CRISTO NO
ENTREGÓ SU VIDA hasta que hubo cumplido la obra que había venido a hacer, y
con su último aliento exclamó: "Consumado
es." (Juan 19:30). La batalla había sido ganada. Su diestra y su brazo
santo le habían conquistado la victoria. Como Vencedor, plantó su estandarte en
las alturas eternas. ¡Qué gozo entre los ángeles! Todo el cielo se asoció al
triunfo de Cristo.
SATANÁS,
DERROTADO, SABÍA QUE HABÍA PERDIDO SU REINO. El clamor, "Consumado
es," tuvo profundo significado para los ángeles y los mundos que no habían
caído. La gran obra de la redención se realizó tanto para ellos como para
nosotros.
ELLOS COMPARTEN
CON NOSOTROS LOS FRUTOS DE LA VICTORIA DE CRISTO. Hasta
la muerte de Cristo, el carácter de Satanás no fue revelado claramente a los
ángeles ni a los mundos que no habían caído.
EL
GRAN APÓSTATA SE HABÍA REVESTIDO DE TAL MANERA DE ENGAÑO que aun los
seres santos no habían comprendido sus principios. No habían percibido
claramente la naturaleza de su rebelión.
ERA UN SER DE
PODER Y GLORIA ADMIRABLES el que se había levantado contra Dios. Acerca de Lucifer el
Señor dice: "Tú echas el sello a la
proporción, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura." (Ezequiel 28:12).
LUCIFER HABÍA
SIDO EL QUERUBÍN CUBRIDOR. Había estado en la luz de la presencia de Dios. Había sido
el más alto de todos los seres creados y el primero en revelar los propósitos
de Dios al universo. Después que hubo pecado, su poder seductor era tanto más
engañoso y resultaba tanto más difícil desenmascarar su carácter cuanto más
exaltada había sido la posición que ocupara cerca del Padre.
DIOS PODRÍA
HABER DESTRUIDO A SATANÁS y a los que simpatizaban con él tan fácilmente como
nosotros podemos arrojar una piedrecita al suelo; pero no lo hizo. La rebelión
no se había de vencer por la fuerza. Sólo el gobierno satánico recurre al poder
707 compulsorio. Los principios del Señor no son de este orden. Su autoridad
descansa en la bondad, la misericordia y el amor; y la presentación de estos
principios es el medio que quiere emplear.
EL
GOBIERNO DE DIOS ES MORAL, Y LA VERDAD Y EL AMOR HAN DE SER LA FUERZA QUE LO
HAGA PREVALECER. Era el propósito de Dios colocar las cosas sobre una eterna
base de seguridad, y en los concilios del cielo fue decidido que se le debía
dar a Satanás tiempo para que desarrollara los principios que constituían el
fundamento de su sistema de gobierno. Él había aseverado que eran superiores a
los principios de Dios. Se dio tiempo al desarrollo de los principios de
Satanás, a fin de que pudiesen ser vistos por el universo celestial.
SATANÁS INDUJO
A LOS HOMBRES A PECAR, y el plan de la redención fue puesto en práctica.
DURANTE
CUATRO MIL AÑOS CRISTO ESTUVO OBRANDO PARA ELEVAR AL HOMBRE, y Satanás
para arruinarlo y degradarlo. Y el universo celestial lo contempló todo. Cuando
Jesús vino al mundo, el poder de Satanás fue dirigido contra él. Desde que
apareció como niño en Belén, el usurpador obró para lograr su destrucción. De
toda manera posible, procuró impedir que Jesús alcanzase una infancia perfecta,
una virilidad inmaculada, un ministerio santo, y un sacrificio sin mancha.
PERO FUE
DERROTADO.
No pudo inducir a Jesús a pecar. No pudo desalentarse ni inducirle a apartarse
de la obra que había venido a hacer en la tierra.
DESDE EL
DESIERTO AL CALVARIO, la tempestad de la ira de Satanás le azotó, pero cuanto
más despiadada era, tanto más firmemente se aferraba el Hijo de Dios de la mano
de su Padre, y avanzaba en la senda ensangrentada. Todos los esfuerzos de
Satanás para oprimirle y vencerle no lograron sino hacer resaltar con luz más
pura su carácter inmaculado.
TODO
EL CIELO Y LOS MUNDOS QUE NO HABÍAN CAÍDO FUERON TESTIGOS DE LA CONTROVERSIA. Con qué
intenso interés siguieron las escenas finales del conflicto. Vieron al Salvador
entrar en el huerto de Getsemaní, con el alma agobiada por el horror de las
densas tinieblas. Oyeron su amargo clamor: "Padre
mío, si es posible, pase de mi este vaso." (Mateo 26:39).
AL RETIRARSE DE
ÉL LA PRESENCIA DEL PADRE, le vieron entristecido con una amargura de pesar que
excedía a la de la última gran lucha con la muerte. El sudor de sangre brotó de
sus poros y cayó en gotas sobre el 708 suelo.
TRES VECES FUE
ARRANCADA DE SUS LABIOS LA ORACIÓN POR LIBERACIÓN. El Cielo no
podía ya soportar la escena, y un mensajero de consuelo fue enviado al Hijo de
Dios.
EL CIELO CONTEMPLÓ A LA VÍCTIMA ENTREGADA EN LAS MANOS DE LA TURBA
HOMICIDA y llevada apresuradamente entre burlas y violencias de un tribunal a
otro. Oyó los escarnios de sus perseguidores con referencia a su humilde
nacimiento. Oyó a uno de sus más amados discípulos negarle con maldiciones y
juramentos.
VIO LA OBRA FRENÉTICA DE SATANÁS y su poder sobre los corazones
humanos. ¡Oh terrible escena! El Salvador apresado a media noche en Getsemaní,
arrastrado de aquí para allá desde el palacio al tribunal, emplazado dos veces
delante de los sacerdotes, dos veces delante del Sanedrín, dos veces delante de
Pilato y una vez delante de Herodes. Burlado, azotado, condenado y llevado a
ser crucificado, cargado con la pesada cruz, entre el llanto de las hijas de
Jerusalén y los escarnios del populacho.
EL CIELO
CONTEMPLÓ CON PESAR Y ASOMBRO A CRISTO COLGADO DE LA CRUZ, mientras la
sangre fluía de sus sienes heridas y el sudor teñido de sangre brotaba en su
frente. De sus manos y sus pies caía la sangre, gota a gota, sobre la roca
horadada para recibir el pie de la cruz. Las heridas hechas por los clavos se
desgarraban bajo el peso de su cuerpo. Su jadeante aliento se fue haciendo más
rápido y más profundo, mientras su alma agonizaba bajo la carga de los pecados
del mundo. Todo el cielo se llenó de asombro cuando Cristo ofreció su oración
en medio de sus terribles sufrimientos: "Padre,
perdónalos, porque no saben lo que hacen." (Lucas 23:34).
SIN EMBARGO,
ALLÍ ESTABAN LOS HOMBRES FORMADOS A LA IMAGEN DE DIOS uniéndose para
destruir la vida de su Hijo unigénito. ¡Qué espectáculo para el universo
celestial!
LOS PRINCIPADOS
Y LAS POTESTADES DE LAS TINIEBLAS Estaban Congregados En Derredor De La Cruz, arrojando la
sombra infernal de la incredulidad en los corazones humanos.
CUANDO EL SEÑOR CREÓ ESTOS
SERES para que
estuviesen delante de su trono eran hermosos y gloriosos. Su belleza y santidad
estaban de acuerdo con su exaltada posición. Estaban enriquecidos por la
sabiduría de Dios y ceñidos por la panoplia del cielo. Eran ministros de
Jehová. Pero, ¿quién podía reconocer en los ángeles 709 caídos a los gloriosos
serafines que una vez ministraron en los atrios celestiales?
LOS AGENTES
SATÁNICOS SE CONFEDERARON CON LOS HOMBRES IMPÍOS para inducir
al pueblo a creer que Cristo era el príncipe de los pecadores, y para hacer de
él un objeto de abominación. Los que se burlaron de Cristo mientras pendía de
la cruz estaban dominados por el espíritu del primer gran rebelde. Llenó sus
bocas de palabras viles y abominables. Inspiró sus burlas. Pero nada ganó con
todo esto.
SI SE HUBIESE
PODIDO ENCONTRAR UN PECADO EN CRISTO, si en un detalle hubiese cedido a
Satanás para escapar a la terrible tortura, el enemigo de Dios y del hombre
habría triunfado.
CRISTO INCLINÓ LA CABEZA Y
MURIÓ, pero mantuvo
firme su fe y su sumisión a Dios. "Y
oí una grande voz en el cielo que decía: Ahora ha venido la salvación, y la
virtud, y el reino de nuestro Dios, y el poder de su Cristo; porque el acusador
de nuestros hermanos ha sido arrojado, el cual los acusaba delante de nuestro
Dios día y noche." (Apocalipsis 12:10).
SATANÁS VIO QUE
SU DISFRAZ LE HABÍA SIDO ARRANCADO. Su administración quedaba
desenmascarada delante de los ángeles que no habían caído y delante del
universo celestial. Se había revelado como homicida. Al derramar la sangre del
Hijo de Dios, había perdido la simpatía de los seres celestiales. Desde
entonces su obra sería restringida. Cualquiera que fuese la actitud que
asumiese, no podría ya acechar a los ángeles mientras salían de los atrios
celestiales, ni acusar ante ellos a los hermanos de Cristo de estar revestidos
de ropas de negrura y contaminación de pecado.
ESTABA ROTO EL ÚLTIMO VÍNCULO
DE SIMPATÍA ENTRE SATANÁS Y EL MUNDO CELESTIAL. Sin embargo,
Satanás no fue destruido entonces. Los ángeles no comprendieron ni aun entonces
todo lo que entrañaba la gran controversia. Los principios que estaban en juego
habían de ser revelados en mayor plenitud.
Y POR CAUSA DEL
HOMBRE, LA EXISTENCIA DE SATANÁS DEBÍA CONTINUAR. Tanto el
hombre como los ángeles debían ver el contraste entre el Príncipe de la luz y
el príncipe de las tinieblas. El hombre debía elegir a quién quería servir.
AL
PRINCIPIO DE LA GRAN CONTROVERSIA, Satanás había
declarado que la ley de Dios no podía ser obedecida, que la
justicia 710 no concordaba con la misericordia y que, si la ley había sido
violada, era imposible que el pecador fuese perdonado. Cada pecado debía
recibir su castigo, sostenía insistentemente Satanás; y si Dios remitía el
castigo del pecado, no era un Dios de verdad y justicia.
CUANDO
LOS HOMBRES VIOLABAN LA LEY DE DIOS Y DESAFIABAN SU VOLUNTAD, SATANÁS SE
REGOCIJABA. Declaraba
que ello demostraba que la ley de Dios no podía ser obedecida; el hombre no
podía ser perdonado. Por cuanto él mismo, después de su rebelión, había sido
desterrado del cielo, Satanás sostenía que la familia humana debía quedar
privada para siempre del favor de Dios. Insistía en que Dios no podía ser justo
y, al mismo tiempo, mostrar misericordia al pecador.
PERO, AUNQUE PECADOR, EL
HOMBRE ESTABA EN UNA SITUACIÓN DIFERENTE DE LA DE SATANÁS. Lucifer había
pecado en el cielo en la luz de la gloria de Dios. A él como a ningún otro ser
creado había sido dada una revelación del amor de Dios. Comprendiendo el
carácter de Dios y conociendo su bondad, Satanás decidió seguir su propia
voluntad egoísta e independiente.
Su
Elección Fue Final. No Había Ya Nada Que Dios Pudiese Hacer Para Salvarle.
PERO EL HOMBRE
FUE ENGAÑADO;
su mente fue entenebrecida por el sofisma de Satanás. No conocía la altura y la
profundidad del amor de Dios. Para él había esperanza en el conocimiento del
amor de Dios. Contemplando su carácter, podía ser atraído de vuelta a Dios.
MEDIANTE JESÚS,
LA MISERICORDIA DE DIOS FUE MANIFESTADA A LOS HOMBRES; pero la
misericordia no pone a un lado la justicia.
LA
LEY REVELA LOS ATRIBUTOS DEL CARÁCTER DE DIOS, y no podía cambiarse una jota
o un tilde de ella para ponerla al nivel del hombre en su condición caída. Dios
no cambió su ley, pero se sacrificó, en Cristo, por la redención del hombre. "Dios estaba en Cristo reconciliando
el mundo a sí." (2 Corintios 5:19).
LA LEY REQUIERE JUSTICIA, una vida justa, un
carácter perfecto; y esto no lo tenía el hombre para darlo. No puede satisfacer
los requerimientos de la santa ley de Dios.
PERO CRISTO, VINIENDO A LA TIERRA COMO HOMBRE,
vivió una vida santa y desarrolló un carácter perfecto. Ofrece éstos como don
gratuito a todos los que quieran recibirlos.
SU
VIDA REEMPLAZA LA VIDA DE LOS HOMBRES. Así tienen
remisión de los pecados pasados, por la paciencia de Dios.
MÁS
QUE ESTO, CRISTO IMPARTE A LOS HOMBRES 711 ATRIBUTOS DE DIOS. Edifica el
carácter humano a la semejanza del carácter divino y produce una hermosa obra
espiritualmente fuerte y bella. Así la misma justicia de la ley se cumple en el
que cree en Cristo. Dios puede ser "justo, y el que justifica al que es de
la fe de Jesús."*(Romanos 3:26).
EL AMOR DE DIOS
HA SIDO EXPRESADO EN SU JUSTICIA no menos que en su misericordia. La
justicia es el fundamento de su trono y el fruto de su amor. Había sido el
propósito de Satanás divorciar la misericordia de la verdad y la justicia.
Procuró demostrar que la justicia de la ley de Dios es enemiga de la paz. Pero
Cristo demuestra que en el plan de Dios están indisolublemente unidas; la una
no puede existir sin la otra. "La
misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron.” (Salmos
85:10).
Por su vida y su muerte, Cristo demostró que
la justicia de Dios no destruye su misericordia, que el pecado podía ser
perdonado, y que la ley es justa y puede ser obedecida perfectamente.
LAS ACUSACIONES
DE SATANÁS FUERON REFUTADAS. Dios había dado al hombre evidencia inequívoca de su amor.
OTRO
ENGAÑO IBA A SER PRESENTADO AHORA. Satanás declaró que la misericordia destruía la justicia, que la muerte
de Cristo abrogaba la ley del Padre.
SI HUBIESE SIDO POSIBLE QUE LA LEY FUERA
CAMBIADA o abrogada, Cristo no habría necesitado morir. Pero abrogar la ley sería
inmortalizar la transgresión y colocar al mundo bajo el dominio de Satanás.
PORQUE
LA LEY ERA INMUTABLE, porque el hombre podía ser salvo únicamente por la
obediencia a sus preceptos, fue levantado Jesús en la cruz. Sin embargo,
Satanás representó como destructor de la ley aquel mismo medio por el cual
Cristo la estableció. Alrededor de esto girará el último conflicto de la gran
lucha entre Cristo y Satanás.
EL ASERTO QUE
SATANÁS PRESENTA AHORA ES QUE LA LEY pronunciada por la misma voz de Dios
es deficiente, que alguna especificación de ella ha sido puesta a un lado. Es
el último gran engaño que arrojará sobre el mundo. No necesita atacar toda la
ley; si puede inducir a los hombres a despreciar un precepto, logra su
propósito. "Porque cualquiera que
hubiere guardado toda la ley, y ofendiere en un punto, es hecho culpado de
todos."*(Santiago 2:10). Consintiendo en violar un precepto, 712 los
hombres se colocan bajo el poder de Satanás. Substituyendo la ley de Dios por
la ley humana, Satanás procurará dominar al mundo. Esta obra está predicha en
la profecía. Acerca del gran poder apóstata que representa a Satanás, se ha
declarado: "Hablará palabras contra
el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en mudar los
tiempos y la ley: y entregados serán en su mano." *(Daniel 7:25).
LOS HOMBRES
ERIGIRÁN CON SEGURIDAD SUS LEYES PARA CONTRARRESTAR LAS LEYES DE DIOS. Tratarán de
compeler las conciencias ajenas, y en su celo para imponer esas leyes oprimirán
a sus semejantes.
LA GUERRA
CONTRA LA LEY DE DIOS, que empezó en el cielo, continuará hasta el fin del
tiempo. Cada hombre será probado. El mundo entero ha de decidir si quiere
obedecer o desobedecer. Todos serán llamados a elegir entre la ley de Dios y
las leyes de los hombres. En esto se trazará la línea divisoria.
HABRÁ SOLAMENTE
DOS CLASES.
Todo carácter quedará plenamente definido; y todos demostrarán si han elegido
el lado de la lealtad o el de la rebelión. Entonces vendrá el fin. Dios
vindicará su ley y librará a su pueblo.
SATANÁS
Y TODOS LOS QUE SE HAN UNIDO CON ÉL EN LA REBELIÓN SERÁN CORTADOS. El pecado y
los pecadores perecerán, raíz y rama (Malaquías 4:1). Satanás la raíz y sus seguidores las ramas.
Será cumplida la palabra dirigida al príncipe del mal: "Por cuanto pusiste tu corazón como corazón de Dios,. . . te
arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín cubridor. . . . En espanto
serás, y para siempre dejarás de ser." Entonces "no será el malo: y
contemplarás sobre su lugar, y no parecerá;" "serán como si no
hubieran sido." (Ezequiel
28:6-19; Salmos 37:10; Abdías 1:16).
Este no es un acto de fuerza arbitraria de
parte de Dios. Los que rechazaron su misericordia siegan lo que sembraron. Dios
es la fuente de la vida; y cuando uno elige el servicio del pecado, se separa
de Dios, y se separa así de la vida. Queda privado "de la vida de
Dios." Cristo dice: "Todos los que me aborrecen, aman la
muerte."*(Efesios 4:18; Proverbios 8:36).
DIOS LES DA LA
EXISTENCIA POR UN TIEMPO para que desarrollen su carácter y revelen sus principios.
Logrado esto, reciben los resultados de su propia elección. Por una vida de
rebelión, Satanás y todos los que se unen con él se colocan de tal manera en
desarmonía con Dios que la misma 713 presencia de él es para ellos un fuego
consumidor. La gloria de Aquel que es amor los destruye.
AL PRINCIPIO DE LA GRAN
CONTROVERSIA, LOS ÁNGELES NO COMPRENDÍAN ESTO. Si se hubiese dejado a Satanás
y su hueste cosechar el pleno resultado de su pecado, habrían perecido; pero
para los seres celestiales no habría sido evidente que ello era el resultado
inevitable del pecado. Habría permanecido en su mente una duda en cuanto a la
bondad de Dios, como mala semilla para producir su mortífero fruto de pecado y
desgracia.
PERO NO
SUCEDERÁ ASÍ CUANDO LA GRAN CONTROVERSIA TERMINE. Entonces,
habiendo sido completado el plan de la redención, el carácter de Dios quedará
revelado a todos los seres creados. Se verá que los preceptos de su ley son
perfectos e inmutables. El pecado habrá manifestado entonces su naturaleza;
Satanás, su carácter.
ENTONCES EL
EXTERMINIO DEL PECADO VINDICARÁ EL AMOR DE DIOS y rehabilitará
su honor delante de un universo compuesto de seres que se deleitarán en hacer
su voluntad y en cuyo corazón estará su ley.
BIEN
PODÍAN, PUES, LOS ÁNGELES Regocijarse Al Mirar La Cruz Del Salvador;
porque
aunque no lo comprendiesen entonces todo, sabían que la destrucción del pecado
y de Satanás estaba asegurada para siempre, como también la redención del
hombre, y el universo quedaba eternamente seguro. Cristo mismo comprendía
plenamente los resultados del sacrificio hecho en el Calvario. Los consideraba
todos cuando en la cruz exclamó: "Consumado es." 714 DTG/EGW
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