(Este capítulo 52. Está basado en
San Juan 10:1-30).
"YO SOY el buen pastor: el buen pastor su
vida da por las ovejas." "Yo soy el buen pastor; y conozco mis
ovejas, y las mías me conocen. Como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre,
y pongo mi vida por las ovejas."
DE NUEVO JESÚS
Halló Acceso A La Mente De Sus Oyentes Por Medio De Las Cosas Con Las Que
Estaban Familiarizados. Había comparado la influencia del Espíritu al agua fresca,
refrigerante. Se había representado por la luz, fuente de vida y alegría para
la naturaleza y el hombre. Ahora, mediante un hermoso cuadro pastoril,
representó su relación con los que creían en él. Ningún cuadro era más familiar
que éste para sus oyentes y las palabras de Cristo lo vincularon para siempre
con él mismo. Nunca mirarían los discípulos a los pastores que cuidasen sus
rebaños sin recordar la lección del Salvador. Verían a Cristo en cada pastor
fiel. Se verían a sí mismos en cada rebaño indefenso y dependiente.
El profeta Isaías había aplicado esta figura a la misión del
Mesías, en las alentadoras palabras: "Súbete sobre un monte alto,
anunciadora de Sión; levanta fuertemente tu voz, anunciadora en Jerusalem;
levántala, no temas; di a las ciudades de Judá: ¡Veis aquí el Dios vuestro! . .
. Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo cogerá los corderos, y en su
seno los llevará.' (Isaías 40:9-11).
David había cantado: "Jehová es mi pastor; nada me
faltará." El Espíritu Santo había declarado por Ezequiel: "Y
despertaré sobre ellas un pastor, y él las apacentará." "Yo buscaré
la perdida, y tornaré la amontada, y ligaré la perniquebrada, y corroboraré la
enferma." "Y estableceré con ellos pacto de paz." "Y no
serán más presa de las gentes,. . . sino que habitarán seguramente, y no habrá
quien espante."* (Salmos 23:1; Ezequiel 34:23, 16, 25,28).
Cristo Aplicó Estas Profecías A Sí Mismo, Y
Mostró El Contraste Que Había Entre Su Carácter Y El De Los Dirigentes De Israel.
LOS FARISEOS
Acababan De Echar A Uno Del Redil Porque 443 Había Osado Testificar Del Poder
De Cristo.
Habían excomulgado a un alma a la cual el verdadero Pastor estaba atrayendo.
Así habían demostrado que desconocían la obra a ellos encomendada, y que eran
indignos del cargo de pastores del rebaño. Jesús les presentó el contraste que
existía entre ellos y el buen Pastor, y se declaró el verdadero guardián del
rebaño del Señor. Antes de hacerlo, sin embargo, habló de sí mismo empleando
otra figura. Dijo: "El que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, mas
sube por otra parte, el tal es ladrón y robador. Mas el que entra por la
puerta, el pastor de las ovejas es."
LOS FARISEOS no percibieron
que estas palabras iban dirigidas contra ellos. Mientras razonaban en su
corazón en cuanto al significado, Jesús les dijo claramente: "Yo soy la
puerta: el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará
pastos. El ladrón no viene sino para hurtar, y matar, y destruir: yo he venido
para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia."
CRISTO ES LA PUERTA DEL REDIL DE DIOS. Por
esta puerta todos sus hijos, desde los más remotos tiempos, han hallado
entrada. En Jesús, como estaba presentado en los tipos, prefigurado en los
símbolos, manifestado en la revelación de los profetas, revelado en las
lecciones dadas a sus discípulos, y en los milagros obrados en favor de los
hijos de los hombres, ellos han contemplado al "Cordero de Dios, que quita
el pecado del mundo," (Juan 1:29), y por él son introducidos en el redil
de su gracia.
SE HAN PRESENTADO MUCHOS OTROS OBJETOS DE FE
EN EL MUNDO; se han ideado ceremonias y sistemas por los cuales los hombres
esperan recibir justificación y paz para con Dios, y hallar así entrada en su
redil. Pero la única puerta es Cristo, y todos los que han interpuesto alguna
otra cosa para que ocupe el lugar de Cristo, todos los que han procurado entrar
en el redil de alguna otra manera, son ladrones y robadores.
LOS FARISEOS NO
HABÍAN ENTRADO POR LA PUERTA. Habían subido al corral por otro
camino que no era Cristo, y no estaban realizando el trabajo del verdadero
pastor. Los sacerdotes y gobernantes, los escribas y fariseos destruían los
pastos vivos y contaminaban los manantiales del agua de vida.
Las fieles palabras de la Inspiración describen a esos
falsos pastores: "No 444
corroborasteis las flacas, ni curasteis la enferma: no ligasteis la
perniquebrada, ni tornasteis la amontada, ni buscasteis la perdida; sino que os
habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia."* (Ezequiel 34:4).
DURANTE TODOS LOS SIGLOS, LOS FILÓSOFOS Y
MAESTROS han estado presentando al mundo teorías para satisfacer la necesidad
del alma. Cada nación pagana ha tenido sus grandes maestros y sus sistemas
religiosos que han ofrecido otros medios de redención que Cristo, han apartado
los ojos de los hombres del rostro del Padre y han llenado los corazones de
miedo a Aquel que les había dado solamente bendiciones. Su obra tiende a
despojar a Dios de aquello que le pertenece por la creación y por la redención.
Y esos falsos maestros roban asimismo a los hombres.
Millones de seres humanos están sujetos a
falsas religiones, en la esclavitud del miedo abyecto, de la indiferencia
estólida, trabajando duramente como bestias de carga, despojados de esperanza o
gozo o aspiración aquí, y dominados tan sólo por un sombrío temor de lo futuro.
Solamente el Evangelio de la gracia de Dios puede elevar el alma. La
contemplación del amor de Dios manifestado en su Hijo conmoverá el corazón y
despertará las facultades del alma como ninguna otra cosa puede hacerlo.
CRISTO VINO
PARA CREAR DE NUEVO EN EL HOMBRE LA IMAGEN DE DIOS; y cualquiera
que aleje a los hombres de Cristo los aleja de la fuente del verdadero
desarrollo; los despoja de la esperanza, el propósito y la gloria de la vida.
Es ladrón y robador. "El que entra por la puerta, el pastor de las ovejas
es." Cristo es la puerta y también el pastor. El entra por sí mismo. Es
por su propio sacrificio como llega a ser pastor de las ovejas. "A éste
abre el portero, y las ovejas oyen su voz: y a sus ovejas llama por nombre, y
las saca. Y como ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las
ovejas le siguen, porque conocen su voz.
DE TODAS LAS
CRIATURAS, LA OVEJA ES UNA DE LAS MÁS TÍMIDAS E INDEFENSAS, y en el
Oriente el cuidado del pastor por su rebaño es incansable e incesante. Antiguamente,
como ahora, había poca seguridad fuera de las ciudades amuralladas. Los
merodeadores de las tribus errantes, o las bestias feroces que tenían sus
guaridas entre las rocas, acechaban para saquear los 445 rebaños. El pastor
velaba por su rebaño, sabiendo que lo hacía con peligro de su propia vida.
Jacob, que cuidaba los rebaños de Labán en los campos de Harán, dice,
describiendo su infatigable labor: "De
día me consumía el calor, y de noche la helada, y el sueño se huía de mis ojos."
(Génesis 31:40). Y fue mientras cuidaba las ovejas de su padre, cuando el
joven David, sin ayuda, hacía frente al león y al oso, y arrebataba de entre
sus colmillos el cordero robado.
Mientras el pastor guía su rebaño por sobre las colinas
rocosas, a través de los bosques y de las hondonadas desiertas, a los rincones
cubiertos de pastos junto a la ribera de los ríos; mientras lo cuida en las
montañas durante las noches solitarias, lo protege de los ladrones y con
ternura atiende a las enfermizas y débiles, su vida se unifica con la de sus
ovejas. Un fuerte lazo de cariño lo une a los objetos de su cuidado. Por grande
que sea su rebaño, él conoce cada oveja. Cada una tiene su nombre, al cual
responde cuando la llama el pastor. Como un pastor terrenal conoce sus ovejas,
así el divino Pastor conoce su rebaño, esparcido por el mundo. "Y vosotras, ovejas mías, ovejas de mi
pasto, hombres sois, y yo vuestro Dios, dice el Señor Jehová." Jesús dice:
"Te puse nombre, mío eres tú." "He aquí que en las palmas te
tengo esculpida." (Ezequiel 34:31; Isaías 43:1; 49:16).
JESÚS NOS CONOCE INDIVIDUALMENTE, y se
conmueve por el sentimiento de nuestras flaquezas. Nos conoce a todos por
nombre. Conoce la casa en que vivimos, y el nombre de cada ocupante. Dio a
veces instrucciones a sus siervos para que fueran a cierta calle en cierta
ciudad, a tal casa, para hallar a una de sus ovejas. Cada alma es tan
plenamente conocida por Jesús como si fuera la única por la cual el Salvador
murió. Las penas de cada uno conmueven su corazón. El clamor por auxilio
penetra en su oído. El vino para atraer a todos los hombres a sí. Los invita:
"Seguidme," y su Espíritu obra en sus corazones para inducirlos a
venir a él.
Muchos rehúsan ser atraídos. Jesús conoce quiénes son. Sabe también quiénes oyen alegremente su llamamiento y están listos para colocarse bajo su cuidado pastoral.
Él dice: "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las
conozco, y me siguen." Cuida a cada una como si no hubiera otra sobre la
haz de la tierra. 446 "A sus ovejas llama por nombre, y las saca;. . . y
las ovejas le siguen, porque conocen su voz."
LOS PASTORES ORIENTALES NO ARREAN SUS OVEJAS. No se valen de la fuerza o del miedo, sino que van delante y las llaman. Ellas conocen su voz, y obedecen el llamado. Así hace con sus ovejas el Salvador y Pastor. La Escritura dice: "Condujiste a tu pueblo como ovejas, por mano de Moisés y de Aarón." Por el profeta, Jesús declara: "Con amor eterno te he amado; por tanto te soporté con misericordia."
El no obliga a nadie a seguirle. "Con cuerdas humanas los traje -- dice, -- con cuerdas de amor." (Salmos 77:20; Jeremías 31:3; Oseas 11:4).
NO ES EL TEMOR AL CASTIGO, o la esperanza de
la recompensa eterna, lo que induce a los discípulos de Cristo a
seguirle. Contemplan el amor incomparable del Salvador, revelado en su
peregrinación en la tierra, desde el pesebre de Belén hasta la cruz del
Calvario, y la visión del Salvador atrae, enternece y subyuga el alma. El amor
se despierta en el corazón de los que lo contemplan. Ellos oyen su voz, y le
siguen. Como el pastor va delante de sus ovejas y es el primero que hace frente
a los peligros del camino, así hace Jesús con su pueblo. "Y como ha sacado
fuera todas las propias, va delante de ellas."
EL CAMINO AL CIELO ESTÁ CONSAGRADO POR LAS HUELLAS DEL SALVADOR. La senda puede ser empinada y escabrosa, pero Jesús ha recorrido ese camino; sus pies han pisado las crueles espinas, para hacernos más fácil el camino.
El mismo ha
soportado todas las cargas que nosotros estamos llamados a soportar. Aunque ascendió
a la presencia de Dios y comparte el trono del universo, Jesús no ha perdido
nada de su naturaleza compasiva.
HOY el mismo tierno y simpatizante corazón
está abierto a todos los pesares de la humanidad. Hoy las manos que fueron
horadadas se extienden para bendecir abundantemente a su pueblo que está en el
mundo. "No perecerán para siempre, ni nadie las arrebatará de mi
mano." El alma que se ha entregado a Cristo es más preciosa a sus ojos que
el mundo entero. El Salvador habría pasado por la agonía del Calvario para que
uno solo pudiera salvarse en su reino.
NUNCA ABANDONA
A UN ALMA POR LA CUAL MURIÓ. A menos que sus seguidores escojan
abandonarle, él los sostendrá siempre. En todas nuestras pruebas, tenemos un
Ayudador que 447 nunca nos falta. Él no nos deja solos para que luchemos con la
tentación, batallemos contra el mal, y seamos finalmente aplastados por las
cargas y tristezas. Aunque ahora esté oculto para los ojos mortales, el oído de
la fe puede oír su voz que dice: No temas; yo estoy contigo. Yo soy "el que vivo, y he sido muerto; y he
aquí que vivo por siglos de siglos."* (Apocalipsis 1:18).
HE SOPORTADO
VUESTRAS TRISTEZAS, experimentado vuestras luchas, y hecho frente a vuestras
tentaciones. Conozco vuestras lágrimas; yo también he llorado. Conozco los
pesares demasiado hondos para ser susurrados a ningún oído humano. No penséis
que estáis solitarios y desamparados. Aunque en la tierra vuestro dolor no
toque cuerda sensible alguna en ningún corazón, miradme a mí, y vivid. "Porque los montes se moverán, y los
collados temblarán; mas no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi
paz vacilará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti." (Isaías
54:10).
POR MUCHO QUE UN PASTOR PUEDA AMAR A SUS
OVEJAS, Jesús ama aún más a sus hijos e hijas. No es solamente nuestro pastor;
es nuestro "Padre eterno." Y él dice: "Y conozco mis ovejas, y las
mías me conocen. Como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre." ¡Qué
declaración! Es el Hijo unigénito, el que está en el seno del Padre, a quien
Dios ha declarado ser "el hombre compañero mío;' (Zacarías 13:7), y
presenta la comunión que hay entre él y el Padre como figura de la que existe
entre él y sus hijos en la tierra.
Jesús Nos
Ama Porque Somos El Don De Su Padre Y La Recompensa De Su Trabajo. Él Nos Ama
Como A Hijos Suyos.
LECTOR, ÉL TE
AMA A TI.
El Cielo mismo no puede otorgar nada mayor, nada mejor; por tanto, confía.
Jesús pensó en todas las almas de la tierra, que estaban engañadas por los
falsos pastores. Aquellas a quienes él anhelaba reunir como ovejas de su prado
estaban esparcidas entre lobos, y dijo: "También tengo otras ovejas que no
son de este redil; aquéllas también me conviene traer, y oirán mi voz; y habrá
un rebaño, y un pastor." "Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi
vida, para volverla a tomar."
Es decir, mi Padre os ama tanto, que me ama aún más porque
doy mi vida para redimiros. Al hacerme vuestro substituto y fiador, mediante la
entrega de mi vida, 448 tomando vuestras obligaciones, vuestras transgresiones,
se encarece el amor de mi Padre hacia mí. "Pongo mi vida, para volverla a
tomar. Nadie me la quita, mas yo la pongo de mí mismo. Tengo poder para
ponerla, y tengo poder para volverla a tomar."
Mientras, Como Miembro De La Familia Humana, Era Mortal,
Como Dios, Era La Fuente De La Vida Para El Mundo.
Hubiera podido resistir el avance de la muerte y rehusar ponerse bajo su dominio; pero voluntariamente puso su vida para sacar a luz la vida y la inmortalidad. Cargó con el pecado del mundo, soportó su maldición, entregó su vida en sacrificio, para que los hombres no muriesen eternamente. "Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores.... Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el castigo de nuestra paz fue sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino: más Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros." (Isaías 53:4-6). 449 DTG/EGW
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