(Este capítulo 86. Está basado en San Mateo 28:16-20).
ESTANDO A SÓLO
UN PASO DE SU TRONO CELESTIAL, CRISTO DIO SU MANDATO A SUS DISCÍPULOS: "Toda potestad me es dada en el cielo
y en la tierra --dijo.-- Por tanto, id, y doctrinad a todos los Gentiles."
"Id por todo el mundo; predicad el evangelio a toda criatura.'*(Marcos
16:15).
REPITIÓ VARIAS
VECES ESTAS PALABRAS A FIN DE QUE LOS DISCÍPULOS COMPRENDIESEN SU SIGNIFICADO. La luz del
cielo debía resplandecer con rayos claros y fuertes sobre todos los habitantes
de la tierra, encumbrados y humildes, ricos y pobres. Los discípulos habían de
colaborar con su Redentor en la obra de salvar al mundo. El mandato había sido
dado a los doce cuando Cristo se encontró con ellos en el aposento alto; pero
debía ser comunicado ahora a un número mayor.
EN UNA MONTAÑA
DE GALILEA SE REALIZÓ UNA REUNIÓN, en la cual se congregaron todos los
creyentes que pudieron ser llamados. De esta reunión, Cristo mismo había designado,
antes de su muerte, la fecha y el lugar. El ángel, al lado de la tumba, recordó
a los discípulos la promesa que hiciera de encontrarse con ellos en Galilea. La
promesa fue repetida a los creyentes que se habían reunido en Jerusalén durante
la semana de la Pascua, y por ellos llegó a muchos otros solitarios que estaban
lamentando la muerte de su Señor. Con intenso interés, esperaban todos la
entrevista. Concurrieron al lugar de reunión por caminos indirectos, viniendo
de todas direcciones para evitar la sospecha de los judíos envidiosos. Vinieron
con el corazón en suspenso, hablando con fervor unos a otros de las nuevas que
habían oído acerca de Cristo.
AL MOMENTO
FIJADO, COMO QUINIENTOS CREYENTES SE HABÍAN REUNIDO EN GRUPITOS EN LA LADERA DE
LA MONTAÑA,
ansiosos de aprender todo lo que podían de los que habían visto a Cristo desde
su resurrección. De un grupo a otro iban los discípulos, contando todo lo que
habían visto y oído de Jesús, y razonando de las Escrituras como él lo había
hecho con ellos.
TOMÁS 758 RELATABA LA HISTORIA DE SU INCREDULIDAD Y
CONTABA CÓMO SUS DUDAS SE HABÍAN DISIPADO. De repente Jesús se presentó en
medio de ellos. Nadie podía decir de dónde ni cómo había venido.
NUNCA ANTES LE
HABÍAN VISTO MUCHOS DE LOS PRESENTES, pero en sus manos y sus pies
contemplaban las señales de la crucifixión; su semblante era como el rostro de
Dios, y cuando lo vieron, le adoraron. Pero algunos dudaban.
SIEMPRE SERÁ
ASÍ. Hay
quienes encuentran difícil ejercer fe y se colocan del lado de la duda. Los
tales pierden mucho por causa de su incredulidad.
ESTA FUE LA
ÚNICA ENTREVISTA QUE JESÚS TUVO CON MUCHOS DE LOS CREYENTES DESPUÉS DE SU
RESURRECCIÓN.
Vino y les habló diciendo: "Toda potestad me es dada en el cielo y
en la tierra." Los discípulos le habían adorado antes que hablase,
pero sus palabras, al caer de labios que habían sido cerrados por la muerte,
los conmovían con un poder singular. Era ahora el Salvador resucitado.
MUCHOS
DE ELLOS LE HABÍAN VISTO EJERCER SU PODER SANANDO A LOS ENFERMOS Y DOMINANDO A
LOS AGENTES SATÁNICOS. Creían que poseía poder para establecer su reino en
Jerusalén, poder para apagar toda oposición, poder sobre los elementos de la
naturaleza. Había calmado las airadas aguas; había andado sobre las ondas
coronadas de espuma; había resucitado a los muertos.
AHORA DECLARÓ
QUE "TODA POTESTAD" LE ERA DADA. Sus palabras elevaron los
espíritus de sus oyentes por encima de las cosas terrenales y temporales hasta
las celestiales y eternas. Les infundieron el más alto concepto de su dignidad
y gloria.
LAS PALABRAS
QUE PRONUNCIARA CRISTO EN LA LADERA DE LA MONTAÑA eran el
anuncio de que su sacrificio en favor del hombre era definitivo y completo.
LAS CONDICIONES DE LA EXPIACIÓN HABÍAN SIDO
CUMPLIDAS; la obra para la cual había venido a este mundo se había realizado.
Se dirigía al trono de Dios, para ser honrado por los ángeles, principados y
potestades. Había iniciado su obra de mediación.
REVESTIDO DE AUTORIDAD ILIMITADA, DIO SU MANDATO A LOS DISCÍPULOS: "Id, pues, y haced discípulos entre todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo: enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado: y he aquí que estoy yo con vosotros siempre, hasta la consumación del siglo." (Mateo 28:19,20 VM.). 759
EL
PUEBLO JUDÍO HABÍA SIDO DEPOSITARIO DE LA VERDAD SAGRADA; PERO EL FARISAÍSMO
HABÍA HECHO DE ÉL EL MÁS EXCLUSIVISTA, el más
fanático de toda la familia humana. Todo lo que se refería a los sacerdotes y
príncipes: sus atavíos, costumbres, ceremonias, tradiciones, los incapacitaba
para ser la luz del mundo. Se miraban a sí mismos, la nación judía, como el
mundo.
PERO CRISTO COMISIONÓ A SUS DISCÍPULOS PARA
QUE PROCLAMASEN UNA FE Y UN CULTO que no encerrasen idea de casta ni de país,
una fe que se adaptase a todos los pueblos, todas las naciones, todas las
clases de hombres.
ANTES DE DEJAR
A SUS DISCÍPULOS, Cristo presentó claramente la naturaleza de su reino. Les
recordó lo que les había dicho antes acerca de ello.
DECLARÓ QUE NO
ERA SU PROPÓSITO ESTABLECER EN ESTE MUNDO UN REINO TEMPORAL, SINO UN REINO
ESPIRITUAL.
No iba a reinar como rey terrenal en el trono de David. Volvió a explicarles
las Escrituras, demostrando que todo lo que había sufrido había sido ordenado
en el cielo, en los concilios celebrados entre el Padre y él mismo.
TODO HABÍA SIDO
PREDICHO POR HOMBRES INSPIRADOS DEL ESPÍRITU SANTO. Dijo: Veis
que todo lo que os he revelado acerca de mi rechazamiento como Mesías se ha
cumplido. Todo lo que os he dicho acerca de la humillación que iba a soportar y
la muerte que iba a sufrir, se ha verificado. El tercer día resucité.
Escudriñad más diligentemente las Escrituras y veréis que en todas estas cosas
se ha cumplido lo que especificaba la profecía acerca de mí.
CRISTO
ORDENÓ A SUS DISCÍPULOS QUE EMPEZASEN EN JERUSALÉN LA OBRA QUE ÉL HABÍA DEJADO
EN SUS MANOS.
Jerusalén había sido escenario de su asombrosa condescendencia hacia la familia
humana. Allí había sufrido, había sido rechazado y condenado. La tierra de
Judea era el lugar donde había nacido. Allí, vestido con el atavío de la
humanidad, había andado con los hombres, y pocos habían discernido cuánto se
había acercado el cielo a la tierra cuando Jesús estuvo entre ellos.
EN JERUSALÉN
DEBÍA EMPEZAR LA OBRA DE LOS DISCÍPULOS. En vista de todo lo que Cristo había
sufrido allí, y de que su trabajo no había sido apreciado, los discípulos
podrían haber pedido un campo más promisorio; pero no hicieron tal petición. El
mismo terreno donde él había esparcido la semilla de la verdad debía ser
cultivado por los discípulos, y la semilla 760 brotaría y produciría abundante
mies.
EN SU OBRA, LOS DISCÍPULOS HABRÍAN DE HACER
FRENTE A LA PERSECUCIÓN Por Los Celos Y El Odio De Los Judíos; pero esto lo
había soportado su Maestro, y ellos no habían de rehuirlo.
LOS PRIMEROS OFRECIMIENTOS
DE LA MISERICORDIA DEBÍAN SER HECHOS A LOS HOMICIDAS DEL SALVADOR. Había en
Jerusalén muchos que creían secretamente en Jesús, y muchos que habían sido
engañados por los sacerdotes y príncipes. A éstos también debía presentarse el
Evangelio. Debían ser llamados al arrepentimiento. La maravillosa verdad de que
sólo por Cristo podía obtenerse la remisión de los pecados debía presentarse
claramente. Mientras todos los que estaban en Jerusalén estaban conmovidos por
los sucesos emocionantes de las semanas recién transcurridas, la predicación
del Evangelio iba a producir la más profunda impresión.
PERO LA OBRA NO
DEBÍA DETENERSE ALLÍ. Había de extenderse hasta los más remotos confines de la
tierra. Cristo dijo a sus discípulos: Habéis sido testigos de mi vida de
abnegación en favor del mundo. Habéis presenciado mis labores para Israel.
AUNQUE
NO HAN QUERIDO VENIR A MÍ PARA OBTENER LA VIDA,
aunque los sacerdotes y príncipes han hecho de mí lo que quisieron, aunque me
rechazaron según lo predecían las Escrituras, deben tener todavía una
oportunidad de aceptar al Hijo de Dios. Habéis visto todo lo que me ha
sucedido, habéis visto que a todos los que vienen a mí confesando sus pecados
yo los recibo libremente. De ninguna manera echaré al que venga a mí.
TODOS
LOS QUE QUIERAN PUEDEN SER RECONCILIADOS CON DIOS Y RECIBIR LA VIDA ETERNA.
A vosotros, mis discípulos, confío este mensaje de misericordia. Debe
proclamarse primero a Israel y luego a todas las naciones, lenguas y pueblos.
Debe ser proclamado a judíos y gentiles.
TODOS
LOS QUE CREAN HAN DE SER REUNIDOS EN UNA IGLESIA.
Mediante el don del Espíritu Santo, los discípulos habían de recibir un poder
maravilloso. Su testimonio iba a ser confirmado por señales y prodigios.
NO SÓLO LOS
APÓSTOLES IBAN A HACER MILAGROS, SINO TAMBIÉN LOS QUE RECIBIESEN SU MENSAJE. Cristo dijo: "En mi nombre echarán fuera demonios;
hablarán nuevas lenguas; quitarán serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no
les dañará; sobre los enfermos pondrán sus manos y sanarán." (Marcos
16:17,18).
En ese tiempo el envenenamiento era corriente. Los hombres 761
faltos de escrúpulos no vacilaban en suprimir por este medio a los que
estorbaban sus ambiciones.
JESÚS SABÍA QUE
LA VIDA DE SUS DISCÍPULOS ESTARÍA ASÍ EN PELIGRO. Muchos
pensarían prestar servicio a Dios dando muerte a sus testigos. Por lo tanto,
les prometió protegerlos de este peligro.
LOS DISCÍPULOS
IBAN A TENER EL MISMO PODER QUE JESÚS HABÍA TENIDO PARA SANAR "toda enfermedad y toda dolencia en el
pueblo." Al sanar en su nombre las enfermedades del cuerpo,
testificarían de su poder para sanar el alma. (Mateo 4:23; 9:6).
Y SE LES
PROMETÍA UN NUEVO DON. Los discípulos tendrían que predicar entre otras naciones,
e iban a recibir la facultad de hablar otras lenguas. Los apóstoles y sus
asociados eran hombres sin letras, pero por el derramamiento del Espíritu en el
día de Pentecostés, su lenguaje, fuese en su idioma o en otro extranjero, era
puro, sencillo y exacto, tanto en los vocablos como en el acento. Así dio
Cristo su mandato a sus discípulos.
PROVEYÓ
AMPLIAMENTE PARA LA PROSECUCIÓN DE LA OBRA Y TOMÓ SOBRE SÍ LA RESPONSABILIDAD
DE SU ÉXITO.
Mientras ellos obedeciesen su palabra y trabajasen en relación con él, no
podrían fracasar.
ID A TODAS LAS
NACIONES, LES ORDENÓ. Id hasta las partes más lejanas del globo habitable, pero
sabed que mi presencia estará allí. Trabajad con fe y confianza, porque nunca
llegará el momento en que yo os abandone.
EL MANDATO QUE DIO EL SALVADOR A LOS DISCÍPULOS INCLUÍA A TODOS LOS
CREYENTES EN CRISTO HASTA EL FIN DEL TIEMPO. Es un error fatal suponer que la
obra de salvar almas sólo depende del ministro ordenado. Todos aquellos a
quienes llegó la inspiración celestial, reciben el Evangelio en cometido. A
todos los que reciben la vida de Cristo se les ordena trabajar para la
salvación de sus semejantes.
LA IGLESIA FUE
ESTABLECIDA PARA ESTA OBRA, y todos los que toman sus votos sagrados se comprometen
por ello a colaborar con Cristo. "El
Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven."*(Apocalipsis
22:17).
TODO AQUEL QUE
OYE HA DE REPETIR LA INVITACIÓN. Cualquiera sea la vocación de uno en
la vida, su primer interés debe ser ganar almas para Cristo.
TAL VEZ NO
PUEDA HABLAR A LAS CONGREGACIONES, pero puede trabajar para los
individuos. Puede comunicarles la instrucción recibida de su Señor.
EL MINISTERIO NO CONSISTE SÓLO EN LA PREDICACIÓN. Ministran
aquellos que 762 alivian a los enfermos y dolientes, que ayudan a los
menesterosos, que dirigen palabras de consuelo a los abatidos y a los de poca
fe. Cerca y lejos, hay almas abrumadas por un sentimiento de culpabilidad. No
son las penurias, los trabajos ni la pobreza lo que degrada a la humanidad. Es
la culpabilidad, el hacer lo malo. Esto trae inquietud
y descontento. Cristo quiere que sus siervos ministren a las almas enfermas de
pecado.
LOS DISCÍPULOS
TENÍAN QUE COMENZAR SU OBRA DONDE ESTABAN. No habían de pasar por alto el
campo más duro ni menos promisorio. Así también, todos los que trabajan para
Cristo han de empezar donde están. En nuestra propia familia puede haber almas
hambrientas de simpatía, que anhelan el pan de vida. Puede haber hijos que han
de educarse para Cristo.
HAY PAGANOS A
NUESTRA MISMA PUERTA. Hagamos fielmente la obra que está más cerca. Luego
extiéndanse nuestros esfuerzos hasta donde la mano de Dios nos conduzca. La
obra de muchos puede parecer restringida por las circunstancias; pero
dondequiera que esté, si se cumple con fe y diligencia, se hará sentir hasta
las partes más lejanas de la tierra.
La Obra Que Cristo Hizo
Cuando Estaba En La Tierra Parecía Limitarse A Un Campo Estrecho, Pero
Multitudes De Todos Los Países Oyeron Su Mensaje.
Con frecuencia Dios emplea los medios más sencillos para
obtener los mayores resultados. Es su plan que cada parte de su obra dependa de
todas las demás partes, como una rueda dentro de otra rueda, y que actúen todas
en armonía.
EL
OBRERO MÁS HUMILDE, MOVIDO POR EL ESPÍRITU SANTO,
tocará cuerdas invisibles cuyas vibraciones repercutirán hasta los fines de la
tierra, y producirán melodía a través de los siglos eternos.
PERO
LA ORDEN: "ID POR TODO EL MUNDO" NO SE HA DE OLVIDAR.
Somos llamados a mirar las tierras lejanas. Cristo derriba el muro de
separación, el prejuicio divisorio de las nacionalidades, enseña a amar a toda
la familia humana.
ELEVA a
los hombres del círculo estrecho que prescribe su egoísmo.
ABROGA
todos los límites territoriales y las distinciones artificiales
de la sociedad.
NO
HACE DIFERENCIA entre vecinos y extraños, entre amigos y
enemigos.
NOS
ENSEÑA A MIRAR a toda alma menesterosa como a nuestro
hermano,
Y
AL MUNDO como nuestro campo.
CUANDO EL
SALVADOR DIJO: "ID, Y DOCTRINAD A TODOS LOS GENTILES," DIJO TAMBIÉN: "Estas
señales seguirán a los que creyeren: 763 En mi nombre echarán fuera demonios;
hablarán nuevas lenguas; quitarán serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no
les dañará; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán."
LA PROMESA ES
TAN ABARCANTE COMO EL MANDATO. No porque todos los dones hayan de
ser impartidos a cada creyente. El
Espíritu reparte "particularmente
a cada uno como quiere." (1
Corintios 12:11).
PERO LOS DONES DEL ESPÍRITU
SON PROMETIDOS a
todo creyente conforme a su necesidad para la obra del Señor. La promesa es tan
categórica y fidedigna ahora como en los días de los apóstoles. "Estas
señales seguirán a los que creyeren." Tal es el privilegio de los hijos de
Dios, y la fe debe echar mano de todo lo que puede tener como apoyo.
"Sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán."
ESTE
MUNDO ES UN VASTO LAZARETO, pero Cristo vino para sanar a los enfermos y
proclamar liberación a los cautivos de Satanás. Él era en sí mismo la salud y
la fuerza. Impartía vida a los enfermos, a los afligidos, a los poseídos de los
demonios. No rechazaba a ninguno que viniese para recibir su poder sanador.
Sabía que aquellos que le pedían ayuda habían atraído la enfermedad sobre sí
mismos; sin embargo no se negaba a sanarlos. Y cuando la virtud de Cristo penetraba
en estas pobres almas, quedaban convencidas de pecado, y muchos eran sanados de
su enfermedad espiritual tanto como de sus dolencias físicas.
El Evangelio posee todavía el mismo poder, y ¿por qué no
habríamos de presenciar hoy los mismos resultados?
CRISTO SIENTE LOS MALES DE TODO DOLIENTE.
Cuando los malos espíritus desgarran un cuerpo humano, Cristo siente la
maldición. Cuando la fiebre consume la corriente vital, él siente la agonía. Y
está tan dispuesto a sanar a los enfermos ahora como cuando estaba
personalmente en la tierra. Los siervos de Cristo son sus representantes, los
conductos por los cuales ha de obrar. El desea ejercer por ellos su poder
curativo. En las curaciones del Salvador hay lecciones para sus discípulos.
UNA
VEZ UNGIÓ CON BARRO LOS OJOS DE UN CIEGO, y le ordenó: "Ve, lávate en el estanque de
Siloé.... Y fue entonces, lavóse, y volvió viendo." (Juan 9:7). Lo que
curaba era el poder del gran Médico, pero él empleaba medios naturales. Aunque
no apoyó el uso de drogas, sancionó el de remedios sencillos y naturales. A
muchos de los afligidos que eran sanados, Cristo dijo: 764 "No peques más, porque no te venga alguna cosa peor."*(Juan
5:14).
ASÍ
ENSEÑÓ QUE LA ENFERMEDAD ES RESULTADO DE LA VIOLACIÓN DE LAS LEYES DE DIOS,
tanto naturales como espirituales. El mucho sufrimiento que impera en este
mundo no existiría si los hombres viviesen en armonía con el plan del Creador.
CRISTO HABÍA
SIDO GUÍA Y MAESTRO DEL ANTIGUO ISRAEL, y le enseñó que la salud es la
recompensa de la obediencia a las leyes de Dios.
EL GRAN MÉDICO
QUE SANÓ A LOS ENFERMOS EN PALESTINA había hablado a su pueblo desde la
columna de nube, diciéndole lo que debía hacer y lo que Dios haría por ellos. "Si oyeres atentamente la voz de
Jehová tu Dios --dijo,-- e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído
a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las
que envié a los Egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu
Sanador." (Éxodo 15:26).
CRISTO DIO A
ISRAEL INSTRUCCIONES DEFINIDAS ACERCA DE SUS HÁBITOS DE VIDA Y LE ASEGURÓ: "Quitará Jehová de ti toda enfermedad."
(Deuteronomio 7:15). Cuando el pueblo cumplió estas condiciones, se le
cumplió la promesa. "No hubo en sus
tribus enfermo." (Salmos
105:37).
ESTAS
LECCIONES SON PARA NOSOTROS. Hay condiciones que deben observar todos los que quieran
conservar la salud. Todos deben aprender cuáles son esas condiciones. Al Señor
no le agrada que se ignoren sus leyes, naturales o espirituales. Hemos de
colaborar con Dios para devolver la salud al cuerpo tanto como al alma. Y
debemos enseñar a otros a conservar y recobrar la salud.
PARA LOS
ENFERMOS, DEBEMOS USAR LOS REMEDIOS QUE DIOS PROVEYÓ EN LA NATURALEZA, y debemos
señalarles a Aquel que es el único que puede sanar.
NUESTRA OBRA CONSISTE EN PRESENTAR LOS ENFERMOS Y DOLIENTES A CRISTO EN LOS BRAZOS DE NUESTRA FE. Debemos enseñarles a creer en el gran Médico. Debemos echar mano de su promesa, y orar por la manifestación de su poder.
LA
MISMA ESENCIA DEL EVANGELIO ES LA RESTAURACIÓN, y el Salvador quiere que
invitemos a los enfermos, los imposibilitados y los afligidos a echar mano de
su fuerza. El poder del amor estaba en todas las obras de curación de Cristo, y
únicamente participando de este amor por la fe podemos ser instrumentos
apropiados para su obra. Si dejamos de ponernos en relación divina con Cristo,
la corriente de energía vivificante no puede fluir en ricos raudales de
nosotros a la 765 gente.
HUBO LUGARES
DONDE EL SALVADOR MISMO NO PUDO HACER MUCHOS PRODIGIOS POR CAUSA DE LA
INCREDULIDAD.
Así también la incredulidad separa a la iglesia de su Auxiliador divino. Ella
está aferrada sólo débilmente a las realidades eternas. Por su falta de fe,
Dios queda chasqueado y despojado de su gloria.
HACIENDO LA OBRA DE CRISTO ES COMO LA IGLESIA
TIENE LA PROMESA DE SU PRESENCIA. Id, doctrinad a todas las naciones, dijo;
"y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del
mundo."
UNA DE LAS
PRIMERAS CONDICIONES PARA RECIBIR SU PODER CONSISTE EN TOMAR SU YUGO. La misma vida
de la iglesia depende de su fidelidad en cumplir el mandato del Señor. Descuidar
esta obra es exponerse con seguridad a la debilidad y decadencia espirituales.
Donde no hay labor activa por los demás, se desvanece el amor, y se empaña la
fe.
CRISTO QUIERE QUE SUS MINISTROS SEAN
EDUCADORES DE LA IGLESIA EN LA OBRA EVANGÉLICA. Han de enseñar
a la gente a buscar y salvar a los perdidos. Pero, ¿es ésta la obra que están
haciendo? ¡Ay, cuán pocos se esfuerzan para avivar la chispa de vida en una
iglesia que está por morir!
¡CUÁNTAS
IGLESIAS SON ATENDIDAS COMO CORDEROS ENFERMOS POR AQUELLOS QUE DEBIERAN ESTAR
BUSCANDO A LAS OVEJAS PERDIDAS! Y mientras
tanto millones y millones están pereciendo sin Cristo. El amor divino ha sido
conmovido hasta sus profundidades insondables por causa de los hombres, y los
ángeles se maravillan al contemplar una gratitud meramente superficial en los
que son objeto de un amor tan grande.
LOS ÁNGELES se maravillan
al ver el aprecio superficial que tienen los hombres por el amor de Dios.
EL CIELO SE
INDIGNA
al ver la negligencia manifestada en cuanto a las almas de los hombres.
¿Queremos Saber Cómo Lo Considera Cristo?
¿Cuáles
serían los sentimientos de un padre y una madre si supiesen que su hijo,
perdido en el frío y la nieve, había sido pasado de lado y que le dejaron
perecer aquellos que podrían haberle salvado?
¿No Estarían Terriblemente Agraviados,
Indignadísimos?
¿No Denunciarían A Aquellos Homicidas Con Una
Ira Tan Ardiente Como Sus Lágrimas, Tan Intensa Como Su Amor?
LOS
SUFRIMIENTOS DE CADA HOMBRE SON LOS SUFRIMIENTOS DEL HIJO DE DIOS, y los que no
extienden una mano auxiliadora a sus semejantes que perecen, provocan su justa
ira. Esta es la ira del Cordero. A los que aseveran 766 tener comunión con
Cristo y sin embargo han sido indiferentes a las necesidades de sus semejantes,
les declarará en el gran día del juicio: "No
os conozco de dónde seáis; apartaos de mí todos los obreros de iniquidad."
(Lucas 13:27).
EN EL MANDATO Dirigido A Sus Discípulos, Cristo
No Sólo Esbozó Su Obra, Sino Que Les Dio Su Mensaje.
ENSEÑAD Al Pueblo, Dijo, "Que Guarden
Todas Las Cosas Que Os He Mandado."
LOS DISCÍPULOS HABÍAN DE ENSEÑAR Lo Que Cristo Había
Enseñado. Ello Incluye Lo Que Él Había Dicho, No Solamente En Persona, Sino Por
Todos Los Profetas Y Maestros Del Antiguo Testamento.
EXCLUYE la enseñanza humana. No hay lugar para
la tradición, para las teorías y conclusiones humanas ni para la legislación
eclesiástica.
NINGUNA LEY
ORDENADA POR LA AUTORIDAD ECLESIÁSTICA ESTÁ INCLUIDA EN EL MANDATO. Ninguna de
estas cosas han de enseñar los siervos de Cristo. "La ley y los
profetas," con el relato de sus propias palabras y acciones, son el tesoro
confiado a los discípulos para ser dado al mundo.
EL NOMBRE DE
CRISTO ES SU CONSIGNA, su señal de distinción, su vínculo de unión, la autoridad
de su conducta y la fuente de su éxito. Nada que no lleve su inscripción ha de
ser reconocido en su reino.
EL EVANGELIO NO
HA DE SER PRESENTADO COMO UNA TEORÍA SIN VIDA, sino como una fuerza viva para
cambiar la vida. Dios desea que los que reciben su gracia sean testigos de su poder.
A aquellos cuya conducta ha sido más ofensiva para él los acepta libremente;
cuando se arrepienten, les imparte su Espíritu divino; los coloca en las más
altas posiciones de confianza y los envía al campamento de los desleales a
proclamar su misericordia ilimitada.
QUIERE
QUE SUS SIERVOS ATESTIGÜEN Que Por Su
Gracia Los Hombres Pueden Poseer Un Carácter Semejante Al Suyo Y Que Se
Regocijen En La Seguridad De Su Gran Amor.
QUIERE QUE ATESTIGÜEMOS que no puede quedar
satisfecho hasta que la familia humana esté reconquistada y restaurada en sus
santos privilegios de hijos e hijas.
EN CRISTO está la ternura del pastor, el afecto
del padre y la incomparable gracia del Salvador compasivo.
EL PRESENTA SUS
BENDICIONES EN LOS TÉRMINOS MÁS SEDUCTORES. No se conforma con anunciar
simplemente estas bendiciones; las ofrece de la manera más atrayente, para
excitar el deseo de poseerlas. Así han de presentar sus siervos las riquezas de
la gloria del don 767 inefable. El maravilloso amor de Cristo enternecerá y subyugará
los corazones cuando la simple exposición de las doctrinas no lograría nada. "Consolaos, consolaos, pueblo mío,
dice vuestro Dios." "Súbete sobre un monte alto, anunciadora de Sión;
levanta fuertemente tu voz, anunciadora de Jerusalem; levántala, no temas; di a
las ciudades de Judá: ¡Veis aquí el Dios vuestro! . . . Como pastor apacentará
su rebaño; en su brazo cogerá los corderos, y en su seno los llevará.'*(Isaías
40:1, 9-11). Hablad al pueblo de Aquel que es "señalado entre diez mil," y "todo él codiciable.'*(Cantares 5:10,16).
LAS PALABRAS
SOLAS NO LO PUEDEN CONTAR. Refléjese en el carácter y manifiéstese en la vida. Cristo
está retratándose en cada discípulo. Dios ha predestinado a cada uno a ser
conforme "a la imagen de su Hijo.' (Romanos
8:29).
EN CADA UNO, EL
LONGÁNIME AMOR DE CRISTO, su santidad, mansedumbre, misericordia y verdad, han de
manifestarse al mundo. Los primeros discípulos salieron predicando la palabra.
Revelaban a Cristo en su vida. Y el Señor obraba con ellos "confirmando la palabra con las señales que se seguían.' (Marcos
16:20).
ESTOS DISCÍPULOS SE
PREPARARON PARA SU OBRA. Antes del día de Pentecostés, se reunieron y apartaron
todas sus divergencias. Estaban unánimes. Creían la promesa de Cristo de que la
bendición sería dada, y oraban con fe. No pedían una bendición solamente para
sí mismos; los abrumaba la preocupación por la salvación de las almas.
EL EVANGELIO
DEBÍA PROCLAMARSE HASTA LOS ÚLTIMOS CONFINES DE LA TIERRA, y ellos
pedían que se les dotase del poder que Cristo había prometido. Entonces fue
derramado el Espíritu Santo, y millares se convirtieron en un día.
ASÍ TAMBIÉN
PUEDE SER AHORA. En vez de las especulaciones humanas, predíquese la
Palabra de Dios. Pongan a un lado los cristianos sus disensiones y entréguense
a Dios para salvar a los perdidos. Pidan con fe la bendición, y la recibirán.
El derramamiento del Espíritu en los días apostólicos fue la "lluvia temprana,'*(Joel 2:23). Y
glorioso fue el resultado.
PERO LA LLUVIA
"TARDÍA" SERÁ MÁS ABUNDANTE. Todos los que consagran su alma,
cuerpo y espíritu a Dios, recibirán constantemente una nueva medida de fuerzas
físicas y mentales.
LAS INAGOTABLES
PROVISIONES DEL CIELO ESTÁN A SU DISPOSICIÓN. Cristo les da el aliento de su
propio espíritu, la vida de su propia vida. El Espíritu Santo despliega sus más
768 altas energías para obrar en el corazón y la mente.
LA GRACIA DE
DIOS AMPLÍA
y multiplica sus facultades y toda perfección de la naturaleza divina los
auxilia en la obra de salvar almas. Por la cooperación con Cristo, son
completos en él, y en su debilidad humana son habilitados para hacer las obras
de la Omnipotencia. El Salvador anhela manifestar su gracia e imprimir su
carácter en el mundo entero. Es su posesión comprada, y anhela hacer a los
hombres libres, puros y santos.
AUNQUE SATANÁS
OBRA PARA IMPEDIR ESTE PROPÓSITO, por la sangre derramada para el mundo
hay triunfos que han de lograrse y que reportarán gloria a Dios y al Cordero.
CRISTO NO
QUEDARÁ SATISFECHO hasta que la victoria sea completa, y él vea "del trabajo de su alma. . . y será
saciado." (Isaías 53:11).
TODAS LAS
NACIONES DE LA TIERRA OIRÁN EL EVANGELIO DE SU GRACIA. No todos
recibirán su gracia; pero "la
posteridad le servirá; será ella contada por una generación de Jehová.'*(Salmos
22:30). "El reino, y el dominio, y el señorío de los reinos por debajo de
todos los cielos, será dado al pueblo de los santos del Altísimo," y
"la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como cubren la mar las
aguas." "Y temerán desde el occidente el nombre de Jehová, y desde el
nacimiento del sol su gloria." (Daniel 7:27. VM.; Isaías 11:9; 59:19).
"¡Cuán
hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que
publica la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salud, del que
dice a Sión: Tu Dios reina! . . . Cantad alabanzas, alegraos juntamente,
soledades de Jerusalem: porque Jehová ha consolado su pueblo.... Jehová desnudó
el brazo de su santidad ante los ojos de todas las gentes; y todos los términos
de la tierra verán la salud del Dios nuestro." Isaías 52:7-10).
(Este
capítulo 86. Está basado en San Mateo 28:16-20).
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