Tito 3.
INSTRUCCIONES PARA TITO:
Responsabilidades
cívicas del cristiano, 3:1-3.
LA SALVACIÓN, PRODUCTO
DEL AMOR DIVINO, 3:4-7.
A. Los cristianos son
justificados por la misericordia de Dios, 3:4-5.
B. Los cristianos son
santificados por el poder del Espíritu Santo, 3:5-6.
C. Los cristianos son
herederos de privilegios eternos, 3:7.
DEBE MANIFESTARSE LA
SUPERIORIDAD DEL CARÁCTER CRISTIANO, 3:8-11.
A. Los cristianos deben
destacarse por las buenas obras, 3:8.
B. Los cristianos deben
evitar las actividades inútiles, 3:9-11.
COMENTARIOS Personales Y Bendición Final, 3:12-15.
1 RECUERDALES que se sujeten a
los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena
obra. 2 Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando
toda mansedumbre para con todos los hombres. 3 Porque nosotros también éramos
en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y
deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y
aborreciéndonos unos a otros.
4 Pero cuando se manifestó la
bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, 5 nos salvó,
no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su
misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el
Espíritu Santo, 6 el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo
nuestro Salvador,
7 para que justificados por su
gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.
8 Palabra fiel es esta, y en
estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios
procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los
hombres.
9 Pero evita las cuestiones
necias, y genealogías, y contenciones, y discusiones acerca de la ley; porque
son vanas y sin provecho. 10 Al hombre que cause divisiones, después de una y
otra amonestación deséchalo, 11 sabiendo que el tal se ha pervertido, y peca y
está condenado por su propio juicio.
12 Cuando envíe a ti a Artemas o
a Tíquico, apresúrate a venir a mí en Nicópolis, porque allí he determinado
pasar el invierno.
1. Recuérdales. Cada nueva generación y cada
nuevo miembro que es recibido en la iglesia cristiana, necesita oír con
frecuencia acerca de las responsabilidades cívicas que tiene el cristiano. Debido
a que los méritos del Evangelio se miden por lo que valen los que lo aceptan,
la iglesia cristiana debe presentarse ante el mundo como un conjunto de
personas distinguidas que aprovechan toda oportunidad para aliviar alguna
necesidad de la comunidad y que cooperan en toda forma posible para apoyar la
ley y el orden. Los consejos del apóstol se han referido hasta ahora a las
relaciones y los deberes dentro de la familia de la iglesia. Ahora incluye al
mundo secular o fuera de la comunidad de la iglesia.
Sujeten. Este consejo quizá se necesitaba especialmente en
Creta. Esa isla había estado bajo la jurisdicción romana por más de un siglo, y
sus habitantes se sentían irritados por el dominio extranjero, como lo estaban
los judíos. El consejo de Pablo de ser leales a los gobernantes era sumamente
apropiado. En cuanto a las relaciones que deben existir entre los cristianos y los
gobernantes paganos, ver com. Rom. 13:1-7.
Gobernantes y autoridades. Se incluyen todos los niveles de
la administración civil, desde los magistrados locales hasta el emperador de
Roma.
Obedezcan. Los cristianos deben ser conocidos por su lealtad a
la autoridad civil en asuntos como el pago de impuestos y apoyo a los proyectos
en bien de la comunidad. Descuidar las responsabilidades cívicas atrae censuras
innecesarias sobre la iglesia. La paz y el orden son una parte integral del
mensaje cristiano. La deslealtad y la sedición no podían ser un mérito para el
cristianismo ante el mundo secular.
El consejo de Pablo demuestra la
nobleza de su carácter. Lo que le había sucedido con el gobierno romano era
desagradable. Había sido encarcelado, encadenado, golpeado v amenazado; sus
actividades habían sido suprimidas porque las autoridades romanas habían
prestado oídos a las malignas acusaciones inventadas por sus implacables
enemigos judíos.
Buena obra. El auténtico cristiano debe ser reconocido como un
ciudadano correcto y patriota, que con buena voluntad apoya todo programa
gubernamental que tiene el fin de aliviar los sufrimientos y establecer la
justicia; y al mismo tiempo, por respeto a su conciencia no debe participar en
ninguna actividad que desconozca los derechos básicos de cualquier persona, o
en la que se fomenten prácticas censurables.
2. Difamen. O "injurien" (BJ). Aunque algunos de sus conciudadanos puedan ser malos, o algunos de los magistrados parezcan perversos, el cristiano nunca debe manifestar ira ni usar un lenguaje hiriente o tosco. Pendencieros. Literalmente "sin peleas". El cristiano genuino no fomenta pleitos (ver com. Heb. 12:14).
Amables. Gr. epieikes (ver com. Sant. 3:17).
Mansedumbre. Gr. praótes, "humildad",
"consideración" (ver com. Mat. 5:5). Este es el sentimiento íntimo
que impulsa al cristiano a ser "amable". Como Creta estaba situada en
un lugar de mucha afluencia de viajeros y de intenso comercio en el
Mediterráneo, con frecuencia era el escenario de ásperas incomprensibles entre
comerciantes y gentes que venían de muchos países; a pesar de esto, Pablo
insiste en que se mantenga la norma de conducta más elevada posible en uno de
los ambientes más difíciles del mundo antiguo. Cuando las circunstancias son
más oscuras, el testimonio del verdadero cristiano brilla con más fulgor.
Todos los hombres. El amor y el respeto cristiano
deben demostrarse a los incultos y a los educados, a los sensuales y a los que
tienen dominio propio. Sólo Cristo representa plenamente un amor tal.
3. En otro tiempo. O "anteriormente",
"una vez". Estos miembros de la iglesia habían sido paganos antes de
su conversión, por eso ahora debían ser tolerantes con las faltas de los
paganos. Además, como cristianos fortalecidos por la "gracia de Dios"
(cap. 2:11), no debían volver a su antiguo nivel moral como el que manifestaban
sus vecinos paganos, pues de lo contrario estarían negando el poder de Dios.
Insensatos. O "faltos de inteligencia", lo que
sugiere una falta de comprensión en cuanto a lo que era correcto moral y
espiritualmente (cf. Rom. 1:21; Efe. 4:18).
Rebeldes. Ver com. Rom. 11:30-32.
Extraviados. Extravío por causa de una mente indisciplinado,
fácil de ser cautiva por cualquier capricho o fantasía que atrae debido a la
complacencia de los sentidos. Puesto que su voluntad, y no la de Dios,
constituye el único criterio para su vida, el pagano queda esclavizado por
hábitos extenuantes, víctima del narcótico de los placeres terrenales. Valiéndose
a menudo del pretexto de la cultura, de la belleza y el refinamiento, los seres
humanos inconversos sirven al reino del mal dando rienda suelta a las fuerzas
del egoísmo, el orgullo y la inmoralidad. La insensatez de la complacencia
sensual y del orgullo humano sólo se puede poner de manifiesto cuando se
reencauza la mente que es convertida por la gracia de Dios. Cuando la mente
recibe la iluminación del Espíritu Santo, el sendero de la obediencia a las
normas de vida que Dios pide se convierte en el principal deseo de la
existencia, y los anteriores engaños de las "concupiscencias" y los
"deleites" del mundo se ven como insensateces. Pablo recuerda a los
miembros de la iglesia cretense en cuanto a la obra que la gracia de Dios había
efectuado en sus vidas.
Concupiscencias.Dr. epithumía (ver com. Rom.
7:7).
Deleites. Apartados de Dios, aún serían gente entenebrecido y amadora de los deleites. Diversos. O "diferentes", "varios".
Malicia y envidia. Ver com. 1 Cor. 5:8. La mala voluntad y los recelos son comunes entre los que viven para los placeres mundanales.
Aborreciéndonos. El aborrecimiento es diametralmente opuesto al amor.
(Ver com. Mat. 5:43-48).
4. Pero cuando se manifestó. Cuando el ser humano da la
bienvenida a Dios en su vida, comienza a actuar un nuevo poder que es contrario
a las anteriores fuerzas de los malos deseos.
Bondad. Gr. jrestótes (ver com. Rom. 2:4).
Dios nuestro Salvador. O "nuestro Salvador
Dios" (ver Tito 1:3; 2:10, com. 1Tim. 1:1). En esta epístola Pablo
atribuye el término "Salvador" a Dios el Padre (cap. 1:3; 2:10; 3:4)
y también a Jesús (cap. 1:4; 2:13; 3:6). Cuando Jesús se manifestó (ver com.
cap. 2:11) a los hombres, demostró el interés mancomunado de la Deidad por la
salvación de los seres humanos (ver com. 2 Cor. 5:1819).
Amor para con los hombres. Gr. filanthropía, "amor por
la humanidad", término que se usaba en el griego clásico para referirse a
la bondad mutua humana, a la condescendencia de un soberano para con su
súbdito, a la simpatía del hombre para los que están en dificultades, y a los
que rescataban cautivos pagando el precio de su libertad. jrestótes y
filanthropía presentan aspectos diferentes del "amor" de Dios (ágape,
ver com. 1 Cor. 13:1). Cualquier superioridad moral que haya en las vidas de
los cristianos, es sólo el resultado del amor de Dios hacia sus hijos
Extraviados.
5. Obras. El hombre aparece justificado delante de Dios por
la misericordia divina, y no debido a ningún acto bueno que haga (ver coro. Rom.
4:2, 6; 9:32; Gál. 2:16; 3:5,10; Efe. 2:9). El egoísmo predomina en las vidas
de todos los inconversos; por lo tanto, nadie ha vivido a la altura de las normas
de "justicia" (ver com. Rom. 3:23). El único argumento válido para el
hombre es la fidelidad del amor y la misericordia de Dios, y no sus propias
"obras".
Misericordia. Como otro aspecto del amor divino (vers. 4) se usa
la misericordia en lugar de la gracia, quizá para destacar la impotente
condición del hombre que necesita misericordia. La compasión de Dios por la
miserable condición humana constituye la seguridad de la salvación del hombre.
Lavamiento. Gr loutrón (ver com. Efe. 5:26). Es decir, un
"lavado" que limpia de las malas tendencias descritas en Tito 3:3.
Regeneración. O 'renacimiento". Como el hombre es desdichado
y está perdido si depende de sí mismo, y los ritos y los lavamientos
ceremoniales judíos no podían cambiar la pecaminosa naturaleza humana, su única
alternativa es aceptar la solución de Dios para el problema del pecado, la cual
demanda una completa reforma de la vida (ver com. cap. 2:14).
Dios no sólo tiene el propósito
de perdonar al hombre sino de restaurarlo a una vida sin pecado. Este proceso
de transformar a seres humanos pecadores en exponentes, semejantes a Cristo, de
la forma de vida que exige Dios, se conoce en otra parte de las Escrituras con
el nombre de "santificación" (ver com. Rom. 6:19). La santificación
es una parte integral del programa del Salvador para eliminar el pecado. "El
lavamiento de la regeneración" es el primer paso que da comienzo al
glorioso programa de la santificación.
Algunos creen que Pablo se está
refiriendo al bautismo; pero el bautismo no es un medio de regeneración, ni
tampoco la base de la salvación del hombre. Aunque es necesario que todos los
conversos sean bautizados (Mat. 28:19), este rito sólo simboliza el lavamiento
interno o "regeneración" ya hecho por Dios (ver com. Mat. 3:6; Rom.
6:4); pero no purifica a los pecadores.
Cuando se practica con sinceridad, es un testimonio público de lo que
Dios ya ha hecho limpiando al pecador de sus malas tendencias (ver com. Tito
3:3).
Renovación. Cf. Rom. 12:2.
En el Espíritu Santo. O "del Espíritu Santo",
(BJ, BC, NC), quien diariamente fortalece y santifica a los que se han
convertido. El Espíritu Santo no actúa sin el consentimiento de la persona, por
lo tanto el progreso espiritual depende de que el cristiano diariamente cumpla
la voluntad de Dios en su vida. Por esta razón el proceso de la santificación
exige que Dios y el hombre marchen juntos. Después de que el ser humano escoge
los caminos de Dios, el Espíritu Santo fortalece su voluntad debilitada a fin
de que quede capacitado para cumplir con la voluntad de Dios. "El pecado
podía ser resistido y vencido únicamente por la poderosa intervención de la
tercera persona de la Divinidad, que iba a venir no con energía modificada, sino
en la plenitud del poder divino" (DTG 625).
6. El cual derramó. "Que él derramó" (BJ). Esta
traducción hace comprender mejor que "él" es "Dios nuestro
Salvador" (vers. 4), y que el que fue derramado es el Espíritu Santo
(vers. 5).
Quizá haya una alusión al
Pentecostés (ver Hech. 2:18); pero es indudablemente una referencia a la
experiencia de cada cristiano verdaderamente convertido. La promesa de Cristo
de la venida del Espíritu Santo (ver com. Juan 14:16-17, 26; 15:26; 16:7-14) se
cumplió abundantemente en las vidas de esos primeros cristianos, quienes en sus
propias vidas demostraron el poder transformador y vigorizador del Espíritu
prometido.
Jesucristo nuestro Salvador. Ver com. cap. 2:13.
7. Para que. Como resultado del "lavamiento de la regeneración"
(vers. 5).
Justificados. Literalmente "habiendo sido
justificados", dependiendo, por supuesto, de la entrega del ser humano a
la voluntad de Dios. Sólo Dios regenera a los que ha justificado. El no fuerza la
voluntad de nadie (ver com. Rom. 3:24).
Su. Gr. ekéinos, "de ése", es decir, de 'Dios
nuestro Salvador" (vers. 4).
Gracia. Ver com. Rom. 3:24.
Herederos. Mientras el cristiano mantenga su posición como
hijo de Dios, poseerá el gozo de compartir con Cristo la recompensa de los
redimidos (ver com. Rom. 8:17). Pero si niega su condición de hijo de Dios y no
quiere ser un exponente de los principios del Padre, dejará de ser heredero de
la herencia eterna.
Vida eterna. Ver com. cap. 1:2.
8. Fiel. O "digna de confianza" (cf. 1Tim. 1:15;
3:1; 4;9-7; 2 Tim. 2:11). Pablo se refiere a las afirmaciones de Tito 3:4-7, acerca
de la misericordiosa salvación otorgada por Dios.
Estas cosas. El sencillo relato y que sin embargo siempre
satisface- del incomparable amor de Dios, produce nueva admiración y ánimo cada
vez que se escucha. Aunque los cristianos sinceros maduran constantemente en el
desarrollo de su carácter, el persistente recuerdo del amor de Dios que
justifica y santifica, proporciona diariamente paz y sano estímulo. El bosquejo
que Pablo presenta del plan de salvación (vers. 4-7) nunca podrá ser plenamente
apreciado por los cristianos en esta vida. Un constante estudio de las verdades
acerca de la naturaleza de Dios, revelará tesoros nuevos y antiguos. Ese nuevo
discernimiento aumentará el incentivo para apresurar la restauración de la
imagen de Dios.
Los que creen. El verbo griego sugiere "los que creyeron y persisten en creer".
El comer diariamente del pan de vida sostiene el espíritu ferviente del cristiano genuino. Las Escrituras declaran que los que se satisfacen sólo con los asuntos elementales del Evangelio, pronto dejan de ser útiles para la iglesia cristiana.
Su vida se estanca porque su mente se
adormece. Como los tales son "tardos para oír", a medida que pasa el
tiempo dejan de prepararse para el avance del Espíritu de Dios (ver com. Heb.
5:
Procuren. O "se preocupen de".
Buenas obras. Ver com. Gál. 5:22-23.
Útiles para los hombres. O siguiendo el programa de
instrucción que Pablo ha bosquejado en esta epístola. Los "habladores de vanidades
y engañadores" (cap. 1:10) que se habían esforzado por descarriar a la
iglesia cretense, procuraban que sus enseñanzas favorecieran los impulsos
naturales de los miembros de iglesia para lograr ventajas monetarias (vers. 11).
Pero Pablo sólo estaba interesado en la transformación de su carácter (ver com.
cap. 2:1-10). Este Evangelio perturbaba a los cretenses, como lo había hecho en
otras partes, pero esa perturbación precisamente los impulsaba a examinarse
íntimamente y a obtener la misericordia purificadora de Dios y su gracia
restauradora (ver com. cap. 2:14; 3:5).
Cuestiones necias. Es decir, inútiles disputas en
cuanto a requisitos mosaicos y farisaicos (ver com. 1Tim. 1:4; 6:4; 2Tim.
2:23).
Genealogías. Ver com. 1 Tim. 1:4.
Discusiones. Promovidas especialmente por los maestros
pervertidos de la ley (ver com. 1Tim. 1:7; Tito 1:10,14), quienes procuraban
desvirtuar el estudio de la Biblia convirtiéndolo en una discusión de temas
extraños y caprichosos. Esas vanas especulaciones no producían el desarrollo
del carácter, ni promovían la comunión cristiana.
Vanas. Gr. mátaios, "inútil", "sin
propósito" (ver com. 1 Cor. 15:17).
Sin provecho. Pablo había sido educado desde su juventud en los
caprichosos razonamientos de la erudición judaica, y por eso resistía cualquier
intento hacia algo similar dentro de la iglesia cristiana. El apóstol había
visto el efecto sobre el judaísmo del crecimiento maligno de enseñanzas
pervertidas y sin sentido, y estaba decidido a que el cristianismo no sufriera
de ese mismo mal.
10. Hombre que cause divisiones. Gr. hairetikos,
"hereje", "faccioso"; "sectario" (BJ, NC). (En
cuanto a la palabra afín háiresis, ver com. Hech. 5:17.) Por lo tanto, las
primeras palabras de este versículo podrían ser: "una persona
facciosa". Pablo resume el método adecuado para tratar a los miembros
contenciosos que provocan la confusión y las disputas que se describen en el
vers. 9. Los facciosos sostenían opiniones contrarias al Evangelio establecido
y predicado por Pablo, como se presenta en el AT.
Si esas opiniones contrarias se
promueven activamente, se produce un cisma y los miembros de la iglesia, sean
antiguos o nuevos, son perturbados en su fe.
El deber del anciano que preside
es tener una entrevista bien pensada y llena de bondad con el faccioso. Si no
se obtiene una respuesta favorable, es claro que el siguiente paso que debe dar
el dirigente es pedir por segunda vez y con todo fervor la cooperación del que
causa divisiones.
El propósito de estas dos entrevistas
es restaurar al extraviado. Deben presentarse suficientes evidencias al
disidente, de modo que con toda legalidad y con todo fundamento se presenten
claramente sus puntos de vista equivocados (ver com. cap. 1:9,13; 2:15). Cada
dirigente debe recordar que la norma de la sana doctrina no está constituida
por sus opiniones personales sino por la Palabra de Dios. Cualquier decisión
sobre puntos de vista contrarios a la fe debe basarse en la evidencia bíblica.
Deséchalo. Gr. paraitéomai, "hereje", "faccioso";
"sectario" (ver com. 1Tim. 4:7; 5:11). Pablo no necesariamente
recomienda que se excluya de la iglesia al faccioso debido a sus puntos de
vista personales, a menos que los destaque oponiéndose a la autoridad de la
iglesia debidamente ejercida, o que haya una clara infracción de las normas morales
(cf Rom. 16:17; ver com. 2Tes. 3:14).
11. Pervertido. Se ha desviado tanto de la
intención como de la forma de la verdadera enseñanza.
Peca. El faccioso conoce la verdad y por lo menos por un
tiempo la ha rechazado debido a las enseñanzas contradictorias y antibíblicas
que él ha aceptado; además ha rechazado las amonestaciones fraternales de los
dirigentes de la iglesia.
Condenado por su propio juicio. Es decir su propia conciencia lo
condena.
12. Artemas. Otro fiel colaborador de quien nada más se sabe.
Tíquico. Ver com. 2Tim. 4:12. El o Artemas reemplazaría a
Tito en Creta, cuando éste viajara a Nicópolis.
Así Tito tendría tiempo para organizar su trabajo como preparación para sus
labores invernales con Pablo.
Nicópolis. Literalmente "ciudad de la victoria". Probablemente
la ciudad de la provincia de Epiro, fundada por Augusto después de su
victoriosa batalla de Accio.
Determinado. O 'decidido'.
Pasar el invierno. Ver t. VI, p. 110.
13. Zenas intérprete de la ley. No hay más información acerca de
este colaborador de Pablo. No es claro
si era experto en la ley mosaica o en la ley romana. De acuerdo con la
tradición, más tarde llegó a ser obispo de Dióspolis.
Apolos. Ver com. 1 Cor. 1:12.
Encamínales. Gr. propémpo, "enviar hacia adelante", es
decir, después de haber provisto lo necesario para el viaje.
Con solicitud. O "cuidadosamente". Zenas y Apolos debían
estar bien provistos para su anticipado viaje.
14. Los nuestros. Los cretenses cristianos.
Ocuparse. "Sobresalir en la práctica de las buenas
obras" (BJ); "a ejercitarse en buenas obras" (NC). Ver com.
vers. 8.
Necesidad. La visita de Zenas y Apolos sería una excelente
oportunidad para que la iglesia de Creta demostrara hospitalidad cristiana,
aunque los visitantes fueran completamente desconocidos.
15. Conmigo. Sin
duda Pablo se refiere a sus compañeros de viajes.
Los que nos aman. Hermanos en Cristo.
Todos vosotros. Pablo tenía seguramente el
propósito de que esta carta se leyera delante de toda la iglesia.
Amén. Ver com. Mat. 5:18. La evidencia textual favorece
(cf p. 10) la omisión de esta palabra. La omiten la BJ, BA y NC.
En la RVA se añadía en tipo más
pequeño: "A Tito, el cual fue el primer obispo ordenado a la iglesia de
los cretenses, escrita de Nicópolis de Macedonia". Esta añadidura no está
en ningún manuscrito antiguo. (7CBA).
COMENTARIOS DE EGW
3-5. DMJ 65. EL PAGANISMO enseña
a los hombres a mirar al Ser Supremo como objeto de temor antes que de amor,
como una deidad maligna a la que es preciso aplacar 65 con sacrificios, en vez
de un Padre que vierte sobre sus hijos el don de su amor. Aun el
pueblo de Israel había llegado a estar tan ciego a la enseñanza preciosa de los
profetas con referencia a Dios, que esta revelación de su amor paternal parecía
un tema original, un nuevo don al mundo.
Los
judíos creían que Dios amaba a los que le servían -los cuales eran, en su
opinión, quienes cumplían las exigencias de los rabinos- y que todo el resto
del mundo vivía bajo su desaprobación y maldición. Pero no es así,
dijo Jesús; el mundo entero, los malos y los buenos, reciben el sol de su
amor. Esta verdad debierais haberla aprendido de la misma
naturaleza, porque Dios "hace salir su sol sobre malos y buenos, y. .
. hace llover sobre justos e injustos".
DIOS SOSTIENE Y CUIDA SU CREACIÓN. No
es por un poder inherente por lo que
año tras año produce la tierra sus frutos y sigue en su derrotero alrededor del
sol. La mano de Dios guía a los planetas y los mantiene en posición
en su marcha ordenada a través de los cielos. Es su poder el que hace
que el verano y el invierno, el tiempo de sembrar y de recoger, el día y la
noche se sigan uno a otro en sucesión regular. Es por su palabra
como florece la vegetación, y como aparecen las hojas y las flores llenas de
lozanía. Todo lo bueno que tenemos, cada rayo del sol y cada lluvia,
cada bocado de alimento, cada momento de la vida, es un regalo de amor.
Cuando
nuestro carácter no conocía el amor y éramos "aborrecibles" y
nos aborrecíamos "unos a otros", nuestro Padre
celestial tuvo compasión de nosotros. "Cuando se manifestó
la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó,
no por obras de justicia que nosotros habíamos hecho, sino por su
misericordia". * Tito 3:3-5.
Si recibimos su
amor, nos hará igualmente tiernos y bondadosos, no sólo con quienes nos
agradan, sino también con los más defectuosos, errantes y pecaminosos.
LOS
HIJOS DE DIOS son aquellos
que participan de su naturaleza. No es la posición mundanal, ni el
nacimiento, ni la nacionalidad, ni los privilegios religiosos, lo que prueba 66
que somos miembros de la familia de Dios; es el amor, un amor que abarca a toda
la humanidad.
Aun los pecadores cuyos corazones no estén herméticamente cerrados al Espíritu
de Dios responden a la bondad. Así como pueden responder al odio con
el odio, también corresponderán al amor con el amor. Solamente el
Espíritu de Dios devuelve el amor por odio. El ser bondadoso con los
ingratos y los malos, el hacer lo bueno sin esperar recompensa, es la insignia
de la realeza del cielo, la señal segura mediante la cual los hijos del
Altísimo revelan su elevada vocación.
5. PVGM 328. EL
TRATO DEL JEFE DE LA CASA CON LOS OBREROS DE SU VIÑA REPRESENTA LA FORMA EN QUE
DIOS SE RELACIONA CON LA FAMILIA HUMANA.
Dicho trato es contrario a las costumbres que prevalecen entre los
hombres. En los negocios mundanales, se otorga la compensación de acuerdo
con la obra realizada. El obrero espera que se le pague únicamente lo que
gana. Pero en la parábola, Cristo estaba ilustrando los principios de su reino,
un reino que no es de este mundo. Él no se rige por una norma
humana. El Señor dice: "Mis pensamientos no son vuestros
pensamientos, ni vuestros caminos mis 328 caminos... Como son más altos los
cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis
pensamientos más que vuestros pensamientos". Isa. 55:8,9.
EN
LA PARÁBOLA, LOS PRIMEROS OBREROS CONVINIERON EN TRABAJAR POR UNA SUMA
ESTIPULADA, y recibieron la cantidad que se había
especificado, nada más. Los que fueron ajustados más tarde creyeron en la
promesa del patrón: "Os daré lo que fuere justo". Mostraron
su confianza en él no haciendo ninguna pregunta con respecto a su
salario. Confiaron en su justicia y equidad. Y fueron recompensados,
no de acuerdo con la cantidad de su trabajo, sino según la generosidad de su
propósito.
ASÍ
DIOS QUIERE QUE CONFIEMOS EN AQUEL QUE JUSTIFICA AL IMPÍO.
Concede su recompensa no de acuerdo con nuestro
mérito, sino según su propio propósito, "que hizo en Cristo Jesús nuestro
Señor". "No por obras de justicia que nosotros habíamos hecho,
mas por su misericordia nos salvó". Efes. 3:11; Tito 3:5. Y en favor de
aquellos que confían en él obrará "mucho más abundantemente de lo que
pedimos o entendemos". Efes. 3:20.
NO
ES LA CANTIDAD DE TRABAJO QUE SE REALIZA O LOS RESULTADOS VISIBLES, sino
el espíritu con el cual la obra se efectúa lo que le da valor ante Dios. Los
que vinieron a la viña a la hora undécima estaban agradecidos por la
oportunidad de trabajar. Sus corazones estaban llenos de gratitud hacia la
persona que los aceptó; y cuando al final de la jornada el jefe de la casa les
pagó por el día entero, estaban grandemente sorprendidos. Sabían que no
habían ganado ese salario. Y la bondad revelada en el semblante de su empleador
los llenó de gozo. Nunca olvidaron la bondad del dueño de la casa, ni la
generosa recompensa que habían recibido. Esto es lo que ocurre con el
pecador que, conociendo su falta de méritos, ha entrado en la viña del Señor a
la hora undécima. Su tiempo de servicio parece muy corto, no se siente
digno de recompensa alguna, pero está lleno de gozo porque 329 por lo menos Dios lo ha aceptado. Trabaja con un espíritu
humilde y confiado, agradecido por el privilegio de ser un colaborador de
Cristo. Dios se deleita en honrar este espíritu.
EL
SEÑOR DESEA QUE CONFIEMOS EN ÉL SIN HACER PREGUNTAS CON RESPECTO A NUESTRA
RECOMPENSA. Cuando Cristo mora en el alma, el pensamiento de
recompensa no primará. Este no es el motivo que impulsa nuestro
servicio. Es cierto que, en un sentido secundario, debemos tener en cuenta
la recompensa. Dios desea que apreciemos las bendiciones que nos ha prometido. Pero
no quiere que estemos muy ansiosos por la remuneración, ni que pensemos que por
cada deber hemos de recibir un galardón. No debemos estar tan ansiosos de
obtener el premio, como de hacer lo que es recto, independientemente de toda
ganancia. El amor a Dios y a nuestros semejantes debe ser nuestro motivo.
Ministerio Hno. Pio
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