DURANTE MÁS DE
MIL AÑOS,
los judíos habían esperado la venida del Salvador. En este acontecimiento
habían cifrado sus más gloriosas esperanzas. En cantos y profecías, en los
ritos del templo y en las oraciones familiares, habían engastado su nombre. Y
sin embargo, cuando vino, no le conocieron. El Amado del cielo fue para ellos
como "raíz de tierra seca," sin "parecer en él ni
hermosura;" y no vieron en él belleza que lo hiciera deseable a sus ojos.
"A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron." (Isaías 53:2; Juan
1:11).
SIN
Embargo, Dios Había Elegido A Israel.
LO HABÍA LLAMADO Para Conservar Entre Los Hombres
El Conocimiento De Su Ley,
ASÍ COMO LOS SÍMBOLOS Y Las Profecías Que
Señalaban Al Salvador.
DESEABA Que Fuese Como Fuente De Salvación Para El
Mundo.
Como Abrahán en la tierra
donde peregrinó, José en Egipto y Daniel en la corte de Babilonia, había de ser
el pueblo hebreo entre las naciones. Debía revelar a Dios ante los hombres. En
el llamamiento dirigido a Abrahán, el Señor había dicho: "Bendecirte he, .
. . y serás bendición, . . . y serán benditas en ti todas las familias de la
tierra."* (Génesis 12:2,3).
LA MISMA
ENSEÑANZA FUE REPETIDA POR LOS PROFETAS. Aun después que Israel había sido asolado
por la guerra y el cautiverio, recibió esta promesa: "Y será el residuo de Jacob
en medio de muchos pueblos, como el rocío de Jehová, como las lluvias sobre la
hierba, las cuales no esperan varón, ni aguardan a hijos de hombres.' (Miqueas
5:7).
ACERCA DEL
TEMPLO DE JERUSALÉN, el Señor declaró por medio de Isaías: "Mi casa, casa
de oración será llamada de todos los pueblos." Isaías 56:7).
PERO
LOS ISRAELITAS CIFRARON SUS ESPERANZAS EN LA GRANDEZA MUNDANAL. Desde el
tiempo en que entraron en la tierra de Canaán, se apartaron de los mandamientos
de Dios y siguieron los caminos de los paganos. En vano Dios les mandaba
advertencias por sus profetas. En vano sufrieron el castigo de la opresión
pagana.
A CADA REFORMA SEGUÍA UNA APOSTASÍA MAYOR. 20 Si los hijos de Israel hubieran sido fieles a Dios, él podría haber logrado su propósito honrándolos y exaltándolos. Si hubiesen andado en los caminos de la obediencia, él los habría ensalzado.
"sobre todas las naciones que ha
hecho, para alabanza y para renombre y para gloria." "Verán todos los
pueblos de la tierra --dijo Moisés-- que tú eres llamado del nombre de Jehová,
y te temerán." Las gentes "oirán hablar de todos estos estatutos, y
dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido es esta gran nación." (Deut.
26:19; 28:10; 4:6 VM).
PERO A CAUSA DE
SU INFIDELIDAD, el propósito de Dios no pudo realizarse sino por medio de
continua adversidad y humillación. Fueron llevados en cautiverio a Babilonia y
dispersados por tierras de paganos. En la aflicción, muchos renovaron su
fidelidad al pacto con Dios. Mientras colgaban sus arpas de los sauces y
lloraban por el santo templo desolado, la luz de la verdad resplandeció por su
medio, y el conocimiento de Dios se difundió entre las naciones.
LOS
SISTEMAS PAGANOS DE SACRIFICIO ERAN UNA PERVERSIÓN DEL SISTEMA QUE DIOS HABÍA ORDENADO; y más de un
sincero observador de los ritos paganos aprendió de los hebreos el significado
del ceremonial divinamente ordenado, y con fe aceptó la promesa de un Redentor.
Muchos de los sacerdotes sufrieron persecución. No pocos perdieron la vida por
negarse a violar el sábado y a observar las fiestas paganas.
AL LEVANTARSE
LOS IDÓLATRAS PARA APLASTAR LA VERDAD, el Señor puso a sus siervos frente a
frente con reyes y gobernantes, a fin de que éstos y sus pueblos pudiesen
recibir la luz. Vez tras vez, los mayores monarcas debieron proclamar la
supremacía del Dios a quien adoraban los cautivos hebreos.
POR EL CAUTIVERIO BABILÓNICO, Los Israelitas Fueron Curados Eficazmente De La Adoración De Las Imágenes Esculpidas.
DURANTE LOS SIGLOS QUE SIGUIERON, sufrieron por la opresión de
enemigos paganos, hasta que se arraigó en ellos la convicción de que su
prosperidad dependía de su obediencia a la ley de Dios.
PERO EN EL CASO
DE MUCHOS DEL PUEBLO LA OBEDIENCIA NO ERA IMPULSADA POR EL AMOR. El motivo era
egoísta. Rendían un servicio externo a Dios como medio de alcanzar la grandeza
nacional. No llegaron a ser la luz del mundo, sino que se aislaron del mundo a
fin de rehuir la tentación de la idolatría.
EN LAS
INSTRUCCIONES DADAS POR MEDIO DE MOISÉS, Dios había 21 impuesto restricciones a
su asociación con los idolatras; pero esta enseñanza había sido falsamente
interpretada. Estaba destinada a impedir que ellos se conformasen a las
prácticas de los paganos. Pero la usaron para edificar un muro de separación entre
Israel y todas las demás naciones.
LOS JUDÍOS
CONSIDERABAN A JERUSALÉN COMO SU CIELO, y sentían verdaderamente celos de que
el Señor manifestase misericordia a los gentiles.
DESPUÉS DE REGRESAR DE BABILONIA, dedicaron mucha atención a la
instrucción religiosa. Por todo el país, se erigieron sinagogas, en las cuales
los sacerdotes y escribas explicaban la ley. Y se establecieron escuelas donde
se profesaba enseñar los principios de la justicia, juntamente con las artes y
las ciencias. Pero estos medios se corrompieron.
DURANTE EL
CAUTIVERIO, MUCHOS DEL PUEBLO HABÍAN RECIBIDO IDEAS Y COSTUMBRES PAGANAS, y éstas
penetraron en su ceremonial religioso. En muchas cosas, se conformaban a las
prácticas de los idólatras.
AL
APARTARSE DE DIOS, los judíos perdieron de vista mucho de
lo que enseñaba el ritual. Este ritual había sido instituido por Cristo mismo.
En todas sus partes, era un símbolo de él; y había estado lleno de vitalidad y
hermosura espiritual. Pero los judíos perdieron la vida espiritual de sus
ceremonias, y se aferraron a las formas muertas.
CONFIABAN En Los Sacrificios Y Los Ritos
Mismos, En Vez De Confiar En Aquel A Quien Éstos Señalaban.
A
FIN DE REEMPLAZAR LO QUE HABÍAN PERDIDO, LOS SACERDOTES Y RABINOS multiplicaron
los requerimientos de su invención; y cuanto más rígidos se volvían, tanto
menos del amor de Dios manifestaban.
MEDÍAN SU
SANTIDAD POR LA MULTITUD DE SUS CEREMONIAS, mientras que su corazón estaba
lleno de orgullo e hipocresía. Con todas sus minuciosas y gravosas órdenes, era
imposible guardar la ley. Los que deseaban servir a Dios, y trataban de
observar los preceptos rabínicos, luchaban bajo una pesada carga. No podían
hallar descanso de las acusaciones de una conciencia perturbada.
ASÍ SATANÁS OBRABA PARA DESALENTAR
AL PUEBLO, para rebajar su concepto del carácter
de Dios y para hacer despreciar la fe de Israel. Esperaba demostrar lo que
había sostenido cuando se rebeló en el cielo, a saber, que los requerimientos
de Dios eran injustos, y no podían ser obedecidos. Aun Israel, declaraba, no
guardaba la ley. 22
AUNQUE LOS JUDÍOS
DESEABAN EL ADVENIMIENTO DEL MESÍAS, no tenían un verdadero concepto de su
misión. No buscaban la redención del pecado, sino la liberación de los romanos.
ESPERABAN QUE EL MESÍAS VENDRÍA COMO CONQUISTADOR, para quebrantar el poder del
opresor, y exaltar a Israel al dominio universal. Así se iban preparando para
rechazar al Salvador.
EN EL TIEMPO
DEL NACIMIENTO DE CRISTO, la nación estaba tascando el freno bajo sus amos
extranjeros, y la atormentaba la disensión interna. Se les había permitido a
los judíos conservar la forma de un gobierno separado; pero nada podía
disfrazar el hecho de que estaban bajo el yugo romano, ni avenirlos a la
restricción de su poder.
LOS ROMANOS
RECLAMABAN EL DERECHO DE NOMBRAR O REMOVER AL SUMO SACERDOTE, y este cargo
se conseguía con frecuencia por el fraude, el cohecho y aun el homicidio. Así
el sacerdocio se volvía cada vez más corrompido. Sin embargo, los sacerdotes
poseían aún gran poder y lo empleaban con fines egoístas y mercenarios.
EL PUEBLO Estaba Sujeto A
Sus Exigencias Despiadadas, y también a los gravosos impuestos de los romanos.
ESTE ESTADO DE
COSAS OCASIONABA EXTENSO DESCONTENTO. Los estallidos populares eran
frecuentes. La codicia y la violencia, la desconfianza y la apatía espiritual,
estaban royendo el corazón mismo de la nación.
EL ODIO A Los Romanos Y El Orgullo Nacional Y Espiritual inducían a los judíos
a seguir adhiriéndose rigurosamente a sus formas de culto.
LOS
SACERDOTES trataban de mantener una reputación de santidad atendiendo
escrupulosamente a las ceremonias religiosas.
EL PUEBLO, en sus tinieblas y opresión,
Y
LOS GOBERNANTES sedientos de poder anhelaban la venida de Aquel que vencería a
sus enemigos y devolvería el reino a Israel.
HABÍAN
estudiado las profecías, pero sin percepción espiritual.
ASÍ HABÍAN PASADO POR ALTO Aquellos Pasajes Que Señalaban La
Humillación De Cristo en su primer advenimiento y aplicaban mal los que
hablaban de la gloria de su segunda venida. El orgullo obscurecía su visión.
Interpretaban las profecías de acuerdo con sus deseos egoístas. 23 DTG/EGW
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