1 Tesalonicenses 5.
INSTRUCCIONES
Y EXHORTACIONES, 5:1-28:
LA INCERTIDUMBRE EN CUANTO AL
TIEMPO DE LA VENIDA DE CRISTO, 5:1-11.
Pablo Continúa Con La Anterior
Descripción De La Segunda Venida De Cristo Para Juzgar:
1. La súbita venida del día del
Señor, 5:1-3.
2. Los creyentes deben estar
preparados, 5:4-11.
ADMONICIONES FINALES, 5:12-22. Da
Varios Preceptos:
1. En cuanto a los siervos del
Señor, 5:12-13.
2. En cuanto a conservar la
unidad en la iglesia, 5:14-15.
3. En cuanto al regocijo, la
oración y la gratitud, 5:16-18.
4. Diversas admoniciones,
5:19-22.
BENDICIÓN FINAL Y PEDIDOS,
5:23-28.
1. Deseo de una santificación
completa, 5:23-24.
2. Pedidos y saludos, 5:25-27.
3. Bendición, 5:28.
1 Pero acerca de los tiempos y de
las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba. 2 Porque
vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la
noche, 3 que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos
destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán.
4 Mas vosotros, hermanos, no
estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. 5 Porque
todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de
las tinieblas. 6 Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos
sobrios. 7 Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de
noche se embriagan. 8 Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios,
habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de
salvación como yelmo. 9 Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para
alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, 10 quien murió por
nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con
él. 11 Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo
hacéis.
12 Os rogamos, hermanos, que
reconozcáis a los que trabajan entre vosotros y os presiden en el Señor, y os
amonestan; 13 y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra. Tened
paz entre vosotros.
14 También os rogamos, hermanos,
que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis
a los débiles, que seáis pacientes para con todos. 15 Mirad que ninguno pague a
otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con
todos.
16 Estad siempre gozosos. 17 Orad
sin cesar. 18 Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con
vosotros en Cristo Jesús.
19 No apaguéis al Espíritu. 20 No
menospreciéis las profecías. 21 Examinadlo todo; retened lo bueno. 22 Absteneos
de toda especie de mal.
23 Y el mismo Dios de paz os
santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea
guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 24 Fiel es
el que os llama, el cual también lo hará.
25 Hermanos, orad por nosotros. 26
Saludad a todos los hermanos con ósculo santo. 27 Os conjuro por el Señor, que
esta carta se lea a todos los santos hermanos.
28 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. Amén. (1 Tesalonicenses 5)
1. Tiempos y... ocasiones. En cuanto al significado de esta
expresión, ver com. Hech.1:7. Pablo ha explicado cuidadosamente la situación
de "los que duermen" (4:13), y ha recordado a sus conversos el
orden de los sucesos que ocurrirán en el segundo advenimiento; pero según las razones
siguientes no tiene el propósito de tratar la cronología de los últimos días.
No tenéis necesidad. El apóstol había enseñado
cuidadosamente a los tesalonicenses (cf. cap. 2:11,13; 3:4; ver com. cap. 4:1-2),
y les había dado toda la información necesaria en cuanto a "tiempos y...
ocasiones".
2. Sabéis perfectamente. Mejor "sabéis exactamente". No se trataba de que los tesalonicenses supieran todo lo que podía saberse en cuanto al "día del Señor", sino que comprendían bien que vendría súbitamente.
Estas palabras muestran claramente que el apóstol les
había dado las enseñanzas del Señor acerca de ese tema (Mat. 24:32-44; etc.).
Sólo era necesario confirmarlos en su conocimiento y recalcar su significado.
El día del Señor. La evidencia textual establece (cf. p. 10) la omisión del artículo "el". Esta omisión posiblemente indique que la expresión "día del Señor" era entendida exactamente por la iglesia y no necesitaba definirse mediante un artículo.
En cuanto a su
significado, ver com. Hech. 2:20. Con frecuencia Pablo hace referencia a esta
expresión o a su equivalente, abreviándola a veces como "el día" o
"aquel día" (1Tes. 5:4; Rom. 2:16; 1 Cor. 1:8; 5:5; 2 Cor. 1:14; 2
Tes. 1:10; 2:2). "El día del Señor" se refiere aquí a la segunda
venida de Cristo.
Vendrá. El texto griego emplea el tiempo presente para
destacar la certeza del retorno del Señor.
Como ladrón. Compárese con las palabras de Cristo en Mat. 24:43 y Luc. 12:39-40, y también con 2 Ped. 3:10; Apoc. 3:3; 16:15. Con la figura de un ladrón, el apóstol da énfasis a lo inesperado de la segunda venida, amonestando así a sus lectores a estar preparados para ese suceso en cualquier momento (ver com. 1 Tes. 4:15).
Si prestaban atención a sus palabras, no tenían
por qué ser sorprendidos (cf. Luc. 21:34-36; 1Tes. 5:4).
En la noche. En los Evangelios con frecuencia se relaciona la
venida del Señor con la noche (Mat. 24:43; 25:6; Mar. 13:35; Luc. 12:35-38;
17:34). La iglesia primitiva entendía literalmente las ilustraciones y esperaba
que el retorno del Señor ocurriera alrededor de la medianoche.
Jerónimo menciona una
tradición judía, basada en la venida del Señor a medianoche en la primera
pascua de Egipto, de que el Mesías vendría a medianoche.
A esta tradición Jerónimo
atribuye la "tradición apostólica", de que la vigilia de la víspera
de Pascua florida debía continuar hasta medianoche en anticipación a la venida
de Cristo (Jerónimo, com. Mat. 25:6). El uso que da el apóstol a la palabra
"noche" también debe considerarse en el contexto de los vers. 4-6.
3. Cuando digan. Pablo no identifica definidamente
quiénes lo dirán, pero es claro por el contexto (vers. 4-6) que se está
refiriendo a los incrédulos. El apóstol no dice específicamente el momento
cuando los mundanos pronunciarán las palabras que se les atribuyen, pero es
claro por el resto del versículo que deben ser pronunciadas inmediatamente
antes de la venida de Cristo.
Paz y seguridad. Estas palabras, pronunciadas por
los que no están preparados para el regreso de su Señor, se refieren a la
tranquilidad interior y la seguridad exterior; revelan la condición mental
satisfecha de los que las pronuncian. Esa tranquilidad es injustificada, pues
el desastre es inminente, y el incrédulo debería realmente aprender del
cristiano que por estar velando está preparado para los sucesos de los últimos
días.
Las Escrituras enseñan que el
tiempo inmediatamente anterior a la aparición de Cristo, será de angustia
generalizada (ver com. Luc. 21:25-26; com. "destrucción" y
"repentina").
Vendrá. Gr. efíst'mi, "presentarse",
"sobrevenir". Se usa especialmente para apariciones súbitas (Luc.
2:9; 20:1; 24:4; Hech. 6:12; etc.; cf. com. Hech. 12:7).
Destrucción. Gr. ólethros, "pérdida",
"muerte", "ruina", sustantivo derivado del verbo óllumi,
"destruir". Las palabras "destrucción repentina" implican
que "el día del Señor" traerá sobre el mundo incrédulo una catástrofe
inesperada.
Repentina. Gr. aifnídios, "imprevisto", "súbito".
Esta palabra aparece en el NT sólo aquí y en Luc. 21:34.
Como los dolores. El parto no se considera como un
suceso imprevisto, pero los dolores de su comienzo vienen súbitamente. Pablo usa la figura para ilustrar lo
repentino de las catástrofes del último día.
No escaparán. Mejor "y de ningún modo escaparán", así
como una mujer no puede librarse del nacimiento de su hijo. El apóstol destaca
con esto lo inevitable de la destrucción que sorprenderá a los que han
rechazado a su Salvador. Parecería que Pablo se está refiriendo a las palabras
de Cristo (Luc. 21:34-36) cuando expresó estos pensamientos a los
tesalonicenses (1 Tes. 5:3).
4. Mas vosotros, hermanos. Pablo contrasta a sus conversos
con los incrédulos del vers. 3.
En tinieblas. Es decir, en la ignorancia e indirectamente en la
impiedad. "Tinieblas" con frecuencia simboliza en el NT un estado de
pobreza y reprobación espiritual (Mat. 4:16; 6:23; Juan 3:19; Hech. 26:18; Rom.
13:12). Los cristianos ya no están en tal condición (1 Tes. 5:5; 1 Juan 2:8-10).
Aquel día. Es decir, "el día del Señor" (vers. 2).
Os sorprenda. Gr. katalambánÇ, "apoderarse de",
"coger" (ver com. Juan 1:5). Se usa aquí con el sentido de prender,
agarrar. El hijo de Dios, que está bien informado y es guiado por la luz que refulge
de la Palabra divina, no necesita quedar apresado en la destrucción de los
últimos días. Puede estar adecuadamente
preparado para todo lo que sobrevendrá sobre el mundo y sus habitantes.
5. Porque todos vosotros sois. Esta cláusula complementa el pensamiento
del vers. 4: que los cristianos no están "en tinieblas". Pablo
incluye generosamente a todos los miembros de la iglesia de Tesalónica en su
afirmación, aunque sabe que algunos son débiles (vers. 14-15).
HIJOS DE LUZ. El cristiano es hijo de Dios (1 Juan 3:2), y Dios es luz (Juan 1:9); por esta razón el cristiano es hijo de la luz debido a su relación con el Padre de las luces (Sant. 1:17). Además, el Evangelio proporciona luz (2 Cor. 4:4; 1 Ped. 2:9).
Por lo tanto, los que viven de acuerdo con el Evangelio, moran en luz.
(ver com. Luc. 16:8; Juan 12:36).
No somos. Nótese el cambio de la segunda a la primera persona
del plural. El apóstol se incluye junto con sus compañeros tesalonicenses. Presenta
el ideal, confiando en que eso inspirará aun al miembro más débil para alcanzar
la elevada norma de ser realmente "hijo de luz".
6. No durmamos. O "no sigamos
durmiendo". Si los hijos de luz se duermen, no tendrán ninguna ventaja. "Dormir"
equivale a indiferencia ante la proximidad de la venida de Cristo, un letargo
que impide que el cristiano esté preparado para los sucesos finales (cf. Mat.
25:5). Pablo exhorta a sus amigos a no dejarse entrampar por esa indolencia
espiritual, sino a estar bien despiertos (cf. Mar. 13:35-37; Luc. 21:34-36;
Efe. 5:14-16).
Los demás. Es decir, los hijos de las tinieblas, que están
inconscientes ante los terribles y gloriosos sucesos que presagian el retorno
del Señor.
Velemos. Gr. gr'goréÇ, "vigilar", "mantenerse despierto" (cf. com. vers. 10).
Este verbo se usa con frecuencia en los
Evangelios para referirse a vigilancia espiritual (cf. Mat. 24:42; Mar.
13:33-34; Luc. 12:37).
Seamos sobrios. Gr. n'fÇ, "abstenerse de
vino", "ser sobrio". No es probable que Pablo se esté refiriendo
a que hubiera embriaguez literal entre los tesalonicenses (cf.1Ped.1:13; 4:7;
5:8), sino que los está amonestando a que sean firmes, templados, tranquilos en
espíritu debido al gran "día" que se acerca.
7. Los que duermen. Una observación tomada de la vida
diaria para poner de relieve el contraste entre los que son "hijos del
día" y los que son "de la noche" (vers. 5).
8. Pero nosotros. "Nosotros, por el
contrario" (BJ). Un fuerte contraste con aquellos cuya conducta se
describe en el vers. 7.
Sobrios. Continúa repitiendo el pensamiento del vers. 6.
Habiéndonos vestido. El hecho de que los cristianos necesitan revestirse con ciertas virtudes, implica, naturalmente, que carecen de ellas.
Ahora Pablo les dice que se vistan con una armadura espiritual
defensiva, lo que quiere decir que prosigue la guerra y que los cristianos
tienen que protegerse contra los ataques (ver com. Efe. 6:11-12). Para un
estudio más amplio de la armadura del cristiano, ver com. Rom. 13:12,14; 2 Cor.
10:4; Efe. 6:13-17.
La coraza. Ver com. Efe. 6:14, donde se dice que la coraza es
"de justicia" (cf.Isa.59:17; 2 Cor. 6:7).
De fe y de amor. La fe y el amor son dos virtudes
componentes de la justicia. La fe es el elemento activo que se aferra de la
justicia que Cristo imparte al creyente. El amor, ese gran atributo del carácter
de Dios (1 Juan 4:8), es derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo
de Dios (Rom. 5:5). El apóstol ya había alabado a los tesalonicenses por
practicar esas virtudes (1 Tes. 1:3). Aquí los insta, y con ellos a todos los
cristianos, a usar más ampliamente esas virtudes como seguras defensas en su
conflicto contra el mal.
Yelmo. Ver Efe. 6:17, donde esta parte de la armadura se
define como "de la salvación", mientras que aquí la describe como
"la esperanza de salvación", con lo cual enseña que, en su etapa
final, la salvación aún está en el futuro (Mat. 24:13; Heb. 9:28; 1 Ped. 3:5).
9. Porque... Dios. Pablo presenta su comprensión de
los propósitos de Dios como la base de la esperanza de salvación (vers. 8).
Puesto. Gr. títhemi, "fijar", "colocar".
Se ha traducido como "poner" en Mat. 24:51 y Luc. 12:46; como
"constituir" en 2 Tim.1:11 y Heb. 1:2, y como "destinar" en
1 Ped. 2:8. Esta palabra se refiere al propósito de Dios para con los hombres,
que es para bien y siempre ha sido así (ver com. Juan 3:16-17; 2 Ped. 1:9).
Ira. Gr. org' (ver com. Rom. 1:18).
Alcanzar salvación. Pablo acaba de presentar lo que
no es el propósito de Dios, y ahora presenta en qué consiste. El deseo y el
propósito del Señor es que todos los hombres se salven (ver com. "puesto";
cf. Isa. 55:1; Juan 7:37; Apoc. 22:17), e hizo posible esta salvación por medio
de la entrega de su Hijo.
Por medio de nuestro Señor. La salvación es la dádiva de
Dios, pero como toda otra expresión de la bondad de Dios para el hombre, se concede
por medio de la persona de Jesucristo (cf. com. Rom. 6:23).
10. Quien murió por nosotros. Ver com. Rom. 5:8; 1 Cor. 15:3. Una
afirmación de que el propósito específico del sacrificio de Cristo es que todos
los creyentes puedan vivir juntamente con Jesús. Este propósito se cumple
mediante la vida, la muerte y la resurrección de nuestro Salvador.
Velemos. Gr. gr'goréÇ (ver com. vers. 6).
Durmamos. Ver com. cap. 4:13. Pablo vuelve al tema que dio
comienzo a la serie de sus pensamientos anteriores (cap. 4:13-18), es decir, el
estado de los cristianos que murieron, en comparación con los creyentes que
vivirán cuando Cristo vuelva. Aquí asegura a sus lectores que no habrá diferencia
entre los dos grupos. Finalmente ambos vivirán "juntamente con él", a
saber, con Cristo (cf. com. cap. 4:14-17).
11. Por lo cual, animaos. Cf. com. cap. 4:18, donde se usan
palabras casi idénticas.
Unos a otros. Cf. cap. 4:18. Pablo dice tácitamente que la obra
de animar a los abatidos no corresponde sólo a los ministros. Todos los
cristianos deben consolar a sus hermanos en la fe.
Edifícaos. Gr. oikodoméÇ, "construir",
"fortalecer" (ver com. Hech. 9:31). Mediante la exhortación mutua
sobre temas tan elevados como la venida del Señor y la gloria de la herencia de
los santos, los miembros de iglesia pueden fortalecerse espiritualmente unos a
otros (cf. com. Mal. 3:16-18; Hech. 20:32).
Así como lo hacéis. El apóstol siempre estaba
dispuesto a reconocer en sus conversos lo bueno que practicaban, pero no
vacilaba en instarlos no sólo a proseguir en las buenas prácticas sino también
a intensificarlas (cf. com. cap. 3:12). Con esta exhortación Pablo concluye el
tema que comenzó en el cap. 4:13.
12. Rogamos. Gr. erÇtáo (ver com. Fil. 4:3; 1 Tes. 4:1). Pablo no deseaba que la atención fraternal mutua de los tesalonicenses debilitara el respeto por los dirigentes de la iglesia. Reconozcáis. Es decir, "respetéis" (ver com. cap. 4:4).
Trabajan. Gr. kopiáÇ (ver com. Fil. 2:16; 1 Tes. 1:3). La
costumbre de Pablo era constituir ancianos en cada iglesia que establecía
(Hech. 14: 23). Los nuevos dirigentes eran inevitablemente inexpertos, y quizá
no se les daba la debida consideración. Debe respetarse a los que presiden en
la iglesia. Estos dirigentes deben ser tenidos en cuenta y reconocidos, debido
al cargo qué ocupan (cf. 1 Cor. 16:15-18; Heb. 13:7). Esa consideración
significa una gran responsabilidad para los dirigentes de las iglesias: la de
ser varones de Dios.
Presiden. Gr. proíst'mi, "colocar encima", "gobernar",
"presidir" (ver com. Rom. 12:8).
Amonestan. Gr. nouthetéÇ, "recordar",
"advertir", "amonestar" (ver com. Hech. 20:31; cf. com. 1
Cor. 4:14; 2 Tes. 3:15). Este verbo deriva de nóus, "mente" y
títhemi, "poner". Pablo reconocía las debilidades de su grey y la
probabilidad de que sus dirigentes tuvieran que guiar con firmeza a sus
miembros.
13. Mucha. Gr. huperekperrisóu,
"sobreabundantemente", "muchísimo".
Estima. Gr. h'géomai (ver com. Fil. 2:3);
"pensar", "creer", "estimar".
Y amor. Esta frase se añade para que no se pusiera en duda
la calidad espiritual de la estima de los tesalonicenses por sus ancianos.
Por causa de su obra. La iglesia cristiana no rinde
culto a los hombres, pero sí fomenta el debido respeto hacia los que desempeñan
dignamente responsabilidades sagradas.
Tened paz. Esta categórica orden sugiere que la unidad de la
iglesia de Tesalónica había sido perturbada quizá por desacuerdos entre
dirigentes y laicos, ya que Pablo añade "entre vosotros". No debe
haber rivalidades ni divisiones en la iglesia porque algunos reconocen a un
obrero como su guía espiritual, y otros, a otro, como posteriormente sucedió en
Corinto (1 Cor. 1:12; 3:4-6; 4:6; cf.
Rom. 12:18; 14:19).
14. Rogamos. Gr. parakaléÇ (ver com. Mat. 5:4).
Amonestéis. Gr. nouthetéÇ (ver com. vers. 12).
Ociosos. Gr. átaktos, "fuera de fila",
"desordenado"; "revoltosos" (BC, NC). Este vocablo sólo se
usa aquí en el NT. El verbo afín, atakéÇ se halla en 2 Tes. 3:7, y el adverbio
atáktÇs, en 2 Tes. 3:11 (ver respectivos comentarios).
Alentéis. Gr. paramuthéomai, "animar",
"alentar".
Los de poco ánimo. Gr. oligópsujos, literalmente, "de alma pequeña"; es decir, los que se desaniman fácilmente; "pusilánimes" (BJ, NC).
Quizá no había que reprender, pero sí
consolar o alentar a los que estaban abrumados de pesar por los muertos (cap. 4:13-18),
o indecisos acerca del tiempo del retorno de Cristo (cap. 5:1-11). Los
cristianos deben dirigir palabras de ánimo y consuelo a las almas tímidas y
necesitadas (Heb. 12:12-13; cf. Gál. 6:2).
Sostengáis. Gr. antéjomai, "interesarse en", "prestar atención a", "dedicarse a".
Los débiles a quienes
Pablo pedía que se sostuviera, quizá eran aquellos que estaban siendo tentados
por la impureza (cap. 4:3-7). Necesitaban ser sostenidos espiritualmente, y no
censurados, para que no cedieran ante la tentación.
Seáis pacientes. Gr. makrothuméo, literalmente, "ser de un gran espíritu", por lo tanto, "ser tolerantes", "ser lentos para la ira", "ser pacientes".
Esta palabra se
usa en 1 Cor. 13:4 para describir el amor como "sufrido". El amor de
Dios inducirá al cristiano a ser paciente y bondadoso con todos, tanto dentro
como fuera de la iglesia.
15. Mirad. El griego emplea el tiempo presente, lo cual
sugiere "mirad siempre". No se trata de mirar una vez sino de seguir
mirando.
Mal por mal. La tendencia natural del corazón humano es devolver
"mal por mal", pero el proceder del cristiano es diferente. Cristo prohíbe
la venganza, e insta a sus seguidores a devolver bien por mal (ver com. Mat.
5:38-48; cf. com. Rom. 12:17).
Seguid. Gr. diÇkÇ, "correr en pos de",
"perseguir", "aspirar a". En vez de perpetuar el mal por
medio de la venganza, se amonesta a los tesalonicenses a que siempre, en todas
las circunstancias, aspiren al bien. Pablo sabía que los que seguían el bien,
no tendrían tiempo para hacer el mal.
16. Estad siempre gozosos. Pablo atribuye valor a la
disposición de estar gozosos (ver com. Fil. 3:1; 4:4; cf. 2 Cor. 6:10). Ya sea
por la posesión de bienes o por la anticipación de la felicidad futura, el
cristiano tiene mucha razón para regocijarse. Con el perdón de sus pecados, su
conciencia está libre y la paz llena su alma. Sabe que para él "todas las
cosas" le "ayudan a bien" (Rom. 8:28). ¿Por qué ha de estar
triste? Los que siempre se quejan no tienen una religión genuina (MC 194).
17. Orad sin cesar. Literalmente "orad incesantemente". Un espíritu de oración constante debe exhalar de la vida del cristiano. Nunca se debe cortar la relación con el cielo (ver com. Luc. 18:1). Pablo trabajaba "de noche y de día" (1 Tes. 2:9), y también oraba "de noche y de día" (cap. 3:10).
Sus oraciones no disminuían debido a sus muchas
actividades. Siempre mantenía una relación viva con su Padre celestial. Otro tanto
debe suceder con nosotros. Compárese con la vida de oración de Jesús (ver com.
Mar. 3:13).
18. En todo. Es decir, en todas las circunstancias, ya sean de gozo o de dolor (cf. com. Fil. 4:6; Col. 4:2).
Aquí tenemos la seguridad bien definida de que aun aquellas cosas que parecen estar contra nosotros, pueden ser para nuestro bien, pues Dios no nos pedirá que estemos agradecidos por lo que nos perjudica (MC 197). Daniel dio gracias cuando conoció el decreto que se había expedido para quitarle la vida (Dan. 6:10).
Pablo nos ha dejado un
notable ejemplo de estar agradecidos en las circunstancias más adversas (Hech.
27:20,35). El agradecimiento debe ser la regla del cristiano. Así se promueven
la salud y el gozo (MC 194).
Porque esta. Aquí podrían incluirse no sólo el dar gracias, sino
también el regocijo y la oración constantes (vers. 16-17).
La voluntad de Dios. Dios está atento a toda la vida
de sus hijos, pero siente una especial preocupación por la salud espiritual de
ellos. Anhela que los cristianos sean felices, que oren mucho y -sean agradecidos.
Nuestro descuido en no cultivar estas características representa un fracaso en
cumplir la voluntad divina.
En Cristo Jesús. La voluntad de Dios se manifestó
en Cristo Jesús. El que quiera comprender la voluntad de Dios para su vida,
tiene que estudiar la vida de Jesús para percibir en ella la ilustración
suprema de lo que Dios quiere que sea el cristiano. En nadie más, excepto en la
vida de Jesús, se puede encontrar el modelo perfecto de felicidad, de oración
constante y de gratitud.
19. Apaguéis. Gr. sbénnumi, "extinguir",
"apagar", "sofocar", "suprimir"; "no
extingáis" (BJ). En Mat. 12:20; Mar. 9:44-48; Efe. 6:16; Heb. 11:34 se
aplica a extinguir un fuego, y en Mat. 25:
Es probable que en la iglesia de
Tesalónica se estuviera enfriando el fuego de algunos de los miembros que
habían manifestado con entusiasmo dones espirituales (ver com. 1 Cor. 12:1;
14:1). Pablo advierte a la iglesia contra la extinción de la llama del fuego
espiritual que ardía entre ellos, para que no alejaran al Espíritu Santo. Con
esta advertencia no daba ninguna autorización para manifestaciones de fanatismo
que desacreditaran al Espíritu; habla de la obra que puede ser correctamente
fomentada por, el Espíritu Santo.
20. Menospreciéis. Gr. exouthenéò, "no tomar en
cuenta", "despreciar"; "despreciéis" (BJ, NC).
Profecías. Ver com. 1 Cor. 12:10; Efe. 4:11. Por la estrecha
relación entre los vers. 19 y 20 de 1 Tes. 5, parecería que profetizar era una
de las principales formas como se manifestaban los dones espirituales en
Tesalónica. El interés de la iglesia en el regreso de Cristo (cap. 1:10; 2:19;
3:13; 4:13-18; 5:1-11) añadiría lógica a la presencia del don de profecía. En
la iglesia apostólica hubo no pocos verdaderos profetas (Hech. 11:28; 15:32;
21:8-11).
21. Examinadlo. Gr. dokimázò (ver com. cap. 2:4).
Debe discriminarse cuidadosamente para distinguir entre lo falso y lo verdadero
(HAp 214).
Todo. Específicamente, las manifestaciones del Espíritu
(vers. 19-20). Dios ha dado claras pruebas para determinar si un profeta es
verdadero: (1) El verdadero profeta debe confesar a Cristo con su vida y con sus
palabras (1 Juan 4:1-3). Reconocerá y
confesará la divinidad de Cristo (1 Juan 2:22-23). (2) Sus enseñanzas deben
concordar con las de las Escrituras (Hech. 17:11; Gál. 1:8-9). (3) El resultado
o fruto de su enseñanza debe ser bueno (Mat. 7:18-20).
Retened. El que cree en Cristo no sólo debe poner a prueba
los dones espirituales, sino que después de discernir la diferencia entre lo
verdadero y lo falso, entre lo bueno y lo malo, debe retener lo bueno a pesar
de todas las tentaciones que sienta de abandonarlo.
Lo bueno. Lo bueno entre los dones espirituales.
22. Absteneos. Gr. apéjomai, "mantenerse lejos de" (ver
com. cap. 4:3).
Especie. Gr. éidos, "forma", "apariencia
exterior", "género"; "apariencia" (BC, NC);
"género" (BJ). Pablo se ha referido a lo "bueno" (vers. 21)
en singular, pues considera que lo "bueno" es sólo fruto del
Espíritu; pero reconoce que el "mal" aparece en muchas formas, y
amonesta a sus conversos contra las muchas formas con que se disfraza. Como
éidos también significa "apariencia exterior", puede prestarse para
que se ponga mucho énfasis en prohibir lo que es correcto sencillamente porque
puede dar una mala impresión a algunos. Este consejo puede ser apropiado en
algunas circunstancias, pero eso no es lo que el apóstol destaca aquí. También
hay muchas excepciones a esa regla. Jesús curaba en día sábado (Juan 5:2-16;
etc.) y comía con publicanos y pecadores (Mat. 9:10-13). Para los prejuicios de
los dirigentes judíos, esos actos tenían apariencia de mal; pero a pesar de
esos prejuicios (Mat. 12:9-13), Jesús cumplía esos deberes como una parte de su
gran obra de justicia. Jesús, a pesar de las acusaciones, se mantuvo
enteramente exento de toda forma de mal.
23. Y el mismo Dios de paz. Pablo comienza ahora la parte final de su epístola, y le da forma de oración. Ha puesto en alto elevadas normas (vers. 12-22), pero reconoce que nadie puede alcanzarlas sin la ayuda divina.
Por eso sus palabras finales llaman la atención de sus lectores al poder eficaz de Dios.
La frase "el mismo Dios de paz" se
refiere al Dios cuya cualidad descollante es ser pacífico, el Dios que es la
fuente de toda verdadera paz (cf. Rom. 15:33; 16:20; 2 Cor. 13:11; Heb.13:20-21; cf. com. Fil. 4:7). Dios siempre procura restaurar la paz entre él y
sus súbditos rebeldes (ver com. 2 Cor. 5:18-19).
Santifique. Gr. hagiázò (ver
com. Mat. 6:9; Juan 17:17; 1 Cor. 7:14).
Por completo. Gr.
holotelés palabra compuesta de hólos, "completo", y télos,
"fin", por lo tanto, "perfecto", "completo en todo
sentido"; "plenamente" (BJ); "íntegros" (BC); "hasta
los tuétanos" (Lutero). La verdadera santificación implica todo el ser: es
imposible estar santificado en forma parcial, que haya ciertos aspectos de la
vida que no estén santificados. Cada fase de la vida debe ser sometida al poder
purificador del Espíritu de Dios.
Todo. Gr. holóklèros,
"completo en todas sus partes", "completo",
"entero", de hólos, "completo" y klèros,
"sección" o "parte". Este adjetivo puede modificar a
cualquiera de los tres sustantivos que siguen -"espíritu, alma y
cuerpo"-, o puede interpretarse como relacionado con la frase "sea
guardado", o sea "preservado íntegramente".
Espíritu, alma y cuerpo. Pablo
no presenta aquí un estudio de la naturaleza del hombre, sino que está
asegurando a sus conversos que ninguna parte de sus vidas quedará sin recibir
la influencia del poder santificador de Dios. La Biblia parece hablar
generalmente de una división del hombre en dos partes: cuerpo y alma, o cuerpo
y espíritu (ver com. Mat. 10:28; Rom. 8:10; 1 Cor. 5:3; 7:34). Estas ideas se
combinan en este pasaje para poner énfasis en que ninguna parte del ser humano
debe ser excluida de la influencia de la santificación. Es posible ver un
significado especial en esta triple división que hace Pablo.
Por "espíritu" (pnéuma, ver com. Luc. 8:55), se podría entender el elemento superior de
inteligencia y pensamiento con que está dotado el hombre, y con el cual Dios
puede comunicarse mediante su Espíritu (ver com. Rom. 8:16). Mediante la
renovación de la mente por la acción del Espíritu Santo, el individuo es
transformado a la semejanza de Cristo (ver Rom. 12:1-2).
Por "alma" (psujé, ver com. Mat. 10:28) se puede entender -cuando se la distingue de espíritu- la parte de la naturaleza del hombre que se expresa mediante los instintos, las emociones y los deseos. Esta parte de nuestra naturaleza también puede ser santificada. Cuando la mente, por medio de la obra del Espíritu Santo, se pone en armonía con la mente de Dios y la razón santificada domina a la naturaleza inferior, los impulsos -que de otra manera serían opuestos a Dios- se someten a la voluntad divina.
Entonces el cristiano humilde puede alcanzar una estatura tal de santificación, que cuando obedece a Dios en realidad está realizando sus propios impulsos.
Se deleita en cumplir la voluntad de Dios. Tiene la ley de Dios en su corazón
(ver Sal. 40:8; Heb. 8:10; cf. PVGM 253; DTG 621).
El significado de "cuerpo" (soma) es evidente: es la estructura corporal -carne y sangre y huesos- que es regida o por la naturaleza superior, o por la inferior. Cuando rige la mente santificada, no se abusa del cuerpo; por el contrario, la salud prospera.
El cuerpo se convierte en un instrumento adecuado por medio del
cual el cristiano activo puede servir a su Maestro. La santificación que no
incluye el cuerpo, no es completa. Nuestros cuerpos son templos de Dios. Debemos
mantenerlos siempre santos para glorificar a Dios en ellos (1 Cor. 6:19-20).
Guardado. Gr. tèréò,
generalmente traducido como "guardar"; "se conserve sin
mancha" (BJ).
Irreprensible. Gr.
amémptòs (ver com. Fil. 2:15; 1 Tes. 2:10; 3:13). El que está santificado, será
guardado por el Señor y será presentado irreprensible en el gran día de la
venida de Cristo (cf. com. Jud. 24).
Para. "Hasta"
(BJ).
Venida. Gr. parousía (ver
com. cap. 3:13; 4:15),
Señor Jesucristo. En
cuanto a los nombres del Salvador, ver com. Mat. 1:1; Fil.
2:5.
24. Fiel. Cf. 1 Cor. 1:9; 10:13; 2 Tes. 3:3; 2 Tim. 2:13;
Heb. 10:23.
El que os llama. O "el que está llamando". Ver com. Rom. 8:30. El llamamiento de Dios al individuo es la primera de una serie de acciones divinas que terminan en la glorificación.
Lo hará. Es decir, llevará a cabo la santificación y la preservación (vers. 23).
El Todopoderoso nunca falla.
25. Orad por nosotros. Pablo constantemente oraba por sus conversos (cap. 1:2-3; 5:25).
Ahora pedía las oraciones de ellos en favor de él y de sus compañeros.
(cf. Rom. 15:30; 2 Cor. 1:11; Efe. 6:18-19; Col. 4:3).
No
hay egoísmo en este pedido, pues sólo deseaba que avanzara sin obstáculos el
mensaje evangélico que él estaba llamado a proclamar (2 Tes. 3:1). Pastores y
laicos necesitan mutuamente de sus oraciones, y ambos deben orar para que nada
estorbe la propagación del mensaje evangélico hasta los confines de la tierra
(2JT 324).
26. Saludad. Gr. aspázomai, "saludar", "dar la bienvenida"
(Mat. 5:47; Mar. 9:15; Rom. 16:3,6; etc.).
Todos los hermanos. Algunos de los miembros eran
débiles, pero Pablo anhelaba desde lo profundo de su amor fraternal que
"todos" estuvieran incluidos en su saludo.
Osculo santo. En el Medio Oriente el beso era una forma común de expresar amor y amistad al saludar (Luc. 7:45; Hech. 20: 37).
El "ósculo
santo" o "ósculo de amor" (1 Ped. 5:14) era un símbolo de afecto
cristiano. Parece que era costumbre
entre los cristianos primitivos intercambiar este saludo durante la Santa Cena
(Justino Mártir, Primera Apología 65). Escritos posteriores indican que no era
la costumbre dar este "ósculo santo" a una persona del sexo opuesto
(Constituciones apostólicas ii. 57; viii. 11).
27. Os conjuro. Gr. horkízo, "conjurar", "irnprecar" (cf. Mar. 5:7; Hech. 19:13).
El uso
de un término tan enfático (cf. Deut. 6: 13) podría significar que algunos de
los dirigentes tesalonicenses no estaban dispuestos a que se leyera la epístola
a todos los creyentes, o que algunos de los laicos no estaban dispuestos a
escuchar (cf. 2 Tes. 3:14).
Por el Señor. Pablo no sólo presenta su autoridad sino también la
celestial para que su epístola fuera tenida en cuenta por los que primero la
habían recibido, con lo cual quiere decir que contenía un mensaje inspirado que
necesitaban urgentemente todos los creyentes de Tesalónica.
Se lea. Es decir, públicamente ante los cristianos
congregados (cf. com. Col. 4:16).
Santos. La evidencia textual favorece (cf. p. 10) la omisión de esta palabra.
La omiten la BJ, BA y NC.
28. La gracia de nuestro Señor. Un saludo similar aparece en todas las epístolas de Pablo (cf. Rom. 16:20,24; 1 Cor. 16:23).
La forma de
bendición más completa es la de 2 Cor. 13:14. La cristología del apóstol corre
a lo largo de toda la epístola. Al comienzo (1 Tes. 1:1) y al fin, invoca la
gracia de nuestro Señor Jesucristo sobre los creyentes.
Amén. La evidencia textual favorece (cf. p. 10) la omisión de esta palabra.
La omiten la BJ, BA y NC. En la RVA aparecía esta nota: "La primera Epístola a los
Tesalonicenses fue escrita de Atenas". Es una añadidura que no forma parte
de la carta original. La evidencia histórica se inclina por Corinto, como la
ciudad en donde Pablo la escribió (ver pp. 232-233). 7CBA
COMENTARIOS DE EGW
Versículos 1-6;
8-10; 12-24. HAp 211-214. MIENTRAS PABLO TRABAJABA EN TESALÓNICA, había explicado
tan plenamente el asunto de las señales de los tiempos, mostrando qué
acontecimientos iban a suceder antes de la manifestación del Hijo del hombre en
las nubes del cielo, que no consideró 211 necesario
escribirles largamente en cuanto a este asunto. Se refirió, sin embargo,
enfáticamente a sus enseñanzas anteriores.
"Acerca de los
tiempos y los momentos dijo, no tenéis, hermanos, necesidad de que yo os
escriba: porque vosotros sabéis bien, que el día del Señor vendrá así como
ladrón de noche, que cuando dirán, Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos
destrucción de repente."
SON MUCHOS HOY EN
EL MUNDO Los Que Cierran Los Ojos A Las Evidencias Que Cristo dio para advertir
a los hombres de su advenimiento. Tratan de aquietar toda aprensión, mientras
las señales del fin se cumplen rápidamente, y el mundo se precipita hacia el
tiempo cuando el Hijo del hombre se manifestará en las nubes del cielo.
PABLO ENSEÑA QUE ES
PECAMINOSO SER INDIFERENTE para con las señales que han de preceder a la
segunda venida de Cristo. A los culpables de este descuido, los llama hijos de
la noche y de las tinieblas. Anima a los vigilantes y despiertos con estas
palabras: "Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para
que aquel día os sobrecoja como ladrón; porque todos vosotros sois hijos de
luz, e hijos del día; no somos de la noche, ni de las tinieblas. Por tanto, no
durmamos como los demás; antes velemos y seamos sobrios."
SON ESPECIALMENTE
IMPORTANTES PARA LA IGLESIA de nuestro tiempo las enseñanzas del apóstol
sobre este punto. Para los que viven tan cerca de la gran consumación, deberían
tener notable fuerza las palabras del apóstol: "Mas nosotros, que somos
del día, estemos sobrios, vestidos de cota de fe y de caridad, y la esperanza
de salud por yelmo. Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar
salud por nuestro Señor Jesucristo; el cual murió por nosotros, para que o que
velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él."
EL CRISTIANO
VIGILANTE es el cristiano que trabaja, que procura celosamente hacer todo lo
que puede para el adelantamiento del Evangelio. Como crece el amor por su
Redentor, así también crece su amor por su prójimo.
Tiene severas
pruebas, como su Señor; pero no permite que las aflicciones agríen su 212 temperamento y
destruyan su paz mental. Sabe que la prueba, si se la soporta bien, le refinará
y purificará, y le unirá más con Cristo.
Los que son
participantes de los sufrimientos de Cristo, serán también
participantes de su consolación, y al fin compartirán también su gloria. "Os rogamos,
hermanos continuó Pablo en su carta a los tesalonicenses, que reconozcáis a
los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan: y
que los tengáis en mucha estima por amor de su obra. Tened paz los unos con los
otros."
LOS CREYENTES
TESALONICENSES SE VEÍAN MUY MOLESTADOS Por Hombres Que Se Levantaban Entre
Ellos Con Ideas Y Doctrinas Fanáticas. Algunos andaban "fuera
de orden, no trabajando en nada, sino ocupados en curiosear." La
iglesia había sido debidamente organizada, y se habían nombrado dirigentes para
que actuaran como ministros y diáconos. Pero había algunos voluntariosos e
impetuosos que rehusaban someterse a aquellos que ocupaban puestos de autoridad
en la iglesia. Los tales aseveraban tener no solamente derecho a juzgar por su
cuenta, sino también a presentar insistentemente sus conceptos a la iglesia.
En vista de esto,
Pablo llamó la atención de los tesalonicenses al respeto y la deferencia
debidos a aquellos que habían sido escogidos para ocupar puestos de autoridad
en la iglesia. En su ansia de que los creyentes de Tesalónica anduvieran en el
temor de Dios, el apóstol les suplicó que manifestaran piedad práctica en la
vida diaria. "Resta pues, hermanos escribió, que os roguemos y
exhortemos en el Señor Jesús, que de la manera que fuisteis enseñados de
nosotros de cómo os conviene andar, y agradar a Dios, así vayáis creciendo.
Porque ya sabéis qué mandamientos os dimos por el Señor Jesús. Porque la
voluntad de Dios es vuestra santificación: que os apartéis de
fornicación." "Porque no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a
santificación."
EL APÓSTOL PABLO
SENTÍA QUE ERA RESPONSABLE en gran medida 213 del
bienestar espiritual de aquellos que se convertían por sus labores. Deseaba que
crecieran en el conocimiento del único Dios verdadero y de Jesucristo, a quien
había enviado. A menudo en su ministerio se encontraba con pequeños grupos de
hombres y mujeres que amaban a Jesús, y se postraba en oración con ellos para
pedir a Dios que les enseñara cómo mantener una relación vital con él. A menudo
se reunía en consejo con ellos para estudiar los mejores métodos de dar a otros
la luz de la verdad evangélica.
Y A MENUDO, cuando
estaba separado de aquellos con quienes había trabajado así, suplicaba a Dios
que los guardara del mal, y les ayudara a ser misioneros fervientes y activos.
Una De Las Mayores
Evidencias De La Verdadera Conversión Es El Amor A Dios Y Al Hombre. Los Que
Aceptan A Jesús Como Su Redentor Tienen Un Profundo Y Sincero Amor Por Otros De
La Misma Preciosa Fe.
ESO PASABA CON LOS
CREYENTES DE TESALÓNICA. "Más acerca de la caridad fraterna escribió
el apóstol no habéis menester que os escriba: porque vosotros mismos habéis
aprendido de Dios que os améis los unos a los otros; y también lo hacéis así
con todos los hermanos que están por toda Macedonia. Empero os rogamos,
hermanos, que abundéis más; y que procuréis tener quietud, y hacer vuestros
negocios, y obréis de vuestras manos de la manera que os hemos mandado; a fin
de que andéis honestamente para con los extraños, y no necesitéis de
nada."
"Y a vosotros
multiplique el Señor, y haga abundar el amor entre vosotros, y para con todos,
como es también de nosotros para con vosotros; para que sean confirmados
vuestros corazones en santidad, irreprensibles delante de Dios y nuestro Padre
para la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos."
"También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los que andan
desordenadamente, que consoléis a los de poco ánimo, que soportéis a los
flacos, que seáis sufridos para con todos. Mirad que ninguno dé a otro mal por
mal; antes seguid lo 214 bueno siempre los unos para con los
otros, y para con todos. Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en
todo; porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo
Jesús."
EL APÓSTOL AMONESTÓ A
LOS TESALONICENSES A NO DESPRECIAR EL DON DE PROFECÍA, y con las
palabras: "No apaguéis el Espíritu. No menospreciéis las profecías.
Examinadlo todo; retened lo bueno," les ordenó que distinguieran
cuidadosamente entre lo falso y lo verdadero. Les mandó que se abstuvieran de
"toda especie de mal;" y termina su carta con la oración de que Dios
los santifique en todo, para que su "espíritu y alma y cuerpo sea guardado
entero sin reprensión para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el
que os ha llamado añadió; el cual también lo hará."
LA INSTRUCCIÓN QUE EL
APÓSTOL ENVIÓ A LOS TESALONICENSES en su primera carta en cuanto
a la segunda venida de Cristo, estaba perfectamente de acuerdo con su
enseñanza anterior. Sin embargo, sus palabras fueron mal interpretadas por
algunos hermanos tesalonicenses. Entendieron que él expresó la esperanza de que
él mismo viviría para presenciar el advenimiento del Salvador. Esto aumentó su
entusiasmo y excitación. Aquellos que habían descuidado
anteriormente sus responsabilidades y deberes, se volvieron ahora más
persistentes en imponer sus conceptos erróneos.
Ministerio Hno. Pio
No hay comentarios:
Publicar un comentario