: "YO
SOY EL QUE SOY.... Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me ha enviado a
vosotros.' (Éxodo 3:14). Tal era la garantía de la liberación de Israel.
ASIMISMO, CUANDO VINO "EN
SEMEJANZA DE LOS HOMBRES," se declaró el YO SOY. El Niño de
Belén, el manso y humilde Salvador, es Dios, "manifestado en carne.'
(1Timoteo 3:16).
Y A NOSOTROS NOS DICE: "
'YO SOY el buen pastor." "YO SOY el pan vivo." "YO SOY el
camino, y la verdad, y la vida." "Toda potestad me es dada en el
cielo y en la tierra." (Juan 10:11; 6:51; 14:6; Mateo 28:18).
“YO SOY LA SEGURIDAD DE TODA
PROMESA." "YO SOY; no tengáis miedo.'" "Dios con
nosotros" es la seguridad de nuestra liberación del pecado, la garantía de
nuestro poder para obedecer la ley del cielo.
AL CONDESCENDER A TOMAR SOBRE SÍ LA
HUMANIDAD,
Cristo reveló un carácter opuesto al carácter de Satanás. Pero se rebajó aún
más en la senda de la humillación. "Hallado en la condición como hombre,
se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz."
(Filipenses 2:8).
ASÍ COMO EL
SUMO SACERDOTE PONÍA A UN LADO SUS MAGNÍFICAS ROPAS PONTIFICIAS, y oficiaba en
la ropa blanca de lino del sacerdote común, así también Cristo tomó forma de
siervo, y ofreció sacrificio, siendo él mismo a la vez el sacerdote y la
víctima. "El herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros
pecados: el castigo de nuestra paz sobre él."* (Isaías 53:5).
CRISTO FUE TRATADO como nosotros merecemos a
fin de que 17 nosotros pudiésemos ser tratados como él
merece. Fue condenado por nuestros pecados, en los que no había participado, a
fin de que nosotros pudiésemos ser justificados por su justicia, en la cual no
habíamos participado.
EL
SUFRIÓ LA MUERTE NUESTRA, a fin de que pudiésemos recibir la vida
suya. "Por su llaga fuimos nosotros curados." (Isaías 53:5), por su
vida y su muerte, Cristo logró aún más que restaurar lo que el pecado había
arruinado.
ERA
EL PROPÓSITO DE SATANÁS CONSEGUIR UNA ETERNA SEPARACIÓN ENTRE DIOS Y EL HOMBRE; pero en Cristo llegamos a estar más íntimamente unidos a
Dios que si nunca hubiésemos pecado.
AL
TOMAR NUESTRA NATURALEZA, EL SALVADOR SE VINCULÓ CON LA HUMANIDAD POR UN
VÍNCULO QUE NUNCA SE HA DE ROMPER. A través de las edades
eternas, queda ligado con nosotros. "Porque de tal manera amó Dios al
mundo, que ha dado a su Hijo unigénito." (Juan 3:16).
LO DIO NO SÓLO PARA QUE LLEVASE NUESTROS PECADOS Y MURIESE como
sacrificio nuestro; lo dio a la especie caída. Para asegurarnos los beneficios
de su inmutable consejo de paz, Dios dio a su Hijo unigénito para que llegase a
ser miembro de la familia humana, y retuviese para siempre su naturaleza
humana.
TAL ES LA
GARANTÍA DE QUE DIOS CUMPLIRÁ SU PROMESA. "Un niño nos es nacido, hijo nos
es dado; y el principado sobre su hombro." Dios adoptó la naturaleza
humana en la persona de su Hijo, y la llevó al más alto cielo. Es "el Hijo
del hombre" quien comparte el trono del universo. Es "el Hijo del
hombre " cuyo nombre será llamado: "Admirable, Consejero, Dios
fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz." (Isaías 9:6).
EL YO SOY ES EL
MEDIADOR ENTRE DIOS Y LA HUMANIDAD, que pone su mano sobre ambos. El que
es "santo, inocente, limpio, apartado de los pecadores," no se avergüenza
de llamarnos hermanos. (Hebreos 7:26; 2:11).
EN CRISTO, LA
FAMILIA DE LA TIERRA Y LA FAMILIA DEL CIELO ESTÁN LIGADAS. Cristo
glorificado es nuestro hermano. El cielo está incorporado en la humanidad, y la
humanidad, envuelta en el seno del Amor Infinito. Acerca de su pueblo, Dios
dice: "Serán como piedras de una diadema, relumbrando sobre su tierra.
¡Porque cuán grande es su bondad! ¡y cuán grande es su hermosura!" (Zacarías
9:16,17).
LA EXALTACIÓN DE
LOS REDIMIDOS SERÁ UN TESTIMONIO ETERNO DE LA MISERICORDIA DE DIOS. "En los siglos venideros," él revelará "la
soberana 18 riqueza de su gracia, en su bondad para con nosotros en
Jesucristo." "A fin de que . . . sea dado a conocer a las potestades
y a las autoridades en las regiones celestiales, la multiforme sabiduría de
Dios, de conformidad con el propósito eterno que se había propuesto en Cristo
Jesús, Señor nuestro." (Efesios 2:17; 3:10,11).
POR MEDIO DE LA
OBRA REDENTORA DE CRISTO, EL GOBIERNO DE DIOS QUEDA JUSTIFICADO. El Omnipotente
es dado a conocer como el Dios de amor. Las acusaciones de Satanás quedan
refutadas y su carácter desenmascarado. La rebelión no podrá nunca volverse a
levantar. El pecado no podrá nunca volver a entrar en el universo. A través de
las edades eternas, todos estarán seguros contra la apostasía.
POR EL
SACRIFICIO ABNEGADO DEL AMOR, los habitantes de la tierra y del cielo
quedarán ligados a su Creador con vínculos de unión indisoluble. La obra de la
redención estará completa. Donde el pecado abundó, sobreabundó la gracia de
Dios. La tierra misma, el campo que Satanás reclama como suyo, ha de quedar no
sólo redimida sino exaltada.
NUESTRO PEQUEÑO MUNDO, que es bajo la maldición del pecado la única mancha obscura de su gloriosa creación, será honrado por encima de todos los demás mundos en el universo de Dios. Aquí, donde el Hijo de Dios habitó en forma humana; donde el Rey de gloria vivió, sufrió y murió; aquí, cuando renueve todas las cosas, estará el tabernáculo de Dios con los hombres, "morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y el mismo Dios será su Dios con ellos." Y a través de las edades sin fin, mientras los redimidos anden en la luz del Señor, le alabarán por su Don inefable: Emmanuel; "Dios con nosotros." 19 DTG/EGW
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