(Este capítulo está basado
en Lucas 2:21-38).
COMO
CUARENTA DÍAS DESPUÉS DEL NACIMIENTO DE JESÚS, José y María le llevaron a
Jerusalén, para presentarle al Señor y ofrecer sacrificio. Ello estaba de
acuerdo con la ley judaica, y como substituto del hombre, Jesús debía
conformarse a la ley en todo detalle. Ya había sido sometido al rito de la
circuncisión, en señal de su obediencia a la ley. Como ofrenda a favor de la
madre, la ley exigía un cordero de un año como holocausto, y un pichón de
paloma como ofrenda por el pecado.
PERO LA
LEY ESTATUÍA que si los padres eran demasiado pobres para traer un cordero,
podía aceptarse un par de tórtolas o de pichones de palomas, uno para
holocausto y el otro como ofrenda por el pecado.
LAS OFRENDAS PRESENTADAS AL SEÑOR DEBÍAN SER SIN MÁCULA. Estas ofrendas representaban a Cristo, y por ello es
evidente que Jesús mismo estaba exento de toda deformidad física. Era el
"cordero sin mancha y sin contaminación”. (1 Pedro 1:19).
SU ORGANISMO FÍSICO NO ERA AFEADO POR DEFECTO ALGUNO; su cuerpo era sano y fuerte. Y durante toda su vida vivió
en conformidad con las leyes de la naturaleza. Tanto física como
espiritualmente, era un ejemplo de lo que Dios quería que fuese toda la
humanidad mediante la obediencia a sus leyes.
LA DEDICACIÓN de los primogénitos se remontaba a los primeros tiempos.
DIOS HABÍA PROMETIDO el Primogénito del cielo para salvar al
pecador.
ESTE
DON DEBÍA SER RECONOCIDO en toda familia por la consagración del primer hijo.
HABÍA DE
SER DEDICADO AL SACERDOCIO, como
representante de Cristo entre los hombres.
CUANDO ISRAEL FUE LIBRADO DE EGIPTO, la dedicación de los primogénitos fue ordenada de nuevo.
Mientras los hijos de Israel servían a los egipcios, el Señor indicó a Moisés
que fuera al rey de Egipto y le dijera: "Jehová ha dicho así: Israel es mi
hijo, mi primogénito. Ya te he dicho que dejes ir a mi hijo 35 para que me
sirva, mas no has querido dejarlo ir: he aquí yo voy a matar a tu hijo, tu
primogénito." (Éxodo 4:22,23). Moisés dio su mensaje; pero la respuesta
del orgulloso monarca fue: "¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y
deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel."
(Éxodo 5:2). Jehová obró en favor de su pueblo mediante señales y prodigios, y
envió terribles juicios sobre el faraón. Por fin el ángel destructor recibió la
orden de matar a los primogénitos de hombres y animales de entre los egipcios.
A fin de que fuesen perdonados, los israelitas recibieron la indicación de rociar
sus dinteles con la sangre de un cordero inmolado. Cada casa había de ser
señalada, a fin de que cuando pasase el ángel en su misión de muerte, omitiera
los hogares de los israelitas.
DESPUÉS DE ENVIAR ESTE CASTIGO SOBRE EGIPTO, JEHOVÁ DIJO A
MOISÉS: "Santifícame todo
primogénito, . . . así de los hombres como de los animales: mío es."
"Porque . . . desde el día que yo maté todos los primogénitos en la tierra
de Egipto, yo santifiqué a mí todos los primogénitos en Israel, así de hombres
como de animales: míos serán: Yo Jehová." (Éxodo 13:2; Números 3:13).
UNA VEZ ESTABLECIDO
EL SERVICIO DEL TABERNÁCULO, el Señor eligió a la
tribu de Leví en lugar de los primogénitos de todo Israel, para que sirviese en
su santuario. Pero debía seguir considerándose a los primogénitos como
propiedad del Señor, y debían ser redimidos por rescate. Así que la ley de
presentar a los primogénitos era muy significativa. Al par que conmemoraba el
maravilloso libramiento de los hijos de Israel por el Señor, prefiguraba una
liberación mayor que realizaría el unigénito Hijo de Dios.
ASÍ COMO LA
SANGRE rociada sobre los dinteles había salvado a los primogénitos de Israel,
tiene la sangre de Cristo poder para salvar al mundo.
¡CUÁNTO SIGNIFICADO TENÍA PUES, LA
PRESENTACIÓN DE CRISTO! Mas el
sacerdote no vio a través del velo; no leyó el misterio que encubría. La
presentación de los niños era escena común. Día tras día, el sacerdote recibía
el precio del rescate al ser presentados los niños a Jehová. Día tras día
cumplía con la rutina de su trabajo, casi sin prestar atención a padres o
niños, a menos que notase algún indicio de riqueza o de alta posición social en
los padres.
JOSÉ Y
MARÍA ERAN POBRES; Y CUANDO 36 VINIERON CON EL NIÑO,
el sacerdote no vio sino a un hombre y una mujer vestidos como los galileos, y
con las ropas más humildes. No había en su aspecto nada que atrajese la
atención, y presentaban tan sólo la ofrenda de las clases más pobres.
EL SACERDOTE CUMPLIÓ LA CEREMONIA OFICIAL. Tomó al niño en sus brazos, y le sostuvo
delante del altar. Después de devolverlo a su madre, inscribió el nombre
"Jesús" en el rollo de los primogénitos. No sospechó, al tener al
niñito en sus brazos, que se trataba de la Majestad del Cielo, el Rey de
Gloria. No pensó que ese niño era Aquel de quien Moisés escribiera: "El
Señor vuestro Dios os levantará profeta de vuestros hermanos, como yo; a él
oiréis en todas las cosas que os hablare."(Hechos 3:22). No pensó que ese
niño era Aquel cuya gloria Moisés había pedido ver. Pero el que estaba en los
brazos del sacerdote era mayor que Moisés; y cuando dicho sacerdote registró el
nombre del niño, registró el nombre del que era el fundamento de toda la
economía judaica.
Este nombre
había de ser su sentencia de muerte; pues el sistema de sacrificios y ofrendas
envejecía; el tipo había llegado casi a su prototipo, la sombra a su substancia. La
presencia visible de Dios se había apartado del santuario, más en el niño de
Belén estaba velada la gloria ante la cual los ángeles se postran.
ESTE NIÑO INCONSCIENTE
ERA LA SIMIENTE PROMETIDA, señalada por el primer altar erigido ante la puerta del Edén.
Era Shiloh, el pacificador. Era Aquel que se presentara a Moisés como el YO
SOY. Era Aquel que, en la columna de nube y de fuego, había guiado a Israel. Era
Aquel, que de antiguo predijeran los videntes. Era el Deseado de todas las
gentes, la Raíz, la Posteridad de David, la brillante Estrella de la Mañana. El
nombre de aquel niñito impotente, inscrito en el registro de Israel como
Hermano nuestro, era la esperanza de la humanidad caída. El niño por quien se
pagara el rescate era Aquel que había de pagar la redención de los pecados del
mundo entero. Era el verdadero "gran sacerdote sobre la casa de
Dios," la cabeza de "un sacerdocio inmutable," el intercesor
"a la diestra de la Majestad en las alturas." (Hebreos 10:21; 7:24;
1:3). Las cosas espirituales se disciernen espiritualmente.
SIMEÓN
EN EL TEMPLO, El
Hijo De Dios Fue Dedicado A La Obra Que Había Venido A Hacer. El sacerdote le
miró como a cualquier otro niño. Pero aunque él no vio ni sintió nada insólito,
el acto de 37 Dios al dar a su Hijo al mundo no pasó inadvertido. Esta ocasión
no pasó sin algún reconocimiento del Cristo. "Había un hombre en
Jerusalem, llamado Simeón, y este hombre, justo y pío, esperaba la consolación
de Israel: y el Espíritu Santo era sobre él. Y había recibido respuesta del
Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Cristo del
Señor."
AL ENTRAR SIMEÓN EN EL TEMPLO, vio a una familia que presentaba su primogénito al
sacerdote. Su aspecto indicaba pobreza; pero Simeón comprendió las advertencias
del Espíritu, y tuvo la profunda impresión de que el niño presentado al Señor
era la Consolación de Israel, Aquel a quien tanto había deseado ver.
PARA EL SACERDOTE ASOMBRADO, SIMEÓN ERA UN HOMBRE ARROBADO
EN ÉXTASIS. El niño había sido
devuelto a María, y él lo tomó en sus brazos y lo presentó a Dios, mientras que
inundaba su alma un gozo que nunca sintió antes. Mientras elevaba al Niño
Salvador hacia el cielo, exclamó: "Ahora despides, Señor, a tu siervo,
conforme a tu palabra, en paz; porque han visto mis ojos tu salvación, la cual
has aparejado en presencia de todos los pueblos; luz para ser revelada a los
Gentiles, y la gloria de tu pueblo Israel."
EL ESPÍRITU DE PROFECÍA ESTABA SOBRE ESTE HOMBRE DE DIOS, y mientras que José y María permanecían allí, admirados de
sus palabras, los bendijo, y dijo a María: "He aquí, éste es puesto para
caída y para levantamiento de muchos en Israel; y para señal a la que será
contradicho [blanco de contradicción, V. M.]; y una espada traspasará tu alma
de ti misma, para que sean manifestados los pensamientos de muchos
corazones."
ANA
TAMBIÉN ANA LA PROFETISA
vino y confirmó el testimonio de Simeón acerca de Cristo. Mientras hablaba
Simeón, el rostro de ella se iluminó con la gloria de Dios, y expresó su
sentido agradecimiento por habérsele permitido contemplar a Cristo el Señor.
Estos humildes adoradores no habían estudiado las profecías en vano.
PERO
LOS QUE OCUPABAN LOS PUESTOS DE GOBERNANTES
Y SACERDOTES EN ISRAEL, aunque
habían tenido delante de sí los preciosos oráculos proféticos, no andaban en el
camino del Señor, y sus ojos no estaban abiertos para contemplar la Luz de la
vida. 38
ASÍ SUCEDE TODAVÍA. Pasan Inadvertidos Para Los Dirigentes
Religiosos Y Para Los Que Adoran En La Casa De Dios, Acontecimientos En Los
Cuales Se Concentra La Atención De Todo El Cielo.
LOS HOMBRES reconocen
a Cristo en la historia mientras se apartan del Cristo viviente. El Cristo que en su Palabra invita a la abnegación,
el que está en los pobres y dolientes que suplican ayuda, en la causa justa que
entraña pobreza, trabajos y oprobio, no es recibido más ávidamente hoy que (hace dos mil años).
MARÍA REFLEXIONÓ EN LA AMPLIA Y PROFUNDA PROFECÍA DE SIMEÓN. Mientras miraba al niño que tenía en sus brazos, y
recordaba las palabras de los pastores de Belén, rebosaba de gozo agradecido y
alegre esperanza. Las palabras de Simeón le recordaban las declaraciones
proféticas de Isaías: "Saldrá una vara del tronco de Isaí, y
un vástago retoñará de sus raíces. Y reposará sobre él el espíritu de Jehová;
espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza,
espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.... Y será la justicia cinto de
sus lomos, y la fidelidad ceñidor de sus riñones." "El pueblo que
andaba en tinieblas vio gran luz: los que moraban en tierra de sombra de
muerte, luz resplandeció sobre ellos.... Porque un niño nos es nacido, hijo nos
es dado; y el principado sobre su hombro: y llamaráse su nombre Admirable,
Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz." (Isaías 11:1-5;
9:2-6).
SIN EMBARGO, MARÍA NO ENTENDÍA LA MISIÓN DE
CRISTO. En su profecía, Simeón lo había denominado luz que iba a ser
revelada a los gentiles, y gloria de Israel. Así también los ángeles habían
anunciado el nacimiento de Cristo como nuevas de gozo para todos los pueblos.
Dios estaba tratando de corregir el estrecho concepto de los judíos respecto de
la obra del Mesías. Deseaba que le contemplasen, no sólo como el libertador de
Israel, sino como Redentor del mundo. Pero debían transcurrir muchos años antes
de que la madre de Jesús comprendiese la misión de él.
MARÍA ESPERABA EL REINADO DEL MESÍAS EN EL
TRONO DE DAVID, pero no veía el bautismo
de sufrimiento por cuyo medio debía ganarlo. Simeón reveló el hecho de que el
Mesías no iba a encontrar una senda expedita por el mundo. En las palabras
dirigidas a María: "Una espada traspasará tu alma," Dios, en 39 su
misericordia, dio a conocer a la madre de Jesús la angustia que por él ya había
empezado a sufrir. "He aquí -había dicho Simeón,- éste es puesto para
caída y para levantamiento de muchos en Israel; y para señal a la que será
contradicho." Deben caer los que quieren volverse a levantar.
DEBEMOS CAER
SOBRE LA ROCA Y SER QUEBRANTADOS, antes que podamos ser levantados en Cristo.
El yo debe ser destronado, el orgullo debe ser humillado, si queremos conocer
la gloria del reino espiritual.
LOS JUDÍOS NO QUERÍAN ACEPTAR LA HONRA QUE SE ALCANZA POR LA HUMILLACIÓN. Por lo tanto, no quisieron recibir a su Redentor.
FUE UNA SEÑAL
CONTRADICHA. "Para que sean manifestados los pensamientos de muchos
corazones." A la luz de la vida del Salvador, el corazón de cada
uno, aun desde el Creador hasta el príncipe de las tinieblas, será revelado.
SATANÁS PRESENTABA A DIOS COMO UN SER EGOÍSTA Y OPRESOR, que lo pedía todo y no daba nada, que exigía el servicio
de sus criaturas para su propia gloria, sin hacer ningún sacrificio para su
bien.
PERO EL DON
DE CRISTO REVELA EL CORAZÓN DEL PADRE. Testifica Que Los Pensamientos De Dios
Hacia Nosotros Son "pensamientos de paz, y no de mal." (Jeremías
29:11). Declara que aunque el odio que Dios siente por el pecado es tan fuerte
como la muerte, su amor hacia el pecador es más fuerte que la muerte. Habiendo
emprendido nuestra redención, no escatimará nada, por mucho que le cueste, de
lo que sea necesario para la terminación de su obra.
NO SE
RETIENE NINGUNA VERDAD ESENCIAL PARA NUESTRA SALVACIÓN, no se omite ningún milagro de misericordia, no se deja sin
empleo ningún agente divino. Se acumula un favor sobre otro, una dádiva sobre
otra. Todo el tesoro del cielo está abierto a aquellos a quienes él trata de
salvar. Habiendo reunido las riquezas del universo, y abierto los recursos de
la potencia infinita, lo entrega todo en las manos de Cristo y dice: Todas
estas cosas son para el hombre. Úsalas para convencerlo de que no hay mayor
amor que el mío en la tierra o en el cielo. Amándome hallará su mayor
felicidad.
EN LA CRUZ DEL CALVARIO, EL AMOR Y EL EGOÍSMO SE ENCONTRARON FRENTE A FRENTE. Allí fue hecha su manifestación culminante. Cristo había vivido tan sólo para consolar y bendecir, y al darle muerte, Satanás manifestó la perversidad de su odio contra Dios. Hizo evidente que el propósito verdadero de su rebelión 40 era destronar a Dios, y destruir a Aquel por quien el amor de Dios se manifestaba.
POR LA VIDA Y
LA MUERTE DE CRISTO, los
pensamientos de los hombres son puestos en evidencia.
Desde el pesebre hasta la cruz, la vida de Jesús fue una vocación de entrega de
sí mismo, y de participación en los sufrimientos. Reveló los propósitos de los
hombres. Jesús vino con la verdad del cielo, y todos los que escucharon la voz
del Espíritu Santo fueron atraídos a él.
LOS QUE SE ADORABAN A SÍ MISMOS PERTENECÍAN AL REINO DE
SATANÁS. En su actitud hacia Cristo, todos
iban a demostrar en qué lado estaban. Y así cada uno pronuncia juicio sobre sí
mismo.
EN
EL DÍA DEL JUICIO FINAL, Cada Alma Perdida Comprenderá La Naturaleza De Su
Propio Rechazamiento De La Verdad. Se presentará la cruz y toda mente que fue
cegada por la transgresión verá su verdadero significado.
ANTE
LA VISIÓN DEL CALVARIO con su Víctima misteriosa, los pecadores quedarán
condenados.
TODA EXCUSA MENTIROSA quedará
anulada.
LA
APOSTASÍA HUMANA aparecerá en su odioso carácter.
LOS
HOMBRES verán lo que fue su elección.
TODA
CUESTIÓN DE VERDAD Y ERROR en la larga controversia quedará entonces
aclarada.
A
JUICIO DEL UNIVERSO, Dios quedará libre de toda culpa por la
existencia o continuación del mal.
SE
DEMOSTRARÁ que los decretos divinos no son accesorios al
pecado.
NO
HABÍA DEFECTO en el gobierno de Dios, ni causa de desafecto.
CUANDO LOS PENSAMIENTOS DE TODOS LOS CORAZONES
SEAN REVELADOS, tanto los
leales como los rebeldes se unirán para declarar: "Justos y verdaderos son
tus caminos, Rey de los santos. ¿Quién no te temerá, oh Señor, y engrandecerá
tu nombre? . . . Porque tus juicios son manifestados." (Apocalipsis
15:3,4). 41
DTG/EGW
(Este capítulo está basado
en Lucas 2:21-38).
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